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Forma y Función

Print version ISSN 0120-338X

Forma funcion, Santaf, de Bogot, D.C. vol.23 no.1 Bogotá Jan./June 2010

 

ANÁLISIS DE LAS REGLAS DE INTERACCIÓN Y NORMAS
DE INTERPRETACIÓN DEL EVENTO COMUNICATIVO EL "LEVANTE"
EN BARES Y DISCOTECAS DE MÚSICA ELECTRÓNICA
DE CHAPINERO Y LA ZONA ROSA EN BOGOTÁ
*

ANALYSIS OF INTERACTION RULES AND NORMS
OF INTERPRETATION OF THE COMMUNICATIVE EVENT "EL LEVANTE"
(PICKING SOMEONE UP) IN BARS AND CLUBS OF ELECTRONIC MUSIC
IN CHAPINERO AND ZONA ROSA, BOGOTÁ

Gloria Jeanette Rincón Aponte
Universidad Nacional de Colombia, Bogotá
gloriayanethr@hotmail.com

Artículo de investigación recibido 09-09-2010, aceptado 30-08-2010


Resumen

Este artículo explica las reglas de interacción y las normas de interpretación del evento comunicativo "el levante". Se denomina así al comportamiento no verbal de seducción en la primera etapa del galanteo. La explicación demuestra la influencia que tiene el rol de género dominante para la seducción en los espacios estudiados. Se expone cómo los hombres y las mujeres reproducen en sus movimientos corporales los estereotipos de comportamiento esperado en la cultura colombiana.

Palabras clave: evento comunicativo, levante, rol de género.


Abstract

This article explains the rules of interaction and norms of interpretation of the communicative event "el levante" (picking someone up). It refers to non-verbal behavior of seduction in the first stage of courtship. The content shows the influence of the dominant genre role for seduction in the observed spaces. It exposes how men and women reproduce in their body movements the expected behavior stereotypes in our culture.

Key words: communicative event, genre role, levante, picking someone up.


Introducción

TRADICIONALMENTE, LOS TRABAJOS de investigación sobre el evento comunicativo han centrado sus análisis en corpus de datos verbales, dejando de lado el estudio riguroso de otros tipos de signos, como los corporales, presentes también en estos eventos. La investigación dirigida por la profesora Ana María Ospina Bozzi titulada "Análisis del evento comunicativo 'el levante' en discotecas y bares de música electrónica en las zonas Chapinero y Rosa en Bogotá"1se enfocó precisamente en estudiar los signos corporales de los participantes del "levante", ya que estos son los que permiten que el evento suceda en dichos espacios.

Este artículo presenta el análisis de las reglas de interacción y las normas de interpretación del "levante". Se encuentra estructurado de la siguiente manera:

- La primera sección presenta el "levante" como problema de investigación.

- La segunda expone los estudios más importantes realizados al respecto.

- La tercera muestra los postulados principales de la etnografía de la comunicación.

- La cuarta describe cómo se creó el corpus.

- La quinta nombra los aspectos más relevantes del proceso de interpretación y análisis de dicho corpus.

- La sexta explica las reglas de interacción.

- La séptima explica las normas de interpretación.

I. El problema de investigación: el "levante"

Scheflen y Scheflen (1976, p. 30) definieron el galanteo como un "patrón de comportamiento recíproco" que tiene por objetivo seducir a otra persona. Aunque los etólogos han comprobado que gran parte del comportamiento corporal del galanteo está determinado por la "adaptación filogenética" (Eibl-Eibsfeldt, 1993, p.25), se ha constatado que existen algunas especificidades relacionadas con el rol de género, lo que hace que el evento presente particularidades según la cultura (Birdwhistell, 1979; Scheflen y Scheflen, 1976; Kendom, entrevistado por Davis, 2000; Sankey, 1998).

El "levante" fue caracterizado como el comportamiento no verbal de seducción durante la primera etapa del galanteo, el cual finaliza con la interacción verbal. En los lugares estudiados, el "levante" se produce mayoritariamente entre parejas compuestas por un hombre y una mujer, o por dos hombres. La investigación se enfocó de manera particular en el estudio del componente no verbal del "levante", puesto que en los bares y discotecas de música electrónica se manejan altos niveles de audio y en consecuencia, la comunicación no verbal, específicamente a través de movimientos corporales, se constituye en un aspecto destacado en las interacciones entre los asistentes.

Desde la perspectiva de Garzón (2004, p. 94) el "levante" es un evento comunicativo, ya que es una "unidad significativa de interacción comunicativa realizada con unos fines y marcado por un inicio y un fin". Dell Hymes (1976, p. 134) creó un modelo para estudiar eventos comunicativos que denominó S-P-E-A-K-I-N-G. Este es un acrónimo donde cada letra se refiere a los elementos que Hymes considera componentes de un evento comunicativo: S representa la situación (situation); P, los participantes (participants); E, los fines (ends); A, la secuencia de los actos (act sequence); K, la clave (key); I, los instrumentos (instrumentalities); N, las normas (norms), y G, el género (genre). Al respecto, Muriel Saville-Troike (1989) reelaboró una propuesta de este modelo que se adoptó para la presente investigación. Para esta autora los componentes del evento son género discursivo, tema, propósito, escenario, clave, participantes, forma y contenido del mensaje, secuencia de actos, reglas de interacción y normas de interpretación.

Frente a este modelo, las preguntas que contesta el artículo son:

- ¿Qué normas y reglas culturales rigen los comportamientos del evento "levante"?

- ¿Se mantiene una estructura hegemónica patriarcal de género en las normas y reglas que rigen en el "levante"?

- ¿Los discursos de emancipación de la mujer se hacen evidentes en el comportamiento femenino del "levante"?

Estas preguntas buscan comprender la influencia que tiene el rol de género validado en Colombia para la seducción en el contexto particular de la comunidad estudiada. Según se explicará, el análisis de las reglas de interacción y las normas de interpretación del "levante" demuestra cómo el rol de género validado en Colombia determina algunos aspectos de dichos componentes.

