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Revista Latinoamericana de Psicología

Print version ISSN 0120-0534

rev.latinoam.psicol. vol.44 no.2 Bogotá May/Aug. 2012

 

Interacciones tempranas y género infantil en familias monoparentales chilenas

Early interactions and child gender in chilean single mothers families


Marcia Olhaberry Huber
Pontificia Universidad Católica de Chile

Psicóloga, PhD, mpolhabe@uc.cl, Escuela de Psicología, Pontificia Universidad Católica de Chile. Vicuña Mackenna 4860, Macul. Santiago, Chile.

Nota de la autora: Especiales agradecimientos a la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica, CONICYT Chile, al Proyecto Fondecyt de Postdoctorado N°3120109 y al Proyecto MILENIO NS 100018.

Recibido: Julio de 2010 Aceptado: Junio de 2011


Resumen

Se realizó un estudio transversal de las interacciones madre-hijo(a) en familias monoparentales chilenas de bajo ingresos, considerando las diferencias según el género infantil. Participan 80 díadas, con 39 niñas y 41 niños entre los 4 y 15 meses y se evalúa la calidad de las interacciones con el instrumento CARE-Index. Se observan altos puntajes en depresión y estrés materno, así como un promedio en la calidad de la interacción que indica necesidad de intervención, mostrando lo anterior vulnerabilidad en las díadas del estudio. Las díadas con infantes de género masculino muestran interacciones significativamente más difíciles con sus madres que las de género femenino, quienes a su vez muestran interacciones significativamente más pasivas que los infantes de género masculino. Los tamaños de efecto observados en las diferencias son medianos en ambos casos. Se observa también complementariedad en las conductas de madres e hijos(as), obteniéndose correlaciones positivas y significativas entre sensibilidad materna y cooperatividad infantil, control materno y las conductas difíciles de los infantes, así como entre la conducta no responsiva de las madres y la actitud pasiva en los niños(as). Se discuten los hallazgos a partir de las teorías existentes en relación a género infantil e interacciones tempranas, en el contexto de familias monoparentales a cargo de la madre.

Palabras clave: interacción interpersonal, experiencias tempranas, identidad de género, prácticas de crianza, estructura familiar.


Abstract

A transversal study of mother-child interactions in Chilean, low income, single mother families, was developed considering child gender differences. Participants were 80 dyads, with 39 girls and 41 boys with ages distributed between 4 and 15 months old. The dyadic interaction quality was evaluated with the Care-Index instrument. High depression and maternal stress scores were found, as well as a quality of interaction average, which indicates the need for intervention, showing the vulnerability in the dyads of the study. Dyads with boys showed significantly more difficult behavior with their mothers than girls, who showed significantly more passive behavior than boys. The observed effect sizes differences are moderate in both cases. Complementary behaviors in mothers and children are observed, resulting significant correlations between maternal sensitivity and infant cooperativeness, maternal control and difficult infants behaviors, and between non-responsive behavior of mothers and passive behavior in children. The findings are discussed from existing theories related to child gender and early interactions in the context of single parents in charge of the mother.

Key words: inter personal interaction, early experience, gender identity, childrearing practice, family structure.


Interacciones tempranas y género infantil

Los estudios en relación con el género infantil y su influencia en la calidad de las interacciones parento fliales, cuentan con una larga data y múltiples controversias. En el contexto de las intervenciones tempranas, dirigidas a díadas madre-infante que presentan dificultades vinculares, resulta relevante para los psicoterapeutas conocer si existen diferencias asociadas al género infantil en sus interacciones, ya que esto podría orientar sobre aspectos diferenciales a tomar en cuenta en el diseño e implementación de intervenciones. Por otro lado, considerando que las familias monoparentales a cargo de la madre, muestran un incremento en Latinoamérica y en el mundo, y que esta configuración familiar ha sido asociada a dificultades en los vínculos tempranos, evaluar las diferencias de género en la calidad de las interacciones en este grupo, constituiría un aporte específico para la comprensión y el apoyo psicológico en una población considerada vulnerable.

Algunos estudios apuntan a las diferencias biológicas entre hombres y mujeres, encontrando en infantes sanos recién nacidos de género masculino, respuestas más intensas frente al estrés que en infantes de género femenino, reflejadas en un aumento del cortisol (Davis y Emory, 1995). En la misma línea, otras investigaciones señalan que los niños se muestran más irritables y difíciles que las niñas, expresando conductualmente su malestar (Osofsky & O'Connell, 1977).

