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Revista Latinoamericana de Psicología

Print version ISSN 0120-0534

rev.latinoam.psicol. vol.39 no.2 Bogotá May/Aug. 2007

 

ARTÍCULOS

PENSAMIENTO ECONÓMICO EN JÓVENES UNIVERSITARIOS

ECONOMIC THOUGHT AMONG UNIVERSITY STUDENTS

JOSÉ AMAR 1 , RAIMUNDO ABELLO,
1 Correspondencia: JOSÉ AMAR AMAR, Centro de Investigaciones en Desarrollo Humano, Universidad del Norte, Apartado 1569, Barranquilla, Colombia. Correo electrónico: jamar@uninorte.edu.co; RAIMUNDO ABELLO LLANOS, Correo electrónico: rabello@uninorte.edu.co

MARIANELLA DENEGRI
Universidad de la Frontera, Chile
Correo electrónico: denegri@ufro.cl

MARINA LLANOS
Universidad del Norte, Colombia
Correo electrónico: mllanos@uninorte.edu.co


ABSTRACT

This research explored the construction of economic concepts in a sample of 50 university students, residents from a multifinancial city of the Caribbean Colombian Region. To get to know the conceptualization we applied a deep interview and we investigated about the function, value and circulation of money and the emission and circulation of the money. Just 24% of young students reach the level of economic inferential thought. No differences were observed between students from different academic programs. The results indicate that the studied group presents a difference in the level of the economic thought with previously studied similar groups from other nationalities.

Key words: Construction of social knowledge, social representations, economic concepts, Caribbean Region, Colombia, Superior education.


RESUMEN

La investigación consistió en indagar la construcción de conceptos económicos en una muestra de 50 estudiantes universitarios, residentes de una ciudad multifinanciera de la regiónCaribe colombiana. Para conocer las conceptualizaciones se aplicó una entrevista en profundidad que permitió indagar sobre la función, valor y circulación del dinero y la emisión y acuñación monetaria. Se encontró que solo el 24% de los jóvenes universitarios alcanza el nivel de pensamiento económico inferencial, y no hay diferencias significativas de acuerdo con el programa académico al que pertenecen. Los resultados indican que los jóvenes presentan un desfase en cuanto a nivel de pensamiento económico de acuerdo con el contexto internacional.

Palabras clave: Construcción del conocimiento social, Representaciones sociales, Conceptos económicos, Región Caribe, Colombia, Educación Superior.


INTRODUCCIÓN

Esta investigación, enmarcada en la perspectiva cognitivo-constructivista, parte del supuesto de que los individuos construyen modelos y representaciones del mundo social en el que viven a partir de las experiencias e interacciones con otras personas, grupos o instituciones y de acuerdo con el nivel de información al que tienen acceso. En este proceso de construcción, el nivel de desarrollo de sus estructuras cognitivas es un factor determinante en lo que se refiere a su comprensión de ciertos problemas: algunos estarían a su alcance en un momento determinado, pero otros no. Esto no significa que los sujetos de un mismo nivel tengan las mismas ideas y concepciones acerca del mundo social, pero sí que, probablemente, las organicen de manera semejante (Delval, Enesco & Navarro, 1994).

Los dos pilares organizativos del esquema global de la representación del mundo social son el orden político y el económico. Los niños se relacionan tempranamente con el mundo de la economía a partir de experiencias tan cotidianas como ir al mercado o escuchar las frecuentes conversaciones que tienen sus padres con otros adultos sobre lo económico. Esta temprana ex-posición y la necesidad de resolver problemas como, por ejemplo, saber cuánto vale un caramelo o de dónde viene el dinero que le dan sus papás, los obliga a construir modelos explicativos de esta realidad tan cercana pero a la vez tan compleja. Así, la comprensión de la economía se ha convertido en una necesidad básica para poder responder satisfactoriamente a los requerimientos de adaptación social (Denegri, 1995).