2. Comportamiento corporal en el galanteo

Ya que el "levante" constituye la fase inicial del galanteo, esta sección ofrece una corta aproximación a las perspectivas desde las cuales se han abordado los comportamientos corporales presentes en este.

Los estudios sobre el tema pueden clasificarse en dos grandes tipos, según estén orientados por un enfoque biológico o por un enfoque cultural y de acuerdo con las disciplinas en las cuales se enmarcan. Los estudios desde el enfoque biológico han sido realizados por etólogos como Eibl-Eibsfeldt (1993), Konrad Lorenz (1984) y Desmond Morris (1980)2. Para estos autores, existen disposiciones programadas genéticamente en el galanteo, por esta razón se puede observar que todos los seres humanos realizan los mismos movimientos corporales sin importar el medio cultural en el cual se encuentren inmersos. En esta perspectiva, es entonces la "adaptación filogenética"3la que determina la disposición innata de comportamiento en los seres humanos ante distintos eventos y la que determina el repertorio innato de movimientos expresivos.

Eibl-Eibesfeldt propone que entre los humanos existe un esquema universal de cortejo presente en hombres y mujeres de diferentes culturas en todo el mundo. Al respecto plantea:

Pareciera que la coreografía del galanteo está inscrita en nuestro psiquismo como resultado del tiempo, la selección y la evolución. Hombres y mujeres de todas las culturas personifican en su vida social, en su trabajo, en sus lugares o puntos de reunión, juegos de atracción y seducción que muestran inquietantes semejanzas, [...] la actitud tímida, el ladeo de la cabeza, el pecho hacia delante y la mirada penetrante posiblemente formen parte de un repertorio estándar de gestos humanos que, usado en determinados contextos, evolucionó como un código para atraer a la pareja. (1993, p. 250)

Este etólogo observó que las mujeres de diferentes lugares del mundo realizan la misma secuencia de cortejo que él denomina "danza cinética", que consiste en algunos movimientos faciales y corporales: sonrisa, levantamiento de cejas, ladeo de cabeza, descenso de los párpados y mirada con el rabillo del ojo. Este investigador notó además en el comportamiento de los hombres "una especie de disposición para el dominio y junto con ella, un placer en dominar", lo que en la conducta sexual femenina corresponde a "una disposición para el sometimiento, con su correlativo placer en someterse" (Eibl-Eibesfeldt 1993, p. 296).

A pesar de su fuerte tendencia innatista, Eibl-Eibesfeldt reconoce que "las diversas culturas presentan una rica variedad de formas de cortejo basado en un repertorio innato de movimientos expresivos" (1993, p. 300). Esta afirmación es confirmada y ampliada por los estudios de corte antropológico sobre el galanteo llevados a cabo por Ray Birdwhistell, Albert Scheflen, Alice Scheflen y Adam Kendom. Según estos investigadores, el comportamiento corporal presenta variación en diferentes culturas.

Albert Scheflen y Alice Scheflen (1976) estudiaron el comportamiento corporal durante el galanteo en los Estados Unidos. Encontraron que hombres y mujeres en "disposición de galanteo" presentan ausencia de flacidez en la cara, disminución de las posturas desgarbadas, reducción del vientre caído y aumento de la pupila. Hallaron también "conductas de acicalamiento" tales como acariciarse el cabello, arreglarse el maquillaje, mirarse al espejo y estirarse la ropa. Con estos movimientos corporales las personas buscan embellecerse para atraer al otro, por lo que denominan a estas conductas como índice de una súbita toma de conciencia del propio yo.

Birdwhistell (1979, p. 45) trabajó con "informadores procedentes de siete sociedades distintas... la china, la clase media y alta de los británicos de Londres, la kutenai, la shuswap, la hopi, los franceses parisinos y los norteamericanos". Sus estudios con dichos informadores le permitieron concluir que cada cultura tiene estereotipos del comportamiento corporal femenino y masculino, ya que los informadores de estas sociedades lograban en sus descripciones distinguir:

Entre el movimiento del varón y el movimiento de la hembra (cuyos aspectos considerados "masculinos" y "femeninos" varían de una sociedad a otra. En todas las sociedades tanto los informadores masculinos como los femeninos no solo distinguían el típico comportamiento [corporal] varonil del típico comportamiento femenino, sino que, cuando se presentaba la ocasión, distinguían varones "femeninos" y hembras "masculinas". (Birdwhistell, 1979, p. 45)

Birdwhistell (1979, p. 45) referencia que en situación de galanteo los hombres y las mujeres norteamericanos exhiben en sus movimientos corporales su "identidad sexual". Para este autor, estos son los movimientos con los cuales se "exhiben los órganos genitales". En el "levante", estos movimientos se evidencian fácilmente en la proyección del pecho y la posición de la pelvis en los actores observados. Este autor precisa al respecto:

Cierto que en determinados contextos la exhibición de la identidad-sexual adecuadamente contestada es un elemento esencial del complejo intercambio que se da entre los seres humanos en el galanteo. No obstante, idéntico comportamiento inadecuadamente presentado puede tener la función contraria: puede impedir el progreso de una interacción que podría culminar en un intercambio personal más íntimo. (Birdwhistell, 1979, p. 47)

En el "levante", los movimientos corporales para seducir a otra persona o aceptar el galanteo influyen para que el evento avance y se logre una primera interacción verbal. Después de entablar una primera conversación, la comunicación no verbal pasa a un segundo plano y es aquí donde el discurso oral es la clave para seducir y/o aceptar el galanteo.

La investigadora mexicana María del Rayo Sankey filmó a una pareja anónima en situación de galanteo en un parque de la ciudad de Puebla en México. Descubrió que el hombre y la mujer analizados disponen sus cuerpos de frente, y "cuando hablan lo hacen de tal manera que su voz sea escuchada por el otro" (Sankey, 1998, p. 107). Esta autora explica que la pareja en situación galanteo realiza "procedimientos cinésicos" para interactuar entre sí. Entre estos procedimientos se encuentran la emisión de señales con el cuerpo para expresar interés en el otro. Cuando uno de los dos no está interesado en el galanteo no emite dichas señales, por ejemplo, voltea el cuerpo o se aleja del otro. Sankey (1998, p. 110) denomina estas señales "procedimientos territoriales".

