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Franciscanum. Revista de las Ciencias del Espíritu

Print version ISSN 0120-1468

Franciscanum vol.59 no.168 Bogotá July/Dec. 2017

 

Teología

Procesos de enseñanza-aprendizaje para las personas privadas de libertad a partir de un análisis de Jn 4,1-42*

Teaching-learning processes for people deprived of freedom from an analysis of Jn 4, 1-42

Dina Elizabeth Rodríguez Díaz** 

**Estudios en Teología y Sagrada Escritura: Licenciada en Teología, Seminario Teológico Reformado de Colombia, 2005; profesional en Ciencias Bíblicas, Universidad Minuto de Dios, 2010; licenciada en Educación Religiosa, Universidad Minuto de Dios, 2011; Magíster en Teología de la Biblia, Universidad de San Buenaventura, 2014; diplomado en Arqueología Bíblica, Universidad Hebrea de Jerusalén, 2014; candidata al Doctorado en Teología, Pontifica Universidad Javeriana, Bogotá. Docente e investigadora de Sagrada Escritura, del grupo Palabra, Pueblo y Vida del programa de Ciencias Bíblicas de la Facultad de Ciencias Humanas y Sociales de la Universidad Minuto de Dios; docente de Sagrada Escritura en la Fundación Universitaria San Alfonso; docente de Educación Cristiana en el Seminario Teológico Reformado de Colombia; docente de Sagrada Escritura en el Seminario Discípulos de Cristo. Contacto: elizabethr5000@yahoo.com; dirodriguez@uniminuto.edu. Universidad Minuto de Dios Bogotá-Colombia


Resumen

El presente artículo pretende identificar los procesos de enseñanza-aprendizaje más adecuados para la formación bíblica de los privados de la libertad del patio 1, Establecimiento de Reclusión Especial (ERE) de la cárcel La Picota de la ciudad de Bogotá, D. C. En primer lugar, el trabajo presenta el contexto general de estas personas privadas de la libertad. En segundo lugar, se realiza un acercamiento semántico al verbo «διδάσκειν» (enseñar) en relación con la pedagogía de Jesús en los evangelios; en un tercer momento, se identifican las características de los procesos de enseñanza-aprendizaje utilizados por Jesús mediante un análisis exegético sincrónico de Jn 4,1-42; finalmente, se plantean las conclusiones a partir de los resultados exegéticos.

Palabras clave: Enseñanza; aprendizaje; formación; características; Biblia

Abstract

This article aims to identify the most appropriate teaching-learning processes for the biblical training of the deprived of freedom in the courtyard ERE 1 (Establishment of Special Detention 1) of the prison La Picota in the city of Bogotá, D.C. First, the paper presents the general context of persons deprived of liberty. Secondly, a semantic approach is made to the verb «διδάσκειν » (teaching) in relation to the pedagogy of Jesus in the Gospels; In a third moment, the characteristics of the teaching-learning processes used by Jesus are identified through a synchronic exegetical analysis of Jn 4: 1-42; Finally, conclusions are drawn from the exegetical results.

Keywords: Teaching; learning; training; features; Bible

Introducción

Pensar en educación y especialmente en una educación en la fe1, es pensar en una necesidad imperiosa en aras de la transformación personal; esto se torna aún más crucial cuando hablamos de una educación para personas privadas de la libertad, que por situaciones diversas han llegado a un centro de reclusión. El propósito de la enseñanza bíblica en cárceles busca que las personas recluidas replanteen sus comportamientos y superen las diferentes emociones negativas (depresión, ansiedad, soledad, entre otras) que el encierro produce en ellos. Se pretende que cambien su conducta de modo que ellos mismos se conviertan en agentes de cambio social en su primer círculo social2, en su familia y en la sociedad.

Es por ello que el presente artículo se propone identificar las características más importantes de los procesos de enseñanza-aprendizaje utilizados por Jesús en Jn 4,1-42, y las presenta como una propuesta de formación, que contribuye con la transformación y rehabilitación personal y social.

La práctica de la enseñanza de Jesús buscaba la liberación de la persona a partir del despertar de su propia conciencia. Sus metodologías tenían la intención de desestabilizar y romper la lógica de las diversas situaciones, crear tensiones a partir de los valores del reino de Dios con el propósito de llevar a la reflexión y a tomar actitudes nuevas centradas en una vida plena3. Era una pedagogía liberadora que ayudaba a los que le oían a develar su propia realidad; diríamos con Paulo Freire, los llevaba a una «concienciación», a «un despertar de la conciencia, un cambio de mentalidad que implica comprender realista y correctamente la ubicación de uno mismo en la naturaleza y en la sociedad, a tener la capacidad de analizar críticamente sus causas y consecuencias y a establecer comparaciones con otras situaciones y posibilidades, en pro de una acción eficaz y transformadora» 4.

Una de las estrategias pedagógicas importante de Jesús para la concienciación, era la escucha, Jesús se encontraba con las personas, establecía un diálogo, les proponía, les facilitaba la reflexión crítica a través de preguntas, parábolas, sentencias, imágenes, citas de la Escritura, enseñanza situacional, entre otras estrategias, de manera que quien le escuchaba era llamado a la existencia y a establecer un diálogo con el otro, con el mundo, con su creador y con su propia existencia, como diría Freire, lo hacía histórico5.

1. Contexto general de los privados de libertad del patio 1 ERE6.

La cárcel La Picota se encuentra ubicada en el kilómetro 5 vía Usme en la ciudad de Bogotá. En el patio denominado ERE 1, uno de los patios de la cárcel para personas ya condenadas, en donde se encuentran actualmente 208 internos, desde el estrato uno hasta el cinco; los niveles de formación académica también varían, desde estudios primarios, bachillerato, técnicos, tecnológicos, hasta profesionales. La población en su mayoría está compuesta por policías, militares y otros funcionarios del Estado; todos estos se encuentran recluidos en patios separados de la llamada «delincuencia común».

Durante el tiempo de su condena, el Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (INPEC) , diseña para los reclusos programas de capacitación educativa, que buscan resocializar a la población carcelaria; entre otros programas están: cursos del Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA), formación como proyecto de vida, diplomados en distintas áreas del saber bíblico y teológico dictados por el Instituto Bíblico Pastoral Latinoamericano del programa de Ciencias Bíblicas de la Facultad de Ciencias Humanas y Sociales, de la Universidad Minuto de Dios en convenio con la Fundación Caminos de Libertad7. Otra posibilidad para dicha población se ubica en el campo laboral; varios internos trabajan diferentes artesanías en madera o en hilo, algunos reciclan, otros lavan la ropa de sus compañeros y arreglan sus cuartos para ganarse la vida y ayudar a sus familias.

En cuanto a sus experiencias de fe, se encuentran internos de confesión católica, testigos de Jehová, pentecostales unitarios y evangélicos; otros no profesan ninguna confesión. Estos grupos se reúnen durante la semana para hacer sus oraciones; igualmente líderes de estas confesiones de fe los visitan con el fin de brindarles asistencia espiritual y talleres que refuerzan su fe y enriquecen su vida espiritual. La pastoral católica además de celebrar la Eucaristía y administrar los sacramentos, brinda talleres y retiros espirituales con el apoyo de los grupos Emaús y Juan XXIII8. Todo este quehacer de orden espiritual se lleva a cabo con el propósito de afianzar sus experiencias de fe y ayudar a los reclusos a descubrir su papel en el mundo, a reorientar sus vidas y comportamientos, desde la Sagrada Escritura, para convertirse en agentes de transformación social.

Es de cara a esta realidad carcelaria, que un grupo de profesores del Instituto Bíblico Pastoral Latinoamericano se pregunta acerca de los procesos de enseñanza aprendizaje más adecuados y pertinentes para la formación bíblica de personas privadas de la libertad. De esta inquietud surge el proyecto de investigación y este artículo.

Dado lo anterior, el interés central de este texto es descubrir en Jesús y en sus procesos de enseñanza-aprendizaje un modelo de formación que sea pertinente a la realidad dada. Por esta razón, el desarrollo de este escrito busca hacer un acercamiento al verbo «enseñar» (διδάσκειν) en relación con la pedagogía de Jesús, para descubrir los fundamentos de sus procesos de enseñanza y con base en un análisis exegético sincrónico de Jn 4,1-42 identificar algunas características sobresalientes en la tarea formativa y pedagógica de Jesús.

