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Cuestiones Teológicas

Print version ISSN 0120-131X

Cuest. teol. vol.48 no.109 Bogotá Jan./June 2021  Epub Dec 12, 2021

https://doi.org/10.18566/cueteo.v48n109.a09 

Artículos

APORTES DE LA PEDAGOGÍA EXPERIENCIAL A LA LABOR CATEQUÉTICA

Contributions of Experiential Pedagogy to Catechism

SANDRA KATHERINE OCHOA LARROTA1 

DAMIÁN ALEJANDRO RÚA SOSSA2 

VÍCTOR ARIEL GRANADOS PÉREZ3 

JOHN JAIRO PÉREZ-VARGAS4 
http://orcid.org/0000-0001-9978-3997

1 Licenciada en Teología por la Universidad Santo Tomás, Colombia. Correo de electrónico: sandra.ochoa@ustadistancia.edu.co

2 Licenciado en Teología por la Universidad Santo Tomás, Colombia. Correo de electrónico: damianrua@ustadistancia.edu.co

3 Licenciado en Teología por la Universidad Santo Tomás, Colombia. Correo de electrónico: victorperez@ustadistancia.edu.co

4 Doctorando en Educación de la Universidad Católica de Córdoba, Argentina. Especialista y Magíster en Bioética de la Universidad del Bosque, Colombia. Licenciado en Teología de la Pontificia Universidad Javeriana, Colombia. Correo de electrónico: johnjapeva@gmail.com


Resumen

Se propone una reflexión desde la pedagogía experiencial en torno a la catequesis. Esta propuesta pedagógica conduce a reconocer e implementar los diferentes aportes de enseñanza y aprendizaje como fruto de relaciones constantes con la realidad y experiencias que circundan las dinámicas educativas de los sujetos; en este sentido, esta realidad podría aportar de manera considerable a los ejercicios de catequesis y educación en la fe. En este horizonte reflexivo, se propone indagar el aporte de la pedagogía experiencial a la labor catequética del sacramento de la confirmación. Para su análisis, se propone, primero, la identificación de algunos elementos característicos de la pedagogía experiencial; segundo, se busca reconocer la importancia de la labor catequética, la pedagogía y la acción evangelizadora en pro de los ejercicios catequísticos; y, finalmente, se propone un ejercicio de integración de los elementos de la pedagogía experiencial con el ejercicio de la enseñanza catequística. La ruta metodológica fue de orden cualitativo de tipo documental, técnica que permite la recopilación de fuentes de información por medio de la lectura crítica de documentos. La perspectiva desde la cual se hizo este tipo de investigación fue la hermenéutica, utilizando como instrumentos los resúmenes analíticos especializados y rejillas de análisis documental en que se construyó una matriz con la información recopilada, estableciendo como categorías teóricas el sacramento de la confirmación, la pedagogía experiencial y la integración del sacramento de la confirmación a la pedagogía experiencial.

Palabras clave: Pedagogía; Ciencias de la educación; Educación; Catolicismo; Religión; Experiencia religiosa; Fe; Creencia religiosa; Contexto de aprendizaje

Abstract

The article puts forward some suggestions about catechism from the perspective of experiential pedagogy. The latter proposes the recognition and implementation of the processes of teaching and learning based on the permanent relations with realities and experiences surrounding the educational dynamics of individuals. Thus, such realities and experiences might considerably contribute to catechism and education in faith. From that standpoint, the article considers the contributions of experiential pedagogy to catechism to prepare confirmation. First, it presents some of the main features of experiential pedagogy; second, it highlights the importance of catechism, pedagogy, and evangelization; and, finally, it suggests an integration of the elements of experiential pedagogy with the teachings of catechism. A documentary research was undertaken, which made possible the collection of different sources through critical reading. The research approach was hermeneutical, using abstracts and analysis grids as instruments, and having confirmation, experiential pedagogy, and their integration as main categories.

Keywords: Pedagogy; Educational Sciences; Education; Catholicism; Religion; Religious Experience; Belief; Religious Belief; Educational Environment

Introducción

La Iglesia como agente evangelizador en la transformación de vidas humanas y las necesidades del mundo actual requiere ajustarse y entrar en cambios que impliquen llegar a las personas de una manera asertiva y pedagógica en su labor misional; para ello, la evangelización como proceso de enseñanza de la fe cristiana es un reto que requiere que los miembros de la Iglesia se capaciten, se informen y generen estrategias de abordaje en la tarea catequética, por tanto, analizar cómo se realiza esta desde la pedagogía experiencial se convierte en un aporte a la labor cristiana de educar y formar con acciones pedagógicas experienciales que contribuyan de manera positiva en la vivencia de los sacramentos.

Los aportes que puede realizar la pedagogía al campo catequético son invaluables. En este contexto, los ejercicios catequéticos tienen una mora con los avances pedagógicos en la medida en que frecuentemente las acciones pedagógicas resultan empíricas o poco articuladas a discursos y teorías que puedan contribuir a la revitalización del sacramento, de esta manera lograr una praxis que efectúe una relación mutua entre la reflexión y la práctica intencionada permitirá acentuar más la experiencia cristiana.

Con miras a la reflexión que conduzca a la práctica, se presenta un desarrollo que se encuentra amparado en la investigación cualitativa, la cual ofrece perspectivas de análisis que se sitúan en órdenes sociales cuya finalidad no es la cuantificación, sino la determinación de las cualidades operadas en la sociedad (Pérez y Nieto, 2020).

En el paradigma de la investigación cualitativa, se opta por una perspectiva de interpretación de orden hermenéutico, la cual busca profundizar en los sentidos que subyacen al texto (Parra, 2003); con este trasfondo, se buscan comprender los aportes, las incidencias o las relaciones que emergen en relación con las categorías de análisis propuestas. En este marco de acción, el tipo de investigación por el cual se opta es el documental, en el cual se recopila bibliografía vinculada de manera estrecha con las categorías de investigación en procura de un ejercicio de sistematización que permita iluminarla (Pérez, Ramírez y Mesa, 2020).

