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Revista de la Facultad de Medicina Veterinaria y de Zootecnia

versión impresa ISSN 0120-2952

Rev. Med. Vet. Zoot. vol.68 no.1 Bogotá ene./abr. 2021  Epub 21-Nov-2021

https://doi.org/10.15446/rfmvz.v68n1.97249 

Artículos de investigación

Avance de tuberosidad tibial con heteroimplante óseo para el tratamiento de ruptura de ligamento cruzado anterior en caninos

Advance of tibial tuberosity with bone heteroimplant for previous crossed ligament in canine

D. M. Pérez 1   * 

M. M. Martínez2 

J. A. Cardona3 

1 Médica veterinaria zootecnista, M. Sc. Docente catedrática de la Universidad de Córdoba, Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia, Montería, Colombia. Miembro del grupo de investigación Mecivet.

2 Médico veterinario zootecnista, M. Sc. Docente de tiempo completo de la Universidad de Córdoba, Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia, Montería, Colombia. Miembro del grupo de investigación Mecivet.

3 Médico veterinario zootecnista, Ph. D. Docente de tiempo completo de la Universidad de Córdoba, Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia, Montería, Colombia. Miembro del grupo de investigación Mega.


RESUMEN

Las evaluaciones clínica y radiológica son técnicas que se emplean para el diagnóstico de ruptura de ligamento cruzado anterior (RLCA) y para la evaluación posoperatoria de cirugías correctivas. Se planteó como objetivo describir los resultados posoperatorios de la técnica avance de tuberosidad tibial en caninos con RLCA utilizando hueso de origen bovino conservado en glicerina al 98%. Fueron intervenidos 5 caninos con la patología y sin cambios radiológicos marcados en las columnas óseas relacionadas. El heteroim-plante óseo se cortó a manera de cuña y, para determinar su tamaño, se tuvo en cuenta la medida prequirúrgica que necesitaba la rodilla para alcanzar el ángulo de avance de la cresta tibial. Seguidamente se fijó al receptor local con implantes metálicos (agujas de Kirschner y alambre ortopédico). En el posoperatorio, se evaluaron por 90 días signos clínicos como claudicación, dolor al movimiento flexión-extensión e inflamación, según la circunferencia de la rodilla, y se evaluó por 120 días el ángulo de avance tibial y la radiopacidad del heteroimplante con respecto al hueso circunvecino (tuberosidad tibial y tibia caudal). El estudio estableció que los parámetros clínicos y radiológicos tienen un efecto estadísticamente significativo; sin embargo, la evaluación del ángulo de avance tibial no tiene un efecto significativo entre el paciente y los días posquirúrgicos. Durante el periodo de evaluación el heteroimplante óseo bovino demostró ser efectivo para estabilizar una rodilla con RLCA en caninos.

Palabras clave: glicerina 98%; óseo; tibia; ligamento

ABSTRACT

The clinical and radiological evaluations are techniques used for the diagnosis of the anterior cruciate ligament rupture (LCAR) and the post-operatory assessment of corrective surgeries. It was proposed as an objective to describe the post-operatory results of the advance technique of tibial tuberosity in canines with LCAR using bovine bone conserved in 98% glycerin. Five canines were intervened and with no other radiological changed in the related bone columns. The bone heteroimplant was cut in a wedge-like manner and for its size it was taken into account the pre-operatory measurement that the knee needed to reach the advancement angle of the tibial crest. Next, the bone implant was fixated to the local receptor with metallic implants (Kirschner needles and orthopedic wire). In the post-op, the canines were evaluated for 90 days for clinical signs such as claudication, pain when flexing and extending and inflammation according to the knee circumference, and for 120 days the advancement angle of the tibia and the radiopacitry of the heteroimplant in relation to the surrounding bone. The trial established that the clinical and radiological parameters have a statistically significant effect; however, the evaluation of the tibial advancement angle does not have a significant effect between the patient and the post-operatory days. During the evaluation period, the heteroimplant bovine bone proved to be effective to stabilize the knee in canines with LCAR.

