Históricamente, las bibliotecas universitarias han respondido efectivamente a las necesidades emergentes de sus comunidades académicas con servicios que posibilitan el acceso a la información cultural, académica y científica.

Sin embargo, los acelerados desarrollos tecnocientíficos que cambian las sociedades y potencian la digitalidad complejizan los ecosistemas informacionales que la biblioteca universitaria debe gestionar. Así, en la misma medida en que tales ecosistemas aumentan, se limita el acceso a la información. De igual modo, tanto como se modifican los aprendizajes en el escenario de la digitalidad, que sugieren el giro hacia los entornos digitales de aprendizaje y de investigación colaborativos, aumentan los analfabetismos universales, creativos y disciplinares. La redefinición de los límites de la privacidad y la protección de los datos afectarán cada día a un mayor número de ciudadanos. La hiperconectividad fortalecerá las interculturalidades, pero podría poner en riesgo las autoctonías. El capitalismo cognitivo se desarrollará con base en una economía global de la información que genera una profunda brecha entre inforricos e infopobres. La misma que intentan disminuir movimientos sociales del software libre, el acceso abierto a las publicaciones, los recursos educativos abiertos, el edupunk, la cultura maker y el hardware abierto.

En un escenario como el que acaba de describirse, la innovación es un factor clave en el horizonte de las transformaciones que son tendencia en las bibliotecas universitarias. De modo que los modelos de centros de recursos de información para el aprendizaje, la investigación y la innovación (Crai+i) se constituyen en una posible ruta de puesta al día y proyección hacia un futuro de incertidumbres. Y en el núcleo del modelo la formación en cultura informacional y la curaduría de contenidos se plantean como los más importantes aportes por parte de los equipos bibliotecarios que requieren de un mayor nivel de especialización y de aprendizaje permanente.

Es incuestionable la contribución de la biblioteca universitaria a los movimientos de ciencia abierta, datos abiertos y recursos educativos abiertos para democratizar el acceso a la información y los aprendizajes, así como el apoyo que puede ofrecer a la universidad en la planificación y la gestión de datos de investigación, en la creación de unidades de bibliometría, cienciometría y almetrías. En colaboración con las unidades académicas la creación de centros de estudios especializados, centros de investigación en humanidades digitales, colaboratorios y makerspaces se presentan como grandes retos para los próximos años en la biblioteca universitaria.

La innovación de los servicios basada en la experiencia del usuario y la flexibilización de los espacios para el estudio, el descanso, el entretenimiento, la formación cultural y el trabajo colaborativo son factores que aseguran la solidez de la presencia de la biblioteca como “alma de la universidad”. Para el Sistema de Bibliotecas de la Universidad de Antioquia, estos son los retos que se le plantean desde el horizonte de las sociedades informatizadas y las esferas ciberculturales