A partir de este horizonte metodológico enfocado en la reflexión catequística y pedagógica, se hace una abordaje a efectos prácticos desde la labor propia del sacramento de la confirmación como eje delimitador; no obstante, las implicaciones pedagógicas y prácticas revisten un alcance que bien pudiera extrapolarse a otras prácticas catequísticas en los diversos sacramentos, pues la experiencia humana es el eje en común.

La catequesis en la acción evangelizadora

La catequesis hace parte de la misión y del camino de evangelización de la Iglesia, en este sentido, HYPERLINK \l "mkp_ref_001" ) afirma que "la finalidad de la catequesis es que los adultos, jóvenes, niños y grupos eclesiales puedan confesar y profesar su fe cristiana" (p. 19). Al respecto, conviene afirmar que Catechesi tradendae ( HYPERLINK \l "mkp_ref_021" ) hace referencia a la catequesis y a su gran importancia en la Iglesia de la siguiente manera:

La catequesis ha sido siempre considerada por la Iglesia como una de sus tareas primordiales, ya que Cristo resucitado, antes de volver al Padre, dio a los Apóstoles esta última consigna: hacer discípulos a todas las gentes, enseñándoles a observar todo lo que él había mandado. (n.° 1)

Bajo este escenario, la acción de catequizar hace parte de la labor evangelizadora de la Iglesia, donde esta se encuentra inmersa en el conjunto de la tarea eclesial, de tal manera que, [...] catequizar es, en cierto modo, llevar a uno a escrutar ese Misterio en toda su dimensión: Iluminar a todos acerca de la dispensación del misterio [...] cuál es la anchura, la largura, la altura y la profundidad y conocer la caridad de Cristo, que supera toda ciencia, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios. (n.° 5)

La catequesis tendrá su función de validez en la Iglesia que mirando sus dificultades y esperanzas se pone en un sendero de evangelización desde y para la libertad; por tanto, la acción catequética se convierte en una forma explícita de enseñanza relacionada con el proceso evangelizador de la Iglesia, el cual se lleva a cabo para "profundizar y hacer madurar la fe de las personas y de las comunidades" (Alberich, 1991, p. 45).

En este contexto, la función de catequizar se encuentra vinculada directamente al camino eclesial instaurado por Jesús de Nazaret, que busca llevar la Buena Nueva a cada uno de los rincones del orbe, donde su mandato es: "Id haced discípulos [...] y enseñad todo lo que yo os he mandado" (Mt 28, 19-20). De este modo, la Iglesia desde sus orígenes ha tenido una necesidad particular de transmitir el mensaje a las comunidades que son alentadas y animadas por el don del Espíritu (Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización, 2020, n.° 1).

En efecto, indiscutiblemente la catequesis está encaminada a la edificación del ser humano; por tanto, en el momento presente la acción catequética ha de llevar al hombre y a la mujer a buscar senderos de libertad y justicia, sentir gusto y asombro por el mundo de la vida y una particular preocupación por el dolor y la necesidad del otro. Por esta razón, la catequesis es un espacio de "enseñanza o formación que busca el desarrollo de la persona creyente, del cristiano, en todas las esferas, ámbitos, dimensiones e implicaciones de la fe en Jesús y, por ende, de la vida cristiana" ( HYPERLINK \l "mkp_ref_010" , p. 248).

En el actuar eclesial, la catequesis supone una oportunidad no solo evangelizadora, sino también de enseñanza de aspectos doctrinales, los cuales permiten reconocer la identidad y particularidad de la Iglesia cristiana en la historia de la salvación (Pérez, Santamaría y Moncada, 2020). Para ello, esta está referida sobre todo en la preparación sacramental en que se forma al cristiano y a la comunidad en el conocimiento y reconocimiento de los misterios y las particularidades de la vida y acción eclesial en cada uno de los sacramentos.

La catequesis en el sacramento de la confirmación

De manera particular, la catequesis en función del sacramento de la confirmación, si es asumida como una de las tareas principales en la construcción eclesial, se convertirá en una acción propiciadora de sentido y permitirá a sus destinatarios un encuentro liberador y salvador con Jesús de Nazaret. Desde lo anterior, uno de los horizontes de la acción catequética será ponerse "al servicio del crecimiento de la fe de las personas y grupos concretos, en un proceso existencial de integración del mensaje cristiano en el contexto vital de sus situaciones, problemas y expectativas" (Alberich, 1991, p. 19).

Al confesar y profesar la fe cristiana, se asume la vivencia del mensaje de Jesús desde el actuar consecuente de una opción libre y liberadora (González, Pérez y Rodríguez, 2017), sobre la cual la persona descubre su horizonte de sentido dirigido a la praxis madura del amor como principio unificador de la existencia misma; en este sentido, enuncia HYPERLINK \l "mkp_ref_018" ) que "la catequesis es un proceso de formación que tiene un programa o plan periódico y que capacita para entender, vivir, celebrar y anunciar el evangelio" (p. 37). De acuerdo con esto, resulta importante destacar que el papel de catequizar se encuentra inmerso en la posibilidad misma en la que el hombre y la mujer realizan un sendero liberador, reflexivo y constructivo sobre sí mismo y sobre el entorno que les circunda (Moncada, 2020).

Proponer una catequesis en función del sacramento de la confirmación ha de proporcionar en los destinatarios un camino de identificación plena con Jesús, gracias a la acción del Espíritu. Propende a la construcción de un sendero pedagógico, en la que los hechos y las palabras están en relación con la obra salvífica de Dios. Igualmente, manifiesta y hace memoria del amor inagotable que Dios sigue teniendo por la humanidad; en este sentido, desempeña un papel vital el Espíritu Santo, como "verdadero protagonista de toda la misión eclesial, [el cual] actúa tanto en la Iglesia como en aquellos a los que ella acoge ya que Dios obra en el corazón de cada persona" (Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización, 2020, n.° 23).

