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Revista Interamericana de Bibliotecología

versión impresa ISSN 0120-0976

Rev. Interam. Bibliot vol.40 no.3 Medellín sep./dic. 2017

https://doi.org/10.17533/udea.rib.v40n3a10 

Artículo de Investigación

Nuevos espacios y retos para los actuales profesionales de la información

New Opportunities and Challenges for Today’s Information Professionals

María Virginia González-Guitián1 

Marcos Antonio Martínez-Ríos2 

María Rosa de Zayas-Pérez3 

José López-Porras4 

1 Doctora de Ciencias de la Información. Profesora Auxiliar Departamento Ciencias de la Información. Facultad InformáticaMatemática, Universidad de Holguín. Avenida XX Aniversario, Piedra Blanca, Holguín -Cuba. marivi@uho.edu.cu orcid.org/0000-0002-1878-2958

2 Máster en Dirección de Empresas. Profesor Auxiliar Departamento Ciencias de la Información. Facultad InformáticaMatemática, Universidad de Holguín. Avenida XX Aniversario, Piedra Blanca, Holguín -Cuba. martinezrios@nauta.cu

3 Especialista en postgrado en Inteligencia Empresarial. Profesora Auxiliar. Grupo INCOMAC, Biblioteca Benito Juárez, Universidad de Holguín. Holguín -Cuba. mrosa@uho.edu.cu

4 Licenciado en documentación. Biblioteca Facultad de Comunicación y Documentación, Universidad de Granada, España. joselp@ugr.es


Resumen

Se realiza un acercamiento a los nuevos espacios del profesional de la información y a las múltiples aristas en las que se desempeña en la actualidad. Marcado por la globalización de las info-comunicaciones y su introducción intensiva en los procesos productivos y de servicios; el comercio electrónico; la interconexión empresarial; las redes sociales; el compromiso ético y la responsabilidad social; las nuevas vías para investigar y socializar los resultados científicos; las dificultades con el almacenamiento y la conservación del patrimonio documental; y las transformaciones en sus modos de actuación. Estos aspectos son valorados desde la perspectiva de un cambio de paradigma en su profesión asumiendo un protagonismo más activo en estos escenarios y convirtiéndose en un profesional multifacético, innovador, investigador, educador, asesor y formador que se actualiza y aprende a diario para poder evolucionar y reajustarse a estas nuevas realidades.

Palabras clave: profesional de la información; modos de actuación profesional; ambientes web; retos profesionales; tecnologías de la información; ética profesional

Abstract

This study approaches new opportunities for information professionals and the multiple facets in which they currently perform. This approach is marked by the globalization of info Communication and its intensive introduction in productive and service processes, e-commerce, corporate interconnection, social networks, ethical commitment and social responsibility, new ways to conduct research and socialize scientific findings, difficulties in storing and preserving documentary heritage and transformations in the professional’s ways of operating. These aspects are assessed based on the perspective of a change of paradigm in the information professional's practice assuming a more active protagonism in these scenarios. Thus, becoming an all-purpose professional who will be an innovator, a researcher, an educator, a consultant and a trainer who will continuously update and learn to be able to evolve and readjust to these new realities.

Keywords: Information professional; professional ways to practice; web environments; professional challenges; information Technologies; professional ethics

1. Introducción

La humanidad como nunca antes experimenta cambios profundos motivados, entre otras causas, por las rápidas transformaciones relacionadas con la utilización y la introducción constante de las tecnologías de la información y la comunicación en todos los niveles sociales. Esta sociedad de la información y del conocimiento se caracteriza por el uso creciente de las tecnologías, el intercambio de información en tiempo real y el reconocimiento del valor estratégico de la información para el desarrollo.

Según Castells (2000) nos encontramos en medio de una transformación histórica, que se viene gestando desde las últimas décadas, la cual está generando un modelo de sociedad en la que la información es el motor del cambio social. Un paradigma que denomina “la sociedad red” y que para otros es “sociedad de la información” o “sociedad del conocimiento”.