Rayo, con su análisis, demostró que "cada pauta de comportamiento corporal de un participante se sigue de un comportamiento subsecuente del otro", por ejemplo, si el hombre miraba a la mujer, ella agachaba un poco la cabeza o bajaba la mirada; también si el uno inclinaba el cuerpo, el otro realizaba la misma acción. Rayo (1998, p. 114) coincide con Birdwhistell (1979) respecto a que la interacción está "pautada y ordenada por contextos culturales que imponen reglas sobre el comportamiento [corporal]".

Kendom4, citado por Davis (2000, p. 30), estudió el comportamiento de parejas en parques de Estados Unidos y encontró que las mujeres exhiben su sexualidad para atraer a los hombres (sacando el busto hacia delante y glúteos hacia atrás) y luego se comportan de manera infantil. Por su parte, los hombres exhiben su sexualidad mediante la adopción de una postura aún más erguida y exhibición del tórax. Scheflen y Scheflen (1976, p. 85) informan que los hombres norteamericanos en situación de galanteo suelen ubicar sus pulgares en el cinturón. Davis (2000, p. 35), al respecto, reporta que las mujeres norteamericanas en situación de galanteo muestran las palmas de las manos. Es decir que mientras la fase de exhibición de la sexualidad en ambos sexos presenta los patrones resaltados por los etólogos como universales, los comportamientos infantiles que siguen a él, así como algunas conductas de acicalamiento y movimientos de las manos son específicas en hombres y mujeres norteamericanos.

En las observaciones realizadas en el presente estudio, se evidenció que efectivamente se presentan movimientos corporales que corresponden a los patrones universales propuestos por los etólogos y antropólogos para la fase de exhibición de la sexualidad, por ejemplo, tanto hombres como mujeres durante la primera fase del galanteo, adoptan una posición más erecta que de costumbre, proyectan el pecho hacia adelante, disminuyen el vientre y elevan un poco la cabeza. Igualmente se pudo observar la disposición masculina al dominio y la femenina al sometimiento en el comportamiento visual y proxémico durante las interacciones. Sin embargo, se pudo constatar también que los comportamientos que siguen a la fase de exhibición presentan especificidades y diferencias con respecto a las observaciones hechas sobre las conductas de galanteo de los norteamericanos: las personas observadas no presentan actitudes infantiles (al menos en el "levante"), ni ubican sus manos de la manera como lo hacen los norteamericanos. Por otra parte, se pudo establecer que para el caso estudiado, existen algunas diferencias relevantes entre heterosexuales y homosexuales durante la interacción de galanteo en cuanto a la duración de la mirada y los desplazamientos de aproximación, por ejemplo, entre los homosexuales la mirada es más prolongada y el tiempo de desplazamiento hacia la zona personal es más corto.

Finalmente, si la meta última del galanteo humano es la seducción, es necesario tener en cuenta que los comportamientos corporales presentes en las interacciones para atraer a la pareja no solamente están guiados por el instinto, sino también por el deseo, y las características de este no son universales, sino específicas a cada cultura y sociedad. Mezúa (2005) lo expone de la siguiente manera:

[...] la seducción es producida por el deseo: no es el instinto el que hace a una tailandesa ponerse flores en el pelo, sino el deseo de agradar. No es el instinto el que hacía a nuestras mozas sofisticadas del siglo XVIII coquetear por detrás del abanico, en un juego mitad cómplice mitad culpable de seducción por el lenguaje de los gestos. El deseo es otra cosa. Si el instinto suele ser tenido como incambiable, el deseo cambia en cada época, en cada persona, en cada educación, en cada medio ambiente. (2005)

En este orden de ideas y siguiendo a Butler (2001, p. 64) se puede afirmar que la repetición ritualizada en la interacción con fines de seducción está permeada por las reglas y normas sociales, los tabúes y las prohibiciones que moldean el deseo. Por lo tanto, los roles asumidos por los individuos en el galanteo no solamente se adaptan a las necesidades biológicas de la especie humana, sino que responden a los comportamientos culturales esperados para cada género.

3. Etnografía de la comunicación

La perspectiva adoptada para estudiar el evento comunicativo de "levante" fue la de la etnografía de la comunicación. Esta sección expone brevemente los postulados principales de esta disciplina.

La etnografía de la comunicación es una disciplina que resulta del entrecruce de la antropología y la lingüística. Fue propuesta, a mediados de la década del sesenta, por el sociolingüista y antropólogo norteamericano Dell Hymes. Este autor desarrolló un marco teórico y metodológico para el estudio de la interacción comunicativa en los seres humanos. El objetivo de esta disciplina es la descripción y el entendimiento del comportamiento comunicativo de las personas en comunidades de habla (Saville-Troike, 1989, p. 2).

Moreno (1998, p. 19) define la comunidad de habla como un grupo de personas que tienen en común no solo una lengua, sino también un conjunto de actitudes, normas y valores que hacen que "compartan la misma opinión sobre lo que es vulgar, lo que es familiar, lo que es incorrecto, lo que es arcaizante o anticuado". En esta comunidad, las personas deben adecuar su habla y su comportamiento no verbal a las normas y valores compartidos socialmente para que el conflicto esté minimizado. No obstante, el término comunidad de habla hace referencia al estudio del habla más que de la comunicación en una comunidad particular, por lo tanto, para este caso no se puede hablar de comunidad de habla, pero sí de "hábitat de comunicación" (García, 1999, p. 280) o "comunidad de práctica" (Wenger, 2001, p. 50).