2. Acercamiento semántico, en términos generales, al verbo «enseñar» en relación con la pedagogía de Jesús

En primer lugar, debemos notar que Jesús es llamado «maestro» (διδάσκαλος) por quienes le rodean. En los evangelios este sustantivo aparece aplicado a Jesús más de 40 veces, mientras que el verbo «enseñar» (διδάσκειν) se aplica a Jesús cerca de 50 veces9; por otra parte, el verbo «predicar» (κηρύσσειν) solo es aplicado a Jesús en 9 ocasiones10. Esto nos permite afirmar que, según los evangelios, es más prominente la actividad de Jesús como maestro, como pedagogo, que como predicador.

En un acercamiento semántico en términos generales al verbo « διδάσκειν», el Diccionario Teológico del Nuevo Testamento permite describir esta acción como «el proceso en el cual algunos individuos o grupos tratan de comunicar a otros ciertos conocimientos o modos de conducta, que hasta entonces les eran extraños»11.

En la versión de los LXX, su uso está dado por la educación en la vida, cuyo propósito es hacer la voluntad de Dios y no meramente transmitir un conocimiento. «Los dikaiomata (normas) de Dios, y sus krímata, (derechos) deben ser aprendidos y entendidos; una vez aprendidos, exigen la obediencia, reclaman la responsabilidad y sitúan al hombre ante la decisión. Como "maestro" de esta voluntad aparece Dios mismo (Dt 4, 10), los padres de familia (con respecto a los hijos: Dt 11, 19; Ex 10, 1) o los hombres piadosos que conocen la voluntad de Dios»12.

En la literatura de Qumrán, de igual forma, la enseñanza tiene que ver con hacer la voluntad de Dios y la obediencia a sus mandatos. En el rabinismo, la idea de enseñar se enmarca en la interpretación de la ley para saber cuál es la voluntad de Dios en relación con Dios y con los demás13.

Respecto a la enseñanza de Jesús, los evangelios sinópticos afirman que Jesús enseñaba: en el templo, (Mc 12, 35; Lc 21, 37; Mt 26, 55), al aire libre, (Mt 5, 2; Mc 6, 34; Lc 5, 3), en las sinagogas, (Mt 9, 35; 13, 54; Mc 1, 21). Lc 4, 16 indica algunos detalles de cómo lo hacía: de pie para leer el rollo y sentado (forma común de los rabinos) para la interpretación. El uso absoluto del verbo «διδάσκω» en algunos pasajes encierra la idea de una síntesis del mensaje de Jesús (Mc 2,13; 6, 6; 10, 1; 12, 35; 14, 49; Lc 4, 15; 13, 22. 26; 19, 47; Mt 4, 23; 9, 35; 11, 1) aunque en algunos casos distingue la enseñanza y predicación concretas en situaciones definidas (Mc 1, 21 ss; 4, 1 ss; 8, 31; 11,17; Mt 5, 2; 21, 23; Lc 5, 3.17; 6, 6; 13, 10)14.

El matiz que Marcos le da a la enseñanza de Jesús, es la acción 6, 2. 34; existe una relación estrecha entre el enseñar y el hacer. Por otro lado, en Mc 1, 15, anunciar el Reino de Dios es anunciar a Jesús mismo como su contenido. Lucas en 4, 13ss resume la actividad de Jesús, como el cumplimiento de Isaías 61: hoy es el tiempo de salvación. Para Mateo hay que predicar enseñando, en el sermón del monte Jesús enseña a sus discípulos, es el maestro de la comunidad (Eclesía) que da plenitud a la ley: «más yo os digo», viviendo en ella se establece la justicia. En un sentido general, διδάσκω en los evangelios guarda una relación con los LXX y con el rabinismo; enseñar es educar para la vida, hay que interpretar con radicalidad la ley y anunciar la voluntad de Dios15.

En el Evangelio de Juan el verbo aparece 10 veces (entre otros pasajes: 6, 59; 7,14. 28. 35; 14, 26) y en 1 Jn, 2, 27 aparece 3 veces. En Juan, Jesús en su enseñanza (mensaje) revela el Reino de Dios, ante el cual hay que tomar una postura y tomar una decisión, se exige la fe pero no como algo abstracto, sino como algo concreto, por ello no se encuentra en dicho evangelio el sustantivo «Fe» (πιστεύω) sino el verbo creer (πίστις), (generalmente en su forma participial: aquel que está creyendo) que implica el hacerse creyente16.

En términos generales, los usos del verbo διδάσκω en los evangelios, son: anunciar y enseñar los mandamientos para tomar una decisión y transmitir un contenido fijo para ser recibido y conservado17.

Respecto al término griego ῥαββεί (lit. «mi maestro»), es el título que algunas veces se le asigna a Jesús en los evangelios (ausente en Lc), se usaba como título de respeto para los maestros judíos, es una transliteración del arameo al griego; el término connotaba «maestro de la ley de Israel»; el rabbí tiene discípulos, van a él para consultar sobre los casos judiciales de la ley (Lc 12, 13); de doctrina (Mc 12, 14).

3. Un modelo de enseñanza que hunde sus raíces en la sabiduría del Antiguo Testamento

Jesús es presentado en varios textos de los evangelios como un maestro de sabiduría, habla como los sabios, emplea las formas literarias que usan los sabios (parábolas, enigmas, símiles, metáforas, alegorías, etc.) Mt 13,54; Mc 6,2 y Lc 4,2218. Los temas de su enseñanza en términos generales son, Dios, su reino y su voluntad; un tema muy común en el judaísmo contemporáneo, pero al que Jesús le daba matices de radicalidad, era el anuncio de que el reino de Dios se había acercado y era necesario un cambio de vida (Mt 5,21; Mc 7,15). Este tema se convertirá en el centro de su enseñanza (4,17.23).

Jesús demuestra sabiduría en lo que dice y hace como en la tradición sapiencial del Antiguo Testamento19; sus enseñanzas expresan una actitud frente a la vida, a partir de un conocimiento de la voluntad de Dios expresada en la manera de vivir y relacionarse con el Creador, la gente y el mundo. En este sentido, las enseñanzas de Jesús en su mayoría a través de proverbios y parábolas20, componen la corona de la sabiduría bíblica, que pretende responder a los interrogantes ¿Qué es bueno para el hombre? ¿Qué es legítimo para el ser humano? Preguntas que marcan el derrotero de la actitud y actividad del hombre en relación con el Creador y con su entorno.

Vale la pena recordar que la sabiduría israelita va ligada a ideas religiosas, por lo que en ciertos contextos del Antiguo Testamento, se puede hablar de una piedad del hombre, que descubre que Dios ha creado el mundo y que él es parte de este, y por ser criatura depende de Dios y por ello debe «temer al Señor», temor no expresado en el culto sino «en los quehaceres de cada día que van tejiendo el desarrollo del ser humano como proyecto»21 (Pr 1, 7; Si 1, 14; Pr 4, 7). Por lo tanto, el verdadero hombre sabio es aquel que posee una piedad práctica cuyo propósito es la justicia, idea clara en Jesús de Nazaret (Mt 5, 17-48).

La idea de sabiduría en el Nuevo Testamento sigue la idea del Antiguo Testamento, en donde la sabiduría se manifiesta en aquel cuyo comportamiento es el resultado de vivir en la alianza que Dios hizo con sus antepasados, en este sentido, la sabiduría es un don de Dios expresado en la Torá22. Lc 2, 42-50 dice que Jesús crecía en sabiduría e inteligencia por el conocimiento asiduo de la Torá y la gracia de Dios estaba sobre él. Mt 13, 54: «Viniendo a su patria, les enseñaba en su sinagoga, de tal manera que decían maravillados: "¿De dónde le viene a este esa sabiduría y esos milagros?"»23. En sus palabras había novedades, radicalidad, incluía a los pobres y a los desvalidos y les daba a conocer la buena nueva, que era capaz de transformar al hombre y capacitarlo para empezar un nuevo proyecto de vida.

La tarea del maestro de sabiduría era llevar al estudiante y discípulo a la reflexión mediante sentencias, ofrecía consejo, posibilidades del conocimiento a través de formulaciones concretas, imágenes, estribillos, de tal modo que el aprendiz llegara a amar y a abrazar la sabiduría. El estilo pedagógico de Jesús se mueve en este ámbito, su labor educativa lleva a la plenitud el trabajo del pedagogo, un pedagogo que provoca asombro entre sus oyentes (Lc 4, 31-32), su forma de enseñar no se limitaba a la transmisión de un conocimiento, sino que llevaba a una experiencia por medio de la confrontación.

