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Forma y Función

versión impresa ISSN 0120-338X

Forma. func. vol.36 no.1 Bogotá ene./jun. 2023  Epub 08-Dic-2022

https://doi.org/10.15446/fyf.v36n1.99388 

Traducciones

El español del Chocó: una lengua afro-hispánica en la frontera española*

Chocó Spanish: an Afro-Hispanic language on the Spanish frontier

1University of Texas at Austin, Austin, Estados Unidos. ia7386@utexas.edu

2University of Texas at Austin, Austin, Estados Unidos. rjbaralt@gmail.com

3University of Texas at Austin, Austin, Estados Unidos. visconte.piero@gmail.com

4University of Texas at Austin, Austin, Estados Unidos. sandrosessarego@yahoo.it


Resumen

El español chocoano (EC) es un vernáculo afrohispánico hablado en las tierras bajas del Pacífico colombiano (Departamento del Chocó). Aunque lingüísticamente similar al español colombiano estándar, las condiciones históricas del Departamento del Chocó parecen haber sido ideales para el desarrollo de una lengua criolla: población blanca reducida, introducción masiva de esclavos, duras condiciones de trabajo, total aislamiento del contexto urbano y de la lengua española. Al respecto, se han propuesto dos hipótesis principales: (1) descriollización y (2) afrogénesis. Analizando la evidencia lingüística y sociohistórica del EC, este trabajo indica que las condiciones no fueron propicias para la formación de un criollo en el Chocó colonial. Por lo tanto, las hipótesis 1 y 2 no reflejan la verdadera naturaleza y evolución de este dialecto. El presente estudio sugiere que el EC puede analizarse como el resultado de procesos avanzados de adquisición de segunda lengua, no implicando necesariamente una etapa criolla previa.

Palabras clave: vernáculo afrohispánico; español chocoano; descriollización; afrogénesis; lenguas criollas

Abstract

Chocó Spanish (CS) is an Afro-Hispanic vernacular spoken in the Colombian Pacific lowlands (The Department of Chocó). Although linguistically similar to standard Colombian Spanish, the historical conditions that characterized the Department of Chocó seem to have been ideal for the development of a creole language: reduced white population, massive introduction of slaves, harsh working conditions, total isolation from the urban context and from the Spanish language. In this regard, two main hypotheses have been proposed: (1) Decreolization and (2) Afrogenesis. Analyzing the linguistic and sociohistorical evidence of CS, this work indicates that the conditions were not favorable to the formation of a creole language in colonial Chocó. Therefore, neither hypothesis 1 nor 2 reflects the true nature and evolution of this dialect. The present study suggests that CS can be analyzed as the result of advanced processes of second language acquisition, not necessarily implying a previous creole stage.

Keywords: Afro-Hispanic vernacular; Chocó Spanish; Decreolization; Afrogenesis; Creole languages

1. Introducción

Los orígenes de las variedades afrohispánicas del continente americano han sido un tema controversial en el campo de la lingüística del contacto por varias décadas. De hecho, para los estudiosos de esta disciplina, la escasez contemporánea de lenguas criollas del español en Latinoamérica representa un rompecabezas aún no resuelto. Una de las piezas más importantes de dicho rompecabezas es el español chocoano (EC), un vernáculo afrohispánico hablado en las tierras bajas del Pacífico de Colombia, donde la población negra representa el 95% de la totalidad de la población (CIDCM, 2015). Estos individuos son los descendientes de los esclavos que fueron llevados al Chocó durante el período colonial para trabajar en las minas de oro de la zona.

Aunque la morfosintaxis y la fonología del EC sean de alguna manera divergentes del español colombiano estándar, este vernáculo sigue siendo inteligible por cualquier hablante de la variante normativa. Por lo tanto, este dialecto no presenta los rasgos de una reestructuración gramatical más radicales, los cuales se pueden encontrar fácilmente en las lenguas criollas (Holm & Patrick, 2007). A primera vista, la ausencia de una lengua criolla del español en esta región puede parecer bastante sorprendente. De hecho, a menudo se ha dicho que el Chocó colonial presentó todas las condiciones que generalmente se han considerado responsables de la criollización lingüística en otros territorios coloniales: (1) miles de esclavos que hablaban varias lenguas africanas, (2) presencia mínima de población blanca hablando español, (3) condiciones extremas de trabajo en las minas de oro, (4) una región muy aislada, lejos de los centros urbanos donde se hablaba la lengua colonial (McWhorter, 2000, p. 9).

