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Cuestiones Teológicas

Print version ISSN 0120-131X

Cuest. teol. vol.43 no.99 Bogotá Jan. 2016

https://doi.org/10.18566/cueteo.v43n99.a03 

http://dx.doi.org/10.18566/cueteo.v43n99.a03

IDENTIDAD DE MAESTRO Y DISCÍPULO: LECTURA NARRATIVA DE MARCOS 14, 54.66-721

The Identity of Master and Disciple: Narrative Reading of Mark 14, 54.66-72

Identidade De Mestre E Discípulo: Leitura Narrativa De Marcos 14, 54.66-72

Hernando Barrios Tao*
Fray Ronal Antíyar Müriel, O.S.A**

1 El artículo se asocia con el Proyecto de Investigación (1-TEO-001) "Metodología patrística e interpretación bíblica hoy", financiado por la Fundación Universitaria Cervantina San Agustín, Bogotá (Colombia).
* Doctor (2005) en Teología por la Pontificia Universidad Javeriana (Bogotá, Colombia) y Magíster (1998) en Teología por la Pontificia Universidad Gregoriana (Roma, Italia). Docente Investigador en la Fundación Universitaria Cervantina San Agustín (Bogotá, Colombia). Docente Investigador en la Facultad de Educación y Humanidades de la Universidad Militar Nueva Granada (Bogotá, Colombia). ORCID: 0000-0002-89990586 Correo electrónico: hernando.barrios@unimilitar.edu.co. hernando.barrios@unicervantina.edu.co.
** Licenza (2015) en Ciencias Bíblicas por el Pontificio Instituto Bíblico (Roma, Italia). Decano de la Facultad de Teología en la Fundación Universitaria Cervantina San Agustín (Bogotá, Colombia). ORCID: 0000-0002-6814-2924 Correo electrónico: teologia@unicervantina.edu.co.

Artículo recibido el 23 octubre de 2015 y aprobado para su publicación el 1 marzo de 2016.


Resumen

La exégesis narrativa induce el diálogo texto-lector, lo que permite pasar de la comprensión a la explicación del texto bíblico. El artículo propone el diálogo texto-lector mediante el análisis narrativo de Mc. 14, 54.66-72, con énfasis en el tejido narrativo, la trama y los personajes, en búsqueda de una tipología coherente con la cristología del relato marcano. La experiencia del discipulado, tanto para los lectores implícitos como para los lectores reales, fue y será una vivencia relacionada con la praxis del Maestro.

Palabras Clave: Narrativa bíblica, Evangelio de Marcos, Texto-lector, Discipulado.


Abstract

The narrative exegesis leads to the dialogue between text and reader, which makes possible to move from understanding the Bible to explaining it. The article suggests the dialogue between text and reader through a narrative analysis of Mark 14, 54.66-72, focusing on the narrative networks, plot and characters; and aiming for a coherent typology according to the Christology of the Gospel of Mark. The experience of the discipleship for both the implied and actual readers was and will be an experience related to the praxis of the Master.

Keywords: Biblical Narrative, Gospel of Mark, Text-Reader, Discipleship.


Resumo

A exegese narrativa induz o diálogo texto-leitor, o que permite passar da compreensão à explicação do texto bíblico. O artigo propõe o diálogo texto-leitor mediante a análise narrativa de Mc 14, 54.66-72, com ênfase no tecido narrativo, a trama e os personagens, na busca de uma tipologia coerente com a cristologia do relato marcano. A experiência do discipulado, tanto para os leitores implícitos como para os leitores reais, foi e será uma vivência relacionada com a praxis do Mestre.

Palavras-chave: Narrativa bíblica, Evangelho de Marcos, Texto-leitor, Discipulado.


INTRODUCCIÓN

La exégesis en la hora del lector (Marguerat, 2003; Eco, 1979) señala una ruta sugerente para la interpretación bíblica en la prospectiva del diálogo con el texto, así como en la configuración de una hermenéutica orientada a reconstruir la dinámica interna del texto, articular comprensión y explicación, y a entrar en el plano del "sentido" de la obra (Ricoeur, 2000). El análisis narrativo permite trasegar por la riqueza que ofrece la "inteligencia" del texto y como método exegético ofrece herramientas para considerar detalles, sorpresas, diálogos, acciones, personajes, que en otro tipo de lectura pasarían desapercibidas, en detrimento de la oportunidad de la lectura de una Palabra viva que performa la vida del atento lector.

El llamado permanente, tanto en ámbitos académicos como en escenarios eclesiales, por la articulación entre exégesis y hermenéutica, por la actualización del texto que supere las operaciones tanto de los métodos diacrónicos como de aquellos sincrónicos es una voz para que el mensaje resuene en los escenarios de los nuevos lectores que se acercan al texto.

El análisis narrativo permite que el texto como sujeto continúe en diálogo con el lector real que se acerca a leerlo en contextos nuevos y establece un nuevo pacto de lectura: "Los relatos duermen hasta cuando el lector no viene a despertarlos de su sueño" (Ska, 1997, p. 139). El trabajo de la exégesis no sólo es la comprensión del texto sino también su explicación para poder completar la intención del autor que escribió pensando en un lector determinado, cuyo referente será siempre un punto básico para el lector real: "En la medida en que debe ser actualizado, un texto está incompleto" (Eco, 1979, p.73).

El artículo se propone realizar un diálogo lector-texto mediante los instrumentos propios del análisis narrativo, aplicados a una unidad narrativa con énfasis en el tejido narrativo, la trama y los personajes, en la búsqueda de un modelo tipológico articulado con la revelación de Jesús en el relato de Marcos. Con este objetivo el texto se estructura en tres momentos del análisis narrativo. El primero asegura el texto, delimita y justifica su composición mediante las escenas que lo estructuran y a través de las técnicas propias de la narrativa. El tejido narrativo, tramas y personajes, determinan el análisis en un segundo momento. Trama de situación se articula con la denominada negación de Pedro y trama de revelación se configura a través de la identidad de los personajes. La base de la cristología del episodio, sustento de la tipología, se analiza a través de la relación de los personajes con Jesús, mediante las técnicas de la caracterización y construcción de los personajes. La tipología del episodio se analiza mediante las preguntas acerca de la persona de Jesús en el nivel intradiegético, por parte de los personajes, y a nivel extradiegético, por parte del narrador.