Para poder profundizar en la catequesis del sacramento de la confirmación, es necesario definir en unas cortas líneas aspectos centrales referidos al sacramento en su particularidad. El magisterio eclesial ha considerado el sacramento de la confirmación, que, junto con "el Bautismo y la Eucaristía, constituyen el conjunto de los sacramentos de la iniciación cristiana, cuya unidad debe ser salvaguardada" (Catecismo de la Iglesia católica, n.° 1285). Desde el enunciado anterior, la confirmación está estrechamente ligada al bautismo y la eucaristía en el proceso de iniciación cristiana, de esta manera la confirmación posee una dimensión eclesial desde sus orígenes, en tanto que se establece una relación directa con el don del Espíritu. En este sentido, HYPERLINK \l "mkp_ref_027" ) expresa que "la vivencia del sacramento de la confirmación supone nuestra fe en Jesús" (p. 316), fe que ha de ser orientada a la consecución de una praxis cristiana en la vida y acción de la Iglesia, donde la manifestación de Dios en Jesús se hace visible en un sí a la comunidad eclesial y a su compromiso cristiano.

Al realizar la pregunta sobre el fundamento teologal del sacramento, Rico (2006) manifiesta que "el fundamento bíblico del sacramento de la confirmación debe ser buscado en la relación que existe entre Jesús y el Espíritu Santo" (p. 77), relación directa con una configuración trinitaria, en que el Padre se manifiesta en el Hijo y el Espíritu es quien acompaña la obra redentora del Hijo de Dios, quien se ha donado sin medida gracias a la acción del Padre. A partir de lo enunciado, y teniendo presente el fundamento teologal del sacramento, HYPERLINK \l "mkp_ref_016" ) refiere que "la confirmación es oferta del Espíritu para desarrollar la vocación cristiana ya iniciada en el bautismo: el nuevo nacimiento de la persona en sociedad supone nueva práctica como testigos del reino" (p. 153).

En este recorrido de indagación sobre el sacramento de la confirmación, HYPERLINK \l "mkp_ref_008" ) enuncia que, "si el bautismo introduce en la Iglesia la confirmación, recuerda que esta Iglesia es la Iglesia del Espíritu, la Iglesia de pentecostés, la Iglesia misionera, la Iglesia de los profetas, de los dones y carismas" (p. 62). Esto se ha de entender como un camino de identificación y praxis, en la cual el sacramento, al ser alentado por la acción del Espíritu, edifica y transforma la vida del ser humano desde una vivencia eclesial auténtica y cimentada desde la fe en Jesús, como gracia y don del Espíritu.

En relación con este mismo tema, HYPERLINK \l "mkp_ref_003" )se indica que "la confirmación es compromiso responsable a favor de la esperanza, prolongación en la iglesia como lugar del Espíritu de la actividad mesiánica" (p. 57); al referenciar a la Iglesia como lugar del Espíritu, se intuye que la fuente dinamizadora del camino eclesial en el sendero de la evangelización y edificación humana es el mismo Cristo, quien prometió a sus discípulos les enviaría al Paráclito, el Espíritu de la verdad (Jn 14, 26). En este sentido, afirma Roccheta (2002):

La confirmación es una "maravilla de Dios" que prolonga en la comunidad creyente la "maravilla" de la misión de Cristo y del Espíritu, significa y realiza este acontecimiento, consagrando al Bautizado para la misión y enviándolo con la fuerza del Espíritu para que testimonie con valentía el nombre de Jesucristo. (p. 76)

La confirmación como sacramento pareciera que en algunos tiempos de la historia eclesial se ha quedado en el olvido, por ello, en el momento presente la Iglesia ha expresado la necesidad de que el sacramento de la confirmación entre en un sendero de renovación, impulso y edificación eclesial (Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización, 2020, n.° 70, 110). Para ello, se ha hecho un énfasis especial entendiendo que "la acción del Espíritu Santo en la persona la mueve a adherirse al verdadero bien, a la comunión del Padre y del Hijo, y la sostiene con una acción providencial, para que pueda corresponder a la acción divina" (n.° 162). Haciendo referencia a lo anterior, HYPERLINK \l "mkp_ref_050" ) manifiesta que "la confirmación es un hecho de gracia en el tiempo de la Iglesia a favor de los creyentes en una relación vital de continuidad y al mismo tiempo de peculiaridad con el bautismo" (p. 62).

El camino de identificación con el sacramento de la confirmación ha de conducir al hombre y la mujer desde un aspecto eclesial a la toma de decisiones en el momento presente y responder a dificultades y angustias que circundan los diferentes contextos de vivencia humana. Por su parte, HYPERLINK \l "mkp_ref_006" ) presenta una estrecha relación de la catequesis y la educación en torno al sacramento:

La catequesis y educación permanente en la fe de la Iglesia, que se da ya en los primeros años de la infancia por medio de la familia, se acentúa en la comunidad con la preparación a la primera eucaristía, y se continúa a lo largo de todo el proceso iniciatorio. Esta educación no solo atiende a la palabra, sino también al testimonio, a los símbolos, al lenguaje... No deja espacios vacíos, sino que en todas las etapas presenta "ofertas" adecuadas a la situación y edad. (p. 179)

El sacramento de la confirmación se enmarca en este proceso iniciatorio, que, junto con la comunidad, la familia y como acción del Espíritu se convierte en un derrotero de esperanza, en aquellos lugares donde la vida es marginada y pierde todo valor; en este sentido, es importante reafirmar que "la responsabilidad propia del sacramento de la confinación es la evangelización. Evangelizar no es otra cosa que transparentar a Jesucristo desde nuestras acciones y palabras, desde nuestra vida" ( HYPERLINK \l "mkp_ref_027" , p. 317).

