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Anuario Colombiano de Historia Social y de la Cultura

Print version ISSN 0120-2456

Anu. colomb. hist. soc. cult. vol.42 no.2 Bogotá July/Dec. 2015

https://doi.org/10.15446/achsc.v42n2.53335 

http://dx.doi.org/10.15446/achsc.v42n2.53335

La Legación de Alemania en Bogotá, en la década de 1930

The German Legation in Bogotá in the 1930's

A legação da Alemanha em Bogotá na década de 1930

LUIS EDUARDO BOSEMBERG*
Bogotá, Colombia
* lbosembe@uniandes.edu.co.

Artículo de reflexión
Recepción: 27 de abril del 2015. Aprobación: 27 de junio del 2015

Cómo citar este artículo
Luis Eduardo Bosemberg, "La Legación de Alemania en Bogotá, en la década de 1930", Anuario Colombiano de Historia Social y de la Cultura 42.2 (2015): 205-263.


Resumen

El artículo se inscribe en el debate que gira alrededor del peligro nazi en Colombia. Se postula aquí que en el país no existía la posibilidad de un triunfo por parte de la Alemania nazi. Para ello se tomó el caso de la Legación de Alemania en Bogotá, en la década de 1930. Inicialmente se describe la Legación presentando sus actividades desarrolladas —lo que se puede considerar acciones exitosas—. Después, basado en los documentos de la organización, se interpreta que los mismos diplomáticos estaban muy convencidos de que en Colombia no se daban las condiciones para una gran avanzada germana, ya que, por un lado, la avanzada triunfante provenía de los Estados Unidos y, por el otro, el país era liberal y antifascista.

Palabras clave: Colombia, Alemania, relaciones internacionales, Legación de Alemania, diplomacia, rivalidad germano-estadounidense.


Abstract

The article is part of the debate revolving around the Nazi danger in Colombia. It postulates that in the country there was no possibility of a victory by Nazi Germany. It takes the case of the German Legation in Bogota in the 1930's. It begins by describing the Legation's activities —which can be considered successful actions —. Then, based on documents of the organization, it shows that the same diplomats were convinced that the conditions for a great Germanic advance in Colombia did not exist because of the triumphant advance of the United States and the fact that the country was liberal and antifascist.

Keywords: Colombia, Germany, international relations, German legation, diplomacy, German-American rivalry.


Resumo

O artigo inscreve-se no debate que gira ao redor do perigo nazista na Colômbia. Postula-se aqui que no país não existia a possibilidade de um triunfo por parte da Alemanha nazista. Para isso, escolhemos o caso da Legação da Alemanha em Bogotá, na década de 1930. Inicialmente, descreve-se a Legação apresentando suas atividades desenvolvidas —o que se pode considerar ações de sucesso—. Depois, baseado nos documentos da organização, interpreta-se que os mesmos diplomáticos estavam muito convencidos de que na Colômbia não se davam as condições para uma grande avançada germana, já que, por um lado, a avançada triunfante provinha dos Estados Unidos e, pelo outro, o país era liberal e antifascista.

Palavras-chave: Colômbia, Alemanha, relações internacionais, Legação da Alemanha, diplomacia, rivalidade germano-americana.


Introducción

La influencia de la Alemania nazi en América Latina es un tema que ha sido objeto de discusión desde hace varias décadas, pero en el caso colombiano, ha sido muy poco investigada. Para entender esta propuesta se debe tener en cuenta el siguiente debate.1 Algunos historiadores arguyen sobre el peligro de Alemania en América Latina y, por ende, en Colombia. A estos los llamaremos maximalistas. La política exterior alemana contaba con un programa fijo de acción; era decidida, constante y se daba una serie de condiciones que facilitarían la llegada de los nazis. Todos los alemanes, fuesen compañías, comunidades, diplomáticos, viajeros, etc., eran parte de una red, dirigida desde Berlín, que preparaba el terreno para la futura invasión y que realizaría obras de sabotaje, tan pronto como la capital diera la orden. Alemania quería el control político y la explotación de los recursos naturales de América Latina. Según esto, había una quinta columna apoyada desde Berlín.2 La prensa colombiana de finales de la década de 1930 y durante la guerra está repleta de artículos al respecto. Al lector se le repetía constantemente el peligro nazi. Es evidente la influencia de Hermann Rauschning: Hitler me dijo: confidencias del Führer sobre su plan de conquista del mundo. De acuerdo con una serie de conversaciones que tuvo con Hitler, este reivindicaba a América Latina ya que "los Fugger y los Welser tuvieron allí posesiones", pero no tenía la intención de llevar a cabo una conquista militar, sino más bien pensaba como una conquista a través de los alemanes residentes allí.3

Otros, por el contrario, a quienes llamaremos minimalistas, argüían que la política exterior hacia América Latina era inorgánica, artesanal, coyuntural y poco sistemática, a lo mucho interesada en un solo sector, como el comercial. Es decir, no había un gran interés —la influencia del Reich era menor—. Estos argumentaban que no hubo planes de expansión hacia América Latina ni una quinta columna. La región no había jugado un papel predominante en la concepción de la política exterior del Reich.4 En 1938, en Montevideo, los embajadores alemanes del Cono Sur cuestionaban los objetivos del Reich, se preguntaban si la diplomacia enfilaba hacia lo económico, lo político o lo cultural y recomendaron que el Reich se dedicara a tareas comerciales y culturales, pues allí había posibilidades, mientras que en lo político no las había.5 Es decir, no tenían una clara directriz desde Berlín. Además, los funcionarios del AA (Auswärtiges Amt), el Ministerio de Relaciones Exteriores del Reich, tenían claro que los latinoamericanos, en general, no eran proclives al nazismo.6

Me sitúo en un plano intermedio, muy cercano al lineamiento de mi libro,7 según el cual, en la política exterior de Alemania no hubo una dinámica que pudiera calificarse como artesanal ni de poco interés —de acuerdo con los minimalistas—. Pero tampoco hubo una política, con un plan de acción sistemático, decidida a tomarse el poder, ni una Colombia en condiciones que facilitaran la llegada de los nazis —como plantean los maximalistas—. En ese orden de ideas, mostramos las actividades de la Legación de Alemania de Bogotá y el pensamiento de los diplomáticos.

En consecuencia, este artículo se debe entender tanto como un complemento a la posición, planteada, del plano intermedio, como un avance de investigación, ya que, por supuesto, habría que estudiar otras instituciones para terminar el cuadro de la posición de Alemania; por ejemplo, el Partido Nazi, las compañías u otras instituciones, los personajes locales cercanos al nazismo en Colombia, etc. Planteamos aquí que la Legación de Alemania trabajó en diversos frentes, estableciendo redes sociales en el marco de una política tradicional para un nuevo régimen, y contó con ciertos éxitos y limitantes. Estas, tal como las concebían los diplomáticos, aportan al estudio de las relaciones entre Colombia y Alemania y a la tesis del plano intermedio. Para ello presentamos documentos de la Legación de Alemania en Bogotá. Una de las preguntas que guía la investigación es ¿qué actividades desarrollaban los diplomáticos y qué pensaban de los resultados? Partimos de la premisa de que tales actividades tenían el objetivo de lograr espacios y generar influencia para Alemania, pero se comprobará lo ineficaz de tales acciones.

El artículo no desarrolla una teoría sobre relaciones internacionales. Se trata de un texto en secuencia cronológica con descripción coherente y singular, en el que predominan los personajes, lo particular y lo específico, no tanto las circunstancias y lo colectivo. El artículo consta de tres partes.

En la primera aparecen los antecedentes y los contextos; en la segunda, las actividades y los propósitos de los diplomáticos —así mostraremos sus éxitos—; la tercera, cómo veían a Colombia —de aquí interpretaremos sus limitantes—; y finalmente, unas observaciones.

Antecedentes y contextos

A manera de antecedente lejano, es preciso nombrar que conquistadores como Nikolaus Federmann y Ambrosius Alfinger, en nombre de la poderosa familia de los Welser, participaron, entre 1529 y 1539, en la conquista del territorio que hoy comprende Colombia. Pero, es durante el siglo XIX cuando, por un lado, vemos las relaciones entre Colombia8 y Alemania9 marcadas por tratados comerciales y relaciones diplomáticas y, por el otro, constatamos una visión positiva de los alemanes por parte de los colombianos. Después de la Independencia del Nuevo Reino de Granada, la Gran Colombia quería tanto reconocimiento político, como el establecimiento de flujos comerciales en Europa. En 1819 se nombró como ministro plenipotenciario a Francisco Antonio Zea ante el Gobierno de Washington y algunas cortes europeas. El viaje de Zea, que si bien se centró en Inglaterra y tenía como fin proponer vínculos comerciales, también se hizo con la idea de que Alemania, Austria y Francia aceptaran dicha propuesta. En los dos primeros países, ya se había logrado la formación de dos compañías que se anunciaban con el nombre de Compañías de la India Occidental.10 En 1827, llegó a Londres Fernández Madrid, con el mismo cargo que su antecesor Zea. El reconocimiento de Colombia por parte de Inglaterra hizo que Fernández pudiese entrevistarse con los ministros plenipotenciarios de Prusia, Hannover y de las ciudades hanseáticas.11

Las relaciones se intensificaron en la segunda mitad del siglo XIX. En 1853, el rey de Prusia nombró un Encargado de Negocios y Cónsul General para la Nueva Granada.12 Se trató del "Primer enviado prusiano."13 "Aunque nuestras relaciones con la Prusia y con la Confederación germánica en general puede decirse que hasta ahora están principiando, debemos prometernos [...] que pronto se desarollen rápidamente [...]", escribía el Secretario de Relaciones Exteriores.14 El 3 de junio de 1854 se firmó el "Tratado de amistad, comercio y navegación entre las ciudades libres y hanseáticas de Lübeck, Bremen y Hamburgo y la República de Nueva Granada". Allí se reportaba que la república mantenía cónsules en estas dos últimas ciudades, que se esforzaban en fomentar el comercio con el país.15 "El ensanche que ha tomado el comercio entre Colombia y Alemania indujo al poder ejecutivo á establecer un Cónsul general en Berlín [...]" y fue nombrado Eustasio Santamaría.16 Así llegó a Alemania el primer diplomático colombiano acreditado, especialmente, para ese país.