I. TEXTO Y COMPOSICIÓN DEL EPISODIO (MC 14,54.66-72)

Mc 14,66-72 presenta una variante que genera interrogantes para elegir la lección más cercana al texto original (Metzger, 1994, p. 97). La variante se ubica en el v. 68 y se trata de la omisión en algunos manuscritos de la frase: [καί ἀλ∈κτωρ ἐφωνησ∈ν].2 Los testimonios más destacados que conservan la frase son: A X ΘΨ, mientras que los más importantes que la omiten son: a B Λ Ω Ψ*.

El comité editorial determinó la calificación {C} para esta variante, la cual indica que el comité no tuvo acuerdo en la decisión. La variante se relaciona con la lectura del v. 72: ὲκ δ∈υτέρου, la cual no se omite en los manuscritos Alejandrino y Vaticano, dupla que determina un cierto grado de certeza. La dificultad radica en saber si la frase v. 68, "y un gallo cantó", sería una adición que copistas colocaron para armonizar y conectar con el v. 72 cuando Pedro por "segunda vez" niega el Señor. En este sentido se evidenciaría que las palabras de Jesús se cumplen tal y como él lo ha predicho (14,30). Los testimonios que omitieron la variante se trataría de copistas que quisieron armonizar el texto con Mateo y Lucas en los que se encuentra una sola vez el canto del gallo. Sin embargo, la dificultad no termina por la teoría de que añadir es siempre más fácil y lógico que omitir. La lectio brevior es muchas veces la lectura más cercana al original. En cualquiera de los casos, omisión o adición, no son fundamentales para la hermenéutica del texto.

a. Delimitación y estructura

La unidad literaria Mc 14,66-72 señala un episodio introducido por el v. 54 cuyos límites se justifican a través de conexiones semánticas, el nombre de Pedro y sus acciones (calentarse) y motivos espaciales, el patio:

Aunque se presenta una estrecha relación entre el episodio del juicio nocturno contra Jesús (14,55-65) y las negaciones de Pedro (14,66-72) es necesario diferenciarlos para entender su dinámica interna y función. El episodio de las negaciones inicia en el v.66 con el genitivo absoluto en el que Pedro funge como sujeto y mediante el cual se introduce como personaje del relato. La unidad presenta un cambio de espacio respecto del episodio anterior: "delante del sumo sacerdote" (πρὸς τὸν ἀρξιερέα) (v. 53), "abajo en el patio" (κάτω ἐν τῄ αὐλᾓ) (v. 66), igualmente, aparecen nuevos personajes, sirvientes del sumo sacerdote, criada y grupo de los "que estaban allí presentes", algunos relacionados con los sirvientes mencionados en el v. 54. El episodio denota una transición respecto del anterior, se mantiene la conexión y a la vez se desconecta mediante un nuevo espacio temporal y con nuevos personajes.

El esquema de composición del episodio no lo desconoce el lector. Este esquema "ternario" se encuentra en Marcos en el relato de Getsemaní (14,32-42) y en el relato del diálogo de Pilato con la multitud cuando quiere liberar a un prisionero por la fiesta de Pascua (15,6-15) (Borell, 1998, p. 59). Estos dos episodios se encuentran antes y después de las negaciones de Pedro. En Getsemaní tres veces se aleja para orar: proelqw.n (vv. 35.39) y en tres ocasiones regresa: "y vino la tercera vez" (kai. e;rcetai to. tri,ton) (v.41). Asimismo, Mc 14,66-72 se estructura a partir de las tres veces que el apóstol niega conocer a Jesús (vv. 68.70.71):

  • Primera escena (vv. 66-68): ὁ δἐ ὴρνήσατο λέγων (v. 68). El personaje nominado, Pedro (v. 66), se introduce e interactúa con "una de las criadas del sumo sacerdote". Esta escena termina con un cambio espacial: ἐξἣλθεν ἔξω εἰς τὸ προαύλιον (v. 68a).
  • Segunda escena (vv. 69-70a): ὁ δὲ πάλιν ἠρνεἳτο (v. 70). La acción se desenvuelve en un escenario distinto, "el pórtico", de nuevo aparece el personaje que interactúa con Pedro en la primera escena pero esta vez de forma determinada: ή παιδίσκη (v. 69). La escena termina con la mención de la segunda negación (v. 70a).
  • Tercera escena (vv. 70b-72): ὁ δὲ ἤρξατο ἀναθεματίζειν (v.71). La escena final inicia con un intervalo temporal con relación a la escena anterior: καἰ μετὰ μικρὸν πάλιν (v. 70b) y continúa con la presentación de nuevos personajes: οἱ παρεστὣτες El narrador concluye mediante un resumen descriptivo del estado anímico de Pedro que refiere las palabras anunciadas por Jesús (14,30). El nombre de Pedro forma una inclusión en el episodio: Καὶ ὄντος τοὓ Πέτρου (v.66) y καὶ ἀνεμνήσθη ὁ Πέτρος (v. 72).

A partir de la dinámica manifiesta en las respuestas de Pedro se nota un movimiento in crescendo que escalona la intensidad de la negación. El esquema ternario del episodio tendría como función mostrar dicha intensidad de las negaciones. Borell (1998, p. 63) presenta un diagrama que ayuda a visualizar la función del episodio a través de las escenas, la interacción de los personajes y la intensidad de las negaciones:

b. Una técnica convencional: Synkrisis

La synkrisis es una técnica de la retórica grecorromana que pone en paralelo las acciones de personas con el fin de compararlos o de señalar la continuidad entre uno y otro (Aletti et al., 2007; Marguerat y Bourquin, 2000; Aletti, 2009). En este caso el paralelismo se presenta entre personajes y mediante acciones: identidad de Jesús en el juicio delante del sanedrín e identidad de Pedro delante de una sierva y grupo de "sirvientes". Los dos episodios se unen mediante dos versos introductorios (14,53-54) lo cual induce una lectura simultánea (Best, 1989, p. 52), indicada por la técnica utilizada por Marcos y reconocida como sándwich (Edwards, 1989):3

A Introducción de Jesús en la escena (14,53)
B introducción de Pedro en la escena (14,54)
A' Jesús viene interrogado por su identidad (14,55-65)
B' Pedro cuestionado por su identidad (negaciones) (14,66-72).