Se han propuesto dos hipótesis principales para explicar esta situación. De Granda (1977) y Schwegler (1991a, 1991b) indican que una lengua criolla pudo haber existido en el Chocó colonial, así como en otras colonias hispanoamericanas, la cual, con posterioridad, se habría descriollizado debido al contacto con el español estándar (hipótesis de descriollización). Estos autores sugieren que varios de los dialectos de contacto afrohispánicos actuales probablemente pasaron por el mismo proceso de descriollización, y que habrían derivado de una lengua pidgin/criolla de base portuguesa, que se habría formado en África y, posteriormente, habría sido llevada al continente americano. Por otra parte, la hipótesis de la afrogénesis de McWhorter (2000, p. 2) afirma que las condiciones sociohistóricas para que una lengua pidgin o criolla emergiera se encontraban en el Chocó colonial, pero esta lengua nunca se formó en dicha región. La razón detrás de esta situación podría ser que España no comercializaba directamente con esclavos africanos. Por eso, nunca se introdujo un pidgin español en el continente americano desde África occidental y, por lo tanto, habría faltado la base lingüística para el desarrollo de una lengua criolla plena en las tierras del Pacífico colombiano, así como en el resto de las colonias españolas.

El objetivo de este artículo es evaluar el origen y la naturaleza del EC, al igual que sus implicaciones para los estudios de las lenguas criollas. Aunque existen diversas investigaciones sobre la diáspora africana en otros campos como la historia y el derecho, estas no han sido tradicionalmente consideradas por los lingüistas especializados en la materia. En las últimas décadas, se han realizado algunos intentos por combinar datos históricos y lingüísticos con el fin de explicar el origen de ciertas variedades afrohispánicas del continente americano, como los dialectos afro hablados en el Caribe y en la región andina (Mintz, 1971; Laurence, 1974; Díaz-Campos & Clements, 2008; Clements, 2009; Sessarego, 2013a, 2014, 2015). Sin embargo, no se ha realizado prácticamente ninguna investigación de este tipo para las tierras bajas del Pacífico colombiano. Este estudio explora las evidencias históricas y lingüísticas disponibles para el EC, desafiando las posturas que representan al Chocó colonial como el lugar perfecto para que se desarrollara una lengua criolla (hipótesis de la afrogénesis) o como un lugar en el que existió una lengua criolla que gradualmente desapareció (hipótesis de la descriollización).

Este artículo consta de cinco secciones. La primera sección es la introducción a este trabajo. En la segunda sección se presenta un análisis del denominado «debate de las lenguas criollas del español». En él se sitúa el EC dentro de tal debate y se ilustran las hipótesis propuestas en la literatura para explicar el desarrollo de este dialecto afrohispánico. La tercera sección presenta un análisis de los rasgos «criollos» del EC y muestra que tales fenómenos gramaticales pueden concebirse como rastros de estrategias avanzadas de adquisición de una segunda lengua. Estos rasgos no implican necesariamente una etapa criolla anterior, en oposición a lo que se ha indicado en la literatura. La cuarta sección es un análisis sociohistórico de la esclavitud en el Chocó, a través de la cual se demuestra que esta región no presentó las características tradicionalmente consideradas responsables de la formación de una lengua criolla en otras colonias americanas. Finalmente, la quinta sección resume el contenido de este documento y ofrece sus conclusiones.

2. La posición de la variedad chocoana en el debate sobre las lenguas criollas del español

Por más de cuatro décadas los investigadores interesados en el origen y evolución de las lenguas de contacto afroeuropeas en el continente americano han tratado de averiguar por qué las lenguas criollas del español solo se hablan en dos regiones muy circunscritas de América Latina, en contraste con el uso mucho más generalizado de las variedades de lenguas criollas del inglés y del francés. De hecho, solo se conocen dos lenguas criollas del español en América Latina: una se habla en la ex comunidad cimarrona de San Basilio de Palenque, en Colombia (el criollo palenquero); la otra se usa en las islas caribeñas de Aruba, Bonaire y Curazao, en las Antillas holandesas (el criollo papiamento).