Así, vemos que Jesús no suprime la ley, hace alusión a ella, pero la radicaliza sin contradecirla, busca en ella la voluntad de Dios, tarea propia de los maestros de sabiduría; sin embargo, Jesús no dicta nuevos preceptos, hace propuestas más hondas en las relaciones interpersonales. Mc 2, 27 «Y les dijo: El sábado ha sido instituido para el hombre y no el hombre para el sábado», la ley está al servicio del hombre y no al contrario. Jesús presenta una libertad ante la ley a la manera de los profetas, quienes buscaban escribir la ley en el corazón y establecer una nueva relación con ella (Jr 31, 31-34)24.

En este sentido, Jesús buscaba la humanización del hombre y su dignificación, este ocupaba la parte central en sus procesos pedagógicos, opta por los pobres, los menos favorecidos de la sociedad, los marginados, los excluidos, los desposeídos, aunque no dejaba de lado otros estratos sociales; ponía al hombre por encima de cualquier ley, su propósito era que las gentes aceptaran el Reinado de Dios de modo que las estructuras sociales cambiaran y llegaran de esta manera a una verdadera fraternidad (Lc 19, 1-10).

3.1 Una enseñanza que parte de la realidad

En sus procesos pedagógicos, Jesús parte de la realidad, conoce el contexto, se fija en sus destinatarios: Ιδων25 δἑ τοὑς ὂχλους26... (Y habiendo visto a las multitudes... Mt 5, 1). Este es un «ver» que supera lo meramente sensorial, Jesús ha visto a la multitud en un momento puntual, pero su mirada no ha terminado allí, sino que ha sido continua. Ha direccionado su pensamiento hacia la multitud, ha hecho un discernimiento de la situación. Con esta misma mirada Jesús ve a la multitud que le rodea y habla de las exigencias del seguimiento 8, 1; ve la fe de unos que trajeron a él a un paralítico postrado en una camilla Mt 9, 2; conoce los pensamientos de los escribas que piensan mal de él Mt 9, 4; ve a la mujer que toca su manto Mt 9, 22; ve a la gente y tiene compasión porque están cansados y abatidos como ovejas que no tiene pastor Mt 9, 36. Los marginados por la sociedad, especialmente por los grupos dirigentes y religiosos: los maltratados, y los despreciados, a quienes hace receptores privilegiados del anuncio y de la buena nueva del reinado de Dios.

Jesús reconoce su entorno: en el aspecto político, Palestina está bajo el Imperio Romano, han perdido su independencia nacional, existe una crisis política, hay una inestabilidad constitucional, Judea era una provincia romana. Existían marcadas diferencias geográficas, históricas y religiosas entre el norte de Galilea y el sur de Judea27.

En el aspecto económico, Herodes había cargado de impuestos muy onerosos para la consecución de sus obras, más los tributos de carácter religioso que pesaban sobre el pueblo judío. Los agricultores eran los más perjudicados por lo que tenían que vender sus propiedades y pasaban a ser reducidos a jornaleros o esclavos. Por otro lado, existía una concentración del dinero y la propiedad en manos de la aristocracia sacerdotal y laical. La supervivencia diaria era un problema grave para gran parte de población en quienes la pobreza era un fenómeno generalizado28.

Desde el aspecto cultural, el pueblo estaba en graves problemas de identidad por causa del helenismo, también la entrada de la civilización urbana a las zonas rurales era una amenaza para la forma de vida tradicional. Existía una tensión marcada entre la cultura semita y la grecorromana, entre el judaísmo y el paganismo, tensión económica entre pobres y ricos, tensión política entre el poder romano y el pueblo judío que estaba sometido29.

Estas situaciones contextuales son para Jesús los signos de los tiempos que es necesario interpretar y transformar30.

3.2 Escucha

Una de las estrategias pedagógicas de Jesús, era la escucha, Jesús se encontraba con las personas, establecía un diálogo, les proponía, les facilitaba la reflexión crítica, de manera que quien le escuchaba era llamado a la existencia y a establecer un diálogo con el otro, con el mundo, con su creador y con su propia existencia, lo hacía histórico31.

Jesús escucha, enseña y sana, tiene una experiencia directa con la realidad del pueblo, conoce sus angustias, su dolor, fracasos y sueños, tiene compasión (Mt 9, 36).

3.3 Utiliza elementos del entorno

La cotidianidad es uno de sus recursos pedagógicos, emplea elementos del entorno, se acerca a la gente sencilla, entiende de ebanistería, conoce la vida del campo, la agricultura, ovejas, lobos, semillas, siembras, flores, odres, aves, lámparas, mercaderes, niños, amas de casa, etc. Conoce acerca de actividades laborales, asalariados, empleados, administradores, etc.

3.4 Emplea diversos métodos de enseñanza32:

  • Parábolas: es una comparación que involucra al destinatario de la parábola impeliéndolo a meterse dentro de la situación y a tomar una postura. Las parábolas tienen profundo carácter dialógico, llevan al interlocutor a descubrir una nueva dimensión de su existencia, sacar sus propias conclusiones, tomar una actitud de apertura, alcanzar una nueva visión de las cosas.

  • El elemento de comparación exige una toma de posición, un cambio de comportamiento; con sus parábolas Jesús rompe la lógica a través de giros inesperados que llevan al receptor a confrontarse con su propia experiencia para plantear una solución. Las parábolas se relacionan con eventos de la vida personal o comunitaria a fin de que el receptor se identifique en actitudes y comportamientos, reflexione y llegue a la conversión.

  • Imágenes: las imágenes representan otra realidad que está más allá de ella misma, por lo tanto, Jesús no pretende usar la imagen para que el destinatario se quede en ella, sino para que este descubra realidades más profundas. Ej. Mt 7, 15-17, Jesús hablando de los falsos profetas se refiere a ellos como a «lobos rapaces disfrazados de ovejas»; Mt 23, 24; Lc 11, 42, «colar el mosquito y tragarse el camello», con esta imagen Jesús pretende que se reflexione sobre los que son escrupulosos en los más mínimos detalles de la ley, pero las injusticias que cometen son tan grandes como el camello. Las imágenes siempre son pertinentes y vívidas.

  • Sentencias: son dichos o proverbios breves y cuidados con el fin de que los destinatarios los conserven en sus memorias, están estructurados en rima y su estructura es bimembre o trimembre. Una forma muy común entre los rabinos. Dichas sentencias recurrían a la experiencia de los que le oían: «no necesitan médico los sanos, sino los enfermos» Mc 2, 17, con esta sentencia Jesús explica su proceder; «porque donde está tu tesoro, está tu corazón» Mt 6, 21: Jesús los llevaba a preguntarse por lo que realmente es valioso en la vida.

  • Preguntas: es uno de los métodos más utilizados por Jesús a la hora de presentar su enseñanza; a través de las preguntas llevaba a la gente a reflexionar, comprender, solucionar; el propósito de las preguntas es cuestionar, incomodar, motivar, despertar una conciencia crítica. Las preguntas conducen a la humanización personal y comunitaria, obligan ir al fondo y buscar la verdad: «¿Qué está escrito en la ley?», «¿Cómo lees?», «¿Quién es tu prójimo?».

La forma de preguntar tiene su particularidad33, por ejemplo, Jesús pregunta para plantear un dilema,

Vuelven a Jerusalén y, mientras paseaba por el Templo, se le acercan los sumos sacerdotes, los escribas y los ancianos, y le decían: "¿Con qué autoridad haces esto?, o ¿quién te ha dado tal autoridad para hacerlo?" Jesús les dijo: "Os voy a preguntar una cosa. Respondedme y os diré con qué autoridad hago esto. El bautismo de Juan, ¿era del cielo o de los hombres? Respondedme". Ellos discurrían entre sí: "Si decimos: 'Del cielo', dirá: "Entonces, ¿por qué no le creísteis?". Pero ¿vamos a decir: "De los hombres?". Tenían miedo a la gente; pues todos tenían a Juan por un verdadero profeta. Responden, pues, a Jesús: "No sabemos". Jesús entonces les dice: "Tampoco yo os digo con qué autoridad hago esto". Mc 11, 27-33.