En los dos versos introductorios se establece la conexión y paralelismo mediante algunos motivos literarios. El sumo sacerdote y el seguimiento de Pedro son motivos que muestran la relación entre ambos eventos. El nombre tanto de Jesús como de Pedro en los dos versos introductorios es clave para determinar el protagonismo de los personajes (vv. 55-65. 6672). El paralelismo se logra mediante la mención de otros personajes: en el episodio del juicio a Jesús, sumos sacerdotes, ancianos y escribas, mientras que en la negación de Pedro se mencionan "los criados", se entiende del sumo sacerdote ya que los espacios, πρὸς τὸν ἀρχιερέα (v. 53) y ἔσω εἰς τὴν αὐλὴν τοὓ ἀρχιερέως (v. 54), se ligan el uno con el otro. Otro elemento para sustentar el paralelismo es la indagación en busca de la identidad de los personajes principales (Jesús- Pedro) por parte de los demás personajes: sumo sacerdote y testigos falsos; sierva del sumo sacerdote y los demás sirvientes.

La estructura de la unidad evidencia un quiasmo que permite identificar las relaciones internas de los episodios a través de los personajes quienes tienen como función develar la identidad del personaje principal: personales (sumo sacerdote y criada del sumo sacerdote); colectivos (testigos falsos y presentes, criados del sumo sacerdote). Los dos episodios se estructuran mediante la dinámica acusación-interrogación directa y la dialéctica uno-dos y dos-uno. Sumo sacerdote y sierva insisten dos veces en la pregunta fundamental por la identidad de Jesús y Pedro respectivamente, mientras que testigos falsos y presentes interrogan una sola vez:

Sumo Sacerdote y criada denotan una ironía en su rol de cuestionar la identidad de ambos personajes. Mientras que el Sumo Sacerdote está investido de toda autoridad, la criada carece de cualquier atribución de acuerdo con su rol social. La máxima autoridad religiosa interroga a Jesús, mientras que la interrogación y confrontación a Pedro procede de la criada del sumo sacerdote, mujer y sirviente, quien no tendría poder de acusación y de testimonio creíble en contra de su aparente denuncia.

II. TEJIDO NARRATIVO: TRAMAS Y PERSONAJES

a. Trama de situación y negación

Cualidad específica de una narración es la trama como elemento dinámico y de secuencia (Vironda, 2003, p. 14). Este elemento permite adentrarse en detalles y relaciones entre las tres escenas del microrrelato que conforman la "intriga episódica" en la que cada episodio forma una unidad independiente (Aletti et al., p. 86). En la trama de revelación y/o resolución los eventos son inseparables de los personajes y su composición básica es: inicio, complicación o nudo, clímax y desenlace.

En la primera escena, vv. 66-68, la narración inicia con la presentación de dos personajes: Pedro y la criada del sumo sacerdote (v. 66). A Pedro se le presenta con relación al espacio: patio. Una ubicación vinculada con la introducción del episodio (v. 54), en la cual el personaje sigue a Jesús "hasta dentro" (ἕως ἔσω εἰς τὴν αὐλὴν) Aquí se encuentra "abajo" del mismo lugar: κάτω ἐν τᾓ αὐλᾓ. En la segunda parte del v. 66, el narrador presenta el siguiente personaje con un movimiento mediante el indicativo del verbo ἔρχομαι El inicio de las acciones conduce al lector a plantearse interrogantes: ¿qué sucederá?, ¿por qué razón se acerca la sierva a Pedro?

En el verso 67, el relato se dinamiza, la criada es sujeto de dos participios: ἰδοὓσα῝ ἐμβλέψασα y un indicativo: λέγει. El primer participio del verbo ὁράω inicia el suspenso de la trama de situación y su sentido es la percepción de algo o alguien, o centrar la atención en un objeto. El segundo participio continúa la acción relacionada con la visión: fijó su mirada en él. El narrador acrecienta la tensión dramática y genera en el lector nuevos interrogantes: ¿cuál es el motivo para que la criada fije su mirada en Pedro?, ¿qué sucederá a partir de esta profunda acción? La tensión dramática cambia de nivel con el siguiente verbo, del ver y fijar la atención se pasa al decir: ¿qué dirá, por qué el interés de la sierva hacia Pedro?

En este momento del relato el narrador fija una segunda etapa, la trama del relato introduce al lector en el nudo. El inicio de la complicación corresponde todavía con la primera escena (vv. 67-68) y se determina con una enfática afirmación de la criada: καὶ σὺ μετὰ τοὓ Ναζαρηνοὓ ἦσθα (v. 67b). En este punto, trama de situación y trama de revelación comienzan a entretejerse y las preguntas del lector aumentan: ¿qué sucede después?, ¿qué responderá Pedro a la afirmación?, ¿responderá con la verdad, no contestará nada o negará tal afirmación?

La última etapa de esta primera escena finaliza con una negación. Pedro niega el contenido de las palabras de la criada. A la afirmación-cuestionamiento, Pedro responde también de manera enfática: οὔτε οἶδα οᾔτε ἐπίσταμαι σὺ τί λέγεις (v. 68a). En este punto, la trama de resolución pareciera llegar a una situación final: con la negación Pedro parece resolver el problema. El final se confirmaría con el alejamiento de la escena del personaje confrontado: καὶ ἐξἣλθεν ἔξω εἰς τὸ προαύλιον (v. 68b).