Las relaciones continuaron con el Segundo Imperio. Se firmó un Tratado de amistad, comercio y navegación, en 1892 y, en múltiples ocasiones, se invitó a colombianos al Reich. Este es el caso de la Exposición de Horticultura de Hamburgo, en 1897, en la que se exhibiría todo lo concerniente al cultivo de plantas, y la Conferencia Internacional sobre la Lepra, a la que concurrieron los médicos Juan de Dios Carraquilla y Jesús Olaya Laverde. El viaje de los dos galenos se justificó porque en Colombia la enfermedad persistía.17

La buena imagen de los alemanes también hace parte de la historia colombiana. En 1904 el Secretario de Relaciones Exteriores escribió que la colonia alemana era la más numerosa, ejercía el comercio en una escala importante en varios centros del país y sus miembros fomentaban las empresas y el trabajo.18 En 1912, el reporte fue el siguiente: "la colonia alemana sigue gozando de generales simpatías por su honradez y laboriosidad",19 y cada día es mayor el "movimiento de negocios entre los dos países".20 Marco Fidel Suárez expresó en un mensaje del 20 de julio de 1921, a propósito de Alemania, "que desde hace muchos años es uno de los países de comercio más activo y su colonia, la más provechosa para nuestra tierra".21 El excanciller alemán Hans Luther visitó varias capitales latinoamericanas, entre ellas Bogotá, en 1926.

Las buenas relaciones y la buena imagen continuaron en la época de la Alemania nazi. La Legación fue uno de varios canales de interrelación entre los dos países, que generó vínculos positivos en los planos comercial, cultural, militar, diplomático etc.,22 en una época en la que los liberales gobernaban en Colombia. El Tiempo explicaba que la colonia alemana era la mejor entre todas las que existían. Sus miembros habían sido asimilados, eran fundadores de empresas y habían contribuido al desarrollo del país. Si bien había alemanes que defendían el Reich, no todos lo hacían porque eran enemigos de Hitler y no conspiraban contra el país que tanto les había dado.23 En síntesis, las relaciones diplomáticas, en la década de 1930, que veremos, se enmarcan en el contexto de la continuidad de las buenas relaciones y de una buena imagen de Alemania y su colonia en Colombia.

La década de 1930 está signada, políticamente, por lo que se denomina la República Liberal (1930-1946). Tres de los presidentes que gobernaron en este periodo (Enrique Olaya Herrera, Alfonso López Pumarejo y Eduardo Santos) tuvieron algo en común: carecían de política sistemática hacia Alemania —se trataba de la continuidad del respice polum de Marco Fidel Suárez—.24

En cuanto a la importancia de Colombia para el Reich, dos comentarios son de utilidad. A principios de 1935 una misión comercial alemana visitó a casi todos los países de América del Sur, entre esos Colombia y en el informe escrito por Hans Kroll, uno de sus miembros, "Estado actual y perspectivas del futuro de las relaciones comerciales con América del Sur", llama la atención que en el capítulo dedicado a países individuales Colombia ocupa el quinto lugar.25 Wolfgang Dittler, diplomático que presentaremos más adelante, escribió que Colombia ocupaba el tercer puesto en América Latina en importaciones alemanas, puesto que mantenía por encima de Chile. Por ello, recomendó que se elevara el estatus de la representación diplomática. En Colombia había una Legación clase II y Dittler sugería su cambio a clase I, como las de Argentina, Chile y Brasil.26 En conclusión, Colombia no ocupaba los primeros puestos, pero tampoco los últimos.

Actividades alemanas exitosas

Tres diplomáticos alemanes, que estuvieron entre 1928 y 1942, son de interés. Se trata de los ministros, es decir, de los jefes de la llamada Legación de Alemania, que dependían directamente del AA: 1) Erdmann Graf von Podewils-Dürnitz, nacido en 1877,27 quien estuvo en Colombia desde el 17 de enero de 1928 hasta el 22 de mayo de 1934, era un ministro de la categoría II (Gesandte II Kl);28 recibió la Cruz de Boyacá. 2) Le sucedió Werner Otto von Hentig (1886-1984), quien inició labores el 24 de junio de 193429 y las terminó en 1936. 3) Finalmente, Wolfgang Dittler (1883-1943), quien presentó credenciales el 16 de septiembre de 193630 y estuvo en el país hasta el 21 de enero de 1942.31 Los tres tenían en común la pertenencia a la misma generación, pero Von Podewils y Von Hentig eran representantes de la aristocracia y constituían más bien la vieja derecha, a diferencia del nazismo, que era la nueva derecha. En general, los diplomáticos de su tipo no necesariamente eran proclives a los nazis. Dittler, por el contrario, fue miembro del Partido Nazi de Alemania, NSDAP (Nationalsozialistische Deutsche Arbeiterpartei), desde 1928,32 lo que sí lo hace más cercano al nazismo. Ninguno figuró como miembro del NSDAP de Colombia.33 Como explican Gaudig y Veit, ya antes de 1933 el AA se había constituido en un bastión conservador y antirrepublicano. Por ello, algunos de sus miembros eran del Partido. Para 1935, de los 500 altos funcionarios del AA, 200 pertenecían o bien al Partido o a alguna de sus organizaciones. A pesar del ascenso nazi, el AA logró mantener, su política de continuidad en cuestiones políticas y personales, lo cual se explica en la medida en que sus funcionarios se adaptaron a las nuevas circunstancias, los nazis no tenían cómo reemplazarlos y a Hitler le convenía mantener una imagen de continuidad en el extranjero.34

Entonces, ¿qué actividades desarrollaban los diplomáticos y con qué objetivos? La Asociación de la Industria Alemana y la Asociación Alemana de Industria y Comercio señalaban la importancia de la propaganda cultural. Indicaban que se debían fomentar exitosamente las influencias culturales de Alemania, para que tuviesen un efecto positivo en los mercados extranjeros, a través de visitas de buques de guerra, la fundación de escuelas técnicas, el patrocinio de visitas de alemanes a establecimientos de enseñanza secundaria y universitaria, así como intercambios de visitantes.35 A Colombia llegaron los buques Karlsruhe en 1935, el Schleswig-Holstein en 193736 y el Schlesien en 1938,37 a través de la Legación de Alemania. Vale la pena describir con cierto detalle la visita del Schlesien. La recepción en el Club la Popa a los oficiales y cadetes contó con más de 600 personas e incluyó tanto a miembros de la élite colombiana como a miembros de la comunidad de extranjeros. Los altos costos de la recepción, como de otras actividades (USD 1375), los sufragó la Legación de Alemania y la comunidad alemana de Cartagena. El 26 de diciembre, la banda del barco y algunos de sus oficiales, desfilaron en la Plaza de Bolívar de Cartagena y colocaron una corona en la estatua del Libertador, después de que se escucharon varios discursos y los himnos de los dos países. Estuvieron presentes el gobernador, Miguel Ángel Royo, y otros altos funcionarios. El 29 de diciembre, se celebró a bordo del barco, una recepción que contó con todos los oficiales de la marina colombiana, ciudadanos colombianos, miembros de las colonias de extranjeros y toda la comunidad alemana. Para cerrar el agasajo se interpretaron no solamente los respectivos himnos nacionales, sino también el himno del NSDAP, la Horst Wessel Lied. Se le repartió a cada uno de los asistentes un folleto en español, alemán y portugués con una imagen del buque en la portada, y en su interior aparecían las fotos de la tripulación, de los cadetes y sus oficiales, y de las Juventudes de Hitler, en varias de sus actividades. Los textos relataban la historia del barco y alababan a los países de América del Sur, la buena voluntad y el entendimiento entre estos y Alemania. Los efectos fueron inmediatos, la visita fue reseñada en la prensa con calificativos elogiosos, y resaltada como un verdadero evento; y los visitantes, relacionados con la élite. Además, no es difícil imaginarse el asombro que despertaba esa noticia entre muchos lectores de la prensa colombiana, para la que, el Karlsruhe estuvo en un "viaje de estudio" y de "buena voluntad". La comitiva fue recibida por representantes de la alta sociedad local —incluyendo el Presidente colombiano—, los diplomáticos alemanes y los periodistas de los principales periódicos.38 El informe norteamericano de la visita del Schlesien no deja duda de su éxito, que señaló, por ejemplo, el intercambio de discursos entre el comandante de la nave y el gobernador de Bolívar y cómo ambos coincidieron en que las relaciones entre los dos países eran excelentes.39 En resumen, los alemanes se apuntaron un éxito tan grande, que el mismo cónsul estadounidense proponía que se debía hacer algo parecido. Alemania era celebrada, los diplomáticos resultaban exitosos, la élite colombiana los atendía y los medios de comunicación cooperaban en la tarea.