Las investigaciones en torno de la comprensión del mundo económico se han centrado en la construcción de conceptos relacionados con el dinero, el funcionamiento del banco, la compra-venta en la tienda y el desarrollo del concepto de ganancia (entre ellos, Amar, Abello, Denegri, & Llanos, 2001; Amar, Denegri, Abello, & Llanos, 2002; Amar, Llanos, Abello, & Denegri, 2003; Berti & Bombi, 1981; Danziger, 1958; Delval, et al. 1971; Denegri, 1995; Denegri, Delval, Ripoll, Palavecinos & Keller, 1998; Jahoda, 1979). A partir de sus resultados, estas investigaciones han planteado niveles evolutivos de pensamiento que atraviesa el individuo para llegar a construir los conceptos relacionados con la economía, similar a la que planteó Piaget (1991) en sus escritos.

El presente estudio considera como marco de análisis el Modelo de Psicogénesis del pensamiento Económico elaborado por Denegri (1995) en España. Este modelo señala la existencia de una secuencia evolutiva que muestra un patrón de cambio conceptual, propio de una conceptualización progresiva y que permite identificar la existencia de tres niveles de desarrollo en la conceptualización del origen y circulación del dinero. Si bien la autora establece algunos parámetros de edad como puntos de referencia, también plantea la importancia de considerar las variables de contexto a la hora de ubicar a los individuos en cada nivel. El primer nivel que se extiende de los 6 a 10 años de edad- se divide en dos, denominados pensamiento extraeconómico y pensamiento económico primitivo y se caracteriza por una concepción difusa, desorganizada y con marcadas dificultades para comprender el mundo económico. El segundo, denominado pensamiento económico subordinado -11 a 14 años de edad-, muestra una mayor comprensión con el desarrollo de una conceptualización económica básica que incluye la idea de ganancia y la incorporación del carácter fiduciario del dinero como medio global de intercambio, pero con una sobreadscripción de funciones de control al Estado, en la vida social y económica y dificultades para comprender el sistema económico como tal, observándose más bien que el individuo conceptualiza partes aisladas o algunos rudimentos de subsistemas (por ejemplo, el de producción-consumo) pero sin lograr establecer una relación sistémica y de interdependencia entre los distintos aspectos del ciclo de origen y circulación del dinero. Finalmente, en el tercer nivel, denominado pensamiento económico inferencial y que correspondería teóricamente a la adolescencia tardía y adultez, los sujetos son capaces de comprender los múltiples determinantes de los problemas y ciclos económicos, incluyendo nuevas variables y adscribiendo al Estado un rol más realista y despersonalizado, con lo que aparece sustituida la idea de causalidad lineal, propia del nivel anterior, por una conceptualización sistémica del mundo económico (Amar et al., 2002; Amar et al., 2003).

En un extenso estudio realizado con una muestra de 500 niños y adolescentes chilenos de 6 a 18 años de edad, Denegri et al. (1998) observaron que un importante porcentaje de adolescentes de 15 a 18 años (51,3%) permanecen en un nivel de pensamiento económico subordinado lo que indica que tanto su nivel de información como de estructuración de las ideas económicas es aún rudimentario, a la vez que su concepción de la realidad social se centra en una representación de marcada dependencia del Estado, donde está ausente la concepción de un ciudadano capaz de intervenir activamente en los procesos económicos.

Amar et al. (2002) replicaron esta investigación con niños y adolescentes de la región Caribe colombiana. Los sujetos provenían de sistemas financieros múltiples, limitados y nulos, y de los niveles socioeconómico alto, medio y bajo. Los resultados mostraron que tanto los niños como los adolescentes se encontraban desfasados con respecto del nivel de pensamiento económico que se espera para su edad, de acuerdo con lo planteado por Denegri (1995), a tal punto que solo el 6,7 % de los adolescentes colombianos, presentaba un pensamiento Económico Inferencial.

