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Forma y Función

versão impressa ISSN 0120-338X

Forma funcion, Santaf, de Bogot, D.C. vol.32 no.2 Bogotá jul./dez. 2019

https://doi.org/10.15446/fyf.v32n2.80823 

Artículos

LA VOZ PASIVA EN YAGÁN*

THE PASSIVE VOICE IN YAHGAN

A VOZ PASSIVA EM YAGÁN

María Alejandra Regúnaga **  

**Doctora en Letras por la Universidad Nacional del Sur (Bahía Blanca, Argentina), Conicet, Argentina docente-investigadora en la Universidad Nacional de La Pampa (Argentina). aregunaga@gmail.com


Resumen

La lengua yagán, que fuera hablada en el extremo sur de la isla de Tierra del Fuego y en otras islas cercanas al Cabo de Hornos (aunque en la actualidad está casi extinta), presenta una forma prefijal «tūmū-», entendida como pasivizador, conformada a partir de un causativo «tū» y un reflexivo «m(a)-». Este trabajo analiza el funcionamiento del prefijo «tūmū-» a partir de fuentes documentales de diversa índole provenientes del período de vitalidad lingüística (entre mediados y fines del siglo XIX), y descripciones realizadas por lingüistas con los últimos hablantes, hacia 1980. Los resultados llevan, en primer lugar, a una sistematización de las estrategias morfológicas para la pasivización en yagán; en segundo lugar, a establecer cómo se codifica este fenómeno a través del cotejo de las estructuras sintáctica y semántica en ejemplos textuales y, finalmente, a correlacionarlo con otros casos de pasivas no canónicas ya conocidos.

Palabras clave: lenguas indígenas; yagán; morfología; diátesis verbales; voz pasiva

Abstract

The Yahgan language, spoken in the southernmost part of the island of Tierra del Fuego and other islands close to Cape Horn (though it is now practically extinct), features the prefix form «tūmū-», understood as a passivizer, made up of the causative «tū» and the reflexive «m(a)-». The paper analyzes the functioning of the prefix «tūmū-» on the basis of diverse documentary sources from the period of linguistic vitality (mid-19th century to the end of that century), as well as descriptions carried out by linguists together with the last speakers of the language, around 1980. First, the results make possible the systematization of morphological strategies for passivization in Yahgan; secondly, the establishment of the manner in which this phenomenon is codified, through the comparison of syntactic and semantic structures in textual examples; and, finally, the correlation of the phenomenon with other known, non-canonical cases of passives.

Keywords: indigenous languages; Yahgan; morphology; verbal diatheses; passive voice

Resumo

A língua Yagán, que foi falada no extremo sul da ilha da Terra do Fogo e em outras ilhas próximas do Cabo de Hornos (embora na atualidade esteja quase extinta), apresenta uma forma prefixal «tūmū-», entendida como apassivadora, a qual é formada pelo causativo «tū» e pelo reflexivo «m(a)-». Este trabalho analisa o funcionamento do prefixo «tūmū-», tomando por base tanto fontes documentais diversas, provenientes do período de sua vitalidade linguística (entre meados e final do século XIX), quanto descrições realizadas por linguistas com os últimos falantes, por volta de 1980. Os resultados conduzem, em primeiro lugar, a uma sistematização das estratégias morfológicas para a passivização em Yagán; em segundo lugar, levam a identificar como se codifica esse fenômeno mediante o cotejo das estruturas sintática e semântica em exemplos textuais; e, finalmente, permitem correlacioná-lo com outros casos de passivas não canónicas já conhecidos.

Palavras-chave: línguas indígenas; Yagán; morfologia; diáteses verbais; voz passiva

1. INTRODUCCIÓN

El panorama tipológico actual se ve constantemente enriquecido con el conocimiento y la incorporación de nuevas lenguas en las comparaciones interlingüísticas. El aporte de datos provenientes de variedades poco consideradas previamente, como sucede con las lenguas indígenas americanas, ha llevado a la problematización y reconsideración de muchos fenómenos de larga tradición de estudio. La inclusión de nuevos parámetros al análisis ha llevado, en ciertos casos, a ampliar el panorama analítico y teórico del tema.

La voz pasiva, entendida como la alternancia de los papeles semánticos de agente y paciente con respecto a la función sintáctica de sujeto y la función pragmática de tópico, es un tema que ha recibido un prolongado y amplio estudio desde las más diversas perspectivas de análisis. Frecuentemente asociada con otros fenómenos de diátesis verbal, tales como la voz media, los reflexivos y los recíprocos, es posible también vincularla con otros reacomodamientos actanciales, en particular cuando se consideran casos que provienen de las lenguas indígenas.

En lo que sigue, realizaré un análisis, a partir de fuentes documentales sobre la lengua yagán, del funcionamiento de la forma «tūmū-», que surge de la combinación de dos prefijos, el causativo y el reflexivo. Dicha forma es interpretada como morfema pasivizador, a partir de ejemplos léxicos provenientes de la principal fuente de información documental sobre la lengua, un diccionario compilado durante la segunda mitad del siglo XIX (cuando la lengua contaba con plena vitalidad y una comunidad hablante ampliamente extendida) por un misionero anglicano (Bridges, 1987 [1933]). A fin de realizar una correcta interpretación de la diátesis pasiva, recurro a materiales complementarios provenientes del mismo misionero: una breve gramática y las traducciones de tres textos bíblicos. Esta adición permitirá establecer una correlación entre las estructuras sintáctica y semántica de los ejemplos analizados y así vincular la pasivización con otras posibilidades de diátesis en la lengua, tales como la voz media, los reflexivos y los recíprocos, al igual que otros reacomodamientos actanciales cuya vinculación con la voz pasiva es menos frecuente, tal como sucede con los causativos.

2. LA LENGUA

El yagán (también denominado yagan, yahgan, yaghan, yámana o tekenika) destaca por ser la lengua más austral del mundo. En épocas anteriores, se habló en un extenso territorio de la Tierra del Fuego, así como en las islas ubicadas hasta el Cabo de Hornos. En ese período de vitalidad lingüística, se identificaron cinco variedades dialectales de la lengua: la de la isla de Wollaston, la oriental, la central, la occidental y la meridional (Koppers, 1927).

En 1973, se calculaba que el número de hablantes rondaba la decena, todos ellos adultos, distribuidos en la zona chilena y en la argentina (Golbert, 1977). Aproximadamente veinte años después, según Guerra Eissmann (1995), la lengua era hablada por tres mujeres adultas mayores en Ukika (Isla Navarino, Chile). Actualmente, sobrevive solo una de ellas, Cristina Calderón, nacida en 1928. La transmisión intergeneracional de la lengua se detuvo hace mucho tiempo y las nuevas generaciones hablan solamente español. El yagán es una lengua presuntamente aislada, si bien Viegas Barros (1994) propone un lejano parentesco con el qawasqar (familia alacalufe), lengua hablada en la zona del Golfo de las Penas, al sur de Chile.

2.1. Registros lingüísticos del yagán

La lengua cuenta con un variado conjunto de registros lingüísticos: descripciones basadas en datos recogidos en su período de vitalidad (hacia finales del siglo XIX), así como investigaciones emprendidas a partir de la década de 1970 con los últimos hablantes de la lengua. El primer grupo incluye fundamentalmente los trabajos de Thomas Bridges, quien vivió en el extremo sur del continente desde mediados del siglo XIX y allí aprendió la lengua, hecho que le permitió traducir al yagán el Evangelio de San Lucas (1881), los Hechos de los Apóstoles (1883) y el Evangelio de San Juan (1886). Bridges publicó también un breve esbozo gramatical (1894) en el que sintetiza información sobre fonología, acentuación, clases de palabras (artículo, sustantivo, adjetivos, pronombres, verbos) y provee algunas listas léxicas; pero no llegó a terminar la confección de su obra más extensa: Yamana-English. A dictionary of the speech of Tierra del Fuego, editado y publicado póstumamente por Hestermann y Gusinde (Bridges, 1987).

Otros investigadores del siglo XIX desarrollaron aspectos de la gramática del yagán, algunos tomando como base las obras publicadas por Bridges (Adam, 1885; Garbe, 1883; Platzmann, 1882; entre otros). Destaca el trabajo de Lucien Adam, quien reconstruyó (a partir de un análisis de la traducción del Evangelio de Lucas en yagán, Bridges, 1881) y publicó una Grammaire de la langue jâgane (Adam, 1885).

