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Revista Latinoamericana de Psicología

Print version ISSN 0120-0534

rev.latinoam.psicol. vol.40 no.3 Bogotá Sept./Dec. 2008

 

PROCEDIMIENTOS PARA LA RUPTURA O CAMBIO DE LA (IN)SENSIBILIDAD A LAS CONTINGENCIAS Y EL CONTROL VERBAL1

PROCEDURES FOR BREAK OR CHANGE OF (IN) SENSITIVITY TO VERBAL CONTINGENCIES AND CONTROL


INMACULADA GÓMEZ-BECERRA2 , NIEVES LÓPEZ - MARTÍN
Universidad de Almería, España y
EMILIO MORENO SANPEDRO
Universidad Autónoma de Tamaulipas, México

1 Este estudio fue realizado a fin de que la segunda autora del presente trabajo pudiera superar los créditos que le permitieran tener el Diploma de Estudios Avanzados en el programa de doctorado de "Psicología Clínica y de la Salud" de la Universidad de Almería (España). Además, ha sido presentado en la 30th Annual Convention de ABA'04 en Boston en Mayo de 2004. Los autores desean agradecer la colaboración de María del Mar y Carmen por su ayuda en la preparación de las tareas experimentales y los programas de reforzamiento; así como agradecer la participación de todos los estudiantes universitarios que colaboraron con el experimento.

2 Correspondencia: INMACULADA GÓMEZ. Correo electrónico: igomez@ualm.es Universidad de Almería, España.

ABSTRACT

This paper, framed into the analysis of (in) sensibility to contingencies and its implications in the analysis of verbal regulation, pretends to assess the effectiveness of several methods in order to produce breaking or change of the sensibility patterns, as well as to find attainable differential effects of automatic contingencies in two experimental tasks, using an eight university student's sample. The results show that the use of contextual cues, by means of the amplification or changes in the given rules, is the best procedure to break certain levels of insensibility. The data also show the absence of differential effects of each task contingencies.

Key words: verbal learning, contingential management, adaptability, verbal behavior, contingencies.

RESUMEN

Este estudio está enmarcado en el análisis de la (in)sensibilidad a las contingencias y su implicación en el análisis de la regulación verbal. El concepto de insensibilidad hace referencia al fenómeno de que cuando la conducta verbal está implicada en otras conductas, las últimas presentan características diferentes a cuando no existe tal influencia o control verbal (Baron & Galizio, 1983; Cerutti, 1989; Chase & Danforth, 1991; Galizio, 1979; Madden, Chase & Joyce, 1998). Especialmente, se genera una falta de ajuste a las contingencias directas, ya que la conducta quedaría bajo control de las palabras y sería sensible a éstas y no a aquellas.

Palabras clave: aprendizaje verbal, adaptabilidad, manejo contingencial, conducta verbal, contingencias.


Las variables relativas a la (in)sensibilidad citadas en la literatura, se pueden analizar y agrupar, básicamente, en dos categorías claves para predecir y explicar el ajuste a unas u otras contingencias (Gómez-Becerra, 1996; Luciano, 1992, 1993). La primera categoría es la discriminación de las propias conductas entre sí y con respecto a las de otros; o lo que es igual, la discriminación entre las contingencias directas y lo descrito en la regla. Esta variable recogería la variabilidad de los patrones de respuesta (Joyce & Chase, 1990; LeFrancois, Chase & Joyce, 1988); el contenido de las fórmulas verbales, esto es, si son reglas generales o específicas más o menos ambiguas (Hayes, Brownstein, Haas & Greenway, 1986; Ribes Iñesta & Sánchez, 1992); el tipo de fórmula verbal, por ejemplo, si se trata de reglas de ejecución o de contingencia (Catania, Shimoff & Matthews, 1989; Matthews, Catania & Shimoff, 1985); las consecuencias inmediatas tras la verbalización de la regla, por ejemplo, discriminar el funcionamiento de los programas de reforzamiento, de ciertas señales contextuales de los mismos (véanse, entre otros, Harzem, Lowe & Bagshaw, 1978; Matthews, Shimoff, Catania & Sagvolden, 1977; Newnam, Hemmes, Buffington & Andreopoulos, 1994; Shimoff, Matthews & Catania, 1986; Torgrud & Holborn, 1990). Por último, hay que tener en cuenta las consecuencias implicadas en la ejecución (o el hacer) y el grado de ajuste (correspondencia, concordancia o acuerdo) entre la regla y las contingencias directas (Galizio, 1979; Hackenberg & Joker, 1994; Wulfert, Greenway, Farkas, Hayes & Dougher, 1994).