Para obligar a tomar una decisión: «Y les dice: "¿Es lícito en sábado hacer el bien en vez del mal, salvar una vida en vez de des truirla?" Pero ellos callaban». Mc 3,4.

En ocasiones utiliza preguntas que apelan al sentido común y a la experiencia cotidiana, Mc 2, 19: «Jesús les dijo: "¿Pueden acaso ayunar los invitados a la boda mientras el novio está con ellos? Mientras tengan consigo al novio no pueden ayunar"». Mc 4, 21: «Les decía también: "¿Acaso se trae la lámpara para ponerla debajo del celemín o debajo del lecho? ¿No es para ponerla sobre el candelero?"».

En otros momentos Jesús utiliza preguntas que llevan a la re flexión, Mc 8, 36: «Pues ¿de qué le sirve al hombre ganar el mundo entero si arruina su vida?».

También hace uso de preguntas retóricas: afirmaciones en for ma de pregunta: «Él les dijo: "¿Conque también vosotros estáis sin inteligencia? ¿No comprendéis que todo lo que de fuera entra en el hombre no puede contaminarle, pues no entra en su corazón, sino en el vientre y va a parar al excusado?"»; preguntas para responder de forma personal, Mc 3, 33: «Él les responde: "¿Quién es mi madre y mis hermanos?"».

O preguntas a manera de reproche, Mc 8, 17: «Dándose cuenta, les dice: "¿Por qué estáis hablando de que no tenéis panes? ¿Aún no comprendéis ni entendéis? ¿Es que tenéis la mente embotada?"».

Igualmente utiliza preguntas que requieren sólo una información, Mc 8, 23: «¿ves algo?».

En otras ocasiones Jesús utiliza preguntas argumentativas, Mc 12, 10: «¿No habéis leído esta Escritura: La piedra que los constructores desecharon, en piedra angular se ha convertido; fue el Señor quien hizo esto y es maravilloso a nuestros ojos?».

Y preguntas mordaces, Mt 7, 3-4: «¿Cómo es que miras la brizna que hay en el ojo de tu hermano, y no reparas en la viga que hay en tu ojo? ¿O cómo vas a decir a tu hermano: "Deja que te saque la brizna del ojo", teniendo la viga en el tuyo?».

  • En otros momentos, Jesús hace mención de citas de la Escritura y del judaísmo: preferentemente en el marco de disputas con sus adversarios, su pretensión es no solo hacer memoria histórica sino que la interpreta, la radicaliza y la profundiza, Mt 12, 3-4: «Pero él les dijo: "¿No habéis leído lo que hizo David cuando sintió hambre él y los que le acompañaban, cómo entró en la Casa de Dios y comieron los panes de la Presencia, que no le era lícito comer a él, ni a sus compañeros, sino sólo a los sacerdotes?"».

  • Su testimonio es muy importante: dice y hace, a este respecto Jesús les dice, Mt 23, 3: «Haced, pues, y observad todo lo que os digan; pero no imitéis su conducta, porque dicen y no hacen».

  • En ocasiones utiliza la exposición o enseñanza directa: a sus discípulos a quienes forma y prepara para que sean los conti nuadores de su misión, delinea un modelo social de servicio. Jn 13, 1-15; Mc 10, 35-45.

  • También hace uso de la enseñanza situacional: parte de situa ciones concretas que suceden en el momento Mc 3, 31-35; Mc 10, 13-16.

  • Realiza giros inesperados: en su enseñanza, Jesús tiene una particularidad y es dar giros que hacen que su enseñanza cobre un sentido y una fuerza en la mente de sus destinatarios forzando la lógica y en ocasiones rompiéndola para llegar a una conclusión que nadie podía haber imaginado. Lc 10, 25-37.

Con sus métodos, Jesús no imponía, invitaba a la reflexión, se abría al diálogo, lo que permitía cambios de comportamiento. Jesús invita a sus oyentes a expresarse, exponer sus opiniones, puntos de vista, argumentar, tomar posiciones. Se ponía del lado del otro, lo valoraba, lo entendía, tenía una enorme sensibilidad, observaba y esto le permitía aplicar los métodos apropiados a cada situación para estimular y facilitar el aprendizaje.

Su lenguaje era preciso, conciso, enfático, gráfico, usaba variedad de imágenes de la vida cotidiana, acudía muchas veces al absurdo, esto facilitaba que la verdad fuera retenida y que sus destinatarios se conectaran con su propia experiencia generando un aprendizaje significativo34.

Después de describir en forma concisa algunos aspectos significativos sobre el verbo διδάσκειν, en relación con la pedagogía de Jesús en los evangelios y echar un vistazo a sus métodos de enseñanza, en el siguiente apartado se presenta un análisis sincrónico de Jn 4,1 42 con el propósito de identificar y acentuar las características más importantes de esos procesos de enseñanza-aprendizaje descritos anteriormente, utilizados por Jesús en su quehacer pedagógico con la mujer samaritana.

4. Análisis exegético de Jn 4, 1-42. Proceso de enseñanza aprendizaje utilizado por Jesús

Jesús y la mujer samaritana, es un relato lleno de símbolos utilizados por Jesús como estrategias pedagógicas en su proceso educativo y formativo. Para el propósito del presente artículo se toman únicamente los versículos del diálogo entre Jesús y la samaritana.

En 4,1-3 el narrador empieza diciendo: «Cuando Jesús se enteró de que había llegado a oídos de los fariseos que él hacía y bautizaba más discípulos que Juan -aunque no era Jesús mismo el que bautizaba, sino sus discípulos-, abandonó Judea y volvió a Galilea». Esta alusión de volver a Galilea quizá es utilizada por el autor para preparar el escenario del episodio en Samaría.

4.1 Jesús parte de la realidad

El versículo 4 afirma de manera puntual: «Tenía que pasar por Samaría»

Samaría estaba en medio de Galilea y Judea, pasar por allí era el camino más corto entre las dos regiones, pero había una enemistad de tiempo atrás entre judíos y samaritanos; esto obligaba a los judíos a pasar por el camino más largo y dificultoso, quizá por la depresión del Jordán35. Sin embargo, llama la atención la mención de «era necesario» ἒδει, (en indicativo imperfecto activo) en el contexto amplio del cuarto evangelio y por el uso que Juan hace de este verbo, tiene un matiz teológico, ya que tiene que ver con la misión salvífica de Jesús (3, 7.14. 30; 4, 20. 24; 9, 4; 10,16; 12, 34; 20, 9), hay una necesidad que demanda la intervención de Jesús, se trata de cumplir la voluntad y los designios de Dios36. Una mujer que necesita reconocer la salvación del Señor, hacer cambios y rupturas en su experiencia de vida; pero, ¿cómo hacer para que ella se abra a la acción de Dios? Jesús no llega a transmitirle verdades teológicas, la lleva a descubrirlas a través del diálogo, comienza un proceso pedagógico, entra en su contexto, en su cotidianidad.

Los versículos 5 y 6 hacen mención del lugar alrededor del cual se dará el diálogo: el pozo de Jacob. Un pozo era un lugar de paso obligado para los pueblos que pasan por el desierto; alrededor de un pozo se hablaba de las tradiciones antiguas, las conquistas, las luchas por el territorio (Gn 24; 29; Ex 2, 15-22; Nm 21, 17-18), era el lugar a donde solían acudir las mujeres para sacar agua. Este pozo tenía una larga tradición y era muy conocido por judíos y samaritanos; era un pozo que tenía que ver con la mujer y sus vivencias. La figura del pozo, en la tradición judía, era figura de la ley que formuló Moisés más tarde. «Del pozo de la ley brota el agua viva de la sabiduría»37.

En las tradiciones de Gn 33,19; 48, 22; Jos 24, 32, se dice que Jacob llegó a Siquem, compró el campo y erigió un altar a Dios y años más tarde lo entregó a José. Para los samaritanos era un lugar sagrado, porque se consideraban descendientes de José38. El pozo era muy hondo, aproximadamente 30 metros de profundidad, se necesitaba mucho esfuerzo para sacar el agua.

Jesús va cansado del viaje (κεκοπιακώς - cansado) y se sienta junto al pozo (v. 6), acción que prepara el diálogo con la mujer. Era alrededor de la hora sexta o medio día. Una hora en que nadie salía por agua por ser la hora de más calor. Sin embargo, el v. 7 dice que llega una mujer a sacar agua.

