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Lenguaje

Print version ISSN 0120-3479On-line version ISSN 2539-3804

Leng. vol.49 no.2 Cali July/Dec. 2021  Epub July 07, 2021

https://doi.org/10.25100/lenguaje.v49i2.10179 

Artículo

La nominación del sujeto masculino no heteronormativo en el francés común contemporáneo

Name-calling of the non-heteronomative male subject in contemporary common French

La nomination du sujet masculin non hétéronormatif dans le français courant contemporain

Christian Patiño Alzate1 
http://orcid.org/0000-0003-1825-4044

1 Alianza Francesa. Bogotá, Colombia. Correo electrónico: christian.patino@alianzafrancesa.org.co


Resumen

Basándonos en la experiencia y la observación del francés común contemporáneo durante una estancia lingüística de casi tres años en París (como hispanohablante de origen colombiano), observamos el uso de un conjunto de nominaciones relacionadas con lo que se suele definir en el lenguaje común como la “homosexualidad masculina”. Nos interesamos en las prácticas de nominación que involucran a sujetos masculinos que no se encuentran inscritos, de alguna manera, dentro de la norma heterosexual socialmente impuesta. Después de definir los casos más comunes de la nominación del sujeto masculino no heteronormativo en el francés común contemporáneo, hemos optado por estudiar este fenómeno desde un ángulo “praxemático”, “pragmático”, y que apela a los “saberes epilingüísticos” y al “sentimiento lingüístico” de 50 hablantes de francés contemporáneo en Paris. Este ángulo de estudio nos permitió observar características fundamentales de este fenómeno, como lo son: la banalización de la nominación de los sujetos en mención, sexualización y patologización de las conductas no heteronormativas, el paralelismo entre extranjeros, mujeres, prostitutas y hombres homosexuales o afeminados, la influencia del inglés y la cultura estadounidense, la apropiación de algunas nominaciones para nombrarse a sí mismo, entre otros elementos que podrán verse en el análisis y la conclusión del presente artículo.

Palabras clave: nominación; sujetos masculinos no heteronormativos; francés contemporáneo; representaciones; discursos epilingüísticos; homosexualidad

Abstract

Based on the experience and observation of contemporary common French language during a linguistic stay of almost three years in Paris (as a Colombian native Spanish speaker), we noticed the use of a set of names to refer to what is defined in the common language as male "homosexual". In this case, our interest is in the practices of naming, concerning male subjects that, in a way, do not fit into the socially imposed heterosexual norm. After defining 30 occurrences of the name-calling for the non-heteronomative male subject in contemporary common French, we studied them from a pragmatic and a praxematic angle, which has appealed to the “epilinguistic knowledge” and the “linguistic feeling” of 50 speakers of the contemporary French from Paris. This epistemological stance allowed us to highlight fundamental characteristics of this phenomenon, such as: the trivialization of the nomination of subjects in mention; the sexualization and pathologization of non-heteronormative behaviours; the parallelism between foreigners, women, prostitutes and homosexual or effeminate men; the influence of English and American culture; the appropriation of some terms to name oneself; among other elements to be furthered discussed in the analysis and conclusion of this article.

Key words: act of naming; male and non-heteronormative subjects; contemporary French language; representations; epi-linguistic speech; and homosexuality

Résumé

Sur la base de l'expérience et de l'observation du français courant contemporain lors d'un séjour linguistique de presque trois ans à Paris (en tant qu'hispanophone d'origine colombienne), nous avons observé l'utilisation d'un ensemble de nominations liées à ce qui est habituellement défini dans le langage courant comme " l'homosexualité masculine ". Nous nous sommes intéressés aux pratiques de nomination qui impliquent des sujets masculins qui ne sont pas inscrits, d'une manière ou d'une autre, dans la norme hétérosexuelle imposée par la société. Après avoir défini les cas les plus courants de nomination du sujet masculin non hétéronormatif dans le français courant contemporain, nous avons choisi d'étudier ce phénomène sous un angle " praxématique ", " pragmatique ", et " pragmatique ". L’angle "pragmatique", qui fait appel aux "connaissances épilinguistiques" et au "sentiment linguistique de 50 locuteurs du français contemporain à Paris". Cet angle d'étude nous a permis de mettre en évidence des caractéristiques fondamentales de ce phénomène, telles que : la banalisation de la nomination des sujets en question, la sexualisation et la pathologisation des comportements non hétéronormatifs, le parallélisme entre les étrangers, les femmes, les prostituées et les hommes homosexuels ou efféminés, l'influence de la culture anglaise et américaine, l'appropriation de certaines nominations pour se nommer soi-même, entre autres éléments que l'on retrouve dans l'analyse et la conclusion de cet article.

Mots-clés: acte de nomination; sujets masculin non hétéronormatifs; français courant contemporain; représentations; discours épi linguistique; homosexualité

INTRODUCCIÓN

Cada edad, cada clase tiene su propia manera de referirse a la misma cosa o de usar diferentes palabras para describir la misma cosa: el colegial dice maricón cuando el médico dice homosexual, la mujer dice anormal, el periodista dice invertido, el hombre fuerte dice afeminada sucia, el barman de Montmartre dice loca, etc. (Maurice Sachs, Alias, 1935, en Eribon et al., 2003, p. 355).

Basándonos en la experiencia y la observación del francés común contemporáneo durante una estancia lingüística de casi tres años en París (como hispanohablante de origen colombiano), observamos el uso de un conjunto de nominaciones relacionadas con lo que se define en el lenguaje común como la “homosexualidad” masculina. Ciertas nominaciones tales como: homosexuel, pédé, lopette o gay son muestra de la diversidad lingüística del francés para nombrar la homosexualidad masculina y de la recursividad de sus hablantes para ubicarse dentro de unos entramados de identidad, exclusión, segregación y existencia social. Nuestro interés se centró en la nominación de sujetos masculinos que, en cierto modo, no encajan en la norma heterosexual impuesta por la sociedad. Partimos de la idea de que "el lenguaje nunca es neutral, y los actos de nominación tienen efectos sociales: definen imágenes y representaciones" (Eribon, 1999, p. 23) que los sujetos hablantes hacen de sí mismos y de los demás.

Según Siblot (2004), aunque el verbo nombrar significa nombrar con un nombre, en el primer acto de atribución, así como en los usos posteriores del nombre, una nominación es la expresión de un posicionamiento dentro de la comunidad hablante, en su espacio discursivo. La nominación es, en efecto, un acto de lenguaje, un acto primario de cualquier producción de significado. Y nombrar ya es predicar sobre lo que se categoriza diciendo que existe y que es así como yo lo nombro (Siblot, 2001). Siblot (2004) afirma que una nominación no dice la 'verdad' de lo que estoy nombrando, sino la idea que yo me puedo hacer a partir de las relaciones que he establecido con el nombrado. Estas prácticas dependen de nuestro interés en el objeto nombrado. Así, el acto de nominación se refiere no solo al objeto nombrado, sino también a la posición del sujeto hacia este último: dime cómo tú nombras y te diré quién eres (Siblot, 2001). Este enfoque es fundamental para comprender las implicaciones reales, sociales y políticas de una nominación de un sujeto social.

