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versão impressa ISSN 0120-3479

Leng. vol.41 no.1 Cali jan./jun. 2013

 

Diacronía en las estrategias corteses verbales en Antioquia en la última década*

Diachrony in Verbal Courteous Structures Used in Antioquia in the last decade

Diachronie dans les structures courtoises verbales à Antioquia en la dernière décennie

David Alberto Londoño Vásquez
Institución Universitaria de Envigado, Envigado - Colombia
E-mail: dalondono@iue.edu.co

Fecha de recepción: 08-03-2012
Fecha de aceptación: 22-11-2012

* El artículo se desprende de uno de los objetivos específicos de la investigación Cómo leen y escriben los estudiantes que ingresan a la Facultad de Ciencias Sociales, relacionado con el habla de los jóvenes universitarios. La investigación fue realizada por el grupo de investigación Psicología y Filosofía Estética (Psife) de la Facultad de Ciencias Sociales de julio de 2010 a junio de 2011 y financiada por la IV Convocatoria SIUNE (Institución Universitaria de Envigado). Además, se aprovechó un trabajo anterior realizado en el SMN de Lingüística III de la Maestría en Lingüística de la Universidad de Antioquia, que fue el primer paso para la recolección de datos relacionados con la cortesía verbal y el cortejo en Antioquia (2003). De igual forma, esta investigación tuvo una segunda etapa, en la que el autor se centró en la comparación de dichas estructuras verbales con los años 60 (2006). Finalmente, el acceso a nuevas muestras recolectadas para esta investigación, permitió la realización de una tercera parte, cuyos resultados quedan consignados en este artículo.


Resumen

En el presente artículo se identifican algunas variaciones diacrónicas de estrategias corteses presentadas en la cortesía en el cortejo en Antioquia en 2004 y 2010 en post-adolescentes (adultos entre 20 y 25 años de edad) pertenecientes a los estratos medio y alto (4, 5 y 6). El trabajo está compuesto por tres apartados: 1) Fundamentos teóricos sobre cortesía verbal en el cortejo en Antioquia, 2) la cortesía en el cortejo de solidaridad o de distanciamiento y, finalmente, 3) evaluación de las variaciones encontradas con base en las muestras. Tales variaciones se analizaron y evaluaron desde los fundamentos teóricos de la cortesía verbal. Los instrumentos de recolección de datos fueron dos: a) entrevistas y b) grabaciones de las situaciones de cortejo. Finalmente, los análisis arrojaron variaciones considerables frente a la imagen pública, los actos que atentan contra la imagen y la relación coste-beneficio.

Palabras clave: cortejo, cortesía de distanciamiento, cortesía de solidaridad, imagen pública, variaciones lingüísticas.


Abstract

In this paper, some diachronic variations of politeness strategies in courtship in Antioquia in 2004 and 2012 in post-adolescents (adult people between 20 and 25 years) belonging to medium and high stratum (4, 5 & 6) in Antioquia are identified. The article is composed of three parts: 1) Theoretical support of verbal politeness in courtship in Antioquia, 2) politeness in courtship as solidarity or distance, and finally, 3) evaluation of the variations found in the sample. Such variations were analyzed on the basis of verbal politeness theoretical support. The collecting instruments were two: a) interviews and b) recordings of flirting moments. Finally, the analysis showed considerable variations in public image, acts against image and cost-benefit relationships.

Key words: Courtship, distance courtship, solidarity courtship, public imagine, linguistic variations.


Résumé

Cet article montre quelques variations diachroniques de stratégies courtoises identifiées chez des post-adolescents (adultes âgés entre 20 et 25 ans) appartenant aux classes sociales moyennes et supérieures (catégories 4, 5 et 6) d'Antioquia au cours de la rencontre appelée "Cortesia en el cortejo en Antioquia" en 2004 et en 2010. L'article est divisé en trois parties: d'abord, les fondements théoriques de la politesse verbale lors de la séduction en Antioquia. Ensuite, la politesse dans la séduction pour exprimer la solidarité et l'éloignement. Finalement, l'évaluation des variations trouvées à partir des donnés. Ces variations ont été analysées et évaluées d'après les fondements théoriques de la politesse verbale. Les instruments utilisés pour le recueil des donnés étaient constitués des entretiens et des enregistrements réalisés lors des situations de séduction. Finalement, l'analyse a montré des variations considérables sur l'image publique, les actes qui outragent l'image et la relation coût-bénéfice.

Mots clés: Courtoise, courtoise de solidarité, courtoise d`éloignement, image publique, variations linguistiques.


Introducción

Los colombianos han percibido cambios culturales y sociales a través de las últimas décadas. Estas fluctuaciones, en términos matemáticos, son el resultado de la inclusión de nuevas variables de dominio a una ecuación de segundo grado como puede ser una sociedad y en este caso particular, la variable dependiente sería la sociedad colombiana. Además, los cambios generacionales son cada vez más frecuentes y diversos, las variaciones, tendencias y subculturas van adoptando otra faceta, lo que necesariamente afecta las interacciones y, por tanto, las estructuras lingüísticas utilizadas en éstas.

Lo anterior nos llevaría a señalar que, de igual forma, las relaciones personales son otro aspecto que ha cambiado de fondo desde los últimos 40 años, puesto que el cortejo entre parejas ha pasado de la visita del pretendiente en presencia del padre de la pretendida a citas e las que no hay regulación por algún ente de poder. En otras palabras, actualmente los adolescentes tienen intimidad, concepto que no existía para ellos en épocas pasadas, lo que da un giro a las reglas reguladoras que deberán respetar en las relaciones personales desarrolladas en la postadolescencia.

La cortesía como eje dinamizador de la interacción social y verbal, en especial, depende de la normatividad vigente de la sociedad (Brown & Levinson, 1978:76). Aquí hay dos conceptos para tener en cuenta: a) la regla reguladora vigente y b) la sociedad. La regla reguladora varía constantemente y depende de las circunstancias presentes en la sociedad, y toda sociedad tiene un trasfondo diferente, que es dinámico. No hay dos sociedades iguales, aunque el concepto de globalización haya permitido que se introduzcan, y en algunos casos se compartan factores sociales y culturales.

Al respecto, el estudio de las estructuras de cortesía verbal en Colombia ha tenido mayor presencia durante los últimos 20 años gracias a investigaciones como La cortesía verbal y gestual en la ciudad de Barranquilla a cargo de Escamilla, J., Morales, E., Torres, L. y Vega, G. (2004), en la que los autores presentan algunas características alocutivas y ciertas formas de expresión de la cortesía observadas en los procesos conversacionales que se realizan cotidianamente en la ciudad de Barranquilla (Colombia). De igual forma, el trabajo La interacción verbal vista desde la teoría de la cortesía realizado por Zuluaga, F. (2004), quien señala elementos pragmáticos presentes en las interacciones verbales, los cuales cumplen funciones de atenuación en diferentes actos de habla tomados de muestras compuestas por diálogos llevados a cabo en la vida real y en algunas novelas colombianas.