La Legación coordinó también visitas como la del duque Friedrich Franz von Mecklenburg —uno de los tres nobles que trabajaban en la Organización para el Extranjero, AO—.40 Según El Tiempo, el noble era un "distinguido personaje de las casas reales alemanas", un explorador e intrépido viajero, que contaba con una "vasta experiencia en la investigación de las tierras vírgenes del continente africano" y cuyo propósito era un viaje de estudios y turismo.41 Pero la verdad era otra. El Ministerialdirektor Wiehl del AA había enviado una comunicación a las representaciones alemanas en América Latina, el 4 de octubre de 1938, anunciando que el duque tenía intenciones de estudiar y tomar medidas contra los ataques de los Estados Unidos a Alemania, investigar el boicot contra su país, enterarse de cuestiones relacionadas con los alemanes emigrantes y mirar en América Latina posibilidades de promover exportaciones y hacer propaganda económica.42 Así, llegó junto con él el conde von Knaesenbeck a Bogotá, el 11 de abril de 1939, por tierra, desde Ecuador, con paradas en Cali y otras ciudades. Tanto en esta ciudad como en Bogotá, estuvieron en contacto con la comunidad alemana y fueron agasajados por el ministro alemán. El NSDAP local y la compañía de químicos I.G. Farbenindustrie coordinaron la visita de Mecklenburg en Cali.43 Según un reporte de EE. UU., ambos visitantes tenían vínculos con el Ministerio de Propaganda alemán y sus objetivos eran mostrar a las comunidades alemanas, en el exterior, que el régimen nazi era tan fuerte que había logrado el apoyo de la nobleza; oficialmente se anunció que se trataba de un estudio educacional y cultural.44 En síntesis, una visita con intenciones distintas a las versiones oficiales —y la prensa nacional se encargaba de hacer pública la versión de los nazis—. En ese sentido, el AA había actuado para influir en favor de Alemania, en julio de 1937, cuando comunicó a todas las representaciones diplomáticas en América Latina, que hicieran todo lo posible, incluso involucrando al NSDAP del respectivo país, para contrarrestar la campaña estadounidense contra el comercio alemán.45

Cultivar relaciones sociales y agasajar grupos hace parte de los ritos diplomáticos, así como homenajear de forma individual para acercar al homenajeado al respectivo país de donde proviene el diplomático —otorgar medallas era un "premio" individual que intentaba construir redes sociales—. A Carrisoza, el cónsul colombiano en Hamburgo, se le condecoró en 1938. El año anterior se había condecorado a Rafael Obregón, el ministro colombiano en Berlín con una medalla del Reich.46 A mediados de 1938, con motivo de los 400 años de la fundación de Bogotá, el ministro alemán propuso otorgar medallas a aquellos que él consideraba amigos de Alemania. Figuran allí 33 personalidades colombianas, como José Joaquín Castro Martínez, Alfredo Michelsen, A. Nieto Caballero, Rafael Obregón, Joaquín Quijano Mantilla, Tomás Rueda Vargas, Daniel Samper Ortega, Roberto Urdaneta Arbeláez, Guillermo Valencia, Alfonso Villegas más doce alemanes, entre ellos el fundador del Colegio Alemán, Anton Kraus.47 El 24 de agosto de 1938 el Cónsul alemán en Cartagena, a nombre de su Ministro de Bogotá, le otorgó al Gobernador del departamento de Bolívar, Obregón, la Cruz Roja de primera clase, justificando el premio con sus méritos y el valioso interés por Alemania, que había demostrado en numerosas ocasiones. Según los estadounidenses, Obregón era proalemán. En visita reciente a Bogotá, el Ministro alemán lo había agasajado suntuosamente, lo cual, no lo convertía en antinorteamericano.48

Evaluar a los personajes locales para determinar las afinidades o enemistades con el país, también hace parte de las funciones diplomáticas; por ejemplo, se habla muy bien del doctor Jaramillo, el ministro colombiano en Berlín, ya que se le tilda de proalemán y antisemita, por lo que se puede esperar de él una defensa efectiva, en Colombia, de las concepciones alemanas en la cuestión judía.49 En ese mismo sentido, el ministro alemán en Caracas reporta que su homólogo colombiano, de esta ciudad, es amigo de Alemania y que le ha dado a menudo útil información política.50

No faltaron las invitaciones del régimen nazi a colombianos de la élite, para que participaran en eventos y congresos en Alemania. Se trataba de eventos de carácter político o científico como ventanas para mostrar los logros del Reich. También se invitaba a delegados extranjeros a los congresos anuales del NSDAP en Nuremberg. Al de 1936 asistieron militares colombianos. Rafael Obregón asistió al de 1937 y planeó volver al del año siguiente; allí asistió con Eduardo Santos.51 Para el de 1938 el Ministro alemán sugirió invitar a Luis Cano, dueño del diario El Espectador, a quien consideraba neutral.52 Muchas fueron las intermediaciones de la Legación entre algún evento y la élite colombiana, ocasiones en las que no faltaba algún discurso político. La Academia Médica Germano-Iberoamericana organizó una gira de estudios del 3 al 24 de julio de 1939, donde se contaba un colombiano entre los 29 médicos latinoamericanos, escogido por la Legación. En la recepción final, a la que asistieron diplomáticos y miembros del NSDAP, Lippert, presidente de Berlín, pronunció un discurso en el que encomendaba a los asistentes a que contribuyeran a disipar las mentiras que se divulgaban sobre Alemania, puesto que el Reich quería vivir en paz.53

Hentig gestionó invitaciones al Congreso Mundial sobre Vacaciones y Tiempo de Descanso, en 1936, al que concurrió Agustín Nieto Caballero; al XI Congreso Internacional de Lechería e Industrias Derivadas de la Leche, del mismo año, al que asistió Joaquín Quijano Mantilla, cónsul de Colombia; y al Sexto Congreso Internacional de Arqueología de 1939, al que asistieron Gregorio Hernández de Alba y José Llach. Por lo visto, los colombianos atendían gustosamente esas invitaciones, aunque en ocasiones los planes de los alemanes no se realizaran. El abogado Gustavo Atuesta asistió a la XV Reunión de la Comisión Internacional de la Policía de Seguridad en Berlín (29 de agosto al 9 de septiembre de 1939), que trató de la cooperación internacional en la lucha contra el crimen,54 pero el reporte de Dittler al AA notifica que Atuesta regresó y que sus declaraciones no eran muy proalemanas, sino más bien críticas a la guerra.55

Otro de los frentes de trabajo consistió en la distribución de información y propaganda. La Legación canalizaba revistas muy variadas, no todas de talante político, porque incluían otros temas. La famosa Revista Alemana,56 para 1936 alcanzó un tiraje de 10 000 ejemplares; editada tanto en español como en portugués, y se distribuía en el ámbito hispanoparlante por la Comisión de Esclarecimiento —Aufklärungsausschuss— y las legaciones respectivas.57 El ministro reportaba: "La Legación confirma y agradece la llegada del número 9/10 [...]. Todos los números han sido repartidos y han hallado una aceptación general".58 En el país era conocida: El Espectador la elogió en un artículo del 6 de marzo de 1932: "La revista muestra los esfuerzos de Alemania de controlar la situación".

La Terramare Office59 de Berlín repartió un libro defensor de Alemania, a través de la Legación: La Alemania de Hitler, del periodista italiano Cesare Santoro.60 Durante la guerra todavía la Sección de Información del AA envió a la Legación un número de la revista Cuadernos mensuales sobre política exterior que recomendaba repartirlo entre los círculos dirigentes, en el que se incluía un artículo alrededor del concepto de "espacio vital" y se explicitaban las diferencias que había entre los diversos imperialismos.61 También por intermedio de la Legación, el Intercambio de Libros Alemanes y Extranjeros envió obras alemanas en traducción portuguesa a finales de 1939;62 la Cruz Roja de Berlín, incluso, despachó su revista.63 Asimismo, llegaban publicaciones a la Legación, como de la Bayer, la revista de la Federación Médica Colombiana El médico colombiano, donde se había publicado un artículo de Mario Acevedo Díaz, Colombia colonia hebrea; dicho autor, según anotaba la carta de la compañía alemana, había estudiado en Alemania y era antisemita.64