Siempre que ya exista dicha discriminación, otra categoría clave es la competitividad entre las consecuencias sociales (por seguir la regla) y las directas (derivadas del hacer). Aquí se agruparían factores tales como las consecuencias inmediatas tras la verbalización de la regla, las consecuencias contingentes al seguimiento o no de la regla, si la regla ha sido moldeada o instruida (Catania, Lowe & Horne, 1990; Catania, Matthews & Shimoff, 1982). También estarían las tendencias motivacionales del sujeto según su historia de reforzamiento, esto es, proclives a las contingencias sociales por seguir la regla o a las directas que se derivan del hacer3 (Hayes, Brownstein, Zettle, Rosenfarb & Korn, 1986; Zettle & Young, 1987).

Una propuesta de procedimientos para alterar o romper la (in)sensibilidad de los sujetos a unas u otras contingencias que pueda estar propiciando ciertos niveles de desadaptación sería, siguiendo a Gómez Becerra, Moreno San Pedro y López Martín, (en prensa):

1 Garantizar, fortalecer o hacer más explícita la discriminación entre las ejecuciones, las consecuencias y la relación de contingencia. La estrategia sería diseñar programas de reforzamiento más discriminables, así como exigir o no (según la dirección del cambio o de la ruptura que se pretenda), respuestas consumatorias que faciliten detectar las consecuencias en juego.

2 Concretar o cerrar cada vez más la relación de contingencia hasta describir una ejecución sensible a dicha contingencia. Esto es importante cuando la regla y las contingencias van en la misma dirección. Tendrá especial implicación el marco relacional en el que se describe o se hace explícita la relación de contingencias, así como las funciones (directas o derivadas) que tales fórmulas verbales tengan para cada individuo -dada su historia- y cómo las mismas encajen, o no, con las contingencias que operan en ese momento experimental.

3 Fomentar la variabilidad (moldeada o instruida) en los haceres o patrones de respuesta antes de introducir cambios en las contingencias directas.

4. Guiar los haceres y reforzarlos directamente cuando las reglas y las contingencias son acordes, o bien guiar (moldear) la descripción por parte del sujeto de las contingencias en relación a la verbalización (descripción/ instrucción) de lo que el sujeto hará inmedia tamente después. Esto se hace en el marco del seguimiento de modelos versus reglas. De igual manera, una estrategia útil sería (semi) moldear nuevas fórmulas verbales que contradigan y puedan competir con la sensibilidad existente.

5. Conectar las formulas verbales con otros marcos relacionales (por ejemplo, de oposición o de coordinación), a fin de que estas mismas pasen a tener un control diferente (o en otra dirección) y puedan cambiar los haceres que controlan. Una nueva conexión puede permitir que tales fórmulas verbales transfieran funciones diferentes que puedan competir con la relación y tendencia existente.

6. Por último, sería factible introducir cambios en las contingencias programadas de forma que supongan discrepancias muy claras con respecto a las reglas y permitan que los sujetos contacten con dichas discrepancias, incluyendo a veces procedimientos claramente diferenciados pero drásticos, en concreto, contingencias de extinción y costo de respuesta o pérdida de reforzadores (o privilegios).

Ante tal estado de la cuestión, este estudio pretendió, en primer lugar, probar la efectividad de diferentes procedimientos para generar ruptura o cambio en los patrones de sensibilidad. En segundo lugar, se pretendió detectar los posibles efectos diferenciales de las contingencias automáticas que implican dos tareas experimentales. Se trató de evaluar la ejecución de los sujetos en ambas tareas para comprobar si dicha ejecución es sensible, o no, a los cambios en las contingencias programadas y si se ajusta, más o menos, a los diferentes procedimientos de ruptura en función de las contingencias automáticas de una u otra tarea.

MÉTODO

Diseño

Se utilizó un diseño intrasujeto multivariable con replicaciones a través de sujetos.

Participantes

La muestra de este estudio estuvo compuesta por 8 estudiantes universitarios (5 mujeres y 3 varones), seleccionados del conjunto de licenciaturas de la Universidad de Almería (España), excepto de la licenciatura en Psicología, con un rango de edad de 18 a 22 años.

Materiales e instrumentos

Se utilizó una mesa, dos sillas, bolígrafos, sobres y cronómetros. Así mismo, se utilizó un cuestionario general que recogía información sobre datos personales y sobre aspectos motivacionales. También se emplearon cuestionarios estandarizados -especialmente de personalidad- como tareas distractoras. Además, se emplearon hojas de registro observacional, con preguntas postexperimentales. Como recompensas para los sujetos se utilizaron vales de diferente valor como canjes de las fichas. Las instrucciones generales y las reglas específicas se presentaron mediante un ordenador Macintosh Classic de Apple. Otros elementos utilizados fueron un dispensador de fichas, elaborado al efecto, con sonido contingente; una cámara de video, una luz blanca como marcador de principio y final de sesión, y una luz roja para reforzamiento condicional. Además, se contaba con el material específico para la realización de cada tarea experimental. En concreto:

Tarea 1. Se emplearon dos bandejas de oficina para folios (una roja y otra negra) con un cartel adherido en el que se podía leer la palabra "cuadernillos"; 4 tipos de cuadernillos, elaborados al efecto, con tareas semánticas y de lógica; lápices de colores; hojas (de color blanco) de evaluación y de auto-corrección de la comprensión de las reglas específicas; otras hojas (también blancas) de post-evaluación de la topografía de respuestas y de la relación de contingencias, y vales (blancos) para registrar los puntos conseguidos en cada sesión.