Por otro lado, en el trabajo de Jin Son Jang (2008) denominado Estudio intercultural con el enfoque pragmático: cortesía medellinense y cortesía japonesa, el cual se desprende de su tesis doctoral Fórmulas de tratamiento pronominales en los jóvenes universitarios de Medellín: una aproximación socio-pragmática, este autor proporciona una comparación analítica con respecto a la caracterización de la cortesía en los diferentes actos de habla en dos culturas diferentes, concluyendo que existe una mayor presencia de la cortesía de solidaridad en la cultura paisa en las situaciones estudiadas. En la misma línea, surgen las investigaciones de maestría Género y estrategias interaccionales en el habla de los jóvenes itaguiseños de Díaz, E. (2009) y Estrategias de cortesía verbal en la conversación coloquial. Una aproximación pragmalingüística al comportamiento cortés medellinense de Calderón (2010); ambas tesis entran a fortalecer la producción investigativa del Grupo de Estudios Lingüísticos Regionales de la Universidad de Antioquia (Colombia).

Con respecto a estudios lingüísticos sobre el cortejo y algunas formulaciones verbales, se relaciona el artículo Denominaciones para la pareja en el lenguaje coloquial de los jóvenes de Medellín de Castellanos (2008), quien trabaja algunas de las posibles denominaciones que los jóvenes medellinenses utilizan para referirse a sus respectivas parejas. Claro está que este trabajo hace un acercamiento desde la lexicografía, desarrollando o construyendo las denotaciones y connotaciones de las diferentes denominaciones.

Desde un análisis más sociolingüístico, aparecen los trabajos El cortejo en Antioquia ¿Cortesía de solidaridad o distanciamiento? y Una aproximación a la cortesía verbal en el cortejo: situación en Antioquia de Londoño (2009b y 2010, respectivamente). Allí se describe cómo hay una presencia importante de la cortesía de solidaridad en el cortejo durante los años 1960 y 2004 en los estratos medio y alto en el departamento de Antioquia; sin embargo, de igual forma, se resalta el crecimiento porcentual de la presencia de la cortesía de distanciamiento en las interacciones verbales relacionadas con el cortejo durante el 2004.

Durante el año 2010, Londoño llevó a cabo la tercera etapa de la investigación sobre El cortejo en Antioquia1.; sin embargo, en esta ocasión, los resultados del análisis orientaron la atención hacia un mayor crecimiento de la presencia de la cortesía de distanciamiento en los actos de habla realizados por los post-adolescentes en sus diferentes interacciones verbales alrededor del cortejo, señalando una presencia porcentual levemente superior a la cortesía de solidaridad.

Teniendo en cuenta los avances y las propuestas investigativas anteriores, además de los intereses investigativos que enmarcaron la presente investigación, se propone como objetivo del presente artículo la identificación de algunas variaciones diacrónicas en el empleo de las estrategias presentadas en el cortejo en Antioquia entre 2004 y 2010 en post-adolescentes (jóvenes entre 20 y 25 años de edad) pertenecientes a los estratos medio y alto (4, 5 y 6). Tales variaciones se analizan y evalúan desde los fundamentos teóricos de la cortesía verbal y bajo la técnica de muestreo no probabilístico por cuotas. Las técnicas de recolección de datos fueron dos: a) entrevistas y b) grabaciones de las situaciones de cortejo. Tanto en el 2004 como en el 2010, se hicieron en total ocho entrevistas a post-adolescentes, los cuales pertenecían a los estratos medio o alto, eran mayores de 20 y menores de 25 años y eran residentes en algún municipio de Antioquia, en el momento de la muestra.

Las 16 entrevistas se grabaron en audio y se transcribieron. Las entrevistas fueron semi-estructuradas (Ver anexo A) y se realizaron en diferentes momentos y locaciones. Con respecto a los lugares, se hicieron cuatro entrevistas en la Universidad de Antioquia, cuatro en la Institución Universitaria de Envigado; cuatro en bares de la ciudad de Medellín y otras cuatro en los hogares de los entrevistados. De esta forma, ocho entrevistas fueron realizadas en 2004 y otras ocho en 2010, dos en cada una de las cuatro locaciones.

En cuanto a las situaciones de cortejo2 de post-adolescentes, se tomaron tres muestras: la primera, una conversación hombre-hombre (Ver anexo B); la segunda, una conversación hombre-mujer3 (Ver anexo C) y una conversación mujer-mujer (Ver anexo D)4. Con respecto a la primera, se realizó en uno de los restaurantes de la Universidad de Antioquia; la segunda, en el restaurante principal de la Institución Universitaria de Envigado; y la tercera, en un bar de la ciudad de Medellín. Las dos primeras muestras se tomaron en 2004 y la tercera en 2010. Además, cabe señalar que las tres muestras fueron grabadas en audio y transcritas para su análisis.

Se consideraron estos dos tipos de muestreo, entrevista y grabación, como las dos opciones más adecuadas para acercarse a las estructuras corteses utilizadas tanto por hombres como mujeres con respecto al cortejo, ya que la entrevista nos permitió conocer de primera mano algunas de las razones por las cuales los hablantes utilizan términos específicos, los efectos que tienen algunas frases, cumplidos u oraciones retóricas (relación coste-beneficio) y los elementos socioculturales que se ven reflejados en la elección lingüística. Por otro lado, las grabaciones nos ofrecieron momentos reales, en los que se corroboraba o desmitificaba la información previamente obtenida en las entrevistas, señalando que las conversaciones entre pares del mismo sexo (hombre-hombre y mujer-mujer) respondían a aspectos muy semejantes como la cortesía de distanciamiento y la disminución de los niveles de formalidad por su cercanía social.

Finalmente, la técnica de muestreo no probabilístico por cuotas requiere de elementos socioculturales como una delimitación de estratos y la selección de muestras a partir de un perfil aplicado a la población. Esta técnica mantiene una semejanza con el muestreo aleatorio estratificado, pero no tiene el carácter de aleatoriedad. En el muestreo no probabilístico por cuotas se fija previamente un número de individuos que cumplen con el perfil establecido, en este caso la edad, el estrato social y la ubicación geográfica.

Fundamentos teóricos

En esta parte del trabajo, se proporciona la definición de imagen pública (Brown & Levinson, 1978). Luego, se desglosa el concepto de imagen positiva y negativa (Brown & Levinson, 1978; Haverkate, 2000) con base en las nociones de imagen y territorio (Goffman, 1959, 1971, 1981), el lenguaje como un hecho social (Durkheim, [1922] (2000)) y los conceptos de eje horizontal y vertical (Kerbrat-Orecchioni, 1992) para la elección de las estrategias de cortesía (Calsamiglia, H. & Tuson, A. 1999) en el proceso del cortejo. Finalmente, se continúa con un esbozo de las máximas de cortesía (Leech, 1983) y su relación con las máximas conversacionales (Grice, 1982) presentadas por Haverkate (1994, 2000, 2004) en los discursos de cortesía en español (Bravo & Briz, 2004). A través del apartado se utilizan las muestras como ejemplos para establecer la funcionalidad de los conceptos dados en la cortesía en el cortejo en 1960 y en 2010 en Antioquia.