Este artículo, en primer lugar, es el resultado de un trabajo que pretende tener el rigor de un proceso científico y, en segundo lugar, es un acto político con el objetivo de producir conocimientos útiles para la comprensión del papel de la lengua en la realidad de las minorías sexuales y de género en una sociedad, como la francesa. La situación de inferioridad desde el punto de vista social, político, jurídico y científico de los sujetos fuera de la norma, en cuanto a su sexualidad y género, ha cambiado mucho en las últimas décadas, en algunos territorios del mundo. Sin embargo, en el plano lingüístico, las investigaciones aún no han impulsado la teoría en algunas áreas que tienen efectos reales en la vida de los sujetos no heteronormativos. Los estudios lingüísticos pueden ser una herramienta relevante para construir nuevos conocimientos sobre cómo el lenguaje determina la realidad de estas minorías. Un enfoque lingüístico puede proporcionar conocimientos que tal vez podrían escapar al objeto de estudio de otras ciencias como la medicina, la historia, la sociología, etc. Cabe señalar que esta investigación se mantiene a nivel de lenguaje.

Afirmar que nuestro objeto de estudio es la nominación de los “homosexuales” en el francés común contemporáneo es una postura esencialista porque da por hecho que “los homosexuales” existen y que, luego, los hablantes eligen nombrarlos de una u otra manera. Esta investigación parte de una mirada más compleja en la que se entiende que es el lenguaje y sus nominaciones, los que construyen y definen la misma homosexualidad. La homosexualidad “no es solo una orientación sexual o una forma de vida puramente íntima” (Castañeda, 2013, p. 16); la orientación del deseo sexual es solo un aspecto de todas las implicaciones de ser construido como “homosexual” en la sociedad occidental moderna. A propósito,

en los años 90, se impuso en los campus americanos un pensamiento constructivista, según el cual la identidad homosexual es un invento de finales del siglo XIX, iniciado por los psiquiatras antes de ser adoptado por los propios homosexuales, ya sea por vergüenza o por estrategias de resistencia y reapropiación. (Castañeda, 2013, p. 16).

Por cierto, "es generalmente en nombre de Michel Foucault que se asocia la hipótesis de que la 'homosexualidad' no siempre ha existido" (Chauvin y Lerch, 2016, p. 15). Según Foucault (1976), "antes de la tematización de la homosexualidad en el discurso psiquiátrico de finales del siglo XIX, sólo existían actos homosexuales (o heterosexuales), sin identidad homosexual" (p. 59). Según Foucault (1976), "el sodomita era un ser enfermo, el homosexual es ahora una especie" (p. 59). Así, dado que la noción de homosexual es problemática, incluso esencialista, hemos adoptado un término que nos permitirá tener un enfoque de investigación más pertinente; el término en cuestión es heteronormativo. Según Le Robert (2017), este último está relacionado con heteronorma, que se refiere al predominio de las representaciones heterosexuales en la sociedad.

El término se originó a finales del siglo XX en los Estados Unidos, en un contexto feminista que surgió a raíz de la protesta al modelo heterosexual obligatorio y de la lucha por el reconocimiento de las desigualdades sociales de las mujeres y las minorías sexuales. Esta contestación se convirtió en un nuevo campo de estudio, ahora conocido como Estudios de género y la Sexualidad, cuyo objeto de estudio es “el sistema sexo/género”. Este sistema es el conjunto de disposiciones mediante los cuales una sociedad transforma la sexualidad biológica en productos de la actividad humana y en los que esas necesidades sexuales transformadas son satisfechas (Rubin, 2001). Así que el término heteronormativo nos permite considerar todas las nominaciones en cuestión como la expresión de un sistema género/género en la sociedad. Partimos de la idea de que el sexo tal como lo conocemos -identidad de género, deseo y fantasía sexual, concepciones de la infancia- es en sí mismo un producto social (Rubin, 2001). Y este producto social es una institución, a la que los estudios de género y sexualidad se refieren como “heterosexualidad obligatoria”. Según uno de los primeros teóricos en considerar la heterosexualidad como una institución que regula el sistema sexo/género, la heterosexualidad, al igual que la maternidad, debe ser reconocida y estudiada como una institución política (Rich, 1980). Este principio es fundamental para definir el enfoque de nuestra investigación. Nuestra primera hipótesis es que las nominaciones como pédale, lopette, o incluso gay, hacen parte de un sistema sexo/género, que determina, en alguna medida, las realidades de quienes son nombrados así.

Estado del Arte

Los estudios feministas, de género y de la sexualidad han atravesado todas las disciplinas de las ciencias humanas. Los estudios del lenguaje no han sido una excepción.

La investigación sobre el lenguaje y el género ha seguido la evolución general del pensamiento feminista, pasando de un paradigma esencialista que clasificaba a los hablantes en función de su sexo biológico a través de un periodo en el que se reconoció la importancia del concepto cultural de género junto con las dimensiones psicológicas sociales, hasta un enfoque construccionista social más dinámico. (Holmes, 1997, como se citó en Cheshire, 2004, p. 17).

La teoría feminista y de género ha demostrado en las últimas décadas que “la complejidad de la relación entre la variación lingüística y el género no puede ser captada por una única generalización basada en una división en "mujeres" y "hombres"” (Cheshire, 2004, p. 12). El sexo de los hablantes “no está directamente relacionado con el comportamiento lingüístico, sino que refleja una práctica social compleja” (Cheshire, 2004, p. 12). Los estudios feministas han demostrado que una identidad de género o sexual no tiene una relación lineal con un determinado comportamiento lingüístico. “Las categorías de identidad impuestas externamente tienen por lo menos tanto que ver con la propia posición identitaria del observador y sus intereses de poder como con cualquier tipo de realidad social objetivamente descriptible” (Buchotlz y Hall, 2005, p. 8).

Esta idea de identidad: “se entiende mejor como un resultado de los usos del lenguaje, más que como un elemento de análisis, las categorías tradicionales de identidad no son el motor del análisis y a menudo se invocan de forma oblicua, si es que se invocan” (Buchotlz y Hall, 2005, p. 9). El género y el sexo son el resultado del uso del lenguaje: “El sexo es una categorización biológica basada principalmente en el potencial reproductivo, mientras que el género es la construcción social del sexo biológico. El género se construye a partir del sexo biológico y exagera las diferencias biológicas” (Eckert y McConnell-Ginet, 2003, p. 11).

