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Ideas y Valores

Print version ISSN 0120-0062

Ideas y Valores vol.70 no.177 Bogotá Sep./Dec. 2021  Epub Oct 04, 2021

https://doi.org/10.15446/ideasyvalores.v70n177.92977 

Reseñas

Forero, Fernando. Filosofía y negatividad. Sobre el camino del pensar de Hegel en Jena. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia, 2019. 344 pp.

JOSEPH RUEDA* 

* Universidad Nacional de Colombia -Bogotá - Colombia jorueda@unal.edu.co


Todos hemos escuchado alguna vez sobre la "grandeza filosófica" o la "oscuridad conceptual" del pensamiento hegeliano. Lo cierto es que en la mayoría de los casos tenemos referencias de un Hegel maduro, de su sistema filosófico cuidadosamente elaborado, completo e incluso dogmático, como suelen llamarlo algunos. ¿Pero fue siempre el proceder de Hegel sistemático y unitario? ¿Qué tan justo es atribuirle un carácter totalizante a su filosofía?

En el invierno de 1800, durante su estancia en Frankfurt, meses antes de mudarse a Jena, Hegel le escribe a Schelling una carta en la que le pide alojamiento en Bamberg antes de arrojarse "al torbellino de letras de Jena", donde veía un cambio de orientación en su filosofía:

Mi formación científica comenzó por necesidades humanas de carácter secundario; así tuve que ir siendo empujado hacia la Ciencia, y el ideal juvenil tuvo que tomar la forma de la reflexión, convirtiéndose en sistema. Ahora, mientras aún me ocupo de ello, me pregunto cómo encontrar la vuelta para intervenir en la vida de los hombres. (433 énfasis agregado)

El proceder sistemático de Hegel fue producto de un largo trayecto: lecciones, esbozos, manuscritos, artículos, apuntes de lecturas, diarios y cartas -escritas en Jena entre 1801 y 1806- componen un corpus conceptualmente fragmentario cuya elaboración asistemática resultará extraña a un lector habituado a un Hegel maduro (cf Forero 1-13). Sin embargo, estos trabajos fracturados y dispersos no pueden considerarse como una obra alternativa, completamente ajena al trabajo posterior de Hegel (ibd.). La obra de Jena "está colmada de intuiciones frescas que hasta ahora se fermentan [...], de atisbos que todavía no se integran dentro del plan del sistema o que después no se toman en cuenta" (Forero 12). Si somos fieles al interés hegeliano de aunar lo que se presenta caóticamente, debemos preguntamos si es posible integrar estos fragmentos y considerarlos en unidad.

Es aquí donde entra Filosofía y negatividad. Sobre el camino del pensar de Hegel en Jena, libro publicado en el 2019 por el Centro Editorial de la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional de Colombia como parte de la Colección Biblioteca Abierta. El libro fue escrito por Fernando Forero, doctor en filosofía de la Universitát in Hagen de Alemania y la Universidad Nacional de Colombia, investigador posdoctoral de la Ruhr-Universitát Bochum y miembro del Centro de Estudios Hegelianos (CEH). En esta obra, producto de su tesis doctoral, Forero se propone "superar la desorientación que surge de los trabajos de Hegel en Jena al darles unidad y ofrecer una perspectiva de totalidad" (12). Para lograr lo anterior, el autor ve en los conceptos de negatividad y filosofía el vórtice de ese torbellino de letras de Jena.

Forero se vale de seis capítulos para explicar este camino. El libro cuenta además con una sección final que presenta una recapitulación de su proyecto, explica cuáles son las conclusiones a las que llega la investigación, comenta asuntos no explorados por el estudio y sugiere algunas líneas de desarrollo que permiten continuar con el descubrimiento de los textos jenenses (cf. 309-320).

El libro sigue el tránsito del ideal juvenil al sistema, rastreando el origen de los conceptos de filosofía y negatividad en los Escritos de juventud hasta llegar a la Fenomenología del espíritu. Los primeros cinco capítulos siguen ese rastro en donde el autor muestra cómo la negatividad y la filosofía alcanzan su máximo rendimiento racional cuando la negatividad se revela como el eje lógico y ontológico de la realidad y, por lo tanto, del pensamiento (cf. 311-312). En el último capítulo, Forero debate la lectura heideggeriana del saber absoluto que lo entiende como el instante en el que se anula cualquier experiencia (cf. 273-307). Aquí el autor pretende demostrar que este no es un saber totalizante y, aunque represente el instante más elevado del pensar, no clausura el devenir, sino que, por el contrario, demuestra su carácter abierto (cf. 283-307). Así, el autor desmantela los prejuicios que suelen atribuirle a Hegel una metafísica totalitaria que erradica la contingencia (ibd.). Yo añadiría que también responde a las lecturas del saber absoluto que lo asumen como un momento completamente ininteligible, un galimatías, 'la nada, la pura nada, el vacío perfecto', mostrando que es una experiencia real, posible e inteligible para el hombre de pie y el filósofo.