España fue una de las potencias más influyentes en la colonización de América, por lo que puede parecer sorprendente observar que las lenguas criollas del español son tan reducidas en número y hablantes. Por otra parte, según algunos investigadores (Goodman, 1987; Schwegler, 1993; McWhorter, 2000; Jacobs, 2012), el papiamento y el palenquero solo deben ser clasificados como lenguas criollas del español en un sentido estrictamente sincrónico, ya que, en su opinión, estos idiomas probablemente comenzaron como lenguas criollas del portugués, y en una fase posterior pasaron por un proceso de relexificación con palabras del español.

La escasez de lenguas criollas del español en el continente americano ha captado la atención de varios investigadores, quienes propusieron una serie de modelos para explicar esta situación. El primer intento de proporcionar un análisis de los hechos fue la hipótesis postulada por De Granda (1968, 1970), y posteriormente apoyada por varios seguidores (por ejemplo, Otheguy, 1973; Megenney, 1984, 1984b; Schwegler, 1991a, 1991b). Según estos autores, una lengua criolla afroibérica fue hablada por las comunidades negras de la América colonial española. Este idioma habría derivado de una única lengua criolla de origen portugués (modelo monogenético), que se desarrolló originalmente alrededor del siglo XV a partir de los primeros contactos entre los comerciantes portugueses y los grupos africanos hallados en toda la costa de África occidental. Esta hipotética lengua criolla se habría aproximado al español a través del tiempo (hipótesis de la descriollización), debido a la presión ejercida por la norma estándar y a la estigmatización asociada a este vernáculo negro.

Por esta razón, según los partidarios de la hipótesis de la descriollización, haciendo a un lado el papiamento y el palenquero, los cuales conservarían la mayor parte de la estructura original del criollo portugués, las demás variedades afrohispánicas del continente americano se habrían aproximado al español normativo hasta el punto de presentar hoy día unos pocos rastros de dicha etapa criolla. Según estos investigadores, dichos rastros criollos, que también pueden encontrarse en los textos literarios coloniales que imitan el habla negra, representan una pieza clave de evidencia en apoyo al modelo monogenético. Pues, debido a su existencia paralela en diferentes vernáculos afrohispánicos, sería muy difícil de explicar el origen de estos rasgos gramaticales en términos de desarrollos independientes (Schwegler, 1991b, p. 77).

Este temprano intento de explicar la escasez actual de lenguas criollas del español ha enfrentado algunas críticas. Algunos investigadores han objetado que, debido a una concomitancia de factores históricos, el Caribe español difirió significativamente de las Antillas inglesas y francesas, de modo que las condiciones demográficas y socioeconómicas en la época colonial no habrían sido propicias para que la lengua española se criollizara en Cuba, Puerto Rico y la República Dominicana (Mintz, 1971; Laurence, 1974; Lipski, 1986, 1994; Chaudenson, 2001; Clements, 2009; Visconte & Sessarego, en prensa). Por estas razones, los rasgos gramaticales que se han atestiguado en el Caribe colonial español en el habla de los bozales (cautivos negros nacidos en África, que no hablaban español nativamente), no deben tomarse como evidencia de una lengua criolla afroibérica panamericana, sino más bien como las huellas de estrategias de aprendizaje influenciadas por las lenguas del sustrato africano. Según Lipski, estas se dieron espontáneamente cada vez que el español y dichas lenguas africanas entraron en contacto (Lipski, 1986, p. 171).

McWhorter (1997, 2000) reconoce que las Antillas españolas, especialmente antes del auge del azúcar del siglo XIX, no presentaron las condiciones que tradicionalmente se han considerado responsables en la formación de una lengua criolla. El autor afirma que, en las colonias españolas, particularmente en Veracruz (México), Chincha (Perú), Valle del Chota (Ecuador), la costa de Venezuela, y el Chocó (Colombia), las condiciones para la formación de una lengua criolla eran perfectas y, sin embargo, una variedad criolla del español no se formó (McWhorter, 2000, capítulo 2). En su opinión, la razón de la escasez de las lenguas criollas del español no debe buscarse en el continente americano, sino en África, lugar de procedencia de los cautivos que fueron enviados a América. McWhorter (2000) cree que las lenguas criollas que se hablan hoy en el continente americano se desarrollaron de los pidgins formados en las costas de África occidental a partir de los contactos entre los comerciantes europeos y los africanos involucrados en la trata de esclavos (hipótesis de la afrogénesis). Según este modelo, la verdadera causa detrás de la no criollización del español en el continente americano sería que España, a diferencia de otras potencias coloniales europeas, no comerciaba directamente con esclavos africanos, de modo que un pidgin español nunca se desarrolló en África. Como resultado, una lengua criolla del español nunca pudo formarse en el continente americano. El papiamento y el palenquero serían, entonces, criollos de base portuguesa, que solo durante una fase más reciente se habrían relexificado con palabras españolas.

