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Cuestiones Teológicas

Print version ISSN 0120-131X

Cuest. teol. vol.42 no.98 Bogotá July/Dec. 2015

 

La categoría teológica Signos de los Tiempos: desde el Concilio Vaticano II al Pentecostés de Aparecida y Francisco

Patricio Merino Beas, Ph.D.

Ediciones Usta - Universidad Santo Tomás
190 páginas
Bogotá
ISBN: 958631846-4

Luis Vicente Sepúlveda Romero*

* Licenciado en ciencias religiosas, Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá, Colombia. Profesional en ciencias bíblicas, Universidad Minuto de Dios, Bogotá, Colombia. Magister en desarrollo educativo y social, Universidad Pedagógica Nacional - Centro Internacional de Desarrollo Humano CINDE. Docente - investigador Universidad Santo Tomás, seccional Tunja - Colombia. E-mail: vicente.sepulveda@gmail.com.


Uno de los principales acontecimientos eclesiales del siglo XX fue sin duda el Concilio Vaticano II, celebrado en Roma entre los años 1962 y 1965. Este Concilio, convocado por el Papa Juan XXIII y clausurado por el ahora Beato Papa Paulo VI, definió las principales rutas programáticas de la acción evangelizadora de la Iglesia durante los siguientes años. En esta reflexión, el Concilio planteó revisar dos elementos fundamentales: la relación Iglesia -Mundo y la reflexión eclesiológica en el mundo actual.

En la relación Iglesia - Mundo, el Concilio planteó un diálogo mucho más abierto, en un intento por entender las culturas y al hombre de hoy.

En este contexto, el Concilio propuso como elemento hermenêutico de la realidad la interpretación de la expresión los "Signos de los Tiempos". Pero, ¿cuáles son los orígenes de esta expresión?, ¿cómo la ha usado la teología católica y especialmente en América Latina?, ¿cuáles son los criterios que permiten su discernimiento?, ¿qué valoración teológica podemos hacer de ella?

Estas son las preguntas a las que responde el Doctor Patricio Merino Beas en su libro: La categoría teológica Signos de los Tiempos: desde el Concilio Vaticano II al Pentecostés de Aparecida y Francisco, editado por ediciones Usta, de la Universidad Santo Tomás (Bogotá, Colombia). Un interesante escrito con profundidad y rigurosidad que problematiza esta categoría clave para comprender la relación entre la Iglesia y el mundo, especialmente en un horizonte de renovación postconciliar.

En el primer capítulo realiza una aproximación al origen de la categoría Signos de los Tiempos. Aunque su origen es bíblico, su desarrollo aparecerá posteriormente en el magisterio del Papa Juan XXIII y el Beato Paulo VI. La adopción oficial de la categoría aparece en la constitución pastoral Gaudium et Spes, planteando de esta manera los ejes Iglesia y mundo en diálogo, antropológico - cristológico y finalmente el eje histórico - escatológico. Sin embargo, no fue una categoría de fácil adopción por el Concilio, debido al enfoque de su uso. Hubo quienes entendieron la categoría desde un horizonte bíblico y escatológico, mientras que otros le dieron un uso más pastoral y sociológico. En este sentido, el autor muestra las tensiones entre las dos posiciones. En este capítulo se encuentra un balance general muy interesante de la categoría Signos de los Tiempos en los documentos conciliares, donde se analiza el uso explícito e implícito que se le dio.

En el segundo capítulo realiza un seguimiento de cómo la categoría fue utilizada en los tiempos del postconcilio, donde es fácilmente identificable los distintos caminos que recorrió la categoría. Pasando por la interpretación de quienes pretendieron aplicar el discernimiento espiritual al análisis y reflexión de los acontecimientos sociales, hasta los que constataron el cambio de los signos de los tiempos en la época del concilio en comparación con los signos que aparecieron en la finalización del segundo milenio. La primera (los signos de los tiempos en la época del Concilio) estuvo impregnada por un excesivo positivismo, contrastado entonces con la rapidez y vertiginosidad de los cambios sociales. Esto implicaba entonces mucha más atención e interpretación más allá de los acontecimientos del mundo en sí mismos. Aparece aquí la manera como entendieron la categoría los manuales de teología y el magisterio pontificio de Juan Pablo II. Luego de este apartado, comienza a cobrar importancia la dimensión pneumatológica, ecuménica y pastoral de los Signos de los Tiempos.

