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Revista Interamericana de Bibliotecología

Print version ISSN 0120-0976

Rev. Interam. Bibliot vol.40 no.1 Medellín Jan./Apr. 2017

https://doi.org/10.17533/udea.rib.v40n1a08 

Entrevista

El rol del profesional de la información en escenarios digitales1

Interview with Diego Ferreyra

Juan Camilo Vallejo-Echavarría 1  

1 Magister en Gestión de la Información y el Conocimiento, Université Paul Valery Montpellier III. Bibliotecólogo, Escuela Interamericana de Bibliotecología, Universidad de Antioquia. Profesor-investigador, Escuela Interamericana de Bibliotecología - EIB. UdeA, Calle 70 N.° 52-21, Medellín -Colombia juan.vallejo@udea.edu.co orcid.org/0000-0002-9159-8292


Foto: Diego Ferreyra Lugar: Biblioteca EIB Fecha: marzo 15 del 2016 

Para Diego Ferreyra -responsable del sector de Apoyo Informático a la Comunicación Científica en CAICYT-CONICET y el Banco de vocabularios de Derecho Argentino en el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, Cátedra Sistemas y redes de información en Universidad de Buenos Aires-, el rol del bibliotecólogo como profesional de la información ha cobrado protagonismo en otros escenarios más allá de los tradicionales, además le exige otras competencias y destrezas que lo complementen. Esto también es un reto para las instituciones formadoras que tienen que estar replanteando constantemente sus programas académicos.

JCVE

Desde su experiencia como docente, como bibliotecólogo y en el campo de proyectos particulares, sobre todo en áreas gubernamentales, públicas y en distintos sectores/ instituciones, ¿cuál cree usted que debe ser el perfil del bibliotecólogo que trata ese tipo de información?

DF

Cada vez más, vemos bibliotecarios que están especializados en el diseño de esquemas de metadatos y estrategias de codificación de datos. Hoy en día, debido a la gran cantidad de documentación gubernamental -o la documentación que se ocupa del registro de bienes culturales de cualquier tipo, ya sea video, sonido, esta entrevista, o lo que se llama literatura gris, que es lo que cualquier organización genera de manera que cristalice y acumule su conocimiento-, se tratan medios y métodos para persistir, para garantizar que a través del tiempo esta información pueda ser consultada, sea a través del tiempo, a través de la distancia, o con otro fin.

Hoy en día, cuando se codifica un paper o un libro, no se sabe si ese libro luego va a ser usado con fines científicos, educativos o de divulgación. Para que tenga esa polivalencia, y ese nivel de interoperabilidad, hace falta que siga el proceso de codificación específica, es lo mismo que antes: todos teníamos en cuenta de qué manera un libro tenía que ser conservado, almacenado; de qué manera tenía que ser correalizado para que una comunidad pudiera acceder a él a través del tiempo y, a su vez, en gran medida, nuestra tarea como institución social era seleccionar esos materiales, esos libros, esos materiales librarios, y ver cuáles de esos debían formar parte de la colección de la biblioteca y en qué lugar debían estar.

Actualmente ocurre esto en gran medida con todos los documentos que son digitales, hoy en día, incluso los libros antes de ser papel son un documento digital, o sea, que hoy en día los bibliotecarios, aun trabajando en el proceso de codificación, deben encontrarse en el campo editorial, que se ocupa de ver cómo hacer para que una editorial no pierda inteligencia a través del tiempo, no pierda sus originales, no pierda sus materiales, que estos puedan ser reusables, que soporten más un modelo de explotación; ahí tenemos bibliotecarios, porque somos los que conocemos cuál es la incidencia, cuáles son las maneras de movilizar un bien cultural para que pueda ser explotado y accedido por las audiencias a las que atrae este campo.

Hoy hay muchos campos en los que estamos trabajando, yo diría que hoy estamos viendo otra era dorada en ese punto; el otro campo muy grande en el que trabajamos son los vocabularios controlados. Todo lo que tiene que ver con ambientes en línea está estructurado por unos vocabularios controlados, cuando uno entra a un sitio, “navega atrás” tiene un vocabulario controlado, cualquier taxonomía en cualquier MarketPlace, todos estos sitios donde uno entra para comprar cosas o navegar, “atrás” tiene un vocabulario controlado, y tanto las reglas léxicas de construcción de vocabulario controlado como las lógicas que se construyen por otro lado son aplicables y siguen siendo coherentes de un campo digital a otro.