El género consiste en un patrón de relaciones que se desarrolla a lo largo del tiempo para definir lo masculino y lo femenino, la masculinidad y la feminidad, simultáneamente, estructurando y regulando las relaciones de las personas con la sociedad. (Eckert y McConnell-Ginet, 2003, p. 10).

Y es en esta regulación, estructuración y práctica que el lenguaje cumple un rol esencial. De hecho, “el género no es algo que tenemos, es algo que hacemos”, entre otras cosas, con el lenguaje.

Según Buchotlz y Hall (2005), todos los estudios del lenguaje y el género que insisten en “la diferencia como base de la identidad es la misma pretensión contra la que los estudiosos del lenguaje y el género de la lengua y el género llevan varios años trabajando en contra” (p. 12). Un marco teórico construido con base en estas diferencias sería “ilegitimo” (Buchotlz y Hall, 2005) Dentro de esta práctica social compleja, tanto el sexo como el género son productos de un mercado social que construye identidades y donde el lenguaje cumple una función primordial. Eckert y McConnell-Ginet (2003) llaman a este sistema de relaciones, “el mercado heterosexual”, “donde tanto chicas como chicos se encuentran a sí mismos dentro de un sistema estructural de evaluación social” (p. 13). Sin embargo:

No todo el mundo participa en el mercado heterosexual, y no todos los que participan en este mercado son heterosexuales. Este mercado es el medio por el que el orden social llega a presumir la heterosexualidad, marginando y convirtiendo en desviados a quienes no participan finalmente”. Así, “dado que la marcación implica una jerarquía, las diferencias entre los grupos se evalúan socialmente como desviaciones de una norma y, de hecho, como fracasos en la medida de una norma, como fallos a la hora de estar a la altura de una norma implícita o explícita. De ahí que esas diferencias se utilicen como justificación para la desigualdad social. (Buchotlz y Hall, 2005, p. 13).

Las desigualdades y las jerarquías no son un componente ajeno de las configuraciones del habla. De hecho, “las ideologías de género se socializan, se sostienen y se transforman a través del habla, especialmente a través de las prácticas verbales que se repiten innumerables veces en la vida de los miembros de los grupos sociales” (Ochs, 1992, p. 16). Esta relación entre lenguaje y género “está mediada por la relación del lenguaje con las posturas, los actos sociales, las actividades sociales y otras construcciones sociales” (Ochs, 1992, p. 16), las cuales, “no solo reflejan categorías preexistentes, sino que hacen parte de lo que construye y mantiene esas categorías” (Eckert y McConnell-Ginet, 2003, p. 13).

Ochs (1992) hace algunas precisiones sobre la relación lenguaje-género. Primero, esta relación “es no exclusiva”. Es decir “que a menudo las características variables del lenguaje pueden ser utilizadas por/con/para ambos sexos”. Segundo, “es constitutiva”, porque uno o más rasgos lingüísticos pueden indexar significados sociales (posturas, actos sociales, actividades sociales), “lo que a su vez ayuda a constituir significados de género”. Tercero, “es temporalmente trascendente”, ya que “las formas lingüísticas pueden ayudar a constituir concepciones locales de lo masculino y lo femenino en el momento en que se produce” y que además “trasciende el momento de la producción/percepción del enunciado”. Es decir, las relaciones entre el lenguaje y el género no pueden delimitarse a una sola dirección. Esta es una relación completa que se debe tener en cuenta en el momento de hacer estudios del lenguaje sobre el género y el sexo.

METODOLOGÍA

Primera encuesta y búsqueda lexicográfica

Con el fin de acercarnos a las nominaciones del sujeto masculino no heteronormativo en el francés contemporáneo, hemos realizado una encuesta con 50 hablantes de la lengua francesa en París en 2018 (Anexo A). La encuesta contaba únicamente con la siguiente pregunta: ¿qué palabras se utilizan hoy en día cuando queremos nombrar a alguien que siente atracción sexual y afecto hacia una persona del mismo "sexo" o "género"? El único criterio de selección de los participantes en esta primera encuesta fue el hecho de ser un hablante cuya lengua materna fuera el francés. Distribuimos la encuesta en bares, en casas de familia, en la universidad Sorbona de París, dentro de un grupo de repartidores de pizza, con unos jóvenes que jugaban baloncesto en un parque, con usuarios que visitan la biblioteca del centro LGBT en París y amigos cercanos.

La encuesta arrojó 16 nominaciones (Anexo A): pédé, homosexuel, homo, suceur de bite, gay, tantouze, être pédé comme un phoque, tapette, tafiole, travelo, pédale, efféminé, folle, enculé, follase, lopette et dépe. Hemos añadido a esta lista otras nominaciones de un diccionario electrónico llamado L'Abc de la Langue Française (s.f.). Este sitio es un diccionario de argot, francés popular y familiar, y presenta un conjunto de sinónimos (casi 200) de la palabra homosexual. Hemos seleccionado 12 nominaciones (por ejemplo: inverti, bougre, sodomite) que no fueron mencionadas por los encuestados pero que están ancladas en el francés contemporáneo. Esto se pudo determinar a partir de la experiencia de dos años de inmersión como hablante de francés en París. De esta manera, logramos observar 30 nominaciones sobre las que se ha construido el corpus de estudio de la nominación del sujeto masculino no heteronormativo en el francés común contemporáneo. Las 30 nominaciones con las que hemos construido el cuestionario de encuesta (Anexo B) son las siguientes: bardache, bougre, dépe, efféminé, enculé, fillette, fiotte, follase, folle, gay, homo, homosexuel, inverti, jésus, lopette, lécheur, passif, pédale, pédé, pétasse, sodomite, suceur, tafiole, tante, tantouse, tapette, tata, trans, travelo, uraniste.

El ángulo de estudio del corpus de investigación: lo praxemático, lo pragmático, desde los “saberes epilingüísticos” y el “sentimiento lingüístico”

Si partimos de la comprensión de Siblot (2001, 2004) de la nominación, nos enfrentamos a un complejo objeto de estudio que está muy cerca de las actitudes de los hablantes frente a su idioma. Aquí no podemos describir y explicar la nominación del sujeto masculino no heteronormativo del francés contemporáneo, sin pensar también en describir y explicar la relación de los nombradores y nombrados con este fenómeno lingüístico. Así pues, el ángulo de estudio que adoptamos para abordar estas 30 nominaciones del sujeto masculino no heteronormativo es praxemático, pragmático y apela a los “saberes epilingüísticos y al "sentimiento lingüístico" de los hablantes de una lengua.

Por un lado, "la praxemática analiza la nominación como la realización de dos actos discursivos simultáneos": la predicación de la existencia del objeto nombrado y la relación del nombrador con el objeto o la persona nombrada. Para la praxemática, "la nominación es una representación de la relación del sujeto con lo real" (Dufour, 2004, p. 159) y es esta perspectiva de análisis la que adoptamos aquí. La praxemática se define como:

El estudio de las producciones de sentido sin borrar de su análisis la existencia de sujetos hablantes y prácticas sociales; ha tomado la opción de una lingüística realista y antropológica según la cual el lenguaje se utiliza con fines prácticos. (Siblot, 2004, p. 19).