En el siguiente capítulo se analiza el uso de la categoría en el magisterio episcopal latinoamericano postconciliar, ya que Medellín, Puebla, Santo Domingo y Aparecida fueron los encargados de hacer la recepción del Vaticano II en América Latina. Algo interesante de las cuatro conferencias es el enfoque sociocultural que tuvieron (quizá unas más que otras). Aquí jugó un papel importante la metodología que adoptó el episcopado latinoamericano (véase "Juzgar y actuar"). Esto coincide con la intuición del Concilio de orientar la misión de la Iglesia a partir de escrutar los Signos de los Tiempos. El contar con una metodología clara, iluminó el proceso de la configuración de la Nueva Evangelización como la comprensión del discipulado y la misión de la Iglesia en el Continente. Se finaliza este apartado con un interesante análisis sobre el lugar de la categoría Signos de los Tiempos en la Teología de la Liberación.

En el capítulo cuarto el autor conceptualiza la categoría en términos teológicos. Para esto, realiza tres acercamientos: uno fenomenológico, otro sociológico y finalmente el teológico. En este sentido, la clave hermenéutica para comprender no sólo la categoría, sino la revelación en sí misma, es la persona de Jesucristo como signo de los tiempos. La historia de la Iglesia y de la humanidad se lee a partir de la experiencia de la encarnación y la experiencia pascual. Es desde esta clave de comprensión que se entiende todo el proyecto de Reino de Dios y el proyecto salvador del Padre. Aquí vuelve a tener protagonismo la dimensión pneumatológica, como dinamizadora de todo este proyecto amoroso del Padre.

En el capítulo V se aborda el tema de los Signos de los Tiempos, no solo con la misión de la Iglesia, sino con su identidad, ya que la Iglesia se comprende como misterium et sacramentum al servicio del proyecto del Reino. En este sentido, aparece aquí como elemento clave comprender la misión no solo institucional, sino la de cada cristiano: escrutar los Signos de los Tiempos en las condiciones comunes y ordinarias de la vida humana para poder vivir fielmente a su vocación. En este sentido, se pueden identificar dos elementos o momentos respecto a los Signos de los Tiempos: el primero, se refiere a la identificación, ya que éstos siempre se refieren a los acontecimientos o hechos de la dimensión social. En un segundo momento, se encuentra la interpretación, para lo que es importante siempre la referencia bíblica y magisterial. Es aquí donde se encuentra la principal dificultad, ya que el desarrollo de la categoría ha tenido una interpretación y uso predominantemente sociológico y pastoral.

En el último capítulo hace un análisis de la categoría en relación con la teología de la historia, ya que la categoría ayuda a comprender la dimensión histórico - salvífica del proyecto del Reino. Esto remite sin duda a la reflexión bíblica sobre la historia. ¿Las concepciones bíblicas del tiempo contribuyen a una comprensión de la historia?, ¿se trata de un tiempo lineal, ascendente? Son algunos de los debates interesantes que se presentan en el capítulo. Se abordan las corrientes preconciliares "encarnacionista" y "escatologísta" para comprender la relación entre progreso humano y Reino de Dios. Aquí aparece la acción humana y especialmente la acción de la Iglesia como colaboradora para la concreción del proyecto del Reino. En este sentido, es el Espíritu Santo el que dinamiza y actualiza la experiencia salvífica de Dios en el mundo. Esto significa que la historia de salvación acontece en la historia del mundo. Aquí aparece una revaloración de la experiencia humana como cotidianidad donde se experimenta el actuar de Dios.

Un interesante escrito que permite al lector a acercarse de una manera rigurosa y clara a la categoría Signos de los Tiempos, de suma importancia para el debate teológico contemporáneo.

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