SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.68 suppl.5Campos Salvaterra, Valeria. Violen cia y fenomenología. Derrida, entre Husserl y Levinas. Santiago de Chile: Metales Pesados, 2017. 163 pp.Jerade, Miriam. Violencia. Una lectura desde la deconstrucción de Jacques Derrida. Santiago de Chile: Metales Pesados, 2018. 211 pp. índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

Links relacionados

  • En proceso de indezaciónCitado por Google
  • No hay articulos similaresSimilares en SciELO
  • En proceso de indezaciónSimilares en Google

Compartir


Ideas y Valores

versión impresa ISSN 0120-0062

Ideas y Valores vol.68  supl.5 Bogotá dic. 2019

https://doi.org/10.15446/ideasyvalores.v68n5supl.80560 

Reseñas

GAGO, VERÓNICA. LA RAZÓN NEOLIBERAL. ECONOMÍAS BARROCAS Y PRAGMÁTICA POPULAR. Buenos Aires: Tinta Limón, 2014. 32opp.

HERNÁN ALEJANDRO CORTÉS1 

1Universidad de los Andes / REC-Latinoamérica - Bogotá - Colombia ha.cortes10@uniandes.edu.co


La literatura sobre el neoliberalismo es extraordinariamente profusa. Cientos de libros y artículos se concentran en desen marañar este complejo tejido discursivo que, desde la crisis de finales de la década de 1930, se ha impuesto como horizonte de sentido, tanto en lo concerniente a las prácticas gubernamentales, como en el sentido común. Pero ¿es verdad que el neoliberalismo nos deja sin alternativas para imaginar otras formas de relacionar nos?, ¿es posible "hackear" la forma en la que el neoliberalismo ha transformado nuestras formas de "gobernar"? El libro de Verónica Gago, LA RAZÓN NEOLIBERAL. ECONOMÍAS BARROCAS Y PRAGMÁTICA PO PULAR (2014), es una brillante y creativa respuesta a ese horizonte de sentido que se ha impuesto y que hoy recibe el nombre de neoliberalismo. Conjugando una rica serie de fuentes teóricas, el libro de Gago recorre puntos claves en la comprensión del presente, y asume las lecciones de pensar situadamente. Su tesis es que el neoliberalismo no puede ser considera do como un fenómeno sociopolítico y cultural monolítico, sino que debe ser pensado como el ensamblaje de múlti ples prácticas, tecnologías y saberes que se articulan en virtud de una lógica o de una racionalidad gubernamental. De la mano de Foucault, la pensadora argentina expone la forma como el neoliberalismo se va configurando, y cómo el funciona miento de sus partes va ajustándose en virtud de las condiciones a las que está sometido su ejercicio. No se trata, en tonces, de una receta que se aplica a los países del sur global, sino de una forma de gobierno que modula sus intensidades en relación con el campo de fuerzas al que pertenece. El neoliberalismo es, en otras palabras, una suerte de máquina de experimentación que va ajustando sus movimientos al mapa y espacio de fuerzas en el que actúa.