Es exactamente la descripción y el análisis de estos fines prácticos, que presuponen nominaciones como pédé, tapette, tafiole, enculé, etc., etc. En esta investigación concebimos la nominación como "una actividad de producción de significado relacionada con la praxis social" (Bres, 1998) y es por eso que una mirada praxemática guía la descripción y el análisis.

Por otro lado, la manera como abordamos nuestro objeto de estudio se centra en "el estudio del uso del idioma por los hablantes, en contraposición al estudio del sistema lingüístico" (Neveu, 2017, p. 111). Por esta razón, un ángulo de estudio pragmático también es pertinente para nuestra investigación. La pragmática:

Se interesa en los signos que sólo pueden ser interpretados en el contexto, y en la función accional del lenguaje, a través del estudio de lo que la filosofía analítica ha llamado actos de lenguaje. En otras palabras, la pragmática explica lo que significa el lenguaje verbal más allá de lo que las palabras significan literalmente. (Neveu, 2004, p. 236).

Este enfoque nos permite ver la nominación como un acto de lenguaje performativo y por eso lo encontramos relevante para nuestro estudio. La nominación desde un ángulo praxemático es un praxema, mientras que desde un ángulo pragmático es un acto de lenguaje. Tanto los praxemas como los actos de lenguaje son nociones útiles para entender la nominación como una praxis. Esta investigación no se inscribe dentro de los estudios estructuralistas de la lengua. Por ello, recurrimos a las nociones de “sentimiento lingüístico” y “saberes epilingüísticos”.

Ambas nociones nos permiten justificar nuestra ruta no estructuralista. Siouffi (2007) afirma que el "sentimiento lingüístico" es "fundamental para comprender nuestro modo de ser presente o futuro en un idioma" (p. 267). Ahora bien, aunque el "sentimiento lingüístico" se asocia muy a menudo con el término "epilingüística", Siouffi (2007) hace una distinción entre ambos. Mientras que el "sentimiento lingüístico" es la expresión, entre otras, de la "relación" de un hablante con su lengua, la "epilingüística" es más bien la expresión "metalingüística" que el hablante tiene sobre su lengua (Siouffi, 20007, p. 267). Interpretamos aquí ambas nociones como fenómenos espontáneos y "no especializados", pero la primera forma parte más bien de una relación hablante-lenguaje, mientras que la segunda se refiere a las "representaciones", "conocimientos" y expresiones "metalingüísticas" que el hablante tiene sobre su lenguaje. Según Siouffi (2007), el "sentimiento del lenguaje" va más allá de la "epilinguística", que implica representaciones (p. 276). Según Siouffi y Steuckardt (2007), "la lingüística debería permitirse alejarse de la problemática 'lógico-gramatical', para renovar su diálogo con lo pragmático y lo social" (p. 25).

Según Canut (1998):

Con el fin de integrar todos los juicios, evaluaciones y categorizaciones de los hablantes sobre las prácticas lingüísticas, algunos lingüistas han adoptado la forma de discurso epilingüístico, que, si bien va en contra de los presupuestos teóricos de Culioli (1990) introduce otra oposición: el conocimiento lingüístico (discurso sobre las propiedades formales del lenguaje relacionadas con la competencia lingüística) frente a las evaluaciones subjetivas de las lecturas que no implican ningún conocimiento lingüístico específico. (p. 18).

Para esta lingüista,

en las producciones epilingüísticas, debemos entender tanto el discurso metalingüístico en sentido estricto (discurso de los gramáticos, lingüistas, etc., que implica el distanciamiento, el conocimiento y la objetivación con respecto al objeto de la lengua) como el discurso evaluativo espontáneo de los hablantes (por ejemplo, "usted habla mal", "esta lengua es hermosa"). (p. 18).

Una concepción "lógico-gramatical" de la "nominación" nos habría impedido abordar las relaciones entre los nombradores y los nombrados del sujeto masculino no heteronormativo del francés contemporáneo.

La metodología del corpus de encuesta: "la encuesta sociolingüística"

Los métodos de encuesta más comunes en la lingüística y la sociolingüística se basan, para casi todos ellos, en dos medios principales de aproximación al campo. Por un lado, las entrevistas y, por otro, la herramienta que adoptamos aquí: los cuestionarios. Se "distribuyen a los informantes y se les pide que respondan: se trata de métodos que funcionan sobre las representaciones que los encuestados, en este caso los sujetos lingüísticos, tienen de sus prácticas lingüísticas" (Maurer, 1999, p. 115). Según Boukous (1999), los cuestionarios pueden adoptar dos formas: una forma estructurada y otra no estructurada. En esta investigación, hemos optado por un cuestionario estructurado, en el que las preguntas pueden ser semicerradas. En este caso, las preguntas son de opción múltiple, en las que se sugiere un conjunto de respuestas preestablecidas al sujeto, que elige entre las propuestas la que parece más coherente con su punto de vista. Las preguntas cerradas provocan una respuesta positiva o negativa del sujeto; las respuestas a estas preguntas se fijan de antemano.

Las preguntas de un cuestionario también pueden ser de dos tipos: las relacionadas con el contenido y las relacionadas con la forma. Las preguntas de contenido se dividen en preguntas de hecho y preguntas de opinión. Las preguntas de hecho se refieren a fenómenos observables; se trata de preguntas sobre el "sexo" y la edad del sujeto, o de preguntas como: ¿qué idiomas escribes? ¿Qué periódicos lees? Las preguntas de opinión, a veces llamadas preguntas psicológicas, tratan de opiniones, actitudes, motivaciones, representaciones de los sujetos, etc. Por ejemplo: "¿Crees que enseñar una lengua vernácula es útil?" (Boukous, 1999, p. 16). Dado que estamos tratando de establecer la relación entre un "observable" (por ejemplo, la nominación) y la actitud del hablante hacia ese "observable", ambos tipos de preguntas son pertinentes para la formulación de nuestro cuestionario. Así, construimos un cuestionario estructurado con preguntas cerradas y semicerradas que sondean a los participantes sobre sus actitudes, sentimientos y representaciones hacia un observable: un conjunto de nominaciones del sujeto masculino no heteronormativo del francés común contemporáneo.

Criterios de distribución del cuestionario: representatividad de la muestra y enfoque ético de la participación

Para garantizar la representatividad de un objeto lingüístico tan complejo como nominación del sujeto masculino no heteronormativo en el francés común contemporáneo hemos optado por distribuir nuestro cuestionario en algunas de las asociaciones parisinas que se ocupan de la lucha contra la homofobia, la transfobia, los derechos LGBTI, entre otros. Nos interesan este tipo de asociaciones por tres razones: la primera es porque sus miembros son normalmente personas que tienen una relación directa con la nominación en cuestión como nombradores o nombrados, mientras que en otros contextos podríamos encontrar hablantes que podrían estar en la posición del nombrador o de nombrado, pero no ambos al mismo tiempo.

