1. Introducción
El presente trabajo se propone describir y ejemplificar las estrategias de nominación que emplea la lengua urarina para designar entidades del reino vegetal, así como analizar la estructura morfológica de los nombres dados a diferentes especies en busca de patrones recurrentes que ayuden a identificar dichas estrategias. Para ello, se analiza un corpus de 166 entradas léxicas que fueron recogidas en trabajos de campo intensivos en febrero y junio de 2019, en la comunidad urarina de Nuevo Porvenir, en el río Corrientes, Loreto, Perú. A ello, se suma un corpus más pequeño de léxico de plantas recogido en diferentes trabajos de campo realizados a partir del 2017.
La nomenclatura etnobotánica resulta de particular interés por las múltiples evidencias lingüísticas y culturales que ofrece su estudio. Como señalan Palmer, Kinkade y Turner (2003), el análisis de nombres de plantas puede ser abordado con diferentes fines: (1) buscar jerarquías universales de categorización, conocidas como taxonomías; (2) investigar qué revelan estos nombres sobre las clasificaciones distintivas que un pueblo establece de su mundo botánico; (3) desde una mirada más histórica, rastrear a través de los cognados o préstamos posibles orígenes en común o situaciones de contacto; o, por último, (4) desde su relación con otros dominios de la cultura, explorar la importancia de la presencia de plantas y sus diferentes funciones, por ejemplo, en la tradición oral. Analizar el léxico etnobotánico, entonces, debe tomar en cuenta mínimamente estas perspectivas para brindar un panorama más completo de la gramática relacionada con este.
En cuanto a la lengua urarina, si bien existen pocos estudios lingüísticos previos, ninguno se ha centrado en describir aspectos ligados al léxico etnobiológico ni a estudiar sus categorías taxonómicas y, en su lugar, se han centrado principalmente en aspectos de su fonología (Manus, 1977; Cajas & Gualdieri, 1987; Gualdieri, 2009) y su descripción más gramatical (Manus & Manus, 1979; Olawsky, 2002, 2006). Por otra parte, se cuenta con más investigaciones de tipo etnográfico y antropológico, en las que se ha abordado aspectos relacionados a sus técnicas agrícolas (Kramer, 1977), su cultura material (Tessman, 1999; Morales, 2004; Dean, 2009), el intercambio de bienes de consumo y el establecimiento de redes de mercado a través de sus productos (Dean, 1994), así como a los cantos de curación y la construcción del cuerpo a través del consumo de sustancias (Fabiano, 2015), por mencionar solo algunos.
En el campo de las ciencias biológicas y ecológicas, por otro lado, se cuenta con un estudio sobre palmeras útiles en los alrededores de Iquitos (Balslev, Grandez, Paniagua, Møller & Hansen, 2008), que recoge algunas denominaciones locales en urarina, y con un reciente estudio sobre sistemas ecológicos tradicionales del pueblo urarina (Schulz, Martín, Núñez, Del Aguila, Laurie, Lawson & Roucoux, 2019). Al no haber hasta el momento un diccionario o vocabulario publicado en la lengua, aparte de los pocos nombres de plantas que estos trabajos previos han podido recopilar y que han servido de referencia para este estudio, se ha recogido un importante material mediante trabajo de campo, cuyos detalles se describen en el apartado sobre metodología.
El artículo está organizado como sigue: en la sección sobre el pueblo y la lengua urarina, se presentan datos generales sobre el pueblo y algunos datos tipológicos resaltantes de la lengua; en la sección de metodología, se presenta información sobre el lugar donde se realizó el trabajo de campo, los instrumentos que se emplearon, así como sobre el equipo local que participó de este trabajo; en el apartado de aproximaciones teóricas, se brindan algunos conceptos básicos que servirán de referencia para el análisis, que será presentado en la siguiente sección sobre estrategias de nominación en la nomenclatura botánica urarina; finalmente, en el último apartado, se esbozan algunas conclusiones.
2. El pueblo y la lengua urarina
2.1. Datos generales
Actualmente, el pueblo urarina habita en comunidades ubicadas en los ríos Chambira (y sus tributarios), Urituyacu y Corrientes (Figura 1). Según datos del Ministerio de Cultura (2019), su población asciende a 7 000 personas aproximadamente, quienes habitan en 68 comunidades indígenas, 62 ubicadas en el distrito de Urarinas y 6 en el distrito de Trompeteros, provincia y departamento de Loreto.
El pueblo se autodenomina «kacha» (‘gente’) y reserva la denominación «kacha ere» (‘lengua de la gente’) para referirse a su propio idioma. En cuanto a sus prácticas culturales, una que permanece vigente y es relevante a muchos niveles es el tejido de «ela» (‘cachihuango’) (Figura 2). Este textil es elaborado por las mujeres a partir de la fibra de «risiine» (‘chambira’) o «alaa» (‘aguaje’); los hombres, por su parte, suelen encargarse del tallado de las piezas de madera que se emplean como herramientas para el tejido. Estas fibras pueden ser teñidas naturalmente con barro y otras plantas. Comprender la relevancia cultural de esta práctica implica abordarla desde una perspectiva multidimensional, ya que abarca aspectos ligados a la ritualidad, la identidad, la tradición oral, los vínculos sociales, la economía y la conservación de los ecosistemas.