Como se puede observar de la revisión precedente, la investigación del desarrollo de conceptos económicos en la pre adultez parece haber ganado un espacio en el pasado reciente, pero no así el de los años adultos. Son escasos los estudios que se han preocupado por la comprensión de la economía en la tardía adolescencia y edad adulta; sin embargo, su investigación es relevante y pertinente a la hora de analizar el peso que tienen los cambios en el pensamiento económico durante los estadios de la vida adulta y la posibilidad de influir en la adaptación cotidiana y en los requerimientos de sociedades complejas y crecientemente globalizadas (Stacey, 1987). El presente estudio se propuso, basado en el modelo de desarrollo del pensamiento económico, identificar las representaciones que poseen los jóvenes universitarios entre los 19 y 24 años de edad acerca del origen, circulación y función del dinero y establecer diferencias significativas entre las representaciones de los estudiantes acerca de la economía, de acuerdo con el programa académico.

MÉTODO

Población y muestra

La muestra, seleccionada intencionalmente, estuvo conformada por 50 estudiantes universitarios con edades entre los 19 y 24 años y pertenecientes a los niveles socioeconómicos alto y medio de una universidad de la ciudad de Barranquilla (Colombia). La muestra de estudiantes seleccionados a los cuales se les aplicó la entrevista definitiva estuvo conformada por alumnos de los programas de Derecho, Psicología, Ingeniería Industrial, Medicina y Administración de Empresas.

Para los efectos de esta investigación se estableció como criterio definitorio de la muestra, la preponderancia que tiene la formación económica en la malla curricular de las carreras de pregrado. De acuerdo con ello, fueron seleccionados estudiantes con nivel de instrucción económica alta, que incluía a los programas cuya orientación académica de pregrado está enfocada hacia la formación económica específica, correspondiente en este caso a Administración de Empresas, nivel de instrucción económica media cuya orientación académica de pregrado no está enfocada hacia la formación económica específica pero que en términos generales reciben algunos contenidos de economía en su currículo, que incluía a Ingeniería Industrial y Derecho y, finalmente, nivel instrucción económica baja cuya orientación académica de pregrado no incluye ninguna formación económica, con participantes de Medicina y Psicología.

Instrumentos

Se utilizó una entrevista piagetana en profundidad de carácter semiestructurada, elaborada por Denegri (1995) y adaptada a la realidad colombiana, por Amar et al. (2002). Este instrumento consta de cuatro apartados, donde cada uno incluye preguntas que requieren de distintos niveles de elaboración por parte del sujeto. En algunas se indaga el nivel de mera información disponible, en otras se pretende la descripción de un proceso y, finalmente, en algunas se piden explicaciones conceptuales que exigen una mayor elaboración de parte del sujeto.

El primer apartado de la entrevista busca las ideas que tienen los individuos acerca de la función que cumple el dinero, teniendo como objetivo principal introducir y familiarizar al sujeto con el tema. En el segundo apartado se investigan los conocimientos y explicaciones de los sujetos acerca del lugar y formas de fabricación del dinero, las normas que rigen el proceso de acuñación y emisión, el papel del Estado dentro de este proceso, además de la evolución histórica del uso del dinero como instrumento de cambio. En un tercer apartado se indaga sobre los conocimientos y explicaciones de los sujetos en torno del proceso general de circulación de la moneda, cómo le llega ésta al Banco, a la gente y al comercio, la puesta en circulación del dinero nuevo, la retirada del antiguo y la posible existencia de instrumentos económicos alternativos al dinero. Finalmente, en el cuarto apartado se investiga sobre las ideas que tienen los sujetos acerca de la determinación del valor del dinero en general y en torno del valor de la moneda como instrumento de cambio en relación con otros países, así como la relación que existe entre el valor del dinero y la evolución de los precios.