McWhorter (2000, pp. 7-10) presenta el caso del Chocó como el ejemplo más emblemático en el que las condiciones para la criollización eran perfectas, pero, aun así, no se formó un criollo del español. En cuanto a este punto, se expresa con las siguientes palabras:

Starting in the late seventeenth century, the Spanish began importing massive numbers of West Africans who spoke a wide variety of languages into the Pacific lowlands of northwestern Colombia to work their mines […]. In the Chocó region […] there were no fewer than 5.828 black slaves by 1778, while there were only about 175 whites-a mere 3 percent of the total population (West, 1957, pp. 100, 108) […]. What is important is that creole theory predicts that the Chocó context would have generated not a second-language dialect diverging only slightly from the local standard, but a more radically reduced, pidginized register, with much higher levels of structural interference from West African languages. In short, the modern situation in the Chocó is a striking counterexample to current creole genesis theory, all strains of which would predict a Spanish creole in this region.

[A partir de finales del siglo XVII, los españoles comenzaron a importar un gran número de africanos occidentales que hablaban una gran variedad de lenguas en las tierras bajas del Pacífico del noroeste de Colombia para trabajar en sus minas […]. En la región del Chocó […] había no menos de 5.828 esclavos negros en 1778, mientras que solo había alrededor de 175 blancos, un mero 3% de la población total (West, 1957, pp. 100, 108) […]. Lo importante es que los modelos teóricos sobre la evolución de las lenguas criollas1 predicen que el contexto del Chocó habría generado no un dialecto del español que divergiera solo ligeramente de la norma local, sino un registro pidginizado más radicalmente reducido, con niveles mucho más altos de interferencia estructural de las lenguas africanas occidentales. En resumen, la situación moderna en el Chocó es un contraejemplo sorprendente de la actual teoría de la génesis criolla, cuyas variantes predecirían una lengua criolla del español en esta región].

3. Las características de «tipo criollo» del español del Chocó

Además de aportar un fundamento considerable a la hipótesis sobre la génesis y la evolución de las lenguas criollas, el EC y el resto de las variedades afrohispánicas tienen mucho que ofrecer a la teoría lingüística. Estos vernáculos son ricos en estructuras que no se consideran gramaticales en el español estándar y que pueden ser utilizadas como un poderoso campo de pruebas para las hipótesis lingüísticas formales, usualmente construidas sobre datos de lenguas estandarizadas (Kayne, 1996; Sessarego, 2021). Algunas características repetidamente reportadas para la gran mayoría de estos dialectos, y que en ciertas ocasiones han sido calificadas como posibles indicadores de una etapa criolla anterior, representan desviaciones del español estándar que son extremadamente interesantes desde un punto de vista microparamétrico (Sessarego, 2012, 2013b, 2014). Algunos de estos fenómenos gramaticales recurrentes son: (1) presencia esporádica de sustantivos escuetos; (2) casos de falta de concordancia de género y número en el sintagma nominal; (3) uso invariable de las formas verbales para persona y número; (4) uso redundante de pronombres explícitos no contrastivos; y (5) falta de inversión sujeto-verbo en las preguntas.

El EC presenta todas estas características gramaticales (Tabla 1), que han sido tomadas por los partidarios de la hipótesis de la descriollización como indicadores de una etapa criolla anterior para este y otros dialectos afrohispánicos (De Granda, 1976; Schwegler, 1991b). Dada la presencia simultánea de estos rasgos lingüísticos en varios vernáculos negros, el principal argumento adoptado por estos investigadores sería la difícil aceptación de que tales patrones hayan surgido como resultado de desarrollos paralelos independientes. En cambio, estos autores afirman que en épocas coloniales debe haber existido un único protocriollo que presentaba esas características, así que los dialectos afrohispánicos que demuestran tales rasgos gramaticales hoy deben ser vistos como descendientes directos de tal antecesor lingüístico.