2.2. La lengua urarina
El urarina es una lengua amazónica considerada actualmente aislada. Como rasgos tipológicos resaltantes, Gualdieri (2009) señala que, a nivel fonológico, la presencia de /b/ y la inexistencia de /p/ resulta llamativa «dada la tendencia universal en las lenguas a incluir un segmento distintivo labial oclusivo sordo, y a la implicación según la cual la existencia de un segmento sonoro presupone segmento sordo» (p. 4). Otro rasgo particular de la lengua es su orden sintáctico básico OVA/VS (Olawsky, 2006), presente en menos del 1% de lenguas en el mundo (Hammarström, 2016). Es, además, una lengua polisintética, aunque en ciertas construcciones posesivas se observa una transición de formas sintéticas hacia formas más analíticas (Olawsky, 2006).
A nivel de frase nominal, los nombres reciben marcación morfológica de número, posesión y locación. En cuanto a los conceptos de propiedad, estos se expresan principalmente a través de nombres y verbos. Olawsky (2006) señala que el urarina tendría solo dos términos modificadores no derivados: «sẽohwã» (‘grande’) y «laauhwiri» (‘pequeño’), por lo que hablar de una categoría abierta de adjetivos resulta discutible dada la poca evidencia para argumentarlo. A diferencia de estos, en cambio, sí están ampliamente registradas las funciones atributivas y modificadoras que desempeñan algunos nombres y nominalizaciones en la lengua. De manera general, estos modificadores pueden posicionarse antes o después del núcleo nominal, mientras que los dos términos considerados modificadores no derivados tienen una posición más restringida después del núcleo.
El urarina, por otro lado, presenta también gran complejidad a nivel verbal, donde la única marca obligatoria es la de persona, que conforma tres paradigmas condicionados sintáctica y pragmáticamente por el tipo de cláusula donde aparece (Olawsky, 2006). Asimismo, no presenta marcas formales explícitas para la expresión de tiempo como un sistema flexional o paradigma gramatical, pero hace uso de otras estrategias de interpretación temporal a partir de la combinación de sufijos de naturaleza aspectual y modal, en juego con clíticos de valor evidencial (Olawsky, 2006; Silva & Peña, 2017). En términos tipológicos, resulta bastante interesante también que la lengua expresa gramaticalmente diferentes dominios funcionales que normalmente no se gramaticalizan en muchas lenguas alrededor del mundo, aunque varios de ellos se encuentran presentes en las gramáticas de otras lenguas de la región (e. g., yagua [Payne & Payne, 1990], wampis [Peña, 2015], kukama-kukamiria [Vallejos, 2016]), como la frustración, la cortesía, la aprehensión, la evidencialidad, la seguridad, entre otros.
3. Metodología
Los datos de esta investigación fueron recogidos durante trabajos de campo realizados en febrero y junio del 2019 en la Comunidad Nativa Nuevo Porvenir, en el río Corrientes. Para la elicitación de nombres de plantas, se tomó como referencia el trabajo de Perrault-Archambault y Coomes (2008), quienes elaboran un listado de cultivos presentes en algunas comunidades de la cuenca del río Corrientes, próximas a Trompeteros. Luego, se emplearon guías de identificación de Foster, Vasquez, Mesones, Fine, Betz y Giblin (2002), Foster y Huamantupa (2010) y Molano y Pariona (2017). Posteriormente, la información recabada se contrastó y complementó con algunos pocos términos registrados en publicaciones previas, como Tessman (1999), Cajas y Gualdieri (1987), Olawsky (2006), Dean (2009) y Fabiano (2015), así como con términos recogidos en trabajos de campo previos que hemos venido realizando desde el 2017. En todos los casos, la escritura se adaptó a su respectiva forma grafémica, de acuerdo con el alfabeto oficial urarina, y de esta manera se representa la lengua urarina en el presente trabajo2.
Olawsky (2006) señala que, debido a tabúes culturales, una de las dificultades que experimentó en campo fue la grabación a mujeres urarina. Walker (2013), por su parte, señala que las diferencias de género son muy marcadas, y que solo los varones pueden hablar con gente foránea, probablemente por su mejor dominio del español, a comparación de las mujeres que, por lo general, son monolingües en urarina o bilingües incipientes en castellano. En nuestra experiencia, la conformación de un equipo local mixto tampoco fue fácil por las mismas razones señaladas, pero finalmente se pudo contar con la participación de algunas mujeres, quienes fueron parte de las diferentes actividades programadas en el marco del estudio, como recorridos por la comunidad y la chacra para la identificación de especies y registro audiovisual, revisión de guías de identificación de plantas y sesiones de grabación de conocimientos tradicionales vinculados a plantas.
Asimismo, de manera complementaria, se pudo visitar con un hablante la Estación Biológica José Álvarez Alonso, del Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana (IIAP), donde se trabajó en un bosque primario con el objetivo de identificar diversas plantas en su medioambiente natural. La estación biológica cuenta con parcelas de achiote, aguaje y uvilla, que también se encuentran en la zona del Corrientes (Perraul-Archambault & Coomes, 2008); asimismo, tiene un jardín de plantas medicinales, entre las que se encuentran algunas especies de piripiri, ajengibre, etc., que también fueron identificadas previamente en la comunidad. Hay presencia de palmeras, como la chambira y el irapay, y árboles maderables, también registrados cerca de la zona urarina. Para este trabajo, además, se elaboraron dos formatos de consentimiento informado: uno para hablantes letrados y otro para hablantes monolingües urarina. Sus iniciales, edades, lugar de residencia actual, lugar de nacimiento y las diferentes funciones que desempeñaron se muestran en la Tabla 1.