Por esta razón, el libro de Gago no es un estudio sobre el neoliberalismo sin más; esto quiere decir que no es una explicación descriptiva, ni una aproxi mación sociológica; lo que está en juego en el libro es una interpretación de las formas en las que el mecanismo neoli beral se incrusta -se encarna- en una serie de condiciones específicas. Para ello la pensadora argentina formula la idea de una PRAGMÁTICA POPULAR que, en lugar de concentrarse en la forma en que las políticas públicas instalan el neoli beralismo en la vida cotidiana, parte de las prácticas cotidianas, y de las formas en las que ese conjunto heterogéneo de agencias termina por ensamblar y frac turar el sentido mismo de la expresión neoliberal. Ante la pregunta sobre si hay o no alternativa, el libro de Gago respon dería diciendo que las alternativas están naciendo todos los días en los contornos contradictorios donde se organizan cir cuitos de producción que no operan bajo la misma lógica de la máquina capitalista, sin que esto implique que estas prácti cas sean anticapitalistas. Los procesos económicos que analiza Gago están cir cunscritos en sociedades abigarradas, en las que se yuxtaponen múltiples formas de concebir el intercambio, la acumula ción y el libre comercio; por esa razón, y valiéndose de la expresión del filósofo ecuatoriano Bolívar Echavarría, Gago propone la fórmula de ECONOMÍAS BA RROCAS. Desde la perspectiva del libro, buena parte de los procesos económicos del sur global funcionan incrustados en sociedades complejas, en donde las inte racciones de comercio están mediadas por creencias, prácticas y formas de ver el mundo en cuya multiplicidad residen elementos llenos de una vitalidad que desbordan los marcos de sentido que hacen posibles las prácticas guberna mentales contemporáneas, las lógicas de dominación y exclusión. El neoli beralismo no funciona de arriba hacia abajo. Sus movimientos son mucho más complejos, y suponen múltiples vasos comunicantes que obligan a pensarlo desde una topología más compleja que la de los movimientos verticales.

La óptica de Gago propone desentra ñar un "neoliberalismo desde abajo", que, en lugar de concentrarse en los mantras sobre el neoliberalismo (harto conoci dos y poco críticos), pone acento en los quiebres, remodulaciones y torsiones que los agentes de la vida económica elaboran a diario en sus prácticas más micropolíticas. De este modo, la pensa dora argentina logra exponer cómo, en La Salada (uno de los mercados negros y ferias populares más grandes del mundo ubicado en Buenos Aires), se fracturan los sentidos de libre comercio, de la no-intervención del Estado y del empresario de sí. El enfoque de la PRAGMÁTICA POPU LAR asume que los sujetos no son pasivos receptores de lo que los teóricos dicen, y de lo que los burócratas hacen con la economía, sino que ellos mismos se con figuran como agentes económicos, en la medida que quiebran los sentidos y EN SAMBLAN nuevas formas de posicionarse frente a esas categorías que pretenden ordenar el sentido común. Su análisis de La Salada, como un espacio de frontera, en el que se movilizan sentidos, signifi cados, tradiciones y reapropiaciones de lo económico, pone en jaque algunos de los discursos sobre el neoliberalismo, y se aleja de una visión que pone como víctimas de las "políticas neoliberales" a los sectores subalternos.

En cierto sentido, el libro de Gago pre tende alejarse de las lecturas victimizantes y románticas de los sectores subalternos en relación con las lógicas y fuerzas del neoliberalismo. En lugar de ello, la ar gentina se preocupa por ver cómo, en los movimientos propios de la vida co tidiana, las relaciones económicas se van profanando. Así, por ejemplo, uno de los argumentos que sostiene el libro es que en el movimiento de esta feria clandesti na hay un juego que subvierte la relación de autenticidad y de acceso al consumo. Es claro que buena parte de las grandes marcas de ropa deportiva son producidas en condiciones de trabajo hiperprecarizadas, causadas por al menos tres factores: un principio de competencia que dirige la estructura de la relación mercantil, una condición acelerada de los tiempos en los que se realiza la transacción, y un grado de eficiencia y confidencialidad cla ves para conservar la "originalidad" del producto. Gago señala que en La Salada hay una irrupción contundente de esta triple estructura mercantil. Buena par te de la mercancía que se vende en esta feria es una copia falsificada de marcas importantes de ropa. Los comerciantes de La Salada no solo venden "copias" o "falsificaciones" de la mercancía, sino que falsean la idea de autenticidad que opera como eje fetichista de estas marcas. Esa operación constituye un movimiento de "hackeo" a la lógica de autenticidad sobre la que opera la industria de la moda. Los mercantes de la feria son, en algunos ca sos, los mismos productores contratados por grandes empresas (Adidas, Nike, etc.), que copian, falsifican y producen un excedente para que el valor circule por otras cadenas diferenciadas que no son las de las grandes empresas. La Salada ha producido una serie de intercambios que suman grandes cantidades de dinero en sus transacciones. Lo que empezó como una pequeña feria de inmigrantes, en la que se vendían algunos de los productos realizados en su taller, terminó por ser uno de los mercados clandestinos más importante del mundo, en el que se de safía el sentido de algunas expresiones del neoliberalismo.

