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Revista Interamericana de Bibliotecología

versão impressa ISSN 0120-0976versão On-line ISSN 2538-9866

Rev. Interam. Bibliot v.32 n.2 Medellín jul./dez. 2009

 

REVISIONES Y REFLEXIONES

 

La terminología en la Escuela Interamericana de Bibliotecología de la Universidad de Antioquia*

 

Terminology at the Escuela Interamericana de Bibliotecología of the Universidad de Antioquia.

 

 

Uriel Lozano Rivera**; María Teresa Múnera Torres***

 

** Bibliotecólogo y Master of Library and Information Science. Profesor honorario de la Escuela Interamericana de Bibliotecología de la Unversidad de Antioquia. Medellín – Colombia. ulozano@bibliotecologia.udea.edu.co

*** Bibliotecóloga, Magister en Ciencias Sociales. Profesora Asociada y actual directora de la Escuela Interamericana de Bibliotecología de la Universidad de Antioquia. Investigadora del Grupo de Investigación ''Información, conocimiento y sociedad'' Medellín – Colombia. mmuner@bibliotecologia.udea.edu.co

 

 


Resumen

Se presenta a modo de reflexión, un recuento sobre el desarrollo de la terminología en la Escuela Interamericana de Bibliotecología de la Universidad de Antioquia y el impacto que logra obtenerse de su estudio y aplicación no solo en la Escuela, sino en otros escenarios de orden institucional, mediante la utilización de diferentes modalidades de lenguajes documentales y de fuentes de información secundarias que basan su estructura en esta disciplina, así como el avance logrado desde la perspectiva investigativa y su proyección en el ámbito local, nacional e internacional.

Palabras clave: terminología, Escuela interamericana de Bibliotecología, documentación

Cómo citar este artículo: LOZANO RIVERA, Uriel y MÚNERA TORRES, María Teresa. La terminología en la Escuela Interamericana de Bibliotecología de la Universidad de Antioquia. Revista Interamericana de Bibliotecología. Jul. Dic. 2009, vol. 32, no. 2; p. 389–409.


Abstract

This reflection paper presents a recount of the development of terminology in the Escuela Interamericana de Bibliotecología (EIB) of the Universidad de Antioquia, and the impact that has been achieved by this study and its application not only in the EIB but also in other institutions, through the use different kinds of documental languages and secondary information sources which base their structure on this discipline. It also shows the advances achieved in the research on this field of knowledge and its projection at local, national, and international levels.

Key words: terminology, Escuela Interamericana de Bibliotecología, documentation

How to cite this article: LOZANO RIVERA, Uriel and MÚNERA TORRES, María Teresa. Terminology at the Escuela Interamericana de Bibliotecología of the Universidad de Antioquia. Revista Interamericana de Bibliotecología. Jul.–Dec. 2009, vol. 32, no. 2; p. 389–409.


 

 

Introducción

Hablar del estudio de la terminología en la Escuela Interamericana de Bibliotecología de la Universidad de Antioquia, la primera Unidad Académica de su género que se funda en el país y que en la actualidad cuenta con el programa de Bibliotecología acreditado en dos ocasiones por el Ministerio de Educación Nacional de Colombia, lleva a trazar un recorrido histórico sobre cómo la terminología ocupa un lugar preponderante en la formación del bibliotecólogo, en unos momentos dentro del currículo y la investigación, y en otros, como parte esencial de las actividades extracurriculares, cuya materialización se refleja en manuales y publicaciones impresas, éstas últimas de muchísima difusión y aceptación en bibliotecas y en escuelas de formación profesional de bibliotecólogos de América Latina. Y es precisamente mediante una dinámica y continua propuesta de publicaciones, como la EIB se hace visible en los rincones patrios y allende las fronteras, cumpliendo así con uno de los objetivos propuestos por sus distinguidos fundadores.

Para hacer una aproximación al estudio de la terminología y del lugar que ha ocupado en la formación del bibliotecólogo en la E.I.B., es necesario distinguir cuatro momentos que son objeto de un análisis mucho más detallado, en este texto que posibilite una primera percepción del significado que esta importante área temática aporta en el devenir de la Escuela en sus más de cincuenta años de existencia.

Ellos son: su fundación y primeros aportes en el ámbito de la terminología, seguido por la introducción de nuevas propuestas terminológicas en la década de los años sesenta, situación que se fortalece con la consolidación curricular de esta disciplina en la década de los noventa, cuando aparecen nuevas opciones de capacitación y de trabajo cooperativo nacional e internacional en torno a la terminología. Esto contribuiría de manera contundente en los albores del siglo XXI, al afianzamiento y posicionamiento del trabajo terminológico de la Escuela desde la perspectiva del desarrollo investigativo, con el grupo de investigación en terminología y documentación, para luego convertirse en la línea de Terminología y Representación del Conocimiento, que forma parte de un grupo de investigación actual, denominado Información, Conocimiento y Sociedad, clasificado en el año 2009 en la Categoría A de Colciencias.