Hoy en día frente a la gran cantidad de recursos que hay, hacen falta muchas herramientas que mejoren la inteligencia a la hora de analizar ese tipo de grandes corpus textuales, herramientas que tienen que suplir, para resolver cualquier problema, desde un banco hasta los Panamá Papers. La anécdota de los Panamá Papers nos es muy útil, porque de las cuatro fuentes informativas que se utilizaron para analizar los documentos de los Panamá Papers, dos son de origen bibliotecológico. Una de esas fuentes, inclusive, tiene que ver con nuestra profesión, eso habla del periodo de actualidad que tenemos a la hora de analizar bienes culturales y mejorar la inteligencia de análisis, de acceso y disponibilidad en estos momentos en los que hay tanta cantidad de información disponible.

JCVE

Bueno, ya centrándonos un poco más en la arquitectura de la información, así a grandes rasgos, porque son muchos los componentes y perspectivas de esa infraestructura de la información dentro de una página web, dentro de cualquier recurso, ¿qué nos podría decir en cuanto a qué componentes, métodos y perspectivas se tienen dentro de la arquitectura de la información?

DF

Para nosotros es un campo de trabajo muy facilitado, porque su marco metodológico y su definición de campo es un campo disciplinar que está delimitado por el diseño de hábitat de información: los documentos en línea, todo lo que construye el medio ambiente… el hábitat del espacio se construye con estructuras y con palabras, y nosotros en gran medida estamos con todas las herramientas que nos permiten analizar, con respecto a unos determinados objetivos en relación con determinada audiencia, cuál es la mejor estructura para vehiculizar unos contenidos o unas tareas de carácter cultural o de conocimiento. Cuando uno habla de conocimiento, habla de cualquier información no hereditaria que construye una comunidad, es otra forma de decir bienes culturales. En gran medida, todas las comunidades en cualquier estado y en cualquier modelo lo que pretenden es no perder su capacidad de acumular ese conocimiento que construyeron, y eso es con documentos en línea. En ese sentido, muchas de nuestras metodologías se pueden transferir ahí, a la hora tanto de diseñar esquemas de navegación como modelos de representación, analizar, etc.

Gran parte de nuestro trabajo hoy en día se dedica a esta función: somos los encargados de analizar las responsabilidades que se van a desarrollar, de diseñarlas, de definirlas y hacerles seguimiento con respecto a un área de tecnología, para ver si cumplen o no con los modelos funcionales diseñados. Nosotros antes teníamos el área de tecnología, ahora coordinamos tareas, solamente los dos nos tocan los roles tanto de diseño como autorías o procesos, y ellos tienen que llevar adelante. Para eso tenemos herramientas, para comunicarnos con el espacio profesional y también para conocer los límites de esos espacios, y el límite del nuestro; por eso nuestro rol en este proceso que es el de la arquitectura, es el del diseño de un espacio por venir, saber qué tipo de fusiones queremos lograr y luego revisar y auditar el proceso de construcción de ese “edificio”. En términos de campos nuevos o contenidos nuevos que están nutriendo nuestra profesión, cada vez más tenemos que leer materiales que vienen de la esencia de la comunicación, que nos ayudan a entender cómo se divisan los procesos de comunicación; cuáles son los procesos prioritarios a la hora de diseñar un discurso, ya sea científico, cuáles son sus reglas de diseminación, o la esencia cultural o de divulgación; de qué manera poder expandir una plataforma; cuáles son los roles críticos en un proceso de trabajo; diferenciar ya sea si uno quiere utilizar contenidos volátiles o, al revés, contenidos que tengan un alto nivel de preservación; cuáles son los agentes diferenciales, si hay que implementar una plataforma desde la información, un ambiente de trabajo; cuáles son los perfiles críticos, cómo se diseñan, si es una arquitectura de participación, de qué manera pueden participar regulando el régimen de interacción entre usuarios. Para todo eso nosotros tenemos herramientas, pero nos faltan algunos marcos teóricos y también metodológicos que estamos incorporando a la agenda de nuestro conocimiento.

Otro campo que también está creciendo fuertemente dentro de nuestra área es el campo de la ciencia cognitiva: de qué manera, cuáles son las reglas por las que procede comúnmente un usuario cuando construye su noción de universo, su modelo de información, su modelo cognitivo de interrogación frente a un espacio comunicacional. Hay muchos marcos teóricos, muchas macro-concepciones de pensamiento y hoy estamos empezando a incorporar eso, es un agente que la bibliotecología abordó en la década del 60, pero que en su momento abandonamos nosotros mismos en favor de una agenda más bibliocéntrica, más orientada hacia la descripción de recursos que a los procesos de comunicación con el usuario. Creo que hoy frente a la volatilidad y la inestabilidad de los recursos como tal, estamos volviendo a esa década.

