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Revista Colombiana de Sociología

Print version ISSN 0120-159X

Rev. colomb. soc. vol.43 no.1 Bogotá Jan./June 2020  Epub Apr 30, 2020

https://doi.org/10.15446/rcs.v43n1.73451 

Sección General

Cuerpos con aguante: festividad y violencia en una barra brava de Bogotá*

Bodies with endurance: celebration and violence in a barra brava in Bogotá

Corpos com resistência; festividade e violência numa torcida organizada de Bogotá

John Alexander Castro Lozano** 

** Universidad Distrital Francisco José de Caldas, Bogotá, Colombia. Candidato a doctor en Estudios Sociales en la Universidad Distrital Francisco José de Caldas. Integrante de los grupos de investigación Conciencia y Vivencias. Profesor e investigador en la Universidad Antonio Nariño (sede Bogotá) y profesor ocasional en la Universidad Pedagógica Nacional. Correo electrónico: alexandercastro1981@gmail.com -ÓRCID: https://orcid.org/0000-0001-8397-7690


Resumen

El artículo busca comprender y explicar las formas de exponer el cuerpo entre los hinchas que integran una barra brava de Bogotá. El texto se elaboró desde el trabajo de campo etnográfico, es decir, a partir de la presencia frecuente en distintas actividades del grupo social y en las conversaciones con los sujetos miembros. En Colombia, las barras bravas iniciaron su proceso de constitución durante la década de 1990. Los grupos organizados de hinchas mostraron renovadas expresiones festivas que buscaban apoyar a su equipo de fútbol, a través de banderas, sombrillas, papel, humo de colores, pirotecnia y canciones adaptadas al contexto del fútbol. En las canciones también se evidenciaron burlas, insultos, desafíos y amenazas contra hinchas rivales y, además, en los enfrentamientos corporales los hinchas incluyeron piedras, palos de madera, varillas, armas blancas o de fuego. La festividad y la violencia se denominan el carnaval y el combate, respectivamente, y constituyen el denominado aguante en las barras bravas.

El carnaval y el combate no son contradictorios, sino complementarios e implican estar presente en las tribunas y en las calles. Por eso, los hinchas deben participar en las expresiones festivas y en las manifestaciones violentas, dado que es necesario alentar al equipo de fútbol y pelear contra los hinchas rivales. Por su parte, el aguante es una noción y una práctica originaria de los grupos organizados de hinchas de Argentina, adoptada y adaptada por distintas barras bravas de Hispanoamérica. Este permite demostrar la alegría y la valentía de los hinchas, opuesta a la amargura y la cobardía de los rivales. En otras palabras, el aguante solo es posible si es expuesto ante los otros hinchas del mismo equipo y de otros clubes; sin embargo, es dinámico y mutable, al estar relacionado con las diferentes generaciones de hinchas que han integrado a los grupos organizados.

Descriptores: ciencias sociales, conflicto social, problemas sociales, sociología.

Palabras clave: aguante; barras bravas; carnaval; combate; cuerpos; fútbol

Abstract

The article seeks to understand and explain the way in soccer fans expose their bodies when they belong to a barra brava (organized groups of supporters of a soccer team) in Bogotá. The study is based on ethnographic fieldwork, that is, frequent presence in different activities of the social group and conversations with the members. In Colombia, barras bravas began to be established in the 1990s, organized groups of fans began to engage in festive expressions of support for their soccer teams, using banners, umbrellas, paper, colored smoke bombs, fireworks, and songs adapted to the soccer context. The songs were also characterized by mockery, insults, provocation, and threats aimed at rival fans, and stones, sticks, rods, knives, or firearms were used in physical confrontations. Celebration and violence are known as carnival and combat, respectively, and they constitute the so-called endurance of barras bravas.

Carnival and combat are not contradictory but complementary and they involve presence on the bleachers and in the streets. Fans have to participate in those festive expressions and violent manifestations since it is necessary to encourage the team and fight against rival fans. On the other hand, endurance is a notion and a practice that originated in the organized fan groups in Argentina, which was adopted and adapted by different Latin American barras bravas. Endurance makes it possible to show the joy and bravery of the fans, as opposed to the bitterness and cowardice of the rivals. In other words, endurance is possible only if it is shown in the presence of fans of the same team and of other clubs. However, it is dynamic and changing, since it is related to the different generations of fans that have made up the organized groups.

Descriptors: social conflict, social problems, social sciences, sociology.

Keywords: barras bravas; bodies; carnival; combat; endurance; soccer

Resumo

Este artigo pretende compreender e explicar as formas de expor o corpo entre os torcedores que integram uma torcida organizada de Bogotá, Colômbia. O texto foi elaborado a partir do trabalho de campo etnográfico, isto é, da presença frequente em diferentes atividades do grupo social e nas conversas com os sujeitos-membros. Na Colômbia, as torcidas organizadas começaram seu processo de constituição durante a década de 1990. Os grupos organizados de torcedores mostraram renovadas expressões festivas que buscavam apoiar seu time de futebol por meio de bandeiras, sombrinhas, papel, fumaça de cores, pirotecnia e músicas adaptadas ao contexto do futebol. Nas músicas, também foram evidenciadas burlas, ofensas, desafios e ameaças contra os torcedores rivais; além disso, nos enfrentamentos corporais, os torcedores incluíam pedras, paus, ferros, armas brancas ou de fogo. A festividade e a violência são denominadas o "carnaval" e o "combate", respectivamente, e constituem o chamado "aguante^ (resistência) nas torcidas organizadas. O carnaval e o combate não são contraditórios, são complementares e implicam a presença nas arquibancadas e nas ruas. Por isso, os torcedores devem participar das expressões festivas e das manifestações violentas, tendo em vista que é necessário torcer pelo time de futebol e confrontar os torcedores rivais. Por sua vez, o aguante é uma noção e uma prática originária dos grupos organizados de torcedores da Argentina, adotado e adaptado por diferentes torcidas da América Hispânica. Isso permite demonstrar a alegria e a coragem dos torcedores, opostas ao rancor e à covardia dos rivais. Em outras palavras, o aguante somente é possível se for exposto ante os outros torcedores do mesmo time e os de outros clubes; contudo, é dinâmico e oscilante, ao estar relacionado com as diferentes gerações de torcedores que integram as torcidas organizadas.

Descritores: Ciências Sociais, conflito social, problemas sociais, Sociologia.