Juan Mateus interpreta que la alusión a «se quedó sentado», se refiere a que Jesús va a ocupar el puesto del manantial, él ofrecerá un agua que brotará del manantial abierto de su costado (19,34)39.

4.2 Jesús plantea un diálogo

Jesús le dice v. 7: «Dame de beber», comienza el diálogo; con esta petición pretende llamar la atención de la mujer, la incomoda, la hace reaccionar, es una petición anormal. Existen varios elementos que la hacen cuestionar:

  • En su cultura un hombre no hablaba en público con una mujer.

  • Él era judío y ella samaritana, así que tenían diferencias cultu rales e ideológicas.

  • Él como judío no podía beber en el mismo recipiente de un pa gano.

Es una petición que rompe la lógica y quebranta la norma social; ella argumenta enseguida, v.8: «Le responde la samaritana: ¡Cómo! ¿Tú, que eres judío, me pides de beber a mí, que soy samaritana? Los judíos no se tratan con los samaritanos»40. Jesús se había dirigido a ella, quería tomar de su vaso, estaba rompiendo las barreras discriminatorias de raza y costumbres ortodoxas judías; la estaba reconociendo, incluyendo, le estaba quitando el estigma social, por el que quizá salía a esa hora por agua. Jesús se interesaba por ella, de esta manera Jesús da comienzo a un proceso de educación liberadora, la guiará a develar su propia realidad y a leer su historia a la luz de la gran revelación que Jesús le hará más tarde.

4.3 Usa lenguaje metafórico en sus afirmaciones, eleva el diálogo a un plano superior

V 10: «Jesús le contestó: Si conocieras el don de Dios y quién es el que te pide de beber, tú le pedirías a él, y él te daría agua viva». Estas afirmaciones de Jesús elevan el diálogo a un plano superior; R. Schnackenburg afirma: «Es magistral la transición de la situación externa al contacto interno de la persona con el revelador»41. Jesús alude a dos elementos nuevos: el «don» y quien lo da.

La frase griega usada aquí (δωρεαν τοṽ θεοṽ - don de Dios) se emplea en la Biblia para hablar de un regalo de Dios: como el maná, el pozo en el desierto o el Espíritu Santo en el Nuevo Testamento.

Con esta afirmación Jesús desea llevar a la mujer a pensar, reflexionar y comprender, hace uso de lenguaje metafórico usado por los profetas del Antiguo Testamento, Is 12, 3: «Sacarán agua con gozo del manantial de la salvación». La promesa de Dios era, Is 44, 3: «voy a derramar agua sobre el suelo sediento y torrentes en la tierra seca; voy a derramar mi aliento sobre tu descendencia y mi bendición sobre tus retoños»; Is 55, 1: «¡Atención, sedientos!, vengan por agua»; la queja de Jeremías cuando el pueblo se olvidó de YHWH, era, Jr 2, 13: «porque dos maldades ha cometido mi pueblo: me abandonaron a mí, fuente de agua viva, y se cavaron pozos, pozos agrietados que no conservan el agua». Algunas veces los rabinos identificaban el agua viva con la sabiduría de la ley42.

Todo este lenguaje metafórico hacía alusión a la sed del alma que podía ser saciada con el don divino del agua viva que solo Dios podía otorgar. Esta afirmación iría a ser dicha por el Mesías en la visión profética de la era por venir. Is 49, 10: «no pasarán hambre ni sed, no les hará daño el viento ardiente ni el sol; porque los conduce el que los compadece y los guía a manantiales de agua». Sería en la era mesiánica cuando el sequedal se convertiría en manaderos de agua, Is 35,7: «el arenal será un estanque, lo reseco un manantial, la hierba cañas y juncos crecerán en la cueva donde se tumbaban chacales». Jesús era el ungido de Dios que inauguraba la nueva era. Pero ¿cómo hacer para que la mujer lo comprendiera y pidiera de esa agua viva para saciar su sed?

Jesús irá enriqueciendo esta expresión y llenándola de contenido en el transcurso del diálogo, le da un sentido teológico, describe la totalidad de su obra como la manifestación de la voluntad de Dios, v. 3443.

Jesús dice «si supieras quién es el que te dice», el Hijo de Dios es quien habla; como logos Jesús le está haciendo una revelación de sí mismo y del agua viva como don otorgado por él: una nueva vida. Se han roto las barreras, la mujer samaritana le pide a él, al judío, quien se ofrece para calmar la sed espiritual, el anhelo más profundo del hombre44.

4.4 Motiva a preguntar

Esta frase del versículo 10: «Si conocieras el don de Dios y quién es el que te pide de beber, tú le pedirías a él y él te daría agua viva», motiva a la mujer a preguntar:

V11 y 12: «Le dice [la mujer]: -Señor, no tienes con qué sacar el agua y el pozo es profundo, ¿dónde vas a conseguir agua viva? ¿Eres, acaso, más poderoso que nuestro padre Jacob, que nos dio este pozo, del que bebían él, sus hijos y sus rebaños?».

Con la pregunta, la mujer afirma sin saber, que Jesús es más grande que Jacob, un personaje muy importante para la fe de los samaritanos. La mujer aún no entiende, tiene que deconstruir para volver a construir; los presupuestos que tiene deben ser modificados a la luz de la revelación. Ella piensa en el agua ordinaria, su falta de comprensión hace interesante el diálogo, Jesús se aprovecha de ese malentendido para seguir adelante, guiándola al discernimiento ade cuado de quién es el que le habla; ella comienza a llamarlo «señor».

4.5 Hace afirmaciones de manera gráfica para ayudar a la mujer a descubrir su realidad interior

V 13 y 14: «Le contestó Jesús: -El que bebe de esta agua vuelve a tener sed; quien beba del agua que yo le daré no tendrá sed jamás, porque el agua que le daré se convertirá dentro de él en manantial que brota dando vida eterna».

Con esta comparación Jesús lleva a su interlocutora a descubrir su propia realidad, crea la necesidad de mirar en su propio fuero interno. Esa era la manera de enseñar de Jesús, una manera eficaz que producía revoluciones internas, deseo de cambio, la hace cons ciente de su necesidad.

Jesús le habla del agua viva, que para los judíos era el agua no estancada sino el agua pura de manantial que corría y que era la mejor. Era el agua de movimiento rápido, que saltaba y brincaba, aquí el agua es el sujeto de la acción.

La mujer está pasando por un proceso de deconstrucción, aún piensa en el agua corriente, no ha descubierto el sentido tan profundo de las palabras de Jesús, v.15: «Le dice la mujer: -Señor, dame de esa agua, para que no tenga sed y no tenga que venir acá a sacarla». Está dispuesta a abandonar el pozo de su padre Jacob, para beber del agua que Jesús le ofrece. Ante la petición de la mujer Jesús accede con un giro inesperado, como si estuviera cambiando de tema.

4.6 Da giros sorprendentes

V. 16: «Jesús le dice: -Ve, llama a tu marido y vuelve acá». Esta petición de Jesús la sorprende, su realidad es revelada, Jesús descubre la confusión y el caos de la vida de la mujer; de repente ella se ve a sí misma, Jesús la lleva a enfrentarse consigo misma, lo que a su vez la llevará a encontrarse con Dios45, se vio en la presencia de Cristo. Beber del agua que Jesús le ofrece es entrar en una nueva vida. Jesús apunta a lo profundo para que ella misma descubra su necesidad y se abra a lo divino. Ella comprende que solo cuando armonice su vida con fe, podrá encontrarle sentido y contenido a su existencia46, descubrirá su papel en el mundo dejando que Dios sea en ella.

La mujer responde enfáticamente v. 17: «no tengo marido». Es indudable que la mujer siente incriminación sin ser esa la intención de Jesús, él la lleva a un terreno más profundo, a que descubra el don de Dios, el agua viva. Jesús le presenta las posibilidades de cambio, él es la fuente inagotable de la vida, que armoniza e integra a la persona humana47, esa revelación va siendo gradual.

4.7 Invierte las palabras para impactar

V18: «Le dice Jesús: -Tienes razón al decir que no tienes marido; porque has tenido cinco hombres, y el que tienes ahora tampoco es tu marido. En eso has dicho la verdad. Le dice la mujer: -Señor, veo que eres profeta».