Keywords: 98% glycerin; bone; tibia; ligament

INTRODUCCIÓN

El ligamento cruzado anterior (LCA) es el principal ligamento estabilizador de la rodilla, su función es limitar el desplazamiento craneal de la tibia con respecto al fémur, la rotación interna de la tibia e hiperextensión de la rodilla, por lo que una hiperextensión o rotación excesiva de la rodilla puede conducir a la ruptura de este (Musté 2013).

En la fase diagnóstica de la ruptura de ligamento cruzado anterior (RLCA), se hace principal énfasis en la evaluación de la estabilidad de la rodilla según el funcionamiento total o parcial del LCA mediante inspección, palpación y maniobras que evalúan la estabilidad articular. Adicionales a este procedimiento, existen ayudas diagnósticas, como la radiología, que permiten identificar las causas de claudicación, excluir lesiones óseas o anormalidades de tejidos blandos y realizar la planeación quirúrgica según el método que sugiera el cirujano (Bruin et al. 2007; Harasen 2002; Verez et al. 2016).

El tratamiento para RLCA puede ser médico o quirúrgico. El tratamiento médico se puede intentar en los animales de raza pequeña (menores a 10 kg), mediante restricción de la actividad, disminución del peso y administración de analgésicos (Bruin et al. 2007; Harasen 2002; Musté 2013; Verez et al. 2016), y el tratamiento quirúrgico es recomendable en todo paciente con RLCA, para lo que se han descrito técnicas modificadoras de la biomecánica articular como es el avance de la tuberosidad tibial (TTA).

La TTA propone alterar la dirección de la fuerza del tendón rotuliano y lograr que el ángulo sea inferior o igual a 90°. La técnica busca modificar la geometría proximal de la tibia, neutralizando las fuerzas de empuje craneal que causan lesión por cizallamiento y la rodilla adquiere una dinámica estable para compensar la deficiencia del LCA (Boudrieau 2009; Kim et al. 2009; Montavon et al. 2002; Nisell 1985; Tepic et al. 2002). Existen diferentes variables de la TTA; sin embargo, todas mantienen el mismo principio biomecánico; aun así, sus resultados varían según el tipo de implante utilizado (biológico o metálico).

Debido a la aparición de fallas en los implantes metálicos, como destrucción ósea alrededor de ellos, y a las infecciones por mala esterilización que pueden retrasar los procesos biológicos de cicatrización y la recuperación mecánica del miembro, se ha planteado el uso de heteroimplantes óseos, que conlleva a retrasar los cambios osteoarticulares propios de la lesión. Los heteroimplantes óseos procedentes de huesos bovinos procesados (desproteinizado y desantigenizado) se han utilizado experimental y clínicamente demostrando su capacidad osteoinductora (hueso esponjoso) y de resistencia biomecánica (hueso cortical). Estos, además, presentan una ventaja económica (Bojrab 1996; Bojrab y Monnet 2011; Zunino et al. 2004).

Para la conservación de tejidos, se han utilizado diferentes medios entre los que se encuentra la glicerina al 98%, que posee la capacidad de deshidratar el tejido sin alterar la concentración iónica de las células y que, por mantener la estructura, facilita el crecimiento de células constitutivas con resultados clínicos satisfactorios (Brun et al. 2004; Giovani et al. 2006; López et al. 2007; Martínez 2012; Padilha et al. 2008; Pérez et al. 2014).

El objetivo de este estudio es describir los resultados clínicos y radiológicos posoperatorios de la técnica quirúrgica para avanzar la tuberosidad tibial en caninos con RLCA utilizando hueso de origen bovino conservado en glicerina al 98%.

MATERIALES Y MÉTODO

Localización

El estudio fue desarrollado en la Clínica Veterinaria Julio E. Cuervo de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Universidad de Córdoba, Colombia.