En estas circunstancias sin lugar a dudas, los profesionales de la información (PI) han ido evolucionando y tienen aún importantes retos que asumir, provocados por la introducción de las tecnologías de la información y la comunicación y las bondades de Internet, lo cual ha generado “la adopción de distintas denominaciones: profesional de la información, gestor de información, gestor del conocimiento, arquitecto de la información, científico de la información (information scientist), analista de información, gatekeeper, etcétera” (Varela-Prado & Baiget, 2012, p. 119).

Sobre esta problemática tratará el presente trabajo, el cual tiene como objetivo analizar los nuevos espacios y retos a los que se enfrenta el profesional de la información y las múltiples aristas en las cuales se desempeña.

2. Métodos utilizados

Se emplearon métodos de investigación como el análisis-síntesis, para analizar y resumir el sustento teórico sobre el tema; el histórico-lógico permitió comprobar su evolución y comportamiento, abordando secuencialmente los nuevos espacios o contextos de desempeño para estos profesionales. El sistémico-estructural para comprender las relaciones entre cada uno de ellos, con un enfoque integral y el análisis documental para localizar los referentes teóricos y conceptuales en las diversas fuentes de información disponibles.

3. La globalización de las infocomunicaciones, el comercio electrónico y la interconexión empresarial

Actualmente la globalización de las Info-comunicaciones y su introducción intensa y transformadora en los procesos productivos y de servicios en las organizaciones es todo un reto para los PI. En este espacio, establecer alianzas y proyectos de colaboración, no solo con entidades de información a nivel de territorio o país, sino a nivel internacional, se vislumbra como una de las vías para lograr la disponibilidad del capital financiero, humano y tecnológico que requieren las organizaciones donde se desempeñen.

Por otro lado, parece inminente asumir diferentes modos de hacer y competir en entornos colaborativos basados en redes, en los que la comunicación interactiva y el intercambio de información en tiempo real demandan otras formas de aprender y de crear ofertas de información que satisfagan las demandas cada vez más crecientes y específicas de las personas. Por ello, es imprescindible prepararse para asumir las nuevas formas de enseñanza e investigación derivadas del propio desarrollo de las tecnologías, modificar los comportamientos informacionales y adquirir las habilidades tecnológicas necesarias ante esta problemática.

En este sentido, Valenzuela-Urra y Pacheco-Silva (2015) sostienen:

(…) la sociedad actual demanda nuevas competencias y habilidades entre los usuarios, por ende, los bibliotecólogos, como expertos en el campo de las ciencias de la información y documentación, deberán alfabetizar a los usuarios, comprendiendo que en los tiempos que corren la autonomía informativa es vital. (pp. 249-250)

Desafortunadamente aún no existen estándares internacionales que regulen la intercomunicación global, y en este sentido les corresponde a estos profesionales trabajar en la elaboración e implementación de regulaciones, normas y procedimientos para lograrlo y ayudar en el proceso de convergencia de los enfoques técnicos, políticos, económicos y sociales que propicien dicha estandarización, lo cual traería múltiples beneficios sobre todo a los países menos desarrollados.

No pueden verse ajenos al contexto del comercio electrónico y la interconexión empresarial, por lo que les compete trabajar con otros especialistas en función de mejorar los diseños de los portales académicos, empresariales y de las propias bibliotecas y centros de información, así como instrumentar mecanismos de publicidad y mercadotecnia orientados a la personalización de las ofertas de los productos y servicios de información. De igual forma, el monitoreo frecuente de las expectativas de los clientes y la aplicación de métodos, técnicas y modelos de evaluación, les posibilitará conocer los niveles de satisfacción o insatisfacción por los servicios recibidos y reorganizarlos.

Las múltiples vías para acceder a la información les proporcionan una coyuntura muy favorable dada por las inmensas posibilidades que ofrecen las políticas de acceso abierto a la literatura científica, a softwares expertos, a repositorios institucionales, bases de datos y bibliotecas digitales, entre otros recursos. Pero no se debe perder de vista la importancia de presupuestar los gastos destinados a la compra de productos y servicios de información y aquellos en los que se incurren para llevar a cabo la gestión de información y conocimiento dentro de las organizaciones, sean o no especializadas en esta actividad.