Cambio de lugar, eivj to. proau,lion, primera negación y primer canto del gallo cierran la primera escena y enmarcan el inicio de la segunda (vv. 69-70a). Pedro que seguía a Jesús de lejos (v. 54), luego ubicado abajo en el patio (v. 66), ahora se sitúa afuera: ἐξἣλθεν ἔξω. En cuanto más se aleja del sitio donde se encuentra Jesús, su situación se vuelve más incontrolable. La narración que pareciera haberse detenido, toma un nuevo giro, en la evolución de la trama el lector se plantea nuevas preguntas: ¿escapó Pedro del peligro que representa aquella mujer?, ¿encuentra Pedro en el pórtico mayor seguridad? La situación esperada es distinta, la criada continúa a fijarse en Pedro: ἰδοὓσα αὐτὸν (v. 69). La construcción ἤρξατο + πάλιν intensifica el nudo hasta convertirlo en un drama interminable. Afuera en el pórtico Pedro busca escapar, sin embargo la criada insiste, pero ya no se dirige a Pedro sino a los presentes: τοἳς παρεστὣσιν (v. 69), con las mismas palabras: οὗτος ἐξ αὐτὣν ἐστιν. De la misma manera que la criada insiste, Pedro también reitera su negación y ahora niega su identidad mediante un imperfecto: ὁ δὲ πάλιν ἠρνεἳτο (v. 70a). Pedro es cuestionado ahora delante de un grupo, lo cual complica más su situación: ¿cuál será la suerte de Pedro que ahora reniega delante de un grupo más amplio de personas?, ¿será arrestado y ajusticiado?

En la tercera escena del episodio se ubica la última etapa de la trama de situación. La escena inicia con una transición temporal: "y poco después" (v. 70b). El adverbio πάλιν se utiliza para indicar la continuidad de la tensión narrativa. La insistencia ahora es por iniciativa del grupo de "presentes", personajes que aparecen al final de la escena anterior y continúan en el inicio de la nueva. La tensión se aproxima a su punto más alto, clímax, y son estos personajes quienes ahora cuestionan al apóstol: οἱ παρεστὣτες ἔλεγον τᾣ Πέτρῳ· ἀληθὣς ἐξ αὐτὣν εἶ, καὶ γὰρ Γαλιλαἳος εἶ (v. 70). Con el adverbio ἀληθὣς se enfatiza la afirmación que había expresado la sierva: "este es uno de ellos" (v. 69). La comprobación de la enfática afirmación se fundamenta en el acento galileo del personaje (Cf. Mt 26,73). La complicación del episodio llega ahora a su clímax y Pedro parece no tener escapatoria, el miedo lo habría dominado, está acorralado, confrontado y cuestionado por el grupo: ¿cuál será su suerte?

Con la revelación de su identidad, "uno de ellos", se ha llegado al punto más alto de la tensión dramática, lo cual se evidencia en la manera como Pedro retoma las negaciones: "pero él comenzó a maldecir y a jurar: no conozco a este hombre de quien habláis" (v. 72). El episodio concluye con las últimas palabras de Pedro y un comentario por parte del narrador: "inmediatamente por segunda vez un gallo cantó, Pedro se recordó la palabra que Jesús le dijo (...) y pensando en esto lloraba" (v. 72). La persecución culmina, los cuestionadores no aparecen más en el episodio, Pedro ya no huye como tampoco "sale" (Cf. Mt 26,75; Lc 22,62), sino que se "arroja" en sí mismo, ἐπιβάλλώ y llora. En este punto de la narración el problema se resuelve, termina la trama de situación con esta analepsis directa en el macrorrelato marcano (Cf. 14,30). En la dinámica de la trama de situación el componente dominante es el nudo que se desarrolla en cuatro momentos:

  • La criada del sumo sacerdote identifica a Pedro (v. 66b-68), el cual responde con la primera negación.
  • La criada insiste y pone en evidencia a Pedro delante de los presentes (vv. 69-70a). Pedro responde con una nueva negación.
  • Los presentes cuestionan la identidad de Pedro. Su respuesta se determina como el clímax del episodio: maldice y jura no conocer a Jesús (vv. 70b-71).
  • Conclusión: el gallo canta por segunda vez y Pedro recuerda la profecía del Señor y así se resuelve el drama.

b. Trama de revelación e identidad de los personajes

En el episodio de Mc 14,54.66-72 a la trama de situación se integra una trama de revelación vinculada con los personajes. El análisis de los personajes, su función y posición en el relato, permitirá visibilizar la trama de revelación como elemento central del episodio. Respecto de los personajes las preguntas del lector estructuran el análisis: ¿qué se revela de cada personaje?, ¿cuál es su función al interior de la trama?

En todo el episodio, Pedro es el único con nombre propio. De las diecinueve nominaciones de Pedro en Marcos, cinco corresponden a esta microunidad (vv. 54.66.67.70.72). Este elemento no sólo es significativo sino que se determina como una de las razones para identificarlo como el protagonista del episodio (Beck, 1993). El verso 54 introduce a Pedro en la escena y lo ubica en un espacio determinado respecto de la posición de Jesús: "Y pedro de lejos ἀπὸ μακρόθεν lo seguía". La posición de Pedro es el inicio del distanciamiento con su maestro en contraste con las palabras de Jesús para sus seguidores en el relato marcano: "si alguno quiere venir detrás de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame" (8,34).

En el análisis de la trama de situación se resaltó la dinámica de las acciones; ahora se describe la revelación progresiva del personaje. En este punto del episodio el narrador ubica con mayor precisión el personaje: "abajo en el patio" (v. 66). Pedro se calienta y con las palabras de la criada: "también tú estabas con Jesús el Nazareno", se inicia la revelación de la identidad del personaje. Las palabras de la criada concuerdan con el relato marcano en donde se narra la elección de los Doce, "para que estuvieran con él" ίνα ὦσιν μετ᾽ αὐτοὓ (3,14). La finalidad de la constitución de los Doce: "estar con él" (3,14), concuerda con la identidad de Pedro revelada: σὺ μετὰ τοὓ Ναζαρηνοὓ ἦσθα τοὓ ᾽Ιησοὓ (14,67). Pedro es uno de los constituidos para que estuvieran con él.