Fundamentos teóricos

En esta parte del trabajo, se proporciona la definición de imagen pública (Brown & Levinson, 1978). Luego, se desglosa el concepto de imagen positiva y negativa (Brown & Levinson, 1978; Haverkate, 2000) con base en las nociones de imagen y territorio (Goffman, 1959, 1971, 1981), el lenguaje como un hecho social (Durkheim, [1922] (2000)) y los conceptos de eje horizontal y vertical (Kerbrat-Orecchioni, 1992) para la elección de las estrategias de cortesía (Calsamiglia, H. & Tuson, A. 1999) en el proceso del cortejo. Finalmente, se continúa con un esbozo de las máximas de cortesía (Leech, 1983) y su relación con las máximas conversacionales (Grice, 1982) presentadas por Haverkate (1994, 2000, 2004) en los discursos de cortesía en español (Bravo & Briz, 2004). A través del apartado se utilizan las muestras como ejemplos para establecer la funcionalidad de los conceptos dados en la cortesía en el cortejo en 1960

y en 2010 en Antioquia. Cortesía verbal

El fenómeno de la cortesía verbal del que se ocupan Brown y Levinson (1978: 66) no hace referencia a un conjunto de normas ni los buenos modales que los individuos adoptan en sociedad, sino del uso pragmático de los actos comunicativos que intentan preservar la imagen. Para Brown y Levinson (1978: 63), se refiere a una serie de estrategias conversacionales, dirigidas hacia la preservación de la imagen pública que cada individuo tiene y reclama para sí. Estas estrategias afectan la forma en que los hablantes formulan sus enunciados5. El modelo que proponen parte de dos supuestos teóricos; el primero es una consideración sobre los individuos como seres sociales, y el segundo, una visión particular sobre el funcionamiento de la comunicación verbal. Cepeda y Poblete lo definen de la siguiente forma:

La cortesía generalmente se concibe como el conjunto de normas reguladoras del comportamiento adecuado en las distintas sociedades, favoreciendo algunas formas de conducta y reprochando o censurando otras. Estas, de hecho, varían de una sociedad a otra. El tipo de cortesía que aquí interesa es la llamada cortesía lingüística o verbal, de la cual se ha interesado principalmente la pragmática y el análisis conversacional, por ser una interesante dimensión que afecta a las interacciones en general

(Cepeda y Poblete, 2006: 358).

En cuanto al primer aspecto, los individuos como seres sociales, Goffman (1971:31) abre las puertas al concepto de imagen propuesto por Brown y Levinson (1978), con su reflexión sobre la construcción social del sí mismo. Debido a que la actividad comunicativa se concibe socialmente como una escena en que los actores interpretan su papel, Goffman (1959) presenta al sujeto hablante como un personaje que se va definiendo en el proceso interaccional con otros. Es decir, el valor social positivo que una persona reclama para sí misma a partir de la posición que otros asumen en un contacto determinado. La definición de la imagen parte de los otros, de la manera como éstos interpretan y valoran, según Goffman (1959: 19), la línea u orientación que una persona toma en una situación de comunicación determinada da como resultado la elaboración de imagen en el transcurso de la interacción6.

Con respecto al escenario comunicativo, Goffman (1959: 268) sostiene que hay dos tipos de espacios para el personaje: anterior y posterior (Front and Back Stage). El primero hace referencia al público desconocido y el segundo, al espacio privado. Se trata luego de una imagen para el espacio público y una para el privado, que no son intercambiables, puesto que, en el espacio privado, la imagen está definida y el personaje puede descansar, dejar de actuar y ser como es7. Esta construcción social de la imagen conjuga con la propuesta durkheimiana sobre el lenguaje como un ente social, como un constructo que permite no sólo interactuar, compartir, generar y crear ideas, sino también engañar, manipular, fingir o esconder(se).

Al aprender una lengua, aprendemos todo un sistema de ideas, bien diferenciadas y clasificadas, y heredamos todo el trabajo que ha permitido establecer dichas clasificaciones y que viene a resumir siglos enteros de experiencia. Aún hay más: De no ser por la lengua, no dispondríamos, prácticamente, de ideas generales; pues es la palabra la que, al fijarlas, presta a los conceptos la consistencia suficiente para que puedan ser manipulados con toda comodidad por la mente. Es por tanto el lenguaje el que nos ha permitido elevarnos por encima de la pura sensación; y no resulta necesario demostrar que el lenguaje es, ante todo, un ente social (Durkheim, [1922] (2000): 59).

Partamos de la anterior definición de Durkheim, que nos permite entender la lengua como uno de los productos, no de los individuos, sino de la sociedad en sí. Este acercamiento conceptual entre la sociolingüística y la sociología durkheimiana se materializa gracias al enfoque concentrado en los hechos sociales más que en las prácticas individuales; para Durkheim existe un ente recolector social llamado alma colectiva, ya que "...cada una de estas cifras comprende todos los casos particulares indistintamente, las circunstancias individuales que pueden participar de algún modo en la producción del fenómeno se neutralizan entre sí y, en consecuencia, no contribuyen a determinarlo" (Durkheim, [1895] (2005): 46).

En otras palabras, el fenómeno sólo puede ser colectivo si es común a todos los miembros de la sociedad o por lo menos a la mayoría; al respecto, el trabajo de Durkheim [1895] (2005) defiende el concepto de hecho social, hecho que es una realidad distinta de los hechos individuales, pues son generales en el ámbito de una sociedad dada. Estos hechos sociales tienen influencia coercitiva sobre los individuos (convencional) y las costumbres colectivas se transmiten por la educación y los procesos de socialización (adquirida). Por tanto, los fenómenos sociales son exteriores al individuo, son heredados, pero pueden ser modificados por la sociedad o la cultura.

Noción de imagen y ejes de las relaciones

La noción de imagen es el factor primordial en la teoría de Brown y Levinson (1978), quienes la definen como:

Central to our model is a highly abstract notion of "face" which consists of two specific kinds of desire ("face-wants) attributed by interactants to one another: the desire to be unimpeded in one's actions (negative face), and the desire (in some respects) to be approved of (positive face) (Brown & Levinson, 1978: 59)8

Ya que las estrategias de cortesía a las que recurren los hablantes se derivan de su necesidad de salvaguardar la imagen propia y la de los demás, la imagen pública de todo individuo tiene dos componentes. Por una parte, cada individuo desea tener libertad de acción, de dominar su territorio y no sufrir imposiciones por parte de otro. Este aspecto se conoce como "imagen negativa". Por otra parte, cada individuo tiene necesidad de ser reconocido y apreciado por los demás, así como que otros compartan sus deseos y creencias, esto constituye su "imagen positiva".

En el ámbito social, la relación entre personas se da en varios ejes que se entrecruzan, ejes que están implicados con la relación interpersonal de los interlocutores presentes en las situaciones concretas de comunicación y que influyen en la forma de referenciar el discurso. Kerbrat-Orecchioni (1992) presenta en su libro Les Interactions Verbales un amplio trabajo sobre los dos ejes de comunicación, que denomina horizontal y vertical.

Con el eje horizontal se puede medir la distancia y la proximidad entre las personas que interaccionan. Básicamente, hay que mantener presente el grado de relación existente, el afecto que los une y la situación en que se da la comunicación, ya que puede ser en un ámbito formal, ceremonial, informal, afectivo, etc. La relación horizontal se rige por la igualdad de los interlocutores. En otras palabras, el estatus actúa en el plano de la igualdad sin importar cuál sea. Por ejemplo, la relación horizontal se puede llevar perfectamente en una convención de presidentes latinoamericanos o bien a la hora de descanso de los operarios de una empresa metalmecánica9.

