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Revista Interamericana de Bibliotecología

versão impressa ISSN 0120-0976

Rev. Interam. Bibliot vol.41 no.1 Medellín jan./abr. 2018

https://doi.org/10.17533/udea.rib.v41n1a02 

Presentación

Revista Interamericana de Bibliotecología: un nuevo aniversario

Marta Alicia Pérez Gómez1 

Directora/editora de la Revista Interamericana de Bibliotecología (RIB) 1980 - 2006

1 Licenciada en Bibliotecología y especialista en Documentación Científica del IBICT, Río de Janeiro, Brasil. Realizó estudios de Filosofía y Letras en la Universidad Pontificia Bolivariana. Directora/editora de la Revista Interamericana de Bibliotecología (RIB) 1980 - 2006. Profesora jubilada de la Escuela Interamericana de Bibliotecología, Universidad de Antioquia. Correctora de estilo.maliciaja@gmail.com


Cuarenta años han transcurrido desde que un grupo de profesores de la Escuela Interamericana de Bibliotecología, en unión de eminentes bibliotecarios de América Latina, elaboraran un proyecto para la creación de una revista que diera cuenta de las realizaciones de la disciplina bibliotecológica en la región, que más tarde abarcaría las demás disciplinas de la información. Nace así, en 1978, la Revista Interamericana de Bibliotecología.

Estudios teóricos que se ocupan de la filosofía y esencia de la bibliotecología, de la archivística y de la ciencia de la información, ensayos de reflexión, resultados de investigaciones, experiencias profesionales, noticias, reseñas de publicaciones, entre otros asuntos de interés científico, han nutrido su contenido a lo largo de todos estos años, sin que nunca se haya interrumpido su edición, aunque ha variado su periodicidad.

En principio se editaban tres números al año, y su contenido era monográfico, pero pronto se abandonó este carácter y pasó a tratar temas diversos y su periodicidad fue semestral durante muchos años. Hoy, a partir de 2011, ha vuelto a ser cuatrimestral (circula en enero, mayo y septiembre) y su énfasis, desde finales de la década del 90, (concretamente desde los números de 1999), es la publicación de artículos producto de rigurosas investigaciones, de ahí su condición de revista científica. Ya en 1997 y 1998 se publican estudios aplicados y estudios técnicos, que van trazando su derrotero hacia la investigación formal. Antes, la RIB publicaba artículos de diversa índole, producto de reflexiones serias y rigurosas de sus autores, pero que no respondían al esquema investigativo, sino más bien al quehacer profesional.

Si el lector quiere darse una idea detallada de su trayectoria, lo remito a un artículo publicado en la misma revista en 2002, que se ocupó de resumir la historia de los primeros veinticinco años y señaló sus antecedentes, naturaleza, identidad, evolución y permanencia en el tiempo, así como sus fortalezas y debilidades; además se diseñó la que debía ser su misión y luego, pensando en su futuro, se redactó la visión (Pérez Gómez, 2002). También puede remitirse a la “Presentación”, escrita por Sandra Arenas (2008) cuando reseñó los treinta años de publicación de la RIB, a la “Carta” de Edilma Naranjo Vélez (2013) cuando los treinta y cinco años y finalmente a dos artículos que la mencionan como uno de los ítems más importantes en la historia de los sesenta años de la EIB (Múnera-Torres & Jaramillo, 2016; Morales Campos, 2017).

Ahora quiero recordar esa visión de 2002, puesto que quince años desde su redacción nos remiten a ese futuro soñado, que hoy es presente, y que a la letra dice:

Ser la revista líder en bibliotecología y ciencia de la información en América Latina y la de mayor reconocimiento en el ámbito mundial por su calidad, proyección y amplia cobertura; con presencia en los índices internacionales de calidad y edición en los medios tecnológicos del momento. (Pérez Gómez, 2002, p. 22)

Es mi sentir que la RIB ha logrado consolidarse como un medio de excelencia en la profesión, gracias a su seriedad y rigurosidad científicas, puesto que sus artículos se someten a un cuidadoso y detallado análisis por parte de árbitros de reconocido prestigio y por un comité científico que avala su calidad; y gracias también al comité editorial y a sus directores y editores quienes, en un entorno si no hostil, pero sí difícil, como el de las publicaciones universitarias, han sabido ser “dolientes” de las revistas a su cargo y han hecho posible -ante circunstancias complejas como la financiación, el mercadeo y, a veces, la escasa productividad de los autores- la continuidad y permanencia de las mismas, como también han logrado que gocen de proyección internacional, mediante su distribución a lejanos países y con la presencia en índices y bases de datos que miden el factor de impacto de sus artículos, como Publindex, siendo la RIB una de las pocas revistas de la universidad que aún permanecen en este repositorio, luego de la nueva clasificación.