Tarea 2. Se usó una videoconsola Game Gear, folios blancos con las instrucciones generales sobre su funcionamiento y cinco juegos (Sonic The Hedgehong, The Lion King, Asterix and The Great Rescue, Chakan, y Cheese Cat-Astrophe); una baraja de cartas españolas; diferentes juegos manipulativos (un cubo de Rubik, un puzzle de 12 cubos, una bola desmontable tipo puzzle); una diana eléctrica, dardos e instrucciones sobre su funcionamiento; un minigolf con tablero, palo y dos bolas de golf; una mini-canasta (de pie) y dos pelotas de diferentes tamaño y color. Hojas (de color rosa) de evaluación y auto-corrección de la comprensión de las reglas; otras hojas (también de color rosa) de post-evaluación, y vales (de color rosa) para registrar los puntos conseguidos.

Procedimiento

El experimento se llevó a cabo en un laboratorio de la Universidad de Almería, el cual consta de tres habitáculos. En el primero se realizaban las tareas experimentales, otro obraba como sala de observación y control de la experimentadora, y el otro funcionaba como sala de descanso entre tareas.

Las variables manipuladas fueron: a) Las contingencias automáticas implicadas en cada tipo de tareas experimentales que se controlaron al elaborar las mismas: juegos frente a tareas repetitivas de papel y lápiz, b) Diferentes cambios en las contingencias programadas o adicionales: entrenar las tareas bajo un programa de reforzamiento positivo de intervalo fijo 20 seg., luego pasar a contingencias de extinción y, por último, un cambio drástico de castigo negativo (por pérdidas de reforzadores o costo de respuesta), c) Cambios en las reglas, haciéndolas acordes, o no, a las contingencias programadas u operantes. En esta variable, se incluyeron a su vez tres tipos de fórmulas: fórmula verbal que describe reforzamiento positivo de diferentes topografías condicionales a una señal (con o sin luz roja), fórmula verbal que describe condiciones de extinción, y una descripción de pérdida de fichas (costo de respuesta).

A su vez, se incluyó una ampliación de las claves o señales contextuales (verbales): a) postevaluación de las respuestas o ejecución concreta de los sujetos y las consecuencias acaecidas, a fin de fortalecer la discriminación de las contingencias vigentes; y b) señales verbales en las reglas que inducen respuestas alternativas, esto es, en términos de Ribes y Sánchez (1992), cerrar la regla que describe contingencias de extinción añadiendo la propuesta de una respuesta alternativa acorde a las reglas y más ajustadas (rentables) a las contingencias programadas.

Tareas experimentales. Las variables eran manipuladas a través de dos tareas experimentales que se diferenciaban entre sí por el tipo de contingencias automáticas implicadas y que consistían en:

1 Tarea 1: repetitiva (potencialmente tediosa), de papel y lápiz con escasa variabilidad y posibilidad de elección, prescriptiva y calificada como trabajar. Se utilizaron dos bloques de cuadernillos elaborados al efecto: unos de resolución de problemas de tipo semántico-conceptual (ubicados en una bandeja de color rojo) y otros con tareas simbólicas (ubicados en una bandeja negra).
2 Tarea 2: menos tediosa, con mayor variabilidad (potencialmente más divertida) y presentada como jugar. Dos bloques de juegos: unos eran juegos de videoconsola y otros juegos variados pero sin videoconsola (minigolf, mini-baskett, diana, cartas, juegos manipulativos tipo puzzle).

Para llevar a cabo el procedimiento, en primer lugar se realizó un estudio preliminar con 8 sujetos (de 14 a 33 años) a fin de comprobar el adecuado funcionamiento de los mecanismos y diferentes aspectos del procedimiento experimental, pero especialmente el programa de reforzamiento y si era adecuado calificar a la tarea 1 (cuadernillos) como tediosa, y a la tarea 2 (juegos) como más divertida.

En segundo lugar, se llevó a cabo el proceso de selección y búsqueda de los participantes en la Universidad. A los posibles candidatos se les presentaba el estudio como parte de una investigación sobre inteligencia y aprendizaje, se les indicaban las garantías de confidencialidad, se les avisaba que sería necesario que acudieran dos días consecutivos y que por su participación podrían conseguir vales canjeables por consumos en la cafetería o para fotocopias.

