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Escritos

Print version ISSN 0120-1263

Escritos - Fac. Filos. Let. Univ. Pontif. Bolivar. vol.20 no.45 Bogotá July/Dec. 2012

 

Carlos Arboleda Mora.
Experiencia y testimonio. Medellín: Editorial Universidad Pontificia Bolivariana, 2011, 154 pp. ISBN: 9789586969598.

La experiencia y el testimonio son la clave central de la revelación cristiana. Sin embargo, se puede apreciar que en diferentes estudios contemporáneos sobre el tema se insiste más en el testimonio que en la experiencia misma que da origen al testimonio. Urge la reflexión sobre la posibilidad y la efectividad de la experiencia y del testimonio, y más en un mundo en el que la idea de Dios o absoluto ya no tiene raíces en la metafísica representacional y no cabe en los estrechos límites de un concepto. Las críticas realizadas al cristianismo en la época de la Modernidad han servido para purificar el mismo cristianismo, pues las representaciones idolátricas de Dios que se habían incrustado en él van siendo corregidas en la reflexión contemporánea: en la teología y en la filosofía. El esfuerzo de la llamada "teología radical", tanto la llamada "teología de la muerte de Dios" como la nueva liderada por John Milbank, han servido tanto para la purificación del concepto de Dios, como para pensar en un regreso a la teología de la primera comunidad cristiana, de los Padres de la Iglesia y de la Teología monástica. Esta teología radical ha ayudado a purificar las ideas sobre Dios que estaban sometidas al conceptualismo metafísico, y a buscar respuestas más frescas y genuinas en un retorno a las fuentes del cristianismo antes de su conceptualización metafísica. Por su parte, la filosofía francesa contemporánea, en su línea fenomenológica, ha devuelto la reflexión a lo más original: el evento, la llamada, el acontecimiento, como fuentes de la creación de un mundo y como revelación de lo invisible. Jean-Luc Marion y Michel Henry son prototipos en este camino.


Germán Vargas Guillén.
Ausencia y presencia de Dios. Diez estudios fenomenológicos. Bogotá: Editorial San Pablo, 2011, 246 pp. ISBN: 9789587157406.

Este libro se enmarca en el debate sobre el giro teológico de la fenomenología. No se trata de exponer un estado del arte sobre el asunto, sino de leer esta problemática en función de una propuesta filosófica: la de una deconstrucción fenomenológica del patriarcalismo. Esta propuesta lleva a un despliegue de la superación de la economía del don, para hallar el sentido utópico del amor como proyecto y desenvolvimiento de ser. Esto se puede lograr si se da el paso del estudio de las religiones, del fenómeno religioso, al estudio de Dios como fenómeno. La fenomenología de la ausencia y la presencia de Dios lo que indica es que se tiene que dar un giro de la mirada: del fenómeno religioso a la experiencia personal de Dios, bien por su presencia o bien por su ausencia. De inmediato aparecen las preguntas: ¿en qué consiste lo filosófico de este tipo de investigación? ¿Cuáles son entonces los límites entre filosofía y religión, o mejor, entre razón y fe? Frente a tales preguntas, se plantea otro camino: interrogar por las condiciones de posibilidad que permiten la transformación del preguntar acerca de Dios como pregunta auténticamente filosófica.


Carlos Enrique Restrepo.
La remoción del ser. La superación teológica de la metafísica. Bogotá: Editorial San Pablo, 2012, 168 pp. ISBN: 9789587157734.

