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Franciscanum. Revista de las Ciencias del Espíritu

Print version ISSN 0120-1468

Franciscanum vol.63 no.176 Bogotá July/Dec. 2021  Epub Nov 13, 2021

https://doi.org/10.21500/01201468.5487 

Reseña

Reseña

Miguel Ángel Romero Ramírez1  *
http://orcid.org/0000-0002-7678-3211

1Universidad Sergio Arboleda; Barranquilla; Colombia.


La obra Humano, más humano. Una antropología de la herida infinita corresponde a la tercera parte de la propuesta filosófica conocida como filosofía de la proximidad, formulada por Josep Maria Esquirol, profesor de la facultad de filosofía de la Universidad de Barcelona. Este proyecto es una reflexión abierta y gestante que se va configurando principalmente como una antropología filosófica fundamental con diversas líneas de despliegue y estudio. La filosofía de la proximidad surgió propiamente en el año 2015 con el libro La resistencia íntima. Ensayo de una filosofía de la proximidad, traducido ahora a diversos idiomas. Le han seguido La penúltima bondad. Ensayo sobre la vida humana (2018) y el presente libro que ahora se reseña. Asimismo, algunos esbozos de sus planteamientos -que han sido vehiculados en los últimos textos- se pueden entrever en más de diez libros previos del mismo autor desde Raó i Fonament (1988) hasta Los filósofos contemporáneos y la técnica (2011); y, también, en varios de sus artículos y capítulos de libro sobre filosofía política, ética y filosofía de la técnica.

Al decir que este libro es el tercero que compone una cierta trilogía -la cual se verá seguramente ampliada en los próximos años- no debe entenderse que este configura un siguiente momento innovador que se añade a los libros previos. Es decir, ya se muestra palpable en la introducción que esta obra no es un paso posterior o un avance, sino una profundización sobre los mismos temas1. Por esta razón, este texto no es, en stricto sensu, el tercer volumen. Se podría decir que es una tercera navegación sobre las mismas aguas. Esto se puede comprender si se muestra brevemente la metodología usada por el filósofo catalán. Pues la filosofía de la proximidad ha sido formulada, principalmente, por medio del ensayo filosófico. No ha sido desarrollada en forma tratadística, ni de manera progresiva-lineal. De hecho, esta filosofía se caracteriza en su organicidad reflexiva como un águila que planea sobre un mismo terreno, o como las olas que vuelven una y otra vez a la playa2.

El presente libro, en la misma tónica, está escrito con una mirada que va intensificando ciertos aspectos, mostrando diferencias, abriendo perspectivas, pero de un modo recurrente en torno a su temática principal: proximidad (cercanía y profundización) a la proximidad. Sumado a esto, la filosofía de la proximidad se identifica por necesitar un lenguaje coloquial, lleno de imágenes y metáforas. Esto no es en vano, ya que de la experiencia común de la vida y del existir de las personas ordinarias, surgen los conceptos más ricos para expresar lo más difícil y profundo. Sin embargo, hay que apuntar que los conceptos que utiliza el profesor Esquirol tienen un trasfondo filosófico denso. Una escritura amable con el lector, pero no por ello superficial, sino honda, como se ve en el uso que hace de cada uno de los términos, dado que, no pocas veces, se constata explícitamente el bagaje, la discusión y la reinterpretación que emprende con tradiciones filosóficas de diversa índole. Así, por ejemplo, se ve esto en la reinterpretación que hace de conceptos clásicos y que, comúnmente, por trillados, han perdido el peso existencial (requisito indispensable de la propuesta de Esquirol). De este modo, reinterpreta o, como le gustaría llamar, desexplica3 la contingencia a partir del inicio increíble4; la persona desde el alguien5, la conciencia desde el repliegue del sentir6; el cogito herido desde la herida infinita7, la acción desde la curvatura poiética8; y la esencia del lenguaje desde el amparo y el canto9, por mencionar algunos.