La prensa colombiana se convirtió en vocera de las acciones alemanas, como vimos en las visitas de los buques y de Mecklenburg. El Tiempo publicaba declaraciones diversas de los diplomáticos nazis y se convertía, de esa manera, en conductora de sus ideas. Este era otro frente de trabajo alemán. En carta de Podewils a El Tiempo rechazaba las acusaciones que le hacían a su Gobierno por haber sido el autor del incendio del Reichstag. Agregaba que no se habían cometido atrocidades contra los judíos, que se trató de un "breve boicoteo contra los comercios de propiedad de judíos", pero que se evitó cualquier forma de violencia y que lo que se quería era "sancionar las campañas calumniosas de ciertos elementos judíos en el exterior [...] por medio de una demostración de protesta".65 Con motivo de la partida de Hentig, Acción Liberal lo entrevistó. La revista se convirtió en un órgano de propaganda nazi —en el marco de una opinión pública bastante libre que hizo esto posible—.66 Hentig participó también en la elaboración de un número dedicado a Alemania en la revista Crónica Diplomática: Revista mensual al servicio de la diplomacia colombiana. El 15 de diciembre de 1937 se publicó el "Número extraordinario dedicado a Alemania", que en un lenguaje rimbombante, salamero, típico del discurso diplomático, se idealizan y mitifican las relaciones entre los dos países. Allí aparece un artículo escrito por Carlos Arbeláez Urdaneta, "El Concurso Alemán en Colombia en Materias Pedagógicas", en el cual se elogia el Colegio Alemán, porque "sus profesores son escogidos cuidadosamente en Alemania [...] y sus métodos son modernos y científicos".67 Pero los alemanes son conscientes de que no todo es perfecto. El servicio de noticias, Auslansdienst, se quejaba de la escasez de reportes sobre Alemania en Colombia hacia 1935 y sostenía que muchos artículos que la Legación entregaba a la prensa local no eran publicados.68

No faltaban los informes al AA sobre el potencial que Alemania desarrollaría en Colombia. Al observar la coyuntura y ciertas expectativas colombianas en las que su país se podría insertar, Hentig reportaba que el oriente colombiano y la región del Arauca serían explotados y que pilotos alemanes iniciaban sobrevuelos para hacer fotografía aérea. Según Hentig, Colombia pensaba ser más independiente de los Estados Unidos, explotando esa región, acabando con el monopolio norteamericano en cuestiones petroleras. Para Alemania era una gran oportunidad —reportaba el diplomático— advirtiendo, al mismo tiempo, de la llegada de una misión comercial francesa.69 El diplomático resalta la competencia, en este caso, francesa, y manifiesta, como en tantas otras ocasiones, intereses económicos alemanes.

Finalmente se intervino en asuntos culturales. La película Sin novedad en el frente se presentó después de un debate entre las autoridades municipales y a pesar de las protestas del ministro alemán.70 Podewils escribió al Ministro de Relaciones Exteriores de Colombia, que la película era "denigrativa del ejército y pueblo alemán y contraria a la verdad histórica", obteniendo, como respuesta, que sus comentarios serían enviados al Ministro de Gobierno, para una posible censura.71 Se pidió también que se censurara la película Ángeles del infierno porque "deprime el honor del pueblo alemán". A esto se le respondió que el Ministerio de Gobierno atendería el asunto.72 La Legación mostró, igualmente, un gran interés en participar en la celebración de los 400 años de la fundación de Bogotá.

En síntesis, una cadena de acciones con fines muy claros. Pero, ¿qué tan exitosas fueron —como parecería a primera vista—? ¿Había posibilidades de logros profundos y más impactantes? Para contestar, miremos qué pensaban los diplomáticos.

Los limitantes: la visión de la diplomacia alemana

Detrás de esta búsqueda de prestigio, de legitimación e influencia y de construcción de redes sociales se esconde una visión de mundo. Teniendo en cuenta el origen social de los diplomáticos (Podewils y Hentig eran aristócratas y no figuraban en las listas del NSDAP de Colombia) y las tensiones que vivió Hentig con el NSDAP,73 resaltamos que la visión de ambos era típica de los sectores conservadores nacionalistas de la época —es decir, no era necesariamente una visión nazi—. En esta parte, presentando documentos de los diplomáticos, queremos ver qué pensaban de Colombia. A partir de esa visión se puede deducir qué limitantes creían ellos tener. Veamos un primer tema: los EE. UU., que competían con la Alemania nazi en y por Colombia. En 1934 un reporte de Hentig, titulado "La posición de Alemania en Colombia", señalaba que

A medida que la posición estadounidense crece, la alemana decrece [...] (y) a pesar de la imagen positiva que se tiene de Alemania, ya desde la época de la presidencia de Olaya Herrera los Estados Unidos se están apoderando sistemáticamente de Colombia y un ejemplo de esto se demuestra en las concesiones petroleras y el interés de Panamerican por la aviación. Hay una influencia alemana que se hace sentir de ahí que algunos estén interesados en acabarla. La devaluación de la moneda colombiana forzó las exportaciones a los Estados Unidos y en el sector de vehículos motorizados, maquinaria e industria textil Alemania no tiene la posibilidad de competir con ellos. De la Scadta74 poseen ya el 30 %, aunque todavía hay muchos alemanes trabajando en dicha empresa. Esta ha sido últimamente objeto de fuertes críticas y en el congreso se la ha atacado por los altos precios, su monopolio postal y su carácter de ser solamente alemán, aunque es una sociedad legítimamente constituida. El ministro de guerra, que es barranquillero, la defendió ya que él está orgulloso de la aerolínea, o si no la situación hubiera sido peor. En la primavera de este año, cuando Colombia se hallaba en una situación delicada y muy dependiente de la ayuda alemana, a través de la Scadta se presentó una gran oportunidad para fortalecer nuestra posición por un buen tiempo. Desgraciadamente, se perdió esta oportunidad. En Cartagena ondea la bandera estadounidense, los norteamericanos están construyendo una muelle, un acueducto y tienen instructores en los aeropuertos de esta región. Con la llegada del coronel Strong nuestra posición se debilita. Todavía no se han apoderado de toda la aviación militar pero el aeropuerto de Cali es su próximo objetivo por su proximidad al Canal de Panamá —siendo este una preocupación constante. En los ministerios no tenemos ya tanta influencia. Inclusive aquellos colombianos que en la primavera veían con buenos ojos las acciones de nuestros pilotos y aquellos que todavía estaban convencidos de la calidad de nuestro trabajo y nuestro material hoy de manera abierta están más cercanos a EE. UU. Si las cosas continúan así no habrá más adelante pilotos alemanes y perderíamos una de nuestras posiciones más importantes. Hace poco, antes del desfile con motivo de la posesión presidencial los instructores alemanes debieron entregar su Kommando a Norteamérica. Boy75 ya no goza de tanto prestigio como antes, por eso parece que se va a retirar del trabajo con el gobierno colombiano y regresar a la Scadta. El enfrentamiento con los norteamericanos se producirá dentro de poco tiempo de manera decisiva. Habría que tomar medidas para no perder nuestra posición. Hay una animadversión por el "Yanki" entre la juventud, la clase media y una buena parte del cuerpo de oficiales. Sobre todo en los cadetes de la escuela militar y en aquellos egresados de esta institución que han sido entrenados por pilotos alemanes. Hay que ponerle más atención tanto al trabajo cultural como a los colegios. Debemos trabajar para influir en la juventud. Hay que fortalecer el servicio de noticias y la gestión de las mismas. Hemos tenido éxito en el Departamento de Pedagogía en Tunja, en el Colegio Santa Librada en Cali, en la Escuela de Minas, el conservatorio de Medellín y en el Instituto Pedagógico para Señoritas. En conclusión, la situación está cada vez más en contra nuestra, por ello habría que emplear medios poco comunes para lograr contrarrestarla como, por ejemplo, se podría organizar la visita de un zeppelin. Hay que tener en cuenta que si bien esta visita nos daría prestigio y el pueblo colombiano se entusiasmaría los círculos del gobierno sabrían estimar la atención que así se les está dando. Hay que trabajar en otros frentes con mucha energía.76

Hentig reporta que en la lucha que, sin lugar a dudas, se librará en el futuro inmediato, de forma aguda y tal vez decisiva, con los intereses norteamericanos, no se debe contar con un sentido de independencia colombiano ni con la ayuda de algunos amigos aislados.77 Los norteamericanos se conectaban mejor con el poder. El embajador estadounidense, Spruille Braden, contaba que él se convirtió en amigo personal del presidente Santos y que este le dio su teléfono privado para lograr la comunicación directa y evitar al ministro de Relaciones Exteriores, López de Mesa.78 Los alemanes, por el contrario, tenían que pasar con ese ministro, como se ve en varios documentos del Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia. Además, observaban el tamaño de la embajada de los norteamericanos, con su misión del Ejército compuesta por un mayor, un capitán y tres suboficiales y una misión de la Marina, bajo el mando de un capitán que llegaría próximamente.79

En 1939, el reporte "La penetración económica y financiera de Colombia por los Estados Unidos" reitera que ese país se apoderaba de Colombia, que se infiltraba tanto en el Ministerio de Obras Públicas, en el de Guerra así como en la aviación. En "La continuación de la influencia norteamericana en Colombia" se comenta que el contrato con Ferrostahl no se logró firmar y la venta de la Guten Hoffnungshuette-Ferrostahl, de máquinas de limpieza para las calles, no se realizó por la ausencia de fondos. Se dice también que para comprar armas y material de guerra de Alemania se necesita un permiso especial, mientras que para la compra a los EE. UU., no se necesita. Finalmente, se mencióna la llegada de expertos estadounidenses en azúcar al Ministerio de Economía y a la influencia decreciente de los expertos alemanes.80 Para 1940, Dittler manifiesta que la influencia de los EE. UU. en Colombia es cada día más variada y que su objetivo es abarcar todos los sectores de la vida nacional. La llegada de Bressman, funcionario del Ministerio de Agricultura norteamericano, tenía como finalidad probar la capacidad de producción de ciertas materias primas agrarias de interés para el mercado norteamericano. Dicho experto se reuniría con la misión del Ministerio de Agricultura norteamericano —que ya se encontraba en el país—.81 En 1942, de regreso a su país y en uno de sus reportes finales sobre Colombia, Dittler se quejó de la inmensa presión norteamericana hacia él y que por ello no lograron prevalecer ante el Gobierno las simpatías por los alemanes. Lo único que quedaba era la propaganda radial, ya que los programas especiales para Colombia eran buenos, pero fue cancelada.82

La diplomacia, en general, está siempre pendiente de las actividades de sus rivales y en este caso concreto, se observa constantemente a los EE. UU. Los documentos citados resaltan constantemente, entre 1934 y 1940, que los germanos están convencidos de su franca desventaja ante los norteamericanos. Si hemos de creerle a los alemanes, el Reich no se infiltró en Colombia, sino que fueron los norteamericanos, los infiltrados. De ahí que la constante rivalidad con los EE. UU. se haya tornado en inmensa preocupación por la pérdida de espacios a favor de estos. La fortaleza estadounidense hacía parte de la debilidad de Alemania.

