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Anuario Colombiano de Historia Social y de la Cultura

Print version ISSN 0120-2456

Anu. colomb. hist. soc. cult. vol.40 no.2 Bogotá July/Dec. 2013

 

RESEÑA

María Estela Spinelli.
De antiperonistas a peronistas revolucionarios. Las clases medias en el centro de la crisis política argentina (1955-1973).

Buenos Aires: Sudamericana, 2013. 224 páginas.


La nueva historiografía sobre el pasado reciente ha consensuado que el tiempo cercano no debe ser patrimonio exclusivo de una disciplina científica, pues implica un verdadero trabajo multidisciplinario que dé cuenta de las especificidades, problemas y metodologías particulares de este campo en construcción.* La obra de María Estela Spinelli resuelve este dilema al analizar el pasado cercano desde la historia, a la vez que utiliza herramientas e investigaciones de una pluralidad de disciplinas sociales. El libro tiene como principal objetivo indagar el periplo de las clases medias argentinas desde sus experiencias políticas vinculadas con el antiperonismo hacia aquellas ligadas al peronismo revolucionario. Este sinuoso proceso se inscribe en un conjunto de transformaciones del campo político, social y cultural que explican que grupos de clases medias urbanas abrazaran al peronismo en su versión radicalizada. El convulsionado mundo de posguerra, del cual la Argentina es integrante, constituye el marco de referencia para comprender las vicisitudes de estos grupos. Con ello, el texto aporta, desde un caso nacional, argumentos explicativos en torno al proceso de radicalización y efervescencia política que atravesó al conjunto de América Latina.

El arco temporal que recorre el relato se inicia con la caída del segundo gobierno del General Perón, en 1955, a manos de la "Revolución Libertadora". Allí las clases medias entraron de lleno en la escena política al haber sido el fermento de una profunda movilización que se manifestó en ambientes culturales, profesionales y religiosos. La configuración opositora que conformaron sirvió de punto de apoyo para que el golpe de estado pusiera "fin a diez años de hegemonía peronista". El itinerario se cierra con el triunfo electoral del peronismo en 1973, partido que tras 18 años de proscripción vuelve al poder gracias al soporte, contundente aunque no exclusivo, de las clases medias.

El argumento, que hace mayor hincapié en aspectos políticos más que sociológicos, condensa el resultado de investigaciones recientes en el campo de la historia política y las reúne en un relato destinado a un público amplio, aunque no descuida la complejidad del proceso que ilumina. A través de una variada gama de fuentes que combina testimonios de época, entrevistas y un extenso abanico de diarios, revistas y folletines, Spinelli restituye los quiebres en las herencias familiares representados por la "peronización" de las clases medias. La autora advierte sobre el peso específico de este colectivo en la historia argentina, cuyo protagonismo ha vertebrado los principales acontecimientos del siglo XX. Haciendo eco de las investigaciones pioneras de Gino Germani, coincide con el "sociólogo científico" en apelar a este grupo "'clases medias' para subrayar su carácter complejo" y advierte sobre perfil dinámico que tuvieron al haber protagonizado los procesos de movilidad ascendente que han caracterizado a la Argentina. Bajo el pretexto de abordar su itinerario, la autora realiza una descripción densa de partidos e instituciones que canalizaron sus demandas ciudadanas y sus adhesiones.

La obra se estructura en dos grandes partes: la primera agrupa tres capítulos, y la segunda reúne dos. El primer capítulo está dedicado a restituir la conformación del arco antiperonista que posibilitó y legitimó el golpe de estado de 1955 y el primer intento de gobernar sin el peronismo. La heterogénea configuración antiperonista se aglutinaba fragmentariamente tras una serie de reclamos que contemplaban el respecto a la tradición republicana y a las libertades civiles y políticas, así como a la cierta disolución de jerarquías económicas y sociales establecidas. Los segmentos de oposición se consolidaron tras los conflictos que el gobierno mantuvo con la Iglesia católica, que vertebró el descontento hasta el punto de generar atisbos de guerra civil durante los sucesos de junio. Estos hechos resultaron un caldo de cultivo para que las cúpulas militares pusieran fin al gobierno encabezado por Perón. El levantamiento militar contó con el apoyo de políticos opositores, el movimiento estudiantil universitario y sectores nacionalistas y católicos. Spinelli se sirve de un acontecimiento -el Día de la Libertad- para evidenciar la forma en que las clases medias volvieron a ganar las calles a través de la movilización.