 

1. Primer momento: surgimiento y primeros aportes

Para hacerse una idea sobre el surgimiento de la terminología como disciplina autónoma que de manera simultánea toma prestados los términos y los conceptos de los lenguajes especializados, a fin de construir su propio desarrollo y su propio corpus teórico, y que, a su vez, facilita la comunicación entre los diferentes especialistas y expertos, es necesario remontarse al siglo XVIII, cuando se le empieza a otorgar importancia a las denominaciones y expresiones en los campos de la botánica, la química, la zoología, lo que evidencia una mayor necesidad de organizar los sistemas de conceptos y de términos que se utilizan en diferentes áreas del conocimiento científico y técnico.

Resulta importante señalar, además, que la Terminología ''puede ser mirada desde tres perspectivas: La terminología definida como disciplina que se ocupa de los términos especializados; como práctica, traducida en el conjunto de principios encaminados a la recopilación de términos; y como producto de la práctica, entendida como el conjunto de términos de una determinada especialidad''.1

Con el advenimiento del siglo XX, y de manera especial en su tercera década, el austríaco Eugene Wüster (1898–1977) introduce el estudio de la terminología como disciplina, a partir de la TGT (Teoría General de la Terminología), dando inicio a un proceso de posicionamiento de esta disciplina dentro de los diversos campos del saber. Más adelante surgen otras escuelas europeas que contribuirán al fortalecimiento de la elaboración teórica y conceptual de la terminología, así como a su aplicación en diferentes campos del acontecer, tanto académico como productivo y empresarial.

María Teresa Cabré, exponente de otra corriente teórica de la terminología, conocida como la TCT (Teoría Comunicativa de la Terminología), la define como ''una disciplina, en el sentido de que posee unas bases teóricas delimitadas y un objeto de estudio definido. Como disciplina tiene, como cualquier otra materia, una vertiente teórica y una vertiente aplicada, y genera unas aplicaciones específicas. Su vertiente teórica responde a un modelo determinado, coincidente en parte (aunque sólo en parte), con el de la lingüística. No es, por lo tanto, una disciplina original en su sentido más pleno, sino una disciplina deudora de otras materias de las que toma determinados fundamentos. Sin embargo, es una disciplina original en un doble sentido: primero, porque selecciona de cada una de las materias fuente unas bases específicas con la exclusión de otras (es decir no toma todos los elementos de la lingüística, ni siquiera todos los de la lexicología, ni tampoco todos los de la morfología o la semántica léxica); en segundo lugar, porque reconfigura estos fundamentos construyendo un espacio propio y diferenciado de otros campos científicos, original en cuanto al objeto, original en cuanto marco, original en suma, en cuanto al método y a los objetivos que persigue''.2

Es importante, además, establecer la importancia del papel que juega la terminología en áreas de la ciencia de la información. Al respecto se presentan algunos aportes de teóricos especializados, que ponen en contexto la relación entre la terminología y los procesos de organización y transferencia del conocimiento dentro de los ámbitos de la bibliotecología y la documentación.

Reinel Artz y Heribert Picht señalan de manera específica, como ''la información y la documentación tienen el cometido de elaborar, ordenar y almacenar el conocimiento y de ponerlo al alcance del usuario, proceso en el que la descripción de todo tipo de documentos desempeña un papel central. Con el fin de poder crear y consolidar las bases terminológicas que necesita, la información y documentación precisa de la metodología desarrollada por la ciencia de la terminología. La aplicación de principios terminológicos adquiere una importancia especial en la construcción de sistemas de clasificación y tesauros.''3

Por su parte, Victoria Alsina y Rosa Estopa expresan cómo ''una de las tareas de los documentalistas consiste en describir los documentos que forman parte de su biblioteca, para poder luego recuperarlos. El documentalista a cargo de una biblioteca especializada (esté informatizada o no) describirá el contenido de los documentos basándose en la terminología. Así pues, la descripción, almacenamiento y recuperación de la información especializada se basa en la terminología, ya que los documentos técnicos son la base del trabajo terminológico. Así, vemos que entre la terminología y la documentación hay una relación de intercambio.''4