Por otro lado, el eje vertical determina la relación jerárquica, de dominante a dominado, de superior a inferior. Las relaciones están marcadas por las distancias sociales del hablante y del oyente, representadas en la edad, la profesión, el status social, etc., o también pueden surgir por atributos como el estatus económico, el poder, etc.10.

Estos ejes de relaciones juegan un papel importante en la conformación de la imagen pública, pues, a determinado nivel del eje horizontal o vertical, diferente será la imagen del hablante y del oyente. No es lo mismo solicitarle a la esposa (con quien se lleva conviviendo hace veinte años) que cierre la puerta del carro que a la persona que se quiere cortejar. Aquí, el eje horizontal varía de un extremo al otro y, además, el oyente puede atentar contra la imagen del interlocutor si no se utiliza la estructura conversacional apropiada.11

Principio de cooperación y estrategias de cortesía

En cuanto al funcionamiento de la comunicación verbal, Brown y Levinson (1978) adoptan el marco teórico de Grice (1982), según el cual la comunicación involucra la racionalidad de los hablantes, en particular su capacidad de identificar las intenciones de sus interlocutores y de utilizar los medios adecuados para lograrla. Desde esta perspectiva, la comunicación es concebida como una actividad cooperativa, en la cual los hablantes hacen inferencias sobre las intenciones comunicativas de sus interlocutores. Según Grice (1982: 238), el proceso inferencial se desata a menudo como violación a una de las máximas conversacionales, lo cual origina implicaturas dirigidas a preservar el supuesto de que los hablantes, en todo momento, acatan a algún nivel el Principio de Cooperación12 (Grice 1982). Brown y Levinson (1978) sostienen que una de las razones para desviarse de las máximas es precisamente la necesidad de comunicarse cortésmente13.

“The CP [Cooperation Principle] defines an unmarked or socially neutral (indeed social) presumptive framework for communication; the essential assumption is “no deviation from rational efficiency without a reason”. Politeness principles are, however, just such principled reasons for deviation.” (Brown & Levinson, 1978: 60).14 Es decir, la cooperación entre los hablantes está influida también, según Brown y Levinson (1978: 74), por un supuesto compartido de que la imagen pública es vulnerable; por tanto, en la interacción verbal se despliega un esfuerzo común por ponerla a salvo (Escandell, 1993; Díaz, F. 2004). Esto se observa especialmente cuando los participantes en un intercambio verbal requieren realizar algún acto que ponga en peligro la imagen propia del hablante. Estos actos reciben el nombre de actos que atentan contra la imagen pública (AAI) y, habitualmente, cuando el hablante los lleva a cabo, intenta suavizar la amenaza potencial que ellos representan15. Es aquí donde surgen las estrategias de cortesía, que pueden estar dirigidas a reforzar la parte positiva de la imagen (cortesía positiva)16, o bien, enfocarse hacia el aspecto negativo de la imagen (cortesía negativa)17.

Según Brown y Levinson (1978), la elección de una estrategia de cortesía depende de tres factores:

1) La relación de poder entre interlocutores (P)

2) La distancia social (D)

3) La gravedad (G) del acto que atenta contra la imagen (AAI)

En palabras de Kerbrat-Orecchioni (1992: 183), esta elección se puede reformular en:

1) El nivel del eje horizontal

2) El nivel del eje vertical

3) La gravedad (G) del acto que atenta contra la imagen (AAI)

El hablante calcula el riesgo de un acto a partir de la suma de estos tres factores, que se puede representar con la siguiente fórmula:

Riesgo (AAI) x = (D+P+G) x18

A partir de este cálculo se puede elegir la estrategia adecuada. Esta fórmula ha sido criticada, ya que, según Calsamiglia y Tuson (1999), aún falta el grado de relación afectiva existente entre el hablante y el oyente y más en situaciones como el cortejo, en las que el grado de enamoramiento puede afectar positiva o negativamente las estructuras corteses; sin embargo, es útil al permitir cuantificar el costo que tiene una acción para ambos, y el beneficio que se puede conseguir a través de la aplicación de estrategias de cortesía19.

Calsamiglia y Tuson (1999: 20) sugieren que la estrategia ideal es simplemente evitar cualquier acto que atente contra la imagen. Pero si éste está presente en algún grado, hay diversas estrategias posibles para responder a ese acto; ellas son:

a) Estrategias abiertas y directas

b) Estrategias abiertas e indirectas (de cortesía positiva)

c) Estrategias abiertas e indirectas (de cortesía negativa)

d) Estrategias encubiertas

Las estrategias abiertas y directas se despliegan en determinadas ocasiones, por ejemplo en el insulto, mandato, reclamo, o cuando se está en confianza (espacio privado). Respecto al resto de estrategias, que constituyen el fundamento del comportamiento cortés, Brown y Levinson (1978: 56) esquematizan la diversidad de realizaciones posibles de enunciados corteses.

Con respecto a la cortesía positiva, éstos sugieren en término generales que:

a) Se apele al "terreno común"

b) Se exprese que hablante (H) y oyente (O) son cooperativos

c) Se colme los deseos de O (respecto a X)

En cambio con la cortesía negativa indican que:

a) Sea inconvencionalmente indirecto

b) No presuponga/asuma (los deseos de O)

c) No coaccione a O

d) Comunique que H no quiere afectar a O

e) Compense otros deseos de O, derivados de la imagen negativa

Finalmente, la cortesía encubierta propone que el hablante:

a) Provoque implicaturas conversacionales a través de sugerencias desencadenadas por la violación de las máximas de Grice.

b) Sea vago o ambiguo: trasgresión de la máxima de modo.

Kerbrat-Orecchioni (1992: 185) presenta los actos de refuerzo de la imagen (ARI) como un comportamiento estimulante y positivo para la relación personal, en vez de una compensación a un posible daño producido por los actos amenazadores de imagen. Estos ARI pueden ser fundamentalmente los halagos, las alabanzas, los agradecimientos, los buenos deseos y las felicitaciones, todos ellos son marcadores presentes en la cortesía del cortejo20. Además, estos ARI son esenciales para el hablante si se tiene en cuenta la valoración del balance coste-beneficio. Es decir, el costo puede ser menor que el beneficio alcanzado si se utilizan los ARI en el proceso del cortejo21. Leech (1983: 84) se basa en esta minimización del coste y el mayor aprovechamiento del beneficio para establecer un principio de cortesía análogo con el principio de cooperación de Grice.

Máximas conversacionales

Los procesos comunicativos están regidos por unos principios de cooperación que garantizan la condición de felicidad en la comunicación. Estos principios son propuestos por Grice (1982: 105) en La Lógica y la Conversación, donde manifiesta la siguiente serie de máximas conversacionales:

1. La máxima de calidad: invita a que la contribución comunicativa sea verdadera, evitando decir cosas falsas o faltas de verificación.

2. La máxima de cantidad: atiende a la precaución de decir simplemente aquella información que requiera el propósito del intercambio, sin pecar por exceso ni por defecto.