Quiero entonces, hacer mención de esos “dolientes” que, en el caso de la RIB, han sido sus directores y editores En primer lugar, a quienes me precedieron en el cargo de directora/editora, antes de 1980, directores que, en los inicios de la publicación, contaban con un comité de redacción que hacía las veces de editor; y en segunda instancia, a los que me sucedieron en el mismo, luego de ejercerlo de 1980 a 2006, cuando me retiro.

El primer director de la RIB y su fundador fue el profesor y director de la EIB, Rodrigo Vega López, magíster en Bibliotecología. Como se hizo mención al inicio de este texto, acompañaron al director Vega en el proyecto y luego en la edición de la RIB, como comité de redacción, los también profesores de la EIB: Fabio Restrepo, Uriel Lozano y Hernando Henao. En el segundo número integran los profesores de la EIB Marta Valencia, quien lo coordina, Iván Rúa y Marta Alicia Pérez, además de la bibliotecóloga Piedad Bermúdez, y luego María Clemencia Molina. En 1980 recibo de manos de la profesora Marta Valencia el encargo para la edición de la revista.

Más tarde ejercen como directores nominales de la RIB, los directores de la Escuela: Rocío Herrera, (1983-1987) Iván Rúa, (1987-1992) y Berta Nelly Cardona (1992-1995). De 1996 en adelante el editor ejerce las funciones de director y se apoya en los recién creados comités editorial y científico, ya con representación internacional, configurándose así el inicio del arbitraje actual.

Los que me sucedieron en el cargo, luego de largos años de ejercer, en un principio, como parte de dicho comité y a partir de 1980 como directora/editora, hasta 2006, fecha de mi retiro, son los siguientes:

Sandra Arenas, bibliotecóloga y profesora de la EIB, en ese entonces magíster en Ciencia Política, hoy con doctorado en Memoria Social, quien asumió su dirección de 2007 a 2009, y enfatizó en los artículos de investigación; Marta Silvia Molina, bibliotecóloga y profesora de la EIB, con doctorado en Información Científica, quien la dirigió durante 2010 y 2011. En 2011 cambia su periodicidad semestral a cuatrimestral (como lo fue en un comienzo), introduce un nuevo diseño y amplía su formato de 17x24 cm a 21x26 cm; Eunice Díaz, graduada en Filosofía y Letras, quien ejerció por encargo la edición de los números 3 de 2011 y 1 de 2012; luego la toma un equipo de profesores de la EIB que edita el número 2 de 2012. De este grupo hacen parte Natalia Quintero, licenciada en Educación, magíster en Hábitat y actual- mente doctoranda de Geografía; Mónica Montoya, bibliotecóloga, magíster en Historia y especialista en Gerencia de Servicios de Información, en ese entonces directora del Centro de Investigaciones en Ciencia de la Información -Cicinf- de la EIB; y Margarita María Gaviria, bibliotecóloga, especialista en Sistemas Informáticos, magíster y doctora en Gestión de Sistemas de Información, actual directora de la EIB; y finalmente Natalia Quintero y Luis Carlos Toro editan el número 3 de 2012. A partir de 2013 asume la dirección Luis Carlos Toro, historiador y magíster en Lingüística y doctor en Lenguas y Literaturas Romances y en Estudios Latinoamericanos, quien permanece hasta el presente. Continúa, como los anteriores, con el énfasis en investigación y bajo su dirección, la RIB acrecienta su carácter científico e internacional, se rige por un código de ética y hace presencia en numerosos e importantes índices y bases bibliográficas. Su equipo técnico, conformado por Juan Camilo Vallejo, bibliotecólogo y magíster en Gestión del Conocimiento, Kelly Cano, traductora de la UdeA, y un grupo de estudiantes de diferentes disciplinas, cuidan de su diagramación, diseño, tiraje, y de su oportuna circulación, para que llegue a los lectores ‘justo a tiempo’.

La Revista Interamericana de Bibliotecología, la RIB, como la conocemos por su sigla, no puede faltar en el día a día de los estudiosos de la disciplina. A ella acudimos para enterarnos no solo del estado del arte y de los avances de las ciencias de la información, especialmente en los países de América Latina, mediante la preferente publicación de los resultados de las investigaciones llevadas a cabo en ellos, sin olvidar otras regiones; sino también del know-how, el “saber cómo” o los conocimientos técnicos de la profesión.

Hoy en día la investigación es factor determinante para el desarrollo de los países, y la publicación de artículos en una revista científica, como es la RIB, per- mite replicar los conocimientos que otros expertos han descubierto, y a ellos debemos el notable avance que, particularmente en Colombia, hemos tenido en el área de la bibliotecología y las ciencias de la información. En ese sentido, es considerada un ítem de la alfabetización informacional (Alfin) puesto que permite desarrollar en el individuo la capacidad crítica y el aprendizaje significativo.

Tanto a los profesionales de vieja data, a quienes ejercen en bibliotecas, archivos y centros de documentación, como a los investigadores y profesores de las disciplinas de la información y en especial a los estudiantes en formación, recomiendo la lectura de nuestra legendaria revista, que hoy ocupa un sitio de honor entre las publicaciones de la disciplina, no solo en América Latina, sino en el mundo entero.

Su existencia ha sido posible, gracias al perenne apoyo de la Escuela Interamericana de Bibliotecología. Sin él no existiría la RIB y estaríamos huérfanos del conocimiento que ella nos brinda. Actualmente la RIB recibe apoyo del CODI y su Comité Técnico de Revistas Científicas que contribuyen con recursos para el mejoramiento de la calidad de las revistas. Su legado es grande y debemos cuidarlo, y qué mejor manera que esperar con ansia cada número de la revista y leer con atención y detenimiento sus artículos. Podemos hacerlo en su cuidada edición impresa que nos permite coleccionarla en las bibliotecas personales, mediante suscripción; o acudir a la edición electrónica que se encuentra en acceso abierto (Open Access), en su sitio web, de manera gratuita.

Cumplir cuarenta años de edición ininterrumpida para una revista dirigida a un público especializado, más que una proeza, es una hazaña heroica, pues muchas desaparecen después de unos pocos números por múltiples causas: financieras, escasez de lectores, también de autores, exiguo respaldo gerencial o en el peor de los casos, falta de calidad en su contenido y descuido en su diseño. No obstante, la Revista Interamericana de Bibliotecología, nuestra querida RIB, ha sabido sortear obstáculos de toda índole como los mencionados y hoy alcanza su madurez en un nuevo aniversario, que nos llena a todos los profesionales de la bibliotecología, la archivística y la ciencia de la información, de un extraordinario regocijo.

Solo me resta desearle un feliz cumpleaños y que siga editándose por muchos, muchos años, que crezca su circulación, y su impacto sea cada vez mayor, para el progreso de las disciplinas de bibliotecología, archivística y ciencia de la información; y en el intercambio de saberes que la revista impulsa, se dé a conocer nuestro pensamiento en el mundo entero y al unísono, recibamos y apliquemos los conocimientos provenientes de lejanos países

Referencias

1. Arenas Grisales, S. (2008). Presentación. Revista Interamericana de Bibliotecología, 31(2), 7-9. Recuperado de https://aprendeenlinea.udea.edu.co/revistas/index.php/RIB/article/view/329630/20786038Links ]

2. Morales-Campos, E. (2017). La Escuela Interamericana de Bibliotecología y su influencia en América Latina. Revista Interamericana de Bibliotecología , 40 (2), 189-200. doi: 10.17533/udea.rib.v40n2a07. Recuperado de http://www.redalyc.org/html/1790/179050877007/index.htmlLinks ]

3. Múnera-Torres, M. T., & Jaramillo, O. (2016). La Es- cuela Interamericana de Bibliotecología, pionera en la formación de profesionales de la Información. Revista Interamericana de Bibliotecología , 39(3), 211-230. doi: 10.17533/udea.rib.v39n3a03 [ Links ]

4. Naranjo Vélez, E. (2013). Carta. Revista Interamericana de Bibliotecología , 36(3), 167. Recuperado de https://aprendeenlinea.udea.edu.co/revistas/index.php/RIB/article/view/17975/15462Links ]

5. Pérez Gómez, M.A. (2002). La Revista Interamericana de Bibliotecología: 25 años de historia. Revista Interamericana de Bibliotecología , 25(2), 13-22. Recuperado de https://aprendeenlinea.udea.edu.co/revistas/index.php/RIB/article/view/9440/8732Links ]

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