Del segundo grupo de textos, he recurrido a datos de los trabajos de Perla Golbert (1977, 1978, 1985a, 1985b), quien se centra en la morfología y sintaxis del yagán, y apenas brinda un esbozo de la fonología de la lengua. Siguiendo la metodología estructuralista, identifica las categorías léxicas de la lengua (nombres, verbos, adverbios y partículas), detalla rasgos de la morfología nominal y especifica elementos de la morfología verbal: persona, tiempo, modo, composición temática, derivación, voz, causativos y benefactivos. Si bien estas descripciones están enmarcadas en los parámetros de las teorías lingüísticas actuales, y realizadas a partir de materiales propios recogidos en expediciones de campo, provienen de un grupo muy reducido de hablantes, conforman un corpus sumamente restringido y presentan muchos puntos poco claros debido al estado de desgaste de la lengua. Los estudios posteriores sobre la lengua, realizados por investigadores chilenos, desarrollan especialmente el análisis de la fonología del yagán (Aguilera, 2000; Guerra Eismann, 1989, 1990, 1994; Poblete Mendoza & Salas, 1997; Salas & Poblete Mendoza, 1997; Salas & Valencia, 1990).

2.2. Características generales de la lengua

Con respecto a la fonología del yagán, si bien hay numerosos datos, todavía no se cuenta con una descripción definitiva. Observa Aguilera Faúndez (2000) que las descripciones de Salas y Valencia (1990) y Salas y Poblete Mendoza (1997) son discordantes con respecto a la de Guerra (1990), a pesar de haber trabajado con los mismos consultantes. Por otro lado, Golbert (1977) advierte que no pudo llegar a una fonemización definitiva. Por esta razón, no daré cuenta en este trabajo de los fenómenos relativos a los procesos fonológicos que pudieran observarse en los datos.

El sistema ortográfico usado en este artículo, basado principalmente en el sistema de transcripción de la revista Anthropos (Schmidt, 1907) y usado también en el diccionario (Bridges, 1987) debe considerarse por ahora como una aproximación: algunos sonidos que aparecen representados por medio de caracteres diferentes podrían ser alófonos de un único fonema. El sistema de transcripción utilizado por Bridges (1894 y obras manuscritas) corresponde al alfabeto fonotípico desarrollado por Ellis (1845, 1846) que, sin embargo, no tiene un fundamento fonológico. Esto queda claro en la distinción hecha por Bridges entre oclusivas sordas y sonoras, aunque la lengua no presenta una distinción de voz. Por eso, para las citas de Bridges recurro a la transliteración del alfabeto fonotípico de Ellis al sistema de Anthropos, que permite un cotejo con el Diccionario. En el caso de los datos tomados de Adam (1885), mantengo la grafía original del autor, en función de la similitud que presenta su transcripción con el usado en Anthropos.

En cuanto a la morfología nominal, tampoco hay un acuerdo entre las distintas fuentes documentales al respecto. En la gramática manuscrita de Bridges (1866) se menciona la existencia de seis casos: nominativo, genitivo, dativo, acusativo (con dos formas diferentes), vocativo y ablativo. En ciertos paradigmas, aparece también un «caso posesivo». El esbozo gramatical (Bridges, 1894) reduce los casos a dos marcados (posesivo y objetivo) y uno no marcado (supuestamente, nominativo). Los datos de Golbert (1977) muestran la existencia de una marca «-kaa» (según la transcripción de la autora, diferente de la transcripción de Bridges) en los nominales en función sintáctica de objeto directo en la estructura transitiva, y de objeto indirecto en la ditransitiva (ver nota al pie 1).

La categoría de número es descrita con mayor coherencia en las distintas fuentes, y registra formas diferentes para singular (no marcado), dual y plural. Con respecto a las formas verbales, estas pueden presentar marcas de tiempo: pretérito (I y II, en terminología de Golbert, 1977), futuro (I y 11, según la misma autora), frente a un presente no marcado.

Tabla 1 Morfología verbal (Bridges, 1866, 1894; Golbert, 1977

La diferencia entre las formas I y II no es clara; Golbert (1985b, p. 422) observa que «no ha sido posible la caracterización semántica de cada uno de los pretéritos, debido a la falta de textos espontáneos. Es posible que se trate de la oposición «puntual/no-puntual». La misma circunstancia dificulta la diferenciación semántica del Futuro I y II, si bien «es posible que se trate de la oposición inmediato/mediato» (Golbert, 1985b, p. 422).

En relación con el aspecto, Bridges (1866) menciona un 'progresivo' «-gaiata», que parece corresponderse con el continuativo «-kata» (del verbo con el significado 'llegar, venir') identificado por Golbert (1985b, p. 422). Esta investigadora también propone otras dos marcas aspectuales: «-yata» 'estar echado, acostado', en un sentido durativo, y «-tikila» 'dar pasos', para un aspecto de imprecisión/movimiento. Bridges (1866, p. 38) alude a ciertas raíces verbales que, afijadas a otros verbos, adicionarían a estos su valor semántico: por ejemplo, «-mūta» 'hacer algo estando sentado' y «-moni» 'hacer algo estando parado'. Estas formas comparten la posición con las identificadas por Golbert como marcas aspectuales; y pueden ser seguidas por el morfema de tiempo, por lo que quizás se trate de un caso de serialización verbal, más que de aspecto.

En cuanto al orden de los constituyentes de la oración, si bien parece prevalecer el svo, se debe tener en cuenta el tipo de datos disponibles: los recogidos en el siglo XIX son principalmente léxicos (Bridges, 1987), o bien gramaticales a los que se suman oraciones muy sencillas a modo de ejemplo (Bridges, 1866, 1894), y traducciones de las Sagradas Escrituras (Bridges, 1881, 1883, 1886). Los datos del Golbert (1977, 1978, 1985a, 1985b) se basan en emisiones obtenidas por elicitación sobre un cuestionario destinado a descubrir las estructuras básicas de la lengua. Ante la carencia de discursos libres, no es posible asegurar ni el orden básico ni las posibles variaciones ni sus funciones estilísticas o pragmáticas.

En el caso de los pronombres, existe una importante diferencia entre las descripciones de Bridges (1866, 1894) y los datos más recientes de Golbert (1977), no solamente en cuanto a las formas, sino también con respecto a los casos. El manuscrito gramatical de Bridges (1866) presenta una importante cantidad de casos (posesivo, dativo, acusativo, genitivo, ablativo), mientras que en el esbozo gramatical (Bridges, 1894) el dativo y el acusativo se unifican en un «caso objetivo» y algunas de las formas del genitivo se asimilan con las de posesivo.

Tabla 2 Pronombres (Bridges, 1866, 1894; Hestermann, 1929 -adaptación-) 

La descripción de Golbert unifica también las formas usadas para los objetos directo e indirecto, atribuyendo la marca «-kaa» (< «-kaia») al paradigma pronominal que ella denomina «objeto»:

Tabla 3 Pronombres (Golbert, 1977 -adaptación-) 

Los verbos suelen indexar una marca pronominal de sujeto. En la oración transitiva, el sintagma nominal objeto puede recibir una marca facultativa; en los ditransitivos, esa misma marca puede aparecer en R(eceptor), no en T(ema), en lo que parece conformar un «alineamiento de objeto secundario» o «alineamiento secundativo»1 (Malchukov, Haspelmath & Comrie, 2010, pp. 3-4). Debido al tipo de texto del corpus aquí trabajado (traducción al yagán de textos sagrados), y debido también a que las marcas son facultativas, en tanto que avanzo en el análisis de la sintaxis de esta lengua, voy a utilizar la denominación argumento no-sujeto Paciente, en el caso de las transitivas, y argumento no-sujeto Tema/argumento no-sujeto Receptor para las ditransitivas. Los siguientes ejemplos muestran, entonces, que la misma marca «-kaa» que aparece en el paciente de la oración del ejemplo 1a se encuentra, en la estructura ditransitiva del ejemplo 1b, en el receptor:

En el caso de los nominales, según datos de la gramática de Bridges (1866), la presencia o no de la marca de caso depende de la animacidad: «All names of people have two accusative cases, one ending in -či (sic), as laianjiz'nči, the other -ima, as laianjizima» (Bridges, 1866, p. 11):