Procedimiento

Se estableció contacto con las autoridades responsables de cada programa seleccionado, solicitando su autorización para la realización del estudio. Luego, fueron contactados estudiantes voluntarios de cada programa, estableciendo como criterio su disposición a participar en el estudio. A cada participante se le solicitó formalmente su colaboración, se le explicó el objetivo de la entrevista y su autorización para registrar el contenido de sus respuestas en una cinta magnetofónica, haciendo énfasis en la confidencialidad de sus respuestas.

A todos los participantes se les realizó la entrevista individualmente en el Laboratorio de Psicología. Las conversaciones fueron grabadas completamente y luego transcritas textualmente en un protocolo para su posterior análisis.

Análisis de resultados

Para iniciar el análisis y a partir de las categorías originales propuestas por Denegri (1995) se codificaron todas las respuestas de los sujetos, algunas de estas categorías se reagruparon incluyendo aquellas contestaciones que se podían considerar equivalentes de acuerdo con criterios más inclusivos.

Una vez realizado el análisis por categorías, se empleó un segundo tipo de análisis del corpus de entrevistas en su totalidad para determinar la existencia de niveles diferentes y progresivos de conceptualización que agruparan diversas categorías y dieran cuenta de la forma global de comprensión del mundo económico, los que fueron contrastados con la propuesta global de niveles del desarrollo del pensamiento económico. Para depurar el procedimiento de codificación y como una forma de evitar sesgos previos, la asignación de los sujetos a cada uno de los niveles de conceptualización se realizó sin que los codificadores conocieran las variables demográficas que identificaban a cada protocolo (edad cronológica, sexo y nivel socioeconómico). Estos datos fueron incluidos solo en el momento de ingresar la codificación para el procesamiento estadístico. La asignación de los sujetos a los diferentes niveles fue sometida también a un proceso de validación interjueces.

A partir de esta categorización se efectuó el análisis cuantitativo de los datos, apoyado en el paquete estadístico SPSS, que permitió conocer la frecuencia y distribución porcentual de los sujetos en cada uno de estos niveles. Luego, se presentaron estos mismos datos en relación con las variables: Género, Nivel Socioeconómico, Edad y Programa Académico.

RESULTADOS

Los resultados generales que se presentan en la tabla1 indican la distribución encontrada para los niveles de pensamiento económico en los jóvenes universitarios entrevistados. Los resultados indican que los alumnos se distribuyen en los niveles de pensamiento económico propuestos por Denegri (1995), Denegri et al. (1998) y Amar et al. (2002) los cuales van de menor a mayor complejidad con respecto del tipo de concepciones económicas elaboradas por los universitarios y al nivel de organización de estas. A diferencia de los estudios previos, se observa la presencia de un estadio transicional entre el segundo y tercer niveles que muestran diferencias entre el pensamiento de los jóvenes universitarios participantes en este estudio y los niños y adolescentes participantes en estudios anteriores realizados por Amar et al. (2002), Amar et al. (2003), Denegri (1995), Denegri et al. (1998), y Duque, Flores, Pardo y Villadiego (2004).

De la tabla2 se puede inferir, como aspecto sobresaliente, que el 50 % de los sujetos de la investigación se ubicaron en el nivel de transición, sólo el 24 % en el nivel económico inferencial, el 22 % en el nivel económico subordinado y, finalmente, el 4 % en el nivel primitivo. Las tendencias más sobresalientes de estos resultados son las siguientes:

Los datos evidencian el bajo porcentaje de universitarios en el nivel de pensamiento económico inferencial, aunque el porcentaje obtenido en este nivel es mayor al alcanzado en los estudios generales desarrollados por Amar et al. (2002). Se esperaba, por edad y otros estudios internacionales, que el porcentaje alcanzado en este nivel fuese significativamente diferente.

El mayor porcentaje de universitarios en el nivel de transición sugiere que poseen un nivel de informaciones apropiadas y conceptualmente correctas que les permiten identificar aspectos clave relacionados con el mundo económico. Sin embargo, en el momento en que se requiere de una articulación o integración de tales aspectos, el sujeto se muestra incapaz de hacerla o bien aún no es capaz de establecer con claridad las relaciones complejas que existen entre los distintos sistemas que conforman el mundo económico. Es importante señalar que el nivel de transición capacita al joven universitario a desarrollar algunas características del pensamiento económico inferencial.