Ya a las puertas del siglo XXI, la terminología se presenta como un componente fundamental de los diferentes procesos de comunicación y de transferencia de la información, que faciliten los procesos de desarrollo y de interacción entre las diferentes culturas y diversos saberes. Sobre el particular, María Teresa Cabré establece: ''Los cambios sociales profundos que se han producido en las últimas décadas, que se pueden sintetizar en la aparición de nuevas relaciones e interdependencias entre las culturas y las naciones, en los avances rápidos del conocimiento y la diversificación de su difusión, en el desarrollo de las tecnologías, y en la participación en el fenómeno de la globalización, hacen necesaria la búsqueda de soluciones comunes a los problemas que afectan a toda la humanidad. Es indispensable, en este sentido, un diálogo constructivo entre las culturas, que se base en el respeto a la diversidad, se oriente hacia la paz y tenga como objetivo el desarrollo sostenible. La terminología puede tener un papel importante en este diálogo desde una doble vertiente: por un lado, porque puede participar en la delimitación de conceptos fuertemente ideologizados y polisémicos que están en la base de muchos conflictos desencadenados; por otro lado, porque es un elemento clave en la transmisión de ideas y conocimientos en un marco de plurilingüísmo y especialización. La terminología, entendida en la práctica como el conjunto de las unidades léxicas con sentido totalmente preciso en un ámbito especializado, garantiza, por un lado, una buena transacción de conocimientos y de productos, y por el otro, una comunicación unívoca y eficiente. Porque los términos que están presentes en todas las áreas científicas, técnicas y profesionales y sociales, tienen dos vertientes fundamentales: una vertiente representativa (vehicula verbalmente los conceptos precisos de cada materia especializada), y una vertiente comunicativa (permite expresar e intercambiar los conocimientos sobre estos ámbitos).5

Se aprecia, por tanto, cómo se va generando conciencia, sobre los siguientes puntos: primero, que las palabras y las frases propias del discurso especializado se deben estudiar si se quiere tener una cabal comprensión del conocimiento; segundo, que la terminología es la base para la estructuración de los lenguajes especializados; tercero, que sirve para la descripción, almacenamiento y recuperación de la información documental; y, cuarto, de que la ''terminología constituye, para los especialistas, el vocabulario esencial para una comunicación eficaz''6, tal como lo expresara muy bien el profesor Juan Carlos Sager.

Para el caso específico de la Escuela Interamericana de Bibliotecología de la Universidad de Antioquia, justo desde en que da inicio a sus labores como unidad académica del Alma Mater –enero de 1958– se toma la iniciativa de incentivar el estudio de la terminología técnica. Es así como los profesores Gaston Litton, Victoria Fisher de Duque, Emma Croslan Simonson y Edith Schwarz, publican los primeros trabajos terminológicos en la historia de la bibliotecología del país.

Ellos compilan cuatro manuales, publicados por la Escuela, con el fin de propiciar en el alumno el correcto uso del vocabulario técnico, tanto en inglés como en alemán. La primera lengua es, y sigue siendo, la principal portadora del conocimiento documental; la segunda, en ese momento histórico, la seguía en lo tocante a la producción literaria profesional en el mundo.

Por la importancia de ser las publicaciones pioneras, bien vale la pena aproximarse a los títulos de los manuales que sirvieron de textos de estudio y que fueron ampliamente utilizados y difundidos, no sólo en Colombia sino en otros países de América Latina, en donde apenas se iniciaban los estudios bibliotecológicos. Ellos son:

Terminología profesional. Una lista de términos en inglés, de uso en la literatura contemporánea profesional, clasificados según el aspecto de la bibliotecología con que más directamente se relacionan./ Victoria Fisher de Duque, Emma Crosland Simonson y Gaston Litton, compiladores. Medellín: Editorial Universidad de Antioquia, 1958 [sin paginar].

Esta obra tuvo como objetivo facilitar la comprensión terminológica en el ámbito de la bibliotecología. Para ello, los autores dividen la profesión en veinte categorías, que van desde la adquisición de documentos hasta la tipografía del libro.

Professionelle terminologie der bibliothekswissenschaft. Siete categorías de palabras y términos afines en bibliotecología en alemán, con sus equivalentes en español e inglés / Edith Schwarz, Gaston Litton, compiladores. Medellín: Editorial Universidad de Antioquia, 1960. 26 p.

Este texto acompañaba los cursos formales de alemán, y a la vez fragmentaba la terminología bibliotecológica en siete categorías de términos en alemán, todos relacionados con la bibliotecología, las bibliotecas y las librerías. Estos hacían énfasis en la organización, administración y desarrollo de colecciones bibliográficas. Así pues, el objetivo fundamental de este documento fue en ''preparar en el uso de los términos en alemán, que son de uso más común en los trabajos de adquisición, catalogación, organización y manejo de materiales'' 7

Anthology of readings in library science. Una antología de lecturas en bibliotecología en inglés para el estudio de la terminología profesional / Victoria Fisher de Duque, Gaston Litton, compiladores. Medellín: Editorial Universidad de Antioquia, 1961. [sin paginar] Tomo I, 10 capítulos; Tomo II, 10 capítulos.

En la anterior descripción se puede apreciar que se trata de un trabajo monumental que, en dos volúmenes y bajo veinte categorías mayores o subtemas, agrupa un centenar de lecturas selectas sobre las bibliotecas y el mundo del libro, todo con miras a enseñar, no sólo el uso de la terminología técnica, sino el del mismo inglés.

Simultáneamente, la docencia sobre lenguajes documentales se inicia con la enseñanza del Sistema de Clasificación Decimal de Dewey, la lista de Encabezamientos de la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos (LC), la lista de Encabezamientos de la Biblioteca Nacional de Medicina (MESH), del mismo país, y la lista de encabezamientos Sears, para luego incorporar la importante obra de Encabezamientos de Materia, elaborada por Carmen Rovira y Jorge Aguayo, que ocuparía un lugar importante por muchos años en las unidades de información de Colombia.