Proper names of men or women ending in -na, make their objective case by dropping the final -a and affixing -ima, and their dative and ablative case by losing the final -a and adding -ikaia, as kamailana, dative and ablative cases kamailanikaia, objective case kamailanima2; [...] the names of things without life, with very few exceptions are undeclinable, and have but one case. (Bridges, 1866, p. 141)

Así, encontramos ejemplos de nombres propios como argumentos no-sujeto Paciente de una oración transitiva con los sufijos de acusativo «-ima» y «-nči», sin que se justifique esta diferencia, y sin ejemplos que permitan aclararlo. Puede tratarse también de una apreciación inexacta por parte de Bridges en sus primeros análisis, pues el sufijo «-nči» es usado en los textos con un valor genitivo3:

Por otro lado, el sufijo identificado por Bridges como de dativo/ablativo «-ikaia» también aparece marcando el argumento no-sujeto Paciente en la oración transitiva (ejemplo 3a) y el argumento no-sujeto Receptor en la ditransitiva (ejemplo 3b):

En el esbozo gramatical publicado (Bridges, 1894) se reformulan algunas atribuciones de caso: los sufijos «-ima» e «-ikaia» se identifican como marcas de 'caso objetivo', que sería el que se corresponde con los argumentos NSP y NSR, tal como puede verse en el ejemplo 4. El argumento NST, «Sâl», permanece no marcado (ver el préstamo proveniente de letter, 'carta' en el ejemplo 3b), incluso cuando se trata de un nombre de persona:

Queda claro así que, en interpretación de Bridges (1866), los casos eran denominados según la función sintáctica que cumplieran, siguiendo el patrón de las lenguas clásicas, de alineamiento de objeto indirecto; de allí que «-ikaia» se interpretara como dativo cuando marcaba el nominal OI, y como acusativo cuando se sufijaba a un nombre en función de OD. En lo que sigue, el análisis se limitará a identificar los argumentos marcados (no-sujeto Paciente y no-sujeto Receptor), tal como se ve en el siguiente ejemplo, que muestra además la utilización de las dos marcas del denominado «caso objetivo» (Bridges, 1894), «-ima» e «-ikaia» (hecho que quizás se deba a factores semántico-pragmáticos aún no considerados):

El sufijo «-ikaia», de hecho, aparece en los textos con más frecuencia que «-ima». Esto se hace evidente en las construcciones donde el verbo «decir» introduce un discurso directo (estructura que reaparece constantemente en estos textos bíblicos) y el Receptor aparece marcado con «-ikaia»:

En algunos casos, a la forma «-ikaia» se antepone un segmento «-nči-», que, en otros contextos, parece ser una marca de genitivo:

Esta forma «-nčikaia» es también la marca que aparece en los nombres propios registrados por Golbert (1977, 1978), tanto en papel de Receptor de estructuras ditransitivas (ejemplo 8) como para el Paciente de las transitivas (ejemplo 9):

En el caso de los pronombres, las marcas son similares a las de los sustantivos. El argumento no-sujeto Paciente de las estructuras transitivas (ejemplos 10a y 11a) presenta la misma forma que el argumento no-sujeto Receptor de las ditransitivas (ejemplos 10b y 11b):

El pronombre marcado (con el «caso objetivo» en la terminología de Bridges, 1894) de primera persona, «hai-a» (frente a la forma libre no marcada «hai» 'yo') codifica, en el ejemplo 10a, el Paciente del verbo transitivo 'amar', mientras que en el ejemplo 10b corresponde al Receptor del verbo ditransitivo 'dar'. La misma situación se verifica en el ejemplo 11, con respecto a la segunda persona: la forma pronominal marcada «s-kaia» (diferente de «sē», 'tú') aparece como argumento no-sujeto Paciente en el ejemplo 11a y como no-sujeto Receptor en el ejemplo 11b.

2.3. El prefijo «tū-»

La estructura de la construcción causativa en yagán, según los datos disponibles hasta este momento, parece ser eminentemente morfológica; no hay registros de causativos léxicos, y las formas perifrásticas, como en el ejemplo 8, son raras. La construcción causativa morfológica se constituye mediante la adición de uno de los siguientes prefijos: «tū-/ū-» (con variantes condicionadas por el contexto fónico: «tw-/w-»). Si bien no se suelen establecer diferencias semánticas entre ambas formas, Bridges (1987, p. 73) solo menciona «tū-» con el significado de «causar, inducir, hacer, acusar, decir, inferir», mientras que Golbert (1985b, p. 424) les reconoce también «significados factitivos, permisivos, de opinión, juicio y afirmación: 'hacer, causar, permitir, decir, estimar, atribuir'». Es posible encontrar una correlación entre cada una de estas dos formas y el tipo de vínculo entre Causante y Causado: el prefijo causativo «tū- ~ tw-» se vincula principalmente con acciones que implican un alto grado de control/iniciativa por parte del Causante y un bajo grado de control/elección para el Causado (coerción). Por otro lado, el prefijo «ū- ~ w-» es utilizado para codificar situaciones en las que se verifica un mayor control por parte del Causado (permiso):

(12a) īkamāna 'To draw, paint, write, figure, delineate' (Bridges, 1987, p. 1)4

(12b) tū-īkamana 'To cause to write, give writing to a person to do, to set writing' (Bridges, 1987, p. 430)

(12c) ū-īkamāna 'To let write, paint, draw letters, lines or any design' (Bridges, 1987, p. 66)

Resulta interesante que esta distribución de los dos prefijos es contraria a la tendencia tipológica que suele identificar la relación semántica entre causante y causado en términos de iconicidad que, según la definición de Haiman (1983, p. 782), implica que «the linguistic distance between expressions corresponds to the conceptual distance between them». Kroeger (2004, pp. 204-207) propone diferenciar entre causación directa (cuando el causante incide directa e intencionalmente sobre el causado) y causación indirecta (la acción del causante puede ser no intencional, y no actúa de manera directa sobre el causado). En el caso del yagán, los causativos directos, con un valor semántico coercitivo, presentan la forma más compleja «tū-» (ejemplo 13), mientras que los indirectos, que aportan un significado permisivo, se codifican mediante la forma corta «ū-» (ejemplo 14)5:

2.4. El prefijo «m(a)(m)-»

Otro elemento morfológico que debe ser tenido en consideración para el tema aquí tratado es la forma prefijal «m(a)(m)-» (con variantes vocálicas según el contexto fónico), que unifica los sentidos de las diátesis: voz reflexiva, recíproca y media. Las dos primeras se desambiguan habitualmente por medio de las formas invariables autónomas «mēam» ('mismo') y «höŋgömbai» ('uno al otro, uno con otro, de los dos lados'):

La polisemia entre recíprocos y reflexivos es un hecho tipológicamente recurrente en las lenguas. Según Maslova (2008, p. 225), en tal caso, las construcciones pueden permanecer ambiguas, o bien puede suceder que la lengua cuente con elementos que pueden desambiguar, tal como sucede en yagán («mēam» para el reflexivo y « höŋgömbai » -registrado por Golbert (1977), casi un siglo después, como «hankapa»- para el recíproco). Las traducciones al yagán de los textos bíblicos presentan ejemplos de este uso:

A pesar de lo exiguo del corpus recogido por Golbert (1977, 1978, 1985a, 1985b), se encuentra un caso de recíproco:

En esta lengua, el prefijo reflexivo/recíproco puede además codificar la voz pasiva (ver sección 3):

Además, alterna con la forma «tūmū-», objeto de este artículo6. Tal como ha observado Kemmer (1993, pp. 41 y ss.), ciertas situaciones de ámbito reflexivo se encuentran muy próximas a los tipos medios7; en particular, los del dominio de las acciones corporales, es decir, aquellos eventos en los que la persona realiza cierta acción sobre o a través de su propio cuerpo. En yagán, se presenta un «sistema medio de una forma» (one-form middle system, Kemmer, 1993, p. 25), en los que la marca de voz media es morfológicamente idéntica al marcador de reflexividad:

El esbozo gramatical de Bridges (1894) brinda ejemplos del uso de este prefijo:

Sin embargo, otros ejemplos muestran la combinación de los prefijos «tūmū-» con un valor semejante al anterior:

En lo que sigue, recurriré a las propias explicaciones de Bridges (y de otros investigadores que estudiaron el yagán) con respecto a ambos morfemas, a fin de esclarecer sus diferencias.