La tabla 2 muestra las distribuciones porcentuales alcanzadas en cada nivel por los jóvenes universitarios.

El 24% de los universitarios que forman parte del nivel económico inferencial teórica-mente esperado a su edad, evidenció que sólo unos pocos lograron mostrar una mayor organización y manejo de informaciones generales y especificas acerca del ciclo de origen y circulación del dinero y la función que este cumple en la economía. En otras palabras, significa que un bajo porcentaje de la muestra tiene la capacidad de comprender la función del dinero como un medio de cambio y unidad de cuenta, aspectos necesarios para múltiples propósitos, como para comprender la influencia de las distintas variables económicas que moderan la emisión de dinero y que limitan fenómenos como la falsificación.

Sobre este resultado es importante precisar que solo el nivel de pensamiento inferencial posibilita a los jóvenes universitarios comprender las variables económicas complejas, la existencia de la idea de mercado de cambios y de la interacción de sistemas que determinan este valor de cambio. Este nivel permite comprender las relaciones complejas que existen entre los sistemas monetario, productivo, financiero, familiar, el financiamiento del Estado, el ciclo de la circulación del dinero, la función de la banca comercial, el concepto de interés y la comprensión de las relaciones entre préstamos, ahorro e inversión.

El 22% con pensamiento subordinado y el 4% con pensamiento económico primitivo, nos parece alto si se trata de una muestra intencional de jóvenes universitarios de un estrato social alto y medio. Los resultados indican que estos jóvenes poseen dificultades para realizar inferencias de procesos no visibles tendiendo a centrar su análisis en referentes concretos. Se aprecia en ellos la construcción de una conceptualización económica básica basada en el concepto de ganancia, la separación primaria entre el ámbito de las relaciones personales y las relaciones económicas institucionalizadas pero determinadas por una fuerte incorporación de preceptos morales convencionales.

Las características que se ajustan a los jóvenes de este nivel subordinado corresponden a una alta valoración de las leyes como garantes del buen funcionamiento de la sociedad y una sobrevaloración del papel del Estado, que es concebido desde una perspectiva paternalista. Ello implica que estos jóvenes adscriben la responsabilidad exclusiva de la organización, regulación, distribución de recursos y control de todo el funcionamiento social y económico a autoridades institucionales más que a variables económicas.

El pensamiento económico de los jóvenes de nivel subordinado con respecto del proceso de circulación del dinero, se asocia con la capacidad de establecer relaciones entre los diferentes sistemas del mundo económico, pero sin lograr comprender la complejidad de las mismas, como de aspectos tan básicos en la economía como la función que cumplen los impuestos, la comprensión cabal de los mecanismos de financiamiento del Estado, el papel de los intereses en los préstamos bancarios, entre otros aspectos.

En relación con la influencia del Nivel Socioeconómico en las respuestas de los sujetos, se observa una distribución homogénea de sujetos en cada nivel independiente de su nivel socioeconómico de origen. Ello constituye un resultado discordante con lo reportado por investigaciones previas con niños y adolescentes donde esta variable estaba significativamente relacionada con el nivel de comprensión (Amar et al., 2002).

En la a tabla3 se puede observar la distribución de jóvenes universitarios de acuerdo con los niveles de pensamiento alcanzado con relación con los programas académicos a que pertenecen. Se puede colegir de esta comparación, sobre todo para los niveles de transición y pensamiento inferencial que representan el 74% de la muestra, que no hay evidencias de mayor concentración en un programa determinado, lo que sugiere que el programa no es representativo para el nivel de pensamiento alcanzado.