Nombres | Género | Edad | Viviendo en | Creció en | Rol |
---|---|---|---|---|---|
JAV | F | 68 | Nuevo Porvenir (Corrientes), desde 1965 aprox. | Chambira, por Tigrillo | Narradora, especialista cultural |
MMM | M | 64 | Nuevo Porvenir, desde 1950 aprox. | Chambira, por Tigrillo | Narrador, especialista cultural |
DMV | M | 42 | Nuevo Porvenir, desde su nacimiento | Nuevo Porvenir | Traductor, guía de campo, entrevistador, (auto)documentador |
EAA | F | 34 | Nuevo Porvenir, desde su nacimiento | Nuevo Porvenir | Narradora, especialista cultural |
MMV | F | 18 | Nuevo Porvenir, desde su nacimiento | Nuevo Porvenir | Guía de campo, intérprete, entrevistadora |
Con los términos recopilados, se elaboró una base de datos léxica de 166 entradas referidas a nombres de plantas, que corresponden a categorías taxonómicas de rango genérico y de especie. Estos fueron sistematizados y analizados para identificar las estrategias lingüísticas que operan en su formación, así como para buscar patrones en su estructura morfológica y en su motivación semántica, tal como se observa en la pequeña muestra de la Tabla 2.
Urarina | Nombre científico | Español | Estructura | Núcleo | Motivación semántica | Estrategia |
---|---|---|---|---|---|---|
alaa | Mauritia flexuosa L.f. | aguaje | N | - | - | acuñación |
afaiia | Carica papaya L. | papaya | N | - | - | préstamo |
anauue ateri | Quararibea sp. | zapotillo | N+N | exocéntrico | metáfora | composición |
taji ku-biri | No identificado | piripiri de bufeo | N+ASC-N | endocéntrico | metonimia | composición |
jiaane lanaja-i | Bixa orellana L. | achiote amarillo | N+V-NOM | endocéntrico | - | nominalización clausal |
A modo de anexo, al final de este artículo se presenta una lista de nombres de plantas en urarina con sus respectivos nombres científicos y glosa en castellano local que fue recopilada durante el desarrollo de esta investigación.
4. Aproximaciones teóricas
De acuerdo con Turner, Burton y van Eijk (2014), «the ways in which plants are categorized and named help us to understand interrelationships between language, cognition, memory, survival, and world view» [las formas en que las plantas se clasifican y se nombran nos ayudan a comprender las interrelaciones entre el lenguaje, la cognición, la memoria, la supervivencia y la visión del mundo] (p. 136 [traducción propia]). Si (2016), por su parte, señala que los hablantes de lenguas que habitan en comunidades alejadas de centros urbanos se relacionan de manera especial con su entorno natural, al realizar labores cotidianas como la obtención de alimentos, combustible, materiales de construcción, por lo que sus lenguas codifican mucho conocimiento enciclopédico sobre entidades, y fenómenos biológicos y ecológicos.
Como punto de inicio para comprender la nomenclatura asignada a entidades biológicas, Conklin (1962) y Berlin, Breedlove y Raven (1974) (citados por Hunn & Brown, 2011) sugieren tipologías de nombres. Por un lado, Conklin (1962) distingue entre lexemas o etiquetas biológicas unitarias (unitary) y compositivas (composite). Los lexemas unitarios, a su vez, se dividen en simples y compuestos. Los lexemas compositivos, denominados también binomiales, se caracterizan por ser hipónimos del elemento nuclear que forma parte del compuesto y por presentar un elemento adicional que funciona como atributo de dicho núcleo. En términos estructurales, se trataría de compuestos de tipo endocéntricos. «Maíz morado» es un ejemplo claro de este tipo de nombres, donde «maíz» es el núcleo y la categoría inmediatamente superior a la que pertenece esta especie en particular, en tanto que «morado» designa una cualidad específica del tipo de «maíz» al que «maíz morado» hace referencia.
La principal diferencia entre los lexemas compositivos y los lexemas unitarios compuestos es que estos últimos, pese a ser también términos complejos, según Conklin (1962), no poseen fuerza descriptiva. Estos términos corresponden a los llamados compuestos exocéntricos (Bauer, 2009), ya que no poseen un núcleo que permita identificar la categoría a la que pertenece la especie, como sucede en castellano con los términos «lengua de vaca» o «uña de gato», que no son tipos de sangre ni de uña, respectivamente. Un ejemplo clasificatorio similar de fitónimos del español puede encontrarse en Cáceres-Lorenzo y Salas-Pascual (2020, p. 72).
Berlin (1992), por su parte, afina la propuesta de Conklin y divide los nombres en primarios y secundarios. A su vez, los nombres primarios se subdividen en simples y complejos, y, por último, los nombres complejos se dividen en productivos e improductivos. De acuerdo con Zariquiey (2018), «the distinction between productive complex names and secondary names is only based on taxonomic criteria» [la distinción entre nombres complejos productivos y nombres secundarios se basa solo en criterios taxonómicos] (p. 11 [traducción propia]). Por ello, a nivel de nombres complejos productivos se encontrarían etiquetas de taxones genéricos populares, como «ash tree» (‘fresno’), mientras que a nivel de términos secundarios o improductivos se tendrían categorías nombradas del rango específico popular, como «black ash» (‘fresno negro’), o del rango varietal popular (Berlin, Breedlove & Raven, 1973).