3. INTERPRETACIONES DE LA COMBINACIÓN DE PREFIJOS <<TŪ-MŪ->>

En lo que sigue (§3 y §4), se realiza un contraste entre la información documental que consta en las descripciones gramaticales (Adam, 1885; Bridges, 1866, 1894; Golbert, 1977, 1985a, 1985b) y en el Diccionario (Bridges, 1987) acerca de la forma «tūmū-» y su utilización en los textos disponibles en la lengua, esto es, las traducciones del Evangelio de San Lucas (1881), Hechos de los Apóstoles (1883) y el Evangelio de San Juan (1886).

En el esbozo gramatical publicado en el Journal of the Anthropological Institute of Great Britain and Ireland,Bridges (1894) provee datos no muy sistemáticamente organizados acerca de la lengua. En relación con los prefijos verbales, hace distintas referencias a la forma que nos ocupa:

(28a) «tūmū […] is equivalent to asking, telling, or getting another, either actively or passively, to do something for one. Now in Yahgan there is of course a verb čkāli or gāligū, to tell to order; but when the ordering is for oneself this verb cannot be used, but the prefix tūmū takes its place. Thus, hačkali gaisinanâa skaia könjima, I will tell him to help you, but hatūmūgaisinanâa könjima, I will get or ask or tell him to help me» (Bridges, 1894, p. 72).

(28b) « prefixed to verbs, signifies to cause, induce, make, to accuse, say, infer; thus: haia sa tūakide könjima, you caused me to hit him; […] , as a prefix, signifies, to make or cause oneself, as mūamašāgū, to abstain from food, to make oneself hungry; […]. , prefixed to the above , signifies together, to cause another to do for oneself; as, hatūmūtūkusidē skaia, I asked you to wash me» (Bridges, 1894, p. 73).

(28c) «Reflective and passive forms of verbs are formed by prefixing m, , ma, or to the verb, according to its initial letter; thus: tūkusi, trans[itive]., is mūkusi, to wash oneself; and tūmūkusi, to be washed. Ušāgū, to cut, becomes mašāgū, to cut oneself; tūmūašāgū, to be, or get cut» (Bridges, 1894, p. 74).

Las citas muestran que, si bien se reconoce la forma «tūmū-» como producto de la composición de otras dos, y que el primer segmento «tū-» corresponde a un causativo, el segundo formante no es descrito sistemáticamente ni en su forma (que se postula como «mū» en el ejemplo 28b, pero como variable, según el contexto fónico, en el ejemplo 28c) ni en su significado («causarse a uno mismo», según el párrafo del ejemplo 28b, mientras que en el ejemplo 28c se le atribuye un sentido solamente reflexivo). El significado atribuido al «tūmū-» resulta más coherente en las diferentes menciones: 'causar que otro haga algo por/para uno mismo', en los ejemplos 28a y 28b. En el ejemplo 28c, se introduce la posibilidad de una interpretación meramente pasiva como la que aquí propongo.

La gramática manuscrita (Bridges, 1866) no se explaya mucho más sobre el asunto. Coincide con el ejemplo 28a en el sentido básico de la forma «tūmū-», pero no hace referencia a la función de pasivización:

(29) «‑, prefixed only to intransitive verbs, makes them reflective, as mū‑gūleni ‘to dip one’s hand, arm, head, leg or body into water’, from gūleni ‘to sink’; mūāturi ‘to swim, glide, slide’. ‑ is often prefixed to ‑, as tūmūbökušūnata ‘to make oneself light’, or ‘to lift up oneself from off anything’. tūmū‑ prefixed signifies ‘to ask to do anything for oneself’, and forms a part and parcel of a verb, as tūmūtāgauīna könjima ‘ask him to give you’; hatūmūgaišinanâa skaia ‘I will ask you to help me’» (Bridges, 1866, pp. 110-111).

La relación entre las formas reflexiva y pasiva, no obstante, es postulada explícitamente:

(30) «The passive form of verbs is also a reflective form, but reflective forms are all alway[s] passive likewise. Thus šaia kömâlalöpatudē ‘All the spear[s] are stolen’, from wölalöpata ‘to steal all’, tr[ransitive]. pl[ural]. v[erb].; kurū ‘to like’ or ‘love’, haia kökuš ‘he like[s] me’, hamökuš ‘I am like[d]’, pass[ive].; hīmökuriköná ‘don’t love me’, refl[ective]. form; thus mökurū ‘to be liked’ is both reflective and passive» (Bridges, 1866, p. 127).

Al igual que en los apuntes gramaticales éditos (Bridges, 1894), se identifica tan solo el prefijo «m(V)(m)-» como el responsable de los procesos reflexivos y eventualmente pasivos:

(31) «[‑,] ma‑, mam‑ and m‑ prefixed to verbs makes them reflective and in certain cases passive. ‑ to verbs beginning with y‑ (and iu‑), when the y‑ is dropped; ma‑ to verbs beginning with all consonants save y‑ and w‑; mamto verbs with all vowels save iu‑; and m‑ only to verbs beginning with w‑. As: 1. mēeki, from yeki ‘to eat fish’; anū kömēeki is ‘it (the fish) is eaten’, or ‘somebody has eaten’. When the reflective sense is intended, mēöm is generally used, either before or after the verb having the reflective form, as mēöm hamēela ‘I don’t care about myself’ or ‘I am indifferent’; mēöm hamēiudē ‘I bit myself […]; haua haličin kömötudē ‘my axe is taken’, or ‘somebody has taken my axe’» (Bridges, 1866, pp. 104-106).

La información gramatical contenida en el Diccionario (Bridges, 1987) ratifica la asociación de este último prefijo para codificar el sentido pasivo, que no aparece registrado para la forma «tūmū-»:

(32a) ma(m) v[erb]. pref[ix]. (Upon or to) oneself, mutually, to each other, fit to be i. e. suitable for. (They convey a pass[ive]. sense to either v[erb]. or part[iciple].) (Bridges, 1987, p. 297).

(32b) tūmū v[erb]. pref[ix]. takes most of the comp[oun]d. vv. ending in gāmata, tāgü, yella, etc.; sometimes with ckāli suff[ix]., both conjoined with the v[erb].: tūmū-ckāli-lāpū. To tell or ask another to make one a canoe (Bridges, 1987, pp. 505-506).

Así, las explicaciones gramaticales de Bridges favorecen la interpretación del prefijo de diátesis de voz reflexiva/recíproca/media (destaco este último caso) como una de las estrategias para la traducción de la voz pasiva al yagán. Por otro lado, y en función del valor causativo que el morfema «tū-» aporta al combinarse con el reflexivo «m(V)-»8, el prefijo «tūmū-» se asocia con circunstancias donde el paciente del evento es además corresponsable (junto con el agente) de la situación que lo afecta, en una estructura en la que estaría jugando el papel de «causa eficiente», inductor o motivador de la acción.

Esta vinculación entre pasiva y reflexivos/recíprocos/medios no es desconocida en la literatura tipológica: «In languages of the world, the passive expression is related to constructions such as reflexives and reciprocals. [...] It is historically more likely that passive interpretations and their grammaticization arose from other constructions» (Shibatani, 1985, p. 846). Un ejemplo que merece mencionarse es el descrito por Bostoen y Nzang-Bie (2010) acerca del surgimiento de un sufijo para codificar la voz pasiva en las lenguas bantúes denominadas A70 (diferente del morfema pasivo heredado del proto-bantú) que proviene de la combinación de otros dos sufijos que, por separado, marcan la voz media y el recíproco/asociativo. Este elemento es analizado en referencia al continuum semántico que vincula recíprocos, reflexivos, medios y pasivos en numerosas lenguas del mundo.

En la interpretación de los autores, el núcleo de esta cadena semántica se encuentra en los medios de acción corporal9: verbos relativos a acciones que típicamente se realizan sobre el propio cuerpo y, por ende, implican necesariamente una correferencia. La noción relevante en este nuevo elemento morfológico es la de 'coparticipación', semejante a la 'corresponsabilidad' manifestada por el «tūmū-», que ha llevado a que en una de las lenguas del grupo estos verbos hayan sido llamados «medio-causativos»: «verbs referring to actions which you let someone else perform on your own body» (Boestoen & Nzang-Bie, 2010, p. 1284).