García (1999, p. 280) utiliza el término hábitat de comunicación para referirse a la comunidad de habla, anotando que el hábitat es una red de relaciones sociales y comunicativas, regido por reglas institucionalizadas explícita o implícitamente. Wenger (2001, p. 50) utiliza el término comunidad de práctica para referirse a "la transferencia informal de conocimiento". Este conocimiento se refiere, entre otros, a las normas sociales de comportamiento validadas en una comunidad y no solo se trasmite mediante el lenguaje sino también a través de comportamientos no verbales repetidos y validados por los miembros de una comunidad. Los participantes en el "levante" constituyen una comunidad de práctica al compartir y validar unas determinadas reglas de interacción para el evento estudiado.

El estudio de la comunicación en las comunidades de práctica persigue explicar y comprender la competencia comunicativa requerida en dicha comunidad de práctica. Hymes explica que esta competencia involucra un "conjunto de habilidades y conocimientos que permiten a los hablantes de una comunidad comunicarse" (1996, p. 20). Dicha competencia comprende no solo el producir oraciones gramaticalmente correctas (competencia lingüística), sino también el conocer las reglas de interacción de los diferentes eventos comunicativos que suceden dentro de una comunidad. Los participantes del "levante" deben tener destrezas no lingüísticas para seducir a otra persona. Estas destrezas corresponden a las competencias quinésica y proxémica. La competencia quinésica es la capacidad de comunicarse mediante movimientos corporales, y la competencia proxémica es la habilidad para variar las distancias interpersonales según el propósito que se persiga en la comunicación (Ricci y Zanni, 1990, p. 22).

Las normas y valores culturales de una comunidad son transmitidos en los eventos comunicativos. Para Saville-Troike (1989, p. 3), a los etnógrafos de la comunicación les interesa entender cómo se transmite el significado social, el cual no solo se transmite a través del lenguaje, sino también a través del comportamiento no verbal que asumen mujeres y hombres en un evento. Según Hymes (1964), hay muchos rasgos del orden social y cultural que pueden transmitirse sin ayuda del lenguaje verbal. Este autor recomienda que para lograr establecer hasta qué punto se puede prescindir del lenguaje verbal, se debe determinar "el ámbito de funciones que pueden realizarse sin su ayuda en los diversos grupos sociales, empleando tan solo otros medios de comunicación inferiores" (1964, p. 123). Al respecto, esta investigación logró establecer cómo en el comportamiento no verbal de los actores del "levante" se conservan los roles de género validados en Colombia para la seducción.

Para los intereses que persigue dilucidar este artículo, las normas a las que alude Hymes (1976, p. 134) son las creencias y valores culturales que influyen en cómo se juzga el comportamiento y las acciones comunicativas de los otros. Saville-Troike (1989, p. 154) diferencia reglas de interacción y normas de interpretación. Esta autora precisa que las reglas de interacción son "declaraciones preinscritas de comportamiento" que indican a la gente cómo debería actuar, y están conectadas con los valores compartidos de la comunidad. Las normas de interpretación deben aportar toda la información necesaria acerca de la comunidad y su cultura "la cual es necesaria para entender el evento comunicativo (Saville-Troike, 1989, p. 155). García (1999, p. 307) se refiere a estas normas como "marcos de referencia compartidos". En el "levante", las normas de interpretación tienen que ver con el rol de género aceptado y válido en Colombia para la seducción.

4. Creación del corpus

Es un hecho conocido que la lingüística tradicional requiere para sus análisis la obtención de corpus lingüísticos que registren los fenómenos de la lengua en cualquiera de sus niveles. Esta situación no es ajena a la etnografía de la comunicación, pero, en este caso, el "corpus" se obtiene a partir de la observación del conjunto de situaciones comunicativas que acontecen en el marco de los eventos comunicativos que son objeto de descripción. Por lo tanto, el foco de observación y objeto de descripción de la investigación fue el evento comunicativo "levante", con todos sus componentes.

La autora de este artículo se propuso observar y describir el conjunto de estrategias comunicativas puestas en escena por la comunidad de jóvenes que asisten a bares y discotecas de música electrónica, tratando de dilucidar, a través del análisis de los componentes del evento, cuál es la competencia comunicativa necesaria para lograr el éxito en esta primera fase del galanteo y lo que ella revela sobre la cultura compartida por este grupo de jóvenes.

En consecuencia con lo anterior, la aproximación al objeto de estudio se realizó usando el método etnográfico. La investigadora en este entonces formaba parte de la comunidad estudiada, lo que le ayudó a conocer las reglas de interacción del evento estudiado, detectar las personas en actitud de "levante" y tener ventajas para el ingreso a los sitios estudiados. Estos aspectos indican un punto de vista émico. Por otro lado, el registro de datos en la segunda fase mediante categorías de análisis quinésico y proxémico, y la observación del contexto mediante el modelo S-P-E-A-K-I-N-G indican una perspectiva ética. Estos dos puntos de vista, permitieron tener una visión global del fenómeno estudiado para la interpretación presentada del evento.

Una característica del trabajo etnográfico es poner en evidencia las prácticas comunicativas de una comunidad mediante la participación directa y prolongada del investigador con el grupo estudiado. Duranti (2000) explica que el trabajo de campo por un tiempo prolongado debe perseguir, en primera instancia, la descripción escrita de dichas prácticas. Entre estas prácticas se toman también en consideración los "códigos distintos al habla (gestualidad, ropa) en la constitución del mensaje y sus interpretaciones" (2000, p. 144). Al respecto, el mismo autor señala que

La observación de una comunidad específica no se lleva a cabo desde un lugar distante y seguro, sino desde el interior de las cosas, esto es, participando en tantos eventos sociales como sea posible. Esta combinación difícil pero necesaria de formas de estar con otros y observarlos se denomina: observación participante. (Duranti, 2000, p. 131)

Por lo tanto, los datos se obtuvieron a partir del trabajo de campo en distintos bares y discotecas durante catorce meses cada fin de semana (jueves, viernes y sábado), durante el mes de junio del 2005 hasta el mes de agosto del 2006, usando la técnica de la observación participante. Los sitios estudiados, en este entonces, solían abrir tarde en la noche, a diferencia de otros con diferente estilo de música. Los bares abrían a las 10.00 p.m. y cerraban a las 3.00 a.m. Las discotecas abrían antes de la media noche, pero la gente no llegaba antes de la 1.00 a.m. Estos lugares cerraban entre las 6.00 a.m. y las 11.00 a.m. La observación empezaba, entonces, a las 10.00 p.m., en el caso de los bares, y a la 1.00 a.m., en el caso de las discotecas. Una vez ubicada una persona en actitud de "levante", se iniciaba la observación sistemática de los diversos componentes del evento comunicativo. Tal observación finalizaba cuando los actores del evento en cuestión se aproximaban y establecían contacto verbal, o bien cuando alguno de los miembros de la pareja desistía de sus propósitos por el desinterés manifiesto de la otra persona.