Otra distinción importante y pertinente para este estudio es la que presenta Zariquiey (2018) entre tipos de nombres y estrategias de nominación: los tipos de nombres corresponderían a las tipologías hasta ahora descritas líneas arriba, en tanto que las estrategias de nominación hacen alusión a «procesos lingüísticos por los cuales se crean nombres de diferentes tipos» (p. 12). Aquí se toma la idea de estrategias de nominación para aplicarla al análisis de nombres de plantas en urarina. Entre los procesos que Zariquiey (2018) identifica para la lengua kakataibo, se encuentran acuñación, derivación morfológica, préstamo, polisemia etnobiológica, composición, onomatopeya y nominalización gramatical. Algunas de estas estrategias han sido observadas también en la nominación de plantas en urarina.
5. Estrategias de nominación en la nomenclatura botánica urarina
En este punto, procederemos a analizar los nombres de plantas en urarina a partir de las estrategias lingüísticas implicadas en su formación. La primera de ellas es acuñación (coining), que Zariquiey (2018) define como «the creation of a name based on an arbitrary association of form and meaning» [la creación de un nombre basado en la asociación arbitraria entre un significado y un significante] (p. 12 [traducción propia]). La segunda es préstamo, entendido como un proceso mediante el cual un vocablo es tomado de otra lengua producto del contacto. Por último, tenemos composición, que será entendida en términos de Bauer (2003) como un proceso por el cual se forma un nuevo lexema a partir de la combinación de dos o más lexemas; nominalización clausal, para referirnos al proceso sintáctico que permite que una cláusula funcione como una frase nominal dentro de un contexto sintáctico más amplio; nominalización atributiva, en referencia al proceso por el que se nominalizan verbos y predicados con funciones atributivas, y nominalización participante, por la cual se nominaliza una entidad involucrada en una acción o estado, de acuerdo con Genetti, Coupe, Bartee, Hildebrandt y Lin (2008).
Del total de 166 nombres de plantas que forman parte de nuestra base de datos, 91 corresponden a nombres léxicamente simples (54.8%), en tanto que 75 corresponden a nombres léxicamente complejos (45.2%). Se ha observado, además, que las estrategias de nominación por acuñación y préstamo dan lugar a nombres léxicamente simples en urarina principalmente (solo se identificaron cinco casos de préstamos que forman parte de construcciones complejas). Por su parte, la composición y la nominalización clausal son las principales estrategias por las que se forman nombres complejos. Una característica notable por su ausencia (o, en todo caso, por su escasa incidencia en los datos) en los nombres de plantas urarina es la falta de derivación denominal mediante la adición de afijos que sean identificables como productivos sincrónicamente.
5.1. Acuñación
Se trata de términos que resultan en lexemas simples y que parecen ser patrimoniales del urarina. En nuestra base de nombres de plantas, esta fue la estrategia más usada, con un total de 68 términos (41%). Algunos ejemplos de acuñación se presentan en la Tabla 3.
Nombre urarina | Nombre científico | Glosa |
---|---|---|
alairi* | Pouteria caimito (R.&P.) Radlk. (Fam. Sapotaceae) | caimito |
relaae | Trema micrantha L. (Fam. Ulmaceae) | atadijo |
araneu | Clibadium sp. (Fam. Asteraceae) | huaca |
aküsa | Urera sp. (Fam. Urticaceae) | ortiga, ishanga |
kunari | Theobroma bicolor Bonpl. (Fam. Malvaceae) | macambo |
fuku | Cucurbita pepo L. (Fam. Cucurbitaceae) | zapallo |
eraürü | Crescentia cujete L. (Fam. Bignoniaceae) | huingo |
*La terminación «-ri» visible en ‘caimito’ y ‘macambo’ parece ser un formativo antiguo en varios nombres de plantas y animales, aunque sincrónicamente ya no es productivo (Silva, 2019)
5.2. Préstamos
En nuestra base, se encontró un total de 24 palabras (14.4%) que corresponden a préstamos, 23 de ellos lexemas simples y uno de ellos, un lexema complejo, el único caso de calco registrado. En la Tabla 4, se muestran algunos de estos nombres encontrados.
Nombre urarina | Nombre científico | Glosa |
---|---|---|
arusu | Oryza sativa L. | arroz |
kuuku | Cocos nucifera L. | coco |
kisaduru | Curcuma longa L. | guisador |
santicha | Citrullus lanatus Thunb. | sandía |
seburia | Allium sp. | cebolla |
timu | Lonchocarpus nicou Aubl. | barbasco |
misitu üsichue | Uncaria tomentosa DC. | uña de gato |
Como señala Olawsky (2006), los préstamos en urarina cubren un rango de distintas áreas semánticas, entre las que se incluyen «words for plants not known before contact with Spanish was made, plus some nature-related terms such as ‘field’ and ‘meadow’ - a geophysical appearance originally unknown to the Urarina» [palabras para plantas no conocidas antes del contacto con los españoles, además de algunos términos relacionados con la naturaleza como ‘campo’ y ‘pradera’, relieves geofísicos originalmente desconocidos para los urarina] (p. 894 [traducción propia]).
Incidentalmente, cabe señalar que Brown (1994; véase también Cáceres-Lorenzo [2006] y Torres [2017]) realizó un estudio sobre los términos referidos a 77 artículos de la cultura occidental (entre los que figuran algunos nombres de plantas) (Tabla 5) en los vocabularios de 196 lenguas indígenas habladas desde el Círculo Polar Ártico hasta Tierra de Fuego. En su trabajo, observó que la aculturación léxica se evidenciaba en cuatro procesos: (1) la adopción de préstamos para los ítems introducidos por el contacto, (2) la creación de traducciones de los nombres originales (o calcos), (3) la aplicación de términos nativos a nuevos referentes, y (4) la acuñación de nuevas expresiones, descriptivas o figurativas, para los nuevos referentes.