JCVE

En lo que usted nos acaba de contar hay dos cosas importantes: una de ellas es el papel que juega ya el bibliotecólogo o el profesional de la información a la hora de construir un sitio Web, entonces están los ingenieros, los diseñadores, pero también está el que piensa en la arquitectura, toda la estructura que es el bibliotecólogo o el profesional de la información, entonces ¿cómo es el papel al momento de organizar, jerarquizar y nombrar cada uno de los componentes que van dentro de ese sitio?

DF

Nosotros tenemos un perfil más con derecho a ese espacio aunque hay otras profesiones que también tienen derecho a ocupar ese espacio. Cuando decimos que es una arquitectura, es una buena metáfora, porque es un tipo de tarea que tiene un componente técnico. Cuando uno va a hacer un edificio, tiene que saber cuáles son los materiales que lo van a formar para que no se derrumbe; pero también hay un elemento cultural, uno no puede diseñar un edificio sin tener en cuenta si es de la comunidad, qué es lo que van a querer hacer con ese edificio y cuáles son las determinaciones culturales de esa comunidad en particular, su propósito y, aparte, la idea de lo que es un hábitat es distinta de lo que es en Buenos Aires o aun en Bogotá. Entonces, un arquitecto tiene que diseñar un hábitat, un edificio, una solución habitacional, tiene que relevar esas demandas, someterse a estas determinaciones culturales, pero sin dejar de lado las determinaciones técnicas o científicas de cómo hacer un edificio. Nosotros como bibliotecarios somos agentes sociales, por ende estamos muy bien preparados para relevar estas demandas culturales, estas condiciones sociales de comunicación, pero también tenemos que tener la conciencia de 1) cuáles son las funciones técnicas en las que opera un sitio en Internet; 2) cómo vamos a construir ese edificio; 3) cómo se codifica un sitio Web; 4) qué conciencia tenemos del servidor para poder abarcar todo el arco que va desde el diseño de la comunicación hasta su implementación tecnológica. En ese proceso, nosotros en general no tenemos que interactuar con nuestros usuarios o clientes, sino con los que nos contratan, de modo que puede ser una organización que expresa las demandas de los usuarios y debemos tratar de abordar sus demandas, tratar de formalizarlas, documentarlas y con base en esas demandas, tratar de construir y entender cuáles son sus objetivos para abordar la Web; qué es lo que quieren lograr a través de una plataforma Web y, basados en esto, recomendar una estructura de servicio lo más acorde a los objetivos de las audiencias a las que se quiere entender. Entonces el servicio puede variar, puede ser con un foro, con una plataforma de promoción, con una red social, con un portal de contenidos, o la articulación de varias de estas herramientas, de manera coherente y consistente. Precisamente nuestra capacidad es para no poner las demandas técnicas por encima de las demandas comunicacionales. Conozco portales que concurrentemente utilizan una herramienta de gestión de contenidos, un Wiki y una herramienta de comunicación para respuestas y preguntas, y la experiencia del usuario es coherente a través de todas estas herramientas.

Nuestra tarea fuera de alcanzar eso es el diseño uniforme, una estrategia de comunicación, participación, interacción con respecto a los usuarios; luego, acordar futuros servicios, se diseñan los esquemas de navegación, los modelos de organización, el diseño de esquemas de metadatos que logran expresar el tipo de objetos que van a ser gerenciados por esa plataforma, y se hacen las maquetas en baja resolución, son como unos dibujitos, muy parecidos a un croquis, pantallas tipo , que son todas las pantallas diferenciales funcionales frente al sitio, que al final tienen un home, una página de vista de resultados y una página de detalle en un sitio mínimo.

JCVE

¿Haciendo un símil con la arquitectura, sería como la maqueta antes de construirla?

DF

El diferencial nuestro es que, en general, las páginas al igual que una maqueta, quizás, a mayor cantidad de páginas tipo tecno sitio, más caro o complejo va a ser el proyecto. En general, un sitio promedio tiene esto: un home, un home de sección, una lista de resultados y una vista de detalle, y con eso cumple casi todas las capacidades. Luego, a veces hace falta adaptar o resolver el nuestro (sitio) para diseñar cada una de estas páginas tipo, de acuerdo con los objetivos, con las audiencias. El sector de servicios diseña no a partir del uso de una maqueta que ya encontramos, o el reúso de un sitio que nos gustó, sino de diseñar y pensar funcionalidades que estén orientadas a sus objetivos planteados, y de esa manera generar experiencias innovadoras. Casi todos los portales que tienen algún plus o valor diferencial es porque intervino algún arquitecto que trató de diseñar un esquema de comunicación que se diferenciara, y que identificara la singularidad de la propuesta que tenía ese proyecto.