Palavras-chave: carnaval; combate; corpos; futebol; resistência; torcidas organizadas

Introducción

Los primeros grupos organizados de hinchas (GOH) en Colombia -usualmente denominados barras bravas- se constituyeron en la década de 1990. Los GOH muestran expresiones festivas y conductas violentas en estadios, barrios y carreteras. Las expresiones festivas van desde la instalación y el despliegue de banderas (trapos) y sombrillas en las tribunas, recibimientos al equipo usando papel, humo de colores y pirotecnia, hasta aplausos, saltos constantes y la entonación de canciones adaptadas al contexto del fútbol. Las conductas violentas se relacionan con las rivalidades entre los hinchas que integran las barras bravas. Desde las canciones que evidencian las rivalidades (al burlarse, insultar, desafiar y amenazar a sus adversarios futbolísticos), hasta los frecuentes enfrentamientos en estadios, barrios y carreteras, peleas que han dejado cientos de heridos y una cifra aproximada de 154 personas asesinadas entre el 2004 y el 20181.

El propósito de este artículo es plantear una interpretación sobre la forma de exponer el cuerpo entre los hinchas que forman una barra brava en Bogotá, pues es una manera de explicar los comportamientos festivos y violentos que manifiestan en estadios, barrios y carreteras. En otras palabras, propongo una mirada comprensiva sobre una manera de constituir el cuerpo a través del aguante, es decir, entender la constitución de los sujetos y los grupos sociales en el contexto del fútbol. De este modo, se realiza el siguiente planteamiento: los hinchas, al alentar a su equipo de fútbol y al pelear contra hinchas rivales, exponen su cuerpo festiva y violentamente, demostrando su aguante e integrándose a la barra brava.

Por eso se han propuesto las siguientes preguntas: ¿Cómo el cuerpo se puede exponer primero festivo y luego violento entre los grupos organizados de hinchas?, y ¿cuáles son las características constituyentes del cuerpo del hincha que integra la barra brava? El artículo se ordena del siguiente modo: son descritas sintéticamente las observaciones logradas a partir del trabajo de campo con los hinchas que son miembros de un GOH, desde sus relatos y sus cantos, relacionados con la festividad y la violencia. Luego, se interpreta la constitución del cuerpo, manifestado a partir del aguante.

Desde una perspectiva metodológica, este artículo sigue los planteamientos de Rosana Guber (2001), al intentar comprender las manifestaciones sociales desde las representaciones de los sujetos sociales y, de ese modo, informar qué ha ocurrido, explicar por qué, describir cómo, detallando su clasificación y el sentido de lo sucedido. Según lo dicho, se privilegian las palabras, las reflexiones, las experiencias, la cotidianidad, entre otros aspectos, de los sujetos sociales y es el investigador quien describe e interpreta a partir de lo que escuchó, miró y notó en su trabajo de campo, ya que se busca "detectar y reconocer esa práctica o noción inesperada para el sistema de clasificación del investigador. La flexibilidad del trabajo de campo etnográfico sirve, precisamente, para advertir lo imprevisible, aquello que, en principio, parece 'no tener sentido'" (Guber, 2001, p. 17). De esta manera, este artículo se construyó a partir de la presencia frecuente, durante el 2017 y el primer semestre del 2018, a distintas actividades de Blue Rain de Millonarios en Bogotá y, además, de escuchar sus cantos y conversar con hinchas que han sido parte de esa barra brava.

El carnaval: el aliento y el insulto

En las buenas y en las malas

Como sea yo te sigo

Con los trapos y con mi bombo

En la cancha yo deliro. YERBA BRAVA

"Sos mi pasión"

En los alrededores del estadio Nemesio Camacho El Campín de Bogotá y horas antes del inicio del encuentro futbolístico, gradualmente llegan los hinchas, usando vestuarios característicos del equipo o la barra brava. Algunos pintan su rostro con colores distintivos e incluso tatúan su cuerpo con emblemas del club de fútbol o del GOH. La llegada al estadio permite el encuentro de los hinchas y la reunión de trapos, sombrillas e instrumentos musicales. A veces ensayan nuevas canciones, animando el lugar de reunión. También es posible que consuman bebidas embriagantes o sustancias psicoactivas. Aunque no todos consumen, quienes no lo hacen, lo toleran. Estas dinámicas se llevan a cabo mientras van llegando más hinchas y los minutos pasan. Después, la barra brava se dirige caminando hacia las puertas del estadio, esperan la autorización para su ingreso, y el de los instrumentos musicales y los trapos. Los hinchas y sus elementos son requisados exhaustivamente por miembros de la Policía Metropolitana.

En la tribuna del estadio en la que se ubica el GOH, son instalados distintos trapos con el nombre de la barra brava, el parche2 o una frase. Las tiras3 son colgadas de arriba a abajo de la gradería y alcanzan dimensiones de hasta 30 metros de largo y 2,50 de ancho. Los frentes4 son puestos de derecha a izquierda de la tribuna, pueden medir hasta 90 metros de largo y 5 de ancho, son colocados en la baranda de seguridad y en las columnas que sostienen los techos de la gradería. En Blue Rain, La Banda del Bombo es el parche encargado de tocar los instrumentos musicales: bombos, repiques, zurdos, redoblantes, platillos, y trompetas. Y los jefes de parche, con su respectivo subgrupo, son los encargados de elaborar los trapos, comprar las sombrillas, conseguir papel (picado y en rollos), humo de colores y pirotecnia. Después, el papel es distribuido entre los asistentes a la gradería. De acuerdo con esto, Augusto5 me cuenta cómo se organiza el carnaval y cuál es su propósito:

Se hace, como le decía, con recursos propios, con ideas propias, bueno pues no tan propias porque eso es copiado de otros países. Primero lo que se hacía era papeles, rollos, humo, bengalas. Con las prohibiciones entonces del humo se pasó a extintores. Y con la llegada de la televisión en todo lado, estas vainas de Europa, entonces se empezaron fue a hacer los tifos6, que aquí nunca resultaron porque no hay sentido de pertenencia, ni apropiación. Eso cuanto a la organización del carnaval. Y la intención es avivar al propio equipo, es asustar al rival. Y también mostrar como [...] pues supremacía, superioridad de mi barra a la del otro. (Augusto, 11 de febrero del 2018)

Antes de darse el inicio del partido, pequeños grupos promueven cantos esporádicos, pero solamente cuando ingresa La Banda del Bombo a la tribuna del estadio, se impulsa el aliento generalizado, pues ofrece un empujón, pone de pie a los que están sentados; motivando aplausos, saltos y cantos. Los instrumentos en conjunto remiten a canciones que han sido escuchadas por la mayoría de los hinchas, provenientes de distintos géneros musicales: ska, cumbia villera, guasca, tropical, folklórica, ranchera, rock en español, entre otros. Sin embargo, su letra ha sido adaptada al contexto del fútbol, declarando la fidelidad al equipo y la pertenencia a la barra brava7. Cada hincha aplaude, salta y canta, es decir, alienta, pues se siente como el jugador número 12 de su club, jugando desde la gradería. Además, manifestando la rivalidad con otros equipos y sus hinchas, especialmente los miembros de GOH; mediante burlas, insultos, desafíos y amenazas.