3. La máxima de pertinencia: alude a la contribución de datos pertinentes al contexto comunicativo.

4. La máxima de modo: invita a la contribución de un discurso claro, conciso y exento de ambigüedades.

Una de las consecuencias principales del sistema de las máximas es que puedan ser burladas. Esta desviación de las normas ocupa un papel central en la teoría de Grice. Se trata de las llamadas implicaturas. Según Haverkate (1994: 43), estas implicaturas pueden ejercer diversas funciones comunicativas, que a menudo son estrategias de cortesía.

La máxima de calidad se incumple por motivos de cortesía, si decir la verdad encierra una evidente amenaza a la imagen positiva del oyente. Haverkate (1994: 44) la ejemplifica con la mentira piadosa. En lo que respecta a la máxima de cantidad, puede darse el caso que no podemos suministrar toda la información que tenemos o lo que pensamos de alguien cuando esa información es desfavorable para la interacción. Los comentarios que se tengan con respecto a un tema pueden carecer de pertinencia, pero como ARI son importantes para reforzar la imagen del hablante frente al oyente. Así pues para decirle a alguna persona que es bella, desde el punto de vista del cortejo, es más efectivo elaborar un discurso ambiguo y extenso sobre el tema que tan sólo decirle esta palabra.

El incumplimiento de las máximas de Grice tiene como fin efectos de cortesía positiva, entre otros. En cambio, el incumplimiento de las máximas de Leech da como resultado un comportamiento no cortés (implica cortesía negativa) o incluso descortés (ausencia de cortesía), pero nada afecta la estructura cognitiva de la conversación.

El desentendimiento de las máximas conversacionales con respecto al componente social de la interacción verbal motivó a Leech (1983: 31) a postular un sistema compuesto por seis máximas de cortesía: la del tacto, la de generosidad, la de aprobación, la de modestia, la de unanimidad y la de simpatía. Cada una de estas máximas, según Haverkate (1994: 35), encierra dos normas complementarias basadas en factores minimizadores y maximizadores. Así, la máxima de tacto prescribe al hablante que reduzca el costo para sí y que aumente el beneficio para el interlocutor.

Resultados

En este apartado del artículo, se analizan las muestras para identificar algunas variaciones diacrónicas de las estrategias corteses presentadas en el cortejo en Antioquia entre 2004 y 2010 en post-adolescentes. Aquí se tienen en cuenta conceptos como imagen. Luego, se revisa la imagen positiva y la negativa, y la utilización de los ejes horizontal y vertical para la elección de las estrategias de cortesía en el proceso del cortejo. Finalmente, se refrendan las estrategias corteses encontradas entre ambas generaciones en cuanto a la cortesía de solidaridad y de distanciamiento.

En investigaciones anteriores, se encontró que en 1960 en Antioquia "había una brecha social muy marcada entre el hombre y la mujer lo que sometía a un monopolio estrechamente cerrado al acto del cortejo" (Londoño, 2010, p.13). Es decir, el hombre era la única persona socialmente autorizada para cortejar a la mujer y por otro lado, ésta estaba impedida para tomar la iniciativa. Las mujeres eran juzgadas si decidían cortejar a un hombre, ya que para esa época "no era lo más apropiado en una dama" y sería inapropiado si el proceso de cortejo se diera al contrario.

La posición social de la mujer no afectaba negativa ni positivamente en la iniciativa; es decir, este veto de participación era igual para las mujeres de cualquier edad y condición social, lo cual no significa que dentro de la cultura antioqueña no aparecieran mujeres que resquebrajaron dichas reglas sociales como la pintora antioqueña Débora Arango22, quien sobresalió de la multitud por su rareza al pintar sobre el amor, las relaciones y el papel activo de la mujer. No obstante, este sería otro importante índice del juicio social cuando las mujeres intentaban tomar la iniciativa en cualquier conquista amorosa.

En pocas palabras, la imagen pública de la mujer sería afectada seriamente, puesto que si la imagen, en palabras de Goffman (1971) parte de los otros, de la manera como la interpretan y valoran, este acto que atenta contra la imagen (AAI) sería imposible de mitigar por cualquier acto que refuerce la imagen (ARI) utilizado en el momento; pues para aquella época la imagen pública de una mujer debía ser equivalente a la de una dama, como lo expresa la muestra 57A y no habría una sola estrategia de cortesía verbal que salvaguardara la imagen de dama en el escenario anterior (Front stage), vigente en la época.

En cambio, en el año 2004 la sociedad era laxa frente a la imagen pública de la mujer si ésta decidía cortejar al hombre. No hay un castigo a la mujer cuando ésta considera iniciar un cortejo, la sociedad permite un papel más activo y decisivo; es decir, la mujer toma las riendas cuando ella así lo considera necesario.

Muestra N° 57A

[...] el cortejo no se hizo sólo para los hombres, sólo que las mujeres deben actuar de una manera que cuiden siempre su prestigio y mantener siempre su posición de dama.

Claro está que dicho cambio no puede interpretarse como hecho consumado, ya que sigue habiendo algunos residuos culturales que se encuentran permeados tanto en los hombres como las mujeres, por lo que el campo de acción es ligeramente tenso en algunas circunstancias.

Muestra N° 74B

En esta época ya es un poco normal que una mujer le exprese sus sentimientos hacia uno y creo que no está mal hecho, ni se ve mal en ellas.

Sin embargo, es cierto que las muestras 57A y 74B señalan que se abre la oportunidad para que las mujeres cortejen al hombre, dando como resultado que ese monopolio masculino vaya desapareciendo y, por consiguiente, tanto que las estructuras conversacionales como el tipo de cortesía varíen entre ambas épocas; pues, si el nivel de la imagen pública es una variable dependiente de lo social, la forma de mantenerla a salvo también lo es. Este fenómeno se acrecienta en el 2010, puesto que el papel de la mujer dentro del cortejo se fortalece y las sanciones sociales son cada vez menores, principalmente por parte de los hombres. Se podría pensar que hay una fuerte tendencia a rescatar el papel de la mujer y la condición de iguales, incluyendo el cortejo, como lo señalan las muestras 165A y 165B:

Muestra No. 165A

No me importa que ellas me echen los perros23, me hace sentir bien.

Muestra No. 165B

Ellas me dicen que estoy muy bueno.24

La tendencia de variación del concepto de imagen pública, tanto para la mujer como para el hombre durante estos últimos años, muestra cómo en Antioquia dentro de los post-adolescentes la imagen positiva durante las interacciones de cortejo es cada vez menor. La posición social adoptada por las mujeres les permite realizar diferentes actos comunicativos que seguramente antes no les eran permitidos, pensar en echar los perros o decirle a un hombre que está bueno son estructuras verbales que seguramente pondrían en problemas a cualquier mujer de 1960.

(5) Muestra N° 61A

Demostrando algunas veces tal como soy, otras veces la mentira influye en otros momentos tal vez por un buen momento el objetivo es que ella se sienta bien

Con respecto a lo anterior, es necesario recordar que la imagen pública para los post-adolescentes de 2004 tiende a ser positiva, ya que todavía importaba que la cortejada se sintiera bien y para eso el cortejador seleccionaba las estructuras conversacionales más apropiadas para despertar el efecto en la cortejada, para que ésta percibiera lo que se le decía como algo deseable.