Aspectos éticos

La metodología de este trabajo utilizando animales para experimentación fue sometida a evaluación del Comité de Ética de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Universidad de Córdoba, según el Acta N.° 001 del 14 de junio de 2017. Para este estudio se tuvieron en cuenta las normas técnicas para el uso de animales para experimentación, enmarcadas en el cumplimiento de la "Declaración Universal de los Derechos de los Animales", de las "Normas Internacionales para la Investigación Biomédica con Animales" establecidas por la ONU, la Ley 84 de octubre de 1989 del Ministerio de Salud de Colombia y la Ley 1774 del 6 de enero de 2016 del Código Penal de la República de Colombia.

Muestras

Se estudiaron 5 caninos con RLCA, con peso entre los 20-30 kg, sin modificación marcada a la evaluación radiológica de la articulación de la rodilla y sus columnas (tibia-fémur). No se consideró la edad, raza, sexo, procedencia de los animales ni tiempo de presentación de la patología. Los animales seleccionados fueron alojados en jaulas individuales y desparasitados con albendazol (25 mg/kg vía oral) 30 días previos a las cirugías y recibieron ración comercial 2 veces al día y agua a voluntad.

Procedimiento para la formación del banco de hueso

Se obtuvieron costillas de bovinos sacrificados en plantas de beneficio, donde la asepsia del tejido estuvo supeditada al manejo y normas por las que se rigen estas plantas. No se consideraron los datos generales del donante. Las costillas fueron inmersas en peróxido de hidrógeno al 50% por 18 horas para obtener los componentes inorgánicos del implante (Dasso et al. 1998; Martínez et al. 2009). El material inorgánico (costillas verdaderas) se conservó en frascos de plástico estériles con glicerina al 98% por 38 meses a temperatura ambiente (Martínez et al. 2012; Pérez et al. 2014).

Análisis de datos

La información recolectada durante el tiempo de experimentación se tabuló en hoja de cálculo Excel® y se analizó como un estudio de tipo experimental-inferencial. Los resultados del experimento se obtuvieron utilizando el software Statgraphics de la Universidad de Córdoba, Colombia. Para diseñar el experimento se plantearon los factores a estudiar: un factor A (intensidad de grados de dolor, claudicación, radiopacidad y circunferencia articular) y un factor B (90 días posteriores a la cirugía del animal distribuidos a intervalos de 5 días) con sus respectivos niveles de operación. Se realizó tabla Anova con la prueba LSD Fisher al 95% de nivel de confianza (p < 0,05), que permitió determinar los factores con efecto estadísticamente significativo sobre la intensidad del grado. La validación del modelo se realizó a través de la prueba analítica de normalidad.

Evaluación clínica prequirúrgica

Claudicación en la marcha: se evaluó el grado de claudicación según la escala de valoración que se muestra en la tabla 1.

TABLA 1 Clasificación de los grados de claudicación 

Fuente: Ramírez et al. (1997). Unidad técnica.

Dolor al movimiento flexión-extensión de la articulación de la rodilla: se describió la intensidad del dolor según la escala de valoración que se muestra en la tabla 2.

TABLA 2 Clasificación del grado de dolor al movimiento flexión-extensión de la articulación de la rodilla 

Fuente: elaboración propia.

Evaluación radiológica diagnóstica: se realizó proyección mediolateral de la rodilla a 90° de flexión en todos los animales durante la evaluación inicial para el diagnóstico radiográfico de RLCA. El criterio de inclusión fue la existencia del desplazamiento craneal de la tibia proximal con relación al fémur distal y la ausencia de modificación marcada a la evaluación radiológica de las columnas óseas (figura 1). La técnica radiográfica fue estandarizada (50 Kv, 2,20 mAs, 0,04 s).

Fuente: elaboración propia.

