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Escritos

versión impresa ISSN 0120-1263

Escritos - Fac. Filos. Let. Univ. Pontif. Bolivar. vol.21 no.47 Bogotá jul./dic. 2013

 

DE LA CAVERNA DE SARAMAGO A LA LIQUIDEZ DE ZYGMUNT BAUMAN: ¿DOS METÁFORAS DE LA CONTEMPORANEIDAD EN LA ENCRUCIJADA DEL SENTIDO?

FROM THE CAVE OF SARAMAGO TO ZYGMUNT BAUMAN'S: LIQUIDITY: TWO METAPHORS OF CONTEMPORARY AT THE CROSSROADS OF MEANING?

DE A CAVERNA DE SARAMAGO À LIQUIDEZ DE ZYGMUNT BAUMAN: DUAS METÁFORAS DA CONTEMPORANEIDADE NA ENCRUZILHADA DO SENTIDO?

Mónica María Calle González*

* Licenciada en Filosofía (2000) y Psicóloga (2006) por la Universidad de Antioquia (Medellín, Colombia). Estudiante del Doctorado en Filosofía y profesora de la Universidad Pontificia Bolivariana (Medellín). Docente de la Universidad Eafit (Medellín).
Correo electrónico: monikcalle@yahoo.es

Artículo recibido el 20 de abril de 2013 y aprobado para su publicación el 16 de agosto de 2013.


RESUMEN

Como parte de la investigación doctoral en curso, este escrito presenta una lectura filosófica de las visiones analíticas de la contemporaneidad de José Saramago en su obra La caverna y de Zygmunt Bauman a partir de las obras del denominado "período líquido", teniendo como orientación metodológica la hermenéutica gadameriana. Se pretende dilucidar el carácter particular de algunos de los fenómenos culturales, sociales, emocionales y comportamentales que constituyen la experiencia contemporánea del mundo (consumismo, debilitamiento de los lazos sociales y afectivos, desregulación de las instituciones que sustentan la sociedad occidental, hedonismo, relativismo moral y religioso, etc). Dichos fenómenos son abordados desde un metáfora óptica -la de Saramago- y una metáfora física -la de Bauman-.

Todos ellos constituyen una encrucijada con respecto al sentido atribuible a dichas dinámicas, las múltiples lecturas que se hacen de las mismas y los retos analíticos, comprensivos e intelectuales que implica el debate en torno a la contemporaneidad (¿posmodernidad? ¿tardomodernidad? ¿hipermodernidad?).

Palabras clave: Contemporaneidad, Mito, Razón, Metáfora.


ABSTRACT

As part of ongoing doctoral research, this paper presents a philosophical vision of Jose Saramago's contemporary analytical perspective in his work La caverna and Zygmunt Bauman from the works of the period known as "liquid", with the methodological guidance of Gadamer's hermeneutics. It seeks to clarify the specific nature of some of the cultural, social, emotional and behavioral phenomena, constituting the contemporary experience of the world (consumerism, weakening of social ties and affective dysregulation underlying institutions of western society, hedonism, moral and religious relativism, etc.), these phenomena are discussed from an optical metaphor-that of Saramago, and a physical metaphor-that of Bauman. They constitute a crossroads with respect to the meaning attributed to these dynamics, the multiple readings that are made of the same and the analytical, comprehensive and intellectual challenges that involves the debate about the contemporary (Postmodernity? Late modernity? Hyper modernity?).

Keywords: Contemporaneity, Myth, Reason, Metaphor.


RESUMO

Como parte da investigação doutoral em curso, este escrito apresenta uma leitura filosófica das visões analíticas da contemporaneidade de José Saramago, em sua obra A Caverna, e a de Zygmunt Bauman, a partir das obras do denominado período líquido, tendo como orientação metodológica a hermenêutica gadameriana. O que se pretende é elucidar o caráter particular de alguns dos fenômenos culturais, sociais, emocionais e comportamentais que constituem a experiência contemporânea do mundo (consumismo, debilitação dos laços sociais e afetivos, desregulamentação das instituições que sustentam a sociedade ocidental, hedonismo, relativismo moral e religioso, etc.); tais fenômenos são abordados a partir de uma ótica - a de Saramago - e uma metáfora física - a de Bauman. Todos eles constituem uma encruzilhada acerca do sentido atribuído a ditas dinâmicas, das múltiplas leituras que se fazem das mesmas e dos desafios analíticos, compreensivos e intelectuais que implica o debate em torno da contemporaneidade (pós-modernidade? tardia-modernidade? hipermodernidade?).

