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Forma y Función

Print version ISSN 0120-338X

Forma funcion, Santaf, de Bogot, D.C. vol.22 no.22 Bogotá Jan./June 2009

 

TEMAS DE DISCUSIÓN

TRADUCCIÓN-INTERPRETACIÓN
A LA LUZ DE LA IDIOSINCRASIA
NACIONAL E IDIOMÁTICA

 

Valery Iovenko*
viovenko@rambler.ru
Universidad Estatal de Relaciones Internacionales de Moscú


UN TEXTO ORIGINAL en cualquier lengua extranjera está impregnado con unidades léxicas, formas sintácticas y estructuras textuales que no son propias de un texto en lengua materna y que diferencian, además de las divergencias gramaticales y léxicas "clásicas", la lengua extranjera y la materna.

En la lingüística moderna semejantes fenómenos suelen relacionarlos con una "mentalidad idiomática" especial de los pueblos, o con los cuadros del mundo nacionales e idiomáticos los cuales son formados por las particularidades nacionales e idiomáticas del pensamiento y la reflexión de la actualidad que poseen distintos colectivos nacionales. Son estos fenómenos los que condicionan el hecho de que diferentes grupos idiomáticos aprecian de manera distinta situaciones incluso parecidas (Humboldt, 1984; Karaúlov, 1987; Serébrenikov, 1988).

En este sentido huelga afirmar que existe un modelo (cuadro) del mundo ruso (español) que halla su expresión en una lengua correspondiente. Un hispanohablante puede contemplar la imagen rusa del mundo adquiriendo vista adicional una vez vencido el umbral de la conciencia de su "propio" lenguaje (Gáchev, 1998).

El fundamento de la visión nacional del mundo lo constituyen estructuras cognitivas que reflejan la afinidad lógica del pensamiento y el carácter panhumano de formas lógicas. Y aunque las regularidades del pensamiento forman el aspecto universal de las lenguas, estas no se materializan siempre, ni mucho menos, en idénticas estructuras idiomáticas. Dicho metafóricamente, cada lengua "distribuye" de modo heterogéneo el mundo que nos rodea al aplicar el esquema idiomático concreto sobre experiencias extralingüísticas y procedimientos de su percepción que se refractan a través del pensamiento, mientras que a los miembros de diferentes colectivos etnoidiomáticos les son propias una percepción del mundo nacional y modalidades especiales en la nominación idiomática.

El dominio de una lengua extranjera y la traducción-interpretación adecuada presuponen vencer modos de percibir la realidad que son "impuestos" por la lengua materna y apoderarse de los procedimientos de interpretar este mundo en lengua extranjera.

Los traductores-intérpretes han de saber superar estereotipos conceptuales de la lengua de partida a fin de entrar en el cuadro del mundo nacional e idiomático de la lengua de traducción. El texto de traducción en el cual no han sido tomados en consideración los aspectos nacionales y culturales de la comunicación en la lengua de traducción, es percibido por sus receptores como poco natural (Iovenko, 2005).

De tal modo, las peculiaridades en la percepción y nominación, las cuales en cada lengua nacional surgen una vez congregadas estructuras cognitivas, idiomáticas y socioculturales de las actividades comunicativas, conducen a la formación del componente nacional y cultural de la comunicación. En la traducción-interpretación este componente que, entre otros muchos, determina las decisiones que toman traductores-intérpretes se pone a accionar traduciendo, ante todo, textos literarios y publicísticos y puede tener alto grado de su actualización.

En efecto, en los textos españoles informativos se encuentran a menudo expresiones cuyo empleo en dicha situación es insólito para los receptores rusos. Para adaptar a las tradiciones y normas del periodismo ruso tales expresiones y palabras españolas que desde la óptica de los que hablan ruso suelen ser inaceptables, hace falta, efectuando traducción-interpretación, recurrir a las adiciones y modificaciones léxicas o contextuales:

Hace tiempo que muchos tenemos dudas sobre la verdadera utilidad de reuniones anuales como la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno iberoamericanos, que esta semana ha cumplido diecisiete ediciones anuales ininterrumpidas.

La izquierda y el centro izquierda de Chile archivaron los dogmas y el revanchismo para no asustar al electorado, tranquilizar a los generales, instalarse en La Moneda, abatir el titulaje militar de la Constitución y ganar las últimas municipales.