Manzana | Potro | Mil | Colegio |
Albaricoque | Culantro | Dinero | Tijera |
Cebada | Vaca | Mula | Oveja |
Remolacha | Taza | Clavo | Pala |
Pizarra | Burro | Aguja | Jabón |
Libro | Harina | Avena | Soldado |
Botella | Tenedor | Cebolla | Cuchara |
Caja | Ajo | Naranja | Tienda |
Pan | Gallina | Buey | Azúcar |
Toro | Caballo | Papel | Mesa |
Mantequilla | Hora | Guisantes | Té |
Botón | Cien | Durazno | Hilo |
Col | Llave | Cerdo | Pueblo |
Becerro | Limón | Pistola | Nabo |
Vela | Cabra | Cinta | Vagón |
Gato | Uvas | Arroz | Sandía |
Queso | Lechuga | Rico | Miércoles |
Pollo | Yegua | Gallo | Trigo |
Reloj | Fósforo | Sábado | Ventana |
Café |
Fuente: Extraído y traducido de Brown (1994)
En la terminología botánica urarina, también se han encontrado ejemplos de los procesos de aculturación léxica descritos líneas arriba. Los casos de préstamos tomados del castellano y adaptados a la fonología del urarina son los más comunes. De hecho, 20 de los 24 casos de préstamos identificados son lexemas simples referidos a especies introducidas, y varios de ellos, como el ajo, el arroz, la cebolla, la naranja y la sandía, algunos de los cuales aparecen en la Tabla 4, figuran en la lista propuesta por Brown (1994). Por otro lado, encontramos solo un caso de lexema complejo, que corresponde al calco «misitu üsichue» (‘uña de gato’)3. Los tres préstamos restantes «kamu kamu», «sanangu» y «timu» posiblemente provienen de lenguas indígenas, pero es difícil determinar su origen al ser términos de uso general en el castellano regional. El término «timu» para barbasco, por ejemplo, coincide exactamente con la forma registrada en lenguas jíbaras (Jaime Peña, comunicación personal, 2019), mientras que en kandozi se ha registrado la forma «tǐmó» (Tuggy, 1966), pero su origen sería posiblemente de procedencia tupí (Jaime Peña, comunicación personal, 2020). Por otro lado, Jernigan (2012) y Zariquiey (2018) también encuentran préstamos que fueron adoptados para los casos de nombres de especies introducidas en las lenguas ikitu y kakataibo, respectivamente.
5.3. Composición
De los 75 lexemas complejos identificados, 47 nombres de plantas fueron formados mediante la estrategia de composición, y representan el 28.3% de entradas en nuestra base de datos. Este es un proceso bastante productivo en la lengua y no es exclusivo del campo referido a plantas, sino que también es posible encontrarlo en nombres de animales, topónimos y neologismos (Silva, 2019). A partir de su estructura morfológica y semántica, se ha podido diferenciar algunos patrones, que se analizan de manera más detenida a continuación. Antes de ello, la Tabla 6 lista la estructura de los compuestos encontrados y sus tipos semánticos. Cada uno de ellos es analizado en detalle en lo que resta de esta sección.
Tipo estructural | Tipo de compuesto según presencia o ausencia de núcleo | Tipo de caracterización semántica |
---|---|---|
[N(mod)+N(núcleo)]N | Endocéntrico | Compuestos con modificador metonímico atributivo |
[N(mod) +ku-N(núcleo)]N | Endocéntrico | Compuestos con modificador metonímico de propósito |
[[N+N](mod)+N(núcleo)]N | Endocéntrico | Compuestos con modificador metafórico de imagen |
[N+N]N | Exocéntrico | Compuestos basados en metáforas de imagen |
Uno de los patrones identificados es el de compuestos con modificador metonímico, que poseen una estructura [N(mod)+N(núcleo)]N, donde el primer elemento nominal (N1)4 funciona como modificador del segundo elemento nominal (N2), como se observa en la Tabla 7. En estos casos, N1 opera en un sentido metonímico, ya que el elemento nombrado sirve para evocar algún rasgo saliente del referente, como su color o su forma.
Todos estos compuestos son endocéntricos y resultan hipónimos de N2, que se comporta como núcleo. Por ejemplo, en referencia a los términos contenidos en la Tabla 7, estos nombres de plantas corresponden a especies particulares de «fanara» (‘plátano’) y «esü» (‘shimbillo’), que tienen características especiales: en «icha fanara», el plátano tiene un parecido por el color y las rayas del majás; en «ruru fanara», el plátano es colorado como el pelaje del mono coto; por último, en «enue esü», el shimbillo tiene una forma alargada similar a la de una soga (Figura 3).
También hemos identificado compuestos nominales que siguen este mismo patrón endocéntrico, pero que presentan una estructura morfológica más compleja debido a la presencia del prefijo asociativo «ku-»: [N(mod)+ku-N(núcleo)]N. Así, estos compuestos llevan el prefijo «ku-» adherido al segundo elemento nominal del compuesto, como se observa en la Tabla 8. De acuerdo con Olawsky (2006), el prefijo modificador asociativo «ku-» no es productivo, pero suele aparecer en relaciones de posesión en compuestos nominales. En nuestra base de datos, todos los ‘piripiris’ o ‘plantas mágico-curativas’ (la raíz es «biri» en urarina) registrados presentan esta estructura; sin embargo, hay que precisar que esta estructura no es exclusiva de este tipo de nombres, ya que también encontramos ejemplos de otros campos, como «atauari kulueri» (‘gallina’ ASC-‘casa’ = ‘gallinero’) y «ajeri kuteri» (‘piedra’ ASC-‘hacha’ = ‘hacha de piedra’).