La segunda se debe a la facilidad para encontrar hablantes del francés que tienen una relación directa en sus vidas con este tipo de nominaciones. Preguntar a los hablantes en la calle si están de acuerdo en participar en este tipo de encuesta es problemático porque el cuestionario está pensado para hablantes que tienen una relación próxima con estas nominaciones, como nombradores o como nombrados. La ley francesa prohíbe cuestionar a las personas sobre su identidad de género, sexual, origen, raza, etc. La tercera razón es porque esta investigación forma parte de un campo científico que trata de producir conocimientos científicos y rigurosos que puedan contribuir al bienestar de las minorías. Las asociaciones LGBTIQ+ son un espacio de lucha por una mejor calidad de vida de sus participantes. Por esta razón decidimos distribuir nuestro cuestionario en este espacio, con el propósito de comprender los entramados de la nominación del sujeto masculino no heteronormativo y generar un conocimiento nuevo y útil a su lucha. La distribución del cuestionario (Anexo B) se realizó en París, entre el mes de marzo y el mes de mayo de 2019.

RESULTADOS

El uso actual de las nominaciones según el saber epilingüístico de los hablantes encuestados

Según el saber epilingüístico de los encuestados, existe una diferencia entre las 30 nominaciones del sujeto masculino no heteronormativo, cuando nos referimos principalmente a su uso actual. Por ejemplo, las nominaciones bardache, bougre, fiotte, jésus, tafiole, uraniste et tantouze han entrado en desuso. Para los participantes de esta encuesta, el uso de estas nominaciones “ha perdido su significado y su pertinencia social en el francés común contemporáneo”. Existe otro grupo de nominaciones que tienen un uso corriente, pero su uso es más limitado a cierto tipo de población. Por ejemplo, la nominación dépe es común en los estudiantes de colegio, mientras que pétasse, como nominación del sujeto masculino no heteronormativo es poco común y tiende a ser usada por hombres que relacionan la prostitución femenina con la homosexualidad masculina. Tante, por ejemplo, todos los hablantes la entienden y conocen su significado figurado, sin embargo, en la actualidad, los jóvenes han remplazado este tipo de nominaciones por otras como lopette y pédé. En cuanto a las nominaciones más comunes y vigentes del francés contemporáneo, encontramos efféminé, enculé, folle, gay, homo, homosexuel, lopette, passif, pédale, pédé y tapette. Nuestra descripción y análisis girará principalmente en torno a las nominaciones más vigentes.

El significado de las nominaciones según los saberes epilingüísticos

En el caso de las nominaciones más comunes, los encuestados utilizaron sus saberes epilingüísticos para definir el significado de estas. Por ejemplo, aunque la nominación bougre no es muy usada en la actualidad, algunos encuestados expresaron que esta nominación evocaba a “una persona mezquina”, “un hombre o un tipo”. En el caso de dépe se dijo que era “maricón” y se mencionó el hecho de ser un fenómeno lingüístico llamado verlan. En cuanto a la muy utilizada nominación efeminé, varios participantes de la encuesta coincidieron en que esta significaba “casi una mujer”, “amanerado”, “un hombre que es femenino”, “que se comporta como una mujer”; “una persona que tiene modales cercanos a los de las mujeres” y un encuestado expresó que esta nominación tenía un “sentido neutro”. Enculé es otra de las nominaciones que se caracterizan por tener un uso muy corriente en el francés contemporáneo. Según los saberes epilingüísticos de los hablantes encuestados esta nominación significa “persona que se deja sodomizar”; “se refiere a un hombre homosexual y es un insulto (como puta, idiota, etc.)”; “puede ser sinónimo de hijo de puta” y es “usado para atacar directamente a una persona “gay” (“evidente carácter homófobo”).

En cuanto a las nominaciones fillette et fiotte, el 100 % de los encuestados coinciden en afirmar que ambas nominaciones sirven para nombrar a “un hombre afeminado”. Sin embargo, según estos saberes epilingüísticos, fiotte es más “un maricón”, “un ser humano con poca o ninguna virilidad”; “alguien cobarde y afeminado”; “alguien débil”, y que “es peyorativo”. Mientras que folasse es un “homosexual afeminado”; “un hombre amanerado y poco varonil”, “derivado de folle (loca), demasiado afeminado”. Esta nominación es “más grosera que folle”. La Folle es un “amanerado”, “un hombre afeminado”; “un hombre femenino fuertemente sospechoso de ser gay”; “un hombre con “feminidad” exacerbada”. Algo similar evoca la nominación lopette: “alguien que es cobarde y afeminado”; “insulto a un “gay” / énfasis en el carácter afeminado” o según algunos encuestados, “prostituta pagada o no pagada”. O la nominación tapette: “homo”; “persona afeminada"; "maricón, loca”.

La nominación gay, según estas fuentes de conocimiento, es una “palabra neutra” que se refiere a un “homosexual serio”; un “hombre en versión falsa”; “alguien que desee hacer y construir su vida con un hombre (anglicismo)”; “homosexual, es un término un poco más político, menos neutral que homo”; o una “etiqueta otorgada a un hombre que tiene una aventura amorosa con otro hombre”. La definición “persona que tiene sexo con una persona del mismo sexo” fue en un 100 % de los encuestados, asociada con la nominación homosexuel. Algunos participantes de la encuesta mencionaron que homosexuel “es una orientación sexual”. Aunque homo es “diminutivo de homosexual”, los encuestados agregaron algunos significados importantes: “identidad de una persona”; “un hombre que ama a los hombres, aunque este término puede utilizarse para las mujeres (aunque esto es más raro)”. Ahora, la nominación trans evoca “una persona que ha cambiado de sexo”; “una persona con los rasgos físicos de dos géneros”; o “una persona que es transgénero, que hace una elección para pasar de un género a otro (esto no significa necesariamente que la transición sea completa)”. En cuanto a travelo, se ha dicho que es “una persona que se traviste”; “una persona vestida de un género que no corresponde al suyo”; “travesti, peyorativo como tata, tantouze, etc.”; y es usado para “insultar a una persona trans”.