"Mi formación científica comenzó por necesidades humanas de carácter secundario..."

Forero señala en el primer capítulo (cf. 19-66) que, antes que un desarrollo estrictamente científico de su pensamiento, Hegel hizo un diagnóstico de los fenómenos históricos que vivió en su juventud (cf. 310). Allí revela la positividad que dominó todas las esferas del pensamiento y la cultura de su época. Lo positivo consiste en el desgarramiento de la realidad en numerosas dualidades irreconciliables, donde una de ellas se instaura como el centro esencial que funda y ordena todo lo real como, por ejemplo, la división entre ser y pensar, que se asumían como esferas antitéticas donde una fundaba a la otra, el pensamiento fundaba el mundo o el mundo fundaba el pensamiento (cf. 28). Al hacer una crítica de la positividad de su tiempo, Forero señala que Hegel tuvo que atender a la filosofía de la reflexión, pues lo positivo fue configurado por ella y vivificado en el espíritu de la época. Si se quería atender a la positividad epocal críticamente, debía primero hacerse una crítica al pensamiento reflexivo (cf. 4262; 80-113). La razón por la cual Hegel debía atacar la positividad es porque ella misma encarnaba la imposibilidad de pensar en la unión de la realidad, era el rasgo de alienación de la cultura moderna que "está marcada por un profundo desarraigo y extrañamiento que invade a los individuos y a las comunidades en todos los ámbitos de la praxis humana, y los somete a contradicciones y tensiones aparentemente irresolubles" (40).

"El ideal juvenil tuvo que tomar la forma de la reflexión, convirtiéndose en sistema..."

En el segundo capítulo, Forero expone el diálogo de Hegel con el idealismo trascendental (cf. 90-113), primero para exponer las oposiciones encarnadas y creadas por la 'letra' de Kant, pero también para reconocer en el 'espíritu' de su filosofía el poder unificador de la razón (cf. 89-60). El tercer (cf. 127-173) y cuarto capítulo (cf. 175-216) representan un momento capital para el libro, pues allí surge la noción de lo especulativo y su relación con la negatividad -quizá uno de los desarrollos argumentativos más atractivos que hace Forero a lo largo de su texto-. Forero hace uso de metáforas, símiles y etimologías para explicar la noción de lo especulativo que, grosso modo, consiste en ver el carácter relacional de la realidad (cf. 119-125; 157; 189-199). Al pensar especulativamente, según Forero, se ausculta el despliegue negativo de lo real, se ve cada cosa en relación con lo que ella no es (cf. 153). No podemos reconocer la identidad de los entes y los conceptos en su aislamiento, sino acudiendo a su relación con los demás (cf. 119-120). En este momento, ya podemos definir de manera concreta la negatividad: se trata del reconocimiento de la relacionalidad de lo real, de la unidad permanentemente móvil entre la identidad y la diferencia que surge de las cosas mismas (cf. ibd.). Lo propuesto en el tercer capítulo en su estructura lógico-ontológica permitirá ver, en el cuarto, cómo la realidad efectiva también está constituida por relaciones negativas (cf. 195). El pensamiento especulativo demuestra que nunca hay verdades inmanentes y últimas, sino pura relacionalidad negativa, dinámica, viva (cf. 175-216).

"Así tuve que ir siendo empujado hacia la Ciencia"

La Fenomenología del espíritu analiza la experiencia de la conciencia, y estudia las manifestaciones del espíritu hilándolas hasta revelar el núcleo último que domina el ser de la experiencia (cf. 214). Para Forero, Hegel demuestra en esta obra que la estructura negativa presente en la lógica de Jena también atraviesa la experiencia de los seres humanos (cf. 218-219). En el quinto capítulo se indaga cómo se revela el saber absoluto como un saber y un vivir lo negativo para la conciencia natural y para el filósofo (cf. 217-273).

El saber absoluto no es una experiencia puramente epistemológica; también es una experiencia ontológica. La conciencia natural entiende que el momento constitutivo de la experiencia se encuentra en la ruptura de una verdad y no en su instauración (cf. 250-252). Ella se sabe parte del carácter fluido de la verdad y descubre que "el rasgo fundamental de la realidad es que ella no tiene fundamento" (293). Por su parte el fenomenólogo ve en este momento la negatividad que rige al concepto (ibd); esto le permite determinar la experiencia que tiene la conciencia natural bajo el desenvolvimiento dialéctico del concepto, "al hilo del despliegue de la razón absoluta" (234-236). Él ordena las manifestaciones de lo absoluto vividas en la experiencia y advierte su latente racionalidad (cf. 236). El saber absoluto puede ser entendido como un ir más allá de este o aquel camino de la experiencia; es un caminar más allá del más allá, donde no hay fin ni límite, solo devenir que revela cómo lo fijo se disuelve y la negatividad se manifiesta.