"Estar con Jesús" es la definición marcana óptima para el discípulo de Jesús (9,41), en contraste, el narrador había afirmado que todos le habían abandonado y huido (14,50). Esta identidad del apóstol la menciona una sierva del sumo sacerdote, ahora en forma de interrogación. La reacción de Pedro descrita por el narrador, además de contundente es redundante: "pero él negó diciendo: no sé ni entiendo tú qué cosa dices" (v. 68). France (2002, p. 620) considera esta respuesta como un pleonasmo, una especie de giro retórico para dar fuerza a la negación misma y enfatizar en el contenido de lo que Pedro dice ignorar, más que en dos cuestiones separadas: no sé, ni entiendo. Edwards (2002, p. 450) considera la posibilidad de comprender separadamente los dos verbos: οὔτε οἶδα οὔτε ἐπίσταμαι (v. 68). El primero denota un conocimiento teórico, el otro un conocimiento práctico (Horstmann, 1998, p. 480), lo que supondría una "negación plena" teórica y prácticamente hablando. En este punto de la narración la revelación del personaje se ha hecho mediante las palabras de la criada y la respuesta de Pedro que contrastan de manera sugerente:

  • ¿Qué se dice de Pedro?: "tú también estabas con Jesús el Nazareno" (v. 67). Pedro es un discípulo de Jesús (Cf. Mc 3,14; 9,41). ¿Quién revela esta identidad?: "una de las criadas del sumo sacerdote" (vv. 66-67).
  • ¿Qué dice Pedro de sí mismo?: οὔτε οἶδα οὔτε ἐπίσταμαι (v. 68). Niega saber y no entiende las palabras de la criada, es decir, la identidad del discípulo.

Personaje y lector se encuentran en el mismo nivel, de acuerdo con lo que el narrador relata acerca de las palabras de Pedro sobre sí mismo. Sin embargo, la intervención del narrador acerca del canto del gallo por primera vez (v. 68b), advierte al lector y pareciera no afectar al personaje.

El cambio de lugar, del patio al pórtico, traza el cambio de escena (v. 68b). El movimiento de Pedro es paralelo y proporcional con su negación: la distancia física se pone en analogía con la negación, la negación se desarrolla en proporción con la distancia de su Maestro. Esta segunda escena revela la intensidad y la progresión del drama: ἤρξατο πάλιν (v. 69). La pregunta fundamental continúa: ¿qué se revela de Pedro en esta escena? El motivo de la identidad del personaje es central en la trama de revelación: ¿quién es Pedro?: οὗτος ἐξ αἀτὣν ἐστιν (v. 69); ¿quién lo dice?: de nuevo la criada; ¿a quién lo dice?: a los presentes.

En escena aparece un personaje colectivo y a Pedro ya no se le relaciona con Jesús (v. 67), sino que ahora su identidad se vincula con un grupo. El verbo εἰμι, se utiliza para señalar a Pedro: "este uno de ellos es". A Pedro se le identifica con un colectivo y para el lector esta indicación es suficiente para relacionar el pronombre "ellos" con el grupo de "los Doce". Estar con Jesús y ser del grupo de los Doce denota la dinámica creciente de la revelación del personaje. En la escena, identidad-negación, adquieren una dimensión mayor, se transita de un ámbito personal a un escenario público: la criada ya no se dirige a Pedro sino al grupo de "presentes".

La última escena (vv. 70b-72) constituye el clímax del episodio y allí se ubica la respuesta a la pregunta fundamental de la trama de revelación: ¿qué se ha revelado de Pedro durante el episodio? El binomio identidad-negación alcanza el punto máximo de revelación. El narrador pone en diálogo el personaje colectivo (los presentes) con el personaje principal, mientras que la criada sale de la escena. Ahora es el personaje colectivo quien identifica al apóstol como lo hizo la sierva, pero esta vez se enfatiza mediante un adverbio y con el complemento acerca de su procedencia: ἀληθὣς ἐξ αὐτὣν εἶ (v. 70b).5 Este nuevo motivo liga aún más a Pedro con Jesús, "el Nazareno". En efecto, la caracterización de Jesús al inicio de Marcos se relaciona con su origen geográfico: "vino Jesús procedente de Nazaret de Galilea (ἀπὸ Ναζαρὲτ τἣς Γαλιλαίας) para ser bautizado por Juan en el Jordán"(Mc 1,9).

Identificado como Galileo, Pedro reniega en medio de juramentos y maldiciones: οὐκ οἶδα τὸν ἄνθρωπον τοὓτον ὂν λέγετε (v. 71). No niega su origen galileo sino que sus palabras se orientan a afirmar que no conoce a "este hombre", hasta el punto de no mencionar el nombre de su Maestro. Con la negación del "Nazareno", además de negar su procedencia, Pedro niega su identidad y su relación con Jesús, con todo el significado de la raíz verbal οἶδα:saber, entender, conocer (Horstmann, 1998, p. 480).

El desarrollo de la trama de revelación no finaliza con la última negación sino que al final el narrador refiere algunos aspectos de la interioridad del personaje. Hasta este punto el lector desconoce sentimientos, emociones o motivaciones de Pedro. El narrador termina la escena con la mención del canto del gallo por segunda ocasión (v. 72), lo cual genera en el personaje un recuerdo de las palabras de Jesús: τὸ ρ`ἣμα ὡς εἶπεν αὐτᾣ ὁ ᾽Ιησοὓς En el culmen de la negación, la memoria del personaje constata el cumplimiento de las palabras de su Maestro: en la mentira de Pedro se revela la verdad de Jesús. El narrador ha ubicado en paralelo los eventos del juicio nocturno de Jesús con la negación de Pedro y las palabras de uno y otro se dinamizan entre verdad y mentira: mientras Jesús revela la verdad a los que lo están acusando cuando responde al sumo sacerdote por su identidad, ἐγώ εἰμι (14,62), Pedro no cumple la palabra dada Jesús: "y si todos serán escandalizados, pero yo no" (ἀλλ᾽ οὐκ ἐγώ) (14,29), "no te negaré" (οὐ μή σε ἀπαρνήσομαι) (14,31).