Hay estudios que destacan el papel de la voz media para codificar una acción que se orienta hacia el sujeto, en el sentido de que este se beneficia (o se perjudica) con su propia acción. En palabras de Lyons (1968, p. 373), «the 'action' or 'state' affects the subject of the verb or his interests». Maldonado (2010, pp. 859-860) retoma la idea de Kemmer (1993) acerca de la «distinguibilidad de los participantes del evento» para contrastar la construcción reflexiva, que da lugar a una representación escindida en la cual sujeto y objeto se distinguen uno del otro como dos participantes (correferenciales) que interactúan entre sí, de la construcción media, que implica un evento en el que no hay división del participante, ya que el evento ocurre dentro de la esfera del sujeto. Así, los reflexivos designan eventos en los que el sujeto ejerce un alto grado de control, en tanto que las formas medias remiten a situaciones espontáneas que involucran al sujeto como Paciente o Experimentador.

Por otro lado, la asociación de una reflexiva/media con un causativo para codificar la voz pasiva ha sido atestiguada en otras lenguas. Gomes (2006, pp. 73-75) analiza la pasiva del mundurukú como una intersección entre causativas de transitivo y medias:

El autor detalla, en relación con el ejemplo anterior:

Em (33a), há um sujeito (aɡ̃okatkat) e um objeto (wida), o verbo é transitivo e a interpretação é ativa; o verbo tem a marca clítica de sujeito (o' ) e o prefixo relacional referente ao objeto (y-). Em (33b), o argumento aɡ̃okatkat mudou: ele tem agora uma posposição ( pe), que o marca como adjunto; a posição de sujeito passou a ser ocupada por wida 'onça', e o verbo também mudou: ele não tem mais a marca do objeto (o relacional); o marcador clítico de pessoa no verbo ('o) passou a se referir a wida e não mais a aɡ̃okatkat; surgiram dois novos morfemas nele: je-e-at. A interpretação fornecida pelo informante tem um sentido passivo: a onça foi morta pelo homem ou, como ele insistiu em dizer, a onça se deixou matar pelo homem.

A construção passiva [em Mundurukú], exemplificada em (33b), é formada a partir de um verbo transitivo, que é intransitivizado. Os morfemas envolvidos nessa passagem de ativa para passiva são je-e-at, respectivamente morfema de voz média e morfema de causativo de transitivo. (Gomes, 2006, p. 74)

Retomando así la función de la forma «tūmū-» para codificar eventos en los que el paciente es corresponsable de la situación que lo afecta, se presentan a continuación algunos ejemplos que verifican (en contraste con formas reflexivas/recíprocas) esta distribución en verbos transitivos:

Los ejemplos anteriores muestran los matices semánticos considerados en las definiciones de los verbos a los que se prefija «m(V)(m)-»: reflexivo en los ejemplos 34b y 35b, recíproco en los ejemplos 36b y 38b, medio10 en el ejemplo 37b y pasivo (no exclusivamente) sin identificación del agente en el ejemplo 38b. Los ejemplos que prefijan «tūmū-» (ejemplos 34-39c), por otra parte, comparten el sentido de paciente que induce/ solicita/causa/permite la acción que otro(s) realiza(n) sobre él. A diferencia de lo visto para los verbos transitivos, el prefijo «m(V)(m)-» solo se registra con los sentidos de reflexivo o recíproco en los intransitivos11; el prefijo «tūmū-», por otra parte, mantiene la función de paciente corresponsable de la acción que sobre él recae:

El ejemplo siguiente, semejante al ejemplo 22, explicita con claridad los sentidos asociados al prefijo recíproco/reflexivo: reflexivo (que puede o no contar con el adverbio «meam», ejemplo 41b), recíproco (con el sufijo dual «-pai», ejempo 41b') y, adicionalmente, pasivo (ejemplo 41b"); la interpretación pasiva reaparece en el caso del prefijo «tūmū-» (ejemplo 41c) y se suma a la situación de la «pasiva autocausada»:

Puede notarse que en los ejemplos del diccionario que brindan una interpretación pasiva del prefijo recíproco/reflexivo (ejemplos 42b y 43) se proveen dos traducciones: una con un agente no identificado (indicado por el pronombre indefinido someone 'alguien') y la otra, efectivamente pasiva12:

Dado que los ejemplos hasta aquí citados provienen o bien de descripciones gramaticales muy sintéticas (Bridges, 1866, 1894)13, o bien del Diccionario (Bridges, 1987), es necesario recurrir a otro tipo de datos, a fin de ver el funcionamiento del prefijo «tūmū-» en un contexto más amplio, tal como el provisto por las traducciones de textos bíblicos al yagán (Bridges, 1881, 1883, 1886).

Como ya se ha mencionado, existen antecedentes en esta tarea, de los cuales merece ser mencionado uno. En su aproximación a la estructura del yagán (a partir del Evangelio de San Lucas), Adam (1885) también observa la relación entre las formas reflexiva, recíproca y pasiva:

(44a)Verbe réfléchi : Ce verbe se forme : 1º analytiquement, par la postposition de mēam ; 2º synthétiquement, par la préfixation au théme verbal des índices mam, , ma, m, m-ū, tū-mū. […] Ha-moki-dē mēam « je me suis frappé » […] mam-ūwānū-pei « se dépasser l’un l’autre », kö-mam-ūkūtūmöra- pikin-dē « ils commencèrent à se demander l’un à l’autre » […] kötū- mū-guhr-mūtū-dē « elle se cacha », kö-tū-mū-šönatu-dē « il se tourna », tūmū-alagönâ-a sa « montre-toi » (Adam, 1885, pp. 53-54).

(44b) Verbe passif : Ce verbe se forme à l'aide des mêmes préfixes que le précédent, tūmū étant cependant le plus usité. [...] Ha-tūmū-eiaminu-de « j'ai été envoyé », sa-tūmū-akjü-a « tu seras frappé », kò-tūmū-anasi-dê « il fut baptisé » (Adam, 1885, pp. 53-54).

Dos hechos resultan interesantes en el estudio de Adam: en primer lugar, su mención acerca del predominio de la forma «tūmū-» para la codificación de la voz pasiva (y su uso en casos canónicos de pasivización, diferentes de la pasiva «autocau-sada» que propone Bridges), que no se desprende de las observaciones gramaticales de Bridges pero sí es claro al revisar los textos; en segundo lugar, la segmentación que propone Adam de dicho prefijo, en el que deslinda la forma «-u-», es decir, el causativo con valor permisivo: «Remarque.- Dans tüm-ü, mam-ü, la voyelle finale est le préfixe causatif -ü-» (Adam, 1885, p. 54).

La posibilidad de estudiar el funcionamiento textual de la forma «tūmū-» posibilitó, entonces, que Adam (1885) identificara, no solamente la mayor frecuencia del «tūmū-» en los casos de pasivización, sino también la posibilidad de que este prefijo se utilizara en construcciones pasivas canónicas (esto es, sin la interpretación de un paciente motivador de la acción que lo afecta), tanto en presencia de un agente (en el que se verifica marcación de caso) (ejemplo 45) como sin agente (ejemplo 46)14:

En el ejemplo 45a, la construcción con el verbo «aamina» ('enviar') muestra una estructura propia de su carácter transitivo, con dos argumentos: el sujeto indexado «k-» ('tercera persona'), semánticamente agente, y el argumento no-sujeto Paciente, marcado. En el ejemplo 45b, el mismo verbo, precedido por «tūmū-», también indexa el sujeto «kö-» ('tercera persona'), pero este es ahora paciente; el agente, «Gâd» ('Dios'), aparece ahora marcado, con una forma semejante a la que marca los argumentos no-sujeto Paciente y Receptor, por lo que en la glosa será identificada como 'NS'. Los ejemplos de 46 corresponden a una estructura con un solo argumento sintáctico, el sujeto (indexado al verbo «wönaší» 'bautizar'); solo que en el ejemplo 46a el sujeto se corresponde con el agente semántico, mientras que en el ejemplo 46b remite al paciente.