El experimento se dividía en dos sesiones individuales de una duración aproximada de 90 minutos cada una, una sesión cada día. En cada fase experimental el sujeto debía realizar las dos tareas (cuyo orden se establecía aleatoriamente), pero entre ellas existía un descanso en el que debía completar cuestionarios estándar. En todas las fases las instrucciones generales y las reglas específicas eran proporcionadas por el ordenador. Las instrucciones generales indicaban lo que el sujeto debía hacer y en qué orden mientras estaba en la sala experimental; la regla específica (que se diferenciaba del resto por estar escrita en otro color) era la que describía cuál debía ser su ejecución con relación a la tarea experimental y las contingencias asociadas a dicha ejecución. Así, el sujeto se sentaba ante el ordenador y leía las diferentes pantallas y cuando llegaba a la penúltima pantalla, la experimentadora encendía desde la sala observacional la luz blanca que había sobre el ordenador y que indicaba al sujeto que podía empezar a realizar la tarea. Cuando el sujeto se orientaba hacía los materiales propios de la tarea experimental, comenzaba el tiempo. Cuando el tiempo de tarea terminaba, la luz blanca se apagaba y esto indicaba al sujeto que ya podía salir de la habitación tras hacer lo que le demandaba la última pantalla del ordenador (por ejemplo, registrar los puntos que había conseguido).

La primera sesión comprendía las fases A (línea base), B y C. Los objetivos, experimentales y secuencia se describen a continuación y se sintetizan en la Tabla 1. La segunda sesión comprendía las fases D, E, F y G, que se resume en la Tabla 2.

Fase A. En esta fase, que tenía una duración de 4 minutos en cada tarea, se pretendía establecer una ejecución en cada una de las tareas que representara una historia con las mismas controlada experimentalmente. En esta fase, la regla específica era adecuada y acorde a las contingencias programadas de reforzamiento según un programa de intervalo fijo 20 segundos (siempre que el sujeto se ajustara a lo indicado en la regla durante ese tiempo). En la tarea de cuadernillos sólo se presentaban los colocados en el recipiente rojo y en la de juegos sólo se presentaba la videoconsola con sus cinco juegos (junto con las instrucciones generales sobre el funcionamiento de los mandos de la videoconsola, que se presentaban sólo en esta fase). Si el sujeto se mantenía en la tarea durante el 90% ó más del tiempo, se pasaba a la siguiente fase.

En esta fase, y en las siguientes, se evaluó la comprensión de las instrucciones generales y de las reglas específicas, a través de una serie de preguntas que el propio sujeto corregía al compararlas con una hoja en la que se indicaban las respuestas correctas. Con este fin, en la tarea 1 se utilizaron folios blancos y en la tarea 2 folios rosa, para mantener ambas tareas con claves contextuales separadas, a pesar de realizarse en el mismo espacio físico.

Fase B. Los objetivos de esta fase eran: a) analizar si la conducta de los sujetos estaba bajo control del contenido descrito en la regla o, por el contrario, éstos preferían seguir realizando las tareas como en la fase A y b) fortalecer el seguimiento de la regla. Las contingencias seguían un programa de intervalo fijo de 20 segundos (como en la fase anterior), pero si el sujeto emitía una respuesta por la que se había estipulado que no podía conseguir fichas, el tiempo volvía a empezar (esto es, sólo se reforzaba tras 20 segundos consecutivos realizando el patrón de respuesta objeto de reforzamiento).

La estructura de la fase era como la descrita en la fase anterior pero a partir de ésta, en cada tarea, se requerían cambios en la topografía de las respuestas de forma condicional a la presentación, o no, de un estímulo señal (luz roja introducida a partir de esta fase) para conseguir fichas (en la línea de Dixon & Hayes, 1998), ya que se presentaban los dos recipientes con cuadernillos (en la tarea 1) y todos los juegos descritos en el apartado del material experimental (en la tarea 2). Así, cuando la luz roja estaba encendida, el sujeto debía emitir una respuesta (en la tarea de cuadernillos, trabajar con los de la bandeja roja y, en la de los juegos, jugar con los juegos de la videoconsola). Cuando esta estaba apagada, debía emitir otra respuesta diferente (en la de cuadernillos, trabajar con los de la bandeja negra y, en la de juegos, jugar con cualquiera de los juegos que no fueran de videoconsola). Cada vez que la luz roja se encendía o se apagaba, se producía un sonido emitido por el timbre situado sobre el monitor, que era el mismo en ambas ocasiones. La luz roja y el timbre eran controlados desde la sala de observación.

Desde este momento, las fases con cada tarea tenían una duración de 8 minutos y el tiempo se dividía en cuatro intervalos de 2 minutos cada uno (dos con la luz roja encendida y dos con la luz roja apagada). En esta fase la secuencia empezaba con la luz roja encendida para facilitar la discriminación y la ejecución ajustada a la regla, pero en las siguientes el orden se establecía al azar.

En la fase B (por la que los sujetos pasaban una sola vez) se introducía una regla adecuada y acorde a las contingencias programadas. Las instrucciones que recibía el sujeto eran similares a las de la fase anterior, excepto en la regla específica, y las preguntas de evaluación de la comprensión de las instrucciones y reglas se ajustaban a ésta. Se registraba si el sujeto se ajustaba o no a las condiciones en cada intervalo.