Hoy se precisa conocer cuánto cuesta producir información y generar conocimientos no solo en instituciones de información como bibliotecas, centros de información, archivos y museos, sino además en organizaciones empresariales, científicas y académicas, pues en ocasiones estas incurren en grandes gastos en materia de capacitación y desarrollo profesional y desconocen las potencialidades internas para satisfacer dichas necesidades. Por ello es oportuno que se definan, dentro de sus planes presupuestarios anuales, indicadores específicos destinados a la gestión de la información y el conocimiento (I+C), lo cual permitirá medir posteriormente su impacto.

4. Los procesos de investigación, comunicación y socialización de los resultados científicos

Otro reto al cual se enfrentan estos profesionales es el de ayudar a los investigadores en la realización de sus búsquedas, la orientación bibliográfica, la elaboración de estudios métricos de la información que determinen cómo se proyectan los campos científicos a través del análisis de la producción científica en diferentes bases de datos, repositorios y directorios, determinando diferentes indicadores que les faciliten perfilar los intereses científicos y establecer relaciones de interés común. Igualmente les corresponde enseñar a los propios investigadores las múltiples vías, formas y medios para acceder al conocimiento científico, aprovechando las ventajas que ofrecen los servicios en la web 2.0 o en la llamada e-Ciencia, lo cual se traducirá en ahorro de recursos, tiempo y esfuerzos en la búsqueda y recuperación de información y mejorará la calidad de los procesos de investigación.

Para transitar junto con la dinámica de desarrollo de la ciencia, se requiere modificar las estrategias de comunicación y los mecanismos establecidos para la comunicación y transferencia de I+C en las organizaciones donde se desempeñen, ya sea cara a cara, con el apoyo de medios tecnológicos, a través de los medios de comunicación o por otras vías. Por ello, es importante adquirir habilidades comunicativas que se manifiesten en el lenguaje verbal, cuidando el volumen de la voz, la fluidez, claridad y velocidad del habla y, algo imprescindible, dominar otros idiomas además de la lengua materna. No menos significativo es el cuidado del lenguaje corporal, pues la mirada, la expresión facial, la postura, los gestos, y la proximidad, pueden decidir el éxito o el fracaso del servicio o producto que se entrega o se envía. Además, saber escuchar y propiciar un ambiente adecuado para el diálogo con los públicos que atiende, influye en su nivel de satisfacción.

Estos aspectos van moldeando la manera de actuar y de hacer de este profesional, cuyas aptitudes deben ser: Saber escuchar; Ser flexible; Seguir aprendiendo; Aprender a desaprender; Adaptarse; Ser internacional; Saber cuantificar; Saber planificar; Buscar aliados; y Saber venderse (Bustelo-Ruesta, 2014).

Por otro lado, los PI tienen la misión de difundir la producción científica de la organización en la que se desempeñen, como en el caso de las bibliotecas universitarias o las bibliotecas y centros de información enclavados en institutos y centros de investigación. En este sentido, facilitar la socialización de conocimientos a través de repositorios institucionales, temáticos y revistas de acceso abierto debe ser también uno de los objetivos a lograr. No hay que olvidar su papel como asesores de publicación, buscando las vías y las publicaciones de impacto en las cuales puedan insertar sus investigaciones. Aparejado a esto, requieren trabajar con gestores bibliográficos y software para analizar y visualizar la I+C.

Así mismo, tienen una gran cuota de responsabilidad en el posicionamiento de los resultados científicos de sus investigaciones como parte de la labor docente e investigativa, ya sea en las ciencias de la información o en otras disciplinas, en revistas de acceso abierto (Open Journal Access) y sobre todo, trabajar en colaboración con profesionales de otras áreas, para desde la óptica transdisciplinaria, contribuir al desarrollo científico de sus respectivas organizaciones y países.