Tabla 1 Cinco características del EC tradicionalmente atribuidas a una etapa criolla previa 

Fenómeno Ejemplo
1. sustantivos escuetos «Cabeza mía no es pa’ eso no, maestro.» (Ruiz-García, 2009, p. 45).
«Soldados llegaban, gente escapaba.» (Sessarego, 2019, p. 80)
2. falta de concordancia de género y número en el sintagma nominal «Hacen unos caney.» (Flórez, 1950, p. 423).
«Quieren cosa ligero». (Ruiz García, 2009, p. 43).
3. uso invariable de las formas verbales para persona y número «Ellas dijo <dijeron> así, no sé si é veldá.» (Sessarego, 2019, p. 87).
«Esa vez vino <vinieron> catorce familias, catorce familias vinieron.» (Dieck, 1993, p. 21).
4. uso redundante de pronombres explícitos no contrastivos «Cuando él hace en la casa de él, me llama él.» (Rodríguez-Tocarruncho, 2010, p. 61).
«Mi papá, yo casi no pasé con él no. Yo casi no me crié con él.» (Ruiz García, 2009, p. 49).
5. falta de inversión sujeto-verbo en las preguntas «¿Cómo ella se llama?» (Sessarego, 2019, p. 88).
«¿Cuántos usted tuvo, entre vivos y muertos, cuántos hijos usted llegó a tener?» (Ruiz García, 2009, p. 49).

Como demuestran los ejemplos de la Tabla 1, acorde con muchas otras variedades afrohispánicas, el EC diverge significativamente del español latinoamericano estándar. Sin embargo, las características encontradas en este dialecto no deben tomarse necesariamente como rastros de una etapa criolla anterior, ya que también son patrones bien atestiguados en variedades avanzadas del español hablado como segunda lengua (Sessarego, 2013b; 2014, capítulo 2).

Durante los últimos años se ha llevado a cabo un análisis de los rasgos descritos en los ejemplos 1-5, que se basa en modelos teóricos sobre la naturaleza de la facultad del lenguaje, su modularidad y los retos que ciertas construcciones pueden plantear para la interacción entre diferentes módulos lingüísticos (Sessarego 2013b, 2015, 2021; Sessarego & Gutiérrez-Rexach, 2018; Romero & Sessarego, 2018; Sessarego & Rao, 2016; Rao & Sessarego, 2016).

De acuerdo con algunas teorías propuestas recientemente en el campo del desarrollo del lenguaje, asumimos que ciertas construcciones que implican altas demandas de procesamiento en términos de interfaz entre los diferentes módulos lingüísticos pueden ser más difíciles de dominar en la adquisición de una segunda lengua (ASL) (Sorace, 2003; Sorace & Serratrice, 2009; Rothman & Slabakova, 2011). En este sentido, analizamos los patrones lingüísticos encontrados en las variedades afrohispánicas como el resultado de estrategias avanzadas de ASL. Por lo tanto, afirmamos que varios aspectos gramaticales de estas variedades de contacto pueden verse realmente como características avanzadas y convencionalizadas del español como L2, que no implican necesariamente ninguna etapa criolla previa para el EC y los otros dialectos afrohispánicos del continente americano (Sessarego, 2013b, 2019, 2021).

Este análisis también es apoyado por una serie de estudios que muestran cómo las características 1-5 se encuentran sistemáticamente en las variedades avanzadas del español como L2. El lector que esté interesado en estos estudios puede consultar a Montrul (2004) y a Geeslin (2013) para una visión general de la literatura sobre el desarrollo de estos fenómenos gramaticales en las variedades del español como segundas lenguas.

4. Factores sociohistóricos con repercusiones lingüísticas: la esclavitud negra en el Chocó

La historia colonial y postcolonial del Chocó está fuertemente conectada con el desarrollo sociopolítico de sus regiones circundantes. De hecho, los poderosos mineros que residían en Antioquia, Cali y Popayán fueron los que empujaron la empresa colonial española hacia esta remota región, una de las zonas minerales más ricas del continente americano (Colmenares, 1979).