El narrador cierra el episodio con la imagen del protagonista ya no en actitud de huida, ni de cambio de lugar geográfico,6 sino que la dirección del narrador omnisciente es hacia el interior del personaje y sus emociones: 7 καὶ ἐπιβαλὼν ἔκλαιεν. El primer verbo admite diversas traducciones (Borell, 1998, p. 107), pero su sentido se encuentra en relación con el imperfecto ἔκλαιεν que indicaría una acción frecuente en el personaje o un sentido de "duración" en la acción: no cesaba de llorar. El narrador afirma el cumplimiento de las palabras anunciadas por Jesús (Mc 14,30): "antes de cantar el gallo dos veces me negarás tres veces" (v. 72).

El episodio de Mc 14,54.66-72 se construye con otros personajes vinculados con el protagonista. En el v. 54 Pedro aparece en el patio del sumo sacerdote con los sirvientes μετὰ τὣν ὑπηρετὣν, vinculados con el sitio que ocupan, el palacio del sumo sacerdote, y sin nominación alguna. Este personaje colectivo de nuevo aparece en escena en el v. 65, como sujetos de la acción de abofetear a Jesús: οἱ ὑπηρέται ῥαπίσμασιν αὐτὸν ἔλαβον. El grupo mencionado en los vv. 69-70, οἱ παρεστὣτες, no sería diferente a estos denominados sirvientes, ahora en actitud pasiva y ubicados en el lugar en el que se calienta Pedro (v. 54). Este mismo grupo de "presentes" reaparece en la segunda negación cuando la criada se dirige a ellos para señalar a Pedro. En la tercera escena el narrador los presenta con un rol activo, identificar a Pedro como "uno de ellos" y como "galileo". La caracterización del personaje como colectivo y su ubicación en lugar público podría tener el efecto de que los cuestionamientos denoten mayor gravedad y así conducir al extremo la negación de Pedro y su identidad en relación con Jesús.

Otro personaje presentado desde la primera escena es una criada del sumo sacerdote: μία τὣν παιδισκὣν τοὓ ἀρξιερέως (v. 66). Este personaje innominado e indeterminado se caracteriza por su género y se describe con relación al sumo sacerdote (Beck, 1993). Sus acciones respecto del protagonista indican algunos rasgos que la caracterizan. Después de acercarse a Pedro (v. 66), el narrador utiliza un participio aoristo ingresivo que incoa otras acciones: habiéndolo visto, ἰδοὓσα8 (v. 67), detiene su mirada, ἐμβλέψασα le habla y lo identifica: σὺ μετὰ τοὓ Ναζαρηνοὓ ἦσθα τοὓ ᾽Ιησοὓ. En un segundo momento insiste y lo expone delante de otros (v. 70). La insinuación del personaje genera sentimientos de antipatía en el lector que sigue de cerca la trama que vincula no sólo a Pedro sino a su Maestro.

Jesús acusado por testigos falsos y su discípulo cuestionado por ser uno de sus seguidores señala una nueva synkrisis en el relato. Jesús se encuentra en medio de los sumos sacerdotes, ancianos, escribas, (v. 53), pero quien determina su suerte es el sumo sacerdote (vv. 63-64). Jesús se encuentra delante de la máxima autoridad religiosa de Israel, mientras que Pedro se ubica en medio de sirvientes del sumo sacerdote.

III. JESÚS Y LOS PERSONAJES: EN BUSCA DE UNA TIPOLOGÍA

Jesús no actúa como personaje presente en el episodio, sin embargo su nombre aparece y por tanto amerita un análisis en relación con la trama de revelación. En la misma dinámica de los anteriores personajes, dos preguntas conducen el análisis: ¿qué dicen los personajes acerca de Jesús?, ¿cómo presenta el narrador a Jesús? 9

La primera denominación del Maestro se ubica en boca de la criada al dirigirse a Pedro: "Jesús, el Nazareno" (v. 67). Los cuestionamientos contra Pedro parten de su relación con Jesús, de ahí que la negación de su identidad es una negación de la persona de Jesús. Esta caracterización de Jesús con relación a Nazaret en el relato marcano es conocida por el lector (Mc 1,9; 1,24; 10, 47; 16,6). La sierva caracteriza a Jesús, el Nazareno, en un contexto de sufrimiento: en ese momento Jesús está siendo interrogado, acusado, ultrajado, abandonado por los suyos y renegado tres veces por Pedro. La denominación de Jesús como el Nazareno se relaciona con su crucifixión y el ministerio en Galilea (16,6-7) (Broadhead, 1993).

En la segunda escena la criada de nuevo refiere a Jesús, ahora de forma indirecta. La criada relaciona a Pedro con un grupo (v. 69b), cuya referencia a los Doce no se desliga de quien los constituyó: "para que estuvieran con él y enviarlos a predicar" (3,14). Cuando la criada afirma la identidad de Pedro como "uno de ellos" se refiere indirectamente al Nazareno, cabeza del grupo de seguidores. En la última escena, el grupo de "los presentes" ratifican la identidad de Pedro como uno que, "verdaderamente", pertenece a este grupo (v. 70).

Las palabras de Pedro, protagonista del episodio, revelan también a Jesús. A la identificación como "uno que estaba con Jesús Nazareno" (v. 67), Pedro responde con su primera negación (v. 68). La respuesta denotaría un modo de desaparecer a Jesús: no sabe, ni entiende. Aunque el lector sabe que Pedro miente, desconocer su Maestro es un modo de desaparecer su relación con Jesús. En la segunda escena, la negación de su pertenencia al grupo es otra forma de desaparecer su relación con quien lo constituyó en los Doce. En la última negación de Pedro, la referencia de los "presentes" se vincula con su participación en el grupo. Así pues, ni la criada ni los presentes al relacionar a Pedro como "uno de ellos", se refieren a un grupo desconocido por el lector, tanto Pedro como el lector conocen quién está detrás del grupo, Jesús, el Nazareno.