Otro acontecimiento igualmente significativo y que evidencia el interés por los lenguajes documentales y las herramientas terminológicas, ocurre en el momento de la graduación – el 15 de diciembre de 1960 – de la primera promoción de profesionales de la bibliotecología que se alista para salir a ejercer en Colombia. Algunos de los diez y seis primeros profesionales, que para graduarse como Licenciados en Bibliotecología debían realizar y aprobar una tesis de grado, presentan sendos trabajos terminológicos, aporte fundamental, en un país que requería urgentemente de nuevos desarrollos terminológicos. Por tanto, vale la pena mencionar las dos primeras tesis que versaron sobre lenguajes documentales y que datan año de 1960:

• Traducción del sistema de clasificación de la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, a cargo de Mercedes Benítez Alegría, de Cali.8

• Encabezamientos de materia para bibliotecas juveniles, una traducción y adaptación, a cargo de Eloise Rue y Effie Laplante y Berenice Osorio Hincapié.9

 

2. Segundo momento: décadas de los setenta y los ochenta: nuevos aportes terminológicos

La simiente plantada en más por el deseo de proveer una formación integral que por la retórica académica, viene a germinar en estas dos décadas con productos y acciones diversas: unas enriquecen su currículo en la modalidad de asignaturas que mejoran las competencias para la organización y transferencia de la información; otras, para continuar con el estudio, la capacitación y la aplicación en el medio de los lenguajes documentales ya mencionados, más las de reciente aparición; y otras que representan propuestas de creación y mejoramiento de instrumentos para la administración de la información, como lo testimonia el hecho de que por primera vez en Colombia se estructuran una buena cantidad de tesauros, lenguajes documentales que se organizan bajo un fuerte control terminológico y se aplican, no sólo en unidades de información, sino también en el naciente concepto de redes de bibliotecas; y unas cuantas más, de resultados a largo plazo, dirigidas a la creación de conciencia y cultura terminológica, que proyectan la Escuela y sus egresados en los organismos normalizadores del ámbito documental, tanto en el ámbito regional como en el nacional.

Esa relación bilateral entre terminología y documentación, en la que la primera es un factor privilegiado para el análisis, representación y recuperación del conocimiento almacenado en las bibliotecas, es reconocida tácita y realmente con más fuerza en esta época, alimentada también probablemente, por los fuertes vientos documentales que soplan en el ambiente bibliotecológico de América Latina, tales como: la formulación de políticas nacionales de información, la creación de un sistema nacional de información, el programa Unisist de la UNESCO, los centros nacionales y supranacionales de documentación, la cooperación y el trabajo en red, entre las más notorias. Iniciativas todas de mucha relevancia, encaminadas a lograr la gran meta de asegurar la organización, la disponibilidad y, sobre todo, la óptima utilización de todos los conocimientos acumulados e indispensables para alcanzar el tan anhelado progreso social.

Estas iniciativas se promueven a nivel internacional y llegan a Colombia muy rápidamente, conducidas inteligentemente por organismos como COLCIENCIAS e ICFES, donde labora un selecto grupo de egresados de la Escuela. Precisamente de este último organismo emana la Lista de Encabezamientos de Materia para Bibliotecas (LEMB), profusamente utilizada por los bibliotecólogos de Colombia y de América Latina, que, aparte de cualquier limitación propia de este tipo de herramienta, es el principal reservorio terminológico producido en el país, continúa vigente, y donde tuvieron mucho que ver los egresados –ambos funcionarios del ICFES– Bertha Nelly Cardona y José Arias.10

Una nueva corriente documental, que apenas despuntaba en Europa y en Estados Unidos, despierta el interés curricular de la institución, y rápidamente se hace presente en el programa de estudios de la EIB. Ello lleva a referirse a la teoría de los lenguajes documentales, los llamados tesauros, y a la indización, ambas áreas consideradas vitales para lograr una comunicación efectiva del conocimiento especializado en una comunidad de usuarios igualmente especializada. Mediante estas dos aplicaciones, en el diario trabajo de las unidades de información documental, los nuevos conceptos y vocablos, originados por la constante renovación de la ciencia y la tecnología –siempre un serio desafío para los servicios de información–, tienen su proceso de validación y le permiten al bibliotecólogo normalizar la terminología de organización y acceso expedito a las bases de datos informativas, y al estudioso de una disciplina, uniformar y fijar los términos científicos bajo los cuales puede hacer búsquedas de información mucho más efectivas.

Al tenor de lo que rezan los cánones curriculares, la Escuela envió a Europa a uno de sus docentes de tiempo completo, el profesor Uriel Lozano Rivera, para que se capacitara, bajo la tutela del profesor F.W. Lancaster, en aquellas nuevas herramientas terminológicas aplicadas a los servicios documentales.

