SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.46 número2Productivity and impact in Argentine social sciences: economics and sociology at the CONICETANÁLISE DA ENCONTRABILIDADE DA INFORMAÇÃO DO WEBSITE DO ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN DA COLÔMBIA índice de autoresíndice de assuntospesquisa de artigos
Home Pagelista alfabética de periódicos  

Serviços Personalizados

Journal

Artigo

Indicadores

Links relacionados

  • Em processo de indexaçãoCitado por Google
  • Não possue artigos similaresSimilares em SciELO
  • Em processo de indexaçãoSimilares em Google

Compartilhar


Revista Interamericana de Bibliotecología

versão impressa ISSN 0120-0976versão On-line ISSN 2538-9866

Rev. Interam. Bibliot vol.46 no.2 Medellín maio/ago. 2023  Epub 05-Set-2023

https://doi.org/10.17533/udea.rib.v46n2e347398 

Artículo de reflexión

Vaticinios en torno a la transición del archivo digital sonoro al multimedios*

Prospects for the transition from digital sound archives to multimedia

Perla Olivia Rodríguez Reséndiz1 

1Universidad Nacional Autónoma de México, México. https://orcid.org/0000-0001-6517-8895


Resumen

La reflexión que se ofrece a continuación es resultado de investigaciones recientes a través de las cuales se advierte la transición del archivo sonono al digital multimedios como un fenómeno contemporáneo que se sitúa en el ecosistema digital contemporáneo. Se introduce al artículo con el origen etimológico y evolución de la noción de archivo. Se presenta la evolución de este término como resultado de la evolución tecnológica del siglo pasado y se formula su relación con el surgimiento y evolución de las fonotecas. Después se establecen las diferencias conceptuales de las nociones biblioteca y archivo digital. Se analizan los cambios a que se ha visto sometido el archivo sonoro en las últimas décadas y cómo han impactado en la noción de documento y en la transición del archivo digital sonoro al multimedios.

Palabras clave: archivo; archivo digital; archivo sonoro; archivo digital multimedios

Abstract

The following reflection is the result of recent research, through which the transition from the sound archive to the digital multimedia archive is observed as a contemporary phenomenon that is placed in the contemporary digital ecosystem. The article is introduced with the etymological origin and evolution of the notion of archive. The evolution of this term as a result of the technological evolution of the last century is presented and its relationship with the emergence and evolution of sound archives is presented. The conceptual differences between the notions of library and digital archive are then established. It analyses the changes to which the sound archive has been subjected in recent decades and how they have impacted on the notion of the document and the transition from digital sound archiving to multimedia.

Key words: Archive; digital archive; sound archive; multimedia digital archive

1.Introducción

Las primeras referencias en relación con los archivos “se remontan al año 4000 a.C. en el Antiguo Oriente. En la ciudad de Ebla, en Mesopotamia se han encontrado … grandes volúmenes de documentos, órdenes de gobierno, sentencias judiciales, cuentas, actos privados, que indican la existencia de una sociedad muy organizada” (Mendo 1995). En Occidente, el Arkheion fue el lugar donde los arcontes en la Grecia antigua resguardaban los documentos de la polis. En las primeras civilizaciones, los documentos se salvaguardaron en templos y palacios. De acuerdo con su origen, el término se asocia a la necesidad de saber y a la creación de conocimiento; además, se vincula con el poder porque el archivo fue concebido como el lugar en el cual los gobernantes reunieron y custodiaron los documentos.

Derridá (1997) analizó la etimología del término archivo y lo describió como el lugar de consignación de los documentos que se deben asegurar, a través de una serie de técnicas, su acceso. La sencilla enunciación de las actividades de un archivo como exteriorización de la memoria conlleva el mal de archivo y expresa cómo en el deseo por preservar coexiste la pulsión de muerte, es decir, el riesgo de desaparición derivado del ejercicio del poder.

El archivo contiene el saber fijado en los documentos. Sin embargo, las personas que lo resguardan ejercen poder y determinan qué acontecimientos pueden ser borrados, manipulados o destruídos. Esta institución de la memoria se rige bajo el principio de autoridad “principio arcóntico esencial: quién autoriza y qué relaciones se tejen entre las distintas huellas dispuestas en todo archivo” (Nava 2012: 97), se determinan los modos de tratamiento documental para poder o no reinterpretar los documentos. En consecuencia, el ejercicio del poder prescribe la existencia o no de los documentos del archivo.