Han sido también revisadas las diferencias de género en la expresión de la agresión, destacando el meta-análisis realizado por Knight, Guthrie, Page y Fabes, (2002), quienes revisan 30 años de investigación y reportan que los infantes de género masculino son más fácilmente excitables, menos hábiles para regular sus emociones y despliegan niveles más altos de agresión que las niñas. Concordantemente con estos hallazgos, algunos estudios señalan una mayor presencia de problemas conductuales en niños que en niñas (Bettencourt & Miller, 1996; Lahey et al., 2000), pudiendo entenderse la mayor presencia de conductas externalizadoras en niños a partir de las dificultades para regular las emociones, aparentemente mayores en el género masculino. Otros estudios refieren que los niños toman más riesgos que las niñas, pero con algunas variaciones según los contextos y la edad (Byrnes, Miller & Schafer, 1999).

Recientes estudios longitudinales sobre conductas externalizadoras, realizados en niños desde los 3 meses de edad hasta los 15 años, asocian la adversidad del contexto psicosocial con conductas externalizadoras en la adolescencia en ambos géneros, pero en niñas, el bajo auto-control a los 2 años sería un buen predictor y en niños lo sería un bajo auto-control a los 11 años (Pitzer, Esser, Schmidt & Laucht, 2009). También se ha estudiado la relación entre género infantil y depresión materna, mostrando algunas investigaciones una mayor presencia de depresión posnatal en las madres de recién nacidos de género masculino (Tychey et al., 2006).

Para entender las diferencias de comportamiento entre infantes de género femenino y masculino algunos autores aluden al peso de los mecanismos inhibitorios en el proceso de adaptación para hombres y mujeres, señalando que las estrategias sexuales y reproductivas para hombres y mujeres son diferentes y pudieran explicar la mayor capacidad de regulación de las emociones en mujeres que en hombres (Bjorkland & Kipp, 1996).

Otros autores plantean que el contexto cultural y el significado personal que los padres dan al sexo de los hijos, sería también un factor relevante para entender las particularidades de la interacción entre una madre y sus hijos (Boyce & Hickey, 2005).

Otras hipótesis, plantean que las diferencias por género infantil en la calidad de las interacciones parento filiales, pudieran explicarse a partir de las dificultades psicológicas de los padres, en donde la identificación con un hijo del mismo sexo facilitaría los cuidados y una interacción de mayor calidad (Tychey et al., 2006). En el sentido contrario, las interacciones entre progenitores e hijos de diferente sexo, exigirían un mayor esfuerzo psicológico y emocional del adulto, reflejándose esto en una baja sensibilidad parental frente a las necesidades infantiles.

Respuesta sensible materna y género infantil

Los estudios muestran que las diferencias de género infantil también actúan como un factor relevante al momento de evaluar interacciones tempranas entre madres y sus hijos(as), repercutiendo en la calidad del vínculo que establecen (McBride, Schoppe & Rane, 2002). En relación a la calidad vincular madre-bebé, la respuesta sensible del cuidador ha sido considerada un concepto central al momento de evaluar interacciones tempranas en la díada, ya que influye de manera significativa en el desarrollo posterior del bebé (George & Salomón, 1999; Stern, 1997).

La respuesta sensible materna es definida por Crittenden (2006) como un constructo diádico correspondiente a cualquier patrón de conducta desplegado por el adulto que tranquiliza al infante e incrementa su confort, reduciendo su angustia y desinterés. La capacidad de la madre para responder de manera sensible frente a un niño(a), implicará reconocer sus señales, interpretarlas adecuadamente y actuar de manera rápida y apropiada frente a estas lecturas (Marrone, 2001). En esta línea, algunas investigaciones que consideran la sensibilidad parental, la calidad vincular y el género infantil en díadas con niños de un año, muestran una mayor sensibilidad en las madres con sus hijas que con sus hijos (Schoppe-Sullivan et al., 2006). Feldman (2003) explica estas diferencias planteando que las madres serían más sensibles con sus hijas que con sus hijos ya que comparten mecanismos innatos de regulación emocional, lo que favorecería una interacción de mayor calidad entre ambas.