Finalmente, entre los antecedentes de análisis de este fenómeno, se puede mencionar la interpretación hecha por Golbert en su análisis del verbo yagán, del cual hay una versión édita muy condensada (1985b) y un manuscrito, más detallado (1985a). El primero se limita a identificar la forma «tūmū-» como marca de pasiva, dado que «hace recaer sobre el sujeto la acción del verbo» (Golbert, 1985b, p. 423). En el segundo, este prefijo se correlaciona con la forma «m(a)(m)-» de la siguiente manera: «Hay una clase de afijos que agrupamos bajo la denominación de Voz y que conciernen la relación entre el verbo y su sujeto, y el verbo y su objeto. Son los siguientes: «ma-» ('reflejo'), ('recíproco'), ('pasivo'); «mam-» ('reflejo'), ('recíproco'); «tumu-» ('pasivo'); ('hacer que otro realice para uno lo expresado por el tema al que se prefija')» (1985b, pp. 13-14). Los ejemplos provistos por esta investigadora son:

Los dos últimos ejemplos merecen un comentario adicional. En el ejemplo 48, la traducción hecha por Golbert no refleja que el verbo es «teki» ('ver'), por lo que la frase se podría traducir, de una manera más ajustada a la literalidad, 'me veo un poco enfermo' o 'se me ve un poco enfermo'15.

En el ejemplo 49, el valor causativo del primer segmento de «tūmū-» permitiría también la traducción «Juan quiere hacerse acompañar» (por alguien no especificado), por lo que parece más adecuada la segunda de las traducciones provistas por Golbert.

4. LA VOZ PASIVA EN SU FUNCIONAMIENTO TEXTUAL

El parágrafo anterior se ha centrado en un relevamiento de las distintas posibilidades que la lengua yagán presenta para la pasivización, a partir de datos provistos en descripciones gramaticales y lexicográficas. De allí surgen dos estrategias: (1) la prefijación al verbo de «m(a)(m)-», también utilizado para la codificación de reflexivos y recíprocos (ejemplos 50-51b); (2) la prefijación de «tūmū-», interpretado como un caso particular de pasivización en el que el paciente es a la vez el causante de la acción que recae sobre él, pero que otro individuo realiza (ejemplos 49-50c), interpretación que coexiste en muchos casos con la de una pasiva relativamente convencional (ejemplos 49-50c')16:

Hay muchos otros ejemplos en los que la estrategia morfológica para la pasivización de (i) no aparece registrada, ni en los apuntes gramaticales ni en el Diccionario, y solo se menciona la opción (ii):

Una posible razón para la mayor incidencia del prefijo «tūmū-» como pasivizador sería, como ya se ha visto, que puede combinarse tanto con verbos intransitivos como transitivos (ejemplos 34-40). Por otro lado, y a pesar de que su definición lexicográfica incluye siempre la acepción de paciente motivador de la acción que lo afecta, el funcionamiento textual-discursivo de este prefijo (tal como ya había sido reconocido por Adam, 1885) favorece la interpretación pasiva canónica. Los ejemplos anteriores, no obstante, muestran particularidades destacables: en 53c, el paciente no es prototípico, en el sentido en que no padece una acción realizada sobre él. El ejemplo 54c, por otra parte, estaría indicando el alto grado de gramaticalización del uso de la forma «tūmū-», ya que muestra su utilización por fuera del contexto originario donde el paciente es corresponsable, consciente y volitivamente, del proceso.

En la siguiente subsección se analizarán ejemplos tomados de las traducciones al yagán del Evangelio de San Lucas (Bridges, 1881), los Hechos de los Apóstoles (Bridges, 1883) y el Evangelio de San Juan (Bridges, 1886).

4.1. Pasiva sin agente

En algunos de los ejemplos de uso en las Escrituras, el prefijo «tūmū-» aparece en una construcción interpretada como una pasiva canónica sin explicitación del agente:

La estructura anterior exhibe un argumento (sujeto/paciente) «ūan» ('hombre'), que no se encuentra indexado en el verbo (intransitivo) de la subordinada; los ejemplos que siguen, por el contrario, codifican el sujeto/paciente17 en el índice pronominal de 1a persona «ha-» antepuesto al verbo18:

Hay registro de casos donde, junto con el prefijo «tūmū-», aparece un verbo prefijado con la forma «ma-» (que, como se dijo, es descrita en las gramáticas con una función pasivizadora); sin embargo, aparece en una cláusula relativa adjetiva, con lo que su valor de traducción sería casi como el de un participio:19

Dadas las características de los textos aquí analizados20 (traducciones hechas de textos establecidos, tal como son las Sagradas Escrituras)21, resulta difícil saber los criterios para la presencia o no del agente. Los ejemplos mencionados en esta subsección se corresponden casi siempre con estructuras semejantes (es decir, pasivas sin el agente explícito) en el texto en inglés; pero, como puede verse en el ejemplo 60, a veces la traducción al yagán omite un agente que sí aparece en el texto original (en este caso, el agente omitido es 'por ustedes'). Por tanto, los datos disponibles no son suficientes para explicar las motivaciones o la función pragmática de la presencia/ausencia de agente en las construcciones aquí presentadas que reciben una traducción pasiva.

4.2. Pasiva con agente

La construcción pasiva, pero esta vez con explícita mención del agente, también se registra en los textos por medio de la prefijación de la forma «tūmū-» al verbo. En este caso, y para diferenciarse del sujeto/paciente no marcado, el agente aparece con la misma marca de los argumentos no-sujeto que, en los nominales, puede ser «-ikaia» (ejemplo 63), o bien «-nčikaia»22 (ejemplos 65-66)23:

El agente puede aparecer24 pospuesto (ejemplo 65) o antepuesto25 (ejemplo 66) al verbo pasivizado:

En raros casos, el agente aparece sin marca, como sucede con «wurū» ('muchos')26 en el siguiente ejemplo27:

Así como la forma «tūmū-» es la que aparece con más frecuencia para la codificación de la voz pasiva28, algunas frases muestran la utilización del prefijo «ma-» como un tipo de estrategia de nominalización con sentido pasivo.29 Al igual que lo observado en el ejemplo 62, donde el verbo «matüapõna» ('ser nombrado/llamado') podía interpretarse como una forma no finita de carácter adjetival ('llamado/a'), en el siguiente ejemplo el verbo «matüãrügata»30 ('ser dañado') es utilizado con un sentido semejante31:

5. DISCUSIÓN

En las secciones anteriores se han presentado, en primer lugar (§3), las distintas definiciones e interpretaciones acerca del significado y uso del prefijo «tūmū-» (así como los de la forma alternativa «m(V)(m)»), propuesta también como marca de pasividad, a partir de datos provenientes de las descripciones gramaticales y lexicográficas hechas por Bridges (1866, 1894, 1987), información a su vez recuperada y analizada por Adam (1885) y complementada, a partir de datos propios recogidos ya en el siglo XX, por Golbert (1985a, 1985b). Este relevamiento mostró, por un lado, ligeras discrepancias en la interpretación de ambos morfemas; pero, salvando estas diferencias, el cotejo mostró que el prefijo «m(V)m-» es utilizado para la codificación de situaciones reflexivas, recíprocas y pasivas sin agente. El prefijo «tūmū-», sin embargo, presenta dos interpretaciones: por un lado, un paciente que, además, resulta instigador/causante de la situación que lo afecta; por otro lado, una interpretación pasiva canónica.

El recurso a los textos donde dichos prefijos aparecen en funcionamiento discursivo (§4) contrasta notablemente con lo anterior. La principal diferencia apunta al predominio de la forma «tūmū-» como marca de situaciones pasivas convencionales. Más allá de lo declarado por Bridges en gramáticas (1866, 1894) y diccionario (1987), en los textos (sus propias traducciones al yagán del Evangelio de San Lucas, 1881; Hechos de los Apóstoles, 1883; y el Evangelio de San Juan, 1886) el prefijo «tūmū-» es la forma que prevalece para codificar la voz pasiva, con agente explícito o no, en el verbo principal. La forma «m(V)(m)-» se registra también, en contextos menos prominentes y con funciones más semejantes a participios.