Aunque las nominaciones inverti, tante, tata y tantouze han perdido su uso en la actualidad, los hablantes reconocen su significado: Un inverti es un “homosexual”; una “persona tímida”; un “pederasta, homosexual (término antiguo)”. Una tante se refiere a “un hombre con una feminidad exacerbada” y es “diminutivo de tantouze”, “sinónimo de fiotte/folle/folasse, etc.”. En cuanto a la Tata, se dice que es “como tante”; un “homosexual (insulto)”. Mientras que tantouze es una nominación más “degradante” y significa igualmente “persona homosexual”. Otra de las nominaciones que los hablantes del francés contemporáneo encuestados aquí reconocen como un “insulto” (“a un hombre gay”) es la nominación pédale, que evoca a un “homo”, una “fiotte”. O, Tafiole, que significa igualmente “homo”; “persona afeminada”; o un “hombre con “feminidad” exacerbada”. En lo que respecta a una de las nominaciones más utilizadas en el francés contemporáneo, pédé, se afirmó que significa “un gay” y “se refiere peyorativamente a hombres homosexuales”.

A propósito de los saberes epilingüísticos de los encuestados, se comentó que la nominación lécheur se refiere a “alguien que lame pollas o culos”, mientras que la nominacion suceur es “alguien que chupa” o “alguien que chupa vergas”. Por su parte, pétasse evoca a alguien “que muestra su cuerpo”; o a “una persona con comportamiento insano”; “una mujer que culea sin elegir sus parejas, sinónimo de puta” y “puede ser utilizada para un homosexual (siempre lo femenino como el insulto supremo...)”. Por otro lado, la nominación passif, según estos saberes epilingüísticos, se refiere a “mujer en una relación homosexual”; o a alguien “que es penetrado”; a la “persona que le gusta que la sodomicen”; a un “hombre que recibe la penetración (a menudo en el sexo entre hombres)”. Esta última nominación comparte una similitud cercana con sodomite, que se refiere a “una persona que practica la sodomía” (uso peyorativo como los demás).

Reacciones de los nombrados hacia las nominaciones

El objetivo de esta investigación era describir y explicar la relación de los hablantes con todas las nominaciones en cuestión. En un primer momento, le solicitamos al encuestado que respondiera desde el lugar del nombrado. Con esto buscamos describir cómo se posiciona el hablante ante las nominaciones dadas cuando es él quien es nombrado. Sugerimos a los participantes de la encuesta evocar su sentimiento lingüístico para dar respuesta a las preguntas sugeridas por el cuestionario. A continuación, expondremos las reacciones de los encuestados frente a ciertas nominaciones:

Efféminé, enculé, fillette y folle (Figuras 1, 2, 3y 4): El 70 % de los encuestados permanecen indiferentes cuando se les nombra como efféminé; el 10 % se siente herido, el 10 % lo acepta y el 10 % reacciona mal. En cuanto a la nominación enculé, el 50 % permanece indiferente, el 30 % se siente herido, el 10 % se ríe y el 10 % siente que esta nominación los representa tal como son. El 60 % permanece indiferente a la nominación fillette, el 10 % se siente herido, el 10 % reacciona mal y el 10 % se ríe. Por otro lado, cuando son nominados como folle, el 30 % reacciona mal y el 20 % se siente herido; el 10 % se ríe y el 40 % permanece indiferente.

Figura 1 Reacción hacia la nominación efféminé. 

Figura 2 Reacción hacia la nominación enculé. 

Figura 3 Reacción hacia la nominación fillette 

Figura 4 Reacción hacia la nominación folle 

Gay, homo y homosexuel (Figuras 5, 6 y 7): En lo que respecta a las nominaciones gay, homo y homosexuel, algunos encuestados no eligieron ninguna de las opciones propuestas por el cuestionario. Indicaron que “no les gustaban las etiquetas” (10 %). En cuanto a la nominación gay, el 40 % permanece indiferente, el 10 % lo acepta, el 10 % se siente herido y el 10 % se ríe. El 50 % de los encuestados también permanecen indiferentes cuando son nominados como homo, el 10 % lo acepta, el 10 % se siente herido, el 10 % se ríe y el 10 % piensa que la palabra los representa muy bien. Además, el 50 % permanece indiferente a ser nombrado como homosexuel, el 20 % lo acepta, el 10 % cree que los representa tal como son, y el 10 % se ríe.

Figura 5 Reacción hacia la nominación gay 

Figura 6 Reacción hacia la nominación homo 

Figura 7 Reacción hacia la nominación homosexuel 

Inverti, lopette, Lécheur y suceur (Figuras 8, 9, 10 y 11): Los encuestados permanecen indiferentes frente a la nominación inverti (60 %), el 20 % reacciona mal, el 10 % siente que está siendo lastimado y el 10 % lo acepta. Cuando se les nombra como lopette, el 60 % permanece indiferente, el 20 % se ríe, el 10 % se siente representado y el 10 % reacciona mal. El 50 % de los encuestados se mantienen indiferentes cuando se les nombra como suceur o lécheur. El 30 % reacciona mal al ser nombrado como lécheur y el 20 % se siente herido al ser nombrado como lamedor. En cuanto a la nominación suceur, el 20 % la acepta y siente que está representado por esa palabra. El 30 % reacciona mal.

Figura 8 Reacción hacia la nominación Inverti 

Figura 9 Reacción hacia la nominación lopette 

Figura 10 Reacción hacia la nominación lecheur 

Figura 11 Reacción hacia la nominación suceur 

Passif, pédé, trans y travelo (Figuras 12, 13, 14 y 15): El 70 % de los encuestados permanecen indiferentes cuando se les nombra como passif, el 10 % piensa que esta nominación les representa tal y como son, el 10 % se ríe y el 10 % se siente herido por esta nominalización. Por otro lado, cuando los encuestados son nombrados como pédé, reaccionan de manera diferente: el 20 % reacciona mal, el 40 % permanece indiferente y el 40 % se siente herido por la nominalización. En cuanto a las nominaciones trans y travelo, el 80 % permanece indiferente y el 20 % se ríe.

Figura 12 Reacción hacia la nominación passif 

Figura 13 Reacción hacia la nominación pédé 

Figura 14 Reacción hacia la nominación trans 

Figura 15 Reacción hacia la nominación travelo 

Tapette, tafiole, pedale y pétasse (Figuras 16, 17, 18 y 19): El 70 % de los encuestados se mantienen indiferentes frente a las nominaciones tapette y tafiole. El 10 % se ríe y el 20 % reacciona mal frente a la nominación tapette. En cuanto a la nominación tafiole, el 10 % se ríe, el 10 % reacciona mal y el 10 % se siente herido. Cuando se les nombra como pedale, el 60 % permanece indiferente, el 15 % se siente mal, el 10 % se ríe y el 15 % reacciona mal. En cuanto a la nominación pétasse, el 40 % permanece indiferente, otro 40 % se siente mal, un 10 % se ríe y otro 10 % reacciona mal.