Fase C. El objetivo en esta fase era analizar el tipo de contingencias a las que los sujetos eran sensibles en cada tarea (a las contingencias programadas o a las automáticas propias de la tarea) y si existían diferencias a este respecto en función de las características de las contingencias automáticas propias de cada tarea Las contingencias programadas pasaban de un programa de intervalo fijo 20 segundos, a extinción. La regla era adecuada pero no acorde a las contingencias de extinción de cualquiera de las dos topografías de respuesta en cada tarea, pues era la misma que en la fase anterior. Las preguntas de evaluación de la comprensión de las instrucciones y reglas, y la hoja de auto-corrección, también eran las mismas y se registraba lo mismo que en la fase previa.

Cuando la primera sesión terminaba, el observador/ayudante se lo indicaba al sujeto, confirmaba con él la cita para la segunda sesión y le pedía que, por cuestiones metodológicas, no comentara nada sobre lo que allí había ocurrido.

La segunda sesión comenzaba de forma similar a la primera (aunque sin pedir el cuestionario de evaluación previa) y la estructura de sus fases también era semejante a las de la sesión anterior. Esta sesión estaba relacionada con el segundo objetivo (crear sensibilidad a otro tipo de contingencias o cambiar la tendencia de respuesta) y estaba formada por aquellas fases que en cada tarea, y para cada sujeto, fueran necesarias para lograr cambios o rupturas en la tendencia o sensibilidad (desde la fase D hasta donde fuera pertinente).

Dado que todos los sujetos mostraron sensibilidad a las contingencias automáticas (como ya se verá al describir los resultados), es decir, siguieron jugando y trabajando a pesar de no conseguir fichas-puntos, se introdujeron manipulaciones experimentales dirigidas a crear sensibilidad a las contingencias programadas con todos los sujetos. La introducción sucesiva de las diferentes fases estaba en función de haber conseguido crear, o no, sensibilidad a las contingencias programadas y se pasaba una sola vez por cada fase.

Fase D. Esta fase era similar a la fase C pero se introducían unas preguntas de post-evalua ción de la topografía de respuesta y de la relación de contingencia, con el objetivo de probabilizar la discriminación de las contingencias programadas, favoreciendo así la sensibilidad a éstas, en la línea de lo indicado en Gómez-Becerra (1996), ya que debían ser contestadas una vez que la luz blanca se había apagado antes de salir de la habitación experimental.

Los sujetos que tras esta fase seguían siendo sensibles a las contingencias automáticas (es decir, trabajaban con los cuadernillos y/o jugaban con los juegos), pasaban a la siguiente fase.

Fase E. Esta fase pretendía conseguir que los sujetos que todavía no eran sensibles a las contingencias programadas, llegaran a serlo, introduciendo una regla acorde a las contingencias de extinción y manteniendo la post-evaluación. Es decir, se trataba de un paso más en dirección a probabilizar la discriminación de las contingencias programadas y favorecer la sensibilidad a éstas. Las preguntas de evaluación de la comprensión de las reglas, la hoja de auto-corrección y la post-evaluación de la ejecución se ajustaron a las modificaciones introducidas.

Los sujetos que tras esta fase continuaban trabajando con los cuadernillos y/o jugando con los juegos pasaban a la siguiente fase.

Fase F. En esta fase se añadió a la regla de la fase anterior, la propuesta de una respuesta alternativa y sensible a las contingencias de extinción. Es decir, la regla, además de acorde, era más cerrada (en terminología de Ribes & Sánchez, 1992) porque sugería una respuesta alternativa que se ajustaba a las contingencias de extinción y que permitirían instaurar una clave contextual. De nuevo, estos cambios se reflejaban en la evaluación de la comprensión de las instrucciones y reglas, en la auto-corrección y en la post-evaluación.
Los sujetos que tras esta fase no eran sensibles a las contingencias programadas pasaban a la fase siguiente.

Fase G. Esta fase tenía como objetivo conseguir que los sujetos fueran sensibles a las contingencias programadas mediante la aplicación de un procedimiento de castigo negativo; en concreto costo de respuesta, junto con la post-evaluación. Esta nueva manipulación iba en la dirección señalada por Galizio (1979) de introducir discrepancias claras entre las reglas y las contingencias programadas. Así, si el sujeto trabajaba con los cuadernillos o jugaba a algún juego, durante 20 segundos consecutivos, perdía puntos de los que llevaba acumulados hasta el momento. Si el sujeto perdía un punto escuchaba un sonido (diferente del asociado a la luz roja) y un mensaje que les decía: "Has perdido un punto. Tacha con una cruz un punto de los que has conseguido y acumulado". Las instrucciones, las reglas específicas, la evaluación de la comprensión de instrucciones y reglas, la hoja de auto-corrección y la post-evaluación de la ejecución se ajustaron a este cambio.

Tras esta fase, finalizaba el procedimiento que pretendía conseguir sensibilidad a las contingencias programadas o romper los patrones previos.