5. Nuevos espacios de aprendizajes e investigación

De modo especial, los PI que se desempeñan en centros de educación superior, a tono con el propio ambiente de aprendizaje y enseñanza actual, están convocados a crear espacios que promuevan la conformación de comunidades de intercambio social, científico y acadé- mico desde sus bibliotecas, aprovechando las nuevas posibilidades de debate e interacción en las redes sociales.

En este espacio o contexto, están llamados a dise- ñar programas de alfabetización informacional y mediática considerando los nuevos ambientes info-comunicacionales y educativos. Esto presupone una adecuada autopreparación y dominio de herramientas, plataformas y sistemas automatizados que facilitan el aprendizaje, considerando las habilidades que poseen los profesores y estudiantes nativos digitales, quienes prefieren el aprendizaje activo a través de la experiencia, la interactividad y el trabajo en colaboración, sin descuidar la atención individualizada hacia los inmigrantes digitales (profesores y estudiantes que no han nacido en este ambiente tecnológico).

Es aquí donde resulta oportuno concebir y poner en práctica diversos estudios para medir el comportamiento informacional de estos usuarios segmentándolos, por especialidades, facultades, cátedras o centros de estudios y comunidades, considerando no solo aquellos aspectos vinculados con la búsqueda de información, sino también sus vías de acceso, recuperación, conservación y utilización. Esto proporcionará información importante con vistas a reajustar o rediseñar los productos y servicios de información actuales.

Relacionado con sus modos de actuación, se coincide con Extremeño, Amante y da Cost (2013), quienes sostienen que en los centros de enseñanza superior, el bibliotecario debe actuar como gestor de las colecciones: tanto físicas como virtuales; ser un prestador de servicios y consultor de información; productor de metadatos, suministrador de servicios de referencia virtuales; mediador y validador de la información (o curador de contenidos); gestor del conocimiento y editor de contenidos; formador en derechos de autor; gestor de las relaciones; y dinamizador de acciones culturales (…). Ello implica nuevos roles y nuevas competencias: una actuación de gestión y liderazgo que suponen la inclusión de técnicas y la creación de consensos con otros colectivos, sobre todo con los docentes.

6. Las Redes sociales, el comportamiento ético y la responsabilidad social

Cada día se incrementa la cantidad de información disponible en las redes y la variedad de fuentes asociadas a esta, donde la hipermedia ha invadido todos los espacios. Así aparecen nuevos blogs, wikis, portales colaborativos y sitios para compartir objetos digitales como fotografías, videos y diapositivas. Se requiere filtrar y descartar la información de baja calidad o no confiable, como por ejemplo las que aparecen en portales con publicaciones de ciencia e innovación tecnológica no arbitradas.

Este espacio es una gran oportunidad para promover el uso responsable de las redes sociales (respetando la legislación y la soberanía nacional), siendo defensores de los valores culturales y la identidad de cada país. Es a su vez una coyuntura para difundir contenidos y promover servicios e incluso insertarse en diferentes debates en los medios de comunicación. Sobre este aspecto, Freire (2004) considera que:

Los científicos y profesionales de la información podrían desarrollar el papel de mediadores en el proceso de comunicación social, en especial en las situaciones de comunicación del conocimiento de naturaleza técnica y científica para los diversos grupos de la sociedad. (p. 9)

Por otra parte, los principales problemas éticos aparecidos, debido al propio desarrollo y utilización de las TIC y especialmente de Internet y la World Wide Web, están referidos entre otras cuestiones a la privacidad, el control, los derechos de propiedad intelectual, la seguridad informática, el acceso a los sistemas informáticos, y la responsabilidad moral y profesional (González-Guitián & Martínez-Ríos, 2009). Precisamente, la llamada web 2.0, con sus múltiples ventajas, presupone también un espacio donde la información es totalmente vulnerable. De ahí que en este contexto, el PI debe cumplir los reglamentos establecidos sobre seguridad y protección de la información, así como respetar y proteger los derechos de autor y las normas de Copyleft y Creative Common.