Pensar la relación de la pedagogía con el ejercicio de la catequesis

Este ejercicio de la enseñanza de la catequesis en la Iglesia adquiere tal importancia que necesita ser realizado con eficiencia y precisión, porque no solo es hablar de contenido, sino también de método, camino o cauce para que el mensaje de salvación sea conocido y transmitido como educación de fe; pero también como experiencia de vida que transforme (Pinto y Nieto, 2020).

En los últimos tiempos, la reflexión catequética se ha centrado en la dimensión pedagógica para tener mejores resultados y acciones pastorales ( HYPERLINK \l "mkp_ref_036" ). Por tanto, ha de recurrir a la pedagogía como disciplina necesaria para la transmisión de todo conocimiento, convirtiéndose esta en parte esencial de la misma catequesis. HYPERLINK \l "mkp_ref_021" ) nos lo recuerda: "entre numerosas y prestigiosas ciencias del hombre que han progresado enormemente en nuestros días, la pedagogía es ciertamente una de las más importantes" (n.° 58).

Aunque dentro de la acción pastoral de la Iglesia se hable de pedagogía catequética, no existe un método propio o una forma única que se utilice para su realización (Pérez y Cabrera, 2019). La naturaleza de la catequesis ha tenido, requiere y va a necesitar una pedagogía adaptada a la población, a la cultura actual, a las necesidades presentes, y así no perder de vista el proyecto y la originalidad del Evangelio, el fin de la educación de la fe y, sobre todo, la esencia misma de la experiencia de Dios.

La Iglesia, inspirada por el Espíritu Santo, va proponiendo lo necesario para alcanzar tan sublime tarea, y a pesar de que existen muchas pedagogías, no hay una que se dedique especialmente a la catequesis, y, por tanto, la búsqueda de una buena pedagogía al servicio de la enseñanza catequética debe ser permanente, y así lograr que sea eficaz. Por ende, la renovación pedagógica de la catequesis debe ser actual, para lograr su cometido y buscar siempre alcanzar los objetivos propuestos y el aprendizaje de los catequizandos.

Estos logros y conocimientos se pudieran ver reflejados, gracias a la utilización de una pedagogía desde la experiencia, desde el hacer mismo, logrando afirmar y reflexionar que la educación ordenada y progresiva de la fe puede ser más efectiva con el ejercicio de una pedagogía activa, experimental, que lleve a incorporar el contenido doctrinal de la catequesis a ejercicios concretos en la vida como agentes de evangelización (Nieto, Santamaría y Moncada, 2020).

De ahí la tendencia de la catequesis a poner en práctica lo doctrinal, a llevar a la acción la doctrina de la fe. El hacer produce experiencia y conocimiento. HYPERLINK \l "mkp_ref_012" ) llega a la conclusión de que se aprende mucho mejor cuando se hace, cuando se tiene la experiencia personal con este tema, de tal manera que haciendo se aprende, de esta forma se consolida la experiencia, la cual es motivada por una educación mediada por la acción (learning by doing), así la experiencia demuestra que, cuando los niños tienen oportunidad de realizar actividades físicas, cuando juegan o experimentan el quehacer de las cosas, el conocimiento se hace menos pesado y el aprender más fácil.

La educación es un hecho y una actividad humana que necesita recursos necesarios y metodologías para transmitir el mensaje de acuerdo con el contexto, las didácticas, los métodos, las lúdicas, las actividades, entre otros, para alcanzar los objetivos educacionales y cumplir los propósitos (Cuéllar, Moncada y Valencia, 2020); siempre va a ser necesaria una pedagogía para que la transmisión o dinamización de todo conocimiento sea cultural, religioso, técnico. Por tanto, la variedad de pedagogías en la educación ofrece múltiples riquezas que ayudan a obtener variados fines; la necesidad es apremiante para que la catequesis se vea acompañada por una buena pedagogía.

En este escenario, se reconoce que la pedagogía siempre ha estado al servicio de la educación, no solo por ser instrucción, sino por la amplitud de su significado, es decir, a todo lo referente a los procesos de enseñanza-aprendizaje en todas las edades ( HYPERLINK \l "mkp_ref_025" ). Igualmente, la pedagogía se ha convertido en un arte para transmitir experiencias, conocimientos y valores, en un saber, en una ciencia que estudia los procesos educativos, y le apuesta a todo lo relacionado con el estudio y la solución de la enseñanza y el aprendizaje (Pérez e Idarraga, 2019). Por su parte, Michel (2006) señala que "la pedagogía tiene por objeto el planteo, el estudio y la solución del problema educativo; y es que la Educación siempre ha sido y será vital para que el hombre cumpla su función social y se realice como persona y agente de una comunidad" (p. 146).

HYPERLINK \l "mkp_ref_031" ) ya lo replanteaba cuando afirmaba que la educación apuesta a la perfección de la humanidad, a formar hombres y mujeres valiosos para la sociedad: "La enseñanza elemental debe ir gobernada por el propósito último de producir el mayor número de hombres vitalmente perfectos. Lo demás, la bondad moral, la destreza técnica, el sabio y el 'buen ciudadano', serán atendidos después. Antes de poner la turbina necesitamos alumbrar el salto de agua" (p. 293).

El concepto de pedagogía ha estado relacionado con el de ciencia y arte de educar, y su objeto es la formación del ser humano en todo su ser, integralmente; de ahí la necesidad de tener una buena pedagogía para la formación de agentes transformadores de la sociedad, grandes ciudadanos y excelentes personas (Santamaría, Nieto y Pérez, 2019).