En la tabla4 se observa que de los tres programas que tienen en su currículo un nivel de instrucción económica alta o media (Ingeniería Industrial, Administración de Empresas, Derecho) en dos de ellos los jóvenes universitarios alcanzan mayores niveles de pensamiento; sin embargo, las diferencias en las proporciones de los niveles de pensamiento entre los estudiantes según el programa académico, no son significativas (p>0,05). De esta manera, son los programas de Ingeniería Industrial y Administración de Empresas en donde los estudiantes presentan un pensamiento económico más estructurado.

Es importante precisar que siendo el Programa de Administración de Empresas el que posee el nivel más alto de instrucción económica dentro del currículo, se ubique por debajo del programa de Ingeniería Industrial, en donde el 40% de los estudiantes alcanzan el nivel Inferencial, mientras el 33% de los estudiantes de Administración de Empresas se ubica en este nivel. No obstante, estos datos no son importantes a la hora de las significancias estadísticas (p>0.05). Por otro lado, es bueno destacar que el 60% de los estudiantes de Ingeniería Industrial se encuentran en un nivel de Transición, y no se halla ningún estudiante en los niveles I y II, en con-traste con los alumnos de Administración de Empresas, quienes en un 42% se ubican en el nivel de Transición y un 25% en el Subordinado. Por su parte, en el programa de Derecho el 20% de los sujetos se ubican en el nivel de Pensamiento Inferencial, un 50% en el de Transición y el 30% restante en el Subordinado; sin embargo, estas diferencias no alcanzan a ser significativas (P > 0.05).

En el caso de los participantes de los programas de Medicina y Psicología, caracterizados curricularmente como de bajo o ningún nivel de instrucción económica, son ellos los que alcanzan en menor proporción el nivel de pensamiento Económico Inferencial, ubicándose aquí el 12,5% de los sujetos de Medicina (62,5% en Transición y 25% en el nivel Subordinado) y el 10% de los de Psicología (40% en Transición, 30% en el Subordinado y 20% en extraeconómico); sin embargo, estos datos no son importantes a un nivel de significancia estadística (p > 0,05).

Cabe señalar que en estos mismos programas, de acuerdo con el estudio de Amar et al. (2001), se observan los menores porcentajes de estudiantes que alcanzan un pensamiento formal y una alta proporción de sujetos que aún poseen un pensamiento concreto. La situación más crítica se observa entre los estudiantes del programa de Psicología quienes, además de ser los que en menor proporción se ubican en el nivel de pensamiento Económico Inferencial, son los únicos en los que aún se encuentra un pequeño porcentaje de pensamiento de tipo Económico Primitivo (Nivel I b).

DISCUSIÓN

De los resultados arrojados por la presente investigación se puede colegir que a pesar del evidente desfase que se observa en los jóvenes universitarios de la muestra, evidenciado en que solo un 24% alcanzó el nivel de pensamiento económico inferencial (nivel III), se reconoce un avance con respecto de los resultados arrojados del estudio realizado con niños de la región Caribe colombiana (Amar et al., 2002), en el que sólo el 6% de los sujetos entre 15 y 18 años de edad se ubicaron en el nivel III, hallándose el 60% de estos en el nivel I y un 36% en el nivel Subordinado. Evidentemente, los estudiantes universitarios seleccionados para la presente investigación entre 19 y 24 años de edad, de estrato social alto y medio, se ubicaron en mayor proporción en los niveles más avanzados de pensamiento Inferencial (24%), Transición (60%) y en menor proporción en los niveles menos estructurados de los niveles de pensamiento económico I y II.

Estos resultados son divergentes con los obtenidos por Denegri (1995) y Denegri et al. (1998) en sus investigaciones en España y Chile. Si bien los resultados de la muestra de jóvenes universitarios de Barranquilla, en los estudios realizados en el Caribe colombiano, permiten pensar en un adelanto con respecto de los efectos alcanzados por los jóvenes universitarios, el avance es insuficiente ya que los resultados obtenidos por los estudiantes muestran un desfase con respecto de lo esperado desde la teoría, o lo alcanzado en España donde se aprecia principalmente que el 65% de los adolescentes de 15 años de edad han alcanzado un nivel de Pensamiento Económico Inferencial. La comparación con Chile muestra un poco más de similitudes ya que los datos obtenidos en adolescentes de este país alcanzan una proporción de pensamiento económico inferencial un poco mayor al 23% alcanzado en la muestra de estudiantes universitarios de la ciudad de Barranquilla (Colombia).