La EIB se constituye, en efecto, en la primera institución en Colombia en enseñar la nueva teoría de tesauros y sus aplicaciones en la indización, en consecuencia, sus egresados no sólo se preparan en esta área de los lenguajes documentales, prioritaria para la organización del conocimiento, sino que además serían los multiplicadores de la idea desde la docencia en otras escuelas de bibliotecología del país y del exterior, con el agregado de que muchos de ellos fueron partícipes y propiciadores de toda una generación de tesauros en distintas áreas temáticas que se elaboraron y se publicaron en aquella época en Colombia. Como trabajos de grado para optar al título de bibliotecólogo profesional –la mayoría– o como proyectos de investigación, fueron elaborados algunos tesauros o análisis sobre los mismos. Como ejemplos se pueden mencionar los que se presentan a continuación:

• Tesauro Colombiano de alimentación y nutrición, realizado por Gloria María Barrientos González y Rosa Elena Peláez González.11

• Tesauro de veterinaria y zootecnia, elaborado por Blanca Vélez S y Luz Stella Zapata G.12

• Análisis y evaluación de cinco bases de datos–tesauros para determinar su utilidad en el Centro de Investigación Jurídica de la Universidad de Antioquia, efectuado por Nancy Mélida Quiceno Cano.13

Otros, fueron desarrollados y publicados para satisfacer necesidades específicas, con el patrocinio de instituciones tan importantes como universidades, ministerios, bibliotecas especializadas, centros de documentación, asociaciones profesionales, el Instituto Colombiano para el Fomento de la Educación Superior (ICFES) y el Instituto Colombiano para el Desarrollo de la Ciencia y la Tecnología (COLCIENCIAS).

El mismo profesor Lozano, en representación de la Escuela, actúo como presidente–fundador del Comité C.30.1 de Terminología de la Documentación, que operó entre diciembre de 1973 y diciembre de 1983, integrado mayoritariamente por egresados de la EIB. Dicho Comité, un notorio esfuerzo de cooperación entre el Instituto Colombiano de Normas Técnicas (ICONTEC), máximo organismo para la normalización en el país, y la División de Documentación e Información del Instituto Colombiano para el Fomento de la Educación Superior (ICFES), bajo la presidencia de la Escuela, elabora y aprueba la Norma colombiana 1476: Directrices para el establecimiento y desarrollo de tesauros monolingües, acogida y difundida ampliamente en el país en 1979.14

La norma citada –primera de su clase en Colombia– obedece a una necesidad sentida en las unidades de información, de contar con un documento que sirviera de guía para la preparación de estos nuevos e importantes instrumentos para la organización y difusión del conocimiento especializado. Es inmediata la aceptación de el trabajo del Comité de Terminología, tanto es así, que la Presidencia de la Comisión Latinoamericana de la Federación Internacional de Documentación, liderada por el egresado José Arias O., lo convoca para que revise y actualice la norma, y se produzca una nueva publicación en 1980, bajo el patrocinio de la mencionada organización internacional, conocida familiarmente por las siglas FID/ CLA. 15

Tanto la capacitación de sus egresados en herramientas terminológicas como la participación de sus profesores en los organismos nacionales de normalización de la terminología, se pueden considerar como respuestas acertadas al nuevo contexto y a las políticas gubernamentales de ciencia y tecnología que se instauraron en Colombia en aquella década, lideradas por el recién creado COLCIENCIAS, organismo que se interesó por desarrollar el Sistema Nacional de Información (SNI), hoy conocido como el Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación.

 

3. Tercer momento: década de los noventa: consolidación curricular de la terminología

Tiene inicios con la conformación del Grupo de Terminología y Lenguajes de Indización, coordinado por el Sistema de Información y Documentación para la Educación Superior (SIDES), del ICFES, y bajo el auspicio del SNI/INFOLAC, en el cual actúa Libia Lotero, profesora de la EIB, y los egresados de la misma: Fidelia Gómez, Melva Hernández, Bertha Nelly Cardona y Lucy Espinosa. Este grupo retoma la ya citada norma colombiana, que no había sido actualizada desde la edición de 1980, y la convierte en un manual ''que de manera muy sencilla diera las pautas para la construcción de tesauros a especialistas de diferentes áreas''16, cuyos objetivos se vieron ampliamente recompensados, porque no sólo le dieron continuidad a un importante trabajo de normalización de la terminología documental, algo poco usual en nuestro medio, sino que también le brindaron a los estudiosos de esta temática una publicación didáctica, lo que les confiere más valor agregado. Sobre esta norma, ahora, cuando se evidencia la influencia de la informática y se les asignan más responsabilidades a los profesionales de la organización y difusión del conocimiento, es necesario que se retome el tema de los tesauros, para enmarcarlo dentro de otros conceptos, no utilizados antes en la ciencia de la información, como son las ontologías y las taxonomías, dando lugar a una actualización y una nueva publicación.