Estudios con niños de 6 años, refieren mayor sensibilidad materna con hijas que con hijos en población afroamericana, mostrando los niños menor involucramiento en la tarea propuesta, menor capacidad de respuesta y una actitud menos comunicativa con la madre. Complementariamente las madres se muestran más controladoras en la interacción con sus hijos de género masculino, lo que permite entender la interacción madre-hijo(a) en una dimensión diádica donde ambos se afectan (Tamis-Le Monda, Briggs & McClowry, 2009). En cuanto al análisis de las variables étnicas y culturales, en determinados grupos el control materno podría estar al servicio de favorecer la adaptación infantil al contexto y no ser entendido solo como una falla en la sensibilidad parental.

Monoparentalidad, interacciones tempranas y diferencias de género

Si bien las diferencias de género infantil parecieran constituir un aspecto relevante en la calidad de las interacciones madre-infante, las condiciones contextuales que rodean a la díada, los niveles de estrés materno así como el tipo de cuidados, son también importantes, señalando distintos autores su influencia en el tipo de vínculo entre una madre y su hijo(a) pequeño (Belsky, 1984; Bowlby, 1969; Carbonell, Plata, Peña, Cristo & Posada, 2010; Coppola, Vaughn, Cassiba & Constantini, 2006; Pelchat, Bisson, Bois & Saucier, 2003; Pinto, Aguilar & Gómez, 2010; Stern, 1997).

Otro aspecto que se ha estudiado es la importancia de la configuración familiar en el desarrollo infantil, mostrando una relación positiva entre el apoyo brindado por el padre a la madre, frecuente en las familias nucleares, y la capacidad de respuesta sensible frente a las señales de los hijos(as) (Hyunjeong, Young-Joo & Mi Ja, 2006; Valenzuela, 1997). A diferencia de las familias nucleares, los estudios en familias monoparentales, muestran una asociación entre esta configuración familiar y dificultades para responder sensiblemente a las señales y necesidades de los hijos(as) pequeños (Casady, Diener, Isabella & Wright, 2001).

Por otro lado, el nacimiento de un bebé en familias monoparentales de bajos ingresos, implica una mayor vulnerabilidad en la díada frente a las tareas de la crianza a partir de vivencias de mayor estrés, mayor riesgo de sintomatología depresiva en la madre y con frecuencia un menor nivel educacional materno (Bastos, Casaca, Nunes & Pereirinha, 2009; Cooper, McLanahan, Meadows & Brooks-Gunn, 2009; Lara-Cinisomo, Griffin, Daugherty, 2009). Algunos estudios señalan el efecto negativo de estas variables en desarrollo integral del niño(a) y en la calidad vincular madre-hijo(a) (Figueredo, Costa, Pacheco & Pais, 2009; Murray, Sinclair, Cooper, Ducournau & Turner, 1999; Rodríguez, 2006; Stern, 1997).

Si entendemos las interacciones tempranas entre madres e hijos(as) desde una perspectiva diádica, donde ambos se influyen mutuamente, el estado general de la madre, su configuración familiar, su nivel educacional, la presencia o no de sintomatología depresiva, el número de hijos, su concepción de roles sexuales estarán en relación con las características propias del infante y su género al momento de interactuar y construir un vínculo particular.

A partir de los antecedentes entregados el presente estudio evalúa la existencia de diferencias de género en la calidad de la interacción de díadas madre-hijo(a) pertenecientes a familias monoparentales chilenas de bajos ingresos. Se definieron los siguientes objetivos:

  1. Describir, analizar y comparar las interacciones madre-hijo(a) en díadas con infantes de género femenino y díadas con infantes de género masculino pertenecientes a familias monoparentales de bajos ingresos. Determinar la existencia o no de descriptores específicos

  2. predominantes en las interacciones de díadas madre-hijo(a) con infantes de género femenino y con infantes de género masculino.

  3. Evaluar la complementariedad de las conductas interactivas entre madre e hijos(as).

Se espera encontrar una calidad de la interacción madre-infante equivalente en las díadas compuestas por madres e infantes de género femenino y masculino, observándose probablemente las diferencias en los aspectos deficitarios de la interacción.

Se hipotetiza encontrar diferencias en las interacciones dependiendo del género de los infantes, esperando una mayor presencia de conductas difíciles y controladoras en las díadas madre-infante de género masculino que en las díadas con infantes de género femenino.