Cuando el club de fútbol pisa el terreno de juego, los hinchas lanzan el papel, es quemado el humo de colores y la pirotecnia. Las canciones son interpretadas en conjunto y los saltos crean la ilusión de una marea. La Banda del Bombo se ubica en el centro de la tribuna y a su alrededor se van agrupando los distintos parches. Algunos hinchas, habitualmente hombres se paran sobre los rompeolas8 y otros sobre los vomitorios9, agarrándose de las tiras. Los hinchas se han quitado las camisetas pues la temperatura aumenta al interior de la gradería, muestran su pecho y tronco, exhibiendo tatuajes y cicatrices. Una de las canciones dice: "Esta es la banda de Millonarios, estamos locos de la cabeza10, se mueve para allá, se mueve para acá, esta es la banda más loca que hay". Los saltos van de izquierda a derecha o viceversa. El movimiento es armónico, algunos se abrazan para mantener el equilibrio. Aunque el movimiento puede volverse bastante brusco, se puede creer que se empujan e incluso golpean, pero no lo hacen, están danzando, están pogueando11.

Los aplausos, los saltos, las canciones, los movimientos bruscos, los instrumentos musicales, las banderas, las sombrillas, el papel, el humo de colores y la pirotecnia pueden ser consideradas expresiones festivas en el contexto del fútbol pues, según destaca Flora Losada (2007), se articulan en el baile, el canto, la música, la cercanía corporal, los intercambios lingüísticos, entre otros; mostrando comportamientos usualmente reprimidos en la cotidianidad, facilitando el anonimato de los participantes en la multitud, los hombres y las mujeres no asumen responsabilidad por algunos de sus comportamientos. Asimismo, el carnaval tiene la "capacidad de involucrar de formas muy distintas, importantes sectores de una ciudad o región, a través de una escala que va desde la simple asistencia a unos actos, hasta un compromiso de meses" (Vignolo, 2006, p. 34). Igualmente, la música deja de lado al silencio, resalta Catalina Bohórquez (2014), al convocar al movimiento e iniciar la fiesta; así, el carnaval es un evento que posibilita salir de la cotidianidad y se dirige a la exaltación, gozando de un sistema simbólico caracterizado por colores, olores, sonidos y sabores.

En ese aspecto, en la fiesta, dice Mirtha Buelvas (2006), se producen vínculos y relaciones entre los participantes, creando la ilusión de una comunidad imaginaria en la que no son evidentes los conflictos, las contradicciones y la pluralidad "La fiesta es una representación que pone en escena a una comunidad determinada mostrándola a sí misma y a las otras con sus símbolos específicos, sus significados, permitiéndoles a los participantes experimentar una identidad" (p. 66). Julio Caro (2006) señala que el carnaval es un periodo del año que exhibe las emociones, permite el uso de máscaras, es posible dirigir ofensas a los extraños, burlarse de otros, incluso de las autoridades, y no se practican ciertos trabajos. Así mismo, en el carnaval se pueden realizar movimientos corporales inusuales, pues lo que domina es "una violencia establecida, un desenfreno de hechos y de palabras que se ajustaba a formas específicas; así, la inversión del orden normal de las cosas tenía un papel primordial en la fiesta" (p. 51).

Los hinchas componen canciones que declaran fidelidad al equipo de fútbol y pertenencia a la barra brava. Igualmente, elaboran cantos en los que se burlan, insultan, desafían y amenazan a sus rivales futbolísticos. Blue Rain ha señalado su fidelidad a Millonarios y sus hinchas han declarado su pertenencia a Blue Rain. Asimismo, elaboran canciones que manifiestan su rivalidad con otros equipos, especialmente con Santa Fe12, Cali13, Junior14, América15 y Nacional16. Las rivalidades futbolísticas se generan en la competencia deportiva y se radicalizan a partir de diferencias territoriales, pasionales, históricas, socioculturales, político-económicas e incluso étnicas y sexuales. Los hinchas asumen esas adversidades y quienes integran las barras bravas las aceptan, expresándolas verbalmente, mediante las canciones, y físicamente, a través del enfrentamiento corporal. Los hinchas que son parte de Blue Rain se han enfrentado con integrantes de La Guardia Albi Roja Sur de Santa Fe; el Frente Radical Verdiblanco y Avalancha Verde Norte de Cali; el Frente Roji-Blanco Sur y La Banda de los Kuervos de Junior; el Disturbio Rojo Bogotá y el Barón Rojo Sur de América; Los Del Sur y Nación Verdolaga de Nacional. El siguiente canto puede ilustrar lo anteriormente señalado:

Yo sé muy bien que pasaré la vida entera

siguiendo a Millos en las malas y en las buenas.

Siempre alentando para que salga campeón.

Campeón no como el Verde17 y los putos del León18.

Yo no abandono porque no soy provinciano19

Soy de la banda del aguante bogotano.

Soy de Blue Rain y no paro de alentar.

En el Nemesio te lo vamos a demostrar.

Dale, dale Embajador y dale Embajador20.

Los GOH buscan una victoria simbólica en la tribuna, a través de sus expresiones festivas y un triunfo real en los enfrentamientos corporales. En otras palabras, desde las graderías, las barras bravas exhiben su potencial mediante aplausos, saltos, canciones, burlas, insultos, desafíos, amenazas; durante el despliegue de banderas, sombrillas y el uso de papel, humo de colores y pirotecnia; mostrando un ambiente de entretenimiento y alegría. Este ambiente festivo es opuesto al aburrimiento o amargura que señalan contra los rivales.

Yo te quiero mi Millos

Yo a ti te sigo tu eres mi vida

Siempre te voy a alentar

No como la puta Guardería21

Vayas a dónde vayas

Esta es tu hinchada, la que te alienta

Vamos campeón, vamos a ganar

Que la hinchada está de fiesta

Vamos campeón hacelo por tu hinchada

La que te sigue en las buenas y en las malas

Vamos campeón, no falles a tu gente

No seas amargo como lo putos verdes

Yo soy así, a Millos yo lo quiero

Vamos a matar a los santafereños22.

El fútbol, destaca Lelia Gándara (1999), es un elemento fundamental en la construcción de la identidad y las canciones de los hinchas no están relacionadas necesariamente con lo futbolístico, pues incluyen una diversidad de temas afines a lo político, el sexo o el poder. Los cantos de los hinchas, según muestran Ramón Burgos y Marcelo Brunet (2000), contienen representaciones extra futbolísticas vinculadas a la identidad (lo propio), la diferenciación (lo ajeno, lo extraño o los otros), la violencia o el machismo. Las burlas, los insultos, los desafíos y las amenazas, a través de sus canciones, expresan la pertenencia y la rivalidad entre los hinchas y los grupos organizados. Además, las canciones fuera de los estadios -especialmente en los barrios y carreteras- se transforman en acciones, ya que las barras bravas muestran su fuerza y habilidad en el enfrentamiento físico a través del uso del cuerpo, es decir que en las peleas deben demostrar destreza en el uso de la cabeza, los brazos y las piernas para agredir al rival. En otras ocasiones, hacen uso de piedras, palos de madera o varillas, e incluso armas blancas o de fuego. Este escenario violento es opuesto al miedo o la cobardía que reseñan contra los rivales.