Al respecto, HYPERLINK \l "mkp_ref_020" , p. 130) referencia el pensamiento de Pestalozzi al citar que es preferible apoyarse en la observación (como experiencia) sobre un uso recto de la razón, la interpretación y el desarrollo de la persona, de su inteligencia, de su efecto y de las habilidades y competencias requeridas para la vida y el trabajo, con lo cual adquiere la educación de las tres H (Heart, Head and Hand): corazón (Heart) (sentimientos, cuestiones éticas, creencia, confianza, capacidad para apreciar la belleza), cabeza (Head) (referente a todas las funciones mentales que permiten discernir de manera razonada las cosas, con percepción, memoria, representación, pensamiento y lenguaje) y mano (Hand) (la vida práctica), para identificar no solo lo que aprende, sino también su forma de aprender. De tal manera que la pedagogía no se puede comprender al margen de estos elementos que la consolidan y apoyan.

En esta misma línea, hace grandes aportaciones HYPERLINK \l "mkp_ref_017" ) cuando se refiere a su célebre propuesta alrededor del sujeto sentipensante, en el cual se reconoce que los aprendizajes o conocimientos no giran solo en torno a la razón, sino que las emociones, los sentimientos y la manera de situarse en el mundo influyen de una forma determinante en las diversas comprensiones del ser humano.

Todas estas apuestas o tendencias pedagógicas han de ser interpeladoras de la labor catequística, en la medida en que la experiencia de fe no puede reducirse a un acto de conocimiento transmisible, sino que involucra aspectos vitales del ser humano, pues la fe no es algo que se aprenda, de hecho, con frecuencia se relaciona con prácticas espirituales, en la que hay un cultivo, el cual se va revitalizando a medida que la persona va alcanzando grados de madurez (Mahecha, Pico y Cubillos, 2018). En este sentido, las reflexiones pedagógicas han de constituir un importante insumo de reflexión para la labor de la catequesis.

La pedagogía experiencial

Con lo anterior, a pesar de que existen diferentes clases de pedagogías, la experiencial es en la actualidad una alternativa enriquecedora para la educación, por ser un proceso activo que involucra al alumno en su proceso de aprendizaje, le permite resolver sus inquietudes por convicción y autonomía, y le enseña que todo conocimiento se debe aprender, relacionar y aplicar a la realidad.

La pedagogía experiencial puede comprenderse como una alternativa metodológica que combina sistemáticamente actividades, juegos y obstáculos grupales con reflexión y retroalimentación de los sujetos en torno a estos ( HYPERLINK \l "mkp_ref_034" ). Por su parte, importantes referentes en el campo epistemológico de la pedagogía como Piaget (1980) y HYPERLINK \l "mkp_ref_054" ) coinciden también en la idea de que el desarrollo cognoscitivo no es el resultado de la adquisición de respuestas, sino de un proceso de construcción activa por parte del sujeto, lo que sitúa de manera especial la pedagogía experiencial como un importante referente en el campo de la educación. Desde lo anterior, Piaget (1980) se enfoca en que el aprendizaje se convierte en un proceso de descubrimiento, en el cual se aprovecha de la mejor manera lo que se encuentra basado en la exploración y en la experiencia.

Hablar de pedagogía experiencial es remitirse a una educación diferente de la tradicional, en el cual se les otorga a los estudiantes un rol activo en la formación, es hablar de la enseñanza y aprendizaje desde la acción, una filosofía de la educación diferente donde los actores no son solo los docentes sino los alumnos, quienes aprenden haciendo. HYPERLINK \l "mkp_ref_015" ) refiere que debe hacerse una conexión orgánica entre educación y experiencia personal, ya que la experiencia es un intercambio entre el ser vivo con su medio ambiente físico y social, y no una mera cuestión de conocimiento.

HYPERLINK \l "mkp_ref_011" ) se refiere al concepto deformación experiencial y constituye una filosofía de su educación, basado en que se debe preparar al joven para las futuras responsabilidades y para el éxito en la vida por medio de la adquisición de conjuntos organizados de información y de formas preparadas de destreza que representan las materias y la instrucción. Este aporte del aprendizaje experiencial a la acción educativa se basa en convertirlo en un aprendizaje activo, que utiliza y transforma los ámbitos físicos y sociales para extraer lo que contribuya a experiencias valiosas, con la pretensión de establecer un fuerte vínculo entre el aula y la comunidad, es decir, entre la escuela y la vida.

A partir de lo anterior, HYPERLINK \l "mkp_ref_013" ) afirma también que, para que la escuela pudiese fomentar y desarrollar un espíritu social y democrático en los alumnos, se debía organizar en comunidad cooperativa, es decir, con una visión de educación para la democracia, lo cual requería que la escuela fuese "una institución que, provisionalmente, se convirtiese en un lugar de vida para el alumno, haciéndolo miembro de la sociedad con conciencia de pertenencia y contribución" (p. 224).

La educación experiencial permite, pues, un espacio de crecimiento personal a partir del conocimiento de sí mismo, ya que mediante procesos de toma de conciencia y reflexión se posibilita la construcción de saberes y la interacción permanente entre acción y reflexión; por tanto, la experiencia como método desde la pedagogía hace posible un camino de aprendizaje tanto en el aspecto individual como colectivo.

HYPERLINK \l "mkp_ref_023" a) plantea también su teoría a través de estilos individuales de aprendizaje, como los estilos activo-reflexivo y abstracto-concreto, y los relaciona con factores causales como la genética, las experiencias de vida y las exigencias del entorno. Este modelo está basado en cuatro tipos de experiencia, caracterizados por ser secuencias que se reinician para hacer de esta acción algo nuevo y cíclico; este modelo activo involucra al alumno en su proceso de aprendizaje, y le permite resolver las cosas por convicción y autonomía.