FIGURA 1 Desplazamiento craneal de la tibia proximal con relación al fémur distal (signo de cajón) sin distorsión de la grasa infrapatelar. La línea amarilla trazada desde la cabeza de la fíbula normalmente debe pasar craneal a las fabelas y en este caso lo hace craneal a la patela 

Estandarización para el corte de la tuberosidad tibial: se siguió la fórmula propuesta por Nakamura et al. (1985) y Fariña et al. (2011), en la que el corte de la tuberosidad tibial corresponde a 1/3 de la longitud tibial y a 1/3 de su ancho. Para su planeación se tomaron proyecciones mediolateral de la tibia en extensión del miembro afectado en todos los animales. Para cada una de las medidas y ángulos tomados se utilizó el programa QuantorSv Ltda. 2010 (figura 2).

Fuente: elaboración propia.

FIGURA 2 Diagrama de la línea de corte (línea amarilla). A. Punto de intersección de medidas. A-B. Ancho del corte, tercio anterior del diámetro diafisiario tibial 

Estandarización del heteroimplante óseo (cuña) y medida de avance de tuberosidad tibial: para hallar el tamaño del heteroimplante óseo (longitud y ancho de la cuña) se utilizó la siguiente fórmula:

Para lo anterior se necesita conocer el valor del ángulo de desplazamiento de tuberosidad tibial, que se forma de 2 líneas perpendiculares que se interceptan entre sí; la primera, formada por 2 puntos ubicados craneal a la rótula y craneal a la tuberosidad tibial; la segunda, orientada sobre la meseta tibial por una línea que pasa por los puntos de inserción de ambos ligamentos cruzados dejando la eminencia intercondílea como punto central.

Ejemplo: paciente con ruptura de ligamento cruzado anterior con longitud tibial de 199,90 mm, longitud de corte de 66,63 mm (1/3 de longitud tibial) y ángulo de desplazamiento prequirúrgico de 97,67° (ángulo restante a 90° de 7,67°) (figura 3A).

Tamaño de cuña a implantar 8,89 mm. Con esto se logra un ángulo aproximado de 90° entre el plato tibial y el tendón rotuliano para obtener estabilidad articular (figura 3B).

Fuente: elaboración propia.

FIGURA 3 A. Angulación articular, *medida del corte de tuberosidad tibial. B. Angulación posquirúrgica de 90°, **corte posquirúrgico de tuberosidad tibial  

Ubicación de la cuña ósea: para su implantación, los autores recomiendan dividir el área osteotomizada en 3 partes iguales, en las que el trazado proximal corresponde a la superficie articular tibial y el trazado distal corresponde al sitio final del corte de la tuberosidad. El sitio de implantación recomendado es el segundo tercio como se ve en la figura 4.

Fuente: elaboración propia.

FIGURA 4 Área de implantación recomendada. A. Tercio proximal: línea inicial desde la superficie articular. B. Tercio medio: sitio de implantación ideal. C. Tercio distal: línea final hasta el corte de cresta 

Procedimiento quirúrgico

Preoperatorio

Los animales fueron mantenidos en ayuno hídrico de 6 h y sólido de 24 h; se les aplicó 4 mg/kg de gentamicina por vía intramuscular 45 min previos a la inducción anestésica y dosis única de morfina 0,2-0,4 mg/kg por vía intramuscular/animal como antibioticoterapia y analgésico, respectivamente.

Preanestesia y anestesia

Fueron sedados con acepromacina a dosis de 0,2 mg/kg/IM e inducidos con tiletamina/zolazepam a la dosis de 15-20 mg/kg/IV. El mantenimiento anestésico se consiguió con isofluorano. La preparación del campo operatorio fue hecha de manera rutinaria (Flecknell 1998).

Descripción de la técnica

La TTA ha sido descrita por varios autores, quienes emplearon diferentes medidas y relaciones anatómicas para los cortes y para las medidas de los dispositivos (Boudrieau 2009; Fariña et al. 2001; Kim et al. 2009; López 2012; Montavon et al. 2002; Nisell 1985; Tepic et al. 2002). Estas descripciones sirvieron de referencia para la propuesta registrada a continuación:

Se posiciona al paciente en decúbito lateral con la extremidad afectada hacia la mesa de cirugía, se realiza incisión cutánea pararrotuliana medial desde el tercio distal del fémur hasta la diáfisis proximal de la tibia. El subcutis y la fascia crural se inciden en el mismo sentido que la incisión cutánea. Seguidamente, se identifica y se expone la tuberosidad tibial para marcar una línea imaginaria equidistante a las inserciones tibial del ligamento rotuliano y del ligamento colateral medial (figura 5), que corresponde al inicio de la osteotomía que va hasta el punto de finalización de la tuberosidad. La osteotomía se realiza con sierra oscilante (marca: Boly BL8102). La línea de osteotomía corresponde al tercio proximal de la longitud de la tibia. En cuanto al diámetro de corte, corresponde al 50% del diámetro de la diáfisis tibial. Se recomienda que el corte longitudinal, se curve 2 cm antes del punto de finalización, donde la concavidad va hacia la tuberosidad. Cabe anotar que la osteotomía se lleva hasta el final de la tuberosidad, lo que la deja unida a la diáfisis solo por tejido blando (figura 6A). Con un osteótomo se realizan movimientos de palanca para comprobar y facilitar el desprendimiento casi total de la tuberosidad tibial osteotomizada (figura 6B).

Fuente: elaboración propia.

FIGURA 5 Identificación de puntos de referencia. A. Superficie articular de la tibia proximal. B. Punto más craneal de la tuberosidad tibial. C. Punto de finalización de la cresta tibial. D-E. Superficies craneal y caudal de la diáfisis tibial 

Fuente: elaboración propia.

FIGURA 6 A. Osteotomía con sierra oscilante (marca: Boly BL8102). B. Efecto palanca con osteótomo sobre la cresta tibial osteotomizada. C. Avance de cresta tibial con heteroimplante óseo y empleo de pinza de cóndilo para facilitar la fijación de la cresta. D. Fijación del implante con clavos de osteosíntesis para hueso cortical. Los clavos se encuentran ubicados en forma cruzada y dirigidos hacia el centro del implante 

El corte de la cuña con las medidas para cada paciente se realizó durante el intraoperatorio con el empleo de sierra oscilante. Para la fijación de la cuña en el nuevo espacio interóseo, se utilizaron 2 clavos de osteosíntesis de punta roscada para hueso cortical entre 1,5 mm y 2 mm, que dependen del tamaño del paciente (figuras 6C y 6D). Estos se implantaron de forma cruzada con dirección al centro del heteroimplante (figura 7). La fijación se complementó con cerclaje de la tuberosidad con alambre ortopédico. La síntesis del tejido blando se realizó de manera rutinaria empleando, para ello, polyglactin 910 del calibre 3-0 como sutura interna y seda calibre 2-0 como sutura externa.

Fuente: elaboración propia.

FIGURA 7 Evaluación radiológica posquirúrgica de pacientes con avance de tuberosidad tibial mediante heteroimplante óseo en proyección mediolateral. A. Día 0. B. Día 8. C. Día 30. D. Día 60. E. Día 90. F. Día 120 

Postoperatorio

Se les administró morfina, 0,2-0,4 mg/kg/12 horas/3 días/SC y 20 mg/kg de cefalotina sódica/24 horas/2 días/IM, como analgésico y antibioticoterapia, respectivamente. Terminada la cirugía y durante 3 días se realizó vendaje desde la región tibial distal hasta la región diafisiaria del fémur. Se realizó curación diaria de la herida quirúrgica con solución salina al 0,9% hasta obtener cicatrización completa con retiro de puntos en el día 15. El retiro de los implantes ortopédicos se realizó a los 4 meses.

Evaluación clínica posquirúrgica

Claudicación en la marcha y dolor al movimiento de flexión-extensión

Los animales fueron evaluados cada 5 días por un periodo de 90 días, en el que se clasificó el grado de claudicación a la marcha y el dolor al movimiento de flexión-extensión de la articulación de la rodilla, según las tablas 1 y 2, respectivamente.