Un segundo tema a resaltar es la situación interna del país. ¿Cómo se veía a Colombia? En 1938, Hentig reportó que las actividades de los alemanes no eran restringidas y que

[...] mis esfuerzos se han enfocado a convencer a diversas oficinas gubernamentales que nosotros tenemos como primer precepto no entrometernos en la política interna de los países [...] (y) He logrado que haya un entendimiento general por nuestros objetivos [...]. No hay extremistas, ni de derecha ni de izquierda, el pueblo y el Estado están dominados por tendencias de la democracia basadas en pensamientos marxistas y masones e ideas de Estados Unidos. De ahí la política cercana a los EE. UU. Colombia rechaza las ideas fascistas y simpatiza con los bolcheviques españoles [...]. Al pueblo no le gustan los norteamericanos y se sienten saqueados y abandonados a una política económica extranjera e imperialista a la que el gobierno colombiano no está dispuesto a enfrentarse mediante un bloque nacional. Los colombianos están con los EE. UU. porque en caso de un conflicto estos pueden apoyarlos tanto estratégica como militarmente por Cartagena y Barranquilla. Temen constantemente que se extiendan las ideas fascistas y las nacionalsocialistas. Este temor es hábilmente atizado en el pueblo por sectores del gobierno, los judíos y los masones y llega a tal punto que manifestaciones callejeras tienen lugar constantemente con los correspondientes discursos.83

Igualmente, en sus memorias señala que puesto que Colombia tenía un gobierno liberal, con respecto a Hitler, había cierta predisposición y que en los muros de la Legación aparecían casi todos los días letreros como "Abajo el verdugo sangriento Adolfo Hitler".84 También informó de los emigrantes judíos empleados en los ministerios y que, por lo menos 14 de ellos, querían hacer de Colombia una democracia:

El mundo político y de las ideas está dominado por influencias masonas-marxistas y las de los EE. UU. El presidente y muchos otros miembros del partido en el gobierno son masones. El liberalismo y el marxismo destruyen el país y el llamado a la libertad e igualdad halla eco en la opinión pública. La enseñanza también está en esa línea y a la juventud la están educando en el espíritu del liberalismo [...]. Colombia es pasiva y no puede tener iniciativa. La clase alta es senil, orgullosa, presume de su llamada antigua cultura de procedencia española y considera que su país es aquel donde se habla el idioma de forma más pura. Mira hacia los EE. UU. por su tecnología y construcciones que ha realizado en Colombia y la influencia cultural francesa y la cultural-política inglesa han desaparecido. La relación cultural-política entre Alemania y Colombia está padeciendo por los temores entre los círculos del gobierno en lo que respecta a la influencia de las ideas nazis. Por ello hay que ser cuidadoso en el intercambio de profesores y estudiantes. La izquierda radical intenta llamar la atención sobre los colegios alemanes señalando que se trata de instituciones propagandistas nazis. Habría que analizar la cuestión de los colegios alemanes con el mayor esmero. Se deberían invitar más científicos alemanes que hablen español y que dicten conferencias sobre temas que tengan que ver con el desarrollo del país, tales como petróleo, medicina tropical, agricultura, carreteras.85

Hentig, en concordancia con lo expresado por los embajadores alemanes del Cono Sur, que, como vimos, no veían grandes posibilidades de influir en la política interna, informaba cómo él intentaba convencer, a instancias gubernamentales en Colombia, que Alemania no se entrometía en la política interna de los países. Hentig veía a Colombia como liberal y antifascista, país negativo y sin iniciativa. Además, era consciente del nacionalismo colombiano, al señalar que el presidente López, al contrario de Olaya Herrera, su antecesor, que mostró su cara abiertamente pronorteamericana, no había dejado dudas de que Colombia, en lo posible, sería independiente de influencias extranjeras. "Pero esta tendencia nacionalista, teniendo en cuenta la debilidad del presidente y su gobierno, se ha degenerado, como cada vez se muestra de manera más clara, en una actitud xenofóbica constante".86

La opinión de Dittler era muy parecida a la de su homólogo:

[...] en términos de política interna, desde los inicios de la guerra el país recorre el camino de la "democratización" y el de un distanciamiento ideológico del nacionalsocialismo y de su política interna y externa; en términos de política exterior, se constata una autovinculación a los EE. UU. y un reconocimiento de su política exterior. [...] tanto el Ministerio de Gobierno como el Ministro de Relaciones Exteriores han mostrado buena voluntad hacia los deseos alemanes —pero la opinión pública nos rechaza—, aunque no tanto como la prensa anglófila lo señala. La prensa liberal-democrática depende de las agencias norteamericanas y francesas y, en consecuencia, demuestra simpatía por las democracias que participan en la guerra. Según estos periódicos, Colombia debe permanecer neutral en acciones políticas, pero espiritualmente puede interceder a favor de los enemigos de Alemania. La prensa conservadora que anteriormente mostraba una actitud amistosa hacia nosotros se ha distanciado con el estallido de la guerra y, ya que es anticomunista, critica el acuerdo soviético-alemán. La publicación de material basado en fuentes alemanas es rechazada por la mayoría de los periódicos. Sin embargo, esto no impide que la constante percepción de los periodistas se manifieste de manera indirecta, por ejemplo, en observaciones de los alemanes sobre situaciones diversas, dementis, reportes sobre acreditados en Berlín de la UP o AP, así como en la acogida de impresionantes reportes alemanes, que aquí son muy importantes. Además, las diarias intervenciones radiales, sugeridas por la Legación, hacen posible que se entienda el punto de vista alemán.87

Al iniciar la guerra, y a pesar de ver ciertos logros, como intervenciones radiales o periodistas que se manifiestan de manera indirecta, Dittler notó que la situación no mejoraba y en marzo de 1941 continuó en una tónica parecida a cuando veía a América Latina alienada y bajo una directa esclavitud espiritual por medio de influencias extranjeras —e infería que de ahí provenían la dependencia y la democracia—. Sostenía, además, que América Latina quería la independencia, rechazaba la alienación y que puesto que los Estados Unidos eran imperialistas y explotadores, un mérito por parte de Alemania consistiría en trabajar por la independencia de esos países, cuando, después de la victoria en Europa, se lograra intensificar los intercambios naturales económicos y de mercancías con dicho continente. Por estas razones Alemania no debería invadir a América Latina, sino modificar la propaganda, adaptándola a la mentalidad del continente y mejorar la difusión radial. No solo está el mercado natural de América Latina en Europa, sino que ella no ve al Viejo Continente como un peligro. Para Dittler, había que acabar con la Doctrina Monroe y mantener en América Latina políticas, interior y exterior, acordes con sus intereses.88

Observaciones finales

El plano intermedio de las relaciones entre Alemania y Colombia propuesto inicialmente, se evidencia, por lo menos por ahora, con los documentos vistos. En primer lugar, los minimalistas no tenían razón. La gran cantidad de actividades de los diplomáticos demuestra que no se trató de poco interés, de acciones coyunturales o artesanales. Por el contrario, los diplomáticos, en la época nazi, buscaron prestigio, legitimidad de su régimen y presencia para poder influir en favor de su país. A ellos les favorecía la tradición de viejas relaciones y de imagen positiva. Así, tejieron redes sociales de forma muy similar a las décadas anteriores y, muy seguramente, a otros Estados. Hábilmente utilizaron una serie de espacios que el régimen liberal posibilitaba para intermediar con instituciones y personas, coordinando invitaciones y visitas en ambas direcciones; homenajearon a altas personalidades; evaluaron a sus simpatizantes y a sus enemigos; divulgaron propaganda; utilizaron los medios de comunicación; fomentaron el desarrollo de Colombia. Con todo esto alcanzaron ciertos éxitos, como las visitas de algunos barcos y la asistencia de colombianos a varias conferencias; quedaron referencias a la influencia alemana, que algunos veían con buenos ojos, como las acciones de los pilotos y la calidad del trabajo y del material que se vendía; buena parte del cuerpo de oficiales, especialmente los cadetes de la Escuela Militar y los egresados de esta institución, que habían sido entrenados por pilotos alemanes, tenían a Alemania como ícono de prestigio; ciertos ministerios mostraron buena voluntad hacia sus deseos; y, por último, la acogida de los reportes alemanes.