Aquí Jesús invierte el orden de las palabras dichas por la mujer, ella dice: «no tengo marido» (ούκ ἒχω ἄνδρα) y Jesús le responde: «bien has dicho: marido no tengo» (ἄνδρα ούκ ἒχω), cada uno, la mujer y Jesús, pone énfasis en una palabra. La mujer reacciona contra la prueba moral, Jesús va más allá, con la inversión marca un contraste temporal (no tiene pero ha tenido), Jesús produce un impacto y la lleva a un nivel más profundo; de esta manera la mujer afirma «-Señor, veo que eres profeta». De manera gradual la mujer está descubriendo quién es Jesús: la fuente inagotable que producirá cambios en su vida personal y social; con su cambio será rehabilitada, ahora dejará de ser rechazada socialmente48. La mujer comprende la condición real de su existencia y ve en Jesús al profeta esperado; Jesús la ha conducido a una apertura de fe, ella tenderá hacia Dios para dar un giro a su vida, su sed será saciada por la verdadera fuente de vida.

4.8 Conduce a hacer formulaciones de fe

V 19 Y 20: «-Señor, veo que eres profeta. Nuestros padres daban culto en este monte; ustedes en cambio dicen que es en Jerusalén donde hay que dar culto».

La mujer hace una afirmación de fe y se refiere al lugar de culto. El profeta esperado debía ser enviado por Dios al igual que Moisés (Dt 18,18) y hablaría las palabras que Dios pusiera en sus labios, él revelaría lo correcto respecto al culto. Allí el verdadero Mesías se revelaría. Ella desea descubrir en Jesús ese profeta esperado que ya le ha revelado su situación y la revelación del verdadero lugar de culto sería la prueba definitiva.

4.9 Hace revelaciones de gran profundidad teológica (las condiciones aquí ya están dadas para que la mujer las comprenda)

V 21-24. Le dice Jesús: «-Créeme, mujer, llega la hora en que ni en este monte ni en Jerusalén se dará culto al Padre. Ustedes dan culto a lo que no conocen, nosotros damos culto a lo que conocemos; porque la salvación procede de los judíos. Pero llega la hora, ya ha llegado, en que los que dan culto auténtico adorarán al Padre en espíritu y en verdad. Porque esos son los adoradores que busca el Padre. Dios es Espíritu y los que lo adoran deben hacerlo en espíritu y verdad».

En la era mesiánica los lugares ya no serían los importantes; en la era escatológica «la hora» se identificaría con la presencia misma del Mesías, quien revelaría el verdadero espíritu del culto al Padre49. Los judíos habían sido elegidos en los propósitos salvíficos de Dios y conocían al verdadero Dios (YHWH), de allí vendría el Mesías para todas las naciones, ahora con su presencia también hay una nueva relación con Dios, ahora la relación entre la gente y Dios sería en Espíritu y en verdad. Ahora sería interior, espiritual, no expresada a través de sacrificios externos materiales, tampoco estaría ligada a lugares concretos, el verdadero culto sería un conocimiento del verdadero Dios expresado en la pureza del corazón, una adoración correspondiente a la nueva condición del hombre50. Ahora los sa crificios son una vida entregada que pone en práctica la voluntad de Dios, una vida que Dios ha infundido por su Espíritu obrando y transformando. Jesús muestra su misión universal y salvadora.

Jesús en su actividad bautizaría con Espíritu, dando vida nueva (Jn 1,33; 6,63; 7, 39; 19,30; 20,22) y revelaría la verdad, el Padre. El plan de llevar al hombre a Dios, un Dios que se relaciona con el ser humano y al que se puede conocer solo mediante la glorificación de Jesús. (Jn 7,39; 16,7; 19,30; 29,22).

Frente a estas afirmaciones de Jesús, la mujer entiende que Jesús hablaba de la era mesiánica cuando afirma v. 25 «Sé que vendrá el Mesías -es decir, Cristo-. Cuando él venga, nos lo explicará todo». La mujer hace otra afirmación: es el Mesías, el ungido, el que revelará todas las cosas, es la esperanza en un futuro en el que se tendrá la revelación final, en donde se aclararán todas las cosas respecto al culto y la adoración y las diferencias serán derribadas.

Jesús aprovecha esta profesión de fe que acaba de hacer la mu jer para llegar al punto culminante del proceso formativo, darse a conocer.

4.10 Llega al punto culminante del proceso formativo

V. 26, «Yo soy, el que te está hablando». Jesús se le revela como tal, la conversación llega a su culmen, Jesús desea direccionar la fe de la mujer hacia él. El uso de la expresión «Yo soy» (ἑγώ είμι) tiene su raíz en el Antiguo Testamento, Jesús habla aquí como YHWH. Jesús se ha revelado como el agua viva, como el profeta esperado, como el lugar de adoración y como el Mesías, quien revela al Padre; la mujer ha sido dirigida hacia la verdad, a conocer al Padre, su acción y su amor, ahora hará una genuina adoración, ahora hay otra relación con el Padre. Jesús ha sido el revelador divino, el profeta que habla la obra de Dios, lleno del Espíritu que crea el nuevo pueblo de Dios.

4.11 Respuesta de la mujer-cambia su escala de valores

Los versículos 28 y 29 narran que la mujer, dejando su cántaro, corrió a la ciudad y dijo a la gente: «Venid a ver a un hombre que me ha dicho todo lo que he hecho. ¿No será el Cristo?».

La mujer se ha encontrado con la revelación divina, en Jesucristo, ha saciado su sed y ahora se convierte en testigo e instrumento para que su pueblo también se encuentre con él. Ha sido recuperada per sonal y socialmente, ha comprendido el sentido de su vida en Dios, ha cambiado su escala de valores, del agua material, al agua viva. Ahora es ella agente de transformación y cambio social, su cambio ha sido tal que siendo mujer y llevando una vida de confusión es digna de que su testimonio sea creído.

V. 39-42 «Muchos samaritanos de aquella ciudad creyeron en él por las palabras de la mujer que atestiguaba: "Me ha dicho todo lo que he hecho". Cuando llegaron donde él los samaritanos le rogaron que se quedara con ellos. Y se quedó allí dos días. Y fueron muchos más los que creyeron por sus palabras, y decían a la mujer: "Ya no creemos por tus palabras; que nosotros mismos hemos oído y sabemos que éste es verdaderamente el Salvador del mundo"».

En su diálogo con la Samaritana Jesús la lleva de un plano ma terial a un plano de realidad superior, la lleva a descubrir lo esen cial, su relación con Dios, la salvación experimentada en su historia transformada y en testimonio de vida para alcanzar a otros quienes también son objeto de la salvación y deben ser conducidos al igual que la mujer, a un plano superior en donde ellos también confiesen que él es verdaderamente el salvador.

El diálogo de Jesús con la Samaritana es evidentemente un ejemplo excelente de progresión en la enseñanza de la fe por parte de Jesús: primero agua, (4,7), luego agua viva (4,10), después una fuente (4,14); todo esto está en armonía con una progresión en la comprensión de la naturaleza de Jesús: un judío (4,9), un profeta (4,19), el Cristo (4,29).

La conversación entre Jesús y la mujer samaritana comenzó con el asunto de la sed física y concluyó con el agua dadora de vida. De igual manera hoy, las necesidades cotidianas proveen la ocasión para enseñar a los hombres acerca de la verdadera satisfacción de la necesidad más profunda de la vida.

Conclusiones

La pedagogía de Jesús es una pedagogía liberadora que lleva al ser humano a vivir la plenitud del amor del Padre. Su enseñanza a través del lenguaje simbólico y gráfico es la manera más bella de formar, teniendo en cuenta la realidad cultural, religiosa y social de quienes son formados. La pedagogía de Jesús es una pedagogía que conduce al discípulo a reconocer y comprender sus propias necesi dades y la manera de satisfacerlas.

Es una pedagogía pertinente para la enseñanza bíblica a los privados de la libertad, quienes al igual que la mujer samaritana, necesitan ser conducidos a beber a grandes sorbos del agua de la vida que Jesús ofrece y que fluye siempre fresca del manantial de Dios, para calmar en cada ser humano, la sed de perdón y reconciliación, consigo mismo y con la sociedad. El recluso necesita libertad espiritual en medio de su cautiverio físico; necesita encontrarse con su propia realidad, recuperar la esperanza y encontrarle nuevo sentido a su vida a través de la luz de Dios y como bautizado comprender el nuevo estado de vida al que es llamado por Jesús, a ser creyente, a descubrir el cumplimiento de sus esperanzas y su fe y a ser agente de transformación en su primer círculo social, sus compañeros de prisión, pero también en el hogar y en la sociedad.