Figura 16 Reacción hacia la nominación tapette 

Figura 17 Reacción hacia la nominación tafiole 

Figura 18 Reacción hacia la nominación pédale 

Figura 19 Reacción hacia la nominación pétasse 

Reacciones de los nombradores frente a otros nombradores de la comunidad de hablantes

En este caso, el objetivo es describir y explicar la nominación de acuerdo con la posición del hablante en relación con otros nombradores. Si bien algunos encuestados insistieron en que “depende del contexto” y otros afirmaron que “no tienen el tiempo de pelearse con todo el mundo”, otros toman postura cuando ven que alguien nombra a otra persona con una de las nominaciones propuestas. Por ejemplo, un 25 % de los encuestados se ríe cuando alguien utiliza nombres como fillette, fiote, folasse, jésus, pédale, pétasse, tafiole, tante, tata, tantouze o tapette. Un 15 % reacciona mal cuando se trata de nominaciones como inverti, pédé, pédale, enculé, passif, lopette, sodomite, suceur o tapette. Por otro lado, cuando alguien nombra a otro alguien como gay, homo o homosexuel, el 50 % de los encuestados piensa que el nombrador está haciendo lo correcto. Un 10 % de los encuestados no hace nada frente a alguien que nombra a otros con este tipo de nominaciones porque siente que todos tenemos el derecho de usar estas palabras. Este es el caso de nominaciones como uraniste, bardache, bougre, dépe, efféminé, jésus, sodomite, inverti y lécheur. Los encuestados también piensan que cuando alguien usa tales nominaciones como enculé, folasse, pédé, travelo, folle, pétasse, lécheur y efféminé, están siendo violentos, pero no hacen nada al respecto (Tabla 1).

Tabla 1 Reacciones de los nombradores frente a otros nombradores 

Me rio cuando un nombrador usa las siguientes nominaciones: Reacciono mal cuando un nombrador usa las siguientes nominaciones: Pienso que el nombrador está haciendo lo correcto cuando usa las siguientes nominaciones: No hago nada cuando un nombrador usa las siguientes nominaciones: Pienso que el nombrador es violento cuando un nombrador usa las siguientes nominaciones:
fillette, fiote, folasse, jésus, pédale, pétasse, tafiole, tante, tata, tantouze y tapette. inverti, pédé, pédale, enculé, passif, lopette, sodomite, suceur y tapette gay, homo u homosexuel bardache, bougre, dépe, efféminé, jésus, sodomite, inverti y lécheur enculé, folasse, pédé, travelo, folle, pétasse, lécheur y efféminé

Nombrarse a sí mismo

Cuando preguntamos a los encuestados sobre cómo se nombran a sí mismos, las respuestas fueron variadas. Un 63 % de los encuestados no usan ninguna nominación para nombrarse (Figura 20). Las nominaciones como gay, homo y homosexuel son las más utilizadas por los encuestados cuando se trata de nombrarse a sí mismos (30 %) (Figura 20). Un 5 % se nombra a sí mismo como pédé. Las nominaciones como efféminé, passif, trans, dépe, enculé, pédale, pédé, lécheur y suceur se utilizan poco cuando se trata de nombrarse a sí mismo (un 2 % de los encuestados) (Figura 20). Por otro lado, la mayoría de los hablantes que participaron en este estudio no tienen el hábito de nombrar a otros con ninguna de las nominaciones propuestas aquí (Figura 20). Un 75 % de los encuestados dijo que nunca nombra a nadie con este tipo de palabras. Las nominaciones gay, homo y homosexuel son las más comunes para nombrar al otro (19 %) (Figura 20). Y un número más limitado de hablantes a veces nombra al otro como dépe, enculé, pédale, pédé, passif, suceur y trans (6 %) (Figura 20).

Figura 20 Nombrarse a sí mismo 

Al 32 % de los participantes de la encuesta no les agradan las nominaciones como uraniste, tafiole, efféminé, folle, gay, lopette, suceur, tante, tantouze y tata (Figura 21). Sin embargo, las nominaciones que evocan un mayor rechazo entre los encuestados son: fillette, fiotte, folasse, inverti, pédale, pédé, pétasse, sodomite, tapette, travelo y enculé (45 %) (Figura 21). Otros encuestados (57 %) solo toleran las nominaciones como gay, homo o homosexuel, mientras que un número significativo de encuestados no tolera ninguna de estas palabras (69 %) (Figura 21). Cuando algunos hablantes quieren hacer una broma, a veces usan nominaciones como enculé, folle, folasse, pédé o pétasse (17 %) (Figura 21). Además, según los hablantes encuestados, nominaciones como bardache, bougre, inverti, jésus, uraniste, travelo, passif y lécheur ya no se utilizan en el lenguaje cotidiano (91 %) (Figura 21). Cuando preguntamos a los encuestados si creían que podían legitimar a alguien a través de una de las nominaciones propuestas, la mayoría no se atrevió a responder a la pregunta (89 %) (Figura 21). Únicamente el 11 % dijo que es posible legitimar a alguien con nominaciones como gay, homo o homosexual (Figura 21).

Figura 21 Nombrar al otro 

ANÁLISIS Y DISCUSIÓN

Análisis praxemático y pragmático de la nominación del sujeto masculino no heteronormativo

Realizaremos este análisis a partir de los comentarios epilingüísticos hechos por los 50 hablantes encuestados, en relación con el significado de las nominaciones en cuestión. Estos comentarios serán presentados entre comillas y dialogarán con la interpretación del investigador, desde una mirada pragmática y praxemática. A continuación, se analizarán algunas de las nominaciones de este estudio:

La nominación effeminé se utiliza para nombrar a “un hombre que es femenino”, es decir, que “se comporta como una mujer” o que es “amanerado”. Esta nominación expresa la exacerbada diferenciación de dos sexos: masculino y femenino. Se supone que el macho debe encarnar los atributos masculinos y la hembra debe encarnar los atributos femeninos. Por lo tanto, la consecuencia de esta nominación en el llamado “afeminado” se ve en el hecho de recordarle a este último que se encuentra fuera de la norma social de sexo/género. Este “sistema de sexo /género” naturaliza esta diferencia y patologiza lo que no puede incluirse en ninguna de las dos formas de la convención social. Sin embargo, los estudios sobre el género y la sexualidad, que se han venido desarrollando desde finales del siglo XX, han demostrado que el género, e incluso el sexo, es una construcción cultural de la sociedad (Rubin, 2001, p. 14). Por eso, esta nominación sigue siendo un acto sistemático para naturalizar una diferencia que no es natural, sino cultural, como lo es el género.

La nominación enculé se refiere a la imagen del “culo”; esta nominación se focaliza en esta parte del cuerpo de la persona nombrada por dicha nominación. ¿Por qué esta parte del cuerpo es la fuente de significado de esta nominación? Un enculé es “una persona que es sodomizada” y por extensión se refiere a “un hombre homosexual”. El significado y el imaginario que transmite esta nominación es que los homosexuales, sobre todo, se dejan sodomizar. Cabe señalar que, en el imaginario social, el culo y la sodomía están investidos de una carga semántica negativa. Por eso esta nominación se ha convertido en un insulto. Así, el efecto producido por esta nominación es sexualizar de forma exacerbada una parte del cuerpo de la persona nombrada, recordándole que la sociedad tiene el derecho de nombrar lo que está fuera de lo heteronormativo.