Tampoco tuvieron razón los maximalistas, ya que, si bien hubo multiplicidad de actividades, estas no correspondieron a un plan de acción sistemático para tomarse el poder; ni hubo una Colombia con condiciones que facilitaran la llegada de los nazis como colonia alemana nazificada. El Tiempo escribía que no todos los alemanes eran proclives al nazismo. Tanto Hentig como Dittler estaban muy convencidos de que Colombia era liberal: No pudimos constatar una injerencia política.89 Era una política dirigida a la élite colombiana y no hacia otros sectores sociales.

Con todo, nos encontramos un poco más cercanos a los minimalistas. Los alemanes no eran fuertes. En 1934, Hentig reportaba que en los ministerios y en la SCADTA perdían cada vez más influencia. En 1938 los embajadores del Cono Sur observaban, en Montevideo, que en el terreno político había escasas posibilidades de éxito para Alemania, puesto que no tenía una política muy definida hacia América Latina y veía otros espacios más propicios —como el cultural y el comercial—. Señalamos así dos grandes temas —los EE. UU. que competían con Alemania en y por Colombia y la situación interna del país— donde los diplomáticos tenían muy clara su débil posición.

Dos comentarios finales. ¿Hubo diplomacia nazi o se trataba de una continuidad en la diplomacia? Teniendo en cuenta lo expuesto, las iniciativas, la propaganda, etc., parece que las actividades hacían parte de la diplomacia tradicional. Sin embargo, detrás de todo esto existía la intención de fortalecer un nuevo régimen. Bajo el manto de la tradición y la buena imagen, la diplomacia alemana intentó favorecer los intereses de un régimen autoritario y represivo —con el beneplácito colombiano—. Como vimos, la prensa reproducía la versión oficial alemana, publicaba declaraciones diversas de los diplomáticos nazis, etc.90 Esto no significa que toda la élite colombiana estuviera cercana a los nazis —esta era políticamente hetereogénea y, en su mayoría, como los diplomáticos lo manifestaban, eran liberales. El artículo mostró el grado de infiltración relativa de la diplomacia nazi en Colombia.

Ahora, en la diplomacia hacia América Latina, los funcionarios medios se ocuparon de las relaciones con la región. Los diplomáticos eran recibidos por el viceministro, y tan solo veían a Hitler al presentar credenciales y al retirarse del cargo.91 En nuestro caso, en los documentos y la correspondencia citada nunca figuran aquellos que formulaban la gran política exterior, como los ministros de Relaciones Exteriores y ni siquiera los viceministros.