El combate: el enfrentamiento físico

Si tienes tantos huevos23

Si tienes tanto aguante

Te esperamos afuera

Para hacer un combate

Para hacer un combate.

"Canción de barras bravas"

En la década de 1990, durante el proceso de constitución de las barras bravas, los enfrentamientos se basaban en el uso del cuerpo: cabezazos, puños y patadas. Esas riñas se llevaban a cabo en el interior y en los alrededores del estadio El Campín. En esa época, en todas las tribunas del estadio, los hinchas de diferentes equipos se combinaban sin distinción; los uniformados de la Policía Metropolitana designados para la seguridad eran muy pocos y, por ese motivo, su respuesta era tardía. Además, después de concluido el partido, los agentes de la seguridad pública abandonaban el estadio, posibilitando que nuevos enfrentamientos se desarrollaran, ya que los integrantes de los GOH esperaban que se fueran los policías; se organizaban en pequeños grupos y buscaban a los rivales. En algunas de las confrontaciones utilizaban piedras, palos de madera o varillas. Las consecuencias de aquellos enfrentamientos eran lesiones, fracturas y heridas.

A finales de la década de 1990, el crecimiento de los GOH en Bogotá fue acelerado y sin control, ya que se incrementaron hasta en diez veces la cantidad de sus integrantes. Al mismo tiempo, se presentó un relevo generacional y los nuevos integrantes de las barras bravas implementaron el uso de armas blancas e incluso de armas fuego en las riñas. El uso de este tipo de armas agravó los enfrentamientos entre los GOH, pues la brutalidad de los ataques inició una lista de asesinatos en el contexto del fútbol. A partir de estos antecedentes, en el presente se asignan más de 1500 uniformados de la Policía Metropolitana de Bogotá24 en partidos de alto riesgo, se presentan en el estadio El Campín desde horas antes del encuentro futbolístico y solo abandonan el escenario deportivo horas después de concluido, buscando evitar las riñas entre los GOH. No obstante, la riñas ya no se desarrollan en los estadios sino en distintos barrios de Bogotá e inclusive en carreteras, lugares que no tienen la cantidad suficiente de uniformados de la policía para afrontar y contener esos enfrentamientos.

Este tipo de acciones pueden ser entendidas como expresiones de violencia, particularmente para aquellos que no son integrantes de las barras bravas. Según lo dicho, la violencia tiene distintas maneras de reproducción y múltiples formas de manifestación, señala Andrés Recasens (2005), definidas y determinadas en cada sociedad, distinguiendo su legitimidad y su ilegitimidad. Así, la violencia es parte de los diferentes tipos de socialización y expone distintas facetas de transformación, vinculadas a las circunstancias de su realidad y no puede ser comprendida solamente como uso de la fuerza y de la autoridad. En ese aspecto, destaca Roberto Briceño (2002), en América Latina la violencia se ha transformado en delincuencial y urbana, agravándose desde el momento en el que los involucrados pueden acceder fácilmente a las armas, aumentando las cifras de asesinatos. Simbólicamente, el uso del arma representa la manifestación de valor y la posibilidad de defenderse, es decir, es la expresión de un tipo de masculinidad, particularmente entre los jóvenes.

En Colombia, la frecuencia de las riñas en distintos lugares ha promovido diferentes medidas de corto y largo alcance. De corto alcance, en el estadio y en sus alrededores se prohíbe la venta de bebidas embriagantes; se impide -durante algunos partidos- el ingreso de hinchas que han sido señalados de violentos; un carnet obligatorio25 que deben portar los hinchas que deseen ingresar a cualquiera de las tribunas de los estadios, con el propósito de identificar a los asistentes a los encuentros futbolísticos; la División Mayor del Fútbol Colombiano (Dimayor) ha sancionado a los equipos de fútbol cuyos hinchas sean protagonistas de peleas en los estadios y, finalmente, se ha aumentado el número de agentes de la Policía Metropolitana en los encuentros futbolísticos. Entre las medidas de largo alcance, en el Congreso de la Republica se ha propuesto una serie de decretos y leyes que buscan regular el comportamiento agresivo y violento de los hinchas, especialmente de las barras bravas. A pesar de todas las medidas planteadas, los enfrentamientos y los homicidios siguen aumentando.

De acuerdo con esto, es necesario comprender la violencia en el contexto del fútbol pues responder a la violencia con violencia, señala Tosca Hernández (2002), lleva a producir más violencia, es decir, a través de la acción de la policía, la decisión judicial y el ambiente carcelario se gesta una nueva violencia porque "es en el espacio relacional donde esta emerge, se particulariza, se asienta culturalmente y se nos hace evidente en sus consecuencias" (p. 62). En ese sentido, en los espacios relacionales que surge la violencia, esta se interpreta como una forma de coexistir y, así, se naturaliza. La naturalización de la violencia implica que los integrantes de las barras bravas deben tener un manejo de su cuerpo, es decir, el uso de la cabeza, los brazos y las piernas. Asimismo, usar elementos que extiendan y muestren mayor alcance de su cuerpo: piedras, palos de madera o varillas, e incluso armas blancas o de fuego.

El uso del cuerpo y de las extensiones de este se dirige especialmente contra hinchas que integran GOH rivales, en un enfrentamiento físico o combate que desemboca, inevitablemente, en lesiones, fracturas, e incluso asesinatos. En algunas ocasiones, ese ataque o defensa puede ser orientado a los uniformados de la Policía Metropolitana, quienes responden de una forma aún más violenta. Entonces el combate entre las barras bravas puede ser entendido como una disputa simbólica y corporal que mide la fuerza de cada uno de los contendores. De acuerdo con esto, los usos del cuerpo y sus extensiones permiten identificar y explicar los comportamientos violentos manifestados en barrios y carreteras por los hinchas que integran las GOH, pues las rivalidades futbolísticas se materializan en el enfrentamiento. De acuerdo con esto, Augusto me cuenta cómo se da el combate:

El combate tiene tres como finalidades digo yo, una por venganza, otra por territorialidad y otra por ir a buscar las banderas. La organización acá es mínima, hay veces es como circunstancial, simplemente están reunidos, llegan y se prenden26. Pero así que haya una inteligencia como lo había anteriormente, hace algunos años, eso se fue perdiendo. Es más, aquí el combate no se volvió a planear ni siquiera y siempre llegaban a emboscarnos y darnos en la geta27 y entonces tocaba correr o defenderse como podían porque los líderes pensaban en otras cosas menos en eso.

