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Anuario Colombiano de Historia Social y de la Cultura

versión impresa ISSN 0120-2456

Anu. colomb. hist. soc. cult. vol.41 no.1 Bogotá ene./jun. 2014

https://doi.org/10.15446/achsc.v41n1.44861 

http://dx.doi.org/10.15446/achsc.v41n1.44861

RESEÑA

Sebastián Martínez Botero.
Política y espacio. Historia de la conformación territorial de Pereira 1857-1884.

Pereira: Gobernación de Risaralda, 2013. 279 páginas.


En una reciente conversación entre los historiadores Albeiro Valencia Llano y Renzo Ramírez Bacca, Valencia Llano expresaba la necesidad de que las investigaciones en historia regional estudiaran las diferentes formas de configuración local dentro de las regiones, así como la conformación del poder y la relación con las instituciones;1 observación que resulta muy apropiada para entender la dimensión historiográfica de la obra Política y espacio. Historia de la conformación territorial de Pereira 1857-1884 de Sebastián Martínez Botero. El estudio del actual profesor e investigador de la Universidad de Caldas, y de la Maestría en Historia de la Universidad Tecnológica de Pereira acaba de ser publicado en Pereira por cuenta de la Gobernación de Risaralda con motivo de la celebración del sesquicentenario de la ciudad (1863-2013). La investigación fluctúa entre la historiografía urbana y la historia local y regional, si se atiende a los valiosos aportes de contenido y método, puntualmente en lo que se refiere a la problematización sobre la escritura del pasado histórico de Pereira, como también del papel que cumplió esta urbe en el largo proceso de la colonización antioqueña, al mostrar particularidades en relación con los demás poblamientos.

En un momento de resurgimiento -antes que de consolidación- de la historia local y regional, resulta motivante encontrarse con una obra que contribuya a la renovación de la historia de Pereira, permitiendo poner en cuestión buena parte de los mitos fundacionales.2 Más allá de preguntarse por las características de los acontecimientos de la fundación de la ciudad, el autor se propone comprender el largo proceso mediante el cual se concretó el proyecto de conformación de Pereira; objetivo que desarrolla en dos partes: en la primera, da cuenta de la evolución institucional del poblado o de lo que sería "la conformación política del territorio"(p. 22) y en la segunda, explica el entramado de la configuración urbana haciendo énfasis en la forma como los colonos recién llegados se asentaron en el nuevo espacio urbanizado.

A nivel de fuentes consultadas, es visible el mérito de haber examinado dos fondos documentales que lamentablemente no han sido muy consultados. Se trata, por un lado, del Archivo Municipal de Pereira, que contiene los datos para construir una interpretación sobre la formación de las primeras instituciones de la ciudad, en particular actas y correspondencia sobre el funcionamiento de la Comisión Agraria; y por otra parte, del Archivo de la Notaría Primera de Pereira, mediante el que se puede analizar la conformación del espacio, puesto que allí reposan los "libros de tierras" en los que se registraban las adjudicación de lotes.

Desde una perspectiva conceptual, en la obra está presente el neoinstitucionalismo norteamericano. El primer capítulo se construye con especial énfasis en la metodología de historia institucional de Douglas North, desde ahí -el autor- despliega su explicación sobre el surgimiento y desarrollo de las instituciones locales, empezando por la Junta de Vecinos (1857-1863) pasando por la Junta de Acción Parroquial (1863) y la Junta Auxiliar Legislativa (1864-1870), hasta llegar a la Corporación Municipal (1870). Dicha exposición se centra en la constatación de una relación entre los intereses de las instituciones, las capacidades y posibilidades de las personas que conformaban estas entidades, la acción asociativa de los pobladores y las condiciones normativas sobre apropiación de la tierra, tanto del Estado del Cauca como de la nación. De tal manera que a lo largo del libro es usual encontrarse con palabras como 'institución', 'conformación', 'apropiación', 'entidad', 'organismo', entre otras, que refieren a una terminología que no se había utilizado para explicar la historia de Pereira.

El armazón de la obra consta de introducción, dos capítulos en los que se desarrolla la argumentación central, y conclusiones. Además, incluye alrededor de 90 páginas de anexos que reflejan el esfuerzo de sistematización de datos, y que a su vez pueden considerarse de utilidad para futuras investigaciones, pues condensan pormenorizadamente las adjudicaciones rurales y urbanas por cada uno de los años entre 1873 y 1884 (fechas, nombres, cantidad de hectáreas, ubicación, y especificaciones de los linderos).3

En el primer capítulo, el autor explica la importancia de las instituciones administrativas en la conformación de Pereira como un núcleo urbano. Queda claro que el principal objetivo de dichas entidades fue la consecución legal de tierras, lo que se obtenía mediante la "labor de ordenar jurídica, política y socialmente el territorio" (p. 35). Igualmente la transición de Junta de Vecinos a Parroquia o a Junta Auxiliar Legislativa obedeció a "la cantidad de tierras que poseyera la jurisdicción del ente territorial mismo" (p. 47), y a su vez "el volumen de tierras dependió de un marco institucional más amplio circunscrito en la esfera estatal y nacional". Martínez se apoya en Hermes Tovar para mostrar cómo los pobladores llegados a esta zona de colonización tenían la intención de "poblar, legitimar y titular" (p. 35), objetivos que, si bien no eran explícitos, se pueden deducir del comportamiento que siguieron los pobladores y las peticiones que desde las instituciones locales se hicieron al Estado del Cauca. Así mismo, es puntual la importancia que el autor otorga a la donación de 770 fanegadas de tierras por parte de Guillermo Pereira Gamba y de 12 000 hectáreas provenientes de la nación, como los dos acontecimientos que permitieron la consolidación del territorio y el fortalecimiento de un proyecto de ciudad.