Por otra parte, Derrida vincula al tiempo con la memoria y el olvido en el archivo. El archivo es un componente mnemotécnico de la memoria. Lo que significa que es el medio a través del cual se recuerda y con ello, se compensa la ausencia. Dicho de otro modo, la conservación como actividad cotidiana en un archivo posibilita la existencia de la memoria a través del acto de recordar.

El archivo lucha contra el olvido, así como la escritura busca hacer presente la voz ahí donde ésta no está, los sonidos recrean a través de imágenes sonoras ideas, emociones, expresiones artísticas y culturales, así como espacios urbanos y naturales, entre otros. El archivo materizaliza la memoria para alejar a la muerte (Nava 2012), al olvido y a la destrucción.

Los archivos como instituciones de la memoria han evolucionado a lo largo de los siglos. Se han creado diversos tipos de documentos y su salvaguarda ha sido una responsabilidad histórica del Estado, aún cuando existen otros actores como las instituciones privadas y las organizaciones civiles que también resguardan documentos como testimonio de sus actividades.

La idea que vincula al archivo como un espacio para guardar los documentos de la polis se ha diversificado. En la actualidad, la aproximación a este término es polisémica. Se emplea para nombrar a las instituciones de la memoria que preservan diferentes tipos de documentos. Se refiere a los espacios destinados para la conservación. Además, se nombra con esta noción a los soportes de diferentes materiales en los cuales se guarda información. La palabra es usada para denominar a uno o bien a una colección de documentos (RAE 2021; Edmondson 2018).

Como institución, el archivo ocupa un espacio público que enlaza saber con poder. Como documento es memoria viva y no sólo anamnesis, es decir trasciende la idea de guardar para recordar. Es testimonio de identidad social y forja la herencia de la sociedad.

Durante siglos el papel fue el principal soporte de información. La evolución de las tecnologías para registrar información en diversos lenguajes (sonoros, audiovisuales, entre otros) modificó el paradigma de considerar que solo son documentos los materiales impresos. Son documentos también las grabaciones sonoras y audiovisuales, las producciones multimedia, los contenidos generados a través de redes sociales, entre otras producciones que se crean con nuevas tecnologías. Esta evolución ensanchó las tipologías de los archivos como instituciones de la memoria. Se ha documentado, a finales del siglo XIX, la apertura de la primera fonoteca del mundo: la Phonogrammarchiv de Austria. Esta experiencia pionera se forjó para ser una institución dedicada al resguardo de las grabaciones de campo de científicos que grabaron las lenguas, músicas y rituales de los pueblos indígenas de diversos países.

En las primeras décadas del siglo XX, se pusieron en marcha instituciones de la memoria sonora y audiovisual para resguardar registros de investigación científica y como iniciativas de los Estados para salvaguardar el patrimonio audible; entre otras destacan la Phonogrammarchiv de San Petesburgo y Berlín, así como el Archivo de la Palabra en Francia. También se fundó la Discoteca dil Stato di Italia para proteger las primeras producciones discográficas. En 1930, se puso en marcha la primera fonoteca de radio en la British Broadcasting Corporation.

La fundación del Central Photo, Sound and Film Archive de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) en 1934 y de la National Film and Sound Archive de Australia un año después, son los primeros ejemplos de instituciones de la memoria en las que se preservaron tanto grabaciones sonoras como audiovisuales (Rodríguez Reséndiz 2016). Después de la Segunda Guerra Mundial se fundaron más instituciones nacionales para el resguardo de grabaciones sonnoras y auduiovisuales. Se crearon el Swedish National Archive of Recorded Sound and Moving Images (1979), el Nederlands Instituut voor Beeld en Geluid (1997), el National Screen and Sound Archive of Wales (2001), el Istituto Centrali per i Bieni Sonori e Audiovisivi de Italia (2007) y el American Archive of Public Broadcasting (2013). La tendencia de resguardar en una institución tanto documentos sonoros y audiovisuales es un precedente de la creación de archivos que salvaguardan información registrada en una amplia gama de soportes y lenguajes. La diversidad de instituciones dedicadas a la preservación de la herencia sonora dennota la diversidad y la magnitud de los contenidos que resguardan este tipo de grabaciones.

2. Reflexión

La irrupción de la tecnología digital impactó los procesos y alcances de los archivos. Desde finales del siglo pasado se acuñaron los términos repositorio y archivo digital de forma recurrente y en ocasiones como sinónimos. Sin embargo, en su origen y desarrollo se aprecian diferencias y características específicas.