Fase H. Una vez que las ejecuciones de los sujetos mostraron sensibilidad a las contingencias programadas (independientemente de la fase en que esto ocurriera) se pasaba a una fase en la que se pretendía "crear" sensibilidad a contingencias sociales en una de las tareas. Cada sujeto pasaba en esta fase sólo por una de las tareas para no alargar el procedimiento. Así, se dispuso todo de forma que, aleatoriamente, cuatro sujetos pasaban por la tarea 1 y los otros cuatro por la 2. En esta fase la regla era acorde a las contingencias (de extinción) y era cerrada, ya que se introducía un mensaje sobre lo que deseaba la experimentadora. Toda la información era dada por el ordenador, excepto el mensaje sobre los deseos de la experimentadora que era dado por una persona (el observador/ayudante) que entraba en la habitación experimental en el momento en que el sujeto iba a contestar las preguntas que evaluaban la comprensión de las instrucciones y reglas específicas. Con todos los cambios introducidos, se esperaba conseguir que los sujetos volvieran a realizar las tareas experimentales, introduciendo contingencias sociales (Pliance) por la mediación de otros. De nuevo, los cambios introducidos se reflejaban en la evaluación de la comprensión de las instrucciones y reglas, y en la hoja de auto-corrección.

Tras realizar la última tarea, el sujeto esperaba fuera del laboratorio y cuando volvía a entrar, el material específico de la última tarea había sido recogido y sobre la mesa estaban los vales de registro de puntos de las dos tareas. El sujeto contestaba las preguntas post-experimentales, leía una hoja con información sobre los vales que podía conseguir, se procedía al recuento de puntos y elegía el vale o vales que quería (de acuerdo al número de puntos conseguidos). El observador/ayudante diligenciaba el vale (o vales) y se lo(s) entregaba al sujeto recordando que tenía(n) fecha de caducidad y que cada vale debía ser consumido en una sola ocasión. Para terminar, se agradecía su colaboración, se recordaba que sus datos eran totalmente confidenciales, se volvía a insistir en que no comentara nada sobre el experimento y se le despedía. Con esto concluían las dos sesiones del experimento. No obstante, antes de finalizar el estudio, se consideró conveniente volver a contactar con ellos y citarlos para que contestaran algunas preguntas relativas a su ejecución en el experimento. Dichas preguntas hacían referencia a la fase en que los sujetos habían dejado de jugar/trabajar, por qué habían estado respondiendo hasta esa fase (cuestiones planteadas con preguntas con formato de respuesta abierta) y los posibles factores que podían haber influido en ello (empleándose para esto último preguntas con formato de elección de la respuesta). Tras contestarlas, los sujetos recibieron información sobre los fines de la investigación y lo que había representado su participación en la misma.


RESULTADOS

A continuación se presentan los resultados de la investigación. La Figura 1 muestra el ajuste por intervalo de los sujetos a las contingencias programadas en cada tarea, permitiendo observar el intervalo en que se produce la ruptura de la insensibilidad a las mismas. El ajuste a las contingencias programadas viene marcado por los siguientes valores: el 0 indica no ajuste (esto es, el sujeto responde o realiza las tareas aunque las contingencias que operan son de extinción), el 1 indica ajuste medio (realiza las tareas ante contingencias de extinción, pero no se ajusta a la topografía requerida por la luz roja según lo indicado en la regla en esa fase o en las anteriores) y el 2 indica ajuste total (realiza las tareas bajo reforzamiento positivo y deja de responder ante extinción).

Las Figura 2 y Figura 3 informan de la sensibilidad a las contingencias programadas y a las descritas en la regla (según eran, o no, acordes) en cada fase. Así, las tres figuras se refieren a lo mismo (el ajuste o sensibilidad a las contingencias), pero la Figura 1 permite un análisis por intervalo de cada sujeto individualmente y las Figura 2 y Figura 3 ofrecen una visión conjunta de todos los sujetos en cada fase y para ambas tareas contrastando su sensibilidad a las contingencias programadas (en la primera gráfica) frente a su sensibilidad a las contingencias descritas en las reglas (en la gráfica contigua).

Como muestran las Figura 1, Figura 2 y Figura 3 todos los sujetos mostraron una ejecución sensible a las
contingencias programadas y a las descritas en la regla (acordes) en las Fases A (Línea Base) y B, ya que trabajaron y jugaron de acuerdo con lo que les indicaba la regla para conseguir puntos.

En la Fase C (bajo contingencias programadas de extinción) siguieron respondiendo según indicaban las reglas específicas (no acordes a las contingencias programadas) mostrando ejecuciones insensibles a los cambios en las contingencias programadas.