Un nuevo impulso recibe esta temática, con la vinculación a la Escuela, como directora primero, y luego como profesora, la Licenciada Bertha Nelly Cardona, una apasionada por la terminología, miembro de la Red Colombiana de Terminología (COLTERM), del consejo directivo de la Red Iberoamericana de Terminología (RITERM) y de la Unión Latina. Le cabe el honor de introducir los estudios de la terminología como asignatura independiente dentro del currículo, así como también el de llevar la representación de la Escuela, presentar ponencias y artículos, organizar numerosos eventos nacionales e internacionales sobre esta temática, y presentar ante la comunidad académica nacional a expertos internacionales que hacen importantes aportes a la terminología y a la documentación, tales como los profesores María Teresa Cabré C, y Mercé Lorente, de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, y a José Antonio Moreiro, de la Universidad Carlos III, de Madrid.

Su paso por la institución deja una semilla importante que aseguraría la continuación y nuevos desarrollos de los estudios terminológicos.

En el año de 1999, el Grupo de Terminología y Traducción de la Universidad, fruto del trabajo realizado en COLTERM y de la cooperación entre la EIB y la Escuela de Idiomas, es reconocido por COLCIENCIAS como grupo de investigación clasificado en la categoría C.

 

4. Cuarto momento: del año dos mil en adelante: proyección nacional e internacional

Gracias a la gestión ya mencionada de la Licenciada Cardona, la vinculación de más docentes a la temática (es el caso de los profesores María Teresa Múnera Torres y Carlos Arturo Montoya Correa), y el aporte de varios estudiantes; la dinámica participación en asociaciones y redes de la especialidad; la organización de semilleros por parte de su Centro de Investigación; la implementación de nuevos seminarios de terminología en su currículo; el trabajo en cooperación con el Grupo de Terminología y Traducción de la Escuela de Idiomas; el nacimiento del grupo Gecobi, coordinado por la profesora María Teresa Múnera, considerado el incubador del Grupo de Trabajo en Terminología; el aumento de la producción académica, representada en ponencias y artículos; se observa, para el inicio del nuevo mileno, un accionar mucho más intenso de la institución, desde el campo de la terminología, en el plano nacional e internacional, evidenciado por múltiples actividades que se enmarcan en la docencia, la investigación y la extensión, tales como la introducción de nuevos cursos de terminología, el surgimiento de la actividad investigativa, así como la asistencia a congresos, seminarios, conferencias, conversatorios, pasantías, y las visitas de varios expertos en este campo que empiezan a frecuentar la ciudad y el país, y que son invitados como conferencistas o como profesores visitantes.

Aquí cabe mencionar algunas de esas acciones institucionales relacionadas con el desarrollo y la creación de un ambiente propicio para seguir ampliando el campo de estudio de la terminología y sus áreas afines, con impacto visible no sólo en lo regional sino en lo nacional.

Desde la perspectiva de la docencia: la Terminología aparece en el plan de estudios del programa de bibliotecología, incluida inicialmente como parte del contenido de la asignatura ''Análisis y representación del conocimiento''. Dentro de esta temática se hacía una aproximación de los alumnos a una dimensión general de la terminología y a las relaciones que presenta con diferentes áreas del saber, así como a las aplicaciones que tiene en diferentes ámbitos del trabajo académico, profesional, productivo, etc. También se imparte el Seminario de Terminología, cuya intensidad es de 30 horas y que se centra básicamente en dar a conocer las nociones fundamentales de esta disciplina, que motiven a los estudiantes sobre su estudio, profundización y aplicación.

Es de gran importancia mencionar a los profesores Uriel Lozano Rivera, Irma Isaza Restrepo, Libia Lotero Marín, Carlos Arturo Montoya, Sandra Arenas Grisales, Beatriz Cadavid Gómez y María Teresa Múnera Torres, docentes que desde la Escuela impulsan el trabajo en esta importante disciplina académica.

Desde la perspectiva de la investigación, resulta necesario evidenciar las diferentes etapas de desarrollo de la terminología, en el campo investigativo de la Escuela Interamericana de Bibliotecología.

• En sus inicios, el trabajo de investigación en terminología se llevó a cabo desde el ejercicio académico e individual de los docentes de la Escuela, sin estar inscritos en ningún tipo de grupo o estructura investigativa. Es el caso de la investigación del Tesauro Colombiano de Seguridad Social, realizado por la profesora Bertha Nelly Cardona.

• Más adelante se introduce en la Universidad el Sistema de Investigación, que estructura el trabajo investigativo desde grupos que se dediquen a este tipo de actividad académica. Esta situación estimula la creación de colectivos de investigación en las diferentes Unidades Académicas del Alma Mater. Por supuesto, la Escuela Interamericana de Bibliotecología, no era ajena a esta nueva dinámica y empiezan a surgir en su seno los grupos de investigación en Biblioteca Pública y en Gestión del Conocimiento y la línea de Terminología como contenido temático de este último grupo. Además, en este contexto se aprecia el fomento del trabajo interdisciplinario con otras unidades académicas de la Universidad, es el caso de la investigación sobre el Tesauro Colombiano en Familia y Género, que se desarrolló junto con la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas, la investigación de Red Conceptual, que también se llevó a cabo con el aporte de varias unidades académicas del área de ciencias sociales y humanas, entre otros ejemplos.