En la estrategia etnográfica, para lograr validez en la interpretación de la información, los datos obtenidos a partir de la observación deben ser complementados con otros obtenidos mediante distintas técnicas, lo que se conoce como el proceso de triangulación y convergencia (Ballén, 2002, p. 49). De acuerdo con lo anterior, la investigadora utilizó también la técnica de la entrevista. Se realizaron dos tipos de entrevista:

a) Enfocadas, dirigidas a expertos en temas de lingüística, género y culturas juveniles, con el fin de discutir las hipótesis surgidas en el proceso de interpretación e indagar sus puntos de vista frente al tema.

b) Informales, dirigidas a personas (conocidas por la investigadora) que frecuentan los sitios de estudio, con el fin de corroborar hipótesis surgidas en la interpretación de los datos, y conocer la historia de lo que se conoce como "rumba electrónica en Bogotá".

La metodología quinésica analiza los movimientos corporales significativos en una interacción a través del hallazgo de patrones de movimientos basados en el estudio de grabaciones. Pero, en situaciones donde no se puedan filmar las interacciones se debe recurrir a otros medios para registrar los movimientos -este fue caso de la presente investigación-. En la primera fase de la obtención del corpus se realizaron registros escritos in situ de las observaciones. Sin embargo, la investigadora se convertía en una especie de "bicho raro" para los asistentes, quienes empezaban a observarla con curiosidad y recelo. A pesar de este hecho, tales registros iniciales fueron útiles pues permitieron una primera aproximación a categorías de análisis cuya sistematización permitió el desarrollo de nuevas técnicas de registro de la información. Estas técnicas consistieron en la observación y memorización de un par de eventos por sesión y su posterior e inmediata consignación en diarios de campo, fichas de registro y baterías para registrar la observación.

La investigadora creó una batería para el registro de movimientos corporales. Este recurso posibilitó enfocar la memoria etnográfica sobre los aspectos que se debían detallar en la observación para registrar en la ficha al llegar a casa. Así, con el paso del tiempo, la investigadora fue desarrollando destrezas de atención sobre los aspectos más relevantes de los movimientos corporales presentes en el evento. Así se logró tener claridad sobre los movimientos corporales que se debían observar específicamente, por ejemplo, ladeo de la cabeza, posición de las manos, etc.

Esta batería está dividida en varias secciones. La primera contextualiza el even-to: fecha, hora, lugar de la observación y descripción del escenario físico (ubicación de sillas, mesas, barra, espejos, colores y detalles de decoración). La siguiente sección está destinada a describir las características físicas del público en general. Esta casilla fue de poca utilidad, ya que la descripción de tantas personas resultaba difícil y no representaba mayor beneficio para los objetivos de esta investigación. La tercera sección tiene por objeto describir si en el transcurso de la noche hay interacciones entre distintos grupos de asistentes. La cuarta sección tiene como propósito registrar las distancias guardadas entre los diferentes grupos de personas.

Finalmente, la quinta sección llamada "sujeto en levante" sirve para especificar los movimientos del cuerpo del actor observado en el lapso comprendido entre el inicio de la interacción hasta el momento en el que se establece un contacto verbal, o hasta el momento en que el "levante" fracasa. Esta sección, a su vez, está dividida en varios aspectos: información de sexo y edad aproximada, descripción de la actitud, posición corporal (parado, sentado), inclinación del cuerpo, tensión muscular, dirección del rostro, expresiones del rostro (detallados por partes), dirección y tiempo de la mirada, posición de las cejas, posición del tronco, codos, brazos, hombros, pecho, manos y pies, comportamiento de acicalamiento y distancias aproximadas entre personas y observaciones varias. La batería completa puede verse en el apéndice A.

Esta batería de observación se utilizó entre junio del 2005 y agosto del 2006. Permitió registrar cincuenta eventos exitosos y cuarenta intentos fallidos de aproximación5. Una vez que se constató que los patrones de comportamiento se repetían, se terminó el proceso de recolección de datos y se inició la interpretación de estos.

5. Interpretación y análisis

Para sistematizar la información obtenida, se elaboraron listados de movimientos corporales para cada género con la información registrada en las baterías de observación. Esta tarea hizo evidente cómo algunos movimientos corporales registrados no resultaban ser significativos en el evento. A continuación, se diseñaron tablas con esta información para contrastar los datos obtenidos. En este proceso se fueron hallando los patrones de comportamiento quinésico y proxémico de los participantes de cada género. El resultado final del hallazgo de los patrones observados se encuentra en la tabla 1. Esta presenta las correlaciones entre movimientos, posiciones del cuerpo, desplazamientos y género de los participantes en el evento de "levante".

La sección "A" de la tabla, primera parte de la columna de la izquierda, presenta los movimientos y posiciones del cuerpo correlacionados con la variable género, de la siguiente manera: i) movimientos de la cabeza, ii) posición y movimientos de las cejas, iii) posición y movimiento de la boca, iv) posición de la espalda, v) posición y movimiento de los hombros, vi) posición del pecho, vii) posición del abdomen, viii) posición de los brazos, ix) posición y movimiento de las manos, x) posición y movimiento de la pelvis, xi) apertura de las piernas y xii) dirección de los pies.