Palavras-chave: Contemporaneidade, Mito, Razão, Metáfora, Bauman.


La contemporaneidad es un sustantivo que aplica para el presente de toda época histórica. Pertenecer a un tiempo determinado es un acontecimiento que es susceptible de ser vivido reflexivamente, lo que representa para los pensadores o intelectuales (llámense artistas, filósofos, sociólogos, literatos) una posibilidad para ejercer su capacidad de interrogación y deliberación acerca de las coyunturas históricas, intelectuales, sociales y culturales que definen su presente.

Este ejercicio de autocomprensión pone de manifiesto la profunda necesidad que tiene el hombre de aprehender interpretativamente la realidad que habita y que le constituye, lo que representa no sólo una necesidad cognitiva sino también -e incluso primordialmente- una necesidad ontológica.

El presente trabajo tiene como problema central la interpretación y el análisis de la contemporaneidad a partir de la obra La caverna de José Saramago y algunas obras del período líquido de Zygmunt Bauman, proponiendo los aspectos comunes y los puntos de distancia en las lecturas que ambos plantean de la experiencia del mundo contemporáneo. Así, la pregunta que guía esta propuesta es: ¿cuáles son los rasgos de la experiencia contemporánea del mundo que José Saramago y Zygmunt Bauman interpretan desde la obra La caverna y algunas obras del período líquido respectivamente?

Variados términos se han acuñado para designar la contemporaneidad a la que pertenecemos. Dichas designaciones son, a su vez, intentos de perfilar lo que destaca en el conjunto de hechos de los que se puede decir describen con mayor acierto los tiempos en los que vivimos, pero para el caso de este trabajo debemos aclarar que el centro gravitatorio de la discusión no son los conceptos acuñados para nombrar la contemporaneidad y la viabilidad o el equívoco que tales designaciones entrañan (Posmodernidad, Modernidad tardía, Segunda Modernidad), sino más bien, suscitar un diálogo con otras perspectivas para iluminar de manera contrastante los diferentes aspectos que los autores abordan y sobre los cuales reflexionan, lo que permitirá comprendernos en el devenir histórico y situarnos a la luz de múltiples referentes. Esto significa, entonces, que aunque no será un debate limitado por una negación o aceptación de la posmodernidad, sí rescatamos el gran valor semántico y comprensivo que tal término ofrece en tanto que sirve como punto de referencia para pensar la continuidad o discontinuidad del proyecto moderno, esto es, nuestro interés es marcar un tono que aluda a la índole particular de los acontecimientos que demarcan y perfilan la época contemporánea, sin atrevernos a postular una superación de la modernidad sino buscar los medios que permitan iluminar nuestro presente histórico.

Una de las razones que justifica la perspectiva interpretativa que aquí exponemos es la íntima y siempre renovada cercanía entre filosofía y literatura. Las razones de esta proximidad son bien conocidas, las referencias gozan de suficiente peso y la antigüedad de las mismas es una prueba de la pertinencia de la unión a la que nos referimos.

Recordemos que en aquellos momentos aurorales que denominamos "inicio de la filosofía occidental", el ejercicio reflexivo se gestaba en el mundo griego a partir de los elementos con los que contaba su universo simbólico, en ese caso, la poesía y el mito. La obra de Parménides es, por excelencia, representativa de aquella unión entre dos vías comprensivas de la realidad.

Aunque algunos creen que se puede hablar de la división entre mito y logos, unos para darle un valor operativo, otros para tener cierta cautela a la hora de hablar de un giro histórico -esto es, el nacimiento de la filosofía-, es evidente que si en la antigüedad la división mito y logos era improcedente además de inimaginable, hablar hoy de "el paso del mito al logos" se manifiesta claramente como una ingenuidad, por decir lo menos.

Así pues, la antigüedad del posible diálogo entre filosofía y literatura es una de las razones por las que nuestro ejercicio comprensivo tiene valor para el ámbito de la filosofía y las áreas que le son afines en tanto que discursos interesados en acercarse a una comprensión de lo humano.