"Me pregunto cómo encontrar la vuelta para intervenir en la vida de los hombres"

El sexto capítulo expone la crítica hecha por Heidegger a la ontología hegeliana (cf. 283-307). Por un lado, Heidegger ve que el saber absoluto representa el fin de la experiencia histórica (cf ibd.). Por otro, critica el presunto corte teleológico del sistema hegeliano que sujeta a la experiencia de la conciencia a un inevitable proceso donde debe seguir indiscutiblemente a la racionalidad universal (cf. 283-288).

El error que comete Heidegger, según Forero, es olvidar el tipo de experiencia que tiene la conciencia natural en el saber absoluto. Heidegger no admite que el trayecto de la conciencia natural no tiene un fin determinado. Para Hegel, según lo que argumenta Forero, en la vida de la conciencia natural sí hay derrumbamientos de su realidad, pero eso no implica que el saber absoluto siempre sea alcanzado (cf. 284). Además, si la conciencia natural alcanza el saber absoluto no entenderá totalmente su conceptualidad, pues ella solo vive el absoluto, experimenta el carácter negativo de la verdad (cf. 289). Heidegger también ignora que, a pesar de que la figura del filósofo en la Fenomenología toma ciertas experiencias y las hila revelando el despliegue negativo de la razón, esto no significa que la conciencia natural siga este camino a lo absoluto (cf. 283-287).

El saber absoluto siempre tiene que ser pensado a la luz de su carácter de apertura. La conciencia que hace experiencia se sabe abierta a posibilidades.

No se aferra a una verdad última pues ha interiorizado el carácter negativo de la experiencia (cf. 296) Por su parte, con el saber absoluto el filósofo puede advertir el concepto como pura negatividad expresada en la historia, lo cual le permite ver en el caos de la inmediatez el orden y "la realización o el empobrecimiento de la razón" (297). La filosofía se vivifica cuando logra cubrir lo incomprensible y aparentemente externo, "ella nos ayuda a ver que pertenecemos a una racionalidad común" (299-300). Eso es lo totalizante en la filosofía de Hegel, según nos dice Forero, pues Hegel considera que el pensar no puede alejarse de "un saber universal sobre el todo, de modo que él presenta su filosofía como sistema" (302). El autor resalta que la pretensión totalizante del pensamiento hegeliano encarna una idea mucho más radical de negatividad, que apunta al carácter abierto de un sistema que entiende la realidad como algo que "está llegando a ser, efectuándose y actuando permanentemente" (303).

Al finalizar la exposición, Forero, fiel a su conclusión, a saber, que el sistema de Hegel no es en absoluto dogmático, sino que siempre estará incompleto, se deja y nos deja una importante tarea: continuar su investigación. En ese sentido, menciona posibles vías donde se podría continuar explorando la noción de la negatividad (cf. 313-320), y anuncia algunos asuntos que no fueron tratados en su libro: la relación del concepto de religión en el periodo de Jena y la manera en la que se expresaría la negatividad en los diálogos con fenómenos concretos de su época como la Revolución Francesa o con las filosofías de Jacobi y Spinoza, etc. (cf. 316-317). Valdría la pena considerar también los siguientes temas de investigación donde podemos develar el despliegue de la negatividad en Jena: la transición del concepto de imaginación desde Escritos sobre la diferencia hasta la Fenomenología;1 la transformación de la idea de vida unificada heredada de Hólderlin al ideal de ciencia desarrollado por Hegel en su madurez2 y, por último, la evolución del concepto de Dios desde los Escritos de juventud hasta la Fenomenología.3

Forero también nos invita a dialogar con nuestra realidad, instándonos a pensar fenómenos históricos latinoamericanos desde el pensamiento de Hegel. Acá se pregunta por el sentido de lo que sucedió en el plebiscito por la paz que se hizo en Colombia en el 2016 (cf. 319-320). Esto, a mi modo de ver, permite que las discusiones filosóficas se comprometan con la realidad social y no permanezcan en coloquios alejados de los acontecimientos sociales. Este libro es muestra de un interés creciente de los filósofos contemporáneos por hacer dialogar al sistema hegeliano con los fenómenos actuales. Un ejemplo de ello es el libro de Byung-Chul Han, titulado Hegel y el poder, editado por Herder en el 2019, donde se discute el papel del poder en el pensamiento de Hegel desde su lógica y su metafísica, o Hegel for Social movements, escrito por Andy Blunden y editado por Brill también en el 2019. Aquí el autor piensa la Fenomenología del espíritu, la Ciencia de la lógica y la Filosofía del derecho a la luz de las protestas sociales con el ánimo de discutir la utilidad de las ideas presentes en estos textos de Hegel, haciendo énfasis en su carácter práctico y dinámico. Curiosamente, este libro inicia estudiando el periodo de juventud y de Jena.

