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Escritos

versión impresa ISSN 0120-1263

Escritos - Fac. Filos. Let. Univ. Pontif. Bolivar. vol.27 no.58 Bogotá ene./jun. 2019  Epub 13-Sep-2019

https://doi.org/10.18566/escr.v27n58.a07 

Reseña

Rodríguez, Angélica. Naturaleza biopragmática de la moral. Lenguaje y mente, condiciones necesarias de la institución moral. Medellín: Editorial Universidad Pontificia Bolivariana y Editorial Universidad Autónoma de Manizales, 2018. 415 pp.

Mario García Berger1 

1 Doctor en Filosofía por la Universidad Nacional Autónoma de México. Profesor investigador en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México. Correo electrónico: mariogarciaberger@gmail.com


Estoy seguro que la comunidad filosófica de habla española celebrará la publicación de este libro de la Dra. Angélica Rodríguez Ortiz, pues se trata de una argumentación muy bien hilvanada a favor de la idea de que la moral tiene una naturaleza biopragmática. El texto es el resultado de su tesis doctoral, en cuya defensa oral estuve presente como sinodal externo.

La principal tesis que la autora defiende, decíamos, es que la moralidad es posible gracias a la naturaleza de nuestra mente (sobre todo al hecho de que somos seres conscientes e intencionales), y a que poseemos un lenguaje. En palabras de Wittgenstein, diríamos que el juego del lenguaje moral tiene una base biológica, ya que compartimos una historia natural y un fundamento social, en tanto que la competencia lingüística supone la existencia de una comunidad de hablantes. Dicho de otra manera, nuestra constitución neurofisiológica es uno de los pilares sobre los que descansa la moralidad; el otro es el lenguaje, el cual fija los significados de nuestras palabras, es decir, su uso correcto e incorrecto.

En concordancia con esta visión, en el libro se rechazan las visiones dicotómicas que ven en la moral, bien un hecho natural o uno de tipo social. Un resultado de la concepción biopragmática de la moral, nos dice la autora, es la crítica al relativismo moral, doctrina que tiene su origen en una comprensión deficiente de lo que son los términos morales, dado que el juego del lenguaje normativo o prescriptivo presupone que existen criterios objetivos (comunitarios) para evaluar las acciones humanas. Es importante subrayar que la propuesta biopragmática de la moral que se presenta en el libro tiene sus antecedentes más relevantes en los trabajos de John Searle sobre el lenguaje ordinario, los estados mentales y las instituciones sociales.

El texto de la Dra. Angélica Rodríguez está conformado por cuatro capítulos. En el primero se aborda el problema de la mente y de la acción, donde se analiza el papel de la conciencia y de la intencionalidad en la acción humana. En este punto la autora se enfrenta críticamente al dualismo cartesiano en torno al problema de la conciencia, y defiende la idea de que la mente humana tiene un lado biológico y otro lingüístico. En el segundo apartado se argumenta a favor, de nuevo con una inspiración claramente wittgensteiniana, de que "no existe pensamiento sin lenguaje ni lenguaje sin pensamiento".

En este contexto también se estudia el papel que desempeña el lenguaje en la racionalidad humana. El tercer capítulo se concentra en la discusión sobre problema de la institucionalización social, a través de la contraposición entre el estructuralismo y la teoría biológica emergentista, a fin de sustentar una concepción biopragmática de los fenómenos sociales, lo que equivale a decir que somos seres sociales porque poseemos conciencia y lenguaje. Por último, en el cuarto apartado se desarrolla la tesis central en torno al carácter biopragmático de la moral, con lo cual, se plantea, es posible superar la oposición entre objetivismo y relativismo, tanto a nivel ontológico como epistemológico.

Solo me resta invitar al lector a incursionar en este texto con una actitud minuciosa, pues las distintas tesis que en él se plantean nos requieren un constante esfuerzo de análisis, sea para adoptarlas o refutarlas. Por último, debo decir que es sumamente gratificante presentar un libro que es un excelente ejemplo de rigor metodológico y de la buena filosofía analítica que se hace en nuestro continente, en especial de la que proviene de nuestros jóvenes investigadores.

Reconocimiento - No Comercial

Recibido: 23 de Marzo de 2019; Aprobado: 10 de Mayo de 2019

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