Así pues, la cuestión que queda por aclarar con respecto al elemento que emerge como principal responsable de la pasivización, el «tūmū-», es cómo se vinculan sus dos acepciones: la de un paciente a la vez causante de la acción que otro realiza sobre él y la de una pasiva prototípica, entendida como aquella que, según Shibatani (1985, p. 837), presenta las siguientes características:

Tabla 4 Características de la pasiva prototípica (Shibatani, 1985

En relación con los efectos de una pasiva prototípica, Dixon y Aikhenvald (2000, p. 8) enumeran:

Tabla 5 Efectos de la pasiva prototípica (Dixon y Aikhenvald, 2000, p. 8) 

A partir de las características arriba citadas de una pasiva prototípica, se han planteado las «pasivas no canónicas» para referirse a «constructions in a number of European languages that have a passive-like interpretation but do not seem to share all the properties with their canonical counterpart)) (Alexiadou & Schafer, 2013, pp. 1-2). El primer ejemplo que estos autores proponen resulta clave: «The core example of what we understand as non-canonical passives are cases involving different auxiliaries: for instance, in English the non-canonical passive auxiliary is get instead of be» (Alexiadou & Schafer, 2013, p. 2). Una de las cualidades de estas pasivas no canónicas es su ambigüedad. Por ejemplo, la frase:

El valor causativo que emerge en el ejemplo 70a resulta aquí fundamental para entender lo que Wanner (2013, p. 48) identifica como la «responsabilidad del sujeto» (agente secundario): «Typically, the subject in the get-passive is animate and, although underlyingly the object of the verb, is often interpreted as somehow responsible for the action». Así, la autora recupera los ejemplos de Lakoff (1971) y los comentarios de Givon y Yang (1994, p. 120) para contrastar:

En el ejemplo 71b, el sujeto se entiende como que comparte la responsabilidad acerca del evento. Esta interpretación de sujeto afectado se conoce como lectura de «agente secundario» (Roeper, 1987). La argumentación agrega que la alta «implicación» (en términos de Lakoff, 1971) del sujeto en la pasiva con get es considerada en relación al efecto que el evento tiene sobre el sujeto. Con frecuencia, la pasiva con get tiene «negative connotations, conveying that the action of the verb is difficult or to the disadvantage of the subject» (Biber et al., 1999, p. 481) y que el sujeto de la pasiva con get es «somehow responsible for his own misfortune» (Givon y Yang, 1994, p. 120).

Con tantos elementos en común entre las pasivas con get del inglés y el significado aportado por el prefijo «tūmū-» en su acepción de 'paciente a la vez causante de la acción que otro realiza sobre él', no es casual que muchas de las definiciones y ejemplos antes citados que involucran la derivación con «tūmū-» se traduzcan recurriendo a este auxiliar:

Si la pasiva con get del inglés nos brinda elementos para la interpretación de la primera acepción del «tūmū-», en la que el sujeto/paciente se entiende como co-rresponsable acerca del evento que lo afecta (a partir de la sumatoria de los sentidos causativo y reflexivo presentes en esta forma), el paso de esta interpretación a la de una pasiva convencional resulta claro al considerar otra pasiva no canónica: la construcción pasiva se-faire del francés. Las preguntas que suelen plantearse al enfrentar esta construcción (¿por qué hay un verbo causativo involucrado?, ¿por qué hay un morfema reflexivo?, ¿por qué la combinación del causativo con el reflexivo conduce a un significado pasivo?) son las mismas que han surgido en el análisis del «tūmū-». Al igual que en este prefijo del yagán, la oración del francés:

(73) Jean s'est fait offrir un poste.

tiene una posibilidad de interpretación reflexiva-causativa, en la que el sujeto de faire es el causante de un evento que a la vez lo afecta; pero esta misma oración, para el hablante del francés, posee una interpretación pasiva, en la cual el sujeto del faire es un mero paciente, y no un responsable, del evento que lo afecta. En términos de Kupferman (1995)

La morphologie en se faire autorise une lecture causative réfléchie (qui sera dénommée OR) où le sujet est un 'instigateur', c'est-à-dire un agent. Il s'estfait tuer dans la 404 peut s'y gloser approximativement par 'he had himself killed in his car'.

2 Cette même forme déclenche également une lecture non causative apparentée à celle du passif en être, ou le sujet est seulement un patient dans un procès dont l'agent peut être explicite ou non.

3 Cette dernière lecture de la morphologie en se faire (ou il s'est fait tuer dans la 404 équivaut en gros a 'he got killed in his car'), différente de l'interprétation causative réfléchie, se distingue aussi d'une certaine façon tant du passif en être que du réfléchi simple il s'est tuer dans la 404. (Kupferman, 1995, pp. 60-61)

Así pues, la misma variación actancial que se encuentra en el yagán con respecto al prefijo «tūmū-»: un aumento de valencia introducido por el causativo, y una disminución producto del reflexivo, que deja al verbo con la misma valencia original, es aplicada al caso de la construcción pasiva se-faire del francés:

La construction en se faire + infinitif ne s'analyse pas systématiquement comme l'association d'une structure causative où le verbe faire permettrait d'augmenter la valence du verbe et d'une structure réflexive dans laquelle la particule réflexive aurait pour effet de réduire au contraire la valence verbale. En réalité, la situation est beaucoup plus complexe, car, si effectivement, sur le plan sémantico-syntaxique, la construction en se faire se laisse décrire en termes de causation réflexive dans de nombreux cas, elle peut parfois être décrite en termes de passivation. (Le Bellec, 2014, p. 1)

El análisis que Labelle (2013, p. 242, adaptado)32 realiza de la construcción se-faire muestra las dos posibilidades, la causativo-reflexiva y la pasiva, así como los casos a los que remite el elemento reflexivo (acusativo o dativo)33 asociados a cada una de estas interpretaciones:

'Pierre se hizo ofrecer un puesto por el tío de Louise.'/'A Pierre le fue ofrecido un puesto por el tío de Louise.'34

En consecuencia, estos dos casos, el de la pasiva con get del inglés y la forma pronominal 'se' en una construcción pasiva se-faire del francés, brindan elementos para entender las características particulares de la pasiva codificada por «tūmū-» del yagán, cuyo análisis podrá ser continuado en futuros trabajos que continúen explorando correlaciones con otras pasivas no canónicas.

6. CONCLUSIONES

El análisis realizado aquí sobre la forma «tūmū-», en tanto estrategia más frecuente para la pasivización en yagán, muestra las dificultades del trabajo lingüístico realizado exclusivamente con fuentes bibliográficas, sin posibilidad de consultar con hablantes para esclarecer las dudas y contradicciones. No obstante, todo avance en el conocimiento de la lengua constituye un aporte a la tipología lingüística y, por su intermedio, a la teoría lingüística y a nuestro entendimiento del lenguaje.

En lo que respecta a la voz pasiva en el yagán, he presentado aquí una reflexión que intenta conjugar datos provenientes de distintas épocas, de variadas fuentes y de diversas características. El resultado aporta un poco más de luz sobre esta diátesis verbal, aunque deja también numerosas incertidumbres que me permitirán desarrollar nuevas líneas de análisis, como profundizar las diferencias y semejanzas de la pasivización por medio de «m(V)(m)-» y de «tūmū-» en contextos discursivos. Complementariamente, la búsqueda de ejemplos donde el «tūmū-» presente un claro uso causativo-reflexivo sería de mucha utilidad para entender por qué Bridges (1987) enumera una enorme cantidad de formas verbales con el prefijo «tūmū-» (que se extienden a lo largo de 50 páginas del Diccionario) y otros compuestos a partir de él: «tūmūü-» y «tūmūtü-».

En cuanto a la correlación entre las estructuras sintáctica y semántica, en la medida en que sea posible incorporar más ejemplos a los ya analizados (y dado el importante paralelismo entre la función del «tūmū-» y la pasiva se-faire) se podrán explorar algunos otros valores de esta construcción del francés, en relación con el grado de agentividad del sujeto, tales como los enumerados por Kokutani (2005, citado en Araujo, Correia & Real, 2013):

Tabla 6 Sistematización de los distintos valores de se faire (Kokutani, 2005

Finalmente, es claro que la posibilidad de contar con textos libres donde aparezca la estructura aquí analizada (en caso de que se pudieran encontrar dichos textos)35, permitiría asegurar que la estrategia de pasivización aquí descrita corresponde naturalmente a la lengua, y no se trata de una «creación» ad-hoc, con los recursos provistos por la lengua, para poder traducir al yagán textos que presentan una oposición entre activa y pasiva:

Más allá de las incertidumbres, deseo destacar el valor tipológico que presenta este mecanismo de pasivización, que conjuga un causativo y un reflexivo, para extender el debate acerca de las «pasivas no canónicas» hacia otras lenguas no incluidas anteriormente en las consideraciones sobre este tema. En la medida en que se vayan conociendo otras lenguas con otros recursos lingüísticos para la codificación de la pasividad, se podrá salir de esta «definición por la negativa», en oposición a estructuras ya conocidas, para establecer un tipo por sí mismo.