Una vez que las nuevas autoridades se consolidaron, se enfrentaron a dos grandes dilemas que vertebrarían la vida política: qué hacer con el peronismo y bajo qué formato se normalizaría politicamente el país. Respecto al primer dilema, la autora muestra que la "desperonización" fue el camino escogido, especialmente luego de que se desplazara el ala nacionalista del gobierno. Esta decisión se basaba en la interpretación que primó sobre el derrocado movimiento político: "el peronismo había sido un régimen dictatorial reaccionario desde el punto de vista social". El proceso se puso en marcha frente a la necesidad de disolver todo vestigio del régimen depuesto: se demandó la derogación de la Constitución peronista de 1949 y se silenciaron las voces disidentes. Respecto al segundo dilema, la fórmula encontrada fue el pluralismo político, que aseguraba la participación de todos los partidos. Con todo, este periodo dio paso a la recuperación de cierta libertad de expresión del ala antiperonista; esto se tradujo en una amplia explosión de emprendimientos editoriales vinculados con la producción de literatura política que buscaba interpretar el peronismo. A ellos se sumaron escritores de izquierda, tanto nacionalistas como los mismos peronistas, que a través de la proliferación de la empresa editorial exhibían el creciente interés de las clases medias por la política.

El capítulo dos explora la experiencia desarrollista de Arturo Frondizi (1958-1962). Spinelli analiza la coalición de poder del radicalismo intransigente y las inmediatas resistencias que generó al haber recibido el apoyo de los simpatizantes peronistas. Una serie de medidas generó tensiones, como la pérdida de monopolio del Estado en materia educativa y la búsqueda de desarrollo del país a través de la industria pesada, que implicaba jugosos contratos con empresas norteamericanas para la extracción de petróleo. La crisis se ahondó con la creciente oposición de los militares, tras el manejo de la política internacional del gobierno argentino y el protagonismo del peronismo en elecciones provinciales. Estos hechos coadyuvaron para que Frondizi debiera abandonar el poder antes de lo previsto. Sin embargo, la autora destaca que bajo este sustrato de acontecimientos políticos se perciben tendencias más profundas, como las transformaciones culturales y la modernización, que activadas en algunos casos por fenómenos externos, -como la Revolución cubana (1959)- produjeron que muchos de los sectores comenzaran a mirar con renovados ojos al peronismo. Tras el fracaso de la experiencia frondizista, se bosquejan dos procesos convergentes: el acercamiento de los sectores de izquierda hacia el peronismo y la construcción de la evidencia que mostraba que la Revolución cubana ofrecía una vía acelerada hacia el socialismo.

El capítulo tres, que cierra la primera parte del libro, recorre la breve experiencia del gobierno provisional de José María Guido (1962-1963) y el segundo ensayo de democracia restringida que el encabezó Arturo Illia (1963-1966). Spinelli interpreta este último como un proyecto destinado a implantar una democracia política que sufrió una serie de avatares de sectores opositores. A los problemas que Illia tenía con su coalición de gobierno, con sindicalistas y empresarios, se sumaba que el peronismo había iniciado su reorganización partidaria de la mano del sindicalista Augusto Vandor. Por otro lado, la izquierda mostraba una mayor efervescencia y ebullición: se crearon numerosas organizaciones que combinaban diversas tradiciones intelectuales, cuyo espacio de reclutamiento era la universidad. Estas organizaciones tenían como proyecto la liberación latinoamericana, ejemplo que Cuba hacía creíble. El crecimiento del peronismo en elecciones provinciales encendió una señal de alarma entre los militares, convertidos en árbitros de la crisis política. El gobierno azotado por fuerzas centrífugas dio paso a un nuevo ensayo, esta vez, de carácter autoritario. Con todo, la primera parte del relato exhibe el fracaso de la apuesta por los partidos políticos como entidades proclives a superar al peronismo a través de las conquista de su base electoral.