Se esperan también correlaciones altas y positivas entre los aspectos complementarios de la interacción madre-infante en los grupos con ambos géneros, especialmente madre "sensible" con hijo (a) "cooperativo (a)", madre "controladora" con hijo(a) "difícil" y madre "no responsiva" con hijo(a) "pasivo(a).

Método

Participantes

Participaron 80 díadas madre-bebé pertenecientes a familias monoparentales de los dos quintiles más pobres de la población, residentes en Santiago (Chile) en las comunas de La Granja, La Pintana y La Florida, formando parte de la muestra 41 díadas con infantes de género masculino y 39 díadas con infantes de género femenino. 67 del total de las díadas eran parte de familias monoparentales extensas (madre, hijos y otros familiares) y 13 eran familias compuestas solo por la madre y sus hijos (8 en el caso de los niños y 5 en el caso de las niñas). Las edades de los infantes de género femenino variaron entre los 4,6 y 15 meses con un promedio de 10,26 (DE = 2.86), en los infantes de género masculino sus edades variaron entre 4 y 14.7 meses con un promedio de 10.22 (DE = 3.06). No se aprecian diferencias significativas entre los grupos en los promedios de edad de los niños (þ =.952). El promedio de edad de las madres con infantes de género masculino fue de 24.95 años, teniendo la menor 15 y la mayor 43 (DE = 7.28) y en las madres con infantes de género femenino su promedio de edad fue de 25.18 años, teniendo la menor 15 y la mayor 43 (DE = 7.56). No hay diferencias significativas en las edades de las madres entre los grupos ( þ = .891). Los criterios de inclusión considerados para el estudio fueron: (a) residir en alguna de las comunas señaladas, (b) pertenecer a los dos quintiles más pobres de la población e integrar una familia monoparental a cargo de la madre con un hijo(a) entre 4 y 15 meses de edad. Los criterios de exclusión usados fueron la presencia de alguna patología física y/o psiquiátrica diagnosticada en alguno de los miembros de la díada.

Procedimiento

La presente investigación corresponde a un estudio comparativo, transversal no experimental (Kerlinger, 2001). Se seleccionó a las familias a partir de la información entregada por los directores y directoras de los centros de atención, se les invitó a participar de manera voluntaria y se resguardó la confidencialidad de los datos y la identidad de todos los participantes. Se contactó telefónicamente a las familias que cumplían los requisitos muestrales, monoparentales a cargo de la madre, con al menos un hijo(a) menor de 15 meses.

Las evaluaciones fueron realizadas entre mayo y agosto del año 2009, llevándose a cabo en los centros de atención a los que las familias cotidianamente asistían. La evaluación fue realizada con posterioridad a la firma de la carta de consentimiento informado por parte de las madres. Los niños y los adultos fueron evaluados en interacción con el instrumento CARE-Index (Crittenden, 2006), con el mismo set de juguetes y materiales en todos los casos, realizándose primero la grabación de la díada en juego libre y posteriormente la recopilación de información y la aplicación de Escalas. Se entregó un juguete didáctico a cada díada participante y un breve comentario sobre las fortalezas y debilidades observadas en la interacción. Se remitió a los centros de salud respectivos a aquellas díadas evaluadas en riesgo, contando con la previa aceptación de la madre.

Instrumentos

Índice Experimental de Relación Niño-Adulto: CARE-Index (Crittenden, 2006). El CARE-Index es un método de evaluación de la interacción infante-adulto en condiciones no amenazantes, basado en la teoría del apego y desarrollado por Crittenden en 1997. El procedimiento de evaluación consiste en 3 a 5 minutos de grabación de video de interacción de juego libre entre el adulto y el niño. El sistema de codificación se basa en dos constructos diádicos principales, la sensibilidad del adulto a las señales del niño(a) y la cooperación del niño(a) con el adulto. La interacción del adulto y del niño(a) es codificada de acuerdo a 7 variables (expresión facial, expresión verbal, posición y contacto del cuerpo y expresión de afecto, contingencias de toma de turnos, control y elección de la actividad), las cuatro primeras variables definen los aspectos afectivos de la interacción y las tres últimas los aspectos cognitivos de esta. Cada adulto y cada niño(a) es evaluado por separado en relación a cada una de estos siete aspectos del comportamiento de interacción. Cada una de estas 7 variables puede ser puntuada con 2 puntos, pudiendo resultar un total de 14. Existen tres descriptores específicos para el adulto, sensible, controlador y no responsivo:

  1. Sensible: el adulto logra leer e interpretar adecuadamente las señales del niño, mostrando respuestas concordantes y contingentes, logra también captar la atención del infante y reducir su estrés y ansiedad.