7. REFERENCIAS

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* Este artículo se deriva del Plan de Trabajo «Aproximación a la gramática del yagán a partir de fuentes documentales» propuesto al Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas (Conicet) de la República Argentina y se inserta en el marco del proyecto Diversidad Lingüística en América (Lenguas Amerindias) desarrollado en la Asociación de Lingüística y Filología de América Latina (Alfal). Agradezco las valiosas sugerencias realizadas por Dioney Moreira Gomes a la primera versión de este trabajo.

1Este alineamiento, propuesto por Dryer (1986), implica que el Receptor/Beneficiario de la construcción ditransitiva recibe el mismo tratamiento que el OD/Paciente de la transitiva (que constituyen el «objeto primario»). Este es diferente del que recibe el OD/Tema de la ditransitiva («agente secundario»): T ≠ P = R. El alineamiento de objeto secundario es uno de los tres sistemas básicos de alineamiento en la construcción ditransitiva, junto con el «alineamiento de objeto indirecto» (T = P ≠ R), el «alineamiento neutral» (T = P ≠ R). Las construcciones con alineamiento de objeto indirecto se suelen denominar «construcciones de dativo», mientras que las de alineamiento neutral han sido llamadas «de doble objeto» (Malchukov et al., 2010, pp. 3-5).

2Así, en la terminología de casos usada por Bridges, el nombre propio (¡femenino!) Kamailana agrega «(i)kaia» para dativo/ablativo y «-nima» para el caso objetivo.

3Bridges (1866) advierte, en el prefacio de su Gramática: «This work does not pretend to be in any wise a perfect grammar of the Yahgan tongue, but is of necessity imperfect, as I am not yet fully master of the language, but what is put down I hope is accurate.» (Bridges, 1866, p. 1).

4Las definiciones del diccionario se citan en lengua original, el inglés, al igual que las menciones a la gramática; los ejemplos analizados se brindan en español (traducción propia) y, de ser necesario, se agrega la versión en lengua original (inglés, si provienen de Bridges, o francés, si corresponden a Adam).

5Para más detalles acerca de los causativos en yagán, véase Regúnaga (2014).

6Para más detalles sobre recíprocos y reflexivos en yagán, véase Regúnaga (2015).

7Si bien es necesario profundizar el estudio de la voz pasiva en yagán a fin de poder compararla y deslindarla de la voz media, hay ejemplos de uso del prefijo que codifica reflexivos, recíprocos (y pasivos) que se acercan a lo que Kemmer (1993) identifica como la cualidad semántica de la voz media, esto es, la «afectación del sujeto». Pero, nuevamente, existe un solapamiento en el uso de los prefijos «m(a)(m)-» y «tūmū-», tal como puede verse en los ejemplos que remiten a situaciones espontáneas, asociadas también con la voz media: 'romperse' (con prefijo «m-»), 'irse' y 'ensangrentarse' (con prefijo «tūmū-»):

8La armonía vocálica parece ser la responsable de que la vocal final sea la misma que la del causativo, «ū».

9Resulta muy significativo que ciertos «verbos de acción corporal» mencionados por Kemmer hayan sido denominados «autocausativos» por otros autores (Creissels, 2006; Geniusiene 1987; Voisin-Nouguier, 2002), según mencionan Bostoen y Nzang-Bie (2010, p. 1271).

10Diferente de la posibilidad reflexiva que se aprecia en « mēam ha-mököši-dē» ('I chopped myself') (Bridges, 1987, p. 286).

11Ver cita en (29): «mū-», prefixed only to intransitive verbs, makes them reflective» (Bridges, 1866, p. 110).

12«(meam) mateki» (‘To consider or think or look upon oneself.’) i. ‘To be seen.’ (Bridges, 1987, p. 306) > «teki» tr. ‘(To be able) to see, observe, spy. To find’ (Bridges, 1987, p. 396).

13La forma original del verbo, «yīpöna», hace que la adición del prefijo de lugar a «mēipöna», por lo que la segmentación de la frase es orientativa.

14Como el índice pronominal de 3ª persona es igual para singular y plural, la presencia del pronombre plural «köndeian» indica la diferencia con «kö-tūmū-anaši-dē» «il a été baptisé» (Adam, 1885, p. 31).

15Otra traducción posible sería 'parezco un poco enfemo', dada la proximidad semántica entre 'ser visto' y 'parecer', razón que justifica que este último verbo se use muchas traducciones de Catulo 51, Ille mi par deo esse videtur: 'Él me parece semejante a un dios'. Ejemplos de esta misma interpretación pueden encontrarse en los textos bíblicos en yagán:

16Así, se proveen ejemplos en los que no se diferencian formalmente el sentido reflexivo y pasivo: «ha-mēiū-dē kāmain» (‘I bit my arm’)/«ha-mēiū-dē kaiiūala» (‘My child has been bitten’) (Bridges, 1987 [1933], p. 285).

17«I cried standing among them. Touching the resurrection of the dead I am called in question by you this day» (Hechos 24, 21).

18«[I] am sent to speak unto thee» (Lucas 1, 19).

19La vinculación entre las construcciones pasivas y los procesos de nominalización, en tanto estrategias de desagentivización (véanse Alexiadou, Anagnostopoulou, & Schäfer, 2009; Bruening, 2013; Grimshaw, 1990) merece ser explorada en futuras líneas de trabajo.

20Resulta particularmente interesante que el verbo que recibe el prefijo «ma-», «tūapāna» (tr.) ‘To name, to call or speak of by name, to mention the name’ (Bridges, 1987, p. 433), sea a su vez una forma causativizada por medio del prefijo «tū-» del verbo «wāpāna» (‘To have a name’) (Bridges, 1987, p. 631).

21«And a certain man lame from his mother's womb was carried, whom they laid daily at the gate of the temple which is called Beautiful, to ask alms of them that entered into the temple» (Hechos 3, 2).

22Es neceario seguir incorporando datos al análisis para identificar la razón de esta diferencia en las marcas del agente, que replica el uso de ambas formas («-ikaia» y «-ncikaia») para el argumento no-sujeto Paciente, en la construcción transitiva, y el argumento no-sujeto Receptor, en la ditransitiva; podría depender de la clase (Bridges identifica tres declinaciones) a la que pertenece el sustantivo.

23«And Paul chose Silas, and departed» (Hechos 15, 40).

24«Then went the captain with the officers» (Hechos 5, 26).

25Generalmente pospuesto, en este caso la posición del agente podría correlacionarse con el hecho de que es una frase negativa.

26«[…] the angel Gabriel was sent from God unto a city of Galilee, named Nazareth» (Lucas 1, 26).

27«I receive not honour from men» (Juan 5, 41).

28«And believers were the more added to the Lord, multitudes both of men and women» (Hechos 5, 14).

29Tema que no será desarrollado aquí pero que sin duda merece un futuro análisis.

30Proveniente de «tūarūgata» (tr.): «To spoil, damage, deteriorate, injure, to mare in any way, to trouble, annoy, perplex, hinder, give trouble» (Bridges, 1987, p. 433), a su vez, causativo de «ārūgata» «To be sad, uncomfortable, troubled, disagreeable, untidy, all out of order, ill, etc. Bereaved, orphaned, having lost any near relatives. To be in this state» (Bridges, 1987, p. 61).

31«There came also a multitude out of the cities round about unto Jerusalem, bringing sick folks, and them which were vexed with unclean spirits: and they were healed every one» (Hechos 5, 16).

32No es casual que la glosa en inglés de este ejemplo recurra a la pasiva con get: «Paul got hit by a car» (Labelle, 2013, p. 242).

33«Pierre was offered a position by Louise’s uncle» (Labelle, 2013, p. 242).

34«Pierre was offered a position by Louise's uncle» (Labelle, 2013, p. 242).

35«The children of this world marry, and are given in marriage» (Lucas 20,34).

Cómo citar este artículo: Regúnaga, M. A. (2019). La voz pasiva en yagán. Forma y Función, 32(2), 255-297. doi: http://dx.doi.org/10.15446/fyf.v32n2.80823

8. ABREVIATURAS

Recibido: 03 de Agosto de 2018; Aprobado: 25 de Febrero de 2019

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