En cuanto a los procedimientos necesarios para romper la insensibilidad a las contingencias programadas, las Figura 1, Figura 2 y Figura 3, muestran que fue necesario llegar a la Fase F (regla acorde más propuesta de respuesta alternativa acorde a las contingencias de extinción) para que algunos sujetos (los sujetos 2, 3, 4, 5 y 6 en ambas tareas y el sujeto 1 en la tarea 1) mostraran sensibilidad o ajuste total a las contingencias programadas (y a las descritas en la regla que eran acordes). Pudiera parecer que el sujeto 4 mostró sensibilidad a las contingencias programadas en la tarea 1 de la Fase E, pero hay que precisar que fue con este sujeto que se alteró el orden de las Fases E y F en la tarea 1 (pasó primero por la Fase F y después por la E) y que en la tarea 2 (en la que no se alteró el orden) el sujeto no mostró sensibilidad a las contingencias programadas.

Los sujetos que no mostraron sensibilidad (o ajuste total) a las contingencias programadas en la
Fase F (el sujeto 1 en la tarea 2 y los sujetos 7 y 8 en ambas tareas) lo hicieron en la Fase G (contingencias de costo de respuesta y regla acorde).

Estos resultados indican la ausencia de un efecto diferencial de las contingencias automáticas de las tareas, sobre el procedimiento necesario para cambiar la tendencia de respuesta ("romper" la insensibilidad a los cambios introducidos en las contingencias programadas), dado que siete de ocho sujetos mostraron sensibilidad a las contingencias programadas en la misma fase en ambas tareas (sujetos 2, 3, 4, 5 y 6 en la Fase F; y sujetos 7 y 8 en la Fase G).

Por último, en la fase de Pliance por mediación de otros (Fase H) tanto los sujetos que pasaron por la tarea 1 (1, 4, 6 y 8) como los que pasaron por la tarea 2 (2, 3, 5 y 7) mostraron ejecuciones insensibles a las contingencias programadas (extinción). Por tanto, todos los sujetos mostraron sensibilidad a las contingencias sociales implicadas en el mensaje proporcionado por el ayudante/observador (a pesar de que la regla específica informaba de la ausencia de puntos).

A un nivel cualitativo e informal, los resultados obtenidos a través de los informes post-experimentales indican que tras pasar por el experimento, los sujetos del 1 al 6 (75%) preferían la tarea de juegos y los sujetos 7 y 8 (25%) preferían la de cuadernillos. Las razones argumentadas para tal elección, independientemente de cuál fuera esta, aludían a cuestiones motivacionales.

Además, las respuestas sobre por qué habían estado respondiendo hasta ese momento y no habían dejado de responder antes, principalmente eran: a) que hasta ese momento habían ganado puntos y a partir de entonces ya no recibían puntos o perdían puntos de los conseguidos, b) que se lo indicaba el ordenador, c) que hasta entonces no "cayeron en cuenta" que podían salir de la sala experimental.

DISCUSIÓN

A modo de resumen, los resultados de la Tabla 3 muestran claramente cómo el uso de señales contextuales mediante la ampliación o cambios en las reglas proporcionadas (en concreto, evaluar al acabar la tarea las respuestas realizadas, las consecuencias y la relación de contingencia y además indicar respuestas alternativas y más adaptativas a las contingencias vigentes) ha resultado ser el procedimiento más efectivo para romper ciertos niveles de insensibilidad; como una muestra de ello, se observa que todos los sujetos alteran su patrón en la fase F. El otro procedimiento efectivo ha resultado ser la aplicación de cambios drásticos en las contingencias programadas (en concreto, altos niveles de pérdidas o costo de respuesta), como se aprecia en los sujetos que necesitaron llegar a la fase G para alterar sus patrones.

A su vez, se ha comprobado la ausencia de efectos diferenciales de las contingencias automáticas propias de cada tarea. Esto podría deberse a que no resultaron tan diferentes per se, sino que tal diferencia pudo depender de la historia y las motivaciones de los sujetos con estas tareas o con otras equivalentes (esto es, se estarían actualizando ciertas funciones).

No obstante, quizá las tareas si fueron motivacionalmente distintas pero tales diferencias quedaron anuladas por su presentación en un contexto experimental común. De hecho, algunas de las claves contextuales que pudieron conllevar ciertos niveles de transferencia serían: la misma sala experimental para realizar las dos tareas, los juegos de la tarea 2 compartían topografías o circunstancias similares a los de la tarea 1 (en ambas se evaluaba la comprensión de las instrucciones, se demandaban cambios de las topografías al aparecer la luz roja, las reglas eran suministradas por el mismo ordenador, se usaba el mismo mecanismo de dispensar fichas, etc.). Además, aunque diferentes trabajos (Cabello & D'Hora, 2002; Cabello, Luciano, Gómez-Becerra & Barnes-Holmes, 2004; Ericcson & Simon, 1980; Hayes, 1986; Shimoff, 1986) hayan mostrado las limitaciones y la relatividad de tomar como datos relevantes los resultantes de los informes post-experimentales, en este trabajo estos informes indicaron que la mayoría de sujetos señalaban una preferencia por la tarea 2 (los juegos).