Nombre urarina | Nombre científico | Glosa literal | Castellano |
---|---|---|---|
airana kubiri | no identificado | lupuna roja8+ASC-piripiri | piripiri de lupuna roja |
rane kubiri | no identificado | tejido+ASC-piripiri | piripiri de cachihuango |
akanu kubiri | Cyperus articulatus L. | víbora+ASC-piripiri | piripiri de víbora |
laanu kubiri | no identificado | yuca+ASC-piripiri | piripiri de yuca |
Los urarina a menudo emplean estas variedades de piripiri para el tratamiento de dolencias o afecciones físicas, pero su uso no se restringe solo a ello, también se cree que tienen ciertos poderes mágicos que garantizan el éxito en la caza de ciertos animales (para cada uno hay un piripiri especial) o que ayudan a captar la atención del ser amado (Olawsky, 2006). Así, por ejemplo, el «airana kubiri» sirve para curar los efectos de la cutipa9 de la lupuna roja en los niños, mientras que el «raane kubiri» sirve para tejer bien y sin retraso el cachihuango. En cuanto al «akanu kubiri» (Figura 4), este sirve para curar la picadura de este animal y, finalmente, el «laanu kubiri» se usa para la buena siembra de la yuca como parte de una práctica preventiva o propiciatoria. El modificador, en estos casos, funciona como metonimia de propósito. En nuestra base, hemos registrado hasta el momento 22 variedades de piripiri y, como se señaló, en sus formas compuestas todos llevan el prefijo «ku-».
Otro de los patrones identificados es el de compuestos con modificador metafórico. Este posee una estructura [[N+N](mod)+N(núcleo)]N y solo se halló un caso, que corresponde a una variedad de ají (Tabla 9). Se trata también de un compuesto endocéntrico, como el anterior, donde el núcleo es el elemento nominal que se encuentra en el extremo derecho, mientras que los dos primeros elementos nominales funcionan como modificador al perfilar una imagen esquemática de un dominio de origen (animal) que proyectan sobre el núcleo, el cual pertenece a otro dominio de destino (vegetal). Este ejemplo constituye el único caso en la base de datos de un compuesto endocéntrico con motivación metafórica, ya que para todos los otros casos basados en metáfora se han encontrado compuestos exocéntricos (ver siguiente párrafo).
Nombre urarina | Nombre científico | Glosa literal | Castellano |
---|---|---|---|
katilajenüje | Capsicum frutescens L. | kati ‘mono negro’+ laje ‘pene’+ enüje ‘ají’ | ají pipí de mono |
Por último, un cuarto patrón que es particularmente interesante es el de los compuestos basados en metáforas de imagen. A diferencia de los compuestos nominales analizados hasta el momento, los compuestos basados en metáforas de imagen se caracterizan crucialmente por ser exocéntricos, es decir, no presentan un núcleo interno y son de tipo [N+N]N. La metáfora de imagen es motivada por el parecido físico entre los elementos. En estos casos, todo el compuesto nominal se entiende como una metáfora y es posible identificar un dominio de origen (animales) que se proyecta sobre un dominio de destino (plantas). Algunos ejemplos de este tipo de compuestos se presentan en la Tabla 10.
En los ejemplos de la Tabla 10, vemos que tanto las variedades de plátano como las variedades de semilla son comparadas con partes específicas del cuerpo de algunos animales. Una variedad de plátano recibe el nombre urarina «kati biji» por su similitud de forma con el brazo del mono negro. Otra variedad de plátano se denominada «fafafa katü» por el parecido esquemático con la forma cuadrada del pico del ave huapapa (Cochlearius cochlearius). Las variedades de semillas, por su parte, son comparadas con la forma de los ojos del paujil y del pelejo u oso perezoso, respectivamente.
5.4. Nominalización
De los 75 lexemas complejos identificados, 27 fueron creados mediante la estrategia de nominalización, y representan el 16.3% de los nombres de plantas de nuestro corpus. En esta sección, se explican los tres patrones distintos de nominalización que se han encontrado en los datos. La Tabla 11 lista la estructura de los casos de nominalización encontrados y sus tipos semánticos. Cada uno de ellos es analizado en detalle en lo que queda de esta sección.
Tipo estructural | Tipo de compuesto según presencia o ausencia de núcleo | Tipo de caracterización semántica |
---|---|---|
[N(núcleo)V-NOM(mod)]N | Endocéntrico | Compuesto con nominalización atributiva A |
[N(núcleo)[[V-NOM]+3pos=N]-NOM]REL(mod)]N | Endocéntrico | Compuesto con nominalización atributiva B |
[[N+V-NOM]REL]N | Exocéntrico | Compuesto con nominalización participante |
El primero de los tipos estructurales listados en la Tabla 11, los compuestos con nominalización atributiva de tipo A, tienen la estructura [N(núcleo)V-NOM(mod)]N. Estos compuestos corresponden a un tipo particular de nominalización al que se suele referir en la literatura como nominalización atributiva o participio (Genetti et al., 2008). En urarina, los verbos que expresan conceptos de propiedad suelen aparecer portando el nominalizador «-i» y funcionando como modificadores en posición posnominal en algunos nombres de plantas. Los nombres que se modifican son lexemas simples, y se observa que pueden ser tanto términos patrimoniales como préstamos.