JCVE

Partiendo de herramientas para organizar el conocimiento como son las ontologías, los tesauros, los vocabularios controlados, y llegando a otro tipo de herramientas como las que operan en la Web 2.0 y la Web 3.0, la web semántica, ¿cómo podríamos incorporar todas esas herramientas a la hora de construir portales, repositorios? Y, a la vez, ¿cómo ya desde sitios construidos -por ejemplo sitios institucionales, digamos el portal de la Universidad de Antioquia, que necesitan posicionarse en la Web en general- esas herramientas nos ayudan a construir esos sitios ideales, cierto posicionamiento para que se encuentre la información, para que se difunda, para que esa transferencia sea mucho mejor?

DF

Desde nuestro punto de vista, precisamente una de las capacidades que nosotros podemos desarrollar en la profesión es no anteponer las herramientas al proceso de diseño comunicacional, sino que, al contrario, hacer una deconstrucción y tratar de entender qué es lo que quiere lograr la Universidad con su portal institucional, eso entra a ser una verdad; de hecho tendríamos que entrar a la Web, pero sin saber claramente cuál es su estrategia, cuál es su objetivo es muy difícil seleccionar herramientas. La web 2.0 tiene una singularidad como fenómeno, en realidad no es tanto un patrón definido como tal, sino que es un modelo diagnóstico, es un tipo de indicadores que propuso O’Reilly hace ya más de casi 13 años, para detectar un punto de inflexión en el desarrollo de la Web. Él vio en ese momento que estábamos basados en una Web cuyo diseño original, cuando él lo pensó, lo hizo como una plataforma de publicación, porque pensó la Web como una Web estática, con unas páginas que uno subía a mano, y la Web estaba virando hacia un espacio de participación; de hecho, en este momento cuando los dos puntos de inflexión que detectó O’Reilly, es que la Web abierta, se ha empezado una diferencia entre la Web abierta y Web bajo login, entonces la Web cuando no está dentro de un login, con bloqueo de contenidos . Hoy en día, menos del 20 % de la Web es Web abierta y el 80 % es Web bajo login, eso cambia muchísimo el patrón de diseño para la Web, y, a su vez, hasta la Web 2.0 se convierte en un espacio de comunicación de contenidos, hoy es un espacio de participación, tú entras a portales para participar y ser parte. Entonces, hay que ver si la Universidad de Antioquia quiere ofrecer un portal para contener a sus alumnos y para que sea una extensión de su experiencia académica dentro de la Web, así como Facebook es una extensión de tu experiencia social, yo diría que en el mundo terrenal, pero en ambientes digitales, si la Universidad de Antioquia quiere ofrecer una plataforma en donde los alumnos básicamente tengan una extensión de sus experiencias académicas, pero en ambientes digitales o solamente una experiencia de comunicación, según sean estas respuestas podemos elegir herramientas de la Web 2.0 o 3.0, etc.

La diferencia entre la Web 3.0 o ahora llamada 4.0 es que donde la Web 2.0 fue un análisis retrospectivo diagnóstico, la 3.0 y la 4.0 son un programa científico futuro, son propuestas, son consignas, en el caso de la 3.0, que planteó Tim Berners-Lee, claro está, para concluir, que aún al día de hoy pensar que el marco técnico de la Web 3.0 se inventó en el 98, o sea aun antes que el de la Web 2.0, es una promesa como tal. A nosotros como profesionales nos toca evaluar esta diferencia, la diferencia entre un discurso técnico maravilloso y ver cuánto de ese discurso nos resuelve un problema concreto, para qué nos va a servir, por ejemplo. En el caso de la Universidad de Antioquia, si usted tiene producción científica y quiere lograr condición de visibilidad, condiciones de igualdad com respecto a otras agendas científicas, hace falta que ustedes expongan esa producción científica como un banco de conocimiento estructurado formal y que tenga una interoperabilidad con plataformas de producción científica, o sea protocolos entre aplicaciones; si ustedes lo que quieren es este otro espacio en donde el ambiente Web sea una extensión del espacio académico, pero en línea, lo que es crítico en realidad es cómo van a diseñar ese ambiente, qué tipo de opciones de participación va a haber, cuáles son los modelos de interacción entre el alumno y el docente, entre docentes entre sí y que van a estar dinamizados en ese espacio.