Evaluación del edema, dehiscencia de la herida y secreción purulenta

Para determinar edema, se midió cada 24 horas por 15 días la circunferencia articular con ayuda de cinta métrica. La primera medición se hizo finalizada la cirugía. En cuanto a la dehiscencia de la herida y la secreción purulenta, se clasificó como ausente o presente.

Evaluación radiográfica posquirúrgica

Análisis radiográfico de la implantación

Se realizó proyección mediolateral de la rodilla, después de la cirugía y a los 30, 60, 90 y 120 días. Las radiografías se analizaron en cuanto a su radiopacidad para clasificarlas en grados, de acuerdo con la comparación entre el hueso implantado y el hueso circunvecino (tuberosidad tibial y tibia caudal) (tabla 3).

TABLA 3 Clasificación de los grados de radiopacidad del implante óseo (cuña) con respecto al hueso circunvecino 

Fuente: elaboración propia.

Análisis radiográfico del ángulo de avance

Se realizó proyección mediolateral de la rodilla durante la evaluación inicial, después de la cirugía y a los 8, 30, 60 y 90 días para determinar el valor del ángulo de avance (mayor o menor a 90°) con el programa QuantorSv Ltda. 2010.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

Evaluación clínica

Los resultados del experimento se analizaron con el software Statgraphics de la Universidad de Córdoba, Colombia. Según la tabla 4, Anova, los 2 valores-P menores que 0,05 tienen un efecto estadísticamente significativo sobre la intensidad del grado (claudicación y dolor), con un 95,0% de nivel de confianza.

TABLA 4 Análisis de varianza para intensidad grado-suma de cuadrados tipo III 

Fuente: elaboración propia.

El análisis se basó en las gráficas de las interacciones. En primer lugar, se revisó el gráfico de interacción entre intensidad del grado con los días del periodo posquirúrgico (figura 8).

Fuente: elaboración propia.

FIGURA 8 Interación intensidad grados-días del periodo posquirúrgicos 

Evaluación de la claudicación

Cada miembro fue observado a la marcha durante 90 días posquirúrgicos con intervalos de observación de 5 días. Previo a la cirugía, el 60% de los pacientes tenían claudicación grado I y el 40% restante claudicación grado IV. Se puede decir, según la gráfica, que los pacientes hasta el día 15 posquirúrgico presentaron claudicación grado III, que desde el día 20 hasta el día 65 se mantuvo en grado II y que esta involucionó a grado I alrededor del día 70. Al final del periodo todos los animales presentaron apoyo normal del miembro tratado.

Los resultados obtenidos concuerdan con los presentados por Castañón (2015), Imholt et al. (2011), Ramos (2015) y Yeadon et al. (2011), en estudios comparativos de TTA con implante metálico y ácido hialurónico, TTA clásica Securos y TTA Porous, sin observar diferencias significativas entre el tiempo de presentación de la claudicación con respecto a la técnica quirúrgica. La constante posoperatoria fue la mejora en el tiempo a partir de la sexta semana.

Al parecer la evolución positiva de la claudicación está ligada a la estabilización biomecánica de la rodilla (Smith et al. 2005) por una correcta colocación y estabilización del heteroimplante y por ausencia de complicaciones posquirúrgicas en todos los casos. Por otra parte, el menor tiempo de recuperación de algunos animales puede estar asociado a la cronicidad de la RLCA porque, en lesiones más antiguas, la fibrosis periarticular tiende a estabilizar la rodilla de manera fisiopatológica haciendo que el signo de cajón sea menos evidente (Jerran y Walker 2003).

Penha y Padilha (1998) y Semiglia et al. (2006), no reportan complicaciones clínicas al usar implantes de hueso cortical bovino para tratar fracturas diafisiarias de huesos largos en perros y gatos.

La evaluación clínica favorable del uso de heteroimplante óseo (costilla bovina) para TTA como tratamiento de RLCA coincide con los resultados obtenidos por Hancox et al. (1961) en su estudio con heteroimplantes desproteinizados usados para rellenar defectos óseos.