De igual forma, está implicado en ofrecer el asesoramiento necesario no solo a sus usuarios/clientes, sino también al resto de sus colegas de otras profesiones en materia de derechos de autor, teniendo en cuenta las facilidades existentes para escanear, digitalizar y descargar documentos a textos completos generadas con el desarrollo web.

Desde el punto de vista de la investigación científica, estos profesionales, al igual que los científicos, han de mantener un comportamiento ético en su accionar diario, transmitiendo valores como la honestidad al no falsificar o sesgar datos, el respeto hacia el resto de los colegas y hacia el derecho de autor, evitando el plagio intelectual. Además, la responsabilidad hacia las personas, siendo fieles conservadores de la memoria y la evidencia de una organización o del país. No hay que olvidar la importancia de mantener discreción y confiabilidad en la prestación de los servicios donde se manifieste la transparencia, privacidad y confidencialidad en el manejo de la información, de modo especial, cuando se desempeñen como auditores de información, evaluadores, asesores e investigadores.

En el caso de las bibliotecas públicas, Sánchez-García y Yubero (2015) sostienen que “debemos pasar de entender las bibliotecas como centros culturales a tratarlas como centros sociales, en los que no se trabaja con libros, información o bases de datos, sino con y para las personas” (p. 104) y más adelante plantean:

Por ello, hoy más que nunca, tendrá que seguir una nueva orientación para convertirse en un lugar de encuentro, de interacciones, de desarrollo personal y colectivo, así como un centro de la expresión de la diversidad cultural, generacional y social. (p. 104)

Es importante concientizar el desempeño significativo que tienen en la formación ciudadana al facilitar el acceso de forma libre y gratuita a la información, al conocimiento y a la cultura, no solo de sus respectivos territorios, sino de la nación que representan, contribuyendo al desarrollo social, político y económico de la sociedad. Así mismo, deben preocuparse por fomentar el acceso físico y digital a la información y crear los vínculos necesarios para que todas las personas sin ninguna excepción puedan acceder a la diversidad de información (Sosa-Solano, Revilandia-Costa & Melo-Soares-Simeão, 2015).

7. Almacenamiento y conservación del patrimonio documental

Este espacio plantea múltiples retos como el de participar activamente en la creación de políticas de conservación digital de soportes analógicos que necesitan ser almacenados en condiciones ambientales especí- ficas, lo cual demanda equipamiento adecuado para mantener la temperatura y la humedad requeridas. Es muy importante digitalizar el patrimonio histó- rico, cultural y científico de la sociedad y concebir proyectos que permitan presupuestar las tecnologías y los medios requeridos para ello, teniendo en cuenta los costos de mantenimiento. Así mismo es necesario identificar y evaluar los riesgos a los que están expuestas las colecciones (tanto en papel como electrónicas) y gestionar los documentos archivísticos electrónicos, implementando las políticas y normativas establecidas en cada país para la gestión documental.

Sobre este aspecto, los responsables de los servicios de archivo deben desarrollar programas de gestión de documentos que incluyan los elementos orgánicos, normativos y funcionales precisos para garantizar la creación, tratamiento, conservación y recuperación de sus documentos administrativos (Sanz-Bravo, 2009).

Les corresponde a los PI que laboran en archivos, bibliotecas, centros de información y otras instituciones afines, concebir y aplicar estrategias de digitalización y conservación del patrimonio documental como evidencia de los valores culturales en comunidades y regiones. En este sentido, es importante rescatar y conservar también los archivos personales y el patrimonio audiovisual. Tal como sostiene Duranti (2005), “la conservación de los documentos electrónicos auténticos es uno de los mayores retos que se presentan a los archiveros tanto a los presentes como a los futuros” (p. 225). Es decir, que nos concierne además evaluar la autenticidad de los documentos electrónicos y este es un gran desafío que tenemos por delante.

8. Diversidad de fuentes y herramientas para gestionar la información y el conocimiento

La diversidad de fuentes de información y la cantidad de información no arbitrada que circula en la red hacen que se pierda un tiempo valioso, sobre todo para personas no entrenadas en recuperar la información pertinente y proveniente de fuentes confiables. Esta situación complejiza la recuperación de la información en correspondencia con las necesidades reales de clientes y usuarios, y sitúa a los PI en una posición ventajosa: la de aprovechar las oportunidades que ofrecen la variedad de fuentes y herramientas disponibles para acceder y utilizar la información, no solo en formato papel, sino además la que aparece en ambientes web.