Un traductor experimentado, con suficientes conocimientos enciclopédicos, aplicó también el procedimiento del comentario traduccional al haber introducido adiciones: (palacio presidencial) y "1980 " (año 1980); es poco probable que todos los lectores rusos de este texto sepan que La Moneda es sede oficial de los presidentes chilenos, así como el hecho de que en 1980, cuando fue aprobada la Constitución, este país sudamericano estaba todavía bajo el poder del general Augusto Pinochet.

Tiene un tinte nacional el procedimiento estilístico predilecto de muchos autores de los textos publicísticos españoles que consiste en usar en los marcos del mismo fragmento de un texto varios sinónimos, normalmente "desacostumbrados" (por supuesto, en opinión de los destinatarios rusos), para designar países, estadistas, políticos, acontecimientos. Al traducir al ruso es deseable ora repetir la primera denominación de semejante objeto usada por el autor español, ora emplear una palabra neutral semánticamente, por ejemplo:

Por último, entre otras de las actividades previstas en el programa de este viaje, destaca la recepción al titular de la Junta de Andalucía que da el embajador español en Irán, así como las visitas programadas a algunos de los centros culturales más importantes del paíspersa.

Los textos de información masiva españoles son ricos en giros estilísticos brillantes, a veces inesperados para los lectores rusos. Su traducción literal al ruso puede provocar perplejidad e incluso incomprensión puesto que similares textos rusos suelen caracterizarse por la discreción estilística y moderación idiomática. Por eso, al traducir resultan convenientes reinterpretaciones estilísticas de las imágenes brillantes del texto español:

Los países europeos todavía no han dado pasos determinantes en la formación de un mercado energético común, como para aceptar la entrada del oso ruso en sus tuberías domésticas.

Los traductores-intérpretes del español al ruso se ven obligados a veces a disminuir (claro está, dentro de límites sensatos) en el texto de traducción el registro estilístico de la frase original. Se trata de expresiones grandilocuentes, excesivamente metafóricas, construcciones sintácticas complicadas que son tan típicas para el castellano e inadmisibles para el colectivo de habla rusa.

Semejantes giros de estilo ampuloso desde el punto de vista de los destinatarios rusos se someterán a ser modificados en el texto de traducción. Estas modificaciones deberán, de una parte, quitar fuerza expresiva solemne de los giros españoles que son usados en una situación comunicativamente neutral y, de otra parte, mantener invariable el sentido del texto original incluyendo sus matices expresivos.

El conocido intérprete ruso Guénrij Turover adujo el ejemplo de la traducción al ruso de tal fragmento del texto español donde se describe la situación cuando el jefe de un pequeño colegio militar en México, dirigiéndose a los cadetes, empieza su discurso dedicado al inicio del nuevo año académico (Iovenko, 2007):

La órbita helicoidal que nos impone la ley de nuestra existencia vuelve a reunirnos en este recinto.

Otra manifestación de la idiosincrasia nacional española que se revela en los textos publicísticos radica en el mayor laconismo y capacidad estructural de estos. Es decir, los autores españoles para transmitir una idea se contentan en muchos casos con menor cantidad de palabras. Como fruto, emergen en el texto de traducción adiciones léxicas que ha de insertar el traductor-intérprete:

Sobre el tratado de cooperación con la UE que caduca en diciembre, el Presidente ruso dijo que quería que se hiciera "desde una nueva visión", teniendo en cuenta que el actual data de hace veinte años y no incluye la mayor parte de los asuntos que son hoy estratégicos.

A la necesidad de garantizar para los lectores rusos del texto de traducción la admisibilidad estilística se debe la reformulación de algunas ideas de los autores españoles, quienes a la hora de redactar sus textos habían seguido tradiciones de la representación nacional e idiomática de la información. Semejante operación traduccional puede, sin embargo, extenderse nada más que a los medios de expresión sin tergiversar el sentido del texto original:

El informe anual que presentó ayer la Comisión vuelve a exigir, entre otras cosas, la reforma o abolición del artículo 301 del Código Penal, у le ofrece la apertura de algunos de los capítulos de negociación menos polémicos.

La especificidad nacional y cultural de la lengua española no se limita, ni mucho menos, a las imágenes tradicionales sobre las manifestaciones de la idiosincrasia idiomática. Vemos su identidad nacional también en otros fenómenos.

