Hacer el ejercicio de rememorar, de buscar en lo más profundo de nuestro pasado las imágenes que nos ayudan a evocar y de este modo a entender el presente es, sin duda, un acto de consciencia. Para Walter Benjamin, la experiencia se produce mediante el reconocimiento de la semejanza. La experiencia vivida y las imágenes dialécticas creadas son los mecanismos que nos permiten reconocer en el pasado el futuro porvenir.
En este sentido, recordar el pasado con las palabras, con las imágenes y con los momentos que hacen de nuestro oficio algo memorable son la recompensa de tantos años de dedicación. Es por esto que celebrar sesenta años de existencia de la Escuela Interamericana de Bibliotecología no debe ser algo tomado a la ligera. Se trata de un momento especial en el que se debe reconocer el trabajo, la permanencia, la construcción colectiva de unos saberes que en conjunto forman lo que hoy se conoce como ciencias de la información.
Las relaciones construidas, los vínculos forjados y los caminos recorridos servirán para continuar seis décadas más formando a futuras generaciones en la reflexión crítica sobre los destinos de la información y el papel de la sociedad en la preservación del conocimiento