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Colombian Journal of Anestesiology

versão impressa ISSN 0120-3347

Rev. colomb. anestesiol. v.33 n.2 Bogotá abr./jun. 2005

 

 

Editorial

 

Seguridad en Anestesia

 

 

Manuel Galindo Arias,
MD, Editor Revista Colombiana de Anestesia


La anestesiología ha sido tomada como modelo de seguridad por el Instituto de Medicina (IOM) de los Estados Unidos1, sobre la base de los esfuerzos de quienes han regido los destinos de la especialidad, principalmente en las últimas décadas. Esto es motivo de orgullo para los anestesiólogos, a la vez que nos proporciona una agradable sensación de seguridad. Mas como debemos ser críticos, tenemos que preguntarnos: realmente somos un modelo de seguridad? Sí hemos mejorado notablemente nuestro desempeño, obteniendo unos resultados medibles en mortalidad que respalden la afirmación del IOM de los Estados Unidos?

El Dr. Robert Lagasse2 hizo una exhaustiva revisión de los reportes de mortalidad de las últimas décadas, y además realizó su propio estudio de mortalidad. Como resultado de sus observaciones y del análisis crítico de la literatura, concluyó que la anestesia no es un modelo de seguridad, como lo proclama el IOM.

Qué encontró el Dr. Lagasse? Que la disminución de la mortalidad en anestesia, percibida como de un orden de magnitud en las últimas décadas (1:10.000 a 1:300.000), no es real, que la misma está basada en una interpretación errónea de los reportes publicados.

El estudio de Eichhorn3, que nos muestra una mortalidad cercana a 1:300.000, se refiere únicamente a pacientes programados, estado físico ASA I y II, en una institución de cuarto nivel. Además, registra muertes en sala de cirugía (excluye recuperación) y se trata de casos cubiertos por compañías de seguros, que fueron objeto de demanda.

Cuando se considera la mortalidad por anestesia en general, nos encontramos con que la mortalidad no ha variado mucho. Podemos decir que hoy es de alrededor de una muerte por 14.000 anestesias.

Esta verdad, basada en múltiples reportes científicos universales, debe hacernos reflexionar de manera tal que coloquemos en su justo valor los indudables progresos que se han obtenido con el paso del tiempo, sin hipertrofiarlos, reconociendo las limitaciones y las falencias que aun tenemos. Actuando de esta manera podremos seguramente mejorar nuestro desempeño, podremos ser autocríticos y determinar cuáles son los aspectos que debemos mejorar.

Pero a pesar de que los estudios de mortalidad no muestren cambios dramáticos en los últimos lustros, vale la pena destacar que existen elementos que permiten concluir que en la actualidad nuestra especialidad sí puede ofrecerle a los enfermos un servicio de mejor calidad y más seguro. Hoy en día llegan a nuestros quirófanos pacientes mucho más comprometidos en sus condiciones clínicas, con más patologías asociadas, que requieren un manejo perioperatorio bastante agresivo. Cada vez es mayor el porcentaje de pacientes ancianos que deben ser intervenidos quirúrgicamente y que deben ser manejados perioperatoriamente por los anestesiólogos.

El Dr. Jeffrey Cooper 4 subraya que las organizaciones y sociedades de la especialidad se han preocupado por elaborar estándares, con el objetivo de elevar el nivel y la calidad de la prestación del servicio, pero sobre procurando brindar la máxima seguridad que sea posible a los pacientes. Es notable la creación de entidades como la Anesthesia Patient Safety Foundation APSF (Fundación para la Seguridad de los Pacientes), que busca que "nadie sea lesionado por causa de la anestesia", y el Estudio de Casos Cerrados de la American Society of Anesthesiology ASA, que pretende utilizar todas estas situaciones objeto de demanda, como una fuente de enseñanza para evitar o minimizar daños en el futuro. Hoy el anestesiólogo cuenta con mejores herramientas, tiene fármacos mucho mejores, y puede saber con mayor precisión lo que le sucede segundo a segundo a su paciente. Los avances son innegables, son notables los esfuerzos por llegar a la excelencia.