El segundo momento de la obra, denominada "el rechazo de la democracia política", se detiene en el análisis de los ensayos autoritarios, el comportamiento político de las clases medias y la forma en que la radicalización política enfrentó a los sucesivos gobiernos hasta abrazar al peronismo. Spinelli exhibe las constantes que caracterizaron este proceso como la "retracción y debilidad de los partidos políticos tradicionales" y el desafío que resultó para las autoridades la radicalización de los sectores medios. La primera apuesta de dominación autoritaria, encabezada por Juan Carlos Onganía, contó con un consenso social y político inicial. Su proyecto de modernización autoritaria, basado en la seguridad nacional y en el desarrollo de la economía, derivaba de un diagnóstico pergeñado en el contexto de la Guerra Fría: la primera idea fuerza era sustancial para combatir los efectos de la Revolución cubana y su "proyecto de exportación de la revolución"; la segunda sería el vehículo para lograr la modernización, la estabilidad política y el freno hacia el socialismo. Sin embargo, la racionalización de la economía pronto encontró resistencias entre sindicalistas y empresarios locales. La creciente ola de contestación tuvo como epicentro un "acontecimiento político crucial": el estallido social masivo y violento conocido como el "Cordobazo". Este fenómeno cambió la relación entre el poder militar y la sociedad, condenó a muerte al primer ensayo autoritario y fue fermento de intensificación de la violencia. Los gobiernos sucesivos cambiaron de rumbo retornando a la política. Tras la fallida experiencia del General Levingston, la Junta Militar decidió restablecer las instituciones democráticas para resolver la crisis política. La autora aborda la forma en que la transición a la democracia fue negociada entre el presidente Lanusse, referente principal de las Fuerzas Armadas, y Perón, erigido árbitro del juego político. Mientras la violencia crecía, también lo hizo la militancia en pos de la salida electoral. El peronismo triunfó por una amplia mayoría con la fórmula de Héctor Cámpora y Vicente Solano Lima y evidenció las transformaciones en su base de apoyo.

El volumen se cierra con el análisis de tres ejes que vertebran la experiencia de las clases medias para comprender el pasaje del conglomerado político antiperonista hacia el peronista revolucionario: politización, radicalización y peronismo. Mientras que el primer eje se percibe en la recuperación de los espacios públicos, el segundo se observa en el surgimiento de una nueva izquierda, que tras la evidencia de la revolución cubana enfrentó a una anquilosada dirigencia pretendiendo superar sus proyectos etapistas. En cuanto al peronismo, Spinelli destaca el proceso de reinvención que sufrió el movimiento político a través de las interpretaciones de una frondosa literatura, de memorias trasmitidas y de los escritos y mensajes de Perón. Todos ellos contribuyeron a construir imágenes selectivas del líder ausente y su partido. Esta reinvención colaboró para que camadas de militantes que provenían del nacionalismo, el cristianismo o la nueva izquierda abrazaran al peronismo. En esa experiencia convergieron hombres y mujeres con diversas trayectorias políticas y sociales, en los que, a pesar de haber comulgado con los nuevos rasgos identitarios del partido, pervivían los atributos más característicos del antiperonismo: la desconfianza al liderazgo de Perón y al sindicalismo peronista. Con ello, se anunciaban las disputas de poder que corroyeron al tercer gobierno justicialista.

En suma, el libro da cuenta de los sucesivos ensayos para gobernar sin el peronismo y el fracaso de una empresa que buscó conquistar sus bases de apoyo, ofreciendo herramientas para analizar el vertiginoso y complejo proceso de radicalización política a través del prisma de las clases medias. Este colectivo permite iluminar la forma en que se fue conformando un nuevo peronismo, plagado de tensiones, que disputó y accedió al poder en 1973. El itinerario hace visible un sustrato de la vida política que evidencia el desgranamiento de la coalición antiperonista aglutinada en 1955 y el corte en las herencias familiares que implicó la irrupción del peronismo revolucionario.


* Marina Franco y Florencia Levín, comp., Historia Reciente. Perspectivas y desafíos para un campo en construcción (Buenos Aires: Paidós, 2007) 18.


MARÍA VIRGINIA MELLADO
Conicet, Universidad Nacional de Cuyo, Mendoza, Argentina
vmellado@mendoza-conicet.gob.ar