Al inicio de la narración Pedro desaparece a Jesús y su relación con él, al final reconoce a un "hombre" motivo de su confrontación, sin embargo, no pronuncia su nombre. Jesús continúa siendo un "un hombre desconocido". Es sugerente el contraste que se puede establecer entre las respuestas de Jesús y Pedro a las acusaciones e interrogantes en su contra:

La revelación de Jesús en el episodio también se devela en la voz del narrador que coincide con el punto de vista ideal, desarrollado en la totalidad del relato marcano: cristología de lo alto. Mc 15,39 es culminante en la determinación de esta cristología cuando el centurión identifica a Jesús como Hijo de Dios. Vironda (2003, p. 254) refiere esta caracterización de Jesús, "de lo alto", en la declaración del narrador y en el reconocimiento de los personajes, como central respecto de los otros títulos utilizados y concretizada en el título Hijo de Dios. El final de la última escena (v. 72b) el narrador ofrece una analepsis interna y explícita del episodio. La evocación del preanuncio realizado por Jesús a Pedro constituye un motivo literario sugerente para valorar la imagen que el narrador quiere mostrar de Jesús:

Las diferencias entre los textos son irrelevantes. El narrador refiere los pensamientos de Pedro mediante el cumplimiento textual de las palabras de Jesús. El punto de vista del narrador, la memoria de Pedro y las palabras mismas de Jesús, se integran y complementan para ofrecer un trazo de la identidad de Jesús.

En las palabras de los personajes de los dos episodios, juicio a Jesús y juicio a Pedro, se develan dos tipos de cristología, coherentes con el texto marcano. Por una parte, la denominada cristología de lo alto se evidencia en las respuestas de Jesús al sumo sacerdote acerca de su filiación divina y su condición mesiánica: "¿eres tú el Cristo el Hijo del Bendito?". La respuesta de Jesús revela este tipo de cristología que emerge de su auto-identificación, "yo soy", y que concuerda con la presentada en el inicio de su ministerio manifestada por la voz del Padre: "tú eres el Hijo mío el amado" (1,9) y clausurada al final con la voz del centurión: "verdaderamente este era el Hijo de Dios" (15,39). Por otra parte, cierta cristología que emerge de la voz de los personajes que interactúan con Pedro y que no revelan completamente la identidad de Jesús. Jesús, el nazareno, hombre, denotaría una cristología vinculada con el sufrimiento del justo y el título de hijo del hombre.

La unidad literaria, Mc 14,54.66-72, se debe entender en relación con el contexto del relato marcano. La tipología del episodio se sustenta en la coherencia con el macrorrelato, de modo progresivo y articulado con la identidad de la persona de Jesús. Los trazos tipológicos señalados en el episodio no agotan la identidad de Jesús sino que forman parte de un camino progresivo al interior de los acontecimientos que le esperan al Nazareno, profeta rechazado, justo sufriente y renegado por sus más cercanos.

En Marcos, Jesús anuncia el futuro de su suerte así como la de otros y la palabra anunciada se cumple. En sus anuncios se predicen tiempos y situaciones: anuncio de su pasión, rechazo, muerte y resurrección (8,31; 9,9.12.31; 10.34); preparación del ingreso en Jerusalén (11,1-3); unción en Betania y su sepultura (14,6-9); preparación de la última cena (14,13-15); anuncio de la traición de Judas (14,18-21); abandono de los discípulos (14,27).

Otro motivo para sustentar una tipología del episodio se ubica en el comentario del narrador acerca de la palabra recordada por Pedro con relación al anuncio de Jesús (v. 72). Bauer et al. (1996, p. 735) consideran la expresión, to. r'h/ma, en un contexto de predicción o de profecía (Mt 26,75; Mc 9,32; 14,72; Lc 1,38; 2,29; 9, 45; 18,34; 22,61; Act 11,16). Estos trazos proféticos de la persona de Jesús, integrados con motivos de negación y rechazo evocan el desprecio a Jesús, profeta, cuando fue a su "patria" Nazaret (Mc 6,4). El motivo literario de Jesús como profeta se vincula con los sufrimientos del justo perseguido y abandonado.

La prolepsis que recoge el anuncio de 14,30 es otro motivo para sustentar la tipología con relación al contexto inmediato de la pasión, iniciada en el capítulo 11. Al finalizar la cena, Jesús anuncia su suerte y la de sus discípulos: πάντες σκανδαλισθήσεσθε, ὅτι γέγραπται· πατάξω τὸν ποιμένἁ καὶ τὰ πρόβατα διασκορπισθήσονται (14,27). En relación con Zac 13,7, Jesús encarna el pastor que será herido, cuyas ovejas (discípulos) se escandalizarán. El contenido del verbo skandali,zw se vincularía con el posterior abandono y la ruptura con el destino de Jesús. La respuesta de Pedro: εἰ καὶ πάντες σκανδαλισθήσονται, ἀλλ᾽ οὐκ ἐγω (14,29), se ubica antes del anuncio de las negaciones y contrastan con su afirmación de no romper el vínculo con su maestro: seguro de sí mismo afirma que no abandonará a Jesús. La dialéctica afirmación de Jesús y contradicción por parte de Pedro tipifica el relato marcano. Antes del anuncio en 14,30, Pedro había querido imponer su palabra (8,31-33).

El episodio de Mc 14,66-72 no sólo cumplirá las palabras de Jesús sino que contradecirá las afirmaciones de Pedro y el escándalo anunciado se concretizará en la negación. En Pedro, el contenido del "escándalo" lo constituyen sus "negaciones". Asimismo, las afirmaciones de "todos" los demás discípulos en el mismo sentido de Pedro: ὡσαύτως δὲ καὶ πάντες ἕλεγον (Mc 14,31) se contradecirán cuando "todos" huyen en el momento del arresto de Jesús: Καὶ ἀφἐντες αὐτὸν ἔφυγον πάντες (14,50).