En estas circunstancias no caben dudas de que estos profesionales están convocados a jugar nuevos roles y a tener una participación activa en las organizaciones en las cuales se desempeñan, modificando sus modos de actuación, rediseñando sus procesos y funciones, asumiendo métodos y estilos de trabajo diferentes. Atrás quedaron sus funciones pasivas de atesoradores de grandes colecciones y prestadores de libros. Ahora deben adaptarse a los diferentes contextos en los que se desenvuelven, asumiendo el cambio de paradigma en su profesión, de gestor de información en soportes duros a gestor de contenidos en ambientes digitales.

Según Tramullas (2005), desde el año 2000 se ha producido una convergencia entre todas las herramientas de gestión de la información y actualmente existen soluciones globales que ofrecen soporte al proceso de gestión de información en cualquier entidad, institución u organización, estos son los llamados Sistemas de Gestión de Contenidos (Content Management Systems, CMS), integrándose los sistemas de gestión documental con los de recuperación de información, con el objetivo de crear y mantener los portales, como soporte de los servicios de información web.

Así mismo, a diario aparecen nuevas herramientas y técnicas para gestionar la I+C como las de búsqueda y recuperación de información (buscadores o motores de búsquedas y metabuscadores, servicios en la nube), las de almacenamiento (repositorios institucionales y bibliotecas digitales como Greenstone, KOHA, PMB). Las de análisis de información (minería de datos, sistemas de expertos, web semántica, mapas conceptuales). También las de comunicación y colaboración (Internet, Intranet, correo electrónico, portales, foros de discusión, redes sociales, blogs, etc).

Pero no solo es necesario dominar estas herramientas y aprovechar sus múltiples beneficios. Se requiere además la utilización de una serie de métodos y técnicas estadísticas, así como aplicar métodos bibliométricos, cienciométricos y de visualización de la información con vistas a conocer, entre otros aspectos, las líneas de investigación más significativas en una temática dada, el análisis de los patrones de comunicación y colaboración científica, la identificación de los investigadores líderes y las publicaciones claves en un determinando dominio científico, conocer la visibilidad de la producción científica de instituciones, regiones y las invenciones por países, entre otros aspectos.

9. Transformaciones, cambios, nuevos paradigmas, enfoques y vocabulario profesional

La formación de este profesional está sometida a constantes reajustes tanto en los planes de estudios como en las formas de enseñanza en diferentes regiones y países. Se trabaja en modelos educativos enfocados hacia los nuevos modos de actuación, cambios en las titulaciones y en la concepción de programas más actualizados para la formación a nivel de pregrado y postgrado. Pero en este empeño aún queda mucho camino por recorrer. Nos corresponde favorecer estas modificaciones y ajustar los contenidos y los métodos de enseñanza, en correspondencia con estas realidades.

Se observan transformaciones significativas relacionadas con el vocabulario o léxico profesional, este asume términos nuevos, en algunos casos con el mismo significado y en otros con uno diferente. Si hasta hace unos pocos años los estudios de usuarios eran el centro de las investigaciones en la actividad bibliotecaria, hoy se realizan desde una óptica más abarcadora mediante el análisis del “comportamiento informacional de sus tipologías”. De igual forma, la “educación de usuarios” se enfoca hacia la alfabetización informacional, digital, tecnológica, etc., con el fin de dotar a las personas de las competencias informacionales que les faciliten desde la selección de los contenidos informacionales que requieren, hasta su análisis y presentación.

El “procesamiento analítico y sintético de la información” va más allá al organizar, recuperar y representar no solo la información, sino además el conocimiento, donde los procesos de indizar y resumir han transitado indudablemente a un estadio superior con la creación de ontologías, web semántica y comunidades discursivas. La “diseminación selectiva de información” ha asumido servicios más personalizados y ajustados a las necesidades y los intereses de los usuarios/clientes.