Las características de los procesos de enseñanza-aprendizaje para la formación en Sagrada Escritura a los privados de la libertad desde un análisis de Jn 4, 1-42, señalan ciertas directrices que se deben tener en cuenta en el proceso del quehacer pedagógico para evitar que se torne vertical y enmudecedor; pues solo hay verdadera comunicación de contenidos cuando existe verdadera acción recíproca entre emisor y receptor, donde se recibe y se emite en condiciones de igualdad, es decir, donde hay interrelación humana. Estas directrices son:

  1. Partir de la realidad: hay una necesidad que demanda la inter vención de Dios. Los internos necesitan reconocer la salvación del Señor, hacer rupturas y cambios en su experiencia de vida. Pero, ¿cómo hacer para que ellos abran su corazón a la acción de Dios? Dado que el cristianismo no es una ideología, ni una filosofía, ni simplemente un conjunto de principios religiosos, sino que se trata de una praxis, un modo de vida, así el proceso de enseñanza-aprendizaje no se puede limitar a la impartición de un conjunto de verdades teológicas abstractas, sino que debe partir de la realidad y la situación concreta del hombre y debe dirigirse a la totalidad de la persona humana, teniendo en cuen ta sus condiciones culturales, sociales, políticas, económicas y religiosas. No se trata pues, de transmitirle principios cristianos abstractos sino de llevarlo a través del diálogo y la vivencia experiencial en su contexto y en su cotidianidad.

  2. Establecer una dinámica de grupo que favorezca el diálogo, el en cuentro, entre personas animadas por la misma fe y favoreciendo la participación activa de todos los involucrados en el proceso de enseñanza-aprendizaje, rompiendo las barreras discriminatorias del estigma social, de raza, de tradiciones y costumbres; intere sándose por sus historias de vida, sus luchas y sus soledades; y a través del diálogo guiarlos a que ellos mismos develen su propia realidad y la lean a la luz de la revelación de Dios.

  3. Uso de lenguaje metafórico: Jesús es el maestro por excelencia y nos enseña la manera en que empleó el lenguaje para impactar y llamar la atención de la samaritana y de otros personajes de las narraciones evangélicas. De él se tiene que aprender la pe dagogía de Dios para transmitir sus enseñanzas y posibilitar el encuentro del hombre de hoy con su mensaje y con su persona. Jesús para enseñar a los hombres de su tiempo usó el lenguaje de ellos, asumió su cultura y puso en el lenguaje sencillo del pueblo el mensaje de Dios. Su forma de enseñar debe inspirarnos y su manera de dialogar debe enseñarnos a llevar la palabra de Dios no solo a la inteligencia sino también al corazón de los oyentes. Con su metodología inductiva, mediante constantes referencias a la cotidianidad: el ambiente social, la vida de familia, los trabajos agrícolas y la vida pastoril de sus contemporáneos, presentó las maravillas del reino de Dios. Partió de lo conocido a lo descono cido, cautivó así la atención de sus oyentes y les hizo entender los misterios del reino de Dios.

  4. Motivar al cuestionamiento y al análisis crítico:

  5. Jesús hace una afirmación en el versículo 10: «Si conocieras el don de Dios y quién es el que te pide de beber, tú le pedirías a él, y él te daría agua viva». Esta afirmación motiva a la mujer a preguntar: «Señor, no tienes con qué sacar el agua y el pozo es profundo, ¿dónde vas a conseguir agua viva? ¿Eres, acaso, más poderoso que nuestro padre Jacob, que nos dio este pozo, del que bebían él, sus hijos y sus rebaños?». Así mismo nuestra pedagogía debe motivar a los internos a la reflexión, el análisis y el cuestionamiento.

  6. Hacer afirmaciones de manera gráfica para ayudar a los internos a descubrir su realidad interior

  7. V 13 y 14: «Le contestó Jesús: -El que bebe de esta agua vuelve a tener sed; quien beba del agua que yo le daré no tendrá sed jamás, porque el agua que le daré se convertirá dentro de él en manantial que brota dando vida eterna».

  8. Con esta comparación Jesús lleva a su interlocutor a descubrir su propia realidad, crea la necesidad de mirar en su propio fuero interno. Esa debe ser la manera de enseñar, una manera eficaz que produzca revoluciones internas, deseo de cambio, hacer conscientes a los internos de su necesidad espiritual.

  9. Dar giros sorprendentes que toquen la vida personal:

  10. V. 16: «Jesús le dice: -Ve, llama a tu marido y vuelve acá». Esta petición de Jesús la sorprende, su realidad es revelada, Jesús descubre la confusión y el caos de la vida de la mujer; de repente ella se ve a sí misma, Jesús la lleva a enfrentarse consigo misma, lo que a su vez la llevará a encontrarse con Dios51. De la misma manera es necesario apuntar a lo profundo para que los internos descubran su necesidad y se abran a lo divino.

  11. Invertir las palabras para impactar

  12. A partir de lo que el interno vaya manifestando de su vida personal, se debe hacer uso de esas mismas palabras de tal manera que el interno reflexione y reaccione sobre su vida moral descubriendo en Jesús la fuente inagotable que producirá cambios en su vida personal y social.

  13. Conducir a los internos a hacer formulaciones de fe

  14. Una vez los internos descubran la fuente inagotable que cambia sus vidas, harán confesiones de fe sobre Dios.

  15. Hacer revelaciones de gran profundidad teológica (las condicio nes aquí ya están dadas para que los internos comprendan las verdades teológicas) que fundamentarán su fe.

  16. Se debe aprovechar la profesión de fe que hace el interno para llegar al punto culminante del proceso formativo: que Jesucristo pueda ser encarnado en sus vidas.

  17. Respuesta de los internos-cambian su escala de valores

  18. En este punto del proceso formativo, los internos se han encon trado con la revelación divina en Jesucristo, han saciado su sed y ahora se convierten en testigos e instrumentos para que otros también se encuentren con Jesús. Han sido recuperados personal y socialmente, han comprendido el sentido de su vida en Dios, han cambiado su escala de valores. Ahora ellos serán agentes de transformación y cambio social.

Estas características de la enseñanza-aprendizaje en una formación bíblica, lograrán que los internos lleguen a un discernimiento de la voluntad de Dios, de acuerdo a las exigencias de la fe para que construyan una sociedad nueva en donde rijan las relaciones humanas que brotan del amor mutuo. Que tengan una conducta reflejo de la conducta de Jesús, elaborada a partir de una conciencia crítica que no se deja moldear por los intereses del sistema establecido. Una conciencia capaz de reflexionar y actuar a partir de la libertad que caracteriza a un hijo de Dios. Esto solo será posible comprendiendo las verdades que orientan por un auténtico camino de vida, vivido de acuerdo a las exigencias de la fe en Jesucristo52.

Este modelo de formación permite hacer una valoración de las prácticas educativas actuales a la luz de la Biblia, una pedagogía incluyente, una pedagogía dialógica, crítica y liberadora, que trabaja el desarrollo de la persona, su construcción humana y el tejido de la sociedad.

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* Este artículo es fruto de la investigación: «Fundamentos bíblicos pedagógicos de procesos de enseñanza-aprendizaje de la Biblia para los privados de la libertad de la cárcel La Picota de Bogotá, D. C.», Grupo de investigación: «Palabra, Pueblo y Vida» del Instituto Bíblico Pastoral Latinoamericano de la Universidad Minuto de Dios. Línea de investigación: «Lectura contextual de la Biblia». Duración del proyecto de investigación: 12 meses, fecha de realización: enero a diciembre de 2015.

Para citar este artículo: Dina Elizabeth Rodríguez Díaz. «Procesos de enseñanza-aprendizaje para las personas privadas de libertad a partir de un análisis de Jn 4,1-42». Franciscanum 168, Vol. LIX (2016): 321-354.

1 Carlos Ribeiro Filho Caldas, «Reseña. A educação à luz da pedagogia de Jesus de Nazaré», Fides Reformata 2, Vol. 13 (2008): 203-205.