Para finalizar, quiero destacar dos elementos fundamentales en el libro. Resalto de este libro su sencillez expositiva y su complejidad conceptual -cosa que muy difícilmente se logra, en especial con autores como Hegel-. Es común que los textos filosóficos sean áridos, que su forma sea subsidiaria del contenido. En el texto de Forero vemos un esfuerzo por decir las cosas con claridad hasta el punto de ser reiterativo -lo que no representa un defecto, sino una de las mayores virtudes del libro. Forero hace un registro a lo largo del libro del diálogo que tiene Hegel con su época y con diversas corrientes filosóficas. También da cuenta del diálogo que mantuvieron autores contemporáneos con el pensamiento hegeliano. El libro mismo es un diálogo entre Forero y estos escritos fragmentarios del periodo de Jena. Forero conversa también con otros filósofos que se preocuparon por los escritos jenenses, intenta darles orden a todas esas voces y pretende armonizar lo que a primera vista puede ser un pensamiento cacofónico. El autor no solo es consciente de su papel como interlocutor entre él y Hegel, sino que entiende que ahora está dialogando con nosotros, sus lectores, por lo que no avanza un tramo de su camino hasta no asegurarse de que cada término o idea hayan sido develados con total claridad para el lector. Forero se embarcó en una tarea que no solo es ardua por buscar entender a un autor que presenta dificultades particulares, un lenguaje oscuro, si se quiere sibilino, sino que también buscó darles unidad a textos disgregados. Otro elemento que vale la pena mencionar es que, si bien el texto de Forero no pretende ser una propedéutica a Hegel, presenta de manera clara conceptos claves del pensamiento hegeliano que pueden ser útiles para alguien completamente ajeno a este.

Hilar conceptualmente estos textos fragmentarios puede parecer una tarea titánica. Forero no solo logró enhebrar una aguja en un cuarto oscuro, sino que logró armar un tejido polifónico, complejo y atractivo en su presentación. Cada puntada, cada hilo que lo compone está perfectamente trenzado y, lo mejor de todo, nos deja el camino a nosotros sus lectores para seguir tejiendo, nos permite participar en su empresa. Nos queda la tarea, no solo de leer el libro, sino de continuarlo para alimentar la creación de proyectos investigativos sobre Hegel que solidifique la producción e investigación hispana de su filosofía y aumente el esfuerzo para leernos entre nosotros y, así, situar el saber filosófico del viejo continente en la lozana realidad americana.

Bibliografía

Blunden, A. Hegel for Social Movements. Leiden: Brill, 2019. [ Links ]

Han, B.C. Hegel y el poder: un ensayo sobre la amabilidad. Trads. Miguel Alberti. Barcelona: Editorial Herder, 2019. [ Links ]

Hegel, G.W.F. Escritos de juventud. Trad. Zottan Szankay y José María Ripalda. Ciudad de México: Fondo de Cultura Económica, 1978. [ Links ]

1Para Bates "la tarea de la Fenomenología es estudiar la imaginación hasta su fin" (Bates 1997 15). Bates hace este estudio de la imaginación acudiendo a los escritos de Jena. Véase Bates, Ann. The genesis and spirit of imagination (Hegel's theory of imagination between 1801-1807) (1997).

2Véase "El devenir de Hegel hacia la Fenomenología del Espíritu" escrito por Carlos Rendón, publicado en el número 137 de la revista Ideas y Valores.

3Esto fue desarrollado por George Lukács en un libro titulado El joven Hegel y la sociedad capitalista, también hay un artículo publicado en el número 39 de la revista mexicana Política y Cultura llamado "El concepto de Dios en algunos textos del joven Hegel", escrito por Ernesto Gallardo León donde trata con profundidad este tema. Maria del Rosario Acosta tiene numerosos libros y artículos sobre el pensamiento del joven Hegel, uno de ellos, que vale la pena mencionar aquí es "Tragedia, política e historia: una lectura de la filosofía hegeliana de Juventud" publicado en La nostalgia de lo absoluto: pensar a Hegel hoy editado por la Universidad Nacional de Colombia.

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