Pienso que nuestra posición debe estar en el justo medio: no ser tan optimistas para creer que somos un modelo de seguridad, que hemos llegado a la cima; ni tan pesimistas para sostener que no hemos mejorado, basados únicamente en las cifras. Admitamos que a pesar de los progresos, estamos lejos de llegar a la meta ideal.

Debemos destacar los esfuerzos propios: en Colombia emitimos las primeras Normas Básicas en 1984, durante la presidencia del Dr. Julio Enrique Peña, antes que salieran los estándares de la ASA en 1985, las cuales aparecieron después en nuestra Revista5, 6, 7, 8, 9, 10, 11. Luego, las comunicaciones de la Sociedad Cundinamarquesa de Anestesiología primero, de la SCARE posteriormente, exigiendo un mínimo de dotación en monitoreo, fueron eficaces en muchos hospitales del país. posteriormente, nuestra lucha por tener oxímetro y capnógrafo tuvo finalmente eco en el Ministerio de Salud, hoy de la Protección Social. Este Ministerio prácticamente ha tomado como propias nuestras Normas.

En aspectos educativos, es loable el esfuerzo del Comité de Educación de la SCARE para mejorar el nivel de los programas de postgrado, factor esencial en la seguridad en anestesia.

Concluimos diciendo que los progresos en seguridad en anestesia son notables, han llamado la atención de personas y entidades ajenas a nosotros. Pero dadas las características del ejercicio de la anestesiología, es necesario mantener el interés de anestesiólogos y de instituciones en el tema. Tenemos que ser críticos y autocríticos, de manera que así como es nuestro deber vigilar permanentemente a nuestros pacientes, es igualmente importante que revisemos con frecuencia todos los factores determinantes de morbilidad y de mortalidad y le hagamos seguimiento a la calidad de nuestra práctica. Si exigimos y cumplimos con nuestros propios estándares y hacemos informes fidedignos de nuestros resultados, incluyendo reportes de accidentes y de incidentes críticos, para su detenido análisis, mejoraremos en forma real la seguridad en anestesiología en nuestro trabajo diario.

BIBLIOGRAFÍA

1. Committee on Quality of Health Care in America, IOM: to Err Is Human: Building a Safer Health System. Editado por Kohn L, Corrigan J, Donaldson M. Washington. National Academy Press, 1999, pag. 241

2. Lagasse R: Anestesia Safety: Model or Myth.? Anesthesiology 97(6) Dec. 2002:1609-17

3. Eichhorn JH: Prevention of Intraoperative Accidents and Related Severe Injury through Safety Monitoring. Anesthesiology 70: 572-7, 1989

4. Cooper J, Gabba D: No Myth: Anesthesia is a Model for Adressing Patient Safety. Anesthesiology 97 (6) Dec. 2002:1335-37

5. Alvarez T: La Sala de Emergencia Rev. colomb. anestesiol. 13, 61-66, 1985

6. Galindo M: Mantenimiento de los Equipos de Anestesia. Rev. colomb. anestesiol. 13:67-70, 1985

7. Granados M: Especificaciones Salas de Cirugía. Rev. colomb. anestesiol. 13:71-74, 1985

8. León A: Cuidados Especiales de un Paciente que va a ser sometido a Cirugía. Rev. colomb. anestesiol. 13:75-79, 1985

9. Merlano S: Historia Clínica en Anestesia. Clasificación ASA. Rev. colomb. anestesiol. 13:81-86, 1985

10. Parra CJ: Requisitos Mínimos para Administrar Anestesia General Regional o Local, en una Sala de Cirugía. Rev. colomb. anestesiol. 13: 87-90, 1985

11. Vanegas A: Equipo Mínimo de Anestesia, Drogas y Monitoría. Rev. colomb. anestesiol.13: 91-96, 1985