Para complementar lo dicho, vale la pena destacar que en todo ejercicio de construcción de significado, la capacidad dialógica es decisiva dado que ella es condición constitutiva de la dinámica interna de la búsqueda de sentido, pues comprendemos -como seres en el mundo- con y por otros. El establecimiento de esta posibilidad se funda en las complejidades de su interacción que fluctúa entre, por un lado, los ejercicios de dominio y exclusión y, por otro, los de reconocimiento de igualdad entre los interlocutores; este trabajo se construye a partir de la asunción de que los interlocutores elegidos están en posesión de potencialidades que, gestadas en ámbitos diferentes, pueden favorecer la puesta en diálogo en la que aquí nos proponemos participar.

Nos referimos a la narrativa de José Saramago y específicamente a su obra La caverna y al trabajo filosófico-sociológico de Zygmunt Bauman en las obras del período líquido. Lo que queremos destacar es la cercanía interpretativa de los dos pensadores y, por tanto, pondremos de relieve el sustrato reflexivo que estas dos obras comportan. Así pues, lo que pretendemos es conjugar las voces de estos dos pensadores y que nuestra mediación se exprese como esa tercera voz que invita a reflexionar sobre la cercanía de sus construcciones de sentido, a considerar los puntos en los que difieren, así como a pensar la viabilidad de algunos componentes de sus posturas, interviniendo de manera tal que se proponga una interpretación fruto de este diálogo.

Recordemos que la obra de Saramago es una extensa reflexión sobre los principales y más inquietantes fenómenos que circunscriben la contemporaneidad. El diálogo filosofía y literatura es logrado en este autor de manera magistral; la agudeza reflexiva y la precisión narrativa se funden para dar como resultado una obra que, por muchas razones, posee el talante filosófico que deseamos resaltar. José Saramago se negó a aceptar el calificativo de filósofo y, aun así, defendió con plena convicción la necesidad de un "retorno a la filosofía" en el cual no hay la pretensión de convocar masivamente una conversión a la filosofía, lo cual el mismo autor califica como absurdo; ese retorno es descrito así: "Filosofía aquí podría significar exactamente todo lo que esperamos encontrar en la filosofía, es decir, la reflexión, el análisis, el espíritu crítico, libre" (Saramago 2001). Filosofía como una actitud, filosofía como un tipo de mirada esclarecedora y necesaria cuando lo que puede primar es la "ceguera".

De otro lado, Zygmunt Bauman es un pensador de gran agudeza, que logra dar continuidad a una discusión abierta, vital y compleja como lo es aquella que gira en torno a la contemporaneidad; pero no sólo es la actualidad -incluso la moda- de hablar de los tiempos que corren; lo que destaca es la particularidad del trabajo intelectual del autor para pensar un fenómeno denominado por muchos otros como "posmodernidad". Este pensador termina por otorgarle otra designación -por demás elocuente- que va más allá de un simple juego lingüístico superfluo y que adquiere el carácter de novedad cuando se arriesga a acuñar una nueva metáfora para designar el desarrollo actual de la cultura y la sociedad; esta no es otra que la de liquidez.

A ambos los une la condición de testigos de los devenires del mundo actual, y la manifiesta diferenciación estilística (narrativa y teórico-conceptual) les confiere el atractivo de una cercanía ganada por las intuiciones experimentadas, las certezas construidas, la exploración de nuevas metáforas y las propuestas de sentido que directa o indirectamente hicieron y nos siguen haciendo.

La caverna de Saramago recrea de manera alegórica los fenómenos característicos de las sociedades actuales entre los cuales están: "El Centro" como figura que representa el comercio, el entretenimiento y la diversión que imperan en el mundo de hoy bajo la propuesta arquitectónica del centro comercial, así como también alude al consumismo en tanto centralidad con respecto a la que orbitan todas las demás dinámicas de la vida moderna; de otro lado, su postura frente al primado de la ficción y el artificio vía la publicidad y los artefactos de la tecnología; la producción seriada y la obsolescencia planeada fruto de la era posindustrial y capitalista y, por tanto, su posición crítica al capitalismo de producción y al capitalismo de consumo; la interrogación que hace a las concepciones de felicidad y seguridad en el mundo contemporáneo. Todos estos rasgos pensados a través de la actualización del "mito de la caverna" de Platón que, más que pretender hacer una lectura filosófica del mito, sirve al autor como metáfora explicativa de los fenómenos que nos circundan marcados por la confusión, la oscuridad o la ceguera. En palabras de Saramago:

    Lo único que ya he dicho y podría volver a decir ahora, es que de alguna forma La caverna retoma el mito de la caverna de Platón. No se centra exactamente en la caverna de Platón, pero es el resultado de una convicción mía de que nunca hemos estado tan cerca de la caverna de Platón como lo estamos ahora. Platón escribió eso hace unos dos mil cuatrocientos, o dos mil trescientos años y durante todo este tiempo es como si Platón hubiera anunciado como ese profeta, que sin saberlo ha sido, algo que finalmente está ocurriendo ahora. Vivimos en la caverna de Platón. Vivimos observando sombras que se mueven y creemos que eso es la realidad. Hoy la llamamos realidad virtual. Espero demostrarlo con ese libro (cf. Ramírez Ribes 2000).