Luego se genera el Grupo de Trabajo en Terminología, empieza a proyectarse como grupo de investigación de la Escuela y cambia su nombre por el de Grupo de Investigación EIBTERM, reconocido por Colciencias. A finales del 2008 e inicios del año 2009, aparece en la Escuela otra dinámica en la actividad investigativa, traducida en la conformación del nuevo Grupo de Investigación ''Información, conocimiento y sociedad'', que abarca los contenidos temáticos de los grupos que venían desarrollando su trabajo investigativo y que desde entonces empezaron a definirse como líneas de investigación. Por tanto, la investigación en terminología se lleva a cabo desde la línea en Terminología y Representación del Conocimiento, como componente del nuevo grupo de investigación antes mencionado, que precisamente se encuentra clasificado en la categoría A de Colciencias (Ver Tabla 1).

A continuación se relacionan las investigaciones surgidas en la Escuela Interamericana de Bibliotecología desde el ámbito de la Terminología (Ver Tabla 2):

Tesauro colombiano en seguridad social, realizado en 1999, con la participación de la profesora Bertha Nelly Cardona como investigadora principal.

Tesauro colombiano en familia y género, investigación que se lleva a cabo en el año 2000, bajo la dirección investigativa de la profesora ángela María Quintero Velásquez, del Departamento de Trabajo Social de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas, y con la participación en calidad de coinvestigadoras, de las profesoras Bertha Nelly Cardona y María Teresa Múnera.

Red Conceptual en Ciencias Sociales. Esta investigación es liderada por la profesora de la Escuela de Idiomas María Cecilia Plested Alvarez, con la participación de diferentes unidades académicas del área de ciencias sociales de la Universidad de Antioquia. La E.I.B. participó como coinvestigadora, a través del entonces grupo de investigación GECOBI. Se dio inicio a la misma en el año de 2001.

Incidencia de la gestión del conocimiento en el avance y desarrollo de las empresas de servicios de Medellín entre 1995 y 2001, que se desarrolla en los años 2001 a 2003, con la participación, como investigadora principal, de la profesora María Teresa Múnera Torres, y de los profesores Adriana Mejía Correa, Oscar Ortega Lobo y José Gregorio Franco Gómez, en calidad de coinvestigadores.

Patrimonio documental Universidad de Antioquia 200 años: Primera Etapa: área Administrativa. Se lleva a cabo entre el 2003y 2004 bajo la dirección investigativa de la profesora María Teresa Múnera Torres, con la participación, en calidad de coinvestigadoras de los profesores Irma Isaza Restrepo, Libia Lotero Marín, Carlos Cadavid Arango, junto con el aporte institucional del Sistema de Bibliotecas de la Universidad y la asesoría del profesor Eduardo Domínguez Gómez.

Patrimonio documental Universidad de Antioquia 200 años: Segunda Etapa: áreas de Ciencias Exactas y Naturales, Ingeniería, Economía y Tecnología. Se lleva a cabo entre el 2004 y 2005 bajo la dirección investigativa de la profesora María Teresa Múnera Torres y con la participación en calidad de coinvestigadoras de los profesores Irma Isaza Restrepo, Libia Lotero Marín, Carlos Cadavid Arango, junto con el aporte institucional del Sistema de Bibliotecas de la Universidad y la asesoría de los profesores Eduardo Domínguez Gómez y Gustavo López.

La ontología sobre el desplazamiento forzado en Colombia, a cargo de la profesora Sandra Arenas Grisales, y con la participación de la bibliotecóloga Ana María Tangarife Patiño como coinvestigadora y el profesor Jaime A. Guzmán como asesor. Esta investigación se inicia en el año 2006.

La terminología azucarera iberoamericana, investigación llevada a cabo entre los países de Portugal, Venezuela y Colombia, con la representación del profesor Carlos Arturo Montoya como coinvestigador para Colombia. Esta investigación se desarrolla desde el año 2004 hasta el año 2006.

• Y en la actualidad se está llevando a cabo la investigación titulada La neología en las publicaciones periódicas: el caso de la Universidad de Antioquia bajo la dirección investigativa del Dr. John Jairo Giraldo, profesor de la Escuela de Idiomas y miembro activo de la Línea de Terminología y Representación del Conocimiento como investigador principal.

En cuanto a la Extensión, se establece una serie de acciones encaminadas al fomento y difusión de la Terminología, mediante actividades que se materializan con la planeación y realización cooperada de diferentes eventos académicos especializados, tales como el Seminario Taller sobre Terminología e Interpretación de Conferencia, el III Coloquio Nacional de Didáctica de la Terminología y Traducción, el Seminario de Lenguajes Profesionales, Terminología y Disciplinas Afines, participación en Expouniversidad, con avances y resultados de las investigaciones que se han llevado a cabo en temas relacionados con la terminología, entre otros.