  2. Controlador: el adulto muestra signos de hostilidad o enojo en la interacción con el infante, pudiendo hacerlo de manera abierta o encubierta, se puede manifestar en la incongruencia de sus conductas o en intrusiones directas.

  3. No responsivo: el adulto no detecta las señales del infante, especialmente las negativas, está mucho más centrado en su propia perspectiva y vivencias que en el estado interno del infante y sus conductas.

Y cuatro descriptores para el infante, cooperativo, difícil, compulsivo y pasivo:

  1. Cooperativo: el nivel de excitación del infante es moderado, está relajado, atiende con interés a lo que el adulto le propone, da señales de involucramiento continuo durante la interacción.

  2. Difícil: el infante muestra un alto nivel de excitación, protesta o rechaza activamente lo que el adulto le propone, su cuerpo está tenso y reactivo y evita el encuentro.

  3. Compulsivo: la interacción es poco espontánea, el infante se muestra tenso e inhibido físicamente pudiendo desplegar distintos comportamientos, puede esforzarse por lograr animar y cautivar a la madre, por complacerla sin considerar sus propios deseos, por intentar reducir las conductas hostiles o por buscar reducir la ansiedad materna.

  4. Pasivo: muestra un bajo nivel de excitación, participa poco en la interacción, tolera inactivamente lo que el adulto le propone.

Crittenden define una escala de sensibilidad diádica que va desde 0 a 14 puntos, indicando 0-4 "riesgo", 5-6 "inepto", 7-10 "adecuado" y 11-14 "sensible", utilizándose estos criterios para evaluar la calidad de la interacción en el presente estudio. La autora define que puntajes bajo 7 requieren algún tipo de intervención, recomendando psico-educación o intervención a corto plazo para aquellas díadas con puntajes 5-6 y psicoterapia padres-infante para aquellas con puntajes 0-4. Las codificaciones de los videos fueron realizadas por una persona capacitada por la autora del instrumento, obteniendo una confiabilidad 0.7 en el curso de entrenamiento. El evaluador fue calificado a partir de la codificación de 20 videos de interacciones de juego de díadas madre-infante, previamente codificadas por la autora, indicando la confiabilidad reportada el nivel de coincidencia entre ambas.

Escala de Depresión Posnatal de Edimburgo.
La Escala de Depresión Posnatal de Edimburgo es un instrumento de tamizaje, auto-administrado, desarrollado para la detección de síntomas depresivos en mujeres, con hijos (as) recientemente nacidos. La escala está compuesta por 10 preguntas de selección múltiple, que cuentan con cuatro alternativas de respuesta cada una, puntuadas de 0 a 3 de acuerdo a la severidad creciente de los síntomas. Los puntajes varían desde 0 a 30, indicando un mayor puntaje mayor presencia de sintomatología depresiva. Se utilizó la versión validada en Chile (Jadresic, Araya & Jara, 1995), que presenta un punto de corte de 10.

Escala de Ideología de Roles Sexuales. Esta Escala fue desarrollada por Kalin y Tilby (1978), y considera las creencias acerca de las características de género y de las conductas adecuadas para hombres y mujeres. Se construyó a partir de un constructo bidimensional que considera las ideologías de roles sexuales de género en un continuo, desde lo tradicional hacia lo igualitario. Cuenta con 9 ítems en donde se registra el grado de acuerdo o desacuerdo con la afirmación propuesta usando un formato tipo likert de 7 puntos (1 = totalmente en desacuerdo, 7 = totalmente de acuerdo). Los puntajes varían entre 9 y 63 puntos, indicando puntajes bajos ideologías de roles sexuales tradicionales y puntajes altos ideologías igualitarias. Se usó la versión recientemente aplicada en población chilena (Olhaberry et al., 2011).