De otro lado, Bauman describe y analiza con su metáfora de la liquidez algunas de las características de las sociedades actuales: la desregulación de las instituciones que antes daban piso al orden social como la Iglesia, la Familia y el Matrimonio, la Escuela y el Estado; el primado del individualismo como una lógica propia de la modernidad líquida que rebasa la construcción del individuo, propia de la Modernidad llamada por contraste "sólida"; el imperio de la racionalidad mediática, la espectacularización de la vida cotidiana y la lógica del episodio como mecanismos de huida del anonimato contemporáneo gracias a fenómenos como el reality o las redes sociales; la fragilidad de los vínculos humanos explicada con teorías neuroquímicas de la infidelidad y evidenciada en la alta tasa de uniones maritales y divorcios; el consumismo como criterio de vida en comunidad, la emergencia de una sociedad de consumidores y las consecuencias de un sociedad regida por el principio de una demanda permanentemente insatisfecha; las paradojas de la modernidad líquida: mayor discurso securitario y mayores miedos, más "contactos" y menos contacto, múltiples ofertas de felicidad y mayores desórdenes psicológicos y anímicos. Al respecto Bauman afirma:

    Al menos en la parte "desarrollada" del planeta se han dado, o están dándose ahora, una serie de novedades no carentes de consecuencias y estrechamente interrelacionadas, que crean un escenario nuevo y sin precedentes para las elecciones individuales, y que presentan una serie de retos antes nunca vistos.
    En primer lugar, el paso de la fase "sólida" de la modernidad a la "líquida": es decir, a una condición en la que las formas sociales (las estructuras que limitan las elecciones individuales, las instituciones que salvaguardan la continuidad de los hábitos, los modelos de comportamiento aceptables) ya no pueden (ni se espera que puedan) mantener su forma por más tiempo, porque se descomponen y se derriten antes de que se cuente con el tiempo necesario para asumirlas y, una vez asumidas, ocupar el lugar que se les ha asignado (Bauman 2007).

Valga la pena precisar que volcar la mirada sobre los tiempos que corren y resaltar algunas características que los definen compromete una alta complejidad; aun así, tal tarea no debe ser aplazada incluso con todos los riesgos que conlleva, pues su razón de ser se consolida por la índole e impacto de los hechos y situaciones cotidianas que definen la contemporaneidad.

Cuando se habla de riesgos se piensa aquí en la tendencia a simplificar y parcializar la perspectiva sobre el tema en cuestión y caer en lugares comunes; tales riesgos podrían ser descritos como dos tendencias: naturalización y desnaturalización. Con el primer término nos referimos a la reducción simplista de los hechos a sucesos que, en la medida en que acontecen, no comportan significado alguno más allá de su condición de obviedad, por tanto, la inocuidad de reflexionar o analizar dichos sucesos. Con el segundo término y riesgo nos referimos a la tendencia que "sataniza" el presente en pro de una defensa de un tiempo y, por tanto, un tipo humano orientado por parámetros más correctos o acertados, lo cual lleva a plantear la necesidad de un retorno nostálgico a tales momentos de la historia y la recuperación de ese tipo humano más deseable. No es nuestra intención deslegitimar el valor de muchas de las adquisiciones culturales de la sociedad occidental y de otras sociedades, pero es conveniente moderar tal valoración para no caer en idealizaciones que falseen el valor de declarados y bien conocidos logros humanos tanto como ignorar lo que sigue siendo vinculante para nosotros.

Fruto del rastreo bibliográfico que se ha hecho es frecuente encontrar que se plantea la coincidencia entre Bauman y Saramago, pero no proponiendo la relación específica entre sus obras; se retoman de manera independiente a propósito de temáticas como: el concepto de "inmortalidad" y la semántica contemporánea de dicho término1; el debilitamiento de las instituciones y los discursos que antes ordenaban las dinámicas sociales y que le otorgan la particularidad a la crisis contemporánea. Por otro lado, el concepto de modernidad líquida se retoma para analizar el carácter de las nuevas formas del arte (y la desaparición del canon que antes fungía como brújula en la determinación de lo estéticamente apreciable), para así entonces intentar reflexionar sobre lo que algunos teóricos han llamado el fin del arte.