Digamos a nivel de parche, en los barrios, sí había algo más de organización y en una reunión previa pues se establecía por algo o porque se da cuenta uno que cargaban los trapos y los va a ir a buscar o porque hicieron un mural y hay que ir a rayárselo o porque le dieron en la geta a otro y hay que ir a desquitarse o porque salen pa' un partido y sabemos que cargan los trapos y entonces toca ir a buscarlos. Se cuadraba así, de esa manera, en una reunión. Ahora con la llegada de las redes, entonces por WhatsApp, por Facebook y eso también, no sé, la prudencia, tanta farándula, hace que las vainas se caigan o que llegue la policía. (Augusto, 11 de febrero del 2018)

La violencia tiene múltiples significados y propósitos, afirma David Riches (1988), ya que se manifiesta en distintos contextos y situaciones, desde la amenaza hasta el homicidio. En ese sentido, y a partir de los acuerdos sociales, quien ejerce la violencia, quien la sufre y quien la testifica la interpretan de modo diferente, puesto que el primero la considera legitima y los segundos la pueden creer ilegitima. Por eso este autor plantea una noción general de violencia que "aparece como un 'acto de daño físico que el ejecutor considera legítimo y los (algunos) testigos, ilegítimo'" (p. 24). Los actos violentos poseen propósitos instrumentales y expresivos y su efectividad posibilita la movilidad en la posición social, pero es necesario que los ejecutores aseguren la anticipación táctica, es decir, que obstruyan las acciones de sus oponentes o víctimas.

En la tribuna del estadio es bastante sencillo ridiculizar, insultar, amenazar y desafiar a los hinchas rivales, pero no todos son capaces de asumir lo que han dicho en las canciones. De ese modo, en los combates no participan todos los hinchas que asisten a la tribuna del estadio con la barra brava. Tampoco todos los hinchas que integran el grupo central o los distintos miembros de los parches. En consecuencia, los hinchas que lo asumen son aquellos quienes muestran expresiones de hombría y valentía, es decir, honor, masculinidad, valor y bravura. También, deben ser los hinchas que tengan destrezas en el uso del cuerpo y sus respectivas extensiones, habilidades necesarias para el combate. Esas prácticas son fundamentales si su deseo es salir triunfante, en otras palabras, la victoria la obtiene quien no se ve obligado a retroceder, quien termina sin heridas graves o se salva de la muerte. Por ese motivo, las características de valentía y las destrezas corporales son atributos muy importantes en el combate.

El enfrentamiento físico puede entenderse como violencia en el contexto de fútbol, pero es necesario comprender que la violencia es, de acuerdo con José Garriga y Gabriel Noel (2010), un concepto con múltiples sentidos, distintas manifestaciones, -individuales o colectivas, espontaneas u organizadas, rutinizadas o ritualizadas, ilegales o legales, ilegitimas o ilegitimas- o constituyente de lazos sociales. Tanto lo violento como lo no violento dependen de elementos sociales, culturales e históricos, determinantes de lo inaceptable y lo aceptable, distinguiendo lo incivilizado de lo civilizado, respectivamente. La violencia es una acción percibida por los sentidos, que pretende causar un daño físico e involucra a victimarios, víctimas y testigos; en este sentido, cada uno la interpreta de distinta manera. Desde esta perspectiva, en el combate entre hinchas que integran las barras bravas se pueden alcanzar tres consecuencias: la victoria, la derrota o el aplazamiento del resultado por la intromisión de la Policía Metropolitana.

La victoria se da por un resultado favorable, cuando los hinchas han logrado permanecer en el lugar de la pelea y no cuentan con heridos de consideración o, en los casos más graves, muertos. La derrota se obtiene cuando las barras tenido que retroceder o corrieron, sus hinchas han resultado heridos de gravedad o muertos; la derrota implicará la búsqueda de un nuevo combate, para recuperar el respeto, la honra y una victoria, sin necesidad de recurrir a entidades estatales o autoridades civiles. Desde una perspectiva ajena a los GOH, estas son expresiones de violencia que no tienen ganadores, solo perdedores. Desde la pertenencia y la experiencia de los hinchas que integran las barras bravas, los combates son normales, inclusive, son fundamentales con el propósito de conservar su honor y su reputación. Desde la función de la Policía Metropolitana, los combates implican manejar multitudes y controlar disturbios, restableciendo el orden, la seguridad y la tranquilidad de los ciudadanos. Aunque ejerzan más violencia al contener la violencia de los GOH.

Los hinchas deben mostrar su compromiso, ya que es necesario que estén presentes en las diferentes prácticas promovidas por las barras bravas en estadios, barrios y carreteras; manifestando una disposición corporal de tolerar las condiciones, particularmente desfavorables en el carnaval y en el combate. En el carnaval no es transcendental el resultado en el terreno de juego, las condiciones del clima, el espacio reducido entre los hinchas, la algarabía, entre otras expresiones particulares de la festividad. En el combate es fundamental la disposición y convencimiento al aceptar ir al enfrentamiento físico, asumiendo las posibilidades del accionar de los rivales y sus respectivas consecuencias. Con las expresiones de alegría y diversión en lo festivo, y las manifestaciones de hombría y valentía en lo violento, los hinchas están probando su aguante, un estilo de vida que se puede comprender al interior de los GOH.

El aguante: el carnaval y el combate

Después de un encuentro futbolístico disputado entre Boca Juniors y Quilines en el estadio Alberto J. Armando (popularmente llamado "La Bombonera") en el barrio de La Boca, los hinchas de ambos equipos se insultaron, desafiaron y agredieron mutuamente "La Doce superaba ampliamente en número a la de Quilmes. En medio de la refriega lograron quedarse con algunas banderas de los sureños. Alguien sacó un arma para tratar de evitarlo y disparó" (Grabia, 2015, p. 42). El tiro impactó en el cuerpo del joven paraguayo -hincha de Boca Juniors- Raúl Servín Martínez, y lo asesinó; ese homicidio ocurrió el 5 de enero de 1983. "Le dispararon desde un auto no identificado al grito de 'aguante Quilmes'. Esa fue, posiblemente, la primera aparición pública de ese canto" (Alabarces, 2012, p. 34) La noción y la experiencia del aguante se originaron y extendieron entre las hinchadas de Argentina, noción y experiencia que ha sido adoptada y adaptada entre distintas barras bravas de Hispanoamérica.