Así, por ejemplo, los materiales informativos en español cuentan con infinita cantidad (en comparación con análogas fuentes en ruso) de siglas. Algunas de estas, tales como UE, OEA, PSOE, OTAN, ONU, son bien conocidas para los que trabajan sistemáticamente con los textos en español. Pero en la mayoría de los casos el descifre de las siglas está ligado con dificultades puesto que sus autores suponen —y no sin razón— que los lectores hispanohablantes están al tanto de estas abreviaturas y sus significaciones.

Las dificultades crecen en el espacio de variantes latinoamericanas del español donde observamos el proceso continuo de formar cada vez nuevas y propias siglas. Por ejemplo, la sigla FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) se emplea en los medios de información en Colombia:

En cambio, las relaciones entre Venezuela y Colombia no pasan por su mejor momento, sobre todo, por las sospechas de Bogotá de que Caracas hace la vista gorda ante la presencia de guerrilleros de las FARC en su territorio.

Es imposible imaginarse la particularidad nacional de la lengua española sin latinoamericanismos. Algunos no se emplean en absoluto en su variante pirenaica (entre ellos figuran numerosos indigenismos), mientras que los demás, pese a formar parte del caudal léxico en España, tienen allí otros significados. Varios latinoamericanismos léxicos podrían ser catalogados entre palabras castellanas corrientes si no fuera su sufijación peculiar: fallo ejemplarizante (Uruguay; en español de España: ejemplar) conversaciones para efectivizar el acuerdo (Uruguay; en español de España: hacer efectivo) —перего- .

En el ejemplo que va a continuación se encuentra el verbo destrabar, que se usa en la variante colombiana de la lengua española:

El jueves se supo que el presidente Uribe había propuesto incluir las demandas laborales que han hecho los demócratas en la ley que autoriza el Plan Colombia, como estrategia para destrabar la negociación.

Se hizo apoteosis de las innovaciones de género en la lengua española en el texto de la Constitución de Venezuela aprobada en 1999, en el cual tras cada mención de tal o cual cargo empleado en forma de género masculino se indica este mismo cargo en forma de género femenino.

En el proceso de la traducción-interpretación de similares denominaciones españolas al ruso se pierde en muchos casos su componente de género. Pero allí donde es posible, es conveniente utilizar flexiones de género femenino de los pronombres posesivos, adjetivos y formas verbales de tiempo pasado:

El contenido de la entrevista de Lavrov a la agencia kuwaití fue difundido por los medios de comunicación rusos mientras este estaba reunido con su homóloga norteamericana.

La idiosincrasia nacional de una lengua la vemos también en su predisposición hacia la recepción activa del nuevo vocabulario y su ulterior incorporación al fondo léxico básico. En este sentido el castellano figura entre las lenguas que asimilan de buena gana los préstamos extranjeros.

Nuevos vocablos pueden llegar a ser respuesta no solo a nuevas realidades políticas (comunitario, eurodiputado) y acontecimientos sociales (vida glamurosa), sino también a raras calamidades naturales (tsunami, a pesar de que en español siempre ha existido la palabra maremoto para denominar este cataclismo). Es curioso que la palabra tsunami recientemente haya sido empleada por los mexicanos para designar una inundación no tan catastrófica por sus dimensiones ni consecuencias como la que tuvo lugar hace varios años en el sudeste asiático: "Un tsunami fluvial engulle en noviembre de 2007 una aldea de Chiapas".


* Catedrático del Departamento de la Lengua Española de la Universidad Estatal de Relaciones Internacionales de Moscú (MGIMO) adjunta al Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia. Doctor en ciencias filológicas.


Referencias

GÁCHEV, G. (1998). Imágenes nacionales del mundo. Moscú: Escritor soviético.

HUMBOLDT, W. (1984). Sobre la diferencia en la composición de las lenguas humanas y su influencia en el desarrollo espiritual de la humanidad. En Obras escogidas de la lingüística. Moscú: Progreso.

IOVENKO, V. (2005). Curso teórico de la traducción-interpretación. Lengua española. Moscú: Studia Académica: CheRo.

IOVENKO, V. (2007). Curso práctico de la traducción-interpretación. Relaciones Internacionales. Lengua española. Moscú: R. Valent.

KARAÚLOV, Y. (1987). Lengua rusa y personalidad idiomática. Moscú: Nauka.

SERÉBRENIKOV, B. (1988). ¿Cómo se realiza la reflexión del cuadro del mundo en una lengua? Papel del factor humano en la lengua. Lengua y cuadro del mundo. Moscú: Nauka.

 

 

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