En particular, los principales actores de esta misión colonial fueron las familias mineras de Popayán que, después de varios intentos de penetrar la región, finalmente lograron derrotar a las poblaciones nativas a fines del siglo XVII (Hansen, 1991). Desde ese punto, hasta la abolición formal de la esclavitud en 1851 en Colombia, varios empresarios blancos y mestizos entraron en el Chocó desde Popayán con sus cuadrillas de esclavos negros para explotar las ricas minas de oro de la provincia. En 1851, la esclavitud fue abolida formalmente en Colombia, dando como resultado una escasez de trabajadores en las minas del Chocó. En consecuencia, la mayoría de los blancos y mestizos residentes en la región abandonaron la zona, dejando atrás a sus antiguos esclavos, cuyos descendientes forman hoy más del noventa por ciento de la población local (Sharp, 1976).

4.1. La conquista española y la explotación minera (1500-1851)

La parte norte del Chocó fue una de las primeras regiones continentales exploradas por los españoles. Desde las primeras décadas del siglo XVI, los conquistadores sabían que esta región era rica en recursos minerales. Sin embargo, esta región permaneció fuera del control colonial durante más de dos siglos (Sharp, 1976, p. 15). Diversos factores desalentaron el establecimiento español en la zona, como la presencia de poblaciones nativas belicosas, enfermedades tropicales y un clima muy caliente. Aunque el Chocó no era la zona más atractiva para vivir, los españoles trataron de conquistar esta región en varias ocasiones, pero con resultados poco alentadores (Sharp, 1976, capítulo 2). Según Hansen (1991, p. i), le tomó a la Corona casi 300 años someter al Chocó.

La invasión planeada del Chocó tomó un gran impulso a mediados de la década de 1660, procedente de las regiones circundantes de Popayán y Antioquia, que ya en ese momento estaban bajo control español. Durante esta fase, tanto los payaneses como los antioqueños penetraron en el Chocó. Los primeros entraron desde el sur de la región, estableciendo un punto de apoyo entre la nación de los noanamá y posteriormente con los tatamá y chocó, mientras que los segundos avanzaron desde el lado norte, luchando así contra la tribu citará. Poco después de los primeros intentos de conquista exitosos, la gobernación de Popayán y la gobernación de Antioquia comenzaron a disputar por el control jurisdiccional de las áreas recientemente colonizadas. El conflicto entre estas dos gobernaciones sobre el Chocó duró varios años hasta que Popayán tomó efectivamente el control administrativo sobre la región a finales de 1680 (Hansen, 1991, p. 97).

Varios levantamientos indígenas ocurrieron durante esos años, algunos de los cuales fueron tan brutales que resultaron en el fallecimiento de muchos mineros españoles, sus esclavos y varios misioneros. En 1669, cuatro misioneros franciscanos fueron asesinados por los nativos que vivían en la región del río Atrato. Quince años más tarde, en 1684, en la región de Quibdó los nativos unieron fuerzas con algunos esclavos negros y lograron tomar el control de la zona. Dos años después, el ejército español encabezado por el gobernador Juan Bueso de Valdés puso fin al levantamiento. Este fue el último gran conflicto que vio a los indígenas como protagonistas de una rebelión exitosa. A partir de ese momento, los españoles lograron aumentar sistemáticamente su control sobre el Chocó y cada vez más empresarios procedentes de Popayán entraron en la región con sus cuadrillas de esclavos para realizar actividades mineras (Hansen, 1991, p. 367).

Colmenares (1972, 1979), en su investigación sobre el desempeño de los gobernantes de Popayán en la colonización del Chocó y el uso de trabajadores negros para explotar los recursos minerales de la región, ha demostrado que muchos mineros de Popayán transfirieron sus esclavos a las minas del Chocó entre finales del siglo XVII y comienzos del siglo XVIII. También indica que la mayoría de estos cautivos no procedía directamente de África, sino de otras partes de Colombia o de colonias ya establecidas, como el Caribe. Por lo tanto, no eran bozales nacidos en África, sino criollos nacidos en América (ver también West [1953]). Esta afirmación concuerda con el análisis de Cantor (2000, p. 65) acerca del Chocó colonial temprano. De hecho, después de estudiar la composición de varias cuadrillas, concluye que «los mulatos (junto con los criollos) participaron en el proceso de construcción cultural desde los primeros años de la ocupación española».