Además se empiezan a programar actividades académicas tales como el IV Seminario Nacional de Terminología, junto con la Escuela de Idiomas y Colterm. Estos eventos se constituyeron en escenarios para la presentación de trabajos académicos de ambas Escuelas, en torno a la terminología y a sus áreas afines. Como parte del trabajo académico, investigativo y de extensión del Grupo de Investigación en Gestión del Conocimiento, GECOBI, se llevan a cabo las Jornadas de Gestión del Conocimiento, así como el VIII Simposio Iberoamericano de Terminología, éste último realizado en Cartagena de Indias y con la participación de expertos en terminología de Iberoamérica, con el apoyo de la Red Iberoamericana de Terminología (RITERM), Unión Latina, Universidades Jorge Tadeo Lozano de Cartagena y, por supuesto, la Universidad de Antioquia.

En la actualidad, la Terminología constituye una de las líneas de investigación con mayor trayectoria, producción académica y trabajo interdisciplinario en asocio con otras áreas del saber, y mediante la cual se desarrollan dinámicas académicas en los ámbitos local, nacional e internacional, situación que la ubica como una de las temáticas con mayor proyección, además de perfilarse con una participación activa en la Maestría en Ciencia de la Información, programa de posgrado que ha iniciado su trámite entre las diferentes instancias académico administrativas de la Universidad de Antioquia, en el segundo semestre del año 2009.

 

5. Conclusiones

La Escuela Interamericana de Bibliotecología de la Universidad de Antioquia bien se puede considerar como la institución universitaria pionera en Colombia en la formación de los documentalistas aplicantes de la terminología en el país, y lo continúa haciendo con variedad de oferta en su currículo. Sus profesores y egresados asumen posiciones de liderazgo y conducción de trabajos terminológicos, con importantes logros como:

• Introducir en el currículo asignaturas para el estudio de la terminología y acompañarlas con la publicación de manuales impresos, para facilitar su aprendizaje, no solo en Colombia sino también como textos de estudio en otros países de América Latina, ya que en la mayoría de ellos no se habían creado escuelas de bibliotecología y ciencias de la información.

• Adoptar, adaptar y difundir rápidamente la normatividad internacional tendiente a normalizar la terminología de la documentación.

• Formar el recurso humano que produciría los primeros lenguajes documentales en Colombia y, como se explicó en la primera conclusión, en varias otras naciones del continente, en la modalidad de tesauros, listas de encabezamientos, entre otras.

• Capacitar recursos humanos para otras escuelas y facultades universitarias.

• Incrementar la producción de herramientas terminológicas y de literatura científica en el área, representada en artículos de revista derivados de investigaciones, y en ponencias y comunicaciones presentadas en eventos científicos.

• Crear comités y grupos de trabajo para impulsar el estudio y la sistematización de la terminología, así como también para estimular el trabajo cooperativo e interdisciplinario en el área.

• Generar el primer banco terminológico automatizado de Colombia, con amplias repercusiones útiles para las unidades de información tanto del país como fuera de él.

• Ejecutar proyectos de estudio para el desarrollo y la normalización de léxicos y vocabularios en varias áreas del conocimiento.

• Realizar investigaciones interdisciplinarias encaminadas a producir, evaluar, actualizar y mejorar lenguajes documentales, tales como tesauros y listas de encabezamientos; además, es la encargada de propiciar la generación de importantes proyectos de investigación, donde es precisamente la terminología la herramienta que debe contribuir con la implementación de procesos de gestión del conocimiento en las instituciones.

• Incentivar, entre estudiantes, profesores y egresados la participación activa, tanto en las redes terminológicas nacionales como en las internacionales.

• Planear y organizar múltiples eventos de carácter científico, tanto nacionales como internacionales, encaminados a debatir, estudiar y generar espacios de reflexión sobre la disciplina terminológica.

• Traer al país a algunos de los más prestigiosos representantes de la disciplina de la terminología, para intercambiar conocimiento.

• Liderar programas y políticas nacionales para la normalización de la terminología documental, desde organizaciones oficiales tan influyentes como el SNI, promovido por COLCIENCIAS, ICONTEC y la División de Información y Documentación del ICFES.

• Contribuir a la generación de una mayor conciencia para entender la terminología como una disciplina y como una práctica, cuyos productos son básicos para la comunicación profesional, el desarrollo de los lenguajes documentales y la organización del conocimiento, con miras a prestar eficientes servicios de información a la comunidad.

• Entender la terminología como una disciplina que se constituye en objeto de estudio y de investigación y de la cual surgieron y se siguen derivando investigaciones en el campo de la ciencia de la información y de la representación del conocimiento, cuyo impacto se proyecta en los ámbitos local, nacional e internacional.

 

Pie de páginas

* Artículo de reflexión

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Artículo recibido: 12 de septiembre de 2000. Aprobado: 19 de octubre de 2009.

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