Este libro se ocupa de un tema clásico, puesto en la perspectiva de la filosofía contemporánea: la superación de la metafísica. Superaciones de este tipo las ha habido muchas, y se cuentan tantas, que bien puede ocurrir que la lógica misma de la historia de la filosofía no consista en otra cosa que en los reiterados esfuerzos por superar la metafísica. La más determinante en el siglo XX fue la practicada por Heidegger. Su sentido predominantemente negativo fue el de una "destrucción" de la tradición con miras a una refundación de la cuestión del Ser, cuya medida del diálogo con la historia de la filosofía fue la de un "paso atrás" por fuera de ella. Para catapultar este salto, Heidegger enjuició toda la historia de la metafísica imputándole la que él consideraba su estructura esencial: la onto-teología. Como escribe Jean-Luc Marion, con este concepto Heidegger puso en marcha una nueva definición de la esencia de la metafísica, pero instaurando a su vez una hermenéutica de la historia de la filosofía cuya potencia sólo es comparable a la desplegada por Hegel. Pero dicha interpretación ha despertado toda suerte de críticas. Las más viscerales le han sido dirigidas por los últimos representantes de la fenomenología francesa (Emmanuel Lévinas, Jacques Derrida, Jean-Luc Marion, entre otros) para quienes la superación de la metafísica no es posible mediante una vuelta -en sí misma metafísica- de la cuestión del Ser, sino mediante un pensamiento que se autoriza a replantear a Dios como cuestión. Las obras de estos autores permiten constatar esta arremetida antiheideggeriana en el contexto francés de la fenomenología.

Esta se levanta a su vez como una "superación de la superación" heideggeriana de la metafísica dirigida a una remoción del pensamiento del Ser que libera a Dios de la onto-teología, y que ha provocado el debate del llamado "giro teológico" de la fenomenología.


Stéphane Vinolo:
Dieu n'a que faire de l'être. Introduction à l'oeuvre de Jean-Luc Marion. Paris: Germina, 2012, 200 pp. ISBN: 9782917285367

Desde sus primeros estudios sobre Descartes publicados en 1975, Jean-Luc Marion no ha dejado de seguir el mismo cuestionamiento filosófico: ¿es posible que la fenomenología sea un método que nos permita salir de la metafísica y por lo tanto sobrepasar el anuncio de su fin? Sin duda alguna lo es, pero a condición de no limitarse a las fenomenologías de Husserl y Heidegger que encerraron a la fenomenalidad dentro del marco de lo que se da según la objetidad o sobre el horizonte del ser. Marion propone una fenomenología de la donación absoluta, que piense los fenómenos dados de forma incondicional antes que un sujeto los tenga que construir (como en la filosofía moderna) o constituir (como en la fenomenología alemana). Al deshacerse de la sumisión de los fenómenos a un sujeto se abre toda una nueva fenomenalidad. Sin renunciar a los fenómenos que constituimos como objetos, Marion extiende la fenomenalidad a fenómenos cuya intuición se da en exceso sobre su significación: los fenómenos saturados. Existen de hecho múltiples fenómenos que no podemos cercar, ya que su donación nos precede y por lo tanto nos llama. Sin embrago, por más que no podamos someterlos a un concepto, no dejan de darse y por lo tanto la fenomenología debe describirlos. Así, por ejemplo, del evento (que satura la cantidad), del ídolo (que satura la cualidad), de nuestra carne (que satura la relación) o del icono (que satura la modalidad). En cada uno de estos casos, una de las condiciones del concepto está saturada por la intuición que se da. No podemos tener conceptos de estos, y sin embargo se dan. Con estas cuatro saturaciones, podemos hasta pensar un fenómeno que sature a la vez cada una de éstas: una saturación al cuadrado que se da de manera paradigmática dentro de los fenómenos de revelación. Sin confundir la revelación y la Revelación, Marion realiza entonces una crítica del Dios de la metafísica (Dios encerrado -ya que definido- dentro de un concepto cuya existencia se pudo tratar de demostrar) a favor del Dios de la caridad que se da en una plena indiferencia al ser y tal vez hasta en su ausencia, tal como lo hace cualquier amor. Así, lo que más nos ayuda a pensar todo este recorrido fenomenológico de Marion es que, si bien el siglo XX tuvo razón en reprocharle a la filosofía haber olvidado el ser, lo más inquietante -ya que está en la misma definición del proyecto filosófico desde su surgimiento griego- es el olvido del amor.