Las observaciones de este tipo no son excepcionales (Colmenares, 1972; Marzahl, 1978) y no solo se limitan a la primera fase de la colonización del Chocó (West, 1957; Sharp, 1976; Cantor, 2000). Un análisis sobre la composición de las cuadrillas de esclavos del siglo XVIII destaca que cerca del 60% de las personas que trabajaban en el Chocó en aquella época eran criollos o mulatos (Cantor, 2000, pp. 49-50). El autor añade que la mayoría de los trabajadores mineros estaba constituida por esclavos nacidos localmente. Dichos trabajadores, entonces, posiblemente eran hablantes nativos de español. También indica que el resto de los esclavos procedían de diferentes partes de África, por lo que eran muy heterogéneos tanto desde una perspectiva lingüística como cultural. Esta situación, a su juicio, favoreció la difusión del idioma español y la fe cristiana entre las cuadrillas chocoanas (Cantor, 2000, p. 56):

Con base en la documentación histórica disponible, se piensa que la agregación de gentes caracterizadas por la extraordinaria diversidad de procedencias determinó una situación de relativa fragmentación lingüística y cultural dentro de cada cuadrilla, contexto dentro del cual se desarrolló el contacto entre los diversos negros y de estos con los blancos. Tal fragmentación implica la ausencia de una cultura, un idioma y un sistema de creencias comunes y compartidas por todos los miembros de la cuadrilla […]. El concepto de fragmentación […] se plantea como un hecho relativo por cuanto existía un alto número de mulatos y criollos, quienes compartían como idioma común el castellano y eventualmente conocían el cristianismo.

Estos argumentos también pueden encontrarse en el análisis del Chocó colonial realizado por Sharp (1976). En este se afirma que una concomitancia de factores sociohistóricos diferenció las condiciones de vida de los negros en esta región con la de los esclavos en otros entornos coloniales del continente americano (como fueron las plantaciones francesas, holandesas e inglesas): los esclavos trabajaban, en promedio, 260 días al año, ya que durante el tiempo restante debían proveer para sí mismos y para sus familias (Sharp, 1976, p. 134); posibilidad de acumular bienes, oro y otras propiedades para pagar su manumisión (p. 135); el abuso de esclavos era notablemente raro (p. 136); la instrucción en los preceptos de la religión católica ocurría diariamente (p. 139); la fomentación de los matrimonios y el mantenimiento de las unidades familiares (p. 140). Estas dinámicas sociales parecen haber favorecido la adquisición del español por la comunidad bozal y, en consecuencia, disminuido las posibilidades de formación y/o preservación de una lengua criolla en la región. La información proporcionada por los citados historiadores contrasta radicalmente con la visión que describiría al Chocó colonial como el lugar ideal para que se desarrollase una lengua criolla del español (McWhorter, 2000).

4.2. Fin de la esclavitud y subdesarrollo en el Chocó actual

Con el fin de la esclavitud en 1851, los pocos residentes blancos que quedaban en el Chocó hasta ese punto abandonaron la región, principalmente porque ya no podían utilizar esclavos para explotar los ricos recursos minerales del Departamento (Sharp, 1976, p. 16). La salida de la clase dominante resultó en una casi completa falta de interés en el desarrollo de esta área por parte del Gobierno en los años siguientes.

Durante el último siglo, las empresas privadas extranjeras se han interesado en la explotación de los recursos minerales de la región. En acuerdo con los gobiernos colombianos algunas corporaciones transnacionales han obtenido permiso para realizar operaciones de excavación a gran escala con el fin de extraer recursos minerales, en particular oro, plata y platino. Esto ha causado una tensión considerable entre los agricultores locales, los pescadores y los mineros tradicionales, que han sido privados de sus tierras y han sido obligados a aceptar «compensaciones infames» (Escalante, 1971, p. 105). El uso de grandes excavadoras y dragas, combinado con el vertido de productos químicos en los ríos locales (especialmente mercurio, relacionado con la extracción de oro), ha causado graves daños al medio ambiente y a sus habitantes (Escalante, 1971, pp. 113-126). Para agravar el ya complejo contexto social del Chocó, a partir de la década de 1960, la guerrilla se extendió por toda la región, de manera que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y otras milicias locales llevan décadas realizando actividades ilegales, a menudo relacionadas con extorsiones, secuestros y tráfico de drogas.