Es frecuente ver citados a los dos autores en escritos que versan sobre las formas de la pérdida de la identidad o sobre el anonimato, acudiendo a obras como Todos los nombres -para el caso de Saramago- y La identidad -para el caso de Bauman-. Se pueden encontrar con frecuencia referencias a las reflexiones de estos dos autores en trabajos que abordan el tema de la identidad y la alteridad desde una perspectiva circunscrita específicamente a los fenómenos de la globalización, el desarraigo y la migración como productores de excluidos, fruto de fenómenos sociológicos actuales muy particulares (como el desplazamiento por la violencia) y que, en el ámbito literario, distintos autores modernos y contemporáneos también han representado, explorado y reflexionado (Franz Kafka, Milán Kundera, entre otros).

Si bien muchas de las obras de Saramago se han leído en clave sociológica, en especial Ensayo sobre la ceguera y Ensayo sobre la lucidez, aquí proponemos una lectura filosófica de la obra La caverna en diálogo con algunas de las obras del período líquido de Zygmunt Bauman. Es innegable la pertinencia que tiene la mirada sociológica para ciertos fenómenos descritos por Saramago, lo que a su vez justifica el gran interés por el componente político de sus obras como el fenómeno del voto en blanco (Ensayo sobre la lucidez), aunque aclaramos que ese no es el interés de nuestro trabajo.

Por lo anterior es posible reconocer la novedad del presente trabajo dado que propone el diálogo directo entre estos dos autores a propósito de temáticas de máxima importancia y vigencia en el mundo de hoy y, a su vez, propone tender puentes que vinculen el discurso teórico-conceptual y la construcción narrativa de manera vital y pertinente en el espacio de la cultura contemporánea.

El concepto de posmodernidad presenta un amplio horizonte incluso desde el cuestionamiento mismo del término, con voces a favor y en contra de la viabilidad de este concepto y de las implicaciones de asumir la creencia en la superación de la Modernidad. Como no es el centro de nuestro trabajo, retomamos el concepto de posmodernidad como indicador de un acontecer preciso al cual se puede acceder desde dos metáforas: una metáfora óptica -la de Saramago- y una metáfora física -la de Bauman-.

En esta perspectiva, no desconocemos el contexto de la discusión sobre la posmodernidad, el amplio horizonte que abre el cuestionamiento mismo del término -con voces a favor y en contra de la viabilidad de este concepto-, y el gran número de destacados teóricos que han dedicado gran parte de su obra a proponer una dilucidación de los hechos que se pretenden abarcar bajo dicho concepto; entre ellos se encuentran Gianni Vattimo, Jean-François Lyotard, Gilles Lipovetsky, Jean Baudrillard, Vicente Verdú, entre otros. Para Vattimo:

    Llegamos así a una última conclusión general: la posmodernidad, entre muchas otras cosas, sigue siendo testigo de la crisis de los valores y actitudes religiosos. Y ello se comprende si entendemos por posmodernidad el resultado actual que ha alumbrado, por reacción, el proyecto de la modernidad, caracterizado por la fe en las potencialidades liberadoras de la técnica y de la democracia representativa. En términos generales, la posmodernidad se ha ido configurando en nuestro discurso por los siguientes rasgos: mentalidad pragmático-operacional, visión fragmentada de la realidad, antropocentrismo relativizador, atomismo social, hedonismo, renuncia al compromiso y desenganche institucional a todos los niveles: político, ideológico, religioso, familiar, etc. (…) Crisis, pues, de las concepciones omniabarcantes y totalizadoras. Frente a ello, pluralismo, eclecticismo, relativismo, equivalencias e intercambiabilidad (Vattimo 1991).

Se pueden vislumbrar antecedentes de esta inquietud en Friedrich Nietzsche, Martin Heidegger o Max weber, quienes en sus obras muestran una intuición de ciertos giros históricos que se estaban dando como la puesta en duda de las promesas del proyecto moderno por las problemáticas asociadas a las nuevas formas de producción industrial, el avance de la tecnología y su uso en contiendas bélicas de alcances mundiales, la masificación vía la publicidad, etc.