Con lo anterior, ya se puede ir previendo cómo está organizado el libro. La obra se estructura en doce capítulos, de los cuales el primero funge como introducción y el último, como conclusión abierta. El cuerpo del libro se despliega a partir de una constelación conceptual quíntuple (o víveres conceptuales10) trazada por líneas telegráficas que juntas describen la figura de lo humano11. El primer concepto es intemperie, el cual hace referencia a la situación fundamental de lo humano o, en otras palabras, al modo de darse la condición humana. Según este concepto, la situación humana se encuentra en la finitud radical, sin la posesión definitiva del sentido, y con fuerzas horadantes que le hacen mella en su ser, como la nada y la decadencia de las relaciones humanas12. A esta reflexión se consagran los capítulos IX y X. El segundo concepto es alguien. Con este término, el profesor barcelonés hace hincapié en el pronombre de lo humano, dado que antes que este se percate de su ser personal, el sujeto humano, inexplicablemente venido a la vida, es nombrado -y así es acogido- por el otro. A este tema le dedicará especial atención en los capítulos II y III.

El tercer concepto es el repliegue del sentir junto con la herida infinita, los cuales constituyen el quid del texto. Y, también, para el pensador barcelonés, estos términos expresan la esencia y la excelencia de lo humano. Estos conceptos van juntos porque, en realidad, son inseparables: del sentirse sintiendo tan profundo, es decir, cuando el sentir se redobla sobre sí mismo, deja una anchura hondísima en el centro del yo que constituye la herida infinita. Ideas consignadas en los capítulos IV y V, los cuales tienen un cierto grado de dificultad, y en donde se discute y se reinterpreta el tema del tacto, la alteridad, la conmoción y el deseo de infinito. Ahora bien, el aspecto referente al repliegue del sentir fue trabajado con mayor profundidad en el anterior libro La penúltima bondad. En cambio, en la presente obra se enfatiza la experiencia de la herida infinita.

¿Qué es la herida infinita? Gracias a esta singularidad del humano, esto es, el repliegue del sentir o el encontrarse o el sentir-se situado, se provoca un tipo de afección profundísima en lo íntimo del hombre, esto es, la herida infinita. En efecto, la sensibilidad profundizada significa más apertura. Básicamente, porque la pasividad o receptividad implican el estar abierto a la afección y a lo otro. Ser un yo herido y entregado. Este elemento esencial de la sensibilidad sería la alteridad que acompaña a las afecciones principales. El profesor Esquirol sostiene en La penúltima bondad (2018) que son tres afecciones-heridas hondas: «el yo que se siente en la vida breve», «el tú que se ama y que te quiere» y «el mundo admirable que leemos»13. Sin embargo, en Humano, más humano reconoce que son cuatro heridas cruciformes e intersecadas. En realidad, en mi opinión, es una profundización en la afección principal del yo, el cual se ve definido por cuatro heridas que constituyen, relacionadas, el drama de la vida humana. Así las cosas, a las otras dos, añade, en esta obra, las heridas de la vida y la de la muerte14. En síntesis, en lo íntimo del yo se encuentra -y él es- un corte en forma de cruz apaisada con cuatro heridas-afecciones: la de la vida, la del tú, la del amor y la de la muerte.

Con lo anterior, se puede comprender mejor el título. Humano, más humano recuerda inmediatamente la famosa frase humano, demasiado humano de Nietzsche, la cual, hay que apuntar, se encuentra con anterioridad en Luigi Groto, dramaturgo italiano. El filósofo catalán en su diálogo ininterrumpido con Nietzsche reconoce que lo principal de una filosofía sincera es profundizar en lo humano, sin ninguna necesidad o pretensión de superar o ir más allá del hombre. Tesis últimas que no solamente se encuentran en el filósofo del übersmensch, sino también en propuestas y programas que se configuran como ideologías posthumanistas o propuestas transhumanistas en sus vertientes más radicales. Todo lo que se presente como un intento de superar y olvidar la condición humana no marcha bien con la filosofía de la proximidad. Esto es así porque tales ideologías no van de acuerdo con la situación fundamental del hombre. La filosofía, en este caso, debería consistir en un genuino humanismo, consistente en no ceder ante estas tesis por medio de la resistencia15, y regenerar una recta comprensión y profundización de lo humano. Este es el objetivo principal de Humano, más humano.