2 Compañeros de prisión.

3 Carlos Dausá, Encuentros con el maestro. La pedagogía de Jesús (La Habana: Caminos, 2006), 15.

4 Paulo Freire, La educación como práctica de la libertad (México: Siglo xxi editores, 1992), 53.

5 Paulo Freire, La educación como práctica de la libertad, 14.

6 La información presentada es producto de entrevistas a los internos durante el proceso investigativo.

7 Fundación que pertenece a la Pastoral Penitenciaria Católica y trabaja por la comunidad penitenciaria. Su misión consiste en: «Dar apoyo a la Iglesia católica en los programas liderados por la Pastoral Penitenciaria Católica como son: acogida, orientación, capacitación y atención a las personas privadas de la libertad en las cárceles, post-penado y familias, como una contribución al desarrollo, la prevención del delito desde la niñez, la búsqueda de la paz y la promoción de la dignidad humana, como bases de la justicia social y el desarrollo integral de los beneficiarios». www.caminosdelibertad.org/index.php/quienes-somos/mision-y-vision.

8 Grupos católicos cuyo fin es realizar acompañamiento y retiros espirituales.

9 Hugo Petter, La Nueva Concordancia greco-española del Nuevo Testamento (Alabama: Mundo His pano, 1980), 132, 133.

10 Hugo Petter, La Nueva Concordancia greco-española del Nuevo Testamento, 308.

11 K. Wegenast, Diccionario teológico del Nuevo Testamento Vol. ii (Salamanca: Sígueme, 1990), 79.

12 K. Wegenast, Diccionario teológico del Nuevo Testamento Vol. 11, 79.

13 K. Wegenast, Diccionario teológico del Nuevo Testamento Vol. 11, 79-80.

14 K. Wegenast, Diccionario teológico del Nuevo Testamento Vol. 11, 80.

15 K. Wegenast, Diccionario teológico del Nuevo Testamento Vol. 11, 81.

16 K. Wegenast, Diccionario teológico del Nuevo Testamento Vol. 11, 82.

17 K. Wegenast, Diccionario teológico del Nuevo Testamento Vol. 11, 84.

18 Maurice Gilbert y Jean Noel Aletti, La sabiduría y Jesucristo (Estella: Verbo Divino, 1982), 63.

19 Llamada así por Von Rad, o tradición intelectual, como en Whybray. Cf. Víctor Morla Asensio, Libros sapienciales y otros escritos (Estella: Verbo Divino, 2002), 23.

20 Tradición didáctica, connota en general una tarea escolar, pero ampliando el espectro «la sabiduría bíblica se caracteriza por un decidido impulso hacia la formación integral del hombre». Cf. Víctor Morla Asensio, Libros sapienciales y otros escritos, 32.

21 Cf. Víctor Morla Asensio, Libros sapienciales y otros escritos, 38.

22 J. Goetzmann, Diccionario teológico del Nuevo Testamento Vol. IV, 125.

23Biblia de Jerusalén, Bilbao: Desclée de Brouwer, 1976.

24 Alejandro Dausá, Encuentros con el maestro, la pedagogía de Jesús de Nazaret (La Habana: Caminos, 2006), 49.

25 ΄Іδών verbo participio aoristo activo de όράω, el verbo más importante para describir la acción de ver, mirar, puede denotar visión sensorial pero su uso principal es la percepción profunda; όράω) es uno de los verbos más importantes, en los evangelios, Hechos y Apocalipsis, se utiliza 113x en el Nuevo Testamento. Tienen una amplia gama de significados: percibir, notar, verificar, percatarse, saber, juzgar, tomar nota. Es una visión que supera la percepción meramente de los sentidos. Cf. Gerahard Kittel y Gerahard Friedrich, Compendio del diccionario teológico del Nuevo Testamento (Michigan: Libros Desafío, 2002), 693.

26 őχλονς, acusativo plural de őχλονς, (gentío) denota generalmente el común de la gente. Una multitud carente de organización, en contraste con el pueblo organizado, ej. Mt 14,5; Mt 21,26. Cf. W. E. Vine, Diccionario expositivo de palabras del Antiguo y Nuevo Testamento (México: Caribe, 2000).

27 Rafael Aguirre, Del movimiento de Jesús a la Iglesia cristiana (Estella: Verbo Divino, 2009), 34.

28 Rafael Aguirre, Del movimiento de Jesús a la Iglesia cristiana, 35.

29 Rafael Aguirre, Del movimiento de Jesús a la Iglesia cristiana, 36.

30 Tobar Solano Boris, «La pedagogía de Jesús. Una propuesta sentipensante para construir sujetos participativos», Caminos Revista Cubana de Pensamiento Socio Teológico, consultada en noviembre 25, 2015, http://revista.ecaminos.org/article/la-pedagogia-de-jesus-una-propuesta-sentipensante-/.

31 Paulo Freire, La educación como práctica de la libertad, 14.

32 Cf. Arturo Bravo, El estilo pedagógico de Jesús maestro (Bogotá: Consejo Episcopal Latinoamericano, 2006), 68.

33 Arturo Bravo, «El estilo pedagógico de Jesús: las preguntas», REXE. Revista de Estudios y Experiencias en Educación 12 (2007): 123-128.

34 Arturo Bravo, El estilo pedagógico de Jesús maestro, 123-125.

35 Joseph Blank, El evangelio según san Juan (Barcelona: Herder, 1984), 309.

36 Raymond Brown, El evangelio según Juan I-XII (Madrid: Cristiandad, 1999), 410.

37 Juan Mateus, El Evangelio de Juan. Análisis lingüístico y comentario exegético (Madrid: Cristian dad, 1982), 229.

38 Flavio Josefo, Antigüedades de los judíos XI (Barcelona: Clíe, 1998).

39 Juan Mateus, El Evangelio de Juan, 230.

40 «Los samaritanos eran un pueblo mixto descendiente de los pocos habitantes que quedaron en el país después de la destrucción del reino de Israel (722 a. C.), y de los colonos asirios; ellos se sentían auténticos israelitas, mientras que para los judíos no eran más que semipaganos». Cf. Alfred Wick-enhauser, El Evangelio de Juan (Barcelona: Herder, 1967), 161.

41 Rudolf Schnackenburg, El Evangelio de Juan Vol. 1 (Barcelona: Herder, 1980), 498.

42 William Barclay, Juan: Comentario al Nuevo Testamento (Barcelona: Clie, 1995), 180.

43 María Lucía Jiménez, Encuentro en Samaría (Bogotá: Pontificia Universidad Javeriana, 2002), 128. El sentido teológico del «don de Dios» es un tema importante en el Evangelio de Juan: pan y vida eterna: 627.33.51, Paz 14,27; Jesús mismo es el don de Dios, dado por la humanidad, el don la vida eterna.

44 Juan Mateus, El Evangelio de Juan, 234.

45 María Lucía Jiménez, Encuentro en Samaría, 134.

46 María Lucía Jiménez, Encuentro en Samaría, 134.

47 María Lucía Jiménez, Encuentro en Samaría, 135.

48 Algunos argumentan que el diálogo hace alusión no a la vida personal de la mujer, sino que esta historia representa una verdad alegórica: «Esta mujer sería una personificación de la comunidad de los samaritanos, cuyo origen se remonta al tiempo en que Sargón, rey de Asiría, después de haber destruido a Samaría (722 a.C.), hizo deportar a sus habitantes, y en su lugar trasplantó al territorio de Israel parte de cinco poblaciones diversas, procedentes de las regiones orientales de su reino. Los recién llegados continuaron adorando en la nueva patria a sus antiguas divinidades, hasta que un castigo, representado por una invasión de leones, los movió a adoptar también el culto del Dios local, Yahveh, que terminó por desplazar a todos los demás. Los cinco maridos serían entonces las divinidades paganas, veneradas en un principio; el sexto sería Yahveh, en cuanto objeto de un culto falso». Cf. Alfred Wickenhauser, El evangelio de Juan, 165. Aquí se opta por el sentido personal de la vida de la mujer, debido al interés en el uso de la pedagogía utilizada por Jesús en su proceso de enseñanza con la mujer samaritana.

49 María Lucía Jiménez, Encuentro en Samaría, 140.

50 Alfred Wickenhauser, El Evangelio de Juan, 168.

51 María Lucía Jiménez, Encuentro en Samaría, 134.

52 José María Castillo, El discernimiento cristiano. Por una conciencia crítica (Salamanca: Sígueme, 1994), 11-13.

Recibido: 18 de Julio de 2016; Aprobado: 03 de Octubre de 2016

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