En particular, en los cinco primeros ejemplos de la Tabla 12, observamos que los conceptos de propiedad expresados como atributivos corresponden a colores. De acuerdo con Olawsky (2006), todos estos son verbos intransitivos estativos que pueden estar nominalizados con el sufijo «-i», que sirve para formar nombres modificadores.
Nombre urarina | Nombre científico | Glosa literal | Castellano |
---|---|---|---|
fanara lanajai | Musa sp. | plátano+ser.rojo-NOM | variedad roja de plátano |
kaiafuri sumajai | Virola sp. | cumala13+ser.blanco- NOM | variedad blanca de cumala |
katuri jichuji | Zea mays L. | maíz+ser.negro-NOM | variedad negra de maíz |
akii jichuajiiujuai | Ipomoea batatas (L.) Lam. | camote+ser.morado-NOM | variedad morada de camote |
kuuku lanajiujuai | Cocos nucifera L. | coco+ser.amarillo-NOM | variedad amarilla de coco |
enüje küna-ti | Capsicum sp. | ají+doler-NOM | rocoto |
Es interesante resaltar que la estructura que resulta de este proceso, [N(núcleo)[V-NOM](mod)]N, en términos de Genetti et al. (2008), es similar a la de una frase nominal que tiene inscrustada una frase relativa y, en este caso, es probable que las cláusulas relativas con verbos que expresan conceptos de propiedad aparezcan como frases de una sola palabra. Así, los términos de plantas de este tipo parecen provenir de nominalizaciones en función de relativización, a partir de las cuales la expresión compleja se ha lexicalizado.
Por otro lado, se observa que los verbos en la Tabla 10 presentan derivación interna: las formas «suma-ja-i» (‘blanco’), «lana-ja-i» (‘rojo’) y «jichu-ja-i» (‘negro’), llevan el sufijo derivacional «-ja» (o su alomorfo «-jua») que, según Olawsky (2006, p. 189), solo se adjunta a algunos cuantos verbos estativos y es poco productivo en la morfología urarina, más el nominalizador «-i», que permite usar el término en su función modificadora. Por otro lado, a partir de las raíces de blanco, rojo y negro es posible derivar otros colores, como ocurre en «lana-jiu-jua-i» (‘amarillo’) y «jichu-(a)jiu-jua-i» (‘morado’), que presentan, además de los sufijos anteriores, la marca «-jiu» ~ «-(a)jiu»14, que cumple una función derivacional equivalente a la terminación ‘-izo, -iza’ del español o «-ish» del inglés.
En el último ejemplo presentado en la Tabla 12, tenemos el verbo «küna-ti» (‘doler’) con el sufijo verbal «-ti», que podría tratarse de la combinación de «-tu», un sufijo empleado frecuentemente para expresar intensidad, y el nominalizador «-i» señalado anteriormente (Olawsky, 2006, p. 191). Esta frase relativa, que también se encuentra en posición posnominal, estaría funcionando como un atributivo del nombre, que a su vez es núcleo.
Otro patrón identificado, al que se ha llamado compuesto con nominalización atributiva de tipo B, cuenta con una estructura interna un poco más compleja que el tipo anterior, aunque sigue una lógica similar en cuanto al orden núcleo-modificador. Los compuestos con nominalización atributiva de tipo B muestran una estructura [N(núcleo)[[V-NOM]+3pos=N]-NOM]REL(mod)]N. La Tabla 13 presenta algunos ejemplos que ilustran esta estructura.
Nombre urarina | Nombre científico | Glosa literal | Castellano |
---|---|---|---|
arijiia rishiae nalui | Ficus sp. | ojé+ser.muy.pequeña- NOM+3pos=hoja-NOM | ojé15 hoja menuda |
arijiia jaraanti nalui | Ficus sp. | ojé+ser.amplia-NOM +3pos=hoja-NOM | ojé hoja ancha |
kaiajuri rishiaei nalui | Virola sp. | cumala+ser.muy.pequeña- NOM +3pos=hoja-NOM | cumala hoja menuda |
kaiajuri jaraanti nalui | Virola sp. | cumala+ser.amplia-NOM +3pos=hoja-NOM | cumala hoja ancha |
Tal como lo ilustran los ejemplos de la Tabla 13, lo interesante de este patrón radica en la estructura compleja de los términos, más propia de frases nominales con gran estructura interna. El elemento modificador contiene dos elementos distintos: un verbo nominalizado que funciona como modificador de un nombre poseído. Toda esta estructura es relativizada por el sufijo nominalizador «-i» y, a su vez, funciona como el modificador del núcleo nominal. Se trata, entonces, de un compuesto endocéntrico, cuyo núcleo es un lexema simple que se modifica por una cláusula relativa conformada por un verbo nominalizado más un nombre poseído. Los ejemplos 1 y 2 muestran un análisis morfema por morfema de la estructura en cuestión.
Como se dijo líneas arriba, la estructura que tienen estos nombres de plantas es [N(núcleo)[[V-NOM]+3pos=N]-NOM]REL(mod)]N y el orden de los elementos dentro de la cláusula relativa tiene una estructura diferente a los casos vistos anteriormente, ya que se observa que el verbo nominalizado con el sufijo «-i», que funciona como modificador del nombre «alu» (‘hoja’), se encuentra en posición prenominal. Asimismo, «alu» (‘hoja’) se encuentra marcado con el proclítico posesivo de tercera persona «n=». Finalmente, esta construcción, que funciona como modificadora de «arijiia» (‘ojé’), se encuentra relativizada por el sufijo «-i», adjunto al final del último elemento de la estructura modificadora (la cláusula nominalizada).