Lo anterior inicia con la experiencia concreta, que es la que da lugar a las experiencias inmediatas y específicas; luego pasa por la experiencia observación, que es aquella que se reflexiona desde la misma observación, además, elabora hipótesis generales desde la información recibida; después se adquiere la experiencia de conceptualización abstracción, en el cual se forman conceptos abstractos y las generalizaciones; y, por último, la experiencia activa o experimentación activa, en que la persona experimenta o practica con estos conceptos en otros contextos o situaciones reales.

En la pedagogía experiencial, para HYPERLINK \l "mkp_ref_023" b), las personas estudiantes poseen una forma específica de trabajar, por tanto, los agrupa en cuatro tipos de alumnos: los activos o divergentes, los reflexivos, los teóricos y los pragmáticos; en este orden, sería entonces los que se basan en la observación y acción, los que se caracterizan por analizar y reflexionar antes de actuar, los que integran lo teórico con lo investigado y los que relacionan lo aprendido con lo práctico.

Aporte de la pedagogía experiencial a la catequesis sacramental

Esta propuesta pedagógica del ejercicio experiencial aplicado en la formación de la catequesis ayuda a ser vida el Evangelio y a practicarlo desde el ser de cristianos. En la pedagogía experiencial, se encuentra un conjunto de pautas que ayudan a la enseñanza y el crecimiento de la fe, por medio de métodos orgánicos, sistemáticos, prácticos, concretos y experimentales para cumplir su cometido, y así iluminar los momentos más significativos de la vida, con la experiencia a la luz de la revelación (Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización, 2020, n.° 74; HYPERLINK \l "mkp_ref_032" , n.° 36).

El ser humano ha recorrido el proceso del "caos a la civilización" gracias a su constante afán por mejorar y comprender cuando le rodea (Pérez, 2019), de tal modo que está en continua búsqueda que lo ayuda a formar su ser; por eso, en medio del desorden y del desconcierto, se forjan experiencias que ayudan al proceso vital del ser humano, y al trabajo continuo de investigación y exploración que forjan en el ser la superación personal que aporta a la sociedad, personas pensantes dentro de la colectividad que abandonan el individualismo y son generadores de cambios significativos en la sociedad.

En este contexto, querer mejorar y progresar son constantes humanas; como ser social por naturaleza, el hombre vive su proceso de desarrollo en una comunidad social, familiar, creyente y religiosa, reconoce que solo lo comunitario ayuda a la autoformación, enriquece sus conocimientos y fortalece todo lo adquirido para servir a la sociedad desde los valores evangélicos que ayudan a la transformación.

La evangelización no sería completa si no considerara la interpelación recíproca que en el curso de los tiempos se establece entre el Evangelio y la vida concreta, personal y social del hombre ( HYPERLINK \l "mkp_ref_033" , n.° 29). La Iglesia, por su parte, en cumplimiento de su misión evangelizadora, ha de promover una catequesis que contribuya a la liberación integral de la persona, a establecer un diálogo y acercamiento hacia un mundo más humano, donde las futuras generaciones puedan continuar realizando sus tareas diarias desde la transparencia y honestidad, y propiciar cambios significativos que lleven a pensar en lo colectivo y no en lo propio como un egoísmo; por tanto, los valores evangélicos que pregona la Iglesia se fundan en la persona liberada y liberadora.

Cada comunidad cristiana está invitada a confrontarse con la complejidad del mundo de hoy donde que confluyen diversos elementos. Diferentes contextos geográficos, escenarios religiosos y tendencias culturales que, aunque no afectan directamente la catequesis eclesial, conforman la identidad de la persona de hoy, a la cual la Iglesia quiere servir, lo cual pide un verdadero discernimiento para la propuesta catequética (Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización, 2020, n.° 9).

La catequesis de hoy debe ser un proceso permanente de cambio en busca siempre de lo mejor, que forme en y para la autonomía, libertad responsable, en los valores del Evangelio, en los valores ético-morales-jurídicos; la catequesis está llamada a iluminar estas realidades, el hombre y su experiencia, la vida y sus vivencias, ya que el ser humano ha tratado de valerse de la práctica, experimentación y búsqueda como herramienta fundamental de la adquisición de conocimiento (Pérez, 2017).

Bajo este contexto, se puede decantar una relación próxima a la pedagogía experiencial, la cual propone que a medida que se va actuando se va adquiriendo información, que se asimila desde la experiencia y, por último, se ordena y estructura esta información para que se comprenda aquello en lo que se está trabajando. En la historia, se ha visto cómo desde la época de las cavernas el hombre siempre ha aprendido por medio de la experiencia y descubierto en las dificultades grandes oportunidades para luchar y sobrevivir.

HYPERLINK \l "mkp_ref_005" ) señala que, "en este sentido y sin lugar a duda, adquirir conocimientos y destrezas mediante la experiencia no es novedad, de manera que tal vez la experiencia represente la forma más antigua y primaria de aprendizaje" (p. 12). Igualmente, bajo sus particularidades y fundamentos, la pedagogía experiencial se torna en un aprendizaje totalmente diferente del que se maneja en la escuela tradicional; en este sentido, se hace referencia a una teoría ordenada de las cosas para después realizar una práctica relacionada; en complemento con lo anterior, Pérez y Cabrera (2019) refieren que "la formación amparada en modelos pedagógicos, como el tradicional, está llamada a repensarse o articularse con otros modelos, de tal modo que se evidencie un aporte sustantivo al ejercicio del maestro y la dinámica de enseñanza-aprendizaje" (p. 288).