Índice de Estrés Parental ISP. El ISP desarrollado por Richard Abidin (1995), evalúa el estrés de la madre en relación a su rol y puede aplicarse desde el mes de edad del bebé. La forma abreviada, utilizada en esta investigación, contiene 36 ítems y su aplicación toma de 10-15 minutos. Entrega puntajes en 3 subescalas: estrés parental (PD), interacción disfuncional padres-niños (P-CDI) y niño difícil (DC) y un puntaje total, contando con normas en percentiles. Investigaciones previas realizadas en muestras chilenas reportan adecuadas propiedades psicométricas del instrumento, con un alpha de Conbach de 0.86 para la escala total, 0.86 para la subescala estrés materno, 0.75 para la subescala interacción disfuncional madre-infante y 0,75 para la subescala niño difícil (Olhaberry, 2011).

Resultados

A continuación se presentan los antecedentes sociodemográficos del estudio, considerando por separado a las díadas con infantes de género femenino y masculino. No se aprecian diferencias significativas entre los grupos en la presencia de hermanos ( þ = .374), en el nivel educacional materno ( þ = .593), en el número de adultos en el hogar ( þ = .719), en el tiempo de permanencia de la madre en casa ( þ = .533), ni en el contacto con el padre ( þ = .394). Las frecuencias y porcentajes en relación a las variables mencionadas, se presentan por grupo en la Tabla 1.

Se evaluó en las madres la ideología de roles sexuales, la presencia de sintomatología depresiva y los niveles de estrés, por considerarse que las variaciones entre los grupos en estas variables pudieran explicar eventuales diferencias en la interacción de las díadas al considerar el género infantil. Los análisis realizados con prueba t para muestras independientes indican que las madres de infantes de género femenino y masculino no presentaban diferencias significativas en su ideología de roles sexuales (t = (78) = 1.632; þ= .107). Al realizar los mismos análisis en las variables sintomatología depresiva y estrés materno, los resultados son semejantes, obteniéndose valores que indican ausencia de diferencias significativas, con puntajes t = (78) = -.410; þ = .683 y t = (78) = -1.112; þ = .270 respectivamente.

En la Tabla 2 se presentan los estadísticos descriptivos obtenidos en la Escala de Depresión Posnatal de Edimburgo (EDPE), en la Escala de Ideología de Roles Sexuales (EIRS) y en el Índice de Estrés Parental (IEP) en los grupos de díadas con infantes de género femenino y masculino.

En relación a la interacción madre-infante, el análisis descriptivo indica que el promedio en sensibilidad materna obtenido por las díadas con infantes de género masculino (M = 6.93) las ubica en la categoría "inepto", lo que indica necesidad de algún tipo de intervención. En las díadas con infantes de género femenino el promedio en sensibilidad materna las ubica en la misma categoría (M = 6.69), resultando importante destacar que en ambos grupos los puntajes promedios se encuentran muy cercanos al límite inferior del rango "adecuado" en relación a la calidad de la interacción. En cuanto a las frecuencias de cada grupo en las distintas categorías de la escala de sensibilidad, las díadas con infantes de género masculino, presentan 4 (9,8%) en la categoría "riesgo", 18 (43,9%), en la categoría "inepto", 16 (39%) en la categoría "adecuado" y 3 (7,3%) en la categoría "sensible". En las díadas con infantes de género femenino los resultados son semejantes, ubicándose 4 (10,3%) en la categoría "riesgo", 16 (41%) en la categoría "inepto", 15 (38,5%) en la categoría "adecuado" y 4 (10,3%) en la categoría "sensible".

En los descriptores específicos restantes, las madres con infantes de género masculino obtienen un puntaje de M = 2.12 en control y M = 5.0 en no-responsiva; y las madres con infantes de género femenino, M = 1.54 en control y M = 5.41 en no-responsiva. En los descriptores específicos para los infantes de género masculino, se observan promedios de M = 6.71 puntos en cooperativo, M = 1.10 en compulsivo, M = 3.61 en difícil; y M = 2.59 puntos en pasivo. Los infantes de género femenino obtuvieron en promedio M = 6.46 puntos en cooperativo, M = 0.79 en compulsivo, M = 2.23 puntos en difícil; y M = 4.36 en pasivo.

En la Tabla 3 se presentan los estadísticos descriptivos de las distintas dimensiones de la interacción madre-hijo(a), agrupadas según género infantil.