A finales del siglo pasado se publicó Analitycal review of the library of the future de Drabenstotten (1994). Esta publicación es considerada el primer estudio sobre las bibliotecas digitales o bibliotecas del futuro (Tramullas 2002). La obra describe, a través de un ejercicio de prospectiva, lo que será la biblioteca del futuro. Se asocia la idea de biblioteca electrónica como una entidad de almacenamiento con una maplia gama de servicios y colecciones consultables más allá del campus. Y la biblioteca virtual fue descrita como el sistema a través del cual los usuarios se conectan de forma remota al catálogo y bases de datos de las bibliotecas (Drabenstott 1994). La producción de conocimiento científico y la necesidad de preservarlo excedió las posibilidades de las bibliotecas digitales y trajo consigo la creación de los repositorios digitales (Torres y Juárez 2014). De acuerdo con su etimología, los conceptos repositorio y archivo son diferentes, sin embargo, en ocasiones se utilizan tanto en el ámbito académico como en el medio profesional como sinónimos. La raíz de repositorio es repositorium: lugar donde se guarda algo. Se nombra repositorio a un armario o alacena (RAE 2021). Desde una perspectiva práctica se utiliza el término repositorio para denominar a la infraestructura a través de la cual se conservan y da acceso a los contenidos. Además, de forma coloquial se enuncia que el repositorio refiere al lugar donde se guarda y almacenan objetos. En el ámbito digital se refiere a objetos digitales.

Sobre la palabra archivo, se ha señalado a detalle con anterioridad su origen etimológico y su asociación con el poder y el conocimiento. Hasta ahora el archivo digital ha sido una palabra poco utilizada frente al de biblioteca digital y ante la abundancia de repositorios digitales que se han puesto en marcha en las primeras décadas del siglo XXI.

La noción archivo digital comenzó a usarse en el ámbito de la investigación hace tres décadas. En 1991, el científico estadounidense Paul Ginsberg creó en la Universidad de Cornell la plataforma ArXiv para compartir- en acceso abierto y a través de internet- sus borradores de investigación. Esta plataforma es considerada como iniciativa pionera en la creación de archivos digitales. Desde su puesta en marcha la plataforma se ha mantenido y en la actualidad ofrece, a través de acceso abierto, la distribución gratuita de artículos académicos en los campos de la física, matemáicas, informática, biología, finanzas, estadística, ingeniería eléctrica, sistemas y economía (Universidad de Cornell 2021).

El archivo digital también es una acepción contemporánea polisémica porque puede hacer alusión a la infraestructura tecnológica, al documento e incluso a la institución que desarrolla tareas de preservación. A la nominmación se añaden las cualidades o bien la tipología documental de que se trata. Por ello, en el ámbito de los archivos sonoros se nombra archivo digital sonoro para hacer referencia al “sistema de información a través del cual se procura la preservación digital sustentable de los objetos sonoros (media y metadatos). Asimismo, es el punto de intersección que articula todas las tecnologías (hadware y software) necesarias para desarrollar procesos documentales, poner en marcha roles y flujos de información durante el ciclo de vida digital. Todo archivo se inscribe en un contexto determinado por los productores de los contenidos sonoros, los usuarios o la comunidad designada y el personal que administra y gestiona el archivo” (Rodríguez 2020).

La naturaleza de un archivo digital como sistema de información no es limitativa. A diferencia del entorno analógico determinado por una amplia gama de soportes creados en diversas dimensiones y con diferentes materiales, en el entorno digital se producen ítems u objetos digitales en diferentes formatos. Existe una amplia gama de formatos digitales a través de los cuales se fija información digital en diversos lenguajes. Diferentes formatos digitales pueden ser preservados en un mismo sistema de información. Esta posibilidad ensancha las fronteras tradicionalmente establecidas por la tipología de soportes y expande las posibilidades del archivo digital.

La transferencia de contenidos grabados en una amplia gama de soportes analógicos a plataformas digitales fue el primer paso para la producción de datos y objetos culturales. Este tipo de documentos forman la herencia digital de la sociedad. De forma paralela a este proceso se definieron los nuevos medios (Manovich 2001). Lo que significó una transformación en las formas tradicionales de producción y distribución de información periodística, cultural, artística, política, de entretenimiento, entre otras. La información comenzó a ser más accesible y reusable a través de servicios online (Wiencek 2018); además, las instituciones de la memoria, especialmente los archivos, se vieron en la necesidad de redefinir sus métodos de preservación para garantizar la salvaguarda de una nueva forma de documentos. El vínculo que une a los archivos con la tecnología es indisociable. Se necesita la tecnología para producir información. La lectura, escucha y visualización de la información requiere de dispositivos tecnológicos. La distribución de contenidos se hace a través de la tecnología. Y la preservación de la información digital necesita de infraestructura para garantizar su permanencia a largo plazo.