Nietzsche, por ejemplo, declaró la "muerte de Dios" como la disolución de toda la metafísica de Occidente, no como un triunfo en el sentido de su búsqueda de la "transvaloración de todos los valores" sino como la pérdida de centro que antes se tuvo en conceptos como Dios, Ente, Ser o Espíritu Absoluto. Así pues, la crisis de la metafísica fue intuida y declarada por Nietzsche y es esa pérdida o "borrado" del horizonte lo que se experimenta en los más variados campos de la cotidianidad y que, por tanto, ha sido y sigue siendo interpelada y analizada por variados autores, entre ellos Zygmunt Bauman.

De otro lado, la expresión "desencantamiento del mundo" (Max weber) connota de manera muy precisa sucesos, posturas, convicciones y acciones que produjeron un giro significativo en la historia de Occidente: la pretensión moderna de sustituir el discurso y la explicación "mítica", mágica o religiosa por el discurso tecnocientífico dominado por la racionalidad instrumental y caracterizado por una excesiva complacencia en sus logros; este desplazamiento y negación de otras racionalidades ha traído consigo consecuencias admirables y sorprendentes (ampliación de la expectativa de vida, prevención de enfermedades, desarrollo del transporte y la comunicación, etc.), así como también un alto y progresivo grado de malestar que ha develado la otra cara de ese "desmantelamiento".

En su momento, Martin Heidegger prestó atención a la incidencia de la propaganda y la publicidad en la estructuración de la opinión y, por tanto, su capacidad de aminorar los actos de pensamiento y crítica frente a discursos como el del mercado y la moda, a partir de lo cual habló del fenómeno de la "habladuría" y de la incapacidad de establecer y defender una postura cuando no se sale del garante "se dice", el cual despoja al individuo de cualquier responsabilidad por sus propias palabras y acciones, fenómeno este que vemos de manera permanente en muchos de los espacios de la cotidianidad y que vuelve a poner sobre la mesa el asunto del artificio y la tendencia de éste a fungir como equivalente de la realidad.

Este trabajo reconoce la complejidad de sentar posición sobre el presente del cual se hace parte, pero, al mismo tiempo, se apoya en la convicción de que existe una potencia interpretativa en el hecho de ser testigo de un tiempo preciso.

La necesidad de volver la mirada sobre nuestro tiempo, rebasa con mucho el interés descripcionista; lo que este trabajo busca llevar a cabo es motivado por un interés analítico, comprensivo y propositivo. Comprender es el paso indeclinable para lograr proponer opciones y buscar alternativas que tal parecieran del tipo de "mensajes en la botella" para un posible hallazgo por parte de un lector, un posible interés de ese lector en leer el mensaje, una posible comprensión y aceptación del mensaje y, por último, una posible puesta en práctica de la manera pretendida originalmente por el autor del mensaje.


Pie de página

1 Por un lado, con Saramago y su obra Las intermitencias de la muerte en la que el escritor explora las posibles consecuencias de un cese de la muerte, pero no de la decadencia producida por el paso de los años; de otro lado, Zygmunt Bauman piensa los modos de expresión del anhelo de inmortalidad en la vida contemporánea (vida en un eterno presente, acreditación de las promesas de juventud de la cirugía estética, por mencionar algunos ejemplos).


Referencias

Baudrillard, Jean. La sociedad de consumo. Barcelona: Plaza & Janés, 1974.         [ Links ]

Bauman, Zygmunt. Tiempos líquidos: vivir en una época de incertidumbre. Barcelona: Tusquets, 2007.         [ Links ]

Heidegger. Qué significa pensar. Madrid: Trotta, 2005.         [ Links ]

Lipovetsky, Gilles. Los tiempos hipermodernos. Barcelona: Anagrama, 2006.         [ Links ]

____. La sociedad de la decepción. Barcelona: Anagrama, 2008.         [ Links ]

Nietzsche, Friedrich. Gaya ciencia. Medellín: Bedout, 1974.         [ Links ]

Ramírez Ribes, María. "Entrevista a José Saramago". Analítica.com. 12 de dic 2000. 15 de feb 2012. <http://www.analitica.com/va/arte/oya/9778141.asp>         [ Links ].

Saramago, José. La caverna. Bogotá: Alfaguara, 2001.         [ Links ]

Vattimo, Gianni (Comp). En torno a la posmodernidad. Barcelona: Anthropos, 1991.         [ Links ]