Es evidente el tránsito rápido de la gestión de información y la gestión del conocimiento hacia la inteligencia empresarial y organizacional, donde la vigilancia y el monitoreo ocupan un lugar cardinal. Es ahí donde los profesionales que se desempeñen en el ámbito empresarial juegan un papel protagónico al combinar los servicios tradicionales de consulta de documentos con otros nuevos de valor añadido como perfiles estratégicos, estudios de mercado y estudios prospectivos, en correspondencia con las posibilidades de las fuentes de información electrónicas especializadas, los software y las redes a su alcance.

No hay que perder de vista el reto que representa lograr la gestión estratégica de la información y el conocimiento de las organizaciones en las cuales se desempeñen, lo que sin lugar a dudas, es uno de sus objetivos medulares.

Tal y como afirma Nyquist (2010), “nos beneficiamos de la digitalización y de la comunicación electrónica pero tenemos que aprovechar el punto de contacto con los usuarios que aún disfrutamos actualmente para expandirnos a futuros roles más importantes” (p. 278). Es decir, que la irrupción de las tecnologías ha modificado el accionar diario de esta profesión de espacios comunicativos estáticos en las bibliotecas hacia espacios informacionales virtuales, donde sucede una interacción en ambas direcciones con los usuarios/clientes y ocurre una retroalimentación constante a través de sus comentarios y sugerencias. Son estos espacios grandes oportunidades para socializar y compartir contenidos, puntos de vistas, e investigaciones en común.

De manera particular, las bibliotecas universitarias están migrando hacia centros de recursos para el aprendizaje y la investigación con servicios especializados, dirigidos a la comunidad de estudiantes, profesores e investigadores que atienden y adaptados al nuevo modelo docente de aprendizaje en redes de entonos colaborativos. Estas se están convirtiendo en aulas de autoformación donde se crean productos y objetos de aprendizajes coherentes con el nuevo modelo de educación virtual (López-Guijón, Pérez-López, Gálvez & García-Caro, 2006). Bajo estas condiciones el PI cumple un rol de mediador y productor de contenidos, y de manera especial trabaja en los procesos de alfabetización informacional.

10. Conclusiones

Los profesionales de la información debemos asumir estos nuevos escenarios y retos como oportunidades y no como amenazas. Nos corresponde formar a los usuarios en las competencias informacionales específicas que requieren, asumir la filosofía de la calidad en la prestación de servicios en ambientes dinámicos y participativos. Continuar con la digitalización de contenidos, así como adaptar y migrar los vocabularios controlados y tesauros hacia ontologías, metadatos y web semántica. Además diseñar e implementar repositorios de información temáticos e institucionales o bibliotecas digitales que abarquen los contenidos de las disciplinas y planes de estudios que se imparten en las instituciones académicas.

Debemos, además, colaborar con otros especialistas de diversas formaciones como historiadores, informáticos, estadísticos, periodistas, pedagogos, comunicadores, diseñadores, publicistas e investigadores, pues es el momento de unirse para constituir alianzas de trabajo y proyectos en común, aprovechando los conocimientos y habilidades que aporta cada cual desde la óptica de su profesión. Esto potenciará la innovación, la investigación, la solución de problemas, la posibilidad de plantear nuevos enfoques y formas de hacer que se traduzcan en una mejor calidad de todo lo que ofrecemos de cara hacia nuestros colegas de trabajo y hacia la comunidad de usuarios que atendemos.

El camino que se vislumbra es difícil de recorrer, requiere agilidad, estudio, dedicación y consagración, para enfrentar los nuevos desafíos que el desarrollo imponga. Para ello hay que asumir un protagonismo más activo en estos escenarios y convertirse en un profesional multifacético, renovador, investigador, educador y consultor que se actualiza incesantemente, pues solo así podrá progresar y reajustarse a las nuevas condiciones

11. Referencias

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Recibido: 12 de Enero de 2017; Aprobado: 04 de Abril de 2017

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