Evaluación del dolor al movimiento flexión-extensión

Cada miembro fue valorado mediante movimientos de flexión-extensión durante 90 días con intervalos de observación de 5 días. Previo a la cirugía, el 100% de los pacientes presentaron grado II de dolor, que se mantuvo hasta el día 30 posquirúrgico. Hubo involución completa al final de la evaluación, como se muestra en la figura 8.

Los resultados concuerdan con el reporte de Muir et al. (2011), Ramos (2015) y Tepic et al. (2002), quienes afirman que a la segunda semana posoperatoria el 62% de los animales sometidos a TTA presentan dolor grado I y II a la hiperextensión, a la cuarta semana el 72% presentó dolor grado I y, para la décima semana, todos los animales presentaron mejoría al movimiento de extensión.

Evaluación de la circunferencia articular

Para probar la significancia estadística de cada factor (pacientes y días posquirúr-gicos), se presenta la tabla Anova (tabla 5). Los valores-P prueban la significancia estadística de cada uno de los factores. Puesto que los 2 valores-P son menores que 0,05, estos factores tienen un efecto estadísticamente significativo.

TABLA 5 Análisis de varianza para circunferencia de la rodilla-suma de cuadrados tipo III 

Fuente: elaboración propia.

Para realizar el análisis se tomaron en cuenta las gráficas de las interacciones. En primer lugar, se revisó la gráfica de interacción entre la circunferencia de la rodilla con los días del posquirúrgico (figura 9).

Fuente: elaboración propia.

FIGURA 9 Interacción entre la circunferencia de la rodilla y los días del posquirúrgico 

Durante los primeros 5 días después de la cirugía, se encontraron los mayores valores de circunferencia de la rodilla; sin embargo, al sexto día, todos los animales tenían en promedio el mismo perímetro. De allí en adelante disminuyó la inflamación, lo que sugiere que el heteroimplante empleado no afecta negativamente la respuesta inflamatoria (Martínez 2008).

Fuente: elaboración propia.

FIGURA 10 Interacción entre circunferencia de la rodilla, en cada uno de los 5 pacientes 

Estos resultados concuerdan con los obtenidos por Wander et al. (2000) y Zunino et al. (2004), quienes reportaron que los heteroimplantes bovinos de hueso cortical desproteinizado implantados en perro provocaron una reacción inflamatoria mononuclear que no afecta la osteoinducción ni la remodelación ósea del hueso implantado con respecto al receptor, gracias a que los métodos de conservación de implantes naturales, en especial de hueso, tienen dentro de su objetivo reducir su antigenicidad, para lo cual es necesario remover toda la parte proteica (Hancox et al. 1961; Elves y Salama 1974).

El otro gráfico que se analizó es el de la interacción entre la circunferencia de la rodilla, en cada uno de los 5 pacientes que se muestra a continuación (figura 10). Este gráfico expresa lo siguiente: En general, el comportamiento de la circunferencia de la rodilla fue similar en los 5 animales. El 80% de los pacientes no presentaron secreciones purulentas ni dehiscencia de la herida con cicatrización cutánea completa para el día 15. Solo un paciente (20%) presentó una respuesta inflamatoria mayor debida a una reacción de cuerpo extraño en respuesta al hilo de sutura absorbible que se hizo visible (polyglactin 910), con cicatrización al día 20 posterior a la retirada de la sutura.

Evaluación radiográfica

La tabla 6 (Anova) descompone la variabilidad del grado de la característica radiológica. Los valores-P prueban la significancia estadística de cada uno de los factores. Puesto que 2 valores-P son menores que 0,05, estos factores tienen un efecto estadísticamente significativo sobre el grado de la característica radiológica con un 95,0% de nivel de confianza.

TABLA 6 Análisis de varianza para grado de características radiológicas-suma de cuadrados tipo III 

Fuente: elaboración propia.

Para realizar el análisis se tomaron en cuenta las gráficas de las interacciones. En primer lugar, se revisó el gráfico de interacción entre grado de la característica radiológica y los días del periodo posquirúrgico (figura 11).

Fuente: elaboración propia.