La palabra aguante es un sustantivo masculino que proviene del verbo aguantar, que tiene su origen en "agguantare 'coger, empuñar', 'detener (una cuerda que se escurre)', 'resistir (una tempestad)' y este derivado de guanto 'guante', por alusión a los guanteletes de los guerreros medievales (una pieza de armadura con que se guarnecía la mano)" (Abarca, 2001, p. 116). De ese modo, el aguante se ha convertido en una fuente de análisis para sociólogos y antropólogos, quienes buscan comprender y explicar las conductas de los hinchas que integran los GOH, a partir de las nociones y las experiencias de los hinchas que los integran. El aguante se ha explicado desde dos perspectivas fundamentales:1) como expresiones de acompañamiento al equipo de fútbol en distintos estadios y enfrentamientos agresivos contra barras bravas y, 2) como un comportamiento violento a través del uso del cuerpo.

Aliento y enfrentamientos

El aguante está relacionado, sostiene Verónica Moreira (2006), con el apoyo al equipo y los enfrentamientos físicos. El combate permite distinguir a los simpatizantes del mismo equipo y se relaciona con el coraje y la valentía de los miembros del grupo. Los enfrentamientos, los robos de banderas (trapos) y los ataques producen una sucesión continua de provocaciones y duelos entre las hinchadas rivales, con el objetivo de mantener y ratificar su honor. De acuerdo con la propuesta anteriormente expuesta, Silvio Aragón (2007) muestra que el aguante hace referencia a exponer el cuerpo a lo que sea necesario: cantar, saltar y pelear para defender un trapo o robar el de otro grupo de hinchas y, segundo, los comportamientos violentos construyen determinados vínculos sociales, que constituyen un tipo de identidad individual y colectiva. Por eso, el aguante solo puede expresarse grupalmente y distingue a quienes lo manifiestan, desde la presencia en la gradería hasta la participación en los enfrentamientos físicos con otros semejantes y la policía.

Igualmente, Gastón Gil (2007) señala que el aguante representa un modelo masculino, caracterizado por la afirmación corporal, la agresividad, la valentía, el compañerismo, el fervor, la pasión y la fidelidad. Además, es un sentimiento y un principio moral, relacionado con el honor, manifestado en poner huevos para jugar y para alentar, y en la capacidad de lucha, pues son la expresión del amor propio. De la misma manera, el aguante declara el odio extremo al rival, a quien simbólicamente le quitan sus atributos pasionales y masculinos. Por su parte, Roger Magazine y Sergio Fernández (2013) explican que, al surgir los grupos organizados adoptaron el término barra y son guiados por el aguante. Las barras apoyan durante todo el partido y se enfrentan a los rivales, verbal y físicamente. Estas barras se organizan en subgrupos y trasladaron sus expresiones estéticas y sus enfrentamientos a sus barrios de origen.

Enfrentamientos físicos

La valentía, la fuerza y la resistencia, expone Jorge Elbaum (1998), constituyen un cuerpo popular y una forma particular de masculinidad denominada aguante, la cual es expresada entre los integrantes de las hinchadas de fútbol, quienes asumen un riesgo determinado o un peligro inminente, logrando la protección y la supervivencia, definiendo a un hombre "verdadero", orgulloso de sí mismo y distinto a los débiles, ya que responde agresivamente ante las adversidades y está dispuesto a confirmarlo cuando sea necesario. Una propuesta complementaria demuestra que el aguante representa la ética y la estética del hincha y se determina por estar en el lugar de la pelea; se trata de una masculinidad basada en la "ley del más malo", que implica participar activamente en los enfrentamientos corporales, ya que los hinchas van a "soportar lo que venga". Los hinchas que asumen los enfrentamientos físicos acumulan prestigio, dando estatus al hincha y a la barra brava pues exponen su honor y dignidad (Abarca, 2001).

Pablo Alabarces (2012) afirma que el aguante se demuestra individual y colectivamente frente al otro a través de la violencia física, y se expone en el cuerpo en las cicatrices, testimonio que apoya el relato sobre la participación en el combate. Por ese motivo, no es posible manifestar dolor, ya que solo los machos aguantan. Asimismo, la hinchada se instala y se apropia de un territorio (el estadio y el barrio) para defenderlo de la invasión de la policía y de los adversarios. En este aspecto, en el enfrentamiento cuerpo a cuerpo se deben demostrar la destreza en la pelea y la resistencia al dolor, manifiesta José Garriga (2006), para quien el combate exhibe el bien simbólico del aguante, un atributo corporal que distingue al "verdadero hombre", al macho, otorgando honor y prestigio a los que participan. La victoria es para aquel que se mantiene en la batalla, para quien no corre y va al frente, constituyendo una masculinidad.

El cuerpo, la masculinidad y las prácticas están vinculadas, sostiene Nicolás Cabrera (2013), pues el hincha debe soportar físicamente las experiencias en la hinchada, siendo reconocido como "hombre" o "macho", organizando el mando en la hinchada a partir de la posesión y la demostración del aguante. De ese modo, los hinchas que evaden los compromisos y los hábitos carecen de aguante, son "putos", es decir, no son "verdaderos hombres". Y según Daniel Zambaglione (2011), el aguante es un sistema de prestigio y honor, pues es un diferenciador social y un capital simbólico que le permite a quien lo demuestra ubicarse en la parte más alta de la jerarquía de la hinchada. El aguante está reflejado en el cuerpo, en las cicatrices que son el resultado del enfrentamiento físico, construyendo un tipo específico de masculinidad en las barras.

El carnaval y el combate demuestran el aguante

El carnaval y el combate son dos nociones y experiencias diferentes, pero son complementarias, ya que la demostración del aguante le permite al hincha salir del anonimato. Además, el carnaval y el combate distinguen a los hinchas que son pertenecientes a la barra brava; es decir, el aguante evidencia con quién se puede contar y con quién no. El aguante es la manifestación de la presencia simbólica y corporal del hincha, sin importar las circunstancias. En este sentido, Onésimo Rodríguez (2007) explica que las distintas actividades de los hinchas se asimilan a rituales religiosos que tienen su propio teatro de actuación y que, sin excepción, deben cumplir una serie de pasos para ser aceptados y reconocidos: asistir al estadio, llevar la camiseta, hacer la salida del equipo, saltar, cantar, hacer una manta (bandera) y asimilar que la oposición entre los hinchas obedece a la ley del talión, ya que manifiesta las rivalidades y la superioridad de lo propio.

Por ese motivo, son pocos los hinchas que son capaces de asumir la festividad y la violencia y, por eso, esos pocos son usualmente los líderes o referentes del GOH. El aguante es incluyente, al involucrar a aquellos que cooperan en las distintas actividades, pero también es excluyente pues no permite el ingreso de aquellos que no están presentes y, tener el aguante supone quitárselo o, por lo menos, negárselo a los rivales, al considerarlos amargos y cobardes. De ese modo, el aguante plantea una jerarquización y una subordinación entre las barras bravas. El aguante es la insistencia que, partido tras partido, los hinchas del GOH demuestran al alentar "incondicionalmente" al equipo. Esa persistencia se ratifica a diario mediante el compromiso, el empeño y la dedicación en las distintas actividades, logrando la notoriedad y la distinción entre los hinchas.