Como posibles interpretaciones del porqué no se consigue alterar los patrones de respuesta o del porqué de la insensibilidad a las contingencias programadas, se puede aducir en primer lugar, que el valor de las tareas hicieron irrelevantes las contingencias de extinción. Así, al eliminar las fichas se mantuvo la realización de las tareas por el control motivacional directo según la historia de reforzamiento de las mismas (Molina & Luciano, 2000). Esto nuevamente apuntaría a que la realización de las tareas de manera persistente, pese a no ser reforzada a través de fichas, supondría la actualización de ciertas funciones de reforzamiento positivo

(Valdivia, Dougher, Luciano & Cabello, 2004), lo que llevó a la necesidad en algunos sujetos de aplicar procedimientos drásticos que han mostrado su efectividad en estudios como el de Galizio (1979) y Gómez-Becerra (1996). Igualmente, puede que incluso de manera complementaria, la resistencia a la extinción se debiera al fortalecimiento de la correspondencia entre lo descrito en las reglas (decires) y lo que ocurre (hacer) producto de una historia de concordancia (de corrección de las reglas), historia tipo Tracking (Gómez-Becerra & Luciano, 2000; Hernández, Luciano & Gómez-Becerra, 2003). Historia fortalecida por el procedimiento experimental que manejó más fases con reglas acordes a las consecuencias programadas, que las no acordes.

La insensibilidad a las contingencias del programa también podría deberse al control ejercido por tratarse de contextos experimentales a los que los sujetos acuden para colaborar. De hecho, puede que la luz blanca (de principio de sesión) se convirtiera en una señal contextual para comenzar a hacer algo. Incluso, la última fase viene a confirmar el papel de la deseabilidad social y el posible seguimiento tipo Pliance (Gómez-Becerra & Luciano, 2000; Zettle & Young, 1987). De nuevo, esto coincide con los informes post-experimentales de los sujetos que señalaron "no caer en la cuenta" de que se podían marchar -pese a que siempre estuvo presente en las instrucciones generales.

Finalmente, cabe indicar las limitaciones metodológicas del presente trabajo, que deberían solventarse en futuras investigaciones. En primera instancia, el reducido número de sujetos que participaban en la investigación puede limitar la generalización de los resultados. Además, sería pertinente, dada la temática en torno a la que gira este trabajo: evaluar la historia previa de seguimiento de reglas (propias o de otros) de los sujetos. Parece evidente que pese a las precauciones adoptadas, no se consiguió aislar correctamente el control social durante el experimento, por lo que futuras investigaciones deberían reducir la interacción social todo lo posible (por ejemplo, diseñando un procedimiento experimental que permitiera que el sujeto pasara de una tarea a otra y de una fase a otra sin necesidad de la intervención de otros). Por otra parte, este estudio se realizó con adultos, que podrían ser más sensibles a lo social que los niños ,y a su vez, estar menos motivados por ciertas tareas, por lo que sería interesante replicar la investigación con niños e incluso en contextos naturales o más familiares -no en salas de laboratorio- y comprobar si se observan diferencias en los resultados.

Por último, la presente investigación supone una replicación de los hallazgos de lo que se
plantea como "experiencias piloto" en el primer estudio de Gómez-Becerra (1996). Es decir, se confirman como procedimientos efectivos para lograr cambios en ejecuciones insensibles: a) el uso de reglas acordes a las contingencias programadas, junto con la propuesta de respuestas alternativas y sensibles a dichas contingencias; y b) el uso de contingencias de costo de respuesta, junto con reglas que describen dichas contingencias. Estos procedimientos serían de utilidad para lograr cambios en ejecuciones que han sido reforzadas previamente pero que, por alguna razón, dejan de serlo (con la posibilidad de que pasen a estar bajo control social, es decir, que se dé un seguimiento de reglas tipo Pliance), de forma que se demandan respuestas más ajustadas a la nueva situación.

3 La terminología sobre los tipos de contingencias no parece estar totalmente clara en la literatura en el ámbito de la sensibilidad, así se habla de contingencias naturales, sociales, automáticas, directas, indirectas y programadas sin que un término cada vez que es utilizado haga referencia al mismo tipo de contingencias (aunque, en ocasiones, algunos de ellos se empleen como sinónimos). Este problema de delimitación de estos conceptos puede deberse a que no se diferencian aspectos formales de funcionales. Desde nuestro punto de vista, y en el tema que nos ocupa, cabría hablar en un primer momento de contingencias automáticas como aquellas que se derivan directamente del hacer o, en este caso, de la realización de la tarea experimental , y de contingencias sociales como aquellas con clara y fundamental implicación verbal. A su vez, en las contingencias sociales se distinguirían: contingencias sociales por el seguimiento de reglas per se (por la historia de seguimiento instruccional), contingencias sociales por el seguimiento de reglas unido a contingencias "verbales" (como aprobación social) procedentes de un agente social presente en un ejemplo conductual concreto, y contingencias programadas organizadas en programas de reforzamiento (por ejemplo, a través de fichas o puntos) que a su vez están siendo mediadas socialmente.

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Recepción: Octubre de 2007
Aceptación final: Octubre de 2008

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