La sección "B" de la tabla, segunda parte de la columna de la izquierda, presenta los desplazamientos del cuerpo correlacionados con la variable género, de la siguiente manera: i) desplazamientos del cuerpo, ii) desplazamientos frontales y iii) desplazamientos de espalda. En las siguientes columnas se marca con una "X" la presencia de los movimientos, posturas y desplazamientos para participantes de cada género estudiado: hombre heterosexual (HHet), hombre homosexual 1(HHom1), hombre homosexual 2 (HHom2), mujer heterosexual (MHet).

Dado que en las observaciones iniciales se notó que los hombres denominados "homosexuales" presentaban dos tipos de comportamiento quinésico y proxémico se establecieron las dos subcategorías hombre homosexual 1 y hombre homosexual 2, teniendo en cuenta que el comportamiento del primero tiene gran parecido con el del hombre heterosexual, mientras que el comportamiento del segundo se acerca al de la mujer heterosexual.

Tabla 1. Correlación entre movimiento, desplazamientos y género



Los datos obtenidos de la muestra fueron procesados también con una herramienta estadística con el fin de corroborar las hipótesis de correlaciones entre género y comportamientos. Los datos obtenidos en cada batería se introdujeron en hojas de cálculo del programa Excel. Para establecer el valor proporcional o porcentual de ocurrencia de cada movimiento corporal según la variable género -mujer (m), hombre heterosexual (h), hombre homosexual 1 (h1) y hombre homosexual 2 (h2)- se realizó un conteo con la función del programa Excel "contar sí", con la cual se halló la cantidad de elementos que cumplen con una condición dentro de cada tipo de variable. Con esta función se obtuvo, del número total de baterías de observación (228), el número de veces que cada variable presentó el movimiento en cuestión.

Después, se calculó un cociente de cada valor observado respecto el número total de elementos en cada variable, obteniendo los valores porcentuales de aparición del movimiento en cada variable. Posteriormente, con esta información y mediante la función "graficar" del programa Excel se establecieron las gráficas de frecuencia de aparición del movimiento para cada variable.

Mediante estas gráficas se corroboró que existen algunos movimientos corporales compartidos entre los participantes y otros diferenciados según el género. También se verificó una hipótesis surgida al inicio del proceso de interpretación sobre diferencias de comportamiento entre los hombres homosexuales: se corroboró estadísticamente que el comportamiento de los homosexuales 1 se parece más al de los hombres heterosexuales, mientras que el comportamiento de los hombres homosexuales 2 se parece en algunos rasgos al de las mujeres. Igualmente, se comprobó que los homosexuales se comportan en algunos aspectos de la misma manera que los hombres heterosexuales, aunque presenten especificidades que los diferencian.

6. Reglas de interacción

Las reglas de interacción para el evento "levante" son los parámetros implícitos de comportamiento esperado en mujeres y hombres, son reglas de actuación validadas culturalmente que, en algunos casos, influyen en los estereotipos de lo que se espera del comportamiento entre las personas. En el "levante", las personas se seducen adoptando diversas estrategias comunicativas mediadas por el cuerpo. Es un ritual de aproximación donde se debe seguir cierta coreografía que corresponde a la "escenificación teatral" planteada por Goffman (2004, p. 50). Desde esta perspectiva, el "levante" puede ser visto como un ritual de interacción efectuado con la competencia quinésica y proxémica de las personas. En el "levante" se deben seguir reglas quinésicas y proxémicas que concuerden con el comportamiento que se espera tengan los hombres y las mujeres, es decir, hay que saber seducir con movimientos del cuerpo para levantar al otro y hay que comportase según un patrón esperado de conducta para que el evento sea exitoso.

De acuerdo con las observaciones realizadas, las reglas básicas que guían el comportamiento quinésico y proxémico para las mujeres en el evento estudiado, son a) ser insinuantes con sus cuerpos, emitir señales de interés, pero no explicitar sus intenciones de seducción, sino, más bien, su disposición a ser seducidas y b) dejar que el hombre tome la iniciativa. Siguiendo tales reglas, las mujeres se paran de manera que se resalten las formas de su cuerpo, realizan el autocontacto corporal con suavidad, miran de soslayo, no sostienen la mirada ante el hombre, y en caso de contacto visual bajan la mirada, y en la mayoría de ocasiones no toman la iniciativa para la aproximación física.

En cuanto al hombre heterosexual, las reglas que guían su conducta quinésica y proxémica son a) resaltar su masculinidad y b) tomar la iniciativa. De acuerdo con esto, miran de frente y sostenido a la mujer, pronuncian un poco el tórax, sacan hacia adelante la pelvis, no realizan el autocontacto corporal de manera frecuente o con suavidad, toman la iniciativa en la aproximación física pero de manera gradual en espacio y tiempo.

Para los homosexuales las reglas que orientan la conducta quinésica y proxémica son iguales que para el hombre heterosexual, con una excepción: sostener la mirada. Este elemento quinésico en el "levante" homosexual juega un papel importante para seducir al otro hombre ya que si ambos actores se sostienen la mirada, es un signo de aprobación de "levante". El sostener la mirada, también impulsa el desplazamiento de cualquiera de los dos actores.

7. Normas para la interpretación

En el levante, las mujeres y los hombres confirman, ratifican y mantienen lo que para la sociedad, en una cultura dada, constituye el ser mujer u hombre: su identidad de género. Colombia es un país patriarcal en donde el machismo todavía está presente. Al hombre se le educa para ser lanzado, decidido, conquistador y tomarse los espacios. La mujer es educada para ser delicada, coqueta, llamar la atención del hombre y ser conquistada, pero no para aproximarse a él y levantárselo. Desde esta perspectiva, la mujer se subordina, en un primer momento, a la decisión masculina en el evento estudiado. Para Ramírez (entrevista), "podría pensarse que hay un apego a las tradiciones, a los comportamientos socialmente convenientes y a lo que se plantea como el deber ser de la mujer ante todo. Pues la mujer es la que debe conservar y mostrar ciertos comportamientos socialmente aceptables para el evento". Los datos analizados corroboran esta afirmación.

Montenegro (entrevista) opina que algunos movimientos del cuerpo son construidos, histórica y culturalmente a partir de imaginarios de lo que deben ser los géneros. El comportamiento quinésico y proxémico observado en las personas heterosexuales estudiadas evidencia el estereotipo de la mujer que permanece a la espera, que insinúa y no deja ver de manera explícita la intención de seducir, frente al estereotipo del hombre como seductor que inicia de manera evidente el "levante", dejando ver su intención de seducción en su comportamiento visual y proxémico. Esta lógica del "levante" se da con base en relaciones de género hegemónicas, en las cuales se mantiene una cierta regulación de los espacios y del cuerpo, y donde el hombre es el que todavía mantiene un cierto control para el evento. Como se observa, la coreografía del "levante" en los espacios estudiados es un índice de las relaciones de género en la cultura colombiana, resultado de los roles esperados para hombres y mujeres, lo que desemboca en un "código de comportamiento controlado y regido por las relaciones de género" (Serrano, entrevista).

Por otra parte, el comportamiento proxémico de hombres y mujeres, en cuanto a la aproximación física, muestra dos tipos de estrategias comunicativas que corresponden al comportamiento esperado. Aunque se podría pensar que el hombre es activo y la mujer pasiva, en realidad, ambos son activos pero de maneras diferentes. La actividad del hombre consiste en desplazarse hacia la mujer, respondiendo a la norma cultural que lo marca como dominante en el "levante", mientras que la actividad de la mujer consiste en emitir señales que provoquen el desplazamiento del hombre, respondiendo a la norma cultural que la marca como sumisa en el "levante". De esta manera, se explícita el patrón de seducción culturalmente determinado, según el cual el hombre conquista y la mujer es conquistada.

Por consiguiente, para que la coreografía del "levante" heterosexual sea exitosa, cada quien debe asumir el rol que se le ha impuesto desde la cultura, eso es el comportamiento socialmente aceptado para cada quién. La primera parte de la coreografía implica pasividad proxémica y comportamiento visual evasivo en la mujer para que el evento continúe y llegue al contacto verbal. No se desconoce que dicha situación cambie a medida que avanza el galanteo y la relación se consolide, pero en primera instancia es el hombre el que tiene el papel activo en el desplazamiento y la mirada. Los comportamientos antes descritos se reproducen en la publicidad y el contenido de las telenovelas. La publicidad destinada para la mujer está enfocada en objetos para lograr la seducción: ropa, maquillaje, perfumes y tratamientos para lograr la formas del cuerpo estereotipadas, entre otros. Así, las mujeres deben comportarse en el coqueteo de determinada manera para atraer al hombre dentro de los límites socialmente aceptados para el rol de la mujer: coqueta, mas no conquistadora.

En Colombia, el que las mujeres sean cada día más "sujetos de derecho más que de deseo"6 (Thomas, entrevista) es producto del trabajo de varios sectores (en especial, académicos) interesados en la igualdad de derechos entre los géneros. Gracias al esfuerzo y trabajo de estos, se han logrado grandes avances en los derechos de las mujeres, pero aún prevalece el machismo en diversos escenarios. El evento estudiado ha demostrado cómo en la primera etapa del galanteo prevalece la decisión masculina para el uso del espacio en la zona personal. En contraste, en países como Dinamarca, donde hay una larga historia en pro de los derechos de las mujeres, el comportamiento de ellas presenta rasgos diferentes para el evento estudiado. Según un informante entrevistado para esta investigación7, las mujeres danesas, en el "levante", sostienen la mirada y se aproximan al hombre, o como se diría en términos coloquiales "se lo levantan". Este aspecto indica que algunos movimientos quinésicos y proxémicos cambian según el contexto.

Los cambios que se han venido impulsando respecto a las condiciones de las mujeres en la sociedad colombiana han influido en la forma en que hombres y mujeres enfrentan la problemática del género. Sin embargo, en Colombia, el discurso de la igualdad entre los hombres y las mujeres en algunos escenarios se queda en el pensamiento más que en la vivencia: lo que deja ver el análisis sobre los heterosexuales es que aún en el primer momento del "levante" el hombre mantiene el control para que el evento avance, la mujer se subordina a la decisión del hombre. Y la prueba de esta afirmación está en el hecho de que en la mayoría de situaciones observadas fue el hombre el que se aproximó a la mujer.

El "levante" heterosexual perpetúa los roles tradicionales asignados a los hombres y las mujeres, pese al discurso de la igualdad de derechos y oportunidades que deben tener hombres y mujeres en la sociedad colombiana. Este discurso debería afectar decisiones no solo a nivel político, sino un cambio en el comportamiento de hombres y mujeres en diferentes eventos, para que en verdad haya igualdad de oportunidades.

Se observa que el "levante" es el evento más vedado y menos cuestionado para un cambio en las relaciones de género. Se coincide con Serrano (entrevista) cuando afirma: "el 'levante' parecería ser un espacio donde no se tocan los modelos tradicionales de género". La mujer, al no tomar iniciativa para la aproximación física o no sostener la mirada, se está comportando según dicta el dicho popular "el hombre propone y la mujer dispone". En la cultura colombiana es censurable el comportamiento de la mujer que seduce de manera explícita, ya que puede ser catalogada como una mujer "fácil" o como mujer que se comporta de manera masculinizada. El análisis del evento estudiado muestra que los actores no ponen en duda la jerarquía del género y las relaciones de poder tradicionales.

Al inicio de la investigación existía la hipótesis de que en la rumba electrónica heterosexual los actores presentarían tendencias diferentes de comportamiento en las relaciones de género, basándonos en el supuesto de que los discursos políticos de igualdad de oportunidades para los géneros estaban integrados en las creencias de las personas estudiadas. Según entrevistas realizadas a personas inmersas en lo que se conoce como "escena electrónica", esta situación se mantuvo en los inicios de la fiesta electrónica, específicamente, en los ravers8 . Según los entrevistados, la comercialización de este tipo de música hizo que todo tipo de gente empezara a frecuentar la escena, y quizás por eso se encuentra una tendencia, en lo que respecta a los roles tradicionales de género, similar a aquella que se produce en otros espacios con otro tipo de música.

El "levante" homosexual está diferenciado del heterosexual, especialmente, en el comportamiento visual y proxémico. El hecho de que los hombres homosexuales tengan el mismo patrón visual de comportamiento que los heterosexuales (en el cual se sostiene la mirada sin bajarla) y tengan el mismo comportamiento proxémico (moverse sin esperar que el otro se aproxime) indica que se trata de dos hombres que se conquistan. Son hombres que han sido educados bajo el mismo modelo patriarcal de ser conquistadores, de ser activos en la seducción, por eso se sostienen la mirada y no esperan a que el otro decida aproximarse: "son dos machos alfa, por eso se sostienen la mirada" (Montenegro, entrevista).

También se observa que hay diferentes formas de expresión de la homosexualidad, y esto se ve reflejado en el comportamiento quinésico. El hecho de que el homosexual 2 produzca algunos movimientos "femeninos" no indica que se trate de una "loquita" (expresión peyorativa para referirse a las personas con cierto tipo de comportamiento afeminado), sino que es otra forma de expresión de la sexualidad que no sigue el patrón quinésico masculino tradicional en Colombia. Serrano (entrevista) opina que en el ámbito homosexual hay una pluralización de las masculinidades y por eso se encuentran diversas formas de ser y de vivir la homosexualidad: "se plantean diversos modelos de asumir la homosexualidad. Hay un ejercicio constante, no solo de demostrar que la masculinidad es artificial y que hay muchas maneras de jugar a ser masculino".

Conclusiones

En este artículo se analizaron las reglas de interacción y las normas para la interpretación del evento "levante" en bares y discotecas de música electrónica de las zonas Chapinero y Rosa en Bogotá, desde el modelo teórico de la etnografía de la comunicación propuesto por Dell Hymes. Las personas se levantan haciendo uso del cuerpo, siguiendo normas o marcos culturales reconocidos socialmente que se reflejan en los roles de género. Un avance importante para los estudios de galanteo que aporta la investigación fue mostrar cómo el "levante" es un comportamiento altamente controlado y regido por los roles de género reconocidos y validados en la cultura colombiana. La competencia comunicativa exigida para el evento implica que quienes se involucren asuman roles de género (masculino-femenino), independientemente de su opción sexual.

Según se explicó, los parámetros implícitos de comportamiento esperado en hombres y mujeres, es decir, el conocimiento socialmente producido e interpretado (Hymes, 1976, p. 122) corresponde a los estereotipos de género masculino y femenino reconocidos de manera mayoritaria en la cultura colombiana. Estos parámetros determinan las reglas de interacción que caracterizan el "levante". Las reglas a seguir corresponden a comportamientos quinésicos y proxémicos, es decir, a un conjunto de movimientos corporales y a unos usos del espacio físico por parte de los participantes.

Una propuesta que se deriva de este estudio es que las interacciones de galanteo podrían ser reconsideradas por los jóvenes como espacios privilegiados para tener presente cambios necesarios en los roles tradicionales de género. En este sentido, y siguiendo la interesante sugerencia de Esteban (2004, p. 31), la investigación no pretendió reiterar la victimización de las mujeres, sino producir una reflexión en torno a la necesidad de algunos cambios en los roles de género en concordancia con la coyuntura histórica actual. En esta dirección se plantean, como perspectiva futura de investigación, dos preguntas:

- ¿Cómo influyen los medios de comunicación en los roles de género validados en Colombia para el evento "levante"?

- ¿Hasta dónde los hombres y las mujeres heterosexuales en la cultura colombiana están dispuestos y quieren un cambio de roles en el galanteo?

Apéndice A
Batería de observación del "levante"



Entrevistas

- Montengro, L., mayo de 2007, Bogotá.

- Ramírez, M., agosto de 2007, Bogotá.

- Serrano, mayo de 2007 y noviembre de 2008, Bogotá.

- Thomas, F., septiembre de 2007, Bogotá.


* Este artículo surge de la tesis de maestría de Lingüística de Gloria Jeanette Rincón Aponte, dirigida por la profesora Ana María Ospina Bozzi y presentada en 2009.

1 La autora de este artículo agradece su orientación, sugerencias y críticas a lo largo de la investigación.

2 Agradezco al profesor Roberto Perry (Departamento de Lingüística de la Universidad Nacional de Colombia) por señalarme la importancia de tener en cuenta los hallazgos de los etólogos para mi análisis.

3 Eibl-Eibesfeldt (1993, p. 25) explica en qué consiste esta adaptación filogenética: "a lo largo de la filogénesis se desarrollaron estructuras en el sistema nervioso central que permiten almacenar en la memoria experiencias individuales como engranajes evocables, de modo que sobre la base de estas experiencias se pudiesen reorientar comportamientos futuros".

4 Entrevistado por Flora Davis.

5 En esta investigación se denomina evento exitoso aquel donde el " levante" avanza y llega al contacto verbal. Evento fallido es aquel donde los actores no llegan a establecer contacto verbal.

6 Thomas, Florence, en conversación efectuada para esta investigación en el mes de septiembre de 2007, explicó cómo las mujeres históricamente en la sociedad occidental han tenido que luchar para ser consideradas sujetos con los mismos derechos que los hombres y no solo objetos de reproducción sexual y deseo del hombre.

7 Castillo, Douglas, colombiano residente en Dinamarca desde hace diez años.

8 Una rave, o como es llamado en inglés rave party o free party, es un evento de música y baile que dura toda la noche y, en ocasiones, incluso parte del día siguiente.


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