Pie de Página

1 La lista de publicaciones sobre este debate es larga. Un buen resumen se encuentra en Olaf Gaudig y Peter Veit, Der Widerschein des Nazismus: Das Bild des Nationalsozialismus in der deutschsprachigen Presse Argentiniens, Brasiliens und Chiles 1932-1945 (Berlín: Wissenschaftlicher Verlag, 1997) 655 y en Luis E. Bosemberg, La Alemania nacionalsocialista, la Scadta y la aviación colombiana en la década de 1930 (Bogotá: Ediciones Uniandes, 2015) 1-7.
2 Víctor Farías, Los nazis en Chile (Barcelona: Seix Barral, 2000) 6; Hugo Fernández Artucio, "Nazi Intrigues in Latin America", Free World (oct. 1941): 99-102; Hugo Fernández Artucio, The Nazi Underground in South America (Nueva York: Farrar & Rinehart, 1942); Liselotte Kramer-Kaske, "Zur Politik der deutschen Faschisten in Kolumbien, 1933 bis 1941", Der deutsche Faschismus in Lateinamerika, 19331943, ed., Friedrich Katz (Berlín: Humboldt-Universität zu Berlin, 1966) 125-143; Joachim Trotz, "Die deutsche Luftfahrttätigkeit in Lateinamerika, Instrument der Lateinamerikapolitik des deutschen Imperialismus, 1919-1942", Disertación doctoral (Leipzig: Universidad Karl Marx, 1975).
3 Citado por Reiner Pommerin, Das Dritte Reich und Lateinamerika: Die deutsche Politik gegenüber Süd-und Mittelamerika 1939-1942 (Düsseldorf: Droste, 1977) 4. Versión alemana, Gespräche mit Hitler (Zürich: Europa Verlag, 1940).
4 Arnold Ebel, Das Dritte Reich und Argentinien: Die diplomatischen Beziehungen unter besonderer Berücksichtigung der Handelspolitik, 1933-1939 (Colonia-Viena: Böhlau, 1971); Dawid Bartelt, "Die Auslandsorganization der NSDAP in Brasilien im Rahmen der Deutsch-Brasilianischen Beziehungen 1931 bis 1939", tesis de Maestría, (Berlín: Universidad Libre, 1991). Klaus Volland, Das Dritte Reich und Mexico: Studien zur Entwicklung des deutsch-mexikanischen Verhältnisses 19331942 unter besonderer Berücksichtigung der Ölpolitik (Francfort del Meno: Herbert Lang, 1976); Pommerin, Das Drittes Reich; Ronald Newton, The "Nazi Menace" in Argentina, 1931-1947 (Standford: Standford University Press, 1992); Louis de Jong, The German Fifth Column in the Second World War (Chicago: The University of Chicago Press, 1956); Reiner Pommerin, "Das nationalsozialistische Deutschland und Lateinamerika 1933-1945", Deutsche in Lateinamerika - Lateinamerika in Deutschland, ed., Karl Kohut (Frankfurt: Vervuert Verlag 1996) 398-406; Max Paul Friedman, Nazis & Good Neighbors: The United States Campaign against the Germans of Latin America in World War II (Nueva York: Cambridge University Press, 2003); Jobst Floto, Die Beziehungen Deutschlands zu Venezuela 1933 bis 1958 (Frankfurt: Peter Lang, 1991); Hans-Jürgen Schröder, "Die neue deutsche Südamerikapolitik: Dokumente zur nationalsozialistischen Wirtschaftspolitik in Lateinamerika von 1934 bis 1936", Jahrbuch für Geschichte von Staat, Wirtschaft und Gesellschaft Lateinamerikas 6 (1969): 335-451; Gaudig y Veit plantean que no hubo una comunidad liderada por los nazis que respondió al unísono a los llamados de Alemania, por lo consiguiente, la tesis del peligro alemán se desvanece. Después de la conquista de Austria y de los Sudetes, para el Reich la prioridad, estaba claro, no la constituía América Latina. La Abwehr (la institución encargada del espionaje) mostró poco interés en América Latina y el interés comenzó apenas con la Segunda Guerra Mundial; Gaudig y Veit, Widerschein 65, 71-72; Müller argumenta que Hitler no tenía plan alguno, ni militar ni político, para conquistar América Latina: Jürgen Müller, "Hitler, Lateinamerika und die Weltherrschaft", Ibero-Amerikanisches Archiv 18.1-2 (1992): 67-101; autores como Pommerin, Floto y Schröder hacen hincapié en que las relaciones comerciales daban la pauta prioritaria de Alemania hacia América Latina.
5 "Aufzeichnung über die Zusammenkunft der deutschen Missionschefs von Argentinien, Brasilien, Chile und Uruguay in Montevideo am 28. und 29. Juli 1938". Politische Archiv des Auswärtigen Amts, Berlín, PA/AA, R 29813; Büro des Staatssekretärs, Amerika.
6 Pommerin, Drittes Reich 38-39.
7 Bosemberg, La Alemania nacionalsocialista 7.
8 El territorio que hoy conocemos como Colombia ha tenido varias denominaciones. En la época colonial se llamaba Nuevo Reino de Granada, después, la Gran Colombia (1819-1830), la Nueva Granada (1832-1857), la Confederación Granadina (1857-1863), Estados Unidos de Colombia (1863-1866) y la República de Colombia (desde 1886).
9 Igualmente, Alemania: la Confederación Alemana (1815-1866); el Segundo Imperio (1871-1918); la República de Weimar (1918/19-1933) y el Tercer Reich (1933-1945).
10 Pedro Antonio Zubieta, Apuntaciones sobre las primeras misiones diplomáticas de Colombia (Bogotá: Imprenta Nacional, 1924) 273-327.
11 Zubieta 487.
12 Antonio José Uribe, ed., Anales diplomáticos y consulares de Colombia, t. III (Bogotá: Imprenta Nacional, 1914a) 293.
13 Así figura en los documentos de 1853 de la Legación de Colombia en Washington, Fernando Rivas Sacconi, Existencia de la política internacional de Colombia (Bogotá: El Gráfico, 1949) 110.
14 Raimundo Rivas, Historia diplomática de Colombia, 1810-1934 (Bogotá: Imprenta Nacional, 1961) 379; "Informe que el secretario de relaciones exteriores de la Nueva Granada, presenta al congreso de 1855", Memoria de 1855, Uribe, Anales (1914a) 332-333.
15 "Informe que el secretario de relaciones exteriores de la Nueva Granada presenta al congreso de 1854", Pinzón, Memoria de 1854, Uribe, Anales (1914a) 325.
16 "Confederación Germánica", Memoria de 1871, Uribe, Anales (1914a) 665.
17 Antonio Gómez Restrepo, Memoria de 1898; Antonio José Uribe, Anales diplomáticos y consulares de Colombia, t. IV. (Bogotá: Imprenta Nacional, 1914b) 736737; Documentos de la Legación de Colombia en Washington de 1898, "Exposición de Horticultura (Hamburgo, 1897)", Fernando Rivas Sacconi, "Participación de Colombia en la Conferencia Internacional de la Lepra (Berlín, 1897)", Historia diplomática 134.
18 F. de P. Matéus, Memoria de 1904, Uribe, Anales (1914b) 868.
19 González Valencia, Memoria de 1912, Antonio José Uribe, Anales diplomáticos y consulares de Colombia, t. V. (Bogotá: Imprenta Nacional, 1918) 186.
20 Urrutia, Memoria de 1914, Uribe, Anales (1918) 346.
21 Anales diplomáticos y consulares de Colombia. Publicados por el Ministerio de Relaciones Exteriores, t. Vii. (Bogotá: Empresa Nacional de Publicaciones, 1957) 713.
22 Luis E. Bosemberg, "Alemania y Colombia, 1933-1939", Iberoamericana 21 (2006): 25-44.
23 "Alemanes en Colombia", El Tiempo [Bogotá] 25 de ago. de 1940.
24 La diplomacia colombiana se dirigía sobre todo hacia los EE. UU. y hacia el sector económico, a la consecución de créditos, precios favorables para el café, ampliación del comercio exterior y la cooperación técnica, lo que la hacía dependiente. Rodrigo Pardo y Fernando Cepeda, "La política exterior colombiana, 1930-1946", Nueva Historia de Colombia, t. III, ed., Álvaro Tirado Mejía (Bogotá: Planeta, 1989) 9-28. Para Stephen J. Randall, Colombia and the United States: Hegemony and Interdependence (Athens: University of Georgia Press, 1992) 6, 109, allí donde ha habido acuerdos y desacuerdos, Colombia no ha podido competir con los EE. UU. Después de la Primera Guerra Mundial, los colombianos tenían claro que las relaciones con los EE. UU. eran inevitables y por lo tanto deberían establecerse de forma constructiva. Muy al contrario de los dos anteriores, Coleman es un neoconservador revisionista. La diplomacia colombiana se situaba prácticamente al mismo nivel que la norteamericana: entre la dependencia y la interdependencia. Se trató de mutua colaboración; Colombia no fue un peón de EE. UU. y el ritmo y las condiciones de la diplomacia los determinaron los colombianos; con valores compartidos, la cercanía geográfica y la política interior de Colombia moldearon las relaciones entre los dos países. Bradley Lynn Coleman, Colombia and the United States: The Making of an Inter-American Alliance, 1939-1960 (Kent: Kent State University Press, 2008) XVI, 1-2.
25 Después de los capítulos dedicados a Argentina, Brasil, Chile y Uruguay, solo se le dedican dos páginas, mientras que a Argentina se le dedicaron ocho, a Brasil tres, a Chile cuatro y a Uruguay una página y media, lo que demuestra la importancia relativa de Colombia en el contexto suramericano, Schröder, "deutsche Südamerikapolitik".
26 Archivo Político del Ministerio de Relaciones Exteriores [Politisches Archiv des Auswärtigen Amtes Berlín] (PA/AA), Berlín, AA, Personalia Dittler, n.º 108 G, 002795.
27 Años de nacimiento de los tres ministros y estadías en Colombia, Hans-Adolf Jacobsen, Nationalsozialistische Aussenpolitik, 1933-1938 (Francfort del Meno: Albert Metzner Verlag, 1968) 628.
28 PA/AA, Berlín, Bd. 3, n.º 121, Personalia von Podewills, 011338, 1925-1935.
29 Reinhard Wolff, 100 Jahre deutsch-kolumbianische Beziehungen, 1845-1945 (Bogotá: Italgraf, 1974) 71.
30 República de Colombia, Memoria del Ministro de Relaciones Exteriores al Congreso de 1937 (Bogotá: Imprenta Nacional, 1937) 123.
31 Braden, Bogotá a Ministerio de Relaciones Exteriores, Washington, 22 de enero de 1942. Administración del Archivo Nacional [National Archives and Records Administration] (NARA), Maryland,         [ Links ] RG 59, General Records of the Department of State, Decimal File, 1940-1944, Box 1869.
32 PAAA, AA, Personalia Dittler, No. 108 G, 002795. NSDAP es la sigla oficial del partido nazi del que había uno en Alemania y otro en Colombia.
33 No figuran en los "Nazi Party [Overseas] Membership Records" (Government Printing Office: Washington, 1946). NARA, Maryland, Library, 13 microfichas, que es el listado oficial alemán de los miembros del NSDAP.
34 Gaudig y Veit, Widerschein 38-40. Un recuento enciclopédico de las relaciones entre los dos países, en Pablo García, "Relaciones diplomáticas", Presencia alemana en Colombia, ed., Claudia Tapias (Bogotá: Nomos, 1993) 191-201. En lo referente a las diversas organizaciones encargadas de la política exterior, ver Gaudig y Veit, Widerschein 37-57; Jacobsen, Aussenpolitik 137 y ss.
35 Ergebnis der Umfrage des Unterausschusses für Exportpropaganda des gemeinsamen Exportförderungs-Ausschusses des und des Reichsverbandes der Deutschen Industrie, Vertraulich. Archivo Estatal de la Ciudad Libre y Hanseática de Hamburgo [Staatsarchiv der Freien und Hansestadt Hamburg] (StAHH), Berlín, 135-1 I-IV, Staaliche Pressestelle I, Z III B a 5, Bd. 1, Organisation und Tätigkeit des Aufklärungsausschusses Hamburg-Bremen, mit Material, Belegexemplaren und Zeitungsausschnitten, (1932), 1933.
