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Forma y Función

versión impresa ISSN 0120-338X

Forma funcion, Santaf, de Bogot, D.C. vol.28 no.1 Bogotá ene./jun. 2015

 

JOSÉ JOAQUÍN MONTES GIRALDO: UN PARADIGMA PARA LAS NUEVAS GENERACIONES DE LINGÜISTAS EN COLOMBIA

Mariano Lozano Ramírez

Departamento de Lingüística, Literatura y Filología; Facultad de Filosofía y Ciencias Humanas; Universidad de La Sabana, Bogotá – Colombia


Introducción

Hace apenas un año, cuando recibíamos la noticia de la desaparición de don José Joaquín Montes Giraldo, sentíamos con tristeza y desazón la pérdida del amigo, del investigador y del maestro que desde siempre compartió con nosotros la llama de los más preciados conocimientos en la ciencia del lenguaje. Hoy, después de este lapso, lo recordamos con inmensa gratitud y comprendemos que su legado es y será siempre uno de los grandes faros que iluminen el camino de las investigaciones sobre cambios, variaciones e innovaciones en el campo de la lingüística española contemporánea, especialmente, desde la dialectología, rama de la lingüística a la que dedicó una buena parte de su vida y de su desempeño intelectual, para dar a conocer, a propios y a extraños, la realidad de la lengua en Colombia.

La investigación científica que desarrolló durante tantos años, en la vieja casona de la Hacienda Yerbabuena, dada a conocer desde las prensas editoriales de la Imprenta Patriótica del Instituto Caro y Cuervo, mediante conferencias, glosas, ponencias, artículos, ensayos, traducciones y libros, entre otros textos, le ganó el reconocimiento de la comunidad académica; galardón que solo obtienen las personas que, con tesón y trabajo constante, logran un sitio en los más altos lugares de la cultura intelectual.

Don Joaquín fue uno de esos personajes que sin proponérselo alcanzó el tan esquivo reconocimiento por su trabajo intelectual y su aporte a la lingüística en general. Nunca hizo alarde alguno de su vida y de su obra. Estuvo lejos del falso brillo y de la vana palabrería. Siempre se le vio tranquilo, silencioso y seguro de su pasión intelectual. Su sabiduría, modestia, sencillez y especial manera de ser fueron los rasgos que lo caracterizaron a lo largo de su periplo vital.

Por tal razón, estas pocas líneas tienen como objetivo presentar en pequeñas pinceladas algunos rasgos de su vida y su obra, para recordar al amigo, al docente, al investigador y al inolvidable maestro de la dialectología colombiana e hispanoamericana.

Vida y obra

Empezaré diciendo, a modo de introducción, que de su vida y su obra ya se han ocupado algunos investigadores de manera exhaustiva con gran acierto y buena pluma. Entre ellos, tenemos de un lado, el estudio bio-bibliográfico realizado por Ricardo Ramírez Caro (2003) —que recoge la inmensa actividad investigativa y científica de don Joaquín Montes (1954-2003), ahora complementada con el trabajo bibliográfico1 de doña María Luisa Rodríguez de Montes, quien ha seguido con mucho tino la huella de los estudios de don Joaquín (2004-2013), labor que actualiza la bibliografía publicada por el Instituto Caro y Cuervo en 2003— y, de otro, el trabajo elaborado por el profesor Rubén Arboleda (2005), que permite ver en su extensión las proyecciones de la obra de don José Joaquín, la laboriosidad del incansable investigador, la exigencia a sí mismo y el sentido del deber, pues siempre lo desveló el estudio, el conocimiento del español de Colombia y la unidad del español de España y de América.

En consecuencia, y de acuerdo con el objetivo de este trabajo, solo diré, de manera breve, que nació en Manzanares, Caldas, el 14 de septiembre de 1926, en el seno de una familia campesina, como muchos de nuestros conciudadanos, y murió en Bogotá el 11 de febrero de 2014, después de una penosa enfermedad unida a los achaques propios de la edad. Sus primeros años de vida los pasó al lado de sus padres; de ellos aprendió los valores esenciales de la vida y de la persona humana. Hizo los estudios de primaria en la escuela rural de su municipio y los de secundaria en la Normal Departamental de Varones de Manizales, los que terminó en el colegio Camilo Torres de Bogotá.

Desde muy temprano descubrió su interés por los idiomas y se dedicó a ellos por cuenta propia. Estos primeros estudios lingüísticos le abrieron el camino hacia la investigación del español colombiano y de las lenguas indígenas que, a pesar de los embates de la población blanca, sobreviven en el suelo patrio. Ya en Bogotá, en 1953, regentó como docente en algunos colegios de la capital y, unos años más tarde, como profesor titular de la maestría en lingüística española, en el Seminario Andrés Bello, del Instituto Caro y Cuervo y otros centros de educación superior. Recibió el título de licenciado en Filosofía y Letras en la Universidad de La Salle y el de magíster en Lingüística en el Seminario Andrés Bello.

El creciente deseo por encontrar un lugar para desarrollar sus conocimientos y su acendrado amor por la lengua, lo llevó, en 1954, a golpear la puerta de la más grande institución colombiana en el campo de la ciencia del lenguaje, el Instituto Caro y Cuervo, que por aquel entonces se dedicaba a la continuación del Diccionario de Construcción y Régimen de la Lengua Castellana, obra del filólogo bogotano don Rufino José Cuervo, y a la preparación del proyecto de investigación más ambicioso e importante sobre el español que usan los colombianos en las distintas regiones rurales del país, el Atlas Lingüístico-Etnográfico de Colombia (ALEC).

Allí, en el Caro y Cuervo, fue aceptado, después de haber recibido cursos de diversas materias lingüísticas, para trabajar al lado del profesor español Tomás Buesa Oliver y don Luis Flórez, alma y nervio de esta gran empresa de la dialectología nacional. Inició su trabajo como estudiante, luego, auxiliar de investigación, posteriormente, profesor de Dialectología, en el Seminario Andrés Bello, investigador titular en el Departamento de Dialectología y, finalmente, tras la muerte del doctor Flórez, jefe del Departamento de Dialectología hasta su retiro del Instituto, por voluntad propia, en 1996.

Para él fue su primer y más importante trabajo de investigación y el que marcó el rumbo de su vida académica. Gracias a este, el Instituto Caro y Cuervo, y el país en general, puede mostrar con gran satisfacción la obra del profesor Montes como un paradigma para las nuevas generaciones de lingüistas colombianos.

Su obra es, en verdad, un maravilloso legado y un gran ejemplo para seguir, sobre todo hoy cuando los estudios de lengua van por nuevos caminos y los métodos de la investigación lingüística se aventuran en diversos campos disciplinares, dejando de lado, en muchos casos, la investigación en los niveles de la lengua (fonético, fonológico, morfosintáctico, semántico y léxico) es decir, el estudio de la lingüística como tal, lo que permite conocer la estructura y el funcionamiento de la lengua en el uso social, real y actual. Reclamo que, junto con don Carlos Patiño, hicieron, sin ser escuchados, a los encargados de la educación superior, especialmente, de los programas de pregrado y de las maestrías en lingüística que se imparten en pequeños y grandes centros de formación de posgrado.

Desde el Instituto Caro y Cuervo, don Joaquín Montes al lado de don Luis Flórez y de un grupo de investigadores internacionales —Tomás Buesa Oliver, Manuel Alvar, Germán de Granda y Julio Fernández Sevilla (quienes realizaron algunas encuestas y dictaron cursos de lingüística, dialectología, lexicografía y lexicología a investigadores y alumnos del Seminario Andrés Bello)— y nacionales —Jennie Figueroa, María Luisa de Montes, Marina Dueñas, Jesús M. García, Siervo C. Mora y Mariano Lozano, investigadores de planta del Departamento de Dialectología—, lograron la hazaña más significativa de la investigación lingüística en un territorio tan vasto como el nuestro: recorrer el país (262 localidades); recoger mediante cuestionario (16 temas, aplicados en el terreno a hombres y mujeres nativos, con edades entre los 30 y los 60 años) la información suficiente sobre la vida espiritual y material de las gentes; comprobar la presencia y el uso de las formas léxicas en las diversas regiones de Colombia; analizar los materiales recogidos; poner en mapas esos registros del habla rural colombiana; presentar en cartas geolingüísticas y etnográficas el dato lingüístico y elaborar el más grande documento dialectal que hoy Colombia muestra con orgullo, no solo por el trabajo realizado, sino por ser el ALEC el primer atlas de un territorio nacional en el mundo hispánico.

Los materiales del ALEC, antes y después de ser publicados (aunque queda mucho por estudiar de estos materiales), se constituyeron en el insumo que permitió a los miembros del Departamento de Dialectología del Instituto y, en especial, a don Joaquín, por el interés en ellos, la publicación de la mayor parte de su obra lingüística (libros, artículos, ensayos, entre otros) (Ramírez, 2003) y también la elaboración de su constructo teórico sobre la dialectología colombiana e hispanoamericana (Montes, 1995). Por consiguiente, la obra de Flórez, Montes y de los investigadores del Departamento, en su conjunto, mostró a Colombia y al mundo en general una nueva forma de estudiar la lengua, la dialectología y la geolingüística, labor que consolidó la primera y única escuela dialectológica en nuestro país, iniciada con bastante acierto por don Luis Flórez mediante las lecciones de dialectología y las encuestas para el ALEC, sustentadas, por supuesto, en el trabajo del grupo del Departamento en el campo dialectal y consolidada en las aulas del Seminario Andrés Bello con la presencia magistral de don Joaquín Montes Giraldo, innegable continuador de la obra que empezó años atrás don Luis Flórez, fundador y primer director del Departamento de Dialectología del Instituto. Es importante recordar aquí que el primer dialectólogo colombiano fue don Rufino José Cuervo con sus Apuntaciones críticas sobre el lenguaje bogotano, obra considerada el punto de partida de la lingüística hispanoamericana y el inicio de los estudios dialectales en Colombia y Suramérica.

Don José Joaquín Montes Giraldo, sin lugar a dudas, fue un gran ser humano, uno de los investigadores más importantes en el ámbito de nuestra cultura nacional, especialmente en el campo de la lingüística; destacado pedagogo, lingüista y gran impulsor de los estudios dialectales en Colombia. Persona buena, franca, sencilla y humilde con su saber, ejemplo del tesón y del trabajo bien hecho, amigo sincero y constante guía en el campo de su conocimiento intelectual.

Don José Joaquín Montes y su aporte a la investigación lingüística en Colombia

Es bien sabido y reconocido, en el campo de la investigación lingüística colombiana, que don José Joaquín Montes sintió desde muy temprana edad especial interés por los estudios de lengua y que su mayor preocupación fue mostrar a propios y extraños cómo es el hablar de los colombianos en los distintos rincones de la geografía nacional (basado en los materiales del ALEC, Tomos I-VI) y construir un marco teórico general de la dialectología y su relación con otras disciplinas conexas, entre ellas, la sociolingüística y la etnolingüística (Dialectología general e hispanoamericana).

Su obra, inmensa y valiosa, es considerada uno de los más grandes aportes al conocimiento del español que se habla en Colombia, a la dialectología colombiana e hispanoamericana y a la lingüística en general. Todo lo anterior lo demuestran sus más de veinte libros, 280 artículos publicados en revistas nacionales e internacionales (y otros manuscritos que se quedaron en su archivo personal, sin ver, hasta ahora, la luz editorial), además de las ponencias presentadas en congresos, simposios o reuniones sobre el español, los prólogos a trabajos de diversos colegas, las traducciones de obras y artículos varios, junto con las 400 reseñas o más de libros y revistas, editadas en el Boletín del Instituto Caro y Cuervo (Thesaurus) y en otras publicaciones de renombre internacional (Lozano, 2005b).

Entonces, escribir unas breves notas o pinceladas sobre don Joaquín Montes y sus aportes a la investigación lingüística en Colombia, uno de los pocos colombianos que ostenta silenciosamente tantos títulos acumulados a lo largo de la vida por su compromiso con la lengua colombiana, su tesón y su don de gente; persona que supo representar siempre la cultura lingüística nacional con altura, decoro e importancia, en foros, paneles, simposios, seminarios, congresos y conferencias nacionales e internacionales, no es tarea fácil.

Sin embargo, para esta ocasión, lo haré de manera puntual, pero muy resumida, respetando el trabajo exhaustivo de Ramírez Caro (2003) y las proyecciones de la obra de Montes, realizada por Arboleda (2005). La actividad académica de don Joaquín y sus aportes a la lingüística giran en torno a su pasión y preocupación por el destino y futuro de la lengua colombiana, las que dejó plasmadas en la investigación realizada en el Departamento de Dialectología del Instituto Caro y Cuervo y Cuervo, la docencia en el Seminario Andrés Bello (cátedra de dialectología), el trabajo en la Academia Colombiana de la Lengua, en la Asociación de Academias de la Lengua, y en su participación en eventos nacionales e internacionales con temas sobre el español y su futuro en el mundo globalizado de hoy, fruto de su interés por la investigación lingüística en Colombia.

Entre estas actividades, desarrolladas en diversos campos de la lengua y disciplinas lingüísticas, tenemos: el Atlas Lingüístico-Etnográfico de Colombia (tomos I-VI); El español de Colombia: propuesta de clasificación dialectal; el Glosario lexicográfico del alec; Muestra del léxico de la pesca en Colombia; Medicina popular en Colombia; El maíz en el habla y la cultura popular de Colombia; Motivación y creación léxica en el español de Colombia; Estudios sobre el español de Colombia y Otros estudios sobre el español de Colombia (estos dos tomos recogen una parte de su producción lingüística publicada en notas, artículos y ensayos); Dialectología general e hispanoamericana. Orientación teórica, metodológica y bibliográfica; Del habla culta de Bogotá (estudio coordinado del español culto en el mundo hispánico) y del español hablado en Bogotá: Relatos semilibres de informantes pertenecientes a tres estratos sociales; Análisis previo de su estratificación social; Anotaciones lingüísticas y correcciones idiomáticas; Idioma, nación, norma, Academia; El idioma español. Una perspectiva desde Colombia; El español de Colombia y las lenguas indígenas; contribución en la obra El lenguaje en Colombia Tomo I: realidad lingüística de Colombia; en el Nuevo diccionario de americanismos; en el Nuevo diccionario de colombianismos Tomo I: en el Breve diccionario de colombianismos; colaboración en la redacción del Diccionario de construcción y régimen de la lengua castellana como miembro de la Comisión revisora de monografías; además de otras incursiones en las lenguas indígenas, en la sociolingüística, en la etnolingüística, el contacto de lengua, los extranjerismos y los anglicismos en el español de Colombia (influjo, efecto y profundidad) y las correcciones idiomáticas; así mismo, notas y apuntes sobre los trabajos en el Instituto Caro y Cuervo, casa de altos estudios lingüísticos que lo vio crecer y a quien le entregó el fruto de su conocimiento intelectual. También, los aportes desde su magisterio profesoral para la formación de los magísteres en lingüística española que ahora se desempeñan como docentes investigadores en las áreas de lengua en diversas universidades nacionales y extranjeras.

De igual manera, sobre su obra y sus aportes a la lingüística, son varios los reconocimientos y homenajes realizados: en Popayán (2000) XXI Congreso Nacional de Lingüística, Literatura y Semiótica, Universidad del Cauca, y en Bogotá (2014) XXVIII Congreso Nacional de Lingüística, Literatura y Semiótica y II Congreso Internacional de Lingüística, Universidad Nacional; también, el homenaje impreso realizado por el Departamento de Dialectología del Instituto Caro y Cuervo (Lozano, 2005b) y los homenajes hechos por la Alcaldía de Manizales y el Instituto Caldense de Cultura. Sin dejar de lado el epistolario que María Luisa Rodríguez de Montes conserva con tanto celo en su casa de habitación; importante correspondencia (recibida y respondida) que don Joaquín mantuvo con amigos y personalidades del mundo (lingüistas y dialectólogos), son más de 200 misivas que provienen de aproximadamente 28 países (datos aportados por doña María Luisa Rodríguez de Montes). En síntesis, hablar sobre Joaquín Montes y sus aportes a la lingüística es hablar de la lengua en Colombia: presencia, evolución y futuro; de la norma, la política lingüística y las correcciones idiomáticas; de los cambios, las variables y las variantes de la lengua en el uso; del contacto de lengua; de las lenguas indígenas; de la dialectología y la geolingüística, es decir, hablar del hombre y del español de América y de España.

De su trabajo en el Atlas Lingüístico-Etnográfico de Colombia mucho se ha dicho, como también de su actividad intelectual, junto con la de don Luis Flórez, en el desarrollo de la dialectología aplicada al campo del español colombiano. Sin olvidar, por supuesto, dentro de las investigaciones dialectales, el trabajo cimero de aquella primera época (1867) en los estudios de lengua en Colombia, las Apuntaciones Críticas sobre el lenguaje bogotano, obra de don Rufino José Cuervo que abrió el camino de la dialectología en nuestro país. Por otra parte, aunque del ALEC, enjundioso e importante trabajo hecho por investigadores del Instituto Caro y Cuervo, con el método de la geografía lingüística y la aplicación de los desarrollos teóricos de la ciencia del lenguaje, se haya dicho bastante, siempre queda algo por decir.

Por lo tanto, en justicia y reconocimiento académico a don José Joaquín Montes Giraldo por su gran aporte al conocimiento de las variedades regionales en Colombia, conviene mencionar, además de sus cientos de artículos y publicaciones grandes y pequeñas, que han ocupado muchas páginas en revistas nacionales e internacionales, su excepcional contribución a los estudios en el campo de la teoría dialectal colombiana e hispanoamericana, obra titulada Dialectología general e hispanoamericana. Orientación, teórica, metodológica y bibliográfica (1970, 1982, 1987 y 1995), libro que ubica la dialectología en el concierto lingüístico general, presenta los conceptos básicos de esta disciplina: lengua, lenguaje, habla, innovación, cambio, norma, dialecto, sociolecto, tecnolecto, jerga, argot, etc., y presenta hondas reflexiones sobre relación y diferencia entre la dialectología y la sociolingüística, es decir, lo interlingüístico, lo intralingüístico y lo extralingüístico que tiene que ver con la creación, el uso y la relación entre las lenguas.

Hasta ahora en Colombia nada ha superado este importante aporte teórico, metodológico y bibliográfico sobre la dialectología en general y, en particular, en Hispanoamérica, obra que permitió, en verdad, el desarrollo de esta disciplina y orientó los estudios y las investigaciones en este apasionante campo de la lengua castellana en América y en España. Los avances de esta disciplina en Colombia, expuestos con gran rigor científico en la obra del profesor Montes, guardan relación con los trabajos de Gilliéron, Manuel Alvar, Germán de Granda, Tomás Buesa Oliver, Julio Fernández Sevilla, E. Coseriu, Juan M. Lope Blanch, entre otros, quienes también contribuyeron con sus estudios a la fundamentación de una disciplina que, por aquel entonces, estaba en boga y era reconocida como la que más aportaba al desarrollo de la ciencia del lenguaje.

Infortunadamente, hoy por hoy, algunos estudiosos pretenden negar, con sus opiniones, un trabajo, un método (la geografía lingüística) y una disciplina (la dialectología) que todavía está activa y contribuye sustancialmente con la evolución y los avances de la lingüística actual.

Recordemos que la diferencia entre los estudios lingüísticos está en el objetivo de la investigación. Así que los estudios de una lengua no se agotan ni se alcanzan solo con la investigación diastrática puntual, es decir, con la investigación estratificada del habla en su funcionamiento comunicativo; es necesario continuar con las investigaciones diatópicas, ya no solo en los campos o pequeñas ciudades, sino dentro de los grandes centros urbanos, divididos en pequeñas regiones a las que se les ha de aplicar una red geográfica dentro de la distribución u organización de esos colectivos humanos. (Lozano, 2005a, p. 133)

Ahora bien, si seguimos las orientaciones y la proyección de los estudios de don José Joaquín Montes Giraldo, la dialectología continúa viva en el quehacer lingüístico nacional y mundial, ya que ahora no se justifica estudiar las variedades diatópicas sin estudiar al mismo tiempo las diastráticas, porque estas constituyen una variedad territorial y es lo que se hace hoy con los estudios urbanos o de las grandes ciudades (dialectología social o pluridimensional). Dicho en palabras de Montes, y para delimitar estos dos campos (dialectología y sociolingüística):

la dialectología debe ser la descripción de los dialectos, subsistemas o variedades de un idioma y de su articulación en el diasistema. Y la sociolingüística puede centrarse en la interidiomática: todo lo que hace relación a las lenguas en cuanto a entes sociohistóricos, en el fondo políticos, y sus diversas funciones sociales, relaciones entre sí y con otras entidades sociohistóricas. (Montes, 1999, p. 540)

Así pues, el nombre de don José Joaquín Montes Giraldo evoca en muchos profesores de lengua castellana, en los académicos de este país y en otros tantos del mundo hispánico —pero especialmente en quienes tuvimos la fortuna de contar con su amistad incondicional— las sabias enseñanzas de un profesor humilde, pero grande, publicadas en sus textos y orientadas desde las aulas del Seminario Andrés Bello (el docente), su oficina en la Hacienda Yerbabuena del Instituto Caro y Cuervo (el investigador), la Academia Colombiana de la Lengua (el académico) y, finalmente, desde su casa, en el barrio La Candelaria de Bogotá (el ser humano). Además, nos recuerda que en todos y cada uno de estos lugares estuvo atento a resolver la duda o inquietud, en asuntos de lengua, por pequeña que esta fuera y a colaborar en los temas de su pasión intelectual: el español de Colombia y el español de España.

Para finalizar con estas pocas pero sentidas líneas con las que quiero expresar mi cariño, recuerdo, respeto y profundo reconocimiento a mi gran amigo, a mi jefe en el Departamento de Dialectología del Instituto Caro y Cuervo y a mi maestro, quien con Don Luis Flórez me enseñaron, desde los trabajos para el ALEC, en el Instituto Caro y Cuervo y durante las encuestas, el camino del apasionante mundo de la dialectología colombiana. Diré que, con su muerte, todos perdimos al amigo, al hombre sincero, sencillo y bueno, al profesor, al académico, al investigador que desde cualquier lugar y en cualquier momento siempre tuvo una palabra para compartir con nosotros sus conocimientos y las manifestaciones de especial aprecio. La academia colombiana y la lingüística española perdieron a uno de los investigadores más serios, rigurosos e importantes que, desde la provincia colombiana (Manzanares, Caldas), un día llegó a la gran ciudad para brindarle a Colombia y al mundo el fruto de sus desvelos, su experiencia y sus conocimientos en el campo de la lengua y de la dialectología colombiana. Nos deja usted, profesor Montes, su legado y su ejemplo de vida como paradigma para las generaciones de lingüistas que vendrán en el futuro a continuar su obra.

De nuevo, profesor Montes, paz en su tumba.


1 Artículo en proceso de publicación por parte de la Academia Colombiana de la Lengua.


Referencias

Arboleda, R. (2005). Proyecciones de una tradición lingüística (versión aumentada). Homenaje a José Joaquín Montes Giraldo. Estudios de Dialectología, Lexicografía, Lingüística General, Etnolingüística e Historia Cultura (pp. 3-52). Bogotá: Instituto Caro y Cuervo.         [ Links ]

Flórez, L. et al. (1981-1983). Atlas Lingüístico-Etnográfico de Colombia (ALEC) (Tomos I-VI). Bogotá: Instituto Caro y Cuervo.         [ Links ]

Lozano, M. (2005a). El ALEC y la geografía lingüística: vigencia de un método. Homenaje a José Joaquín Montes Giraldo. Bogotá: Instituto Caro y Cuervo.         [ Links ]

Lozano, M. (Ed.). (2005b). Nota de presentación. Homenaje a José Joaquín Montes Giraldo. Estudios de Dialectología, Lexicografía, Lingüística General, Etnolingüística e Historia Cultural. Bogotá: Instituto Caro y Cuervo.         [ Links ]

Montes, J. (1999). La Dialectología. El Departamento de Dialectología. Cincuenta años de labores. Thesaurus. Tomo LIV, número 2, p. 540.         [ Links ]

Montes, J. (1995). Dialectología general e hispanoamericana. Orientación teórica, metodológica y bibliográfica (3ª ed., reelaborada, corregida y aumentada). Santafé de Bogotá: Publicaciones del Instituto Caro y Cuervo, XCI.         [ Links ]

Ramírez, R. (2003). José Joaquín Montes Giraldo. Biografía y Bibliografía. Serie Bibliográfica XVIII. Bogotá: Instituto Caro y Cuervo.         [ Links ]