Del capítulo V a los capítulos VI y VII -referentes a la curvatura poiética, el cuarto concepto, y a sus dimensiones de acción que son el mundo, la vida y el sentido- hay un puente muy claro: «la humanidad surge de la profundidad invisible, de la vibración anímica, que es gozo y sufrimiento, y promesa de curvatura poiética - de acción justa y bondadosa-»16. El profesor Esquirol explica visiblemente qué quiere decir con curvatura poiética. Escribe: «al hablar de curvatura poiética me referiré a la acción cuidadosa que acompaña las heridas infinitas, que crea mundo y que intensifica la vida desde la gravedad»17. Esto es, «la curvatura poiética es cura como acompañamiento de la herida infinita, y obra como movimiento que la sigue»18. Con todo, hay que aclarar aquí los dos componentes de este concepto. Primero, ¿qué quiere decir la imagen de la curvatura? Usualmente, se han privilegiado en ciertas filosofías los esquemas lineales para designar los modos de comprensión. Así, predomina la idea de avance, progreso, aprehensión, dominio, posesión, como un dirigirse hacia adelante y apropiarse del objeto. Este estilo se relaciona con lo puntiagudo, lo filudo, lo rápido, sus signos son la línea recta y rígida. En cambio, hay otro movimiento más relacionado con la reflexividad y el redoble que implica el hacer casa, el cuidar, el recogimiento, el abrazo, la curva. Y así, «la cura es el movimiento que se curva sobre lo profundo. Y eso que se curva se hace cercano, de modo que la curvatura es, también, proximidad y cercanía»19.

En segundo lugar, ¿qué quiere decir «poiético»? El profesor catalán retoma, en principio, el significado griego de la palabra «poiesis», el cual significa «crear», «producir», «elaborar», «hacer». Palabras relacionadas con esto también las son «poética», «acción», «creación». Ahora bien, el uso que le da el pensador español a esta palabra no es el relacionado principalmente con la función artística, ni tampoco en su distinción con la praxis (tan trabajados por Arendt y Habermas); sino que encuentra que en el significado de la palabra «poiesis» están contenidos integralmente los elementos del hacer de verdad, en tanto que se cumplen las funciones del buen obrar o el buen hacer; y del obrar el bien como el hacer el bien. En últimas, consiste en toda acción orientada que va por el buen camino. Entonces, lo contrario a la poiesis no es el pensar, ni el actuar, sino más bien la degeneración, el sinsentido, la destrucción.

El último concepto, el quinto, es el reencuentro. Este se relaciona, principalmente, con la poiética del sentido, como la generación del horizonte de la esperanza, y la posibilidad de la formación de una comunidad política basada en la fraternidad y en la bondad, en tanto humana dulzura. A este tema se consagran los capítulos VIII y XI. Hay que apuntar aquí, brevemente, que el reencuentro es una lectura que se contrapone a la metafísica del eterno retorno nietzscheano, pues «la esperanza no sólo lo es de otro reencuentro, sino de un reencuentro otro»20. En efecto, esta poiética, que tiene que ver principalmente con la espera activa, se propone crear, articular y fortificar el sentido y, por tanto, confiando más en él por medio de la repetición del gesto bueno, dar vida y abrir horizontes. Se trata, también, de la atadura o de la juntura de los límites que es cada alguien, es decir, del reencuentro con los demás, por medio de la generación del amor, y esto es la bondad y la generosidad de lo humano.

Como se ve, las reflexiones de Josep M. Esquirol en este libro están vinculadas al debate contemporáneo de la filosofía continental. No hay que dejar de resaltar, aquí, el dichoso pluralismo metodológico en el cual se imbuye la filosofía de la proximidad, la cual se reconoce como heredera del socratismo21. Pero, además, se ve el influjo de diversas tradiciones filosóficas como el personalismo judeocristiano, la fenomenología, la hermenéutica y la filosofía de la diferencia. Esto da cuenta, claro está, de una concepción del mundo rica, compleja y complementaria a partir de diversos acercamientos, donde no se desecha nada, sino lo que suena a falsedad, presunción y retórica vacía. Se entiende también aquí la necesidad de recuperar, en nuestros días, una racionalidad sincera y abierta, crepuscular22, que entre en diálogo fecundo. Además, se puede percibir un poco implícitamente, en la obra del profesor Esquirol, las diversas conversaciones críticas y, al mismo tiempo, deudoras que emprende la filosofía de la proximidad con las reflexiones de Lévinas, Rosenzweig, Mounier, Arendt, Weil, Sartre, Ricoeur, Husserl, Heidegger, Agamben, Adorno, Bachelard, Patocka, por mencionar algunos.