Ahora bien, respecto de la experiencia, HYPERLINK \l "mkp_ref_024" ) indican que hay dos fuentes:

La experiencia concreta, vivencial (captada a través de la aprehensión) y la experiencia mental de conceptualización abstracta captada a través de la comprensión. La primera experiencia se basa en la interacción con nuestro entorno y con otras personas, la segunda, es interiorizante, por tanto, cada quien en reflexión con sus pensamientos e ideas. (p. 10)

En este escenario, se hace útil estimular y desarrollar hábitos que fomenten la memoria y el aprendizaje en los jóvenes. El aprendizaje experiencial lo que fomenta es el pensamiento divergente, es decir, que el individuo se haga preguntas sobre la diversidad de opciones y caminos para llegar al conocimiento; es fundamental para desarrollar cierta flexibilidad, adaptabilidad y capacidades que se adecúen a los contextos como la creatividad, la imaginación y la comunicación, como ayuda para incrementar las habilidades personales e integrar experiencia y saberes, con lo cual se consigue promover la adquisición de mayores conocimientos de una forma más profunda y a largo plazo.

HYPERLINK \l "mkp_ref_024" ) también hacen referencia al aprendizaje y la creación de conocimiento y que este se da cuando se yuxtaponen estos tipos de experiencia y una se convierte en la otra así: "cuando la experiencia concreta vivencial mediante la observación reflexiva se convierte en experiencia conceptual y cuando la experiencia abstracta de conceptualización se transforma mediante el proceso de experimentación activa en experiencia concreta vivencial" (p. 11).

La pedagogía experiencial ha favorecido la participación de los jóvenes con un planteamiento desde la democratización de la enseñanza a través de estrategias que dan respuesta a la necesidad de adaptarse a las circunstancias actuales, y posibilitan superar algunas de las limitaciones del paradigma educativo tradicional, en que el estudiante es autónomo y responsable de su aprendizaje; "esto permite crear un conocimiento responsable, habilitando a la persona a apropiarse del mismo y a construir de manera autónoma nuevos saberes sin que resulten ser impuestos" (Pérez et al., 2020, p. 289).

Lo anterior ha permitido que la educación incorpore diferentes y complejos enfoques de aprendizaje y la interactividad entre los estudiantes. La pedagogía experiencial trata de aprender desde el hacer a través de lo que ve y de todo lo que sucede en su cotidianidad; a partir de lo concreto, la persona construye el conocimiento de todas las vivencias y experiencias que tenga. Favorece el crecimiento personal, facilita una interacción continua entre la acción y la reflexión; también hace posible ampliar la construcción del propio conocimiento, valorar el saber individual y el de los demás, al tiempo que ayuda a las personas a situarse en un mismo nivel y lograr la equidad.

A partir de lo expresado, el joven se vuelve portador de saberes más que de información; en este camino de acción catequética, se forma a la persona para ser y hacer con el otro, y desde el otro, un camino de aprendizaje y edificación humana. Una catequesis que busque una convivencia fraterna, sana, asertiva y resiliente significa conocer, comprender y sentir la presencia del otro como el más precioso don, y así permitir valorar el espacio vital y los contextos de situación en este sendero de aprendizaje como oportunidad en sí misma de educación y formación de la persona.

En este sentido, la misión del catequista es ser testigo de la fe. Para ello, desde la pedagogía experiencial se ha de asumir la catequesis como una experiencia y vivencia, cuya base está en los sucesos del día a día como cristiano. La misión contiene dos personas concretas y una tarea específica a realizar: Dios, que envía a la persona de Jesús con una misión concreta. y la persona, que, a su vez, es enviada por Jesús. Una persona que envía y otra persona que es enviada con una tarea evangelizadora específica es lo que permite hablar de la misión evangelizadora de la Iglesia. "Jesús volvió a decirles: la paz esté con ustedes. Como el Padre me envió a mí, así los envío yo a ustedes" (Jn 20, 21).

Hoy se tiene la experiencia de Dios en la creación, en el pobre que sufre, en los rostros de mujeres, hombres y niños explotados por viles intereses, pisoteados por la lógica perversa del poder y el dinero. Qué lista inacabable y cruel resulta cuando se considera la pobreza como fruto de la injusticia social, la miseria moral, la codicia de unos pocos y la indiferencia generalizada. Dios creó el cielo y la tierra para todos; son los hombres, por desgracia, quienes han levantado fronteras, muros y vallas, y traicionado el don original destinado a la humanidad sin exclusión alguna. Estamos llamados a convertirnos y configurarnos con Cristo siendo hermano del pobre que sufre (Santamaría, 2017). Bajo estas diversas realidades y en la misión cristiana, la educación experiencial busca desplegar conocimientos y actitudes reflexivas que contribuyan en últimas al cambio social, desde un actuar en la realidad.

Finalmente, la pedagogía experiencial si es asumida en el ejercicio de la catequesis del sacramento de la confirmación permitirá una adaptación e implementación de nuevos procesos de enseñanza-aprendizaje, capaces de responder a necesidades y desafíos mediante la obtención de conocimientos basados en la experiencia; proceso a través del cual se adquiere una transformación en el ámbito educativo cuyo resultado es la adquisición de conocimiento; desde lo anterior, en palabras de HYPERLINK \l "mkp_ref_023" a), "el conocimiento resulta de la combinación de captar y transformar la experiencia" (p. 41).

Pedagogía experiencial: acción humanizadora que transforma la práctica catequética. Análisis desde el sacramento de la confirmación

La misión eclesial en el campo de la catequesis del sacramento de la confirmación se ha de convertir en una apuesta educativa, capaz de transformar al ser humano, su entorno y sus contextos de situación. Según lo expresan Pérez, Santamaría y Moncada (2020) al hacer referencia al aspecto educativo:

La pertinencia de la educación, que sea capaz de atender las realidades conjuntas, no solo en el sentido religioso, sino que a partir de su campo de acción se logre tocar la realidad de los educandos, generando en ellos un espíritu crítico, que promueva la emancipación o liberación de las diversas condiciones de opresión que han caracterizado a los habitantes del continente, en distintos escenarios, y no se circunscriba únicamente al ámbito religioso, no sin decir que este último no sea importante. (p. 34)

A partir de lo anterior, la catequesis del sacramento de la confirmación se coloca frente a una variada y amplia gama de retos educativos y desafíos sociales en el momento presente. En palabras de HYPERLINK \l "mkp_ref_014" ), "la educación es una constante reorganización o reconstrucción de la experiencia" (p. 73), razón por la cual la acción catequética desde la pedagogía experiencial ha de ser orientadora de procesos que conduzcan al ser humano a la búsqueda de su identidad, dignidad y libertad, sobre todo en aquellos lugares donde la vida ha dejado de tener validez y la dignidad del hombre y la mujer son pisoteadas. En este sentido, "la labor educativa ha de centrarse en la reducción de brechas de desigualdad, teniendo en cuenta que esta es un objetivo común en el continente latinoamericano" (Pérez et al., 2020, p. 33).

