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Forma y Función

Print version ISSN 0120-338X

Forma funcion, Santaf, de Bogot, D.C. vol.30 no.1 Bogotá Jan./June 2017

https://doi.org/10.15446/fyf.v30nl.62405 

doi: http://dx/doi/org/10.15446/fyf.v30nl.62405

QUEDAR: CAMBIO DE ESTADO Y LOCACIÓN EN EL ESPAÑOL DE MÉXICO*

QUEDAR: CHANGE OF STATE AND LOCATION IN MEXICAN SPANISH

QUEDAR: MUDANÇA DE ESTADO E LOCAÇÃO NO ESPANHOL DO MÉXICO

Ana Gabriela González Martínez**
Universidad Autónoma de Querétaro, México
Ricardo Maldonado Soto***
Universidad Nacional Autónoma de México Universidad Autónoma de Querétaro, México

* El trabajo aquí presentado forma parte de una investigación más amplia realizada bajo el financiamiento del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt). Agradecemos la minuciosidad de los revisores, así como la calidad y puntualidad de sus comentarios. Su atinado criterio y sus bien fundamentadas anotaciones nos permitieron mejorar los resultados de esta investigación.
** gabiany09@hotmail.com, egresada de la Maestría en Lingüística de la Universidad Autónoma de Querétaro, especialidad en lingüística teórica-descriptiva.
*** msoto@unam.mx, investigador-profesor del Instituto de Investigaciones Filológicas, Universidad Nacional Autónoma de México y de la Facultad de Lenguas y Letras de la Universidad Autónoma de Querétaro. Profesor de Semántica, Sintaxis, Morfología, Descripción Lingüística, Gramática Cognoscitiva, seminarios sobre clíticos, determinantes y voz sintáctica.

Cómo citar este artículo:
González Martínez, A. G., & Maldonado Soto, R. (2016). Quedar: cambio de estado y locación en el español de México. Forma y Función, 30(1), 9-30.

Artículo de investigación: Recibido: 2-05-2016, aceptado: 15-11-2016


Resumen

Uno de los problemas principales en la caracterización del verbo quedar es su multiplicidad de significados y funciones. Algunos trabajos distinguen valores de permanencia y significados locativos que suelen equipararse con estar. Esta equivalencia no resuelve los casos en los que la locación no solo designa ubicación, sino que integra también la noción de trayectoria. A partir de un análisis de habla oral, basado en datos del español de México, este trabajo propone que en quedar la noción de resultado es imperante y que puede designar tanto situaciones resultativas (cambio de estado) como situaciones locativas con cambio de locación y de movimiento abstracto. Pese a que quedar puede configurar dominios distintos, los significados estudiados presentan la misma configuración resultativa, de manera que las diferencias semánticas responden a relaciones espaciales y temporales en las que la determinación del cambio semántico involucra un proceso de integración subjetiva del conceptualizador.

Palabras clave: quedar; verbos semicopulativos; verbos auxiliares; cambio de estado; locación; dominio de búsqueda; movimiento abstracto.


Abstract

The semantic and syntactic complexity of the verb quedar constitutes a significant problem for current linguistic analysis. In distinguishing meanings of permanence from those of location, many studies have equated quedar with the verb estar. Yet this equivalence does not solve cases in which the verb not only designates location but also incorporates the notion of trajectory. Based on an analysis of oral Mexican Spanish, this paper proposes that the notion of result in quedar operates as the basis to designate both resultative (change of state) and locational (change location and abstract movement) situations. Although quedar can configure different domains, all meanings preserve a resultative configuration. Thus, the semantic differences correspond to spatial and temporal correlations in which the semantic change over time involves a high degree of subjectification.

Keywords: quedar; semicopulative verbs; auxiliary verbs; change of state; location; search domain; abstract movement.


Resumo

Um dos problemas principais na caracterização de verbo quedar é sua multiplicidade de significados e funções. Alguns trabalhos diferenciam valores de permanência e significados locativos que costumam coincidir com estar. Essa equivalência não resolve os casos nos quais a locação não apenas designa localização, mas que integra também a noção de trajetória. A partir de uma análise de fala oral, baseada em dados do espanhol do México, este trabalho propõe que em quedar a noção de resultado é imperante e que pode designar tanto situações resultativas (mudança de estado) quanto situações locativas com mudança de locação e de movimento abstrato. Apesar de que quedar possa configurar domínios diferentes, os significados estudados apresentam a mesma configuração resultativa, de maneira que as diferenças semânticas respondem a relações espaciais e temporais nas quais a determinação da mudança semântica envolve um processo de integração subjetiva do conceitualizador.

Palavras-chave: quedar; verbos semi-copulativos; verbos auxiliares; mudança de estado; locação; domínio de busca; movimento abstrato.


Introducción

El verbo quedar ha recibido especial atención en los estudios gramaticales sobre formas verbales, debido a su peculiar comportamiento. Numerosos análisis han distinguido en la forma quedar tanto significados de cambio como de permanencia (Bull, 1950; Alonso, 1970; Porroche, 1990; Basulto, 1991; Moliner, 1998; Cuervo, 1998; Demonte & Masullo, 1999; Seco, Andrés & Ramos, 1999; RAE, 2001; Morimoto & Pavón, 2004, 2007; RAE, 2009; García, 2006; Bybee & Eddington, 2006; Oreal, 2008; Conde, 2013).

El significado más estudiado es el de cambio de estado. Respecto de él, se distinguen dos funciones básicas: 1) semicopulativo, como en (1a) (Porroche, 1990; Morimoto & Pavón, 2004, 2007; Bybee & Eddington, 2006; Oreal, 2008), y 2) auxiliar de construcciones perifrásticas, como en (1b) (Yllera, 1999; García, 2006).

(1a) Juan quedó viudo.

(1b) El documento quedó redactado desde la semana pasada.

En los ejemplos anteriores, el verbo requiere otros elementos lingüísticos para poseer un significado completo. En el caso de (1a) requiere un complemento predicativo, mientras que en (1b) precisa un participio. A pesar de que distintos análisis han puesto mayor atención en el estudio de quedar como verbo de cambio, los trabajos lexicográficos han distinguido usos en los que quedar puede equipararse a estar; dichos casos aportan una lectura locativa, como se muestra en (2a, 2b) (Alonso, 1970; Moliner, 1998; Cuervo, 1998; Basulto, 1991; Seco, Andrés & Ramos, 1999; RAE, 2001).

(2a) El museo queda muy cerca de la escuela.

(2b) El museo está muy cerca de la escuela.

Pese a las similitudes semánticas que existen en el par mínimo anterior, ambos verbos poseen diferencias sintácticas y semánticas que permiten distinguirlos. En primer lugar, el verbo quedar acepta clíticos dativos, mientras que estar los rechaza (3a); en segundo lugar, quedar selecciona sujetos estáticos y es incompatible con locaciones que no sean estables, restricción que no comparte con estar, como se muestra en (3b); por último, el significado locativo estático de quedar solo se da en tiempo presente, ya que en pasado aporta una lectura de cambio de locación. En el ejemplo de (3c) se observa que la construcción con quedar señala que el sujeto se trasladó de lugar en lugar hasta encontrar la meta, mientras que con el verbo estar se refiere a la existencia o inexistencia de la farmacia.

(3a) La farmacia me queda a dos cuadras / *la farmacia me está a dos cuadras.

(3b) El lápiz está en el escritorio / *el lápiz queda en el escritorio.

(3c) ¿Dónde quedó la farmacia? / ¿Dónde estuvo la farmacia?

Lo anterior nos permite plantear tres preguntas básicas. En primer lugar, ¿por qué una situación locativa involucra movimiento? En segundo lugar, ¿cuál es el esquema básico que licencia los significados de quedar que hemos identificado de (1) a (3)? Por último, ¿qué significados privilegian las versiones gramaticalizadas del verbo? El objetivo del presente trabajo es explicar los usos y funciones del verbo quedar en relación con los significados de cambio de estado, cambio de locación y otros fenómenos de movimiento abstracto desde una perspectiva cognoscitiva.

Partimos de la hipótesis de que existe en el verbo una configuración semántica cuyo significado básico responde a la noción de resultado, como en (1). Este mismo esquema permite que las situaciones locativas expresadas con el verbo quedar sean capaces de integrar la idea de movimiento, como puede observarse en (2) y (3), por lo que hay un proceso de cambio semántico que permite que quedar admita valores tanto locativos como de cambio de estado.

El análisis del presente trabajo se realizó con datos de dos corpora de habla oral del español de México: el Corpus de referencia del español actual (CREA) (RAE, 2008), de donde se obtuvieron 638 instancias, y el Corpus sociolingüístico de la Ciudad de México (CSCM) (Butragueño & Lastra, 2011), del que se seleccionaron 639 ejemplos (los primeros 213 ejemplos de cada nivel sociocultural: alto, medio y bajo), a fin de que la muestra fuera numéricamente equivalente a los datos obtenidos del CREA. A pesar de que se cubrieron distintos estratos lingüísticos y diferentes dialectos, este trabajo no defiende hipótesis alguna asociada con la variación dialectal o de registro.

Posterior a la selección de datos, se descartaron los ejemplos con clítico se, debido a que los usos y valores de quedarse son tema de una investigación independiente1. Si bien es posible distinguir significados de cambio de estado (quedó feliz), cambio de locación (quedó alfinal de la calle), movimiento abstracto (queda lejos), remanente (queda poco dinero) y ajuste (me quedó chico el pantalón), el presente trabajo se centra en el estudio del comportamiento del verbo quedar con significados locativos y de cambio de estado. Por esto, del total de los ejemplos obtenidos del corpus, se seleccionaron únicamente 561, que presentaban los significados de interés para nuestro estudio.

El trabajo está organizado de la siguiente manera. En primer lugar, se explicitan los criterios para definir las funciones de semicopulativo o de auxiliar en el verbo. En el siguiente apartado se revisan las características del verbo quedar con el significado de cambio de estado. Luego se analizan los fenómenos de cambio de locación. Después, el escrito se centra en problemas de movimiento abstracto. Finalmente, en las conclusiones, se sugiere que el proceso de cambio semántico de quedar está determinado por el esquema básico de resultado y que los tres significados explicados en este trabajo constituyen extensiones que se desprenden de los dominios cognoscitivos en los que dicha noción se impone.

¿Auxiliar o semicopulativo?

Los análisis con que se cuenta hasta el momento han caracterizado a quedar a partir de sus versiones más gramaticalizadas; es decir, se han centrado en describir sus usos como verbo semicopulativo o como verbo auxiliar (Porroche, 1990; Yllera, 1999; Morimoto & Pavón, 2004, 2007; Bybee & Eddington, 2006; García, 2006; Oreal, 2008). Ambas funciones comparten tanto su escaso valor semántico como la necesidad de ser acompañadas de otros elementos para completar su significado. Sin embargo, la característica que permite distinguir ambas funciones es el tipo de significado que estas aportan a la construcción: mientras que los verbos semicopulativos aportan mayor carga semántica, los auxiliares en perífrasis solo cumplen una función complementaria a la significación del enunciado (Morimoto & Pavón, 2007).

Hay una serie de propiedades que caracteriza a quedar como verbo semicopulativo; una de las principales es la admisión de complementos predicativos (4a) que, a diferencia de los verbos copulativos, no tienen la capacidad de ser pronominalizados con el pronombre neutro lo (4b); en segundo lugar, si bien los complementos predicativos pueden pertenecer a distintas clases léxicas, estos tienen siempre función adjetiva, de ahí que respondan a la pregunta ¿cómo quedó? (4c); por último, estos complementos poseen menor contenido semántico que el de un verbo pleno pero mayor que el de un auxiliar, por lo que es el atributo y no el verbo el que elige el tipo de sujeto sobre el que se asigna la atribución: como se puede ver en (4d), loco selecciona un sujeto animado (Porroche, 1990; Morimoto & Pavón, 2007).

(4a) Fueron mis primeras puertas de mi primer cocina / y la verdad quedó muy bonita (CSCM, entrevista 75).

(4b) Mi cocina quedó muy bonita (*lo quedó) / mi cocina está muy bonita (lo está).

(4c) ¿Cómo quedó la cocina? La cocina quedó muy bonita.

(4d) Juan quedó loco / *el frío quedó loco.

Los ejemplos anteriores muestran que existen usos en los que podemos clasificar a quedar como semicopulativo. Sintácticamente, la admisión de complementos predicativos separa a quedar de los verbos plenos, pero la no pronominalización del atributo permite distinguirlo de los copulativos2. Semánticamente, el verbo puede considerarse como un elemento que ha pasado por un proceso de desemantización, de modo que la mayor carga semántica no se encuentra en el verbo sino en el complemento atributivo, como se observa en (4d) (Morimoto & Pavón, 2007). Este comportamiento evidencia que los participios en construcciones perifrásticas aportan mayor contenido semántico que el verbo auxiliar (García, 2006), aunque, como podemos ver, también pone de manifiesto la desemantización de los semicopulativos.

Algunas propuestas sobre esta clase de verbos han mencionado que el contenido semántico que los verbos semicopulativos aportan es aspectual o modal (Porroche, 1990; Morimoto & Pavón, 2004, 2007). La clasificación de Morimoto y Pavón (2007) propone el rasgo aspectual como uno de los criterios básicos para diferenciar tipos de verbos semicopulativos. De ahí que se considere el verbo quedar como un verbo aspectual eventivo de cambio de estado. El segundo criterio que se considera en esta clasificación es el tipo de atributo que admiten tales verbos. Se ha dicho que quedar selecciona complementos predicativos «de estar» y rechaza los «de ser» (Marin, 2000; Morimoto & Pavón, 2004, 2007).

La propuesta de la restricción de los predicativos compatibles con ser y con estar responde a la hipótesis, generalmente aceptada, de que los verbos copulativos admiten dos tipos de complementos predicativos: de individuo y de estadio (Carlson, 1977; Fernández, 1999; Escandell & Leonetti, 2002; Morimoto & Pavón, 2003; Morimoto, 2004; Gumiel, 2008). Los predicados de individuo indican propiedades estables y se caracterizan principalmente por su compatibilidad con el verbo ser, mientras que los predicados de estadio corresponden a estados transitorios o delimitados temporalmente y son compatibles con el verbo estar3. En este sentido, el verbo quedar se caracteriza por designar cambio de estado y por ello es compatible con complementos que indican un estado resultante, los cuales se encuentran restringidos temporalmente al igual que estar. Las restricciones de predicación de quedar pueden observarse en los siguientes ejemplos:

(5a) Juan está atónito.

(5b) Juan quedó atónito.

(5c) Juan es inteligente.

(5d) *Juan quedó inteligente.

Como puede verse en los ejemplos anteriores, el verbo quedar no es compatible con cierto tipo de atributos que indican propiedad inherente. No obstante, a pesar de que esta generalización es aceptable, hay ciertos predicativos de quedar que pueden ser compatibles tanto con ser como con estar, mientras que hay otros que solo aceptan ser.

(6a) Juan es / está / quedó ciego.

(6b) El equipo es / *está / quedó campeón.

Estos ejemplos dan cuenta de que algunos predicativos compatibles con quedar no son exclusivos de estar. Algunos autores han propuesto que se trata de un fenómeno de coacción aspectual (Morimoto & Pavón, 2003), término tomado de Pustejovsky (1995) para explicar los casos en los que un verbo de estadio toma un predicativo de individuo y lo delimita temporalmente. La hipótesis de coacción se ha utilizado también para explicar los casos en los que algunos predicativos de individuo son compatibles con el verbo estar, lo cual genera que el predicativo, originalmente de individuo, reciba una interpretación anclada en el evento que, en consecuencia, está temporalmente delimitada (Gumiel, 2008).

El principal problema de la hipótesis de coacción aspectual, aplicada a la caracterización de los predicativos compatibles con quedar, radica en que el verbo no siempre admite complementos predicativos de individuo para convertirlos en predicativos de estadio. En el ejemplo de (6b) es posible observar que un predicativo como campeón puede considerarse como de estadio, debido a que ese resultado no inherente se encuentra temporalmente delimitado. Sin embargo, dicho predicativo no es compatible con el verbo estar sino con ser. Este tipo de casos no se pueden considerar como fenómenos provocados por la coacción aspectual, ya que es el predicativo y no el verbo quedar lo que impone la restricción temporal.

El presente trabajo propone que la restricción de predicación depende de las propiedades de los predicativos y no así del verbo (semi)copulativo. Quedar admite atributos que por sí solos indican resultado, como en (7a), propiedad física (7b) o no física (7c), situaciones que pueden interpretarse como susceptibles de cambio (7d) y algunos roles. Si bien en los datos analizados no se encontró ningún caso de quedar con roles, pueden hallarse ejemplos en Internet, como los de (7e):

(7a) No le pagan a ninguno de los dos / porque quedan empates / y el gallo que gane le pagan ahí lo de los que van este (CSCM, entrevista 79).

(7b) Los cuatro tripulantes quedaron fuertemente heridos (CREA, oral, México).

(7c) El esposo la abandonó y pues quedó traumada la / la señora (CSCM, entrevista 10).

(7d) Algunos maíces ya no les dio tiempo este llenar / quedaron vanos (CSCM, entrevista 49).

(7e) Quedó gobernador de Coahuila el general Andrés Viesca, mientras que otras tropas procedentes de Durango, San Luis Potosí y Matamoros, Tamaulipas acudieron a Monterrey (Guerrero, 2004).

Los ejemplos anteriores demuestran que las restricciones de predicación están determinadas por la idea de resultado que designa el atributo, sin que el atributo necesariamente se encuentre restringido a un verbo copulativo. De modo que la característica básica de la predicación en el verbo quedar es admitir atributos que indican cambio de estado o situaciones susceptibles de cambio.

Como se ha mencionado anteriormente, además de los usos como verbo semicopulativo, se han distinguido funciones de quedar como verbo auxiliar en construcciones perifrásticas (Bull, 1950; Roca Pons, 1958; Alba & Lunell, 1987; Gómez, 1988; Moliner, 1998; Yllera, 1999; Demonte & Masullo, 1999; García, 2006; Morimoto & Pavón, 2007).

Los verbos auxiliares se caracterizan porque se encuentran en construcciones perifrásticas, donde el verbo finito es acompañado con un verbo en forma no personal. En los datos analizados, únicamente se encontraron ejemplos de quedar acompañado de participios (8a y 8b), y aunque las construcciones de <quedar + gerundio> no son necesariamente agramaticales, sí son, no obstante, limitadas (la rama quedó colgando / *Juan quedó pensando). Una segunda característica es que, debido a que el participio posee un carácter verbal y no adjetival, los verbos auxiliares no pueden responder a la pregunta ¿cómo quedó? (8c). A causa de esta misma propiedad, tampoco puede sustituirse el participio con un adjetivo (8d) o coordinarse con uno (8e), y la predicación no se puede cuantificar con modificadores graduales (8f) (Yllera, 1999; García, 2006).

(8a) Significa un gran avance democrático, ya que quedan sentadas las bases para que las subsecuentes [...]: (CREA, oral, México).

(8b) Esta Asamblea ha quedado debidamente enterada. Continúe la Secretaría (CREA, oral, México),

(8c) ¿Cómo quedaron las bases? *Quedaron sentadas.

(8d) *Esta asamblea ha quedado debidamente lista.

(8e) *Esta asamblea ha quedado debidamente enterada y lista.

(8f) *Las bases quedaron muy sentadas.

Los ejemplos anteriores demuestran que el verbo se encuentra suficientemente gramaticalizado para funcionar como auxiliar en perífrasis verbales de participio. Hasta ahora hemos dado evidencia de que el verbo es capaz de funcionar como semicopulativo y como auxiliar. En los siguientes apartados se analizará en detalle la configuración de los tres significados más prominentes: cambio de estado, cambio de locación y locación subjetiva.

Significado de cambio de estado

Como se ha mencionado en los apartados anteriores, el verbo quedar designa distintos tipos de cambio. El primero que analizaremos es el cambio de estado. La mayoría de trabajos precedentes se han centrado en estudiar a quedar como marcador de cambio de estado (Porroche, 1990; Demonte & Masullo 1999; Morimoto & Pavón 2004, 2007; García, 2006; Bybee & Eddington, 2006; Oreal, 2008; Conde, 2013). En algunos trabajos se ha especificado que este verbo expresa el fin de un cambio de estado (Porroche, 1990; Demonte & Masullo, 1999; Morimoto & Pavón, 2004, 2007) o el comienzo del estado resultante (García, 2006), siendo más común referirse a este como un verbo de cambio que expresa el momento final.

Algunos análisis han propuesto que los verbos que expresan el final del cambio de estado no indican el proceso en sí, sino que se centran únicamente en designar el estado resultante (Demonte & Masullo, 1999; Morimoto & Pavón, 2004, 2007). Es decir, en una oración como Juan quedó triste, el evento, más que resaltar la presuposición del proceso de entristecimiento, privilegia el resultado final del cambio de estado.

El cambio de estado en quedar es característico de las funciones semicopulativas y auxiliares. En este sentido, algunos autores han mencionado que los verbos semicopulativos indican la adquisición de un cambio (Porroche, 1998, citado en Oreal, 2008) y, por lo tanto, requieren de un complemento predicativo que haga explícito el estado resultante (Sánchez, 2002, citado en Oreal, 2008). En construcciones perifrásticas, quedar se ha asimilado a las pasivas con ser, se ha asegurado que quedar aporta mayor duración al estado resultante (los papeles fueron / quedaron guardados en la oficina) (Demonte & Masullo, 1999). Cuando quedar es acompañado por un verboide en gerundio (el tornillo quedó bailando) se considera como semiperífrasis porque el verbo no se encuentra lo suficientemente gramaticalizado para funcionar como auxiliar (Yllera, 1999; García, 2006).

La noción de cambio de estado en el verbo quedar es entendida como un evento donde el sujeto sufre una modificación ya sea física (9a y 9b), o abstracta (9c). En ambos casos se expresa el estado final del evento de cambio.

(9a) Hospitales, escuelas, caminos, carreteras, que han quedado completamente destruidos en los últimos desastres (CREA, oral, México).

(9b) I: y sí se podía jugar futbol / pero ahora ya no ya le echaron / como / como gravilla ahí ya no ya no.
E: quedó re feo ¿verdad <~veá>? (CSCM, entrevista 85).

(9c) Es todo, señor Presidente. Esta Asamblea ha quedado debidamente enterada. (CREA, oral, México).

En los ejemplos anteriores se pueden observar diferentes niveles de esquematicidad en las construcciones. Quedar puede designar cambios físicos (9a), cambios físicos con mayor involucramiento por parte del hablante (9b) y, por último, cambios de estado que no presuponen una modificación de un elemento físico (9c).

Morimoto y Pavón (2004) han propuesto una distinción entre tipos de cambio que pueden ser expresados por el verbo quedar. Por un lado, cambios puntuales (10a) y, por otro, procesos de cambio (10b). Los cambios puntuales son aquellos donde se expresa el resultado de un evento que ocurre en un momento específico y no es durativo, mientras que los procesos de cambio indican un evento durativo donde el cambio ocurre en forma procesal.

(10a) Juan quedó atónito al ver a su esposa con otro.

(10b) Juan quedó calvo a pesar de que de joven tenía mucho cabello.

El verbo es capaz de aparecer en construcciones puntuales y durativas. La puntualidad de (10a) puede ser constatada según se le agrega un marcador temporal como de repente o inmediatamente, mientras que no admite marcadores graduales como poco a poco y tampoco construcciones durativas con gerundio (Juan quedó atónito de repente / *poco a poco / *fue quedando atónito). En forma inversa, los procesos, como en (10b), no aceptan marcadores puntuales, pero admiten modificadores durativos y aceptan marcación de tiempo imperfectivo (Juan quedó calvo *inmediatamente /poco a poco / fue quedando calvo).

Que las construcciones con quedar admitan las dos lecturas significa, como hemos venido mencionando, que es el predicativo y no el verbo el que indica el tipo de cambio designado. Lo que aporta quedar a la construcción es únicamente el significado de cambio, pero la lectura durativa o puntual dependerá del predicativo que lo acompañe. En nuestro corpus se encontraron cambios puntuales (11) y resultados de procesos de cambio (12). Estos, a su vez, representaron cambios físicos (12a), que predican únicamente la manera en que resultó un proceso, y cambio evaluado (12b), donde el resultado se somete a una evaluación subjetiva:

(11a) Ciento cincuenta mil guatemaltecos murieron, otros cincuenta mil fueron desaparecidos, un millón huyeron del país o se refugiaron [sic.]: en las montañas y cuarenta mil mujeres quedaron viudas (CREA, oral, México).

(11b) Me chocaron un chevy [...]: estaba ciscado de que pues <~pus> no quería agarrar ni el volante [...]: es que el carro quedó deshecho (CSCM, entrevista 74).

(11c) Y el esposo la abandonó y pues <~pus> / quedó traumada la / la señora / (CSCM, entrevista 10).

(12a) Y se lo mostré / «mira / así quedaría tu tarjeta / así quedaría tu hoja membretada / tu factura / todo» (CSCM, entrevista 3).

(12b) Mi mandil que bordé quedó súper bien / a mí me encantó (CSCM, entrevista 32).

Como puede verse en los ejemplos anteriores, tanto el cambio físico como el cambio evaluado indican la manera en que resulta el proceso de cambio. Estos casos contrastan con los de (11). Según la construcción, es compatible con el aspecto progresivo (así está quedando tu tarjeta) y no soporta marcadores temporales puntuales (*así quedó tu tarjeta de inmediato). La distribución de los datos analizados puede verse en la Tabla 1:

En la tabla anterior se muestra que las construcciones de cambio de estado de quedar tienden a ser puntuales; los resultados de proceso solo representan una tercera parte de los datos. Y es evidente que no hay una diferencia notable entre cambio físico y cambio evaluado.

Tanto en la función de auxiliar como en la de semicopulativo, el verbo quedar indica cambio de estado. La diferencia radica en que cuando funciona como semicopulativo, además de expresar el cambio de estado, se atribuye una característica al sujeto, por lo que el significado de la construcción es <resultado + atributo> (o estado resultante + modo del resultado) (p. ej. Juan quedó atónito). En la función de auxiliar, los dos elementos de la construcción perifrástica designan el cambio sin que se haga atribución alguna al sujeto (p. ej. los papeles quedaron guardados). En el ejemplo, el participio guardado no es un atributo, sino el estado que resulta de una acción. Puede decirse entonces que los usos semicopulativos del verbo quedar designan el resultado y la manera en que se llega a tal resultado impuesta como atribución al sujeto, mientras que los usos auxiliares designan únicamente el resultado de un evento.

Los predicativos que acompañan a los usos semicopulativos de quedar presentan ciertas características que coinciden con lo que Schultze y Himmelmann (2004) consideran como predicativos depictivos, en el sentido de que se encuentran orientados al evento y al controlador (sujeto) y codifican estado físico, psicológico o condición; sin embargo, se diferencian de ellos debido a que los depictivos designan una eventualidad que surge del predicado principal (Schultze & Himmelmann, 2004), mientras que en este caso, dado que quedar es un verbo resultativo, el predicativo designa una eventualidad que surge del predicado principal; es decir, el estado resultante expresado por el predicativo no puede ser considerado como un componente de la misma unidad predicativa del predicado principal, al tratarse de dos acciones conceptualizadas en diferentes tiempos: la que origina el cambio de estado y que es expresada por quedar y el estado resultante indicado por el elemento predicativo.

En este apartado hemos sugerido que si bien quedar designa cambio de estado, la construcción puede producir dos tipos de cambio: puntuales o procesales, según lo determine el complemento predicativo. Los cambios procesales pueden dividirse en cambio físico y cambio evaluado. En todos los casos identificados con estos significados, el verbo presenta funciones gramaticalizadas, ya sea como auxiliar o como semicopulativo. La diferencia de significado entre un uso y otro radica en la atribución, pues mientras el semicopulativo es capaz de aportar la manera del resultado, el auxiliar y su complemento solo expresan, en conjunto, el cambio de estado.

Además del significado de cambio de estado, se pueden ver en quedar significados de cambio aplicados al ámbito locativo. Ellos serán explicados en la siguiente sección.

Significado de cambio de locación

La configuración resultativa de cambio en el verbo quedar también puede ser observada en construcciones en las que se señala la reubicación de un elemento de un lugar a otro, con foco en la meta. En este sentido, el cambio de estado y el cambio de locación comparten el mismo esquema, con la diferencia de que mientras el primero designa un cambio físico que se deriva de una modificación en el estado del sujeto, el segundo expresa un cambio de locación. Como puede verse en los ejemplos de (13), la lectura de cambio de lugar se determina en virtud de que existen ciertas pautas explícitas o implícitas que indican que el sujeto estaba en un lugar distinto del que designa el resultado del cambio.

(13a) Se mete la pieza adentro de la piel / y queda ya / adentro (CSCM, entrevista 2).

(13b) La gente tenía que // que lanzarlo / a quedar lo más cercano / donde estaban los dos tabiques / (CSCM, entrevista 6).

(13c) I: «hacen el pastel, hacen el flan todo en el mismo molde y salen juntos» [...]:
E: ¿pero del flan queda en medio? / [¿o es una cap-?]:.
I: no / haz de cuenta que queda arriba]: / abajo quedajel / pastel de chocolate / y arriba el flan (CSCM, entrevista 46).

En los ejemplos anteriores, el cambio de locación se interpreta como tal gracias a que quedar se combina con verbos o con complementos locativos. En (13a y 13b), la cláusula previa contiene los verbos de proceso meter (13a), lanzar (13b) y salir (13c), que están en concordancia con los locativos adentro, más cercano y en medio. En (13c) el significado resultativo de objeto efectuado se combina además con la ubicación del flan sobre el pastel.

Este significado de cambio locativo comparte el esquema resultativo de base con el de cambio de estado: sin embargo, difiere en que este agrega una especificación de lugar. En consecuencia, estas construcciones presentan complementos locativos y su sujeto es siempre desplazable y manipulado (p. ej. avienta la argolla y si queda adentro de la botella ganas). Es importante señalar que el sujeto es siempre temático e inacusativo. La introducción de un agente que manipule directamente el cambio de locación conduce a resultados agramaticales (*quedé el papel adentro del bote de basura). En consecuencia, la fuerza que induce el cambio de locación se codifica en una oración independiente o simplemente se infiere.

La noción de cambio en estas construcciones impone ciertas especificaciones. En primer lugar, no admiten ser coordinadas con cláusulas que impliquen que el estado anterior al evento designado por quedar era el mismo (14a). Sin embargo, sí pueden ser acompañadas de cláusulas que impliquen la causa del cambio de estado (14b).

(14a) *La pieza estaba adentro de la piel y quedó adentro.

(14b) El doctor mete la pieza y esta queda adentro.

En el primer caso, si el lugar a (el designado por el verbo 1) y el lugar b (designado por el verbo 2) son el mismo, no puede considerarse que exista un cambio de locación4. En segundo lugar, el hecho de que exista el verbo de proceso meter proporciona las bases semánticas para identificar que las construcciones con quedar locativo focalizan el cambio resultante de un proceso de reubicación.

Existen algunos ejemplos que dan la pauta para trazar el proceso de cambio semántico en el ámbito de cambio de la locación. En los ejemplos anteriores el cambio de locación es claramente físico. Hay otros casos en los que el cambio es situacional, a pesar de estar expresado con complementos locativos (15a) y, por la misma vía, se dan cambios de corte figurativo, en que la locación se liga por metonimia con una situación quizá más abstracta. El carácter invariable de quedar en manos de en (15b) convierte el giro en expresión idiomática.

(15a) Ahí en ese convenio se tiene que aceptar lo que señala la ley, y la ley dice claramente que para efectos de radio, de televisión, de prensa, aquellos partidos que se coaliguen serán considerados como uno solo, los demás quedarán a un lado (CREA, oral, México).

(15b) Que piden desesperadamente ayuda, porque la que llegó a su zona quedó en manos de agrupaciones que preferentemente las repartieron entre sus miembros (CREA, oral, México).

El tipo de locación indicada en (15a) expresa un resultado de cambio donde se indica una ubicación no física (el nuevo estatus en que se encuentran los partidos). Por su parte, el caso de (15b) designa un significado más abstracto y gramaticalizado, en el que la expresión idiomática apela a la noción de control y el verbo quedar está más desemantizado. El proceso de cambio semántico coincide con tendencias generales del cambio lingüístico, que va de bases concretas a representaciones cada vez más abstractas. La base procesal física pasa a un nivel intermedio que designa una situación y de ahí se desprende un nivel más abstracto no composicional que no acepta ya cambio alguno léxico o gramatical (*quedó en *pies / manos) de *0(las) agrupaciones).

El significado de cambio de locación no es muy distinto del significado de cambio de estado; en realidad, es posible interpretarlo como una variante en la que, al igual que en el anterior caso, el vocablo funciona como un verbo semicopulativo. Quedar no se comporta como copulativo pese a su similitud con estar; de hecho, es posible aplicar la prueba de pronominalización en algunos contextos (p. ej. el balón está fuera del área / lo está, en contraste con el balón quedó fuera del área /*lo quedó). De esta manera, no puede considerarse tampoco como un verbo predicativo (o verbo léxico pleno), debido a la obligatoriedad del complemento locativo y a la imposibilidad de su omisión (p. ej. *el balón quedó).

Respecto a los elementos actanciales, es posible determinar que existe una relación similar a la de verbo semicopulativo de cambio de estado, en la que un elemento sufre un proceso de cambio que culmina en un estado resultante; en el cambio de locación existe un elemento que pasa de estar de un lugar a otro. A pesar de la obligatoriedad de ambos actantes, no es posible hablar de transitividad, ya que el cambio de lugar no está provocado por un agente volitivo, como sucede en las construcciones transitivas. Su comportamiento es a todas luces semicopulativo.

A manera de resumen, el significado de cambio de locación preserva el esquema de cambio de estado y añade una especificación de corte locativo. Con este significado, el verbo sigue funcionando como semicopulativo con una diferencia evidente: mientras que con el significado de cambio de estado un elemento sufre un proceso que culmina en un estado resultante, en el cambio de locación un elemento pasa de un lugar a otro.

Esta base licencia la formación de fenómenos de movimiento abstracto que se estudian en el siguiente apartado.

Movimiento abstracto

Los casos de movimiento abstracto son aquellos en los que, mientras la locación está fija, el que se desplaza mentalmente es el conceptualizador, como en (16). Se trata de un cambio de locación subjetivo. En este tipo de construcciones el carácter fijo de la locación (meta) genera una equivalencia parcial con estar. Hay contextos en los que quedar puede ser sustituido por estar, como puede observarse en los ejemplos de (16a'), (16b') y (16c').

(16a) Mi mismo teatro, ustedes lo pueden ir a ver aquí queda enfrente, tiene un río por abajo (CREA, oral, México).

(16a') Mi mismo teatro, ustedes lo pueden ir a ver aquí está enfrente.

(16b) ¿Oye / queda cerca]: de Río Blanco? (CSCM, entrevista 7).

(16b') ¿Oye / está cerca]: de Río Blanco?

(16c) ¿Sabes qué? / cuñado // este llévame / ¿no?/ porque yo la verdad <~verdá> no sé por dónde queda (CSCM, entrevista 49).

(16c') Yo la verdad <~verdá> no sé por dónde está.

En los ejemplos anteriores, ambos verbos son capaces de designar la ubicación del sujeto a partir de un referente. Esta configuración espacial subjetiva responde a lo que Langacker (1991, 1999) ha llamado dominio de búsqueda (search domain), que «reflects a basic aspect of our ability to find things in space» (Langacker, 1999, pp. 33-34). En este sentido, tanto quedar como estar, al ser utilizados como locativos, permiten que la locación se conceptualice como un espacio que se quiere alcanzar, un dominio de búsqueda. La diferencia fundamental entre estos dos verbos, si bien es sutil, no es menos clara: radica en que, mientras con el verbo estar la búsqueda es opcional y generalmente permanece en la base, con quedar aquella es inminente y está en perfil. Con estar se puede indicar una simple descripción locativa o es posible generar dominio de búsqueda; con quedar tal implicación es obligatoria.

A pesar de la evidente similitud entre ambos verbos, cada uno presenta características propias. En primer lugar quedar (17a), en contraste con estar (17b), acepta argumentos en dativo que implican la participación del experimentante en la búsqueda mental de la meta. Esto puede ser una prueba que evidencia la trayectoria mental presente en quedar y ello implica interés e involucramiento del hablante.

(17a) Así que «ay me queda a cinco minutos de mi casa» (CSCM, entrevista 3).

(17b) *Así que «ay me está a cinco minutos de mi casa».

En segundo lugar, mientras que el verbo estar, al ser locativo por excelencia, puede indicar la ubicación de prácticamente cualquier elemento, el verbo quedar selecciona solo sujetos estáticos y fijos. La calidad desplazable del lápiz en (18) impide que se construya como meta de quedar. Esta es una prueba indirecta de que el cambio de locación no es del sujeto, sino del conceptualizador.

(18a) El lápiz está en el escritorio.

(18b) *El lápiz queda en el escritorio.

Una última característica es que este uso del verbo quedar tiene restricciones temporales. Para que quedar posea la lectura de movimiento abstracto, necesariamente debe estar expresado en tiempo presente; en otros tiempos aporta el significado de cambio de locación real. El verbo estar no presenta esta restricción temporal, como se muestra en (19).

(19a) ¿Dónde quedó la farmacia?

(19b) ¿Dónde estuvo la farmacia?

Como puede verse en los ejemplos anteriores, cuando el verbo quedar se encuentra en pasado se hace prominente la trayectoria y su lectura es de cambio locativo (reubicación de la farmacia). Significa también que el participante la logró encontrar. En cambio, la construcción con estar no presupone movimiento. La farmacia en algún tiempo estuvo en un lugar y simplemente dejó de existir. Cuando quedar se conjuga en pasado, puede indicar la reubicación de elementos no estáticos (¿dónde quedó la bolita?). De esta manera se evidencia que la trayectoria de un punto a a un punto b es más prominente en el evento designado por quedar.

En contraste, ejemplos con estar, como dónde está la bolita, no implican que haya un cambio de lugar. La noción de movimiento abstracto define situaciones estáticas, donde hay una conceptualización dinámica (Langacker, 1991; Maldonado, 2006). En el ejemplo, verbigracia, el oyente está invitado a encontrar la bolita que fue escondida. Como sucede en estos casos, en lugar de haber recorrido de trayectoria física, el movimiento es trazado mentalmente por el conceptualizador.

En este sentido, es posible identificar en la forma analizada comportamientos que permiten distinguir la función del copulativo estar y del semicopulativo quedar.

Si bien en ambos casos los complementos locativos son obligatorios, es precisamente la restricción de usos, la especificidad de los significados y la integración del dominio de búsqueda lo que permite identificar en quedar un contenido semántico mayor al de un copulativo, la no pronominalización del complemento (p. ej. la casa está lejos / lo está frente a la casa queda lejos / *lo queda) confirma el contraste. Lo anterior conduce a afirmar que el verbo con este significado preserva la función de verbo semicopulativo.

En el significado de movimiento abstracto pueden evidenciarse algunos rasgos del esquema básico de resultado que licencia el núcleo sémico del verbo quedar. Si bien no hay un cambio de locación realizado por el sujeto, sí que hay un espacio abstracto que recorre mentalmente el conceptualizador. En este sentido, la meta indicada por el verbo quedar coincide con los significados explicados anteriormente. El verbo designa el término de un cambio, ya sea de estado o de locación, cuya trayectoria puede ser concreta o abstracta. La Figura 1 muestra la representación conceptual de quedar en la construcción de resultado de búsqueda.

En el esquema anterior, el conceptualizador está representado con la letra c en la parte inferior. El círculo que contiene la i es la locación designada por el verbo quedar y el círculo con la c a la izquierda del esquema representa el conceptualizador dentro de la escena. Los círculos punteados en medio de la figura representan la trayectoria recuperada por el conceptualizador para llegar a la ubicación designada por el verbo.

Conclusiones

En este trabajo se han analizado tres significados de la forma quedar. El primero de ellos es el significado de cambio de estado. Se trata de la forma más gramaticalizada de quedar, en la cual esta palabra opera como verbo semicopulativo (20a) o como auxiliar (20b). En ambos casos designa el resultado de un evento:

(20a) Fueron mis primeras puertas mi primer cocina [sic.]: / y la verdad quedó muy bonita (CSCM, entrevista 75).

(20b) Que significa un gran avance democrático, ya que quedan sentadas las bases para que las subsecuentes (CREA, oral, México).

En segundo lugar, quedar es también utilizado como verbo resultativo con carga locativa. Con este significado puede haber movimiento por parte del sujeto sintáctico (cambio de locación) o movimiento subjetivo por parte del conceptualizador (movimiento abstracto). Este tipo de casos muestra que existe en el verbo un proceso de subjetivización, según el cual el conceptalizador se mueve a través de un espacio conceptual.

(21a) Y se mete la pieza adentro de la piel // y queda ya / adentro (CSCM, entrevista 2).

(21b) Mi mismo teatro, ustedes lo pueden ir a ver aquí queda enfrente, tiene un río por abajo (CREA, oral, México).

La noción de resultado que licencia el cambio de estado en el verbo quedar permite que en las situaciones locativas estáticas se interprete la existencia de movimiento ahora mental. Por lo tanto, el verbo quedar muestra una tendencia a configurar situaciones abstractas. En el significado de cambio de estado, quedar es la noción que nos permite distinguir que un evento pasa de un estado a a otro b. El cambio de locación involucra el mismo esquema aplicado a ámbitos espaciales. Por último, el movimiento abstracto es también el cambio de una locación a a b, aunque en este caso la trayectoria es trazada por el conceptualizador desde el punto de inicio (el hablante) al punto término (la locación expresada); son pruebas claras de ello la obligatoria presencia del experimentante dativo y la selección de sujetos estáticos.

El significado del que más se encontraron ejemplos en el corpus fue el de cambio de estado, donde 350 son semicopulativos y 80 auxiliares. El cambio de locación es el segundo en frecuencia, con 92 ejemplos. Por último, el movimiento subjetivo reúne 39 ejemplos. Aunque la escasa frecuencia de movimiento abstracto podría estar influenciada por el tipo de corpus, es evidente que con este significado se configuran construcciones marcadas que responden a situaciones restringidas.

Este trabajo ha propuesto que el comportamiento del verbo con cada uno de los significados analizados es semicopulativo; si bien existen similitudes tanto de significado como de uso entre estar y quedar, el segundo se encuentra en un estadio de gramaticalización menos desarrollado que el primero. Ello se refleja en la presencia

de mayor contenido semántico, así como de particularidades de comportamiento de corte resultativo, en donde la imposibilidad de pronominalizar el atributo parece ser la más contundente.

Los cambios de significado de quedar responden consistentemente a la misma representación básica y ella se ajusta a dominios distintos. La representación abstracta de un cambio de estado presupone un tiempo anterior y uno posterior. Si bien el foco está puesto en la porción terminal del evento, la ruta temporal permanece constantemente en la base de la predicación. La correspondencia conceptual entre tiempo y espacio licencia la extensión a los cambios de locación y, a falta de movimiento, la trayectoria involucra ahora el desplazamiento abstracto del conceptualizador en una esfera subjetiva. Si bien los ámbitos son distintos, no deja nunca de haber un punto a de menor proyección que uno b, cuyo perfil más prominente impone una mirada resultativa en espacios alternos.


Notas

1 Para un análisis pormenorizado de quedarse, véase González (2015).
2 El criterio de pronominalización ha sido esencial para distinguir los verbos copulativos de los semicopulativos. De hecho, algunas clasificaciones como la de Gutiérrez Ordóñez (1986) han considerado este criterio para integrar el verbo parecer dentro de la categoría de verbos copulativos junto con ser y estar. Sin embargo, Morimoto y Pavón (2007) señalan que, además de la pronominalización del atributo, se deben considerar factores semánticos para distinguir los verbos copulativos de los semicopulativos.
3 Desde la perspectiva de Carlson, un estadio es «una manifestación espacial y temporalmente delimitada de algo», mientras que un individuo se define como «ese lo-que-quiera-que-sea que une una serie de estadios para hacerlos estadios de la misma cosa» (Carlson, 1977, citado en Arche, 2004, p. 8). En este sentido, los predicativos de estadio indican sucesos temporales o espaciales y son típicamente episódicos, mientras que los predicados de individuo indican generalmente una propiedad permanente.
4 En este caso no se consideran ejemplos como la pieza estaba adentro y ahí se quedó, que es gramatical, debido a características que aporta el clítico se.

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