Estos migrantes organizados han lo grado subvertir la fórmula del empresario de sí mismo, se la han apropiado y han construido una cadena de valor que pro fana los cursos de emprendimiento y de MANAGEMENT. Dentro de esa estructura hay movimientos de reapropiación que hacen más compleja la forma en la que comprendemos el neoliberalismo. Lo que las prácticas de La Salada hacen visible es que las racionalidades de gobierno son siempre reapropiadas por una vitalidad que hace parte del conjunto de relaciones sociales; por eso el enfoque que propo ne Gago sobre la pragmática popular es fundamental como crisol analítico. En este punto la argentina propone un ho rizonte que haga del pensamiento crítico un ejercicio de posicionamiento frente a los diagnósticos, y que no se agote en las posibilidades políticas que estos crean; describir el neoliberalismo no basta como agencia del pensamiento crítico, tam bién resulta necesario revisar la forma en la que estas prácticas gubernamentales circulan, se interpelan, se entrecruzan y producen nuevas formas, la mayoría de veces profanas, de organizar el mundo, el sentido y el valor. "La pragmática, por tanto, intenta resaltar una dinámica in manente de captación de oportunidades bajo relaciones de fuerza marcadas por la condición (pos)neoliberal" (305).

Otro de los argumentos que sostiene el libro tiene que ver con la cuestión de lo común. ¿De qué forma pensar lo común en ese articulado de fuerzas en las que, según los relatos neoliberales, prima la individualidad exacerbada? En medio de esas lógicas barrocas, en las que opera el neoliberalismo, emergen una serie de prácticas comunitarias que se reapropian los sentidos de valor y de acumulación.

Este modo de devenir feriantes, de quie nes están dentro y fuera de La Salada, proponen una reapropiación del tejido comunal que se basa en la producción de un valor que pasa por otros circuitos diferentes a los del capital financiero y transnacional. Producir lo común tiene que ver con construir circuitos que alteren el orden de la acumulación individua lista que exige el capitalismo, con abrir espacios para que los trabajos del taller y de la feria produzcan nuevos tejidos de relacionamiento social.

Lo que Gago procura es pensar lo común "como [un] espacio que saltea el binarismo entre público y privado, [y] se convierte también en terreno dinámico de luchas y conflictos" (305). No un co mún comunitario que produce armonía, ni que está ordenado por un conjunto de relaciones en las que no habita la di ferencia. Los desafíos que se tienen en términos políticos por la construcción de lo común responden a la necesidad de reinventar esas lógicas de articulación en virtud de las potencias de la diferencia. En contra de la homogenización que pro duce el neoliberalismo expandiendo su idea del sujeto como sujeto consumidor y acumulador, será necesario pensar la forma en la que el consumo se fractura y en las que la acumulación quiebra el modelo de la renta.

El libro de Gago reúne una imagi nación crítica con un estilo de escritura ensayístico que está siempre atento a los movimientos, a las fracturas, a los bordes y a las torsiones de sentido que tienen lu gar en la cotidianidad. El texto articula profundidad teórica con sensibilidad popular. En ese horizonte logra pensar de forma crítica lo que se juega en los cuerpos, en los pasajes, en los puestos, en las copias fabricadas, en los talleres textiles de estas sociedades abigarradas y barrocas donde el neoliberalismo no se copia, ni se reproduce, sino que muta y se subvierte en otros circuitos de valor

Creative Commons License Este es un artículo publicado en acceso abierto bajo una licencia Creative Commons