Después de casi dos siglos del fin de la esclavitud en Colombia, el Chocó sigue siendo una de las regiones más pobres del país. Con un gran déficit comparativo en infraestructura pública, escuelas, comunicación mediática y servicios básicos. El Departamento del Chocó es una región que se ha mantenido, en gran medida, aislada del resto del país. Dadas estas condiciones, parecen ser bastante escasas las probabilidades de que se hubiera borrado un idioma criollo preexistente como resultado de un proceso masivo de descriollización debido a la presión de la norma estándar (es decir, la hipótesis de la descriollización).

5. Conclusiones

De todas las variedades afrohispánicas del continente americano, el español del Chocó representa quizás uno de los casos más enigmáticos. De hecho, el EC se habla en una región que siempre ha sido considerada como un lugar ideal para la formación y/o preservación de una lengua criolla. Sin embargo, desde un punto de vista lingüístico, esa variedad vernácula se clasifica más como un dialecto del español que como una lengua criolla de base española.

En la literatura, se han proporcionado dos hipótesis diferentes para explicar esta situación. Por un lado, la hipótesis de la descriollización (De Granda, 1968, 1970, 1976, 1977; Schwegler, 1991a, 1991b) sostiene que el EC, junto con el resto de las variedades afrohispánicas, era una lengua criolla que se descriollizó debido a un contacto más reciente con el español estándar. De acuerdo con esta propuesta, ciertas características gramaticales encontradas en esta variedad (es decir, falta de concordancia de género y número en el sintagma nominal, uso redundante de pronombres explícitos no contrastivos, etc.) representarían los vestigios de una etapa criolla anterior. Y, por otro lado, la hipótesis de la afrogénesis (McWhorter, 2000) ha afirmado que, aunque las condiciones eran perfectas para la criollización en el Chocó, la lengua española nunca se criollizó en el continente americano. De hecho, según el autor, la ausencia de un pidgin hispánico en África hizo imposible que se desarrollara en una variedad criolla del español en América.

El presente trabajo ha desafiado ambas hipótesis y ha sugerido que el EC puede ser mejor analizado como el subproducto de estrategias avanzadas de aprendizaje de una segunda lengua, que no implican ninguna fase previa de (des)criollización para esta variedad (Sessarego, 2013a). Por otra parte, un análisis más detallado de los hechos sociohistóricos ha indicado que el Chocó colonial y postcolonial no presentó las condiciones para un proceso de (des)criollización. En consecuencia, los patrones reportados en la Tabla 1 han sido analizados en este trabajo como características avanzadas y convencionalizadas de una L2, que se cristalizaron en el habla de una comunidad en la que los esclavos negros tuvieron un acceso relativamente bueno a la lengua colonial (ver también Sessarego [2015]).

En nuestra opinión, una investigación sobre la génesis y la evolución de cualquier variedad lingüística afrohispánica nunca debería desligar el análisis lingüístico del social. Por esta razón, no solo hemos intentado documentar y explicar la naturaleza de la gramática del EC, sino que también hemos explorado los hechos históricos que condujeron a su formación. Este estudio ha presentado un análisis del EC que se basa tanto en la investigación lingüística como en la sociohistórica. Creemos que enfoques multidisciplinarios de este tipo pueden ayudarnos a comprender mejor las dinámicas de la evolución de las variedades de contacto en el continente americano y más allá.

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*Este documento es una traducción de un texto ya publicado: Sessarego, S. (2020). Chocó Spanish: An Afro-Hispanic Language on the Spanish Frontier. En Ortiz-López, L., Guzzardo Tamargo, R., & González-Rivera, M. (eds.). Hispanic Contact Linguistics: Theoretical, Methodological and Empirical Perspectives (pp. 43-59). John Benjamins: https://www.benjamins.com/catalog/ihll.22

1Con la expresión general creole theory, McWhorter se refiere a lo que él ha denominado «el modelo de acceso limitado» o la suposición engañosa (en su opinión) de que las lenguas criollas se formaron porque los africanos no tenían acceso a las lenguas europeas de los colonizadores.

Cómo citar este artículo: Arias-Quintero, I., Jiménez-Baralt, R., Visconte, P, & Sessarego, S. (2023). El español del Chocó: una lengua afro-hispánica en la frontera española. Forma y Función, 36(1). https://doi.org/10.15446/fyf.v36n1.99388

Recibido: 08 de Noviembre de 2021; Aprobado: 13 de Abril de 2022

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