Muestra N° 61B

Yo cortejo a una mujer diciéndole cosas bonitas, halagándola

Esto no varía representativamente en el 2010, ya que el objetivo primordial, al igual que en el 2004, es salvaguardar la imagen25; esto permite decir lo que se piensa, siempre y cuando el eje horizontal sea estrecho y el eje vertical mínimo, facilitando, en cierta forma, la conformación de imagen negativa por parte del cortejador cuando éste requiere utilizar la herramienta coste-beneficio.

Muestra N° 62A

En la circunstancia de habla común y corriente y al momento indicado le dice lo bonita que está (puede ser mentira, ojalá y no) al igual decirle lo importante que es, como podrían pasarla muy bien ambos; además de procurar que ambos se sientan bien. Lo importante es decir lo que se siente y decirlo en el momento y lugar adecuado

En las muestras recolectadas del 2004, se evidencia cómo las estructuras conversacionales apuntan a mantener "una relación media entre coste-beneficio" (Londoño, 2009a), ya que si bien normalmente el cortejador expone su imagen pública, ésta es principalmente positiva, lo que permite que el cortejador ponga en juego sus intenciones de forma notable, pero emplee actos comunicativos que mantengan la imagen de la cortejada en una situación positiva (Ver muestras 85 y 89).

Muestra N° 85

No pelao, pero es que esto es diferente. Vea que usted no es sino que le diga vea Sandra, usted me gusta y de una le da un beso. Esa vieja se le ve que no es boba. En cambio con Caro, ella tenía novio y como estaba de tragada. Me tocó decirle hasta de que se iba a morir

Muestra N° 89

Ah que va, vea que uno cuando está en esas en lo único que piensa es en darle un beso y cogerle la manito. Ya ese montón de guevonadas sobran.

Es evidente cómo el objetivo prima por encima de los medios. La relación coste-beneficio se interpreta a partir de la utilización de AAI y la disminución de ARI en el momento del cortejo.

De igual forma, las muestras de 2010 rescatan la necesidad de mejorar la relación coste-beneficio en pro de la consecución del objetivo. Sin embargo, se detecta un mayor número de interacciones comunicativas que, conscientemente, son utilizados como AAI. La muestra 134B indica la posición de una mujer post-adolescente frente al cortejo, que espera que se realice de forma directa. Esta posición devela un cambio social que no flagela la imagen pública de las mujeres cortejadoras, que permite una interacción social mediada por elementos de igualdad y diversidad, y estas condiciones pueden ser las causas de un cambio de cortesía verbal.

Muestra N° 134B

Yo ando sin rodeos, casi siempre soy bastante directa. Si el hombre me gusta, se lo hago saber, a veces con gestos o, si es del caso, con palabras.

Claro está que la relación coste-beneficio no es necesariamente alta en cada una de las interacciones; es decir, no porque la sociedad no considere punible la participación de las mujeres como cortejadoras, significa que todas las mujeres post-adolescentes en Antioquia actualmente así lo hagan; puesto que todavía hay post-adolescentes que consideran necesario la ritualización del cortejo, señalando ritos de debido cumplimiento, como lo demanda la siguiente muestra:

Muestra N° 193

Pero tampoco que sean súper lanzados. He conocido algunos que no saben cómo se llama una, y ahí mismo le tiran.

En cuanto a la utilización de las estructuras conversacionales, hay una variación notable entre ambos años. Si bien los halagos han sido un recurso en el cortejo, durante los últimos 8 años en Antioquia, se presentan algunas variaciones tanto en su uso como en la conformación de los AAI y los ARI.

En la cortesía verbal en el cortejo de 2004, los post-adolescentes utilizaban estructuras que aparte de destacar las virtudes de la cortejada también presentan claramente la intención y los deseos del cortejador desconociendo lo que ella desea, generando cortesía de distanciamiento, como lo evidencian las siguientes muestras.

Muestra N° 47A

últimamente he sentido cosas extrañas por ti, deseos de verte, llamarte, hablar contigo, y no lo puedo evitar; me gustas demasiado y a cada instante quiero verte y cada vez que te veo, me pregunto qué voy a hacer para tenerte a mi lado

Muestra N° 47B

Vos vas a ser la mamá de mis hijos

Muestra N° 67A

Ya no veo mujeres lindas, sólo veo por tus ojos... me encantas y creo que juntos pasaríamos excelente, yo creo que estando juntos podrás darte cuenta del cariño que te tengo y cuanto podría ser

Muestra N° 67B

Que ganas de darte un beso

En la muestra 47A se ve claramente la relación que oferta y las intenciones que presenta el cortejador hacia la cortejada, este halago presenta un AAI, que se podría enunciar como "quiero que estés conmigo". Éste es inmediatamente neutralizado por un ARI sutil pero efectivo y es "recurrir a la vanidad de la cortejada", pues no se irrumpe directamente en el plano personal de ésta como lo hace la muestra 67B, en la que no se presupone los deseos de la cortejada sino, muy por el contrario, los deseos del cortejador.

Sin embargo, al parecer, en 2010, los halagos no son la mejor herramienta de conquista.

Muestra No. 162A

Usualmente no utilizo piropos, pero a veces mis amigos se refieren a una mujer bonita de forma vulgar: cómo está de buena o esa vieja es una chimbota, lo mejor es que a algunas les gusta

La muestra 162A ilustra la tendencia de los post-adolescentes de 2010 de generar estructuras conversacionales que les permitan tener una relación media-alta de coste-beneficio, superior a la de 2004. Además, un menor nivel de imagen positiva facilita que se utilicen los AAI en situaciones contextualizadas, reforzadas por el papel participativo activo de la mujer en el cortejo. Por tanto, es clara la presencia de dos tipos de cortesía en el cortejo tanto de 2004 como de 2010: solidaridad y distanciamiento; aunque en 2004, la primera prevalece levemente sobre la última y, posiblemente, en 2010, la relación sea inversa.

A esta variación se le puede agregar la relación de los ejes de comunicación de Kerbrat-Orecchioni (1992): horizontal y vertical. El eje horizontal se mantiene como elemento importante a parte del concepto de terreno de Goffman (1959) para la estabilización de una imagen pública en busca del éxito en el cortejo. En la actualidad, a menor distancia mayor presencia de cortesía de distanciamiento de parte del cortejador hacia la cortejada y una herramienta para disminuir la distancia que ha perdido funcionalidad es el diminutivo, que era utilizado como ARI cuando el AAI es considerado como mínimo. Al respecto, Londoño (2009b, p.203) señala que anteriormente,

Llamar por el nombre de pila no era considerado apropiado al inicio de la relación, ya que el eje de horizontalidad se tardaba mucho más en disminuir y a medida de que el eje horizontal se hacía menor, la aparición del diminutivo tenía mayor fuerza y su función como ARI era más eficaz.

Finalmente, las estrategias corteses de las mujeres en 2010 son equiparables a las utilizadas por los hombres, ya que predomina la relación coste-beneficio, que es medianamente fuerte, predominando la obtención del objetivo por encima de la imagen pública y el desgaste lingüístico26 (Ver muestras 134B y 162A). Este aspecto no es tan tajante en 2004, cuando las mujeres todavía consideraban que no era socialmente oportuno ni completamente adecuado cortejar a un hombre (Ver muestra 57A).