Los soportes y la tecnología para registrar y reproducir sonidos, imágenes y textos entre otros, han evolucionado de forma constante y en la actualidad, forman parte del ecosistema digital contemporáneo y se insertan como un elemento que caracteriza la abundancia de datos y objetos culturales en diversos formatos y lenguajes.

Estas creaciones son una expresión del crecimiento exponencial del conocimiento humano. Cada vez en menores periodos de tiempo se crean nuevas invenciones y se duplica el conocimiento. Esto significa que la sociedad actual acumula la mayor cantidad de conocimiento en toda la historia de la humanidad. Este escenario en apariencia prometedor confronta la paradoja de la era de la información: tenemos acceso a una gran cantidad de información, que podría ensanchar los umbrales de conocimiento, a través de diversos soportes y medios de distribución de contenidos. No obstante, la permanencia de los documentos digitales es incierta. En comparación con los documentos tradicionales, los digitales son frágiles y su permanencia puede ser muy limitada. Condición que lleva a considerar el alto riesgo de pérdida de esta forma de patrimonio.

3. Conclusiones

La tecnología para la grabación sonora ha evolucionado de forma constante desde hace más de un siglo y medio. Las transiciones tecnológicas se desarrollaron con mayor ímpetu desde 1975. Desde entonces se observa un proceso continuo de innovación que afectó la grabación, edición, transmisión y preservación de contenidos sonoros. Asimsimo, las innovaciones tecnológicas derivaron en la aparación de una amplia gama de soportes diseñados para ofrecer, entre otras cualidades, mejor calidad sonora y mayor capacidad de almacenamiento de sonidos.

Las innovaciones tecnológicas también afectaron el ciclo de vida al cual se someten los materiales sonoros en el archivo. Es decir, acopio, gestión, conservación y acceso a los contenidos. Desde mediados de 1980, los archivos sonoros comenzaron a automatizarse. El acopio y registro fueron los primeros procesos en modificarse. La información de las grabaciones se registraba previamente en tarjetas con el propósito de tener un control físico e intelectual del acervo. Poco a poco, se crearon las primeras bases de datos. Durante mucho tiempo, la automatización, a través de la incorporación de la informática en los archivos, coexistieron con los procesos analógicos. La tecnología digital fue incorporada de forma progresiva en el archivo sonoro en los últimos años de la década de los ochenta (De Jong, 2020).

La conexión progresiva del archivo sonoro con otras áreas de la institución o empresa audiovisual adquirió la forma de una red. Esta morfología inserta en el ecosistema digital actual, se refiere a las relaciones e interacciones del archivo. A través de la conexión en red se potenciaron las posibilidades y se expandió la presencia del archivo.

Un ejemplo de ello, se observa en el caso de la radio. Los productores, musicalizadores y asistentes de producción, entre otros profesionales, tuvieron acceso online a la descripción de los contenidos. Es decir, a conocer y consultar el archivo desde su puesto de trabajo. Después, el productor prescindió del uso de soportes físicos y la producción de contenidos dejó de ser un proceso lineal. El flujo de trabajo para la producción de contenidos radiofónicos fue configurado en forma de red. Se relacionaron de esta forma todas las etapas de la producción, desde la idea de un programa hasta su entrega para resguardo al archivo (De Jong, 2020). Tanto la digitalización como el diseño de servicios y productos agregados de información sonora potenciaron las posibilidades de consulta del archivo y con ello, se expandió el espectro de usuarios.

Desde entonces, la organización jerárquica y rígida de los sistemas de clasificación se ha transformado en procedimientos flexibles de indexación que ofrecen nuevas modalidades de búsqueda (De Jong, 2020).

La automatización, digitalización y conectividad han determinado las nuevas fortalezas del archivo sonoro. Más aún, lo han transformado. Después de largos periodos de prueba y error los desarrollos y aplicaciones tecnológicas han sentado las bases para comprender los alcances de una nueva construcción social: el archivo digital sonoro como medio para la preservación sustentable.

En la actualidad sería imposible pensar en el archivo digital sonoro de forma aislada del conjunto de documentos audiovisuales, fotografías y materiales textuales que se producen día a día. Así que uno de los cambios que, además de los mencionados, experimenta el archivo digital significan una transición a la multimedia. Es decir, a complejos sistemas de información capaces de preservar una amplia gama de objetos digitales. Estre cambio coincide con la presencia cada vez, con mayor ímpetu de la narrativa transmedia.