CONCLUSIONES

El acercamiento narrativo a Mc 14,54.66-72 permitió evidenciar la coherencia y estructura interna de la unidad literaria así como su articulación con la totalidad del relato marcano. Se puede contrastar el análisis con las palabras de Vironda (2003, p. 14) acerca de la coherencia y unidad de la "obra narrativa" marcana sustentadas por la presencia de una trama, de una serie de personajes y de un narrador que relata. La teoría de Vironda (2003) según la cual la cristología a nivel textual, la referida en unidades literarias, no se puede separar de la revelación de Jesús del macrorrelato, personaje central del relato que no se puede disociar de cada uno de los bloques literarios, se puede demostrar con el análisis narrativo de una unidad literaria.

La delimitación de la unidad literaria y la conexión con la narración anterior, el juicio de Jesús, permiten evidenciar en la estrategia narrativa la técnica literaria denominada synkrisis, como un aspecto fundamental para la hermenéutica del texto. La figura central del macrorrelato, Jesús Maestro, y el protagonista del episodio, Pedro discípulo, son ubicados el uno frente al otro mediante dos tipos de juicio y con imágenes dramáticas y paradójicas con relación a su actitud y suerte en el momento de la pasión del Maestro.

Pedro se determina como el protagonista del episodio, los demás personajes interactúan en función del protagonista, lo ponen a prueba y permiten establecer el contraste entre Jesús y Pedro. Maestro y Discípulo, simultáneamente y en espacios distintos, son probados en sus respectivas identidades. La paradoja se establece en el hecho de que a Pedro a través de cuestionamientos verdaderos, por parte de los otros personajes, se le identifica como discípulo, mientras que a Jesús mediante testimonios falsos se le revela su identidad como Hijo de Dios y Mesías.

Cristología y tipología del episodio se determina mediante los personajes y el narrador quienes explícita o implícitamente ofrecen trazos sobre la identidad de Jesús. La cristología al interior del episodio presentado cierta progresión por parte de los presentes. Jesús es "el Nazareno" es el profeta rechazado y el "tipo" del justo abandonado por sus más cercanos. Jesús condenado a muerte y ultrajado violentamente mientras su discípulo reniega de él revela la tipología del episodio: el justo abandonado por sus más íntimos.

La función de la ubicación del episodio de las negaciones dentro del macrorrelato del Evangelio de Marcos se relaciona con reafirmar la tipología acerca de Jesús que no agota la identidad de la persona de Jesús, su función más bien es ayudar en la progresión de la identidad de Jesús en el macrorrelato: ser declarado el Hijo de Dios, precisamente en el drama de su pasión y muerte.

Las palabras de Jesús citadas por el narrador revelan la conexión con otra unidad dentro del macro relato, 14,27-31. De este modo se puede evidenciar el cumplimiento de las palabras de Jesús: sus discípulos se han "escandalizado" dejando abandonado al "pastor". La negación de Pedro no es más que la representación del abandono de todos los discípulos.

El relato se narra para involucrar al lector y conducirlo a tomar posición delante de los hechos. Lector implícito y el lector real no pueden ser indiferentes delante de las negaciones de Pedro, el relato ha sido contado dentro de una comunidad de fe y para una comunidad creyente. El lector tal vez como ningún otro tiene una gran responsabilidad pues conoce los hechos, se le ha advertido, en Pedro puede verse a sí mismo, sus debilidades, sus tentaciones, sobre todo cuál es su verdadera identidad como discípulo y cómo debe seguir a Jesús incluso hasta la muerte (Borell, 1998). El lector competente conoce el relato marcano y ha constatado que aunque las últimas palabras de un discípulo para Jesús han sido: "no conozco a ese hombre de quien habláis" (14,71), sus palabras no definen la suerte del apóstol y de todos los discípulos. Jesús tiene la última palabra para los suyos: "buscáis al Nazareno, el crucificado. Resucitó, no está aquí", con la invitación abierta para todos los tiempos: "id ahora a decir a sus discípulos y a Pedro: va delante de vosotros a Galilea, allí le veréis como os dijo" (16,6-7).


Notas

2 El texto griego presentado en el desarrollo del artículo se toma de la versión 27 de Nestle, E. & Aland B. (ed.). (1993). Novum Testamentum Graece. Stuttgart: Deutsche Bibelgesellschaft. En el artículo se prefiere referir el texto griego para mayor precisión del análisis, no obstante se presentarán el texto traducido por parte de los autores cuando se considere oportuno.
3 Esta técnica se utiliza por Marcos en varios pasajes de su relato: Mc 11,12-20; 3,20-35; 14,1-11; 5,21-43.
4 Marcos usa el verbo con cierta preferencia, se encuentra también en Mc 8,25; 10,21.27; 14,67.
5La versión de Mateo afirma "tu dialecto de delata" (26,73), mientras que la de Lucas refiere: "pues también él es galileo" (22,59).
6 A diferencia de los otros sinópticos que muestran un cambio de lugar del apóstol: καὶ ἐξελθὠν ἔξω ἔκλαυσεν πικρώς (Mt 26,75; Lc 22,62).
7 Con relación a las focalizaciones principales en una narración Ska indica: "cuando el narrador revela los pensamientos o los sentimientos íntimos de algunos personajes, la perspectiva no es interna. Se trata del punto de vista o de la perspectiva del narrador omnisciente, y en ese caso hay que hablar de focalización cero" (2012, p. 66).
8 El aoristo ingresivo subraya el punto inicial de la acción lo cual supone actos sucesivos "ingresados" por la acción primera (Blass-Debrunner, 1998, § 318,1
9 Warren Beach ha etiquetado la exposición o presentación de los personajes con los apelativos telling (diciendo) y showing (mostrando), en tal caso el narrador presenta un personaje diciendo lo que es, con un sentido descriptivo o mostrando lo que hace, a través de sus acciones o las palabras del personaje mismo o las de otros (Marguerat, 2000, p. 113-114).


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