Asimismo, a través de los cantos también se evidencian las rivalidades y oposiciones que pueden transformarse en enfrentamiento físico, develando la inteligencia, la valentía y la fuerza de los integrantes de la barra brava. De acuerdo con esto, el carnaval y el combate demuestran el aguante, pues este se materializa al alentar en la tribuna y pelear contra los rivales: el aguante levanta la voz y los puños. El carnaval y el combate son nociones y experiencias tradicionales y recurrentes de los GOH. El carnaval expone la festividad y anuncia el combate, mientras que el combate es el uso del cuerpo para el enfrentamiento físico. En ese sentido, Augusto me cuenta sobre el significado del aguante:

El aguante está relacionado con, la misma palabra lo dice, con aguantar. Entonces puede ser en varias circunstancias, puede ser aguantar al equipo, o sea, estar ahí, al frente, a pesar de los malos resultados, hasta los últimos momentos. También puede uno aguantar las banderas, aguantar en un combate, es como ese nivel de resistencia ante las dificultades ¿Sí? Entonces, va asociado al coraje de la barra, de ser parao28, en cuanto al combate, de aguantar en un combate o del amor, cuando uno aguanta al equipo, de la incondicionalidad. (Augusto, 11 de febrero del 2018)

El hincha que prueba tener el aguante muestra una serie de saberes en el manejo de sus emociones y de su cuerpo, desde el uso de instrumentos musicales, el diseño y elaboración de trapos, la creatividad en los diferentes recibimientos al equipo y la composición de canciones, hasta permanecer en el lugar de la pelea, pararse adecuadamente, usar apropiadamente piernas y brazos y evidenciar habilidades en el manejo de armas blancas e incluso de fuego. Por lo tanto, el aguante es la muestra de una dedicación a las distintas actividades del GOH, la cual le otorga distintos conocimientos, destrezas y, además, una autoridad, al menos, al interior de la barra brava, que le permite la notoriedad y el respeto. La dedicación o el aguante son contrarios a la amargura y a la cobardía que se les atribuye a los rivales, ya que no son capaces de alentar a su equipo a través del carnaval y tampoco pueden mantenerse en el combate pues se atemorizan en la pelea.

Los cuerpos de la barra brava

El concepto de técnicas corporales, propuesto por Marcel Mauss (1979), expresa las maneras específicas en que los hombres hacen uso de su cuerpo en distintas sociedades, en diferentes épocas y por varias generaciones, particularidades que se producen a través de un aprendizaje determinado, mostrando costumbres explícitas a partir de una autoridad social: "Estos 'hábitos' varían no solo con los individuos y sus imitaciones, sino sobre todo con las sociedades, la educación, las reglas de urbanidad y la moda" (p. 340). Por lo tanto, las técnicas corporales están relacionadas con las formas de actuar, por ejemplo, correr, bailar, saltar, hacer movimientos de fuerza, entre otros. De acuerdo con estos planteamientos, los hinchas que integran las barras bravas en Bogotá manifiestan técnicas corporales específicas, las cuales han variado a partir del ingreso de distintas generaciones y debido a las trasformaciones en los propósitos de los hinchas y de las barras bravas.

Las formas de actuar se distinguen de una generación a otra. Primero, la persecución entre barras bravas: la barra amenazada corría en busca de protección, mientras que la amenazante corría para alcanzarlos y agredirlos. En la actualidad, las correrías han disminuido considerablemente, por la presencia de la policía y la advertencia de la legislación. Segundo, los bailes en la tribuna: antes se realizaban influenciados por el heavy metal y otros géneros musicales semejantes; en el presente, los pogos son mucho más lentos, pues los gustos musicales han variado, por ejemplo, se ha popularizado la cumbia villera. Tercero, los saltos: estos se hacían con el cuerpo más inclinado hacia adelante y los brazos en alto, dispuestos a empujar, esperando el momento de realizar una avalancha; con la instalación de los rompeolas, los saltos son derechos y con los brazos doblados. Cuarto, los movimientos de fuerza: manifestados en el enfrentamiento físico, antes eran cuerpo a cuerpo, hoy son mediados por armas. Así, el carnaval, el combate y el aguante se han trasformado. En este sentido, Augusto me cuenta sobre esos cambios:

El aguante es la capacidad que tiene, la menor o mayor capacidad, que tiene una barra para hacerle frente a una situación adversa [...] ¿Cómo se ha venido transformando? En el combate cuando se hacía, en un principio pues cuerpo a cuerpo, se transformó incorporando armas, armas blancas, armas de fuego y esa fue una de las maneras en las cuales el aguante cambio a través del tiempo, en cuanto al combate. Respecto al carnaval, se ha venido también cambiando en cuanto hoy día si no se consiguen los resultados positivos, es ganar partidos y títulos, entonces ya se deja de apoyar al equipo, no se va al estadio. Pasa a ser un anti-aguante, en el carnaval y en el combate. Ya no se está avivando al propio equipo y apabullando al rival, sino que muchas veces se pasa a ir en contra del propio equipo, de los propios directivos, es como una aberración ¿Sí?, se ha venido transformando, lo que en un principio era, un giro de ciento ochenta grados. (Augusto, 11 de febrero del 2018)

En ese aspecto, las hinchadas de Argentina también han mostrado los mismos cambios. Christian Dodaro (2006), describe los cambios en el aguante con los cambios generacionales y cómo los nuevos integrantes no respetan las normas (códigos) de la hinchada, al priorizar el robo, el consumo de drogas y alcohol y el uso de armas. Igualmente, Verónica Moreira (2013) describe las transformaciones de las prácticas y las representaciones del aguante en las hinchadas, los cambios distinguen a los viejos miembros y a los jóvenes integrantes de la barra. Las diferencias del aguante muestran un antes, caracterizado por enfrentamientos corporales entre grupos iguales, que excluían a hinchas comunes; y un después (ahora), en el que las armas de fuego son utilizadas regularmente y el ataque a los rivales puede involucrar a hinchas comunes. Igualmente, se han observado las transformaciones del aguante en las barras bravas, por ejemplo de Bogotá pues el consumo de sustancias psicoactivas y el uso de armas (blancas y de fuego) se han privilegiado en el carnaval y en el combate, respectivamente.