La correlación entre sensibilidad materna y cooperatividad infantil es positiva y alta en ambos grupos, siendo r = 0.910 (þ= .000) para las díadas con infantes de género masculino y r = 0.842 (þ = .000) para las díadas con infantes de género femenino, indicando que a mayor sensibilidad materna mayor es la cooperatividad infantil en ambos grupos.

Las correlaciones entre control materno e infante difícil son positivas y significativas en ambos grupos, con valores r = 0.358 ( þ = .022) para las díadas con infantes de género masculino y 0.604 ( þ = .000) para las díadas con infantes de género femenino. Las correlaciones entre no responsividad materna y pasividad infantil son también altas y positivas en ambos grupos con valores r = 0.551 ( þ = .000) para las díadas con infantes de género masculino y r = 0.566 ( þ = .000) para las díadas de género femenino, confirmándose las hipótesis en relación a la complementariedad materno infantil en las interacciones.

Los resultados de las correlaciones entre los descriptores para las madres y los descriptores para los niños(as) agrupados según el género infantil se presentan en la Tabla 4.

Al comparar los puntajes promedio obtenidos por las díadas en los distintos descriptores agrupados según el género infantil a través de la prueba t para muestras independientes, se obtiene que los infantes de género masculino obtienen puntajes significativamente más altos en el descriptor difícil (t (78) = 2.438; þ= .017), y los infantes de género femenino obtienen puntajes significativamente más altos en el descriptor pasivo ( t (78) = -2.941; þ = .004). Los tamaños de efecto de las diferencias evaluados con d de Cohen son medianos en ambos casos, con valores d = 0.547 y d = 0.654 para difícil y pasivo respectivamente. En el descriptor controlador se observan puntajes más altos en las madres de los infantes de género masculino, pero las diferencias no son significativas al comparar con las madres de infantes de género femenino. En el descriptor no responsiva para las madres se observan puntajes más altos para las madres de infantes de género femenino, pero las diferencias, al igual que en el descriptor anterior, no son significativas al comparar los grupos. Lo anterior permite confirmar parcialmente las hipótesis del estudio, observándose diferencias según el género infantil que aluden a conductas más difíciles en los niños y más pasivas en las niñas, aunque estas diferencias no son significativas en los descriptores complementarios de las madres.

Los resultados de las comparaciones de los descriptores de la interacción en las madres y los niños(as) agrupados por género, se presentan en la Tabla 5.

Discusión

En relación a los hallazgos generales del estudio, resulta relevante destacar los altos puntajes observados en estrés y depresión en las madres, presentando ambos grupos de díadas niveles de estrés materno que las ubican sobre el percentil 60 y promedios sobre el punto de corte en depresión. Lo anterior, resulta consistente con los estudios revisados en relación a monoparentalidad, bajos ingresos y sus consecuencias en estas variables (Bastos et al., 2009; Cooper et al., 2009; Lara-Cinisomo et al., 2009).

En cuanto a los resultados específicos, si bien los estudios revisados plantean una mayor calidad de la interacción entre las madres y sus hijas, por compartir el género y las estrategias de regulación emocional (Feldman, 2003), estas diferencias no se observaron en los resultados. Las díadas con infantes de género femenino y masculino, muestran puntajes muy semejantes en sensibilidad y cooperatividad, ambos descriptores que puntúan los aspectos adecuados de la interacción. Las diferencias por género que arroja el estudio se centran en los aspectos deficitarios de la interacción entre las madres y sus hijos(as).

Se observa en el comportamiento interactivo materno un predominio de sensibilidad seguido por no responsividad y conducta controladora en ambos grupos de infantes, pero puntajes más altos en control con los infantes de género masculino y más altos en no responsividad con los infantes de género femenino. En los infantes, complementariamente con las madres, los de género masculino varían en la interacción con sus madres entre la cooperatividad, la compulsividad y las conductas difíciles y los de género femenino entre comportamientos cooperativos y pasivos. Esto indica que cuando las madres no logran leer e interpretar adecuadamente las señales de sus hijos(as) y actuar de manera consistente para acoger sus necesidades, muestran hostilidad con los infantes de género masculino y una conducta centrada en sí mismas con los de género femenino, fallando de manera diferencial según el género infantil. Lo mismo ocurre desde la perspectiva de los niños(as) cuando no muestran comportamientos cooperativos en la interacción con sus madres, los de género masculino se quejan y rechazan la propuesta o se tensan y despliegan esfuerzos por acomodarse a la madre, y los de género femenino tienden a tolerar inactivamente la propuesta interactiva de la madre.