Según el programa académico, las diferencias en las proporciones de los niveles de pensamiento entre los estudiantes no son significativas (p > 0.05). Solo se observan diferencias en porcentajes entre los programas de Ingeniería Industrial y Administración de Empresas con respecto de otros programas, comparaciones que sugieren que los niveles de instrucción económica son una variable a tener en cuenta en otras investigaciones de la línea, desde el punto de vista de la socialización económica. Sin embargo, todos los análisis de significancia estadística descritos en la Tabla 4 permiten concluir que la relación no es relevante dentro del estudio.

El bajo porcentaje de estudiantes en los niveles de pensamiento económico inferencial y considerando los resultados de Denegri (1995) en España permite asociar estos resultados con las orientaciones económicas que ofrece el sistema multifinanciero y el sistema educativo desde el punto de vista de la interacción con el medio. Se podría pensar que el medio social y educativo de la ciudad de Barranquilla (Colombia) no propicia las orientaciones para desarrollar herramientas de pensamiento económico, o no posibilita el desarrollo de estructuras cognitivas propias de los niveles inferenciales como fue reportado por Stock y Arder (1997).

La importancia de la educación en economía reconocida en las investigaciones de autores con-sultados como Walstad y Allgood (1998) y Stock y Arder (1997), son básicas para comprender el por qué los individuos alcanzan un verdadero nivel de comprensión de este elemento central de la sociedad. Los hallazgos de Stock y Arder (1997) con estudiantes de preparatoria en Estados Unidos evidencian cómo los estudiantes que reciben algún nivel de instrucción en economía alcanzan mayor comprensión del mundo económico. Con base en estos hallazgos se podría inferir que la muestra de estudiantes universitarios evaluados que reciben instrucción mediante asignaturas relacionadas con el mundo económico, deberían mostrar un mejor desarrollo y comprensión de la economía y por ello un mejor nivel de pensamiento económico al reflejado en los datos.

Los resultados obtenidos desde la perspectiva de la instrucción económica recibida, permiten aseverar sobre la necesidad de incorporar niveles de Alfabetización Económica como uno de los temas sociales relevantes en el currículo de formación ciudadana de los estudiantes universitarios. Ello permitiría a los alumnos y alumnas universitarios del Caribe colombiano, lograr el conocimiento del entorno económico y de sus códigos y desarrollar la capacidad de interpretarlo, adquiriendo los mecanismos que permitan la resolución de problemas dentro de una estructura social de consumo que basa una parte importante de su éxito en la ignorancia del consumidor.

Las investigaciones de Denegri y Martínez (2005) sugieren la necesidad de introducir los temas económicos ya que pueden ayudar a los jóvenes a prepararse de manera real para los problemas y a tomar decisiones económicas que deberán enfrentar en la vida adulta como parte de la transición entre la vida universitaria y laboral. Es evidente, en los resultados obtenidos, que la calidad de la información económica que reciben los estudiantes a lo largo de su proceso evolutivo en el Caribe colombiano no es la más adecuada a la hora de hacer un balance sobre los niveles de comprensión de la economía que se requieren en el desarrollo de estrategias de planificación, toma de decisiones y resolución de problemas del mundo económico en el que vivimos.

Creemos necesario estimular y confrontar a los jóvenes universitarios sobre la importancia del reconocimiento de los problemas y situaciones de su entorno económico y social y ayudarlos a construir un juicio critico en torno de su actuación frente al mundo de la economía.

REFERENCIAS

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Recepción: Noviembre de 2005
Aceptación final : Enero de 2007

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