En relación con la posición que ocupan los modificadores en urarina, Olawsky (2006) señala que los dos términos que asocia como pertenecientes a la clase de adjetivos, las nominalizaciones (con función relativa) y los nombres con función atributiva, suelen aparecer siempre próximos al núcleo nominal y pueden posicionarse antes o después de este, siendo la posición privilegiada para las cláusulas relativas la prenominal. En los nombres de planta analizados, las nominalizaciones aparecen antes y después del núcleo.
Otro caso identificado es el de nominalización participante. En urarina, esta construcción [[N+VNOM]REL]N se forma a partir de la combinación de un nombre más un verbo nominalizado con el sufijo agentivo «-era» ~ «-ra». De acuerdo con Genetti et al. (2008), estas nominalizaciones representan al agente del predicado nominalizado. En la Tabla 14, se muestra el único ejemplo recogido hasta el momento en nuestra base de datos con esta estructura.
Nombre urarina | Nombre científico | Glosa literal | Castellano |
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künai16 sürü-ra | Malachra spp. | «künai» ‘enfermedad’ + «sürü» ‘aplicar’-AG Lit. ‘la que se aplica para la enfermedad’ | malva |
Este término es una clara muestra de lo señalado por Brown (1994), quien sostiene que es una reacción natural, al entrar en contacto por primera vez con un elemento foráneo, tratar de determinar su naturaleza o función específica. En ese sentido, los elementos en cuestión pueden ser vistos como destinados al consumo (plantas y animales), a la construcción (generalmente las plantas), como medicamentos (generalmente las plantas) y como fuentes de energía para las labores de los seres humanos (animales). Aunque no se han encontrado más casos similares a este en el léxico etnobiológico urarina, sí se ha observado que es más recurrente en otros campos, como el de los neologismos referidos a objetos materiales de la cultura occidental.
6. Conclusiones
El presente trabajo ha descrito las estrategias de nominación encontradas en una base de datos léxica que contiene los nombres en urarina de 166 plantas. Se ha presentado, con sus respectivos ejemplos, las diferentes estrategias lingüísticas implicadas en la formación de nombres de plantas, y se ha analizado la morfología de los patrones identificados. A partir del análisis, se observó que los lexemas simples se correlacionan principalmente con las estrategias de acuñación y préstamo, y que los lexemas complejos, por su parte, se correlacionan con las estrategias de composición y nominalización. En relación con los nombres formados mediante la composición y nominalización, se identificaron algunos patrones, que se resumen en la Tabla 15. Por último, es necesario un análisis de los nombres de animales en urarina para poder hacer más generalizaciones con respecto a la nomenclatura etnobiológica.
Nombre | Estructura | Descripción |
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Compuesto con modificador metonímico | [N(mod)+N(núcleo)]N | El compuesto es endocéntrico y N1 funciona como modificador de N2 en un sentido metonímico atributivo. Ej. «ruru fanara» (‘mono coto’ + ‘plátano’), porque el plátano es de color rojizo como el mono coto. |
[N(mod)+ASC-N(núcleo)]N | El compuesto es endocéntrico y N1 funciona como modificador de N2 en un sentido metonímico de propósito. Ej. «jichana kubiri» (‘pucuna’17+ ASC-‘piripiri’), porque el piripiri sirve para curar la pucuna. | |
Compuesto con modificador metafórico | [[N+N]N(mod)+N(núcleo)]N | El compuesto es endocéntrico y el modificador es un compuesto nominal que funciona como modificador del núcleo en un sentido metafórico. Ej. «katilaje enüje» («kati» ‘mono negro’18 + «laje» ‘pene’ + «enüje» ‘ají’), porque el ají tiene la forma del pene del mono. |
Compuesto basado en metáfora de imagen | [N+N]N | Todo el compuesto nominal es exocéntrico y suele tener una base metafórica. Ej. «fafafa katü» («fafafa» ‘huapapa’ + «katü» ‘diente’), porque el plátano tiene la forma del pico del ave. |
Nominalización atributiva | [N(núcleo)V-NOM(mod)]N | El compuesto es endocéntrico y presenta un verbo nominalizado que modifica a N1. Ej. «katuri sumaja-i» (‘maíz’ + ‘blanco’-NOM) |
[N(núcleo)[[V-NOM]+3pos=N-NOM]REL(mod)]N | El compuesto es endocéntrico y presenta como modificador una cláusula relativa que tiene un verbo nominalizado seguido de un nombre poseído. Ej. «arijiia jaraant-i n=alu-i» ‘ojé que tiene su hoja ancha’. | |
Nominalización participante | [[N+V-NOM]REL]N | El compuesto no tiene núcleo y representa al agente del predicado nominalizado. Ej. «künai sürü-ra» ‘la que se aplica para enfermedad’ = malva. |
Un aspecto resaltante en la lengua urarina es que no emplea sufijos derivativos en la nominación de plantas. Asimismo, es interesante constatar que, dentro del campo etnobiológico, también se emplean productivamente nombres y verbos nominalizados con función modificadora y, bajo ciertas condiciones estructurales, los primeros con motivaciones metafóricas o metonímicas. Por último, estructuras como las frases relativas que se comportan como lexemas son igualmente llamativas desde un punto de vista tipológico, porque contribuyen a la discusión de la teoría sobre la frase y el lexema. En ese sentido, este trabajo contribuye con datos y análisis pertinentes no solo a una teoría de formación de palabras, sino también a la documentación y análisis de áreas de la gramática urarina todavía poco estudiadas y, por extensión, contribuye a la tipología de estrategias de nominación taxonómicas en lenguas amazónicas.