En relación a las hipótesis planteadas en el estudio, se encontraron diferencias significativas entre infantes de género femenino y masculino como se esperaba, mostrando los niños puntajes significativamente más altos que las niñas en el descriptor difícil con un tamaño de efecto mediano y las niñas puntajes significativamente más altos que los niños en el descriptor pasivo con un tamaño de efecto mediano también. En relación a la complementariedad de los descriptores maternos, las madres muestran puntajes más altos en el descriptor control con los infantes de género masculino y no responsivo con los de género femenino, pero estas diferencias no resultan estadísticamente significativas. Si bien se aprecia la complementariedad de los descriptores mostrados por las madres y sus hijos(as) y en este sentido la confirmación de la influencia mutua al interior de la díada, la diferencia estadísticamente significativa está en el comportamiento de los niños(as) y no en el comportamiento de las madres. Es probable que la falta de significación estadística en la diferencia de los descriptores maternos control y no responsivo se explique por el pequeño tamaño muestral, que no permite una adecuada potencia estadística. En este sentido el desarrollar estudios equivalentes en muestras de mayor tamaño, permitiría probablemente encontrar diferencias significativas en los descriptores maternos mencionados.

Las correlaciones observadas entre los descriptores para las madres y los niños(as) también indican complementariedad al interior de las díadas, observándose correlaciones altas y positivas especialmente entre sensibilidad materna y cooperatividad infantil en ambos grupos. Los descriptores control para las madres y difícil para los infantes también muestran correlaciones positivas en ambos grupos, pero en los infantes de género masculino el descriptor compulsivo muestra también una correlación positiva y significativa que no se observa en las niñas. Esto pudiera mostrar diferencias por género infantil en la respuesta al control materno en las díadas del estudio, observándose en los infantes de género masculino conductas compulsivas o conductas difíciles y en los de género femenino solo respuestas difíciles en asociación con conductas que expresan control en la madre. Las conductas compulsivas en los niños indican tensión, poca espontaneidad y un esfuerzo infantil por acomodarse a la madre, lo que alude a un esfuerzo por sobre-regular las emociones, probablemente buscando reducir la hostilidad materna y lograr interacciones más placenteras. Sorprende que esta correlación no se observe en las niñas, quienes frente al control materno, que se expresa con menor frecuencia en las díadas con infantes de género femenino, se muestran difíciles.

Al intentar explicar las diferencias observadas en la interacción madre-infante de ambos grupos a partir del contexto cultural y las ideologías de roles sexuales de las madres, no se observan diferencias significativas entre los grupos de díadas con infantes de género femenino y género masculino. Ambos grupos obtienen puntajes promedio muy cercanos a los observados en población general chilena de igual nivel socioeconómico (Olhaberry et al., 2011). Esto indica que la concepción que las madres tienen de los roles y conductas para hombres y mujeres no permitiría explicar las diferencias encontradas entre las díadas con infantes de género femenino y género masculino.

Si consideramos las hipótesis que explican las diferencias de género en el intercambio madre-infante desde las dificultades maternas para identificarse con un hijo de distinto sexo (Tychey et al., 2006) es posible hipotetizar que madres que no cuentan con la presencia cotidiana del padre en la crianza ni con el apoyo de este como pareja, pudieran trasladar muchos de los conflictos generados por la separación a la relación con un infante de género masculino. En esta línea la presencia de mayor control en la madre con los infantes de género masculino, que indica hostilidad o enojo, puede explicarse a partir de los sentimientos de la madre en relación al padre que pudieran ser proyectados en el infante que porta el género del padre y probablemente algunas de sus características físicas. Se requieren estudios mixtos que consideren además de las evaluaciones cuantitativas de la calidad de la interacción madre-infante, evaluaciones cualitativas de los significados de las madres en torno al niño, la percepción del padre y de la separación para chequear estas hipótesis.

Para profundizar los hallazgos del estudio se requieren nuevas investigaciones que exploren diferencias de género infantil en la calidad de las interacciones madre-hijo(a) considerando familias nucleares, ya que esto permitiría dimensionar si las diferencias de género encontradas son una particularidad de las familias monoparentales a cargo de la madre o un aspecto más general de las díadas madre-hijo(a) chilenas de nivel socioeconómico bajo.


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