Finalmente, no hay que dejar de celebrar la aparición de la filosofía de la proximidad en nuestra era de la homogeneización tecnocientífica, de la pérdida de los ideales y de la guerra sistemática contra las ciencias humanas más auténticas. La filosofía de la proximidad es un llamado a la responsabilidad del pensamiento y de la acción. Así las cosas, nos regocijamos tanto por la obra Humano, más humano; y esperamos, ansiosamente y con las manos abiertas, el siguiente libro, cual tierna migaja metafísica.

Bibliografía.

Esquirol, Josep Maria. Humano, más humano. Una antropología de la herida infinita. Barcelona: Acantilado, 2021. [ Links ]

1Josep Maria Esquirol, Humano, más humano. Antropología de la herida infinita (Barcelona: Acantilado, 2021), 15-16.

2Josep Maria Esquirol, Humano, más humano. Antropología de la herida infinita, 86

3Josep Maria Esquirol, Humano, más humano. Antropología de la herida infinita, 38.

4Josep Maria Esquirol, Humano, más humano. Antropología de la herida infinita, 31-47.

5Josep Maria Esquirol, Humano, más humano. Antropología de la herida infinita, 19-31.

6Josep Maria Esquirol, Humano, más humano. Antropología de la herida infinita, 61-63.

7Josep Maria Esquirol, Humano, más humano. Antropología de la herida infinita, 64 -81.

8Josep Maria Esquirol, Humano, más humano. Antropología de la herida infinita, 81-99.

9Josep Maria Esquirol, Humano, más humano. Antropología de la herida infinita, 99-115.

10Josep Maria Esquirol, Humano, más humano. Antropología de la herida infinita, 7.

11Josep Maria Esquirol, Humano, más humano. Antropología de la herida infinita, 167-173.

12Este aspecto es el punto de partida en: Josep Maria Esquirol, La resistencia íntima. Ensayo de una filosofía de la proximidad (Barcelona: Acantilado, 2015), 9-38.

13Josep Maria Esquirol, La penúltima bondad. Ensayo sobre la vida humana (Barcelona: Acantilado, 2021), 40.

14Las cuales también ya había trabajado colateralmente en el último capítulo de: Josep Maria Esquirol, La penúltima bondad. Ensayo sobre la vida humana, 166 y ss.

15Cf. Josep Maria Esquirol, La resistencia íntima. Ensayo de una filosofía de la proximidad, 113-127.

16Josep Maria Esquirol, Humano, más humano. Antropología de la herida infinita, 161.

17Josep Maria Esquirol, Humano, más humano. Antropología de la herida infinita, 88.

18Josep Maria Esquirol, Humano, más humano. Antropología de la herida infinita, 90.

19Josep Maria Esquirol, Humano, más humano. Antropología de la herida infinita, 86.

20Josep Maria Esquirol, Humano, más humano. Antropología de la herida infinita, 154.

21Josep Maria Esquirol, Humano, más humano. Antropología de la herida infinita, 18.

22Josep Maria Esquirol, Humano, más humano. Antropología de la herida infinita, 147.

*Docente investigador de la Escuela de Filosofía y Humanidades de la Universidad Sergio Arboleda, y miembro del grupo de investigación Lumen. Es autor de diversos artículos y capítulos de libro sobre G. K. Chesterton y su pensamiento filosófico. Es profesional en Filosofía y Humanidades de la Universidad Sergio Arboleda, magíster en Filosofía Contemporánea de la Universidad de San Buenaventura y candidato a Doctor en Filosofía Contemporánea y Estudios Clásicos en la Universidad de Barcelona. Ha realizado cursos de Filosofía Personalista en la Franciscan University of Steubenville y ha participado en workshops del IRC de la Universidad de Oxford. ORCID: https://orcid.org/0000-0002-7678-3211. Contacto: miguel.romero@usa.edu.co

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