JCVE

¿Cuál es el reto que tenemos desde la gestión de información y gestión de contenidos, que saber técnicamente?, ¿tenemos que dedicarnos a lo nuestro que es: la organización, la jerarquización, la puesta en marcha de esos conocimientos y el tratamiento de la información?

DF

La discusión final tiene que ver con qué es lo nuestro: lo nuestro es el análisis, o también el diseño y la toma de decisiones socio-técnicas. En gran medida creo que nuestro rol es la toma de decisiones socio-técnicas y para tomar decisiones socio-técnicas tenemos al menos que estar informados técnicamente y conocer la incidencia de cada contingencia tecnológica, no hacen falta más que los “resolver ”. Algo que nos ha pasado mucho es: ¿yo tengo que saber implementar un Dspace? Probablemente sí, y yo, un bibliotecólogo, ¿debería conocer ese lenguaje de programación? Probablemente no, pero tengo que saber que la incidencia presupuestaria de esa plataforma es mucho mayor que otro tipo de plataformas que hoy exigen menor nivel de requerimientos; es como cuando antes, en la biblioteca, yo decía: ¿tengo que saber cómo funciona la bandeja móvil de las estanterías? No, pero tengo que saber cuál es la sustentabilidad de esa propuesta técnica, ¿la voy a poder sostener económicamente en el tiempo? ¿Tengo que saber la diferencia tecnológica en el armado de una estantería abierta o una estantería cerrada? Probablemente no. No tengo que saber cuánto soporta un edificio, pero tengo que saber cuál es el costo en infraestructura humana de tener una estantería abierta o una estantería cerrada, funcionalidad, y ahí se puede evaluar penalidades, se puede decir: yo decido hacer un sacrificio presupuestal y tener estantería abierta. Lo mismo pasa con esto de la selección, a la hora de elegir una herramienta de gestión de contenidos.

Hoy en día lo único que tenemos claro es que tenemos un escenario de cambio, de cambio muy profundo, pero que a su vez está empezando a estructurarse, y está empezando a ver procesos seriales donde podemos reconocer patrones de estabilización. En ese contexto, el factor crítico del área de una herramienta de contenidos es cuán difícil es salir de esa herramienta, una vez que tengamos los datos adentro, cuán dificil va ser salir de esa herramienta hacia la próxima y, a su vez, cuál es la capacidad de esa herramienta para separar los procesos de gestión de los procesos de explotación. Antes comentabas el problema de las herramientas como OJS, etc. que pueden tener un muy buen modelo de ingesta y de gestión workflow, pero que quizá el modelo de explotación no les interesa, o no les gusta, o no les satisface. Hoy en día en el campo de la bibliotecología hay un montón de herramientas que se llaman herramientas de descubrimiento. Son herramientas que no gerencian nada, lo único que hacen es conectarse con herramientas que sí gerencian y optimizan, y dinamizan el descubrimiento de recursos que se pueden conectar con el OJS. Entonces puedes elegir una plataforma por su capacidad de gestión y otra por su capacidad de explotación. Lo que a nosotros nos compete como profesionales es conocer la capacidad de interacción entre estas herramientas: ¿es posible o no este modelo con esta herramienta?, y eso va a ser un determinante técnico, es una decisión técnica en sí, pero la gestión del conocimiento tiene una base técnica. ¿Cómo vamos a saber si un papel es acido o no? Lo mismo ocurre con respecto a esto, parece técnico, pero es fundante y va a generar la posibilidad de que encuentres condiciones de legitimación en tu propia comunidad; si yo le digo a mi comunidad de productores que tienen que usar OJS, que tiene un workflow de cuestión muy estructurado, esto no asegura que estén dispuestos a hacerlo, pero promete que van a tener un buen modelo de explotación y con los OJS quizás no lo pueda garantizar, pero con esta otra herramienta sí. Depende del propósito y de la función que tenga.

1Cómo citar este artículo:, Vallejo-Echavarría, J. C. (2017). El rol del profesional de la información en escenarios digitales [Entrevista con Diego Ferreyra, marzo 15 de 2016]. Revista Interamericana de Bibliotecología, 40(1), 87-92. doi: 10.17533/udea.rib. v40n1a08

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