La cobardía atribuida a lo femenino y el desprecio de esta condición, comparada con la masculina, están muy presentes en las siguientes nominaciones: fillette, fiotte y lopette. Fillette se refiere a una “chica joven” y por extensión significa peyorativamente “hombre afeminado”; fiotte se refiere a un “hombre afeminado, no varonil, y cobarde”; y lopette “es alguien que es cobarde y afeminado” o por extensión “hombre gay”. Estas tres nominaciones del sujeto masculino no heteronormativo, en el francés común contemporáneo, son un ejemplo del poder de los hombres privilegiados y de la sociedad patriarcal para nombrar al otro. Recordemos que nombrar es, entre otras cosas, dar el punto de vista que uno tiene sobre la cosa que se está nombrando. Este tipo de nominación como fillette, fiotte o lopette, seguramente tiene un origen “patriarcal”, cuando los “hombres” privilegiados han ejercido su poder de nombrar todo lo que les rodeaba, especialmente lo que nombraban como femenino. Sin embargo, la pregunta que surge aquí es la siguiente: ¿por qué el significado y el imaginario femenino se suele asociar al insulto? ¿Cómo se producen estos cambios de significado en las palabras? ¿Cuál es la relación entre mujer y homosexual o entre ser cobarde y ser homosexual? Las conexiones pueden ser difíciles de hacer, pero el hecho es que este cambio de significado (de lo femenino hacia el insulto) es el resultado del sistema sexo/género heteronormativo que regula la sociedad.

Las nominaciones folle y folasse son también dos nominaciones que se mantienen en el nivel semántico de desprecio por lo femenino, a lo que se añade un fondo de desequilibrio mental. Un sujeto masculino no heteronormativo nombrado como folle es un “hombre afeminado”, y por extensión “un hombre homosexual”. Folasse también se refiere a “un hombre afeminado”, pero esto es “más violento que folle”. Esta nominación está construida con un sufijo peyorativo -asse. Esta nominación recuerda a los nominados el lugar que la sociedad asigna a la conducta no heterosexual, clasificándola en el imaginario de los desequilibrios mentales. Este es también el caso de la nominación inverti, el cual ya ha entrado en desuso en el lenguaje cotidiano. Designa a “un pederasta” y por extensión “un homosexual” (Analyse et traitement informatique de la langue française, s.f.).

La nominación passif es otro ejemplo de una nominación en el que la persona nombrada es un sujeto de una sociedad “patriarcal” y heteronormativa. Se refiere a “la mujer en una relación gay” o “el que es penetrado”. Esta nominación refleja la lectura heterosexual de las relaciones no heterosexuales. El significado y el imaginario que se transmiten por este tipo de nominación permanecen en el nivel semántico de dominación en las relaciones sexuales y la vida de pareja: lo actif es dominante y lo passif es dominado. Esta nominación es muy performativa e integra lo femenino y las mujeres en el imaginario de los dominados y los pasivos. También es una práctica de lenguaje heteronormativa.

Las nominaciones pédé, pédale y sodomite se refieren a la homosexualidad como una patología. Pédé, una de las nominaciones más comunes en el francés contemporáneo, proviene de la palabra “pédéraste”, que significa “el que ama a los jóvenes” (Rey, 2006). Pédale es un juego de palabras entre pédéraste y sodomite, y significa “una persona que practica la sodomía”. Por extensión, estas tres nominaciones se refieren a los “homosexuales” y los insertan en un imaginario patológico, históricamente castigado por la ley y la sociedad. Aunque la sodomía ya no es castigada por la ley francesa, el imaginario transmitido por una nominación como sodomite recuerda a las personas nombradas y a la sociedad, en nombre de un discurso hetero-normativo, el lugar del sujeto masculino no heteronormativo en el francés común contemporáneo. De esta manera, en términos de lenguaje, el sujeto masculino no heteronormativo siempre termina siendo castigado.

Otras nominaciones como trans o travelo son también el resultado de una lógica heteronormativa. Trans es el diminutivo de transexual. Según los hablantes que participaron en la encuesta, trans se refiere a la persona “que ha cambiado de sexo” o “que ha tomado la decisión de pasar de un género a otro”. El término se refiere al verbo transitar de un lugar a otro. Nos recuerda que, a nivel de género y sexo, solo hay dos puntos de partida: el macho y la hembra. Por lo tanto, una persona que no se identifique con ninguno de estos dos puntos estaría en transición. En cuanto a la nominación travelo, se refiere a un “travestido” o “una persona vestida con un género que no corresponde con el suyo”. Así, el lenguaje heteronormativo logra nombrar cada comportamiento y cada forma que no corresponde a la norma impuesta, con el fin de no permitir, al menos a nivel de significado e imaginación, construir nuevas realidades.

Las nominaciones de homosexuel y homo están entre las más comunes en el francés común contemporáneo. Homosexuel significa “una persona que tiene relaciones sexuales con una persona del mismo sexo” y homo es “el diminutivo de homosexuel". Esta apócope data de 1964 (Colin et al., 2010). Según algunos hablantes encuestados, homo es “la identidad de una persona”. Este sentimiento lingüístico señala un cambio que se remonta a finales del siglo XX, cuando ciertos movimientos sociales se reapropiaron de palabras como homosexuel y homo para construir una nueva identidad. Por primera vez en la historia occidental (Estados Unidos y Europa), los sujetos masculinos no heterosexuales querían nombrarse a sí mismos y no ser nombrados por otros. Aunque la palabra homosexual solo apareció en el idioma francés a finales del siglo XIX, su reapropiación como una identidad no tuvo lugar hasta la segunda mitad del siglo XX. La historia de la palabra está muy cerca del contexto médico, psiquiátrico y legal que hizo de la homosexualidad un objeto reconocible para la ciencia occidental (Eribon et al., 2003). Así pues, aunque algunas personas se han apropiado nuevamente de estas nominaciones para expresar su “orgullo”, todavía existe un significado imaginario y médico y patológico en torno a estas nominaciones.

Sin embargo, la nominación que expresa el orgullo y la reapropiación del derecho a llamarse como se quiera (en el mundo occidental) es la nominación gay (Eribon et al., 2003). Fuera del contexto estadounidense, esta nominación se ha extendido en el mundo occidental desde la segunda mitad del siglo XX (Le Robert, 2017). Según los hablantes encuestados aquí, es “una palabra neutra”, que significa “un homosexual serio” o “un hombre que desea hacer y construir su vida con un hombre”. Para ellos, este “es un término un poco más político” comparado con las nominaciones homosexuel y homo. A partir de los resultados de nuestra encuesta, