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Forma y Función

Print version ISSN 0120-338X

Forma funcion, Santaf, de Bogot, D.C. vol.31 no.1 Bogotá Jan./June 2018

https://doi.org/10.15446/fyf.v31n1.70444 

Artículos

EL PRETÉRITO PERFECTO COMPUESTO EN EL ESPAÑOL ANDINO PERUANO: USOS INNOVADORES Y EXTENSIÓN A CONTEXTOS DE AORISTO*

THE PRESENT PERFECT TENSE IN PERUVIAN ANDEAN SPANISH: INNOVATIVE USES AND EXTENSION TO AORISTIC CONTEXTS

PRETÉRITO PERFEITO COMPOSTO NO ESPANHOL ANDINO PERUANO: USOS INOVADORES E EXTENSÃO A CONTEXTOS DE AORISTO

Ana Isabel García Tesoro **  

Ji Son Jang ***  

** Universidad de Antioquia, Colombia.

*** Ph.D. en Language and Culture Studies, por la Universidad de Kansai Gaidai, Japón, y profesor de la Facultad de Comunicaciones de la Universidad de Antioquia, Colombia. tetsuji_miyahara@hotmail.com


Resumen

El presente trabajo tiene como objetivo analizar los valores del pretérito perfecto compuesto (PPC) en el español andino peruano. El estudio se basa en un corpus oral formado por 28 entrevistas de 30 a 60 minutos de duración, recopilado en la ciudad de Cuzco y en el distrito de Chinchero. El foco de nuestro estudio se centra en la extensión del PPC a ámbitos de pasado perfectivo que no tienen conexión con el presente, esto es, en contextos del pretérito perfecto simple (PPS), así como en la identificación de sus valores evidencíales y discursivos del PPC en el corpus. Planteamos la hipótesis de que la adquisición de estos nuevos valores del PPC está motivada por el contacto con el quechua, que se constituye como un disparador del cambio lingüístico y acelera su evolución en el proceso de la gramaticalización de las formas de perfecto hacia la evidencialidad.

Palabras clave: lingüística de contacto; español andino; cambio inducido por contacto; gramaticalización; evidencialidad

Abstract

The objective of this paper is to analyze the values of the past perfect tense (PP) in Peruvian Andean Spanish. The study is based on an oral corpus consisting of 28 30-to-60 minute interviews regarding life stories and personal experiences, collected in Cusco and the district of Chinchero. The study focuses on the extension of the PP to areas of perfective past that have no connection with the present, that is, to past simple tense (PS) contexts, as well as on the identification of the evidential and discursive values of the PP in the corpus. Our hypothesis is that the acquisition of these new values of the PP is motivated by contact with Quechua, which triggers linguistic change and accelerates its evolution in the process of grammaticalization of forms of the perfect towards evidentiality.

Keywords: Contact Linguistics; Andean Spanish; contact-induced change; grammaticalization; evidentiality

Resumo

Este trabalho tem como objetivo analisar os valores do pretérito perfeito composto (PPC) no espanhol andino peruano. O estudo baseia-se num corpus oral formado por 28 entrevistas de 30 a 60 minutos de duração, recopilado na cidade de Cuzco e no distrito de Chinchero. O foco deste estudo está na extensão do PPC a âmbitos de pasado perfectivo que não têm conexão com o presente, isto é, em contextos do pretérito perfeito simples (PPS), bem como na identificação de seus valores evidenciais e discursivos do PPC no corpus. Levantamos a hipótese de que a aquisição desses novos valores do PPC está motivada pelo contato com o quechua, que se constitui como disparador da mudança linguística e acelerador de sua evolução no processo da gramaticalização das formas de perfeito à evidencialidade.

Palavras-chave: espanhol andino; evidencialidade; gramaticalização; linguística de contato; mudança induzida por contato

INTRODUCCIÓN

Español andino, castellano andino o español de los Andes, son conceptos ampliamente utilizados en la bibliografía especializada para referirse a la variedad de español en contacto con el quechua hablada en gran parte de la Sierra Andina (Escobar, 2011; Haboud, 1998; Klee & Lynch, 2009; Pfänder, 2009; Zavala, 1996; entre otros). Entre los diversos fenómenos que lo caracterizan, destaca el empleo de los tiempos de pasado con usos innovadores relacionados principalmente con la evidencialidad, que se manifiestan con variaciones en distintas regiones o países mediante el uso del pretérito perfecto simple (PPS), el pretérito perfecto compuesto (PPC) o el pretérito pluscuamperfecto (Escobar, 1992, 1997; García Tesoro, 2015; Haboud, 1998; Hintz, 2007; Klee & Ocampo, 1995; Pfänder & Palacios, 2013; Speranza, 2010, 2014). La adopción de estos valores modalizadores ha sido puesta en relación con la situación de contacto con el quechua, lengua en cuyo sistema verbal la evidencialidad o la codificación de la fuente de la información, así como la veracidad subjetiva y la responsabilidad que el hablante asume respecto del mensaje que transmite, son parámetros fundamentales.

En el presente trabajo, nos ocuparemos de analizar los valores del PPC en el español andino peruano. Centraremos nuestro estudio en la extensión del PPC a ámbitos de pasado perfectivo alejado del presente, esto es, en contextos del PPS, proceso de cambio que ya se observa de manera incipiente en otras variedades de español (Schwenter, 1994), así como en la identificación de sus valores evidenciales y discursivos en el corpus. El estudio se basa en un corpus oral de historias de vida y experiencias personales recopilado en la ciudad de Cuzco en 2014, con entrevistas realizadas a personas procedentes de diferentes localidades del departamento de Cuzco que migraron a la ciudad en su juventud, y en el vecino distrito de Chinchero, situado en el mismo departamento.

Siguiendo la teoría que apunta a que la gramaticalización de las formas de perfecto se dirige hacia la evidencialidad (Aikhenvald, 2004; Bermúdez, 2005), partimos de la hipótesis de que la adquisición de estos nuevos valores del PPC está motivada por el contacto con el quechua, que se constituye como disparador del cambio lingüístico y acelera su evolución. Proponemos, por tanto, que el contacto con el quechua motiva el cambio analizado a través de un proceso de convergencia lingüística en el que los hablantes perciben similitudes (Jarvis & Pavlenko, 2008; Palacios & Pfänder, 2014), y las formas lingüísticas de las dos lenguas de contacto se acercan en un proceso de cambio semántico. La asunción de los usos innovadores ha sido posible porque este tiempo en español ya presenta valores que permiten una lectura epistémica, e igualmente ha sido puesto de manifiesto para otros tiempos verbales compuestos del español (Jara, 2011, 2013; Soto & Hasler, 2013; Speranza, 2010, 2014). El cambio estudiado se enmarcaría dentro de la perspectiva de la subjetivación (Traugott, 1989, 1995), pues se fundamenta en la necesidad de emplear estrategias discursivas y expresar valores gramaticalizados en el quechua como la evidencialidad y se orienta, por tanto, hacia la subjetivación en el discurso oral, proceso que ya ha sido apuntado para otros fenómenos de variación en el español andino.

Por último, defendemos que los factores sociales se revelan fundamentales tanto en la génesis del cambio lingüístico inducido por contacto como en su extensión, tal y como propuso Thomason (2001). La intensa situación de contacto lingüístico y bilingüismo observada en la provincia de Cuzco proporciona las condiciones necesarias para que se produzca el cambio, lo que también se demuestra en estudios recientes de contacto, en los que el origen de los cambios lingüísticos se encuentra en hablantes bilingües (García Tesoro, 2010; García Tesoro & Fernández-Mallat, 2015; entre otros). Con respecto a las variables sociolingüísticas, en el análisis de nuestro corpus hemos tenido en cuenta fundamentalmente el nivel de instrucción y el factor rural/urbano, pues determinan que los hablantes usen con mayor o menor frecuencia el PPC con valores innovadores.

EL PRETÉRITO PERFECTO EN ESPAÑOL

El PPC en español, así como en otras lenguas románicas, mantiene los usos característicos de la perífrasis <haber + participio> de la que se origina, esto es, valor resultativo y aspecto perfectivo, en tanto que se focaliza en estados resultado de acciones pasadas y ya concluidas (Comrie, 1976; Harris, 1982; Kurilowicz, 1965). En ese sentido, no remite necesariamente a una acción inmediatamente anterior al presente, sino que en el momento actual existe un resultado o consecuencia del evento pasado, como se muestra en los siguientes ejemplos (tomados de Cartagena, 1999, p. 2941):

(1a) En este momento se le ha caído el peine a tu prima. (1b) Tomás escucha con atención. Baja el volumen de la radio. Ahora sí. Ahora lo ha oído claramente: un golpe suave, amortiguado por la escarcha, en la ventana.

De esta forma, ha ido desarrollando un valor de antepresente u hodiernal, esto es, indica acciones pasadas con relevancia en el presente, puesto que se refiere a un pasado reciente (ejemplos 2a-b) o a un evento temporalmente orientado al presente1, que en algunos casos lo incluye o que puede también tener valor durativo o iterativo (ejemplos 2c-d). A la vez, siempre mantiene aspecto perfectivo, esto es, marca secuencias temporales cerradas y concluidas (ejemplos tomados de Camus Bergareche, 2008, p. 95):

(2a) Ya han llegado los invitados.

(2b) Juan se ha ido ya.

(2c) He estudiado mucho desde que decidí hacer el examen.

(2d) Últimamente he llegado tarde muchas veces.

Asimismo, han sido descritos en español los usos correspondientes al perfecto de experiencia, para señalar experiencias vividas bien una vez o con cierta frecuencia (ejemplos de Camus Bergareche, 2008, p. 95):

(3a) Yo ya he estado en Cuba.

(3b) He dormido varias veces en ese hotel.

Por último, la perspectiva de actualidad que ofrece el PPC, diferente de otras formas de pasado, ha permitido que se desarrolle una función discursiva abordada en diversos estudios (Bentivoglio & Sedano, 1992; García Negroni, 1999; Henderson, 2010; Morales, 1992). Con frecuencia, aparece junto a otras formas de pasado narrativas y es común a todas las variedades de español (Gutiérrez Araus, 2001). También conocido como enfatizador, se trata de un valor discursivo usado especialmente en la narración, mediante el cual un hecho narrado es destacado al ir en PPC. Esto sucede especialmente en contextos como ponderaciones, expresiones de cortesía, exclamaciones de alto contenido emotivo, reiteraciones, cierres de una concatenación de eventos y otras situaciones que propician la relevancia en el discurso, como se puede apreciar en el siguiente ejemplo de Bentivoglio y Sedano (1992, pp. 790-791):

(4) [...] y de repente vino una persona, vino una mano y le ha dado un golpe tan duro en la espalda que le quedó la marca de la mano.

De igual modo, Jara (2011, 2013), en un estudio sobre el PPC en el español hablado en Lima, muestra que en la lengua hablada se emplea con valores modales que derivan de su relevancia en el presente, que permiten al hablante expresar valores subjetivos como comentarios o puntos de vista respecto de lo narrado, introducir información nueva o discurso reportado; narrar hechos pasados con especial relevancia en el presente, resumir y valorar eventos.

No obstante, el valor de mayor trascendencia en el ámbito del español lo presenta el PPC con respecto al pretérito, por lo que se hace necesario revisar sucintamente su valor respecto al PPS, así como su distribución y valores en las variedades de español donde ha sido estudiado. Tanto PPC como PPS poseen características comunes, ya que ambos marcan acciones pasadas y perfectivas; por tanto, compiten entre sí. El PPS, que deriva del perfecto latino, se empleaba con el valor moderno de pretérito y antepresente castellanos. Por su parte, el PPC, una creación romance sobre la construcción del latín vulgar habeo factum, en principio de valor resultativo como las perífrasis actuales <tener/traer/llevar + participio>, fue gradualmente expresando un pasado cuyo resultado guarda cierta relación con el sujeto en el momento presente, como hemos señalado, y posteriormente un pasado reciente conectado de manera temporal con el presente, esto es, antepresente. En la actualidad, la diferencia semántica entre ambos es que el PPS señala anterioridad con respecto al presente, del momento del habla, mientras que el PPC sitúa esta anterioridad dentro de la actualidad del hablante, indica acciones más próximas al momento de habla que las referidas por la forma simple.

Siguiendo con su proceso de gramaticalización, el PPC gradualmente se ha ido empleando para referir a acciones pasadas y concluidas que tienen importancia para la actualidad del hablante, esto es, ha ampliado aún más sus valores, extendiéndolos a contextos que corresponden a valores propios del aoristo (eventos pasados acabados en su totalidad y que no tienen relación con el presente), lo que corresponde prácticamente a las funciones del PPS en español. Es un proceso de gramaticalización común en las lenguas románicas actuales, en las que el perfecto compuesto va distanciándose del valor resultativo original y adquiere funciones del aspecto perfecto y de pasado hodiernal. En algunas lenguas, se da de forma incipiente; y en otras, con valores que se extienden a los del aoristo. En algunos casos, terminaría en la desaparición de la forma simple o en una distribución de ambos tiempos que no atienda a diferencias temporales, sino de otro carácter, como las del tipo de discurso o lengua escrita/ lengua hablada (Camus Bergareche, 2008; Martínez-Atienza, 2008; Squartini & Bertinetto, 2000).

En las diferentes variedades de español, el PPC (que convive siempre con el PPS) presenta distintos grados de frecuencia en su uso, dependiendo de su mayor o menor extensión a valores de antepresente y de perfecto, en algunos casos de aoristo, como veremos, y dependiendo de su combinación con distintos predicados o modos verbales, o de su empleo en diferentes tipos de discurso (Cartagena, 2001; Gutiérrez Araus, 2001; Henderson, 2010). Aunque existen grados y diferencias de uso en cada uno de los países hispanohablantes, las funciones de perfecto resultativo, de experiencia, así como la discursiva son comunes a todas las variedades. Con respecto a la función de antepresente, a grandes rasgos podemos afirmar que se consideran usos innovadores los registrados en el español peninsular, al menos, en los estudios realizados en el habla de Madrid y Alicante (Holmes & Balukas, 2011; Schwenter, 1994; Schwenter & Torres Cacoullos, 2008), e igualmente en México D. F., Bogotá, Puerto Rico y San Juan (Berschin, 1975; Lope Blanch, 1961; Morales, 1992; entre otros), dado que el PPC presenta valor hodiernal, de antepresente, lo que siempre va acompañado de un aumento de la frecuencia de uso del PPC con respecto al PPS. Schwenter (1994) señala para el español peninsular que, incluso, se va extendiendo, aunque de forma incipiente, a los contextos propios del PPS, esto es, estaría en un estadio más avanzado del proceso de gramaticalización antes señalado (ejemplos tomados de Schwenter, 1994, p. 96):

(5a) Fíjate que mi padre ha muerto hace diez años.

(5b) El otro día he pisado un chicle en la acera.

Por el contrario, el español americano, en general, mantiene valores restringidos de perfecto para el PPC (resultativo, experiencial, discursivo) y muestra preferencia por el PPS, que se observa en contextos del PPC. Esta tendencia también ha sido observada en el español de Galicia, Asturias, León y Canarias (Cartagena, 2001; Gutiérrez Araus, 2001; Rodríguez Louro, 2009; Serrano, 1996; entre otros). En general, no se usa el PPC como antepresente, ya que guarda relación con la generalización del uso del PPC resultativo, que daría lugar a los usos de referencia temporal en el pasado propios del aoristo (ejemplo de México, tomado de Squartini & Bertinetto, 2000, p. 412):

(6) Ya llegó / *Ya ha llegado.

Asimismo, los ejemplos citados en las monografías sobre el tema, especialmente en Colombia, Argentina y México, muestran preferencia por los contextos durativos e iterativos (ejemplos de México, tomados de Squartini & Bertinetto, 2000, p. 411):

(7a) Pero, ¿cómo? ¿Tú con lentes? -Pues claro; yo siempre los he usado.

(7b) Eso ya lo hemos discutido muchas veces.

Aunque el PPC conserva siempre sus significados originales, excepto el de antepresente, como hemos visto, en algunas variedades de español de contacto emergen nuevos significados y funciones en su uso, relacionados con el ámbito de la modalidad y de la evidencialidad. Este es el caso del español andino, objeto de estudio del presente trabajo, donde el PPC ha adquirido valores innovadores y ha aumentado considerablemente su frecuencia de uso frente al PPS. Varios investigadores dan cuenta de ello y lo ponen en relación directa con la situación de contacto intenso con el quechua del área andina. En Ecuador, donde los pasados adquieren valores claramente evidenciales, el PPS se emplea para transmitir información reportada, no experimentada, incierta o con la que el hablante no se quiere comprometer (Bustamente, 1991; Dumont, 2013; Haboud, 1998; Pfänder & Palacios, 2013). Se diferencia del PPC, que se usa para indicar un evento vivido por el hablante o cuya fuente de información es confiable. En relación con ellos, el pretérito pluscuamperfecto se usa para marcar un mayor grado de duda sobre la información. El contraste de los valores de los tiempos de pasado en el español ecuatoriano se muestra de manera resumida en el siguiente ejemplo (tomado de Pfänder & Palacios, 2013, p. 67):

(8a) El niño se cayó.

'lo he visto con mis propios ojos, la información es confiable'.

(8b) El niño se ha caído.

'lo infiero, me lo han dicho, pero no lo he visto directamente, la información no es tan confiable'.

(8c) El niño se había caído.

'información poco confiable, no experiencia directa ni referida, más bien inferida'.

Igualmente, en estudios realizados en Buenos Aires a población procedente de Bolivia y Paraguay, se observan usos emergentes de los tiempos de pasado: el PPS conserva su valor aspectual perfectivo y se emplea para referir a acciones concluidas en el pasado; el PPC, en cambio, se emplea para indicar hechos pasados pero con un matiz, en palabras de las autoras, de vivencialidad; esto es, el hablante establece ciertos vínculos con los hechos narrados porque los vivió personalmente o, de alguna manera, aún se siente involucrado con ellos. Por último, el pretérito pluscuamperfecto expresaría un menor grado de certeza y, en consecuencia, un distanciamiento con respecto a la información (Álvarez Garriga & Speranza, 2012; Speranza, 2010, 2014). Véase en el siguiente ejemplo cómo la hablante, que relata unos acontecimientos sucedidos durante un viaje, utiliza el PPS, pero marca con PPC los que la afectaron de forma personal (con lo cual los hace más cercanos), especialmente el hecho de que tuvo que pagar mucho dinero en diferentes momentos de su viaje (tomado de Álvarez Garriga & Speranza, 2012):

(9) [...] entonces, ha sido un poco difícil porque al venirse de allá, como era un colectivo trucho no era una empresa conocida ni nada de esto, entonces nos sacó mucha plata del equipaje y todo eso y al pasar la frontera hemos pagado plata también porque supuestamente nosotros cada uno teníamos que tener quinientos, cinco mil pesos a la mano como para entrar como turistas, pero en ese monto no teníamos para tener esa visa que nos dan en la frontera hemos tenido que pagar plata, y en todo eso la plata se nos fue y llegamos acá con veinte, cincuenta pesos que nos habían quedado.

Para el español andino peruano, el fenómeno más destacable sobre el PPC, notado por diversos investigadores, es su paulatina extensión a contextos temporales del pasado perfectivo que no tienen relación temporal con el presente, esto es, del PPS. Es importante señalar que estos cambios van acompañados siempre de un aumento de la frecuencia de uso del PPC con respecto al PPS2. Véanse los siguientes ejemplos (tomados de Klee & Ocampo, 1995, p. 61):

(10a) En el año. cincuentai. siete, creo, ha muerto.

(10b) Ya cuando ha llegado la Reforma Agraria [en 1969] hemos tenido que…

separarnos. sí y. después trabajaron los otros. como dueños.

Además, el PPC adquiere nuevos valores. Klee y Ocampo (1995) indican que se emplea para señalar la información que el hablante ha vivido o presenciado directamente. Igualmente, Escobar (1997) sugiere que indica relevancia temporal y espacial con respecto de eventos que coinciden con el aquí y el ahora, así como evidencialidad, cuando es empleado para codificar eventos experimentados o presenciados por el hablante, normalmente con su participación directa en ellos. Incluso en textos coloniales en Perú, el PPC ya se usaba por parte de bilingües y monolingües en contextos del PPS para resaltar determinados eventos, acercarlos al presente y darles mayor carga afectiva (Escobar, 1992)3.

Por último, como señala acertadamente Escobar (1997), existe una diferencia semántica en el empleo no únicamente de PPS y PPC, sino también con respecto al pretérito pluscuamperfecto, que se emplea en Perú con valores evidenciales para narrar acontecimientos no vividos, históricos o legendarios, así como para expresar miratividad ante la información recibida o los hechos ocurridos (García Tesoro, 2015). No obstante, por exceder los límites de esta investigación, nos limitaremos únicamente al análisis del PPC.

EL CORPUS

El corpus analizado está compuesto, por una parte, de 18 entrevistas de 30 a 60 minutos de duración, realizadas en dos trabajos de campo llevados a cabo en el distrito de Chinchero en marzo de 2011 y septiembre de 2012; por otra parte, de 10 entrevistas de 40 a 60 minutos de duración, hechas en un trabajo de campo en la ciudad de Cuzco en marzo de 2014. La comparación de las dos muestras nos permite contrastar los fenómenos observados en el habla rural y urbana de la misma área. Así mismo, facilita examinar de forma tentativa si los informantes que han estado mucho tiempo fuera del ámbito rural (donde predomina el quechua), o que han llegado a la ciudad (donde pesa más el castellano) hace muchos años, han modificado o frenado la extensión del cambio estudiado.

El distrito de Chinchero tiene 9 422 habitantes4, distribuidos en la población de Chinchero y 16 comunidades5 asentadas en torno a las lagunas Piuray y Huaypo. Está situado a 28 km de la ciudad de Cuzco, pero su modo de vida es fundamentalmente de carácter rural y la mayor parte de la población se dedica a la agricultura, la ganadería, oficios varios y a la artesanía de tejidos para el turismo.

Aunque no existen datos precisos sobre el número de hablantes de quechua y de español, la mayoría de sus habitantes son bilingües y tienen como lengua primera el quechua (de hecho, no encontramos ningún hablante monolingüe en español), pero en su vida diaria predomina el uso de ambas lenguas. Todos los informantes fueron entrevistados en distintas comunidades de Chinchero, son bilingües y tienen el quechua como primera lengua, nacieron y han vivido siempre allí. Aunque algunos han residido en algún momento fuera, su estancia nunca superó los cinco años.

La ciudad de Cuzco, en cambio, cuenta con una población de 108 798 habitantes, es receptora de movimientos migratorios dentro del área andina del sur de Perú y se distingue por la gran heterogeneidad cultural y lingüística de su población. Los informantes entrevistados para el presente estudio son migrantes que proceden de localidades del departamento de Cuzco y que se mudaron a la ciudad en su juventud en búsqueda de mejores oportunidades de estudio o de trabajo. Cinco son bilingües con quechua como l1, cuatro son bilingües con español como L1 y una es monolingüe en español. En ambas muestras, se entrevistó a personas con diferentes características, las cuales se pueden apreciar en las Tablas 1 y 2.

Tabla 1 Distribución de los informantes de Chinchero 

Tabla 2 Distribución de los informantes de Cuzco 

Las transcripciones fueron realizadas con el programa ELAN6 y han sido revisadas por dos hispanohablantes nativos. La técnica de recopilación de datos fue la entrevista semidirigida, que llevó a cabo la propia investigadora7. En el protocolo, se trataron temas relacionados con: las costumbres y fiestas tradicionales; vida y ocupaciones cotidianas de los informantes; cambios en las costumbres; actitudes hacia el quechua y el español; narraciones de vida y de leyendas tradicionales. Particularmente, se exhortó a los informantes a que narraran su historia de vida o su experiencia de migración a Cuzco (en el caso de las entrevistas realizadas en la ciudad). Se procuró crear un ambiente de confianza, valiéndose siempre de la ayuda de un mediador bilingüe quechua-español, y, en algunos casos, de la ayuda de vecinos y amigos que se prestaron a colaborar en la investigación, y que con su presencia contribuyeron a crear una comunicación más fluida con los informantes.

ANÁLISIS

En el corpus, en total, hemos recogido 1 024 ocurrencias de verbos en PPC, frente a 868 de PPS. Una primera visión de los datos nos llevó a corroborar que, al menos en las entrevistas semidirigidas en las que los informantes narran hechos destacables de su vida, la frecuencia de uso del PPC es muy elevada. Para nuestro estudio, descartamos los usos de PPC canónicos (474) y tuvimos en cuenta los casos de PPC que apuntan a hechos del pasado terminados sin conexión temporal con el presente (550), es decir, que se encuentran en contextos del PPS.

Contabilizamos ambos y se encontró una prevalencia del 38.8 % (550) para el PPC y del 61.2 % (868) para el PPS. El porcentaje de uso del PPC en contextos de PPS es notablemente elevado, lo que corrobora las observaciones de estudios previos y pone de manifiesto la productividad en el discurso oral de este fenómeno.

En efecto, en el corpus se emplea ampliamente para referirse a eventos del pasado perfectivos y lejanos en la línea temporal, incluso para el pasado remoto. Nótese en los ejemplos 118 que el PPC aparece con expresiones temporales y adverbios que indican un pasado alejado del presente y determinan los límites temporales de los eventos, esto es, con un inicio y un final claramente definidos, como «todavía era niña» en 11a; «(la época de) el terrorismo» en 11b; «1992» en 11c; «el 2005» en 11d; «en la Segunda Guerra Mundial» en 11e; o «a los 35 años» en 11f.

De esta forma, el PPC parece ocupar el lugar del PPS y se combina con otras formas de pasado como el pretérito imperfecto o el presente histórico en una narración. Asimismo, el PPC se utiliza con todo tipo de verbos, estativos, de movimiento o de acción, transitivos e intransitivos, por lo que no conoce restricciones en ese sentido. Véanse los siguientes ejemplos en el que los hablantes se refieren con PPC a hechos de su infancia o de un pasado lejano:

(11a) I 25: Después ya cuando era ado- eh... Más o menos también todavía era niña hemos- por el trabajo de mi papá nos hemos venido a acá a Cuzco, porque él es cuzqueño, ¿no?

(11b) E: ¿Allí fue fuerte el terrorismo (años 80 y 90), más que en Cuzco?

I 21: Fuerte, uff, fuerte, fuerte... Incluso a mí me han agarrado pero yo no he hecho daño a nadie, no me hicieron naaada...

(11c) E: ¿Su esposo murió hace mucho tiempo?

I 8: Sí, hace tiempo ha muerto, 1992.

(11d) I 24: Y así y el día que he inaugurado el restaurante pa' turistas, ¡ay!, he llorado de alegría.

E: ¿Cuándo, cuándo fue eso? ¿Hace cuántos años? [...]

I 24: El turístico he abierto el dos mil cinco. El dos mil cinco, ¿no?, hemos abierto.

(11e) Otro participante: Bueno, perdóneme, lo singular de ella es que se casa a los dieciocho años con un alemán. Y era un la, alemán fugitivo.

E: ¡Ah, con un alemán!

I 20: Se ha escapado de la barbarie que había en el.... en la Segunda Guerra Mundial.

(11f) I 22: He tenido muy tarde también por eso mis hijos, a los treinta y cinco años ya he tenío (en el momento de la entrevista tiene 59 años).

De los ejemplos, se desprende que la distancia temporal o la perfectividad no determinan la elección del PPC o del PPS. Más bien, los usos del PPC perfecto que remiten a un pasado lejano son explotados en la narración y su desarrollo respondería a una necesidad comunicativa de expresar otros valores no relacionados con la temporalidad o la aspectualidad. En muchos casos, aparece en la narración el PPC en combinación con el PPS, como en 11b, lo que nos lleva a pensar que existen otros valores y recursos discursivos en juego.

Análisis cualitativo

Como ya señalamos, el PPC permite expresar valores subjetivos en español y es especialmente empleado con estos valores en la narración, tendencia que está aún más desarrollada en el español andino. Esta ventana abierta parece ser muy bien explotada en el corpus, pues son numerosos los casos en los que los hablantes destacan y acercan determinados eventos, juegan con sus propias experiencias o con las de terceras personas en la narración y ponen énfasis en un determinado acontecimiento para acercarlo y llamar la atención del interlocutor. En el corpus, hemos detectado, al menos, tres funciones, todas relacionadas con el ámbito de la modalidad y que canalizan valores subjetivos y la actitud del narrador frente a lo narrado:

  • Poner en primer plano determinados acontecimientos o experiencias, con el fin de hacerlos más cercanos y vívidos; o bien para llamar la atención del interlocutor. En la mayoría de los casos, los ha vivido el narrador o los ha observado de cerca.

  • Narrar experiencias vividas en primera persona que revisten importancia para el narrador, quien quiere destacar o llamar la atención sobre ellas.

  • Incorporar valores discursivos en la narración, como cerrar con un evento llamativo o que resume lo narrado anteriormente; marcar un punto culminante o especialmente emocionante; o comentar y evaluar la narración, resumiéndola.

Las dos primeras funciones son muy cercanas, tienen en común que el hablante narra acontecimientos que ha vivido de primera mano o con cuya veracidad se compromete, y entrarían en sentido amplio en el campo de la evidencialidad que ya ha sido señalado por varios investigadores.

Veamos algunos ejemplos de los tres valores indicados. En muchos casos del corpus, se aprecia una voluntad de dar relevancia presente a eventos del pasado, como se ha indicado en investigaciones anteriores, con el fin de acercarlos y narrarlos con mayor viveza, casi como si el hablante los estuviera experimentando en ese momento, comprometiéndose además con la veracidad de la información de lo narrado.

En muchos casos, se hace referencia a personas con las que los informantes tienen un vínculo fuerte, casi siempre familiares directos, cuyas vivencias afectan al narrador y para cuya narración se emplean las estrategias mencionadas. Por ejemplo, en 12a, una madre relata cómo su hijo, que ahora estudia en Argentina, fue reprobado o suspendido (jalado) e incluso burlado (choteado) por sus profesores en Cuzco, lo cual le pareció injusto, pues considera que su hijo era un buen estudiante y lo que le hicieron fue por gusto. Incluso, debido en parte a ese hecho, su hijo prefiere, en el momento actual, quedarse allí, lo cual le afecta directamente y le produce tristeza; el hecho de que suspendieron a su hijo lo marca con PPC.

Igualmente, en 12b, la hablante se refiere al fallecimiento de sus padres con PPC, pues es un acontecimiento que le afectó considerablemente, aunque sucedió cuando ella era una niña pequeña. Por último, véase en 12c cómo el narrador acerca y destaca los acontecimientos que le sucedieron a su padre cuando fue asesinado por rencillas con los vecinos cuando él era apenas un adolescente.

(12a) I 6: En La Plata está y. él está estudiando, mmmh, parece ya que no quiere regresar, y como nos dice: "allá es mejor", como le hice estudiar por eso ya... acá es ((la))... este... era el chico bien hábil pero ya los profesores ya también por gusto lo han jalado en contaje, tenía para sacar beca de acá pero uno de los profesores lo ha jalado por, por coimiarlo a mi hijo lo han, este, choteado. Entonce así, de ahí ya, de esa vez ya no quiero saber nada de acá, ajá, porque…

(12b) I 7: Sí, nací aquí y mi pa- mi mamá se ha fallecido dejando tres mesecitos vivita, sí, vivita no más me ha dejado. Mi papá se ha fallecido cuando tenía tres añitos, también se ha fallecido, a mí me tenieron [tuvieron] mi, mis tíos, tía tío no más me tenieron [tuvieron] y después me llevaron grandecita, unos doce años, ya a la escuela.

(12c) I 23: Y parece que esas cosas la gente estaría acumulando y de la chacra siempre se van pues un poco mareados a caballo. Y parece que lo han esperao en algúuun sitioo oscuro y lo han golpeao y lo han subío al caballo. Lo han llevao hasta la puerta (()) y de ahí lo han soltao a mi papá pero ya estaba reventao, ya... Él posiblemente... las páncreas, los intestinos...

Constatamos que se emplea el PPC para narrar experiencias vividas en primera persona que el hablante quiere destacar y con cuya veracidad se compromete igualmente. En el fragmento citado en 13a, se puede observar que una informante cuenta a otra lo que vio en la cárcel cuando fue allí una vez con su madre para comprar algunos tejidos a bajo precio, pero se encontró que los precios eran más altos que en el mercado común. Su experiencia de haber entrado en la cárcel, de que les pidieron que se pusieran un vestido y no pantalones, así como de ver los precios tan elevados (lo más destacado de su discurso y con cuya veracidad se compromete), la marca con PPC. Igualmente, en 13b, la hablante marca con PPC los acontecimientos que considera relevantes o significativos en el relato de su vida, y que de esta manera acerca y actualiza: su vuelta a Chinchero y su matrimonio con su actual esposo después de estar nueve años viviendo con él. Por último, en 13c, observamos el relato de la aparición de un fantasma cuando la hablante era niña. Todo lo que tiene que ver con ese hecho extraordinario que ella experimentó se marca con PPC.

(13a) I 25: Sí, yo he entrado dos veces a la cárcel a. he entrado a ver así porque su papá de [...] también va siempre hacer las audiencias y todo. La fecha nos dijeron, yo quería hacer mandar hacer unos TRABAJOS pero ahí mismo los presos tienen sus TIENDAS ellos, cada cual hacen sus negocios ahí dentro. Ah... venden, VENDEN. Ahí tienen artesanía... venden, pero es más caro que en la calle.

I 26: Ah, ¿sí?

I 25: Yo he entrao una vez, inclusive nos hann estee pedido que entremos con vestidos, nos prohíben entrar con pantalones. Entonces hemos entrao con mi madre más para hacer tejer esto algo de artesanía y no, no, realmente era más caro que en afuera. Y ahí hemos visto cada precio tiene suu, su taller de zapaterííía, de carpinterííía de tejiiidos deee esto cómo se llama. su taller de carpintería, de manualidades, de TODO.

(13b) I 6: Así entonces ya de ahí he regresado acá, conocí con mi esposo y estuve convi. conviviendo, después de nueve años nos hemos casado así. E: ¡Ah, después de nueve años, mucho tiempo! [Risas].

(13c) I 24: En el día cuando había noche de luna así todos los niños de los vecinos, todos jugábamos doce de la noche, una de la mañana. Una vez se nos ha aparecido un alma, alma que le dicen otra vida. Estábamos jugando ahí en la calle todos gritando feliz y no sé quién dijo "un alma, un alma", así. Y verdaderamente en el puentecito en, de mi casa hay un puentecito de la, en la acequia ahí había una mujer parada en el aire. ¡Ah! Y nosotros qué hemos hecho, teníamos que. mi casa estaba ahí no más, pero tenías que saltar un andén. Hemos saltao y no sé cómo, pero todos hemos desaparecido.

En otros casos, el PPC se usa también como estrategia discursiva, especialmente para poner punto final a la narración o indicar el momento culminante y más emocionante del discurso, aunque no por ello pierde su significado evidencial de compromiso con la veracidad de la información, así como de acercamiento al presente en la narración. El fragmento que sigue en 14a recoge una conversación entre dos hablantes. La mayor parte se desarrolla sobre la época en la que había grandes haciendas en el territorio de Chinchero y en las provincias de Cuzco y aledañas, y sobre cómo los terratenientes explotaban y maltrataban a los trabajadores. Los hablantes concluyen hablando del momento en que esa época terminó, que coincidió con la reforma agraria impulsada por Velasco Alvarado en 1969. El punto más emocionante que cierra su narración es cuando, con cierta rabia, uno de los informantes expresa que el presidente Alvarado fue quien finalmente expropió y expulsó a los terratenientes. Esto es expresado con PPC9. En 14b, la hablante explica de qué forma aprendió quechua jugando con otras niñas que hablaban quechua. Con el verbo en PPC, ella resume lo que ha explicado anteriormente. En 14c, tras una conversación en la que se relata lo duros que fueron los años del terrorismo en Cuzco por la violencia, la pobreza y algunas enfermedades como el cólera, la hablante cierra el tema evaluándolo como «unos años terribles» con PPC.

(14a) I 11: Ah, ya. ¿Pero en qué año termina el hacendao?

I 3: Cuando están en... Juan Velasco [...]. Esa fecha.

I 11: Esa fecha terminó, cuando entró... cuan, cuando entró el alcal... no, el presidente, ¿no? Velasco Alvarado, ¿no?

I 3: Presidente Alvarado. Él todo...

I 11: Ahí terminó [...].

I 3: En na' hacendados.

I 11: Él lo ha botao a todos los hacendados. (14b)

E: ¿Lo aprendió su familia [el quechua]?

I 26: No, yo, yo, como yo vivía en zona rural, o sea, nosotros en el distrito... TODOS hablaban castellano y quechua, las chicas deee la clase media como las chicas de los CAMPESINOS hablábamos, jugábamos en la ((ESCUELA)). Yyy como eran, como era...

E: ¿O sea, las dos a la vez?

I 26: A la vez aprendíamos nosotras el castellano a ellas y ellas el quechua a NOSOTROS. .. [risas]. Y áhi he aprendido yo.

(14c) Otro participante: Sí, había una enfermedad. ¡Cólera!

I 28: Sí, apareció un cólera. Encima... ¡Claro!

E: ¿Hubo una peste de cólera aquí en Cuzco?

I 28: Exactamente. Otro participante: Sí, ¡claro!

I 28: Entonces ha sido uunos años terribles y Alán García cuando se va del gobierno deja la país, al Perú en el, desastre económico…

Análisis sociolingüístico

Además del análisis cualitativo, nos propusimos analizar si, al igual que en otros cambios observados en el español andino -como el sistema pronominal átono de tercera persona, véase García Tesoro & Fernández Mallat (2015)-, hay factores sociales que influyen en el cambio. Efectivamente, en la sociedad peruana el nivel de instrucción (que va íntimamente unido al nivel socioeconómico y a ocupaciones más o menos cualificadas en función del acceso a estudios superiores) se revela fundamental, pues determina en gran medida el acceso a un aprendizaje formal del español y a una mayor conciencia de la norma estándar y de los rasgos distintivos de la variedad andina (que tratan de evitar, pues está fuertemente estigmatizada). En el corpus, igualmente, los hablantes que han aprendido español de manera formal en la escuela y tienen mayor nivel de instrucción, muestran la presión de la norma, pues perciben estos usos del PPC como marcados y tienden a evitarlos. Los datos se muestran en la Tabla 3.

Tabla 3 Usos de PPC y PPS en contextos de aoristo en función del nivel de instrucción 

Nivel de instrucción PPC PPS
Primaria o inferior (1-11, 19-21) 325 (63.6 %) 186 (36.4 %)
Secundaria (12-14, 22-24) 163 (37.4 %) 273 (62.6 %)
Universidad (15-18, 25-28) 62 (13.2 %) 409 (86.8 %)

El desglosamiento de los datos en función del nivel de instrucción nos muestra una clara tendencia de los hablantes con estudios primarios o secundarios a usar el PPC en contextos de PPS con una alta frecuencia: un 63.6 % para los que tienen estudios primarios o inferiores, y algo menor, pero también considerablemente elevado para el grupo con estudios secundarios (37.4 %). En cambio, los que han realizado estudios universitarios muestran un porcentaje mucho menor (13.2 %), lo que pone de manifiesto que el fenómeno se percibe como marcado y cuando los hablantes adquieren conciencia de la norma prefieren evitarlo. En definitiva, el cambio se encuentra considerablemente generalizado y tiene su origen en los bilingües con menor nivel de instrucción, pues no hemos hallado cambios significativos en función de otros factores sociolingüísticos como la edad o el género.

También podríamos pensar que el distanciamiento del cambio y la mayor conciencia de la norma están relacionados con la mayor exposición a variedades urbanas, debido a la histórica estigmatización de la variedad andina, que es relacionada con la pobreza, lo rural y el subdesarrollo (Heros, 2012). Por ello, analizamos los datos en función de si las entrevistas fueron realizadas en Chinchero (comunidad rural y homogénea donde predomina el bilingüismo), o en la ciudad de Cuzco. Los datos se muestran en la Tabla 4.

Tabla 4 Usos de PPC y PPS en contextos de aoristo en función de la localización de la entrevista 

Localización PPC PPS
Chinchero 272 (58.7 %) 191 (41.3 %)
Cuzco 278 (29.1 %) (0.9 %)

Efectivamente, los datos confirman que el abandono de la norma andina se constata en los informantes que residen en la ciudad, pues la frecuencia de uso del PPC con valores innovadores es mucho menor en los hablantes entrevistados en Cuzco (29.1 %) que en Chinchero (58.7 %). No resulta extraño que el contacto con la norma urbana y con monolingües procedentes de distintas regiones del país, haga que los hablantes con cierto nivel de conciencia lingüística traten de alejarse de la variedad andina y acercarse en mayor medida a la estándar.

DISCUSIÓN

Hasta aquí, hemos visto que el PPC en el corpus de español andino muestra un empleo con una elevada frecuencia de PPC en contextos de PPS, esto es, señala pasados perfectivos alejados en la línea temporal y no conectados con el presente. Esto lo situaría en un estadio más avanzado en su proceso de gramaticalización, aspecto ya apuntado por varios investigadores. Hemos observado que no conoce restricciones lingüísticas en cuanto al tipo de verbo ni los adverbios o expresiones temporales con los que aparece, y que puede desempeñar las funciones del pretérito simple y combinarse con otras formas verbales de pasado o con el presente histórico. Este cambio, además, ha propiciado el desarrollo de valores modales y subjetivos que permiten al hablante usar estrategias en su narración para acercar y dar viveza a determinados eventos del pasado, narrar sucesos experimentados en primera persona o en personas muy cercanas que interesa destacar y con cuya veracidad el hablante se compromete; así como usos discursivos para cerrar el discurso o llamar la atención del interlocutor.

Como hemos mencionado, el PPC presenta polisemia en el mundo hispanohablante, es inestable y también permite una explotación discursiva, por lo que no es de extrañar que en una variedad de contacto como la estudiada muestre cambios en este tiempo verbal. Como es sabido, además, algunas tendencias de cambio internas en las lenguas se aceleran o producen cambios inesperados en situaciones de contacto con otras lenguas. La pregunta que se plantea a continuación es inmediata: ¿podría estar el contacto con el quechua tras estos cambios? Creemos que, efectivamente, esta lengua posee ciertas características que lo potencian, al menos, en cuanto a la evidencialidad que está gramaticalizada en su sistema verbal. Pasemos pues, en primer lugar, a examinar dichas características.

En quechua, el dominio de la evidencialidad es sumamente importante y se encuentra gramaticalizado en el sistema verbal. Existen dos sufijos que marcan los verbos en pasado, pero que establecen una diferenciación semántica importante que no existe en español: 1) «r(q)a», utilizado para señalar un hecho puntual en el pasado y para señalar eventos del pasado sin otro significado añadido; 2) «-sqa», empleado para narrar hechos no vividos o realizados sin control por parte del hablante, en sueños o en otra circunstancia que haga imposible su conocimiento directo (por ejemplo, datos transmitidos mediante narraciones orales), así como para comunicar que un evento o información es inesperado o produce sorpresa en el hablante y lo acaba de descubrir.

En la variedad de quechua n c hablada en el sur de Perú y noroeste de Bolivia (Adelaar, 2004, 183 y ss.), objeto de nuestro estudio, «-sqa» mantiene sentido evidencial, como se puede apreciar en los ejemplos de 1510:

(15a) Pomacanchipis ukukukuna tususqaku.

'Dice[n] que en Pomacanchis habían bailado los ukukus' <lo sé porque me lo han contado, no lo he presenciado>.

(15b) Chayamusqankitaq.

'¡Ya habías llegado! [y me sorprende]'.

Asimismo, «-sqa» es ampliamente usado no solo para referirse a la noción estricta de evidencialidad, en el sentido de que el hablante no ha presenciado los hechos, sino que se explota discursivamente para referirse a una información que ha sido realizada fuera del control del hablante, de modo que no puede asegurar su veracidad. Por esta razón, en muchas ocasiones es empleado para narrar eventos míticos o leyendas transmitidas oralmente. Este sufijo también ha sido llamado narrativo o delegatorio (Cerrón-Palomino, 1987, p. 273). Igualmente, puede emplearse para hablar de hechos soñados o de los que el hablante no era consciente. Véanse los siguientes ejemplos:

(16a) Wawacha kaqtiy unuchawasqaku

'Cuando era recién nacida me habían bautizado'.

(16b) Unuchakuyniypi askhata kusikusqani

'En mi bautizo me habían puesto ropa blanca'.

(16c) Watachaypi askhata kusikusqani

'En mi fiesta de un añito me había alegrado mucho'.

Por otro lado, el quechua posee unos marcadores de evidencialidad y modalización o validación que marcan la evaluación por parte del hablante de la información que está transmitiendo (véanse los estudios para el quechua de Cuzco de Faller, 2003, 2007): 1) la forma evidencial «-mi» indica que el hablante asegura que la información es cierta y que ha experimentado u observado aquello de lo que está hablando; implica, por tanto, compromiso del hablante con la información que está transmitiendo. Y, 2) el reportativo «-shi» señala que alguien le ha reportado la información y que, por tanto, no se responsabiliza, o se distancia de su veracidad o de la fiabilidad de la fuente de información.

De esta forma, la diferencia semántica entre dos oraciones, como las que siguen, obedecería a criterios de evaluación modal o evidencial (ejemplos tomados de Cerrón-Palomino, 1987, p. 287).

(17a) Mikunmi

'Él/ella come' [lo tengo por seguro porque lo he confirmado yo mismo].

(17b) Mikunshi

'Él/ella come' [se dice, no me consta].

Cabe señalar, por último, que en línea con Adelaar (1997), Cerrón-Palomino (1987) y Faller (2003, 2007) creemos que el sufijo «-sqa», así como los otros marcadores de evidencialidad y validación como «-mi» o «-shi», no están sujetos al sentido estricto evidencial de realidad experimentada y observada. Más bien, funcionan como valida-dores que codifican la evaluación del hablante sobre la veracidad de la información y la fiabilidad de la fuente, así como su compromiso o distanciamiento frente al evento narrado. En ese sentido, coincidimos con la postura de Dendale y Tasmowski (2001) y entendemos la evidencialidad en un sentido amplio, ligada a la modalidad epistémica, como un modo de expresar la evaluación subjetiva que el hablante hace de la fuente de la información, así como de la veracidad de un enunciado.

Como se mostró en García Tesoro (2015), los valores evidencíales de distanciamiento con respecto a la información y la miratividad parecen expresarse con cierta claridad a través del pretérito pluscuamperfecto en esta variedad11. En el caso del PPC, parece haber asumido valores evidencíales por influencia del quechua, pero para la transmisión de información vivida y experimentada, normalmente en primera persona. Esto lleva aparejada su extensión a todo tipo de contextos de pasado para poder evaluar todas las informaciones narradas, así como una explotación discursiva en la narración que se produce igualmente en quechua (Howard, 1988; Hintz, 2007).

Sostenemos, por tanto, que no se trata de un mero calco, pues en ese caso supondría la pérdida de los valores originales del español y la reorganización en función de los mismos. Por el contrario, en la variedad andina, los valores canónicos y emergentes, tanto del pluscuamperfecto como del PPC, conviven sin problemas, y más bien parece que los nuevos valores se activan en función de la narración y las necesidades comunicativas de los hablantes.

Así, el uso de valores evidenciales y validadores responde a la libertad del hablante para jugar con los distintos significados del lenguaje y adecuarlos a sus necesidades comunicativas. En este contexto, el hablante agrega un elemento subjetivo de evaluación de veracidad de la información o de la fuente de datos sobre la información que quiere transmitir, o se desvincula de ella si subjetivamente lo cree necesario.

Se explotan de esta manera las posibilidades que ofrece el sistema gramatical del español y, aunque se acercan a los significados descritos para el quechua, creemos que los valores evidenciales y validadores se han introducido a través del PPC (y del pluscuamperfecto), pues en español es susceptible de expresar valores subjetivos y de evaluación de la información, así como de ubicación en un pasado anterior y terminado, pero que está vinculado con la experiencia presente.

El pretérito compuesto, como tiempo de pasado perfectivo y con características particulares que lo diferencian del simple, sería el ámbito apropiado para codificar estos valores. De hecho, se ha descrito que, con frecuencia, el perfecto y el evidencial comparten un origen diacrónico en estructuras resultativas de origen estativo y que, en lenguas que no gramaticalizan la evidencialidad, es frecuente usar el perfecto como recurso para expresar evidencialidad, tanto por propia evolución interna como por situaciones de contacto con otras lenguas, como se observa en el español andino (Aikhenvald, 2004; Bermúdez, 2005).

La evolución, en este caso, se fundamenta en una base semántico-pragmática común a los sistemas de perfecto, evidencial y mirativo, relacionada con la subjetividad epistémica y la vinculación del hablante con el evento narrado (Soto & Hasler, 2013). Esto, unido a las posibilidades discursivas y para codificar valores subjetivos del PPC, hace que se constituya como un excelente recurso para referirse a un hecho pasado, perfectivo, cuya relación con el presente lo haga más cercano y vívido. Es el espacio perfecto, mediante el cual se pueden codificar las experiencias vividas en primera persona, que afectan de lleno al hablante y con cuya información este se compromete de manera absoluta.

Postulamos, entonces, que se ha producido un cambio lingüístico inducido por contacto, mediante el cual el PPC ha aumentado su frecuencia de uso y ha ampliado las posibilidades de expresar valores relacionados con la evidencialidad, que permiten codificar que un hecho ha sido vivido o experimentado y que subjetivamente se considera veraz. Además, permiten usar estrategias discursivas en la narración para hacerla más cercana y vívida.

El mecanismo para que se produzca el cambio es un proceso cognitivo en el que los hablantes bilingües perciben semejanzas (Jarvis & Pavlenko, 2008) en un recurso de la gramática quechua para expresar evidencialidad, validación de la información, con los significados modales que puede expresar el PPC en español, así como de acercamiento en el eje cronológico y de perfectividad. Se dispara así el cambio en español que desemboca en la ampliación de usos discursivos y la adopción de valores evidenciales por parte del perfecto compuesto. Esto implica, asimismo, un aumento en su frecuencia de uso, pues se constituye como un recurso altamente productivo en la lengua. En definitiva, las estrategias que se ponen en marcha tienen que ver con la necesidad de cubrir necesidades comunicativas de los hablantes a partir de los recursos coherentes que perciben en su segunda lengua.

CONCLUSIONES

A modo de recapitulación, quisiéramos destacar que en esta investigación hemos tratado de demostrar que en el español andino peruano se registran usos del PPC que se extienden a los contextos propios del pretérito simple y que, además, adquiere valores relacionados con la evidencialidad y la validación de la información, así como con estrategias discursivas empleadas de manera muy productiva en la narración de acontecimientos del pasado.

Dado que el español es una lengua que muestra variación en el uso de los pasados, al igual que una tendencia a expresar valores subjetivos y a la explotación discursiva del PPC, postulamos que los fenómenos estudiados se introducen mediante puertas abiertas que la lengua española ya posee, y no mediante importaciones directas de elementos del quechua. Nótese que el PPC ya se encuentra en un proceso de gramaticalización en el que tendería a ocupar los contextos del aoristo, hecho que ya está ocurriendo en la variedad peninsular y, de forma más evidente, en el español andino. Esto indicaría que es una tendencia ya presente en la lengua que se ve potenciada por la influencia del quechua.

Esta extensión a los contextos del PPS, además, tiende a explotarse en el discurso, es decir, se reinterpreta con otras funciones. En este caso, se ponen en marcha estrategias discursivas que tienen que ver con la evidencialidad, para acercar eventos relevantes, especialmente si fueron vividos en primera persona, o destacarlos en la narración por motivos discursivos.

Pasando a una visión sociolingüística de este fenómeno, hemos observado el peso que ejercen el mayor nivel de instrucción y el contacto con la norma urbana en un acercamiento a la norma estándar, así como en la percepción del español andino como variedad estigmatizada. Por último, no se podría entender el cambio únicamente del PPC en español andino sin tener en cuenta que nos encontramos ante una serie de subsistemas con valores innovadores para este tiempo, tanto en la variedad en estudio como en otras que, a su vez, van en consonancia con los valores modales y evidenciales que están adquiriendo otros tiempos del pasado.

Al menos, sabemos que en la variedad andina el pluscuamperfecto se está empleando con valor evidencial y mirativo (véanse Escobar, 1997; García Tesoro, 2015; Haboud, 1998; Klee & Ocampo, 1995; Speranza, 2010; entre otros). Por ello, se hace necesario elaborar más estudios sobre los tiempos verbales de pasado y sus usos en estas variedades, pero podemos afirmar que se trata de un reajuste paradigmático en el que cada tiempo asume diferentes valores en función de las necesidades comunicativas de los hablantes bilingües de quechua y de las posibilidades que las formas tienen en español. La coincidencia, con los reajustes en otras variedades andinas, e incluso con variedades de contacto con lenguas amazónicas (Jara, 2013) o guaraní (Álvarez Garriga & Speranza, 2012; Speranza, 2010, 2014), nos lleva a pensar que estamos ante procesos generales de cambio en el español en situación de contacto con lenguas amerindias.

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* Esta investigación se ha desarrollado en el marco del proyecto El español en contacto con otras lenguas ii: variación y cambio lingüístico, financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad de España (FFI2015-67034-p).

Cómo citar este artículo: García Tesoro, A. I., & Jang, J. (2018). El pretérito perfecto compuesto en el español andino peruano: usos innovadores y extensión a contextos de aoristo. Forma y Función, 31(1), 93-123.

1 Como tiempo del ámbito del presente, puede emplearse también en el ámbito del pasado, como veremos, pero también del futuro, en ejemplos como: «Hombre, el mes que viene ya he presentado el examen; Si ya os habéis marchado a las ocho, podré ir aún al cine; No te preocupes. Cuando vea que he llegado al término de mis fuerzas, pediré ayuda» (Cartagena, 1999, p 2943).

2 Aunque no se trata de una zona de contacto con el quechua, en el área amazónica peruana se produce un cambio similar. El trabajo de Jara y Valenzuela (2013) muestra que en el español de Jeberos, que se encuentra en una situación de contacto con lenguas amazónicas, el PPC se utiliza en contextos del pps con valores subjetivos y modales que permiten narrar acontecimientos pasados con relevancia en el presente.

3 Es importante recordar que los valores canónicos del PPC en español, universal, experiencial, resultativo y de proximidad al momento de la enunciación, siempre se han mantenido al mismo tiempo que los innovadores.

4 Datos de población del Instituto Nacional de Estadística e Informática de Perú de 2007 (https://www.inei.gob.pe/estadisticas/censos/).

5 Cuper, Yanacona, Ayllopongo, Umasbamba, Ayarmaca, Ccorimarca, Tangabamba Qoricancha, Pongobamba, Taucca, Huaypo Grande, Simatauca, Piuray, Huilahuila, Valle Chosica y Ocotuan.

6 El software elan se encuentra disponible en http://tla.mpi.nl/tools/tla-tools/elan/, Max Planck Institute for Psycholinguistics, The Language Archive, Nijmegen, The Netherlands. Las transcripciones se hicieron siguiendo las convenciones de la ortografía del español, pero se reflejan fenómenos como reinicios o autointerrupciones, alargamientos vocálicos y consonánticos, fenómenos de fonética sintáctica (como pa' por para) o algunas formas dialectales características del habla de los informantes. La pronunciación marcada o enfática se marca con la palabra o palabras en mayúscula; también se anotaron, entre paréntesis, circunstancias que afectaron la conversación (como risas y toses), y los fragmentos indescifrables o dudosos se señalaron con (()).

7 El trabajo de campo fue realizado por García Tesoro.

8 En las transcripciones, para reflejar los turnos de palabra, se usan las siguientes marcas: e para entrevistador, I+número de entrevista para cada uno de los informantes, o para el guía que colaboró en las entrevistas y от para otro participante.

9 También lo refuerza con la duplicación del clítico lo del referente todos los hacendados, que tiene en esta variedad una función enfática en el discurso. Véase García Tesoro & Fernández Mallat (2015).

10 Queremos agradecer a Janett Vengoa de Orós, mediadora intercultural, profesora y traductora de quechua, su valiosa y desinteresada colaboración en la investigación con sus comentarios, así como con los ejemplos en quechua (de la variante del sur de Perú), la traducción al español y la interpretación de los datos recogidos en las entrevistas.

11 Igualmente suele aparecer acompañado de otras expresiones de evidencialidad y del reportativo del español andino dice.

Recibido: 24 de Julio de 2017; Aprobado: 04 de Noviembre de 2017

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