A continuación se presenta una tabla comparativa entre los años 1960, 2004 y 2010 con respecto a la imagen pública, los ARI, la relación coste-beneficio, los AAI y la cortesía verbal en las muestras recolectadas y analizadas, y las conclusiones obtenidas en las diferentes etapas de la investigación (Londoño, 2009a, 2009b, 2010):

Teniendo en cuenta la información proporcionada en la Tabla 1, se podría relacionar que para los post-adolescentes en Antioquia en 1960, la importancia de la imagen pública era vital, lo cual incitaba a un amplio número de ARI, afectando la relación coste-beneficio, ya que los AAI eran pocos y débiles; por tanto, predominaba una cortesía verbal.

Con respecto al año 2004, los post-adolescentes en Antioquia aún consideran necesario mantener una imagen pública en el cortejo; sin embargo, el uso de los ARI disminuye y aumenta el uso de los AAI, con el ánimo de mejorar la relación coste-beneficio. Lo anterior permite que comience a evidenciarse una presencia de cortesía de distanciamiento, aunque es cierto que la cortesía de solidaridad mantiene una fuerte presencia en las interacciones verbales.

En última instancia, los post-adolescentes en Antioquia en el año 2010 se despreocupan de la imagen pública y se centran en la relación coste-beneficio; por tanto, el uso de los ARI es escaso y los AAI son vitales en el proceso. El alto porcentaje en la relación coste-beneficio dinamiza la presencia de la cortesía de distanciamiento en el cortejo.

Finalmente, las interacciones verbales de los cortejos recolectados en 2010 se diferencian de las muestras de los anteriores años, en la inclusión de jergas como el Parlache27, que era originariamente utilizado por los jóvenes de las comunas más vulnerables y vulneradas de la ciudad de Medellín, pero en la actualidad es utilizado por jóvenes de todos los estratos sociales, incluyendo personajes públicos y artistas como Juanes y su "Qué chimba parce!". Este aspecto es vital si se tiene presente que la población analizada está compuesta por post-adolescentes de los estratos medio y alto de Antioquia, quienes aparentemente incluyeron en su lenguaje las variaciones idiomáticas y sociolingüísticas, que son válidas en el momento de llevar a cabo un cortejo.

Muestra N° 163A

Siempre le he dicho a los parceros que a las pollitas hay que saberles hablar

Muestra N° 163B

Las hembras comen de verbo, pero lo que las mueve es una chimba de coche o un buen fierro

Palabras como parceros, pollitas, verbo, chimba y fierro son parte del vocabulario del parlache y sus significados varían de las denotaciones oficiales. No obstante, dentro de las diferentes interacciones verbales de los post-adolescentes, aparecen cada vez más frecuentemente, y sus usos y aplicaciones son cada vez más amplios.

Conclusiones

La cortesía verbal podría considerarse como un fenómeno sociolingüístico que permite representar las variaciones en una determinada sociedad. Por tanto, cada vez que dicha sociedad cambia o sufre alguna modificación, las interacciones verbales privilegian algunas estrategias corteses sobre otras, hasta el punto de generar nuevas estrategias. Estas variaciones se evidencian en los diferentes tratamientos que reciben aspectos como la imagen pública, los ARI, la relación coste-beneficio y los AAI.

En el año 2004, la imagen pública del cortejador tiende a ser positiva, pero en el 2010 la presencia de imagen negativa ha aumentado considerablemente. Esta presencia de imagen negativa se debe a que en 2010 es mayor el nivel de salvaguarda de la imagen sin demeritar la importancia de ésta para el cortejador. Además, en 2004 aparece un nuevo criterio para el cortejo, el cual es reforzado para el 2010: decir lo que el cortejador siente siempre y cuando sea en el momento adecuado para que la relación coste-beneficio traiga consigo buenos resultados.

Con respecto al sexo, en 2004 las mujeres tienden a utilizar ARI que le permiten mantener la imagen pública y a minimizar el uso de AAI. Sin embargo, en 2010, las mujeres comienzan a emplear AAI y se centran en el objetivo y la maximización de la relación coste-beneficio, resultados similares a los presentados por los hombres.

Indiscutiblemente, la imagen pública en el cortejo depende de las condiciones sociales a las que se someta; por consiguiente, a diferente época, diferente conceptualización social de imagen, decir lo que afecta directamente al cortejador y a la cortejada y por tanto a las estructuras conversacionales que estos seleccionan como cortesía verbal en el cortejo.

Con respecto al uso de los ARI, cada vez son menos frecuentes, hasta el punto de ser ineficientes. Esta valoración ha permitido que los AAI aparezcan no sólo como un elemento que dinamiza la interacción verbal, sino también que refuerza la imagen negativa del cortejador, lo cual no afecta en algunos casos la relación coste-beneficio; al contrario, aumenta dicha relación, permitiéndole al cortejador poner en evidencia sus intenciones de forma más efectiva.

Además, este papel de cortejador ya no sólo depende de los hombres. Cada vez más, las mujeres son actores participantes del inicio de un proceso de cortejo. Claro está que si bien se ha encontrado una actitud favorable a dicha iniciativa tanto por parte de los hombres como de las mujeres, todavía existen algunos ritos que son necesarios en algunos casos. Estos ritos son valorados como pertinentes por aquellas mujeres que dicen nunca haber iniciado un cortejo.

Lo anterior se ve representado en el bajo uso de los halagos, ya que éstos mantienen la tónica de cortesía de solidaridad entre el cortejador y la cortejada. Por tanto, en el 2010, los post-adolescentes prefieren utilizar estructuras que presenten claramente la intención y los deseos del cortejador, desconociendo lo que la cortejada y desea generando cortesía de distanciamiento. No obstante, es necesario mencionar que en las diferentes estructuras corteses presentes en las interacciones verbales, el uso del parlache es cada vez más frecuente. El parlache ofrece algunos piropos que por fuera del contexto de dicha jerga serían una ofensa como chimba, chimbota, cosota, mami, entre otros. Es factible resaltar que tales palabras refuerzan una imagen negativa y conllevan, de una u otra forma, a una mayor presencia de la cortesía de distanciamiento.

En otras palabras, los post-adolescentes del año 2004 en Antioquia, como lo sugiere Haverkate (2000), evidencian una alta presencia de cortesía de solidaridad; sin embargo, los post-adolecentes antioqueños de 2010 están determinados por la presencia de la cortesía de distanciamiento en el cortejo cuando la relación coste-beneficio es mayor por esta vía. No es en vano y, por consiguiente, igualmente efectivo dependiendo de la situación y del nivel del grado de distanciamiento que haya entre el cortejador y la cortejada.

Citas de pie de página

1. La investigación La cortesía en el cortejo en Antioquia ha tenido tres diferentes etapas. La primera etapa, llevada a cabo en el año 2004, tuvo como objetivo principal clasificar las diferentes interacciones verbales relacionadas con la cortesía verbal que realizaban los post-adolescentes en el acto de cortejo. En la segunda etapa, 2008, se revisaron nuevamente las muestras colectadas y se analizaron bajo la perspectiva teórica de la cortesía verbal. Finalmente, en la tercera etapa, 2010, se recolectaron nuevas muestras, que ampliaron el corpus de análisis y mostraron cambios lingüísticos en las diferentes estructuras de cortesía.