Con ello, se desdibujan las fronteras establecidas entre los diferentes tipos de documentos y el documento deviene en un objeto digital con información que puede estar registrada en diferentes lenguajes. Ya no preservamos diferentes tipos de soportes creados con diversos materiales. Estamos preservando objetos culturales digitales con información en diversos lenguajes como son, “textos, imágenes fijas, datos de tiempo de audio o visuales, formas, espacios en 3D” (Manovich 2005:49). Los objetos digitales no tienen las restricciones físicas que caracterizan a los soportes analógicos (Wiencek, 2018).

La idea del archivo digital multimedios puede llevarnos a pensar a priori en la mediateca como un espacio que precisamente acopia y da acceso a diversos tipos de soportes. Pero la noción trasciende al espacio. Se sitúa como el sistema de información que articula el ciclo de vida digital de documentos en una amplia gama de formatos y lenguajes. El desarrollo de los archivos digitales multimedios se ubica en las primeras iniciativas de creación. Cada vez más, es evidente que los archivos de un solo tipo documental son insuficientes ante las necesidades de creación, intercambio de información y preservación de información en una amplia gama de formatos y lenguajes. La noción de archivo digital será la nueva modalidad de institución de la memoria de la sociedad en las próximas décadas.

Referencias bibliográficas

1. Derrida, Jacques. 1997. Mal de archivo, Trotta, Madrid. [ Links ]

2. Drabenstott, Karen. 1994. Analytical Review of the Library of the Future. Council on Library Resources. [ Links ]

3. De Jong, Annemieke (2020). El archivo ágil. Netherlands Institute for Sound and Vision. [ Links ]

4. Edmondson, Ray. 2018. Archivos audiovisuales: filosofía y principos - UNESCO 3ª edición. México. https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000264105. [ Links ]

5. Manovich, L. 2001. The Language of New Media. Cambridge, Massachusetts: MIT Press. 354.» MIT Press.Links ]

6. Manovich, L. 2005. El lenguaje de los nuevos medios de comunicación. La imagen en la era digital. Paidós, Barcelona. [ Links ]

7. Mendo, Carmen. 1995. «Los archivos y la archivística: evolución histórica y actualidad». En Manual de archivística, 19-38. España: Síntesis. http://biblioteca.udgvirtual.udg.mx/jspui/handle/123456789/878. [ Links ]

8. Nava, Ricardo. 2012. “El mal de archivo en la escritura de la historia”. Universidad Iberoamericana año 19, núm. 38, enero-junio 2012,: 95-126. DOI: https://doi.org/10.48102/hyg.vi38.16Links ]

9. RAE. 2021. «Diccionario de la lengua española (2001)». «Diccionario esencial de la lengua española». 2021. https://www.rae.es/drae2001/archivo. [ Links ]

10. Rodríguez, Perla. 2020. El archivo digital sonoro. Instituto de Investigaciones Bibliotecológicas y de La Información de la UNAM. México. DOI: https://doi.org/10.22201/iibi.9786073041430e.2020Links ]

11. Rodríguez, Perla. 2016. Preservación digital sustentable de archivos sonoros. Universidad Nacional Autónoma de México. Instituto de Investigaciones Bibliotecológicas y de la Información. DOI: https://doi.org/10.22201/iibi.9786070284144e.2016. [ Links ]

12. Torres, Araceli y Juárez, Beatriz. 2014. “Repositorios digitales y software libre” en Torres Vargas, Araceli, Software libre: miradas desde la bibliotecología y estudios de la información. 95-115.» En , IIBI, México. [ Links ]

13. Tramullas, Jesús. 2002. “Propuestas de concepto y definición de la biblioteca digital”, En III Jornadas de Bibliotecas Digitales JBIDI.» El Escorial, España. [ Links ]

14. Universidad de Cornell. 2021. «arXiv e-print repository». 2021. https://arxiv.org/about. [ Links ]

15. Wiencek, Florian. 2018. Digital Mediation of Art and Culture. A Database Approach. Tesis de doctorado, Jacobs University, Bremen. URL: https://opus.jacobs-university.de/frontdoor/index/index/docId/845Links ]

*Cómo citar este artículo: Rodríguez, Perla (2023). Vaticinios en torno a la transición del archivo digital sonoro al multimedios. Revista Interamericana de Bibliotecología, 46(2), e347398. https://doi.org/10.17533/udea.rib.v46n2e347398

Recibido: 09 de Enero de 2021; Aprobado: 03 de Enero de 2023

Creative Commons License Este es un artículo publicado en acceso abierto bajo una licencia Creative Commons