FIGURA 11 Interacción entre grado de la característica radiológica, con los días posquirúrgico 

Durante los primeros 8 días después de la cirugía, la radiopacidad estaba en grado 0 en ambas superficies, con respecto al heteroimplante (figuras 7A y 7B); sin embargo, a partir del día 30 hubo mejor respuesta desde la superficie tibial caudal (figura 7C), pasó a grado Il desde el día 60 (figura 7D) y, a los 90 días del posquirúrgico, ambas superficies (tuberosidad tibial y tibia caudal) alcanzaron en promedio el grado Ill de radiopacidad con respecto al heteroimplante, hasta el final del periodo de evaluación (figuras 7E y 7F). En otro sentido, se puede decir que a medida que avanzó el posoperatorio, la radiopacidad del heteroimplante fue disminuyendo como parte del proceso normal de la reparación y remodelación ósea, este alcanzó una intensidad parecida a la del hueso receptor. Los resultados concuerdan con lo reportado por Di Sevo (2013), Semiglia et al (2006), Bojrab (1996). En estudio con animales sometidos a osteosíntesis de húmero proximal con clavos intramedulares de hueso cortical bovino en el que, al día 90, se dio la reparación completa del defecto y ausencia de claudicación (grado 0). De igual manera, las propiedades osteoconductoras del heteroimplante óseo, en sus características de hueso corticoesponjoso, permitieron la invasión de tejido vascular y células provenientes de tejido receptor (Berven et al. 2010), las que encuentra en estas estructuras el microambiente para el desarrollo, crecimiento y expansión de hueso.

Evaluación de ángulo de avance

La tabla Anova (tabla 7) descompone la variabilidad del ángulo de la articulación en contribuciones debida a varios factores, la cual arrojó que no existe diferencia significativa. Se realiza el análisis del experimento a través de la revisión de las gráficas de las interacciones (figura 12).

TABLA 7 Análisis de varianza para el ángulo articulación-suma de cuadrados tipo III 

Fuente: elaboración propia.

Fuente: elaboración propia.

FIGURA 12 Interacción entre ángulo de articulación de la rodilla-días del posquirúrgico 

Durante los primeros 8 días posquirúrgicos, se presentó incremento brusco del ángulo en 1 de los pacientes, atribuido al desplazamiento de la cuña por sobres-fuerzo y superada a partir del día 30, se aprecia que el ángulo se aproximó a 90°. Quedaron con ángulo articular mayor a 90° al momento de la implantación 2 de los 5 pacientes y, a medida que fue avanzando la cicatrización ósea, el ángulo se aproximó a los 90°. Lo anterior se reflejó en el comportamiento que tuvo la variable claudicación atribuida a la neutralización del movimiento de cizallamiento ejercido sobre la articulación y disminución de la tensión sobre los ligamentos cruzados, lo que coincide con los resultados de Verez et al. (2016).

CONCLUSIONES

Los animales tratados quirúrgicamente mediante TTA con heteroimplante óseo bovino presentaron resultados positivos en la evaluación clínica (claudicación, dolor por flexión-extensión y circunferencia de la articulación) por la buena estabilización de la rodilla. El proceso de medición de la circunferencia tibial presentó una respuesta inflamatoria de fase aguda con normalización al final del estudio. Las radiografías mostraron que la radiopacidad del heteroimplante con respecto al hueso circunvecino fue disminuyendo gradualmente hasta conseguir su radiocontraste; además, se consiguieron angulaciones de alrededor de los 90°, por lo que la técnica se considera una opción para tratar la RLCA en caninos.

REFERENCIAS

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Forma de citación del artículo Pérez DM, Martínez MM, Cardona JA. 2021. Avance de tuberosidad tibial con heteroimplante óseo para el tratamiento de ruptura de ligamento cruzado anterior en caninos. Rev Med Vet Zoot. 68(1): 19-36. https://doi.org/10.15446/rfmvz.v68n1.97249

Recibido: 10 de Febrero de 2020; Aprobado: 17 de Octubre de 2020

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