2. El cortejo en este artículo es entendido como aquella actividad social que ejecuta un individuo cuando está interesado sentimental, sexual o físicamente por otra persona. Es necesario señalar que no hay unos estándares sociales a las intenciones que puede encerrar un cortejo. No obstante, es posible indicar que este se da, siempre y cuando haya una intención de conquista, seducción o apareo.

3. La nomenclatura para la citación de las muestras utilizadas en el artículo se clasifican de 41 a 197. Bajo la siguiente caracterización: 41 a 60, Mujer post-adolescente 2004; 61 a 80, Hombre post-adolescente 2004; 81 a 92, Conversación Hombre-Hombre, y 93-129, Conversación Hombre-Mujer; 131 a 150, Mujer post-adolescente 2010; 151 a 170, Hombre post-adolescente 2010; y 171 a 197, Conversación Mujer-Mujer. Cabe aclarar que se tomaron dos muestras desde 41 a 80 y 131 a 170. Por consiguiente, existe muestra A y B, que pertenecen a dos entrevistas diferentes. Finalmente, cabe mencionar que algunas muestras no han sido consideradas en este análisis se porque están relacionadas con la cortesía en los años 60.

4. El siguiente artículo es el producto de un trabajo de investigación hecho en el año 2010, en el que se identificó el tipo de cortesía verbal durante el cortejo en post-adolescentes y se comparó con los resultados de la investigación desarrollada en 2004.

5. Ver definiciones dadas por la muestra No. 59A, las cuales muestran la fuerte relación entre cortesía verbal y cortejo desarrollado en un ámbito social y por consiguiente regido y regulado por éste.

6. Brown y Levinson utilizan el término "face work" para referirse al concepto de elaboración de la imagen propuesto por Goffman. En tanto a la definición de imagen por medio de otros, podemos observar las muestras No. 74A y B, las cuales pertenecen al año 2004.

7. Referenciarse a la muestra No. 61A, en la que se evidencia claramente la presencia de dos imágenes por parte del individuo: pública y privada.

8. El centro de nuestro modelo lo ocupa una noción muy abstracta, que consiste en dos clases específicas de deseos ("face wants"), que los interactuantes se atribuyen mutuamente: el deseo de que uno no vea impedidos sus actos ("negative face") y el deseo de que los actos de uno sean aprobados hasta cierto punto ("positive face").

9. Después de una interacción previa anterior al inicio del cortejo, el eje horizontal aparece poco a poco entre la pareja; puesto que la relación se inicia en la formalidad y paso a paso la cortesía verbal va reflejando los avances que el individuo presenta en el proceso de cortejo, como lo señalan los datos recolectados.

10. En cuanto al eje vertical, la distancia entre la pareja, al contrario del eje horizontal, disminuye a través de la interacción entre ellos; aunque es cierto que la diferencia social es un obstáculo que siempre estará allí en el momento del cortejo, la cortesía verbal hará de esta diferencia una herramienta de "solidaridad" para disminuir el eje vertical y ampliar el eje horizontal.

11. Más adelante se trabajan los actos que atentan contra la imagen y las estrategias de cortesía para repararlos.

12. Según Grice (1982: 102), el principio de cooperación es "hacer que la contribución a la conversación sea la necesaria en el momento en que se da, con base en el propósito o dirección captado dentro del intercambio de conversación en el cual se está comprometido".

13. Para que la cortesía verbal en el cortejo tenga un efecto positivo es necesario cumplir con el requisito de una comunicación cooperativa, pues si no se hace así el efecto perlocutivo de la estructura verbal seleccionada para alcanzar determinado propósito será vano y carecerá de vigencia.

14. Una traducción libre es "El principio de cooperación define un marco de partida no marcado o socialmente neutro (de hecho, social para la comunicación; el supuesto esencial es "no desviarse de la eficiencia racional sin justificación". Los principios de cortesía, sin embargo, constituyen precisamente una razón fundamentada para la desviación"

15. En el cortejo es muy común la utilización de actos que atentan contra la imagen pública (AAI), actos que buscan derrumbar la barrera de distanciamiento entre las dos personas.

16. La cortesía positiva es muy utilizada en el proceso del cortejo, ya que se dicen las cosas que las otras personas desean escuchar aunque se esté utilizando un acto que atenta contra la imagen pública.

17. La cortesía negativa no es muy utilizada en el proceso del cortejo, pues, como veremos en el segundo aparte del artículo, la sociedad colombiana presenta una gran influencia de cortesía de solidaridad en comparación con la cortesía de distanciamiento, especialmente en las relaciones de cortejo.

18. Fórmula tomada de Calsamiglia y Tuson (1999).

19. La valoración del balance coste-beneficio es un término utilizado por Haverkate (1994: 35) y analógicamente puede definirse formalmente en los siguientes términos: los economistas que se valen del análisis coste-beneficio aplican una técnica que expresa y cuantifica las ventajas y desventajas de un proyecto, con base en una unidad monetaria común. El objeto de este análisis es mayor aprovechamiento de los beneficios. Obviamente, explica Haverkate (1994: 35), que dentro del presente marco de referencia el concepto de coste no debe definirse en términos de dinero, sino en términos de energía verbal. Esto significa que el hablante escogerá la estrategia de cortesía que le permita alcanzar su objetivo con menor coste verbal.

20. Los actos que refuerzan la imagen (ARI) son fundamentales en el proceso del cortejo y además son representativos y valiosos para las condiciones de felicidad de éste. La cortesía verbal refleja los ARI como halagos, los cuales buscan reparar el posible daño que sufre la persona al cortejar al otro.

21. Ver el concepto de coste-beneficio en Haverkate (1994). En cuanto al concepto Coste-Beneficio, las muestras No. 99 y 100 muestran cómo un AAI (decirle que le parece linda) por medio de la utilización de un ARI (la manera como formula el AAI, utilizando la expresión "sigues igual de linda") encuentra una respuesta afable en el oyente como es "quien lo escucha dirá que es en serio", respuesta que en ningún momento se puede interpretar como negativa o de rechazo.

22. Esta artista se hizo célebre por pintar desnudos desde 1937. Como resultado de su propuesta artística, algunos miembros de la sociedad antioqueña le solicitaron a la iglesia católica la excomunión.

23. Dentro de la jerga juvenil antioqueña, echar los perros se interpreta como conquistar, cortejar.

24. Al igual que la muestra anterior, estar bueno hace parte de la jerga juvenil antioqueña y es un piropo informal para indicar el gusto físico.

25. Por consiguiente, la mentira como violación a la máxima de calidad es un recurso muy utilizado en el proceso del cortejo y arroja buenos resultados tanto en la preservación de la imagen del cortejador como en cortejo en sí mismo.

26. Entiéndase desgate lingüístico como el número de estructuras corteses y no corteses, en algunas ocasiones con característica retórica, que disminuyen considerablemente la relación coste-beneficio, pero cuya función principal es mantener la imagen pública y evitar los AAI.

27. El parlache es una jerga surgida y desarrollada en los sectores populares y marginados de Medellín, que se ha extendido en otros estratos sociales del país.


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