36 "Un buque-escuela alemán en Barranquilla", El Siglo [Bogotá] 11 de ene. de 1937. En la correspondencia del Ministro de Relaciones Exteriores con Hentig sobre el arribo de los barcos alemanes con motivo de la visita del Karlsruhe, MMRE, 1935: 235-236.
37 MMRE 1939: 5.
38 Ver, entre otros: "El Karlsruhe", El Tiempo [Bogotá] 13 de feb. de 1935; "El comandante y oficiales saldrán hoy para Cali", 14 de feb. de 1935; "La oficialidad del Karlsruhe llegó ayer tarde a la ciudad", 13 de feb. de 1935.
39 "Political Situation in Cartagena, Colombia, Consular District", 19 de ene. de 1939. NARA, Maryland, RG 84, Foreign Service Posts of the Department of State, Colombia, Bogotá Embassy, General Files 1936-1939, Box 52, 1939, 800 CPC.
40 Jacobsen, Aussenpolitik 113. La Auslandsorganization era la institución que coordinaba a los partidos nazis en el extranjero y, por lo tanto, se convirtió en otro agente de política exterior. Sobre la AO, Jacobsen, Aussenpolitik 90-160 y Jürgen Müller, Nationalsozialismus in Lateinamerika: Die Auslandsorganisation der NSDAP in Argentinien, Brasilien, Chile und Mexico, 1931-1945 (Stuttgart: Hans-Dieter Heinz, 1997) 21-92.
41 "En la mañana de hoy llegará a Bogotá el duque de Mecklenburg", El Tiempo [Bogotá] 11 de abr. de 1939.
42 PA/AA, Berlín, Akten der deutschen Gesandschaft, Bogotá, n.º 42.
43 "Cónsul alemán, Cali, al ministro alemán, Bogotá, 3 de mayo de 1939". PA/AA, Berlín Akten der deutschen Gesandschaft, Bogotá, n.º 42.
44 Braden, Bogotá, al Ministro de Relaciones Exteriores, Washington, 19 de abril de 1939. NARA, Maryland, RG 59, Department of State, Decimal File 1930-1939, Box 4546, 800.20210/274.
45 Ebel, Argentinien 265.
46 "Legación de Colombia en Berlín a Ministerio de Relaciones Exteriores", 17 de noviembre de 1937. Archivo General de la Nación (AGN), Bogotá, Legación de Colombia en Berlín, carpeta 17, caja 3, folios. 163-164.
47 "Carta y lista del ministro alemán Dittler al AA", 6 de jun. de 1938. Archivo Estatal Secreto Patrimonio Cultural de Prusia [Geheimes Staatsarchiv Preussischer Kulturbesitz] (GStA), Berlín, Rep. 218, n.º 226 I, Präsidialsachen, IberoAmerikanische-Institut, Berlín, Bd. 8, abr. 1936-jun. 1938.
48 "Political Situation in the Cartagena, Colombia, Consular District", 18 de febrero de 1939. NARA, Maryland RG 84, Foreign Service Posts of the Department of State, Colombia, Bogotá Embassy, General Files, 1936-1939, Box 52, 1939.
49 "Reporte de Becker", Berlín, 23 de nov. de 1938. PA/AA, Berlín R 106120; Ha.-Pol, Wiehl, Columbien, 1925-1941, Bd. 1.
50 "Ministro alemán de Caracas al AA", 31 de may. de 1934. PA/AA, Berlín, R 79204, AA, Staatsmänner, Columbien 1920-1936, Pol. 11-3.
51 "Land: Columbien", 15 de may. de 1939. PA/AA, Berlín, R 29894, Unterstaatssekretär, Lateinamerika, 1939.
52 "Ministro alemán al AA", 29 de abr. de 1938. PA/AA, Berlín, R 98699, Reichsparteitag, Länder Ägypten-Columbien 1938.
53 Farías, Nazis 140-142.
54 En cuanto a la cantidad de invitaciones a otros congresos, ver República de Colombia, Memoria del Ministro de Relaciones Exteriores al Congreso de 1935 (Bogotá: Imprenta Nacional, 1935) 238; (1936) 319-320; (1937) 123; (1939) 5, 243-244.
55 PA/AA, Berlín, Akten der deutschen Gesandschaft, Bogotá, n.º 42.
56 En la Biblioteca Nacional de Colombia (BNC) todavía reposan 17 números que corresponden a los años de 1935 a 1939.
57 Oficialmente conocida como la Comisión de Esclarecimiento Hamburgo - Bremen (Aufklärungsauschuss Hamburg-Bremen), se fundó en 1923, para informar lo que los alemanes consideraban su realidad. Durante la época nazi alcanzó su punto máximo, pues fue financiada por el Ministerio de Propaganda, dirigido por Goebbels, quien, obviamente la influenció. StAHH, Berlín, 135-1 I-IV, Staatliche Pressestelle, 7938, Bd. 5. Varios periódicos colombianos, como El Tiempo, El Espectador y otros, publicaron artículos que la comisión les envió.
58 "El ministro alemán de Bogotá al AA", Berlín, 6 de junio de 1934. PA/AA, Berlín, R 79979, AA, Abteilung III, Politische und Kulturelle Propaganda in Südamerika, Aufklärungsausschuss, feb. 1933- may. 1936; también en Der Widerhall der Revista Alemana. StAHH, Berlín, 135-1 I-IV, Staatsarchiv Hamburg, Staatliche Pressestelle I, Z III B a 5, Bd. 2, Organisation und Tätigkeit des Aufklärungsausschusses Hamburg-Bremen, mit Material, Belegexemplaren und Zeitungsausschnitten, 1934.
59 La Terramare Office era la casa editorial que publicaba generalmente en inglés para la distribución en países angloparlantes.
60 "Al ministro alemán". PA/AA, Berlín, Akten der deutschen Gesandschaft, Bogotá, n.º 37.
61 "Del AA-Informations-Abteilung, Berlín, al ministro alemán", Bogotá, 11 de marzo de 1940. PA/AA, Berlín, Akten der deutschen Gesandschaft, Bogotá, n.º 37
62 "Del 12 de diciembre de 1939 al ministro alemán". PA/AA, Berlín, Akten der deutschen Gesandschaft, Bogotá, n.º 37.
63 "Al ministro alemán", 26 de junio de 1940. PA/AA, Berlín, Akten der deutschen Gesandschaft, Bogotá, n.º 37.
64 "Bayer, Bogotá, al ministro alemán". PA/AA, Berlín, Juden und Emigranten, 19341942, Akten der deutschen Gesandschaft, Bogotá, n.º 5.
65 "El Gobierno alemán y los judíos", El Tiempo [Bogotá] 10 de may. de 1933.
66 "Una hora con el ministro de Alemania en Colombia Dr. Otto Werner von Hentig", Acción Liberal 32 (1936): 33-35; también en Nachlaß von Hentig, Bd. 163, en: PA/AA, Berlín.
67 Revista dirigida por su propietario Julio Zuloaga Arango. "Carta del ministro alemán al AA, 16 de diciembre de 1937". GStA, Berlín, Rep. 218, n.º 226 I, Präsidialsachen, Ibero-Amerikanische-Institut, Berlín, Bd. 8, abr. 1936-jun. 1938, en donde se reporta dicha publicación.
68 Auslansdienst, Kolumbien, Aussenpolitisches, 14 de enero de 1936. Institut für Zeitgeschichte, Munich, IfZ, Ma 1508/4.
69 Hentig al AA, 9 de noviembre de 1934. PA/AA, Berlín, R 79170, AA, Abteilung III, Allgemeine auswärtige Politik, Columbien, Jul. 1920-Nov. 1934.
70 "General Conditions Report, March 1931". NARA, Maryland, RG 59, Department of State, Decimal File, 1930-1939, Box 5616.
71 Ministerio de Relaciones Exteriores a Podewils, 13 de enero de 1931. AGN, Bogotá, Ministerio de Relaciones Exteriores, Diplomática y Consular, 1407, f. 9, 1931. En respuesta del ministerio a Podewils, 2 de marzo de 1931. AGN, Bogotá, Ministerio de Relaciones Exteriores, Diplomática y Consular, 1407, ff. 93, 1931, se dice que la película fue censurada.
72 "Ministerio de Relaciones Exteriores a Alfons Reuchenbach, Encargado de negocios de Alemania", 18 de noviembre de 1931. AGN, Bogotá, Ministerio de Relaciones Exteriores, Diplomática y Consular, 1408, f. 31.
73 En sus memorias, Hentig cuenta que no se llevaba bien con los jefes del NSDAP de Colombia, lo que incluyó varias tensiones, Werner Otto von Hentig, Mein Lebeneine Dienstreise (Gotinga: Vandenhoeck & Ruprecht, 1963) 88.
74 Compañía aérea fundada en 1919, con gran participación de alemanes, tanto en la inversión como en sus cuerpos administrativo y técnico.
75 Se refiere al alemán Herbert Boy, piloto de la SCADTA, uno de sus altos ejecutivos y, en ocasiones, trabajó para el Gobierno de Colombia.
76 "Reporte de Hentig, Bogotá al AA, Berlín", Die Stellung Deutschlands in Kolumbien, 14 de ago. de 1934. PA/AA, Berlín, R 79172, AA, Abteilung III, Politische Beziehungen Columbiens zu Deutschland, 1933-1936, Bd. 2.
77 "Reporte del ministro alemán al AA", Politische Lage bei Übergang der Präsidentenschaft, 14 de agosto de 1934. PA/AA, Berlín, R 79195, AA, Abt. III, Innere Politik, Parlaments- und Parteiwesen, Columbien, 1930-1935, Pol 5.
78 Spruille Braden, Diplomats and Demagogues (New Rochelle-Nueva York: Arlington House, 1971) 205.
79 Lateinamerika Konferenz, 12 jun. de 1939. PA/AA, Berlín, R 29894; Unterstaatssekretär, Lateinamerika, 1939.
80 Wirtschaftliche und finanzielle Durchdringung Columbiens durch die Vereinigten Staaten y Fortgang der nordamerikanischen Einflussnahme auf Columbien, 13 de mar. de 1939. PA/AA, Berlín.
81 "Dittler al AA", 9 de febrero de 1940. PA/AA, Berlín.
82 Besprechung mit den aus Mittel- und Südamerika zurückgekehrten Missionschefs über die Propagandalage, 11. Juni 1942. PA/AA, Berlín, Inland I D 15/1-10+20/13, n.º 4808, Südamerika, Kirche 1. 2, 3, 6 R 98826.
83 "Reporte del ministro alemán al AA", 31 de dic. de 1937. PA/AA, Berlín, R 27206, AA, Chef AO, Kolumbien, 1937-1940.
84 Hentig, Mein Leben 296.
85 "Informe anual cultural-político 1937", Legación de Alemania al AA, 27 de ene. de 1938. GStA, Berlín, Repositur 218/401.
86 3 de julio de 1935. PA/AA, Berlín, R 79203, Columbien, 1921-1935.
87 "La Legación de Alemania, Bogotá, al AA", Berlín, Politische- und Presselage, 17 de dic. de 1939. PA/AA, Berlín, Deutsche Botschaft, Madrid, n.º 680.
88 Archivo Federal [Bundesarchiv] (BA) Berlín, S 22/1039, Reichsorganizationsleiter der NSDAP. Amt Lehrwesen. Streng vertrauliche Informationsberichte über einzelne Länder, Bd. 2, Südamerika.
89 En los documentos de la Legación de Alemania de Bogotá que reposan en el PA/ AA en Berlín hay varios listados de documentos que se destruyeron. ¿Qué tan comprometedores eran los contenidos? ¿Cuál fue el criterio de selección para quemarlos?
90 No se quiere decir que todo lo que se publicaba en la prensa colombiana era a favor de Alemania. Había diferencias muy grandes entre los periódicos. En El Tiempo, de propietarios liberales, si bien a principios de la década se encuentran artículos que elogian a Alemania, por ejemplo, los de Quijano Mantilla, un cónsul colombiano en Alemania, mientras avanza la década, más crítico se es del régimen nazi. En El Siglo, de propietarios conservadores, se tiende más a defender regímenes totalitarios.
91 Ebel, Argentinien 432.


OBRAS CITADAS

I. Fuentes primarias

Archivos

Administración del Archivo Nacional [National Archives and Records Administration] (NARA), Maryland.

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STAHH, Berlín.         [ Links ]

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Archivo Federal [Bundesarchiv] (BA), Berlín.         [ Links ]

Archivo General de la Nación (AGN), Bogotá         [ Links ].

Ministerio de Relaciones Exteriores Archivo Político del Ministerio de Relaciones Exteriores [Politisches Archiv des Auswärtigen Amtes Berlin] (PA/AA), Berlín.         [ Links ]

MMRE, 1935-1939.         [ Links ]

Publicaciones periódicas

Periódicos

El Tiempo [Bogotá] 1933-1940.         [ Links ]

El Siglo [Bogotá] 1937.         [ Links ]

Revistas

Acción liberal (1936).         [ Links ]

Revista alemana.         [ Links ]

Documentos impresos y manuscritos

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II. Fuentes secundarias

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