La pedagogía experiencial frente al sendero de la enseñanza catequética posibilita la realización de nuevas formas de relación, pasando de un individualismo que impide la solidaridad a un sano optimismo antropológico que haga posible un cambio en contextos de vulneración y discriminación, y en el catequizando un compromiso con la justicia y construcción humana, en un mundo que cierra sus puertas al perdón y la fraternidad. Tal como lo expresa HYPERLINK \l "mkp_ref_037" ) al hacer referencia a la mediación escogida por Jesús para la realización de su misión mesiánica:

Jesús mismo, para realizar su misión evangelizadora escogió un camino y una mediación fundamental: la educación [...] Su misión evangelizadora implicaba una tarea educativa, formar personas nuevas, a ejemplo suyo, comprometidas con la causa de la justicia, la solidaridad y la paz. La misión evangelizadora de Jesús hacía surgir el discipulado y el seguimiento. (p. 30)

De modo similar, la catequesis del sacramento de la confirmación ha de ser constructora de un discipulado desde el seguimiento y la identificación con la persona de Jesús, identificación que se arraiga y se empodera de manera tal que responde a los desafíos del momento presente. En este sentido, González, Pérez y Rodríguez (2017) manifiestan:

Uno de los motores de la teología cristiana es sin duda la fe ante lo revelado y transmitido por Dios a través de su Hijo y de la comunidad de creyentes, emanando como efecto comprensiones alrededor de la esperanza que configuran la vida del creyente y su responsabilidad ante la humanidad. (p. 47)

En este sentido, la pedagogía experiencial, al ser aplicada en los procesos catequéticos, permitirá una adhesión e identificación con lo revelado y transmitido por Jesús. Para llegar a esto, se ha de tener presente lo propuesto por HYPERLINK \l "mkp_ref_023" a), quien pensaba firmemente que el conocimiento adquiere su desarrollo por la mediación de la experiencia, ya que esta va transformando las dinámicas de aprendizaje, mediante la vinculación y participación activa del alumno a las diferentes actividades educativas.

Seguir el modelo propuesto permitirá que el catequizando alcance gradualmente la madurez y se obtenga como resultado una fe que sea operante, dinámica y creadora de sentido en la construcción y en el cuidado responsable del prójimo y del mundo que lo circunda. En palabras de González, Pérez y Rodríguez (2017), este camino de aprendizaje dará "lugar a la esperanza, la dignidad, la solidaridad, en la incesante búsqueda de sentido y plenitud existencial, desde la reconstrucción y dignificación de la vida humana" (p. 43).

La pedagogía experiencial como propuesta que edifica y transforma la catequesis del sacramento de la confirmación se direcciona a la realización de un trabajo e intento creativo, en que se toca misteriosamente la existencia y se plantean horizontes de experiencia que edifican, forjan y forman al otro en sus necesidades, sueños y anhelos. Desde este aspecto, el Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam, 1979) sostiene:

La educación humaniza y personaliza al hombre cuando logra que este desarrolle plenamente su pensamiento y su libertad, haciéndolos fructificar en hábitos de comprensión y de comunión con la totalidad del orden real por los cuales el mismo hombre humaniza su mundo, produce cultura, transforma la sociedad y construye la historia. (p. 141)

Conclusiones

La catequesis del sacramento de la confirmación tendrá validez en el momento presente cuando al mirar sus retos y dificultades se coloca en un camino de evangelización desde la libertad y la esperanza. Formas explícitas desde la enseñanza del sacramento en mención que conducen a la persona a la realización de un proceso gradual de madurez en la fe individual y comunitaria.

El camino de enseñanza catequética desde el aprendizaje experiencial permite como primera medida una identificación y comprensión holística del sacramento de la confirmación, entendido como acontecimiento de gracia en el contexto eclesial, que conduce al hombre y a la mujer a la toma de decisiones, que dan respuesta a problemas, dificultades y horizontes de sentido en los diferentes contextos de la vivencia humana.

La pedagogía experiencial asumida como camino en la enseñanza catequética del sacramento de la confirmación permitirá que los catequizandos en su proceso educativo adquieran valores evangélicos como la libertad y la justicia, que sean personas capaces de sentir asombro y gusto por el mundo que los circunda, teniendo una particular preocupación por el dolor y la necesidad del otro.

Los caminos que brinda la pedagogía experiencial para la transformación de la catequesis de la confirmación están referidos a la vivencia de la fraternidad, en la manera en la que se es signo visible de comunión, donde el reto de todo cristiano es trabajar en todo momento anunciando el Evangelio desde las diversas opciones de vida; por tanto, si la enseñanza catequética se transforma en experiencia significativa para el niño, joven y adulto, se obtendrá como resultado un hombre y mujer capaces de optar por los principios éticos universales y, en consecuencia, con la fe que profesan.

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Cómo citar en APA: Ochoa, S., Rúa, D., Granados, V. & Pérez-Vargas, J. (2021). Aportes de la pedagogía experiencial a la labor catequética. Cuestiones Teológicas, 48 (109), 130-146. DOI: http://doi.org/10.18566/cueteo.v48n109.a09

Recibido: 21 de Diciembre de 2020; Aprobado: 22 de Abril de 2021

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