Los anestesiólogos somos considerados de alto riesgo profesional dentro de los trabajadores de la salud; sin embargo, somos especialistas paradójicos, porque cuida mos la salud de nuestros pacientes, pero muy poco la nuestra.^1-3 En ese contexto, los riesgos biológicos causa dos por virus respiratorios pasaron a tener enorme relevancia para los anestesiólogos debido a que comen zaron a tener una exposición ocupacional más fre cuente.^4,5 El nuevo virus SARS-CoV-2, causante de COVID-19 -a partir de su brote en Wuhan, China, en diciembre de 2019,⁶ que se ha expandido a escala mundial con una transmisión muy eficiente y una tasa de letalidad mayor a la de la gripe estacional-, fue declarado como pandemia por la OMS el 11 de marzo de 2020.⁷ Por lo anterior, los anestesiólogos que atienden pacientes afectados por SARS-CoV-2 COVID-19 tienen alto riesgo ocupacional durante la ejecución de una serie de proce dimientos denominados generadores de aerosoles (por inhalación de gotas)^7,8 y los de transmisión por contacto (como el contacto con las membranas mucosas orales, nasales y oculares) desde un portador o desde superficies contaminadas por el virus.^7,8 Como consecuencia, se establecieron recomendaciones de prevención y protección específicas para la atención a pacientes portadores de estas infecciones respiratorias,^7-9 desta cando las precauciones estándar (antes universales)^4,5 y dentro de ellas se intensifican el lavado de manos, así como el uso apropiado de diferentes dispositivos de barrera para el COVID-19, como los equipos de protección personal (EPP).^7-11

Este editorial pretende visualizar el escenario para los anestesiólogos en su vida laboral más allá de la pandemia, el cual será cambiante y dinámico. Esta pandemia deja al desnudo la fragilidad de la economía y de los sistemas sanitarios, y la vulnerabilidad, sobre todo, de los recursos humanos sanitarios.

Entonces surge un nuevo concepto, el de nueva normal idad ocupacional para los anestesiólogos. Esa nueva normalidad ocupacional es un concepto dinámico que debemos asumir por parte de la comunidad anestesiológica luego de la pandemia del SARS-CoV-2 - COVID 19, su dinámica, sus recomendaciones, sus consecuencias y su interacción comunitaria en la sociedad. Eso llevará a una nueva realidad que se reflejará en la vida individual, familiar, colectiva, social y económica; además, generará una nueva realidad ocupacional para los anestesiólogos.

Entonces, los anestesiólogos tendremos una exposición más frecuente a pacientes SARS-CoV-2 COVID 19, a portadores asintomáticos, a nuevos pacientes comple jos y críticos en nuestra práctica diaria, interactuando en un escenario complejo debido a las deficiencias de los sistemas de salud que afectan nuestra práctica médica y a prestadoras de salud publica y privada con graves problemas económicos, con la paradoja de la inversión tecnológica millonaria para mantener el avance médico.

Debido a lo anterior, es necesario:

Finalmente, el SARS-CoV-2 COVID-19 es una patología emergente con evidencia disponible dinámica que vino para quedarse, por eso es muy importante que los anestesiólogos estemos actualizados y preparados para esta nueva normalidad ocupacional.