Otro punto importante que se toca tiene que ver con el supuesto, según el cual Pereira se originó como resultado de la discrepancia entre antioqueños y caucanos. El autor para este caso sostiene que, por el contrario, fue fundamental el apoyo de caucanos como Ramón Rubiano (gobernador de la Provincia de Quindío), Vicente Bueno (alcalde de Cartago Nuevo), Ramón Elías Paláu (abogado que tuvo a cargo la petición de tierras a la Unión) al poblamiento de colonos antioqueños. Así, lo cierto es que si bien "desde un punto de vista demográfico el factor caucano no fue significativo (...) sí lo fue desde un punto de vista social, en la medida en que en un mismo territorio coincidieron los intereses de dos grupos sociales diferentes" (p. 45), de manera que "en un lugar de colonización y frontera lo que importaba era la adquisición de tierra, y la vía institucional para conseguirla fue el acuerdo explícito entre ambos grupos" (p. 47).

El segundo capítulo es resultado de combinar intereses investigativos con el rigor histórico -tal como lo señala el historiador regional Víctor Zuluaga Gómez en la sinopsis que hace al libro-, en él se da cuenta del proceso de conformación territorial, como de apropiación del espacio por parte de los colonos recién llegados, descifrando los itinerarios jurídicos y políticos que estuvieron tras las adjudicaciones de las tierras donadas por parte de Pereira Gamba y de la nación. Asimismo la manera como la Comisión Agraria aplicó los dispositivos normativos del Estado Nacional en la forma de distribuir y adjudicar los terrenos y el número de hectáreas que se entregaba a cada persona y grupo familiar describen las penurias económicas que afrontaron la Corporación Municipal y la población ante la obligación de contratar al agrimensor Ramón María Arana. Sobresale la utilización de cuadros, mapas y gráficas para detallar paso a paso la adjudicación de lotes, logrando mostrar que la conformación de la ciudad estuvo marcada por patrones de poblamiento equilibrados.

Por supuesto es un trabajo que se sustenta en la utilización de una amplia bibliografía tradicional de autores como Carlos Echeverry Uribe, Ricardo Sánchez, Fernando Uribe, Antonio García, Hugo Ángel Jaramillo, e incluso Jaime Jaramillo Uribe; igualmente, en estudios regionales, de autores como Albeiro Valencia Llano, Víctor Zuluaga, Alfredo Cardona Tobón, Álvaro Acevedo Tarazona, y Emilio Gutiérrez.

En los últimos apartes, Martínez sostiene que sobre la colonización antioqueña "aún no se logran hacer matices ya que se hace un panegírico al emprendimiento antioqueño y termina concentrando su atención exclusivamente en temáticas relacionadas con los conflictos sociales derivados de los problemas por el acceso a la tierra" (p. 88). En consecuencia, hace falta analizar las otras formas de colonización en las subregiones caldenses, en las que el proceso se dio de una manera más concertada y dirigida por intereses políticos, lo que demanda nuevos esfuerzos interpretativos.

Finalmente, hay que señalar que la publicación reseñada se explica en la reciente emergencia de una serie de nuevas perspectivas en la investigación urbana y regional que se viene dando en Pereira y en la región cafetera. A manera de conclusión, puede decirse que el profesor Martínez Botero hace arqueología sobre los más arraigados supuestos historiográficos locales referidos a la fundación (cimentados durante muchos años por los historiadores de academia) y -aunque en algunos apartados la obra cae en reiteraciones- propone nuevos enfoques que sirven de referente para quienes llevamos menos tiempo en el campo de la investigación histórica y requerimos de buenos ejemplos que orienten nuestro proceso formativo sobre cómo hacer historia en el proyecto de construcción de la historiografía regional.


1. Renzo Ramírez, "Entrevista a Albeiro Valencia Llano, profesor distinguido", Revista de Historia Regional y Local HISTORELO vol. 5, n.o 10 (2013).

2 Uno de los más arraigados mitos sobre la ciudad de Pereira se refiere a su fundación. Antes que preocuparse por darle sentido histórico al proceso de configuración y poblamiento de Pereira, lo que ha hecho la historiografía tradicional es solidificar la idea, según la cual, la ciudad se fundó el 30 de agosto de 1863 tras la realización de una misa por parte del presbítero caucano Remigio Antonio Cañarte, quien se comprometió en cumplir el deseo de su amigo José Francisco Pereira Martínez, que básicamente consistía en crear una ciudad en el territorio donde había existido la ciudad colonial de Cartago (1540-1691). La mayoría de las versiones se han quedado en inscribir la fundación de Pereira en el proceso de la Colonización Antioqueña pero sin preocuparse por explicar sus especificidades y diferencias con relación a las otras ciudades cercanas como Armenia y Manizales. De ahí deriva el valor de la idea central del profesor Sebastián Martínez, quien habla de conformación territorial en tanto un proceso de larga duración acontecido entre 1857 y 1884, en oposición a lo que sería un acontecimiento fundacional centrado en la fecha "mítica" y socialmente aceptada de 1863.

3 En estos anexos se recogen y tabulan la mayor parte de información de los libros notariales que actualmente, debido al irresponsable manejo público de los archivos en la ciudad, han desaparecido.


ANDERSON PAUL GIL PÉREZ
Universidad Tecnológica de Pereira, Pereira, Colombia
apgil@utp.edu.co