Algunas conclusiones

El artículo ha planteado dos formas de exponer el cuerpo entre los hinchas que integran las barras bravas, a través su participación en las expresiones festivas y en los comportamientos violentos, manifestaciones y conductas que son mediadas por el insulto. El carnaval y el combate demuestran el aguante, una noción y una experiencia que se manifiesta entre los GOH en Hispanoamérica. Sin embargo, este abordaje sobre lo corporal entre los hinchas en las barras bravas es un principio de análisis, pero no constituye un estudio definitivo, ya que es necesario comprender la importancia del tatuaje y de las cicatrices en el cuerpo de los hinchas, pues estos son una forma de exteriorizar su fidelidad al GOH y al club de fútbol, y una manera de visibilizar la participación en el carnaval y en el combate. Además, por un lado, es fundamental contextualizar el consumo de bebidas embriagantes y drogas ilegales como formas de mostrar la resistencia del cuerpo, y por el otro, entender la necesidad de usar armas blancas y de fuego en los enfrentamientos como maneras de explicar la obligación de lograr la supremacía sobre los adversarios.

También es posible comprender la constitución del cuerpo entre los hinchas que son miembros del GOH, utilizando otras categorías analíticas que permiten complementarla, por ejemplo: ritual, identidad o masculinidad. El ritual es entendido como una serie de acciones repetitivas y usuales que poseen un alto valor simbólico. Este se lleva a cabo por costumbre y muestra la simpatía o el afecto por una institución. Por lo tanto, tiene un escenario y un horario particular. De acuerdo con esto, los hinchas efectúan en todos los partidos las mismas actividades, revelando su presencia y el apoyo a su equipo desde la tribuna. El concepto de identidad posee dos perspectivas, la primera, hace al sujeto particular y lo distingue en el grupo social, y la segunda, hace semejante al sujeto, ya que lo incluye en un grupo social que tiene características similares a las del individuo, es decir, este concepto abarca tanto la especificidad y la distinción del hincha en la barra brava y de la barra brava misma, como las diferencias identitarias entre los GOH.

En lo que respecta a la noción de masculinidad, los hinchas exponen formas de ser hombres en el contexto del fútbol. Un tipo de masculinidad que se opone a la amargura, la cobardía e incluso a lo femenino, demostrada a través de la valentía, la fuerza y la resistencia. La masculinidad entre los hinchas puede comprenderse como un código de honor que, al ser insultado o vulnerado, debe ser vengado. Dicha masculinidad, al ser un capital simbólico y físico, ordena la jerarquía al interior de la barra brava, ya que soporta las adversidades, estableciendo un prestigio al interior y al exterior de los GOH. Finalmente, estas propuestas trascienden el propósito inicial de este artículo, pero su formulación permite abrir la posibilidad de incluirlas en un futuro trabajo de investigación, ampliando la comprensión sobre la construcción social del cuerpo entre los hinchas que integran las barras bravas en Colombia.

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Entrevistas

Augusto (11 de febrero del 2018). Entrevista por autor, Bogotá. [ Links ]

* Este artículo hace parte de los resultados de la tesis titulada ¡Yo soy azul! De la imitación y el aguante entre hinchas en Bogotá, desarrollada en la línea de Subjetividades, Diferencias y Narrativas, en el marco del Doctorado en Estudios Sociales de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas.

1Las cifras no son oficiales, pues fueron recopiladas a partir de noticias periódicas de El Tiempo, El Espectador, El Colombiano, El Heraldo, El País y la Revista Semana. Por lo tanto, los datos pueden variar.

2Subgrupo que integra a Blue Rain.

3Banderas verticales.

4Banderas horizontales.

5Actualmente tiene 38 años y fue integrante de Comandos Azules # 13 (luego Comandos Azules Distrito Capital) desde 1997 hasta el 2007, su retiro se debió a las disputas internas de la barra brava. Desde el 2009 se integró a Blue Rain y en el 2016 se retiró ya que, según él, no compartía los mismos intereses con los referentes o líderes de Blue Rain y no soportó la falta de compromiso de los hinchas.

6Es un mosaico elaborado por los hinchas y desplegado en la tribuna que ocupan en el estadio, exhibiendo un símbolo del equipo o la barra brava. Se realiza con hojas de papel, plástico o banderas.

7Aunque las canciones de las barras bravas pueden abordar aspectos ajenos al fútbol.

8Son tubos de hierro, en forma de rectángulo, que han sido puestos en muchos escalones de la gradería, alcanzan una dimensión de dos metros de ancho por un metro de alto y se han instalado al interior para impedir o cortar las avalanchas.

9Entrada y salida de la tribuna.

10El canto original argentino dice: "estamos todos de la cabeza", pero cuando se empezó a cantar en la tribuna, a finales de la década de 1990, muchos entendieron: "estamos locos de la cabeza", y se mantiene de ese modo hasta el presente.

11Tipo de baile iniciado desde el género musical punk. En esta forma de danza, los sujetos se mueven según el ritmo de los instrumentos y levantan las piernas y los brazos. El baile se denomina pogo y participar implica poguear.

12Equipo de fútbol de Bogotá que ha logrado 9 títulos en primera división.

13Equipo de fútbol de Cali que ha logrado 9 títulos en primera división.

14Equipo de fútbol de Barranquilla, ha logrado 7 títulos en primera división.

15Equipo de fútbol de Cali, ha logrado 14 títulos en primera división.

16Equipo de fútbol de Medellín que ha logrado 16 títulos locales en primera división.

17Se refiere a hinchas de Nacional.

18Se refiere a hinchas de Santa Fe.

19Hinchas de equipos de fútbol que no pertenecen a la capital.

20Canción de Blue Rain basada en "La parte de adelante" de Andrés Calamaro.

21Forma de llamar a la Guardia Albi Roja Sur para ridiculizarla al infantilizarla.

22Canción de Blue Rain y Comandos Azules # 13.

23Se refiere a los testículos, pero la expresión implica la demostración de una masculinidad agresiva, es decir, de valentía manifestada en el enfrentamiento físico. En Colombia, se utiliza usualmente la expresión femenina, huevas.

24Aproximadamente el 12,5 % de la totalidad de efectivos disponibles.

25En la Ley 1270 del 2009 se propone la carnetización de los hinchas, buscando estrategias de seguridad y convivencia en los espectáculos deportivos. En el 2017, la Dimayor solicitó la obligatoriedad del carné y el valor fue asumido por los hinchas. Sin embargo, en el presente no se ha llevado la carnetización. Además, los propósitos aún son ambiguos.

26Se inicia el enfrentamiento físico o el combate.

27Agresión física bastante fuerte, aunque se refiere al rostro, no precisa una parte del cuerpo particular.

28Se refiere a mantenerse en el lugar de la pelea y ser capaz de responder a los ataques adversarios.

Cómo citar: Castro, J. A. (2020). Cuerpos con aguante: festividad y violencia en una barra brava de Bogotá. Revista Colombiana de Sociología, 43(1), 193-214.

Recibido: 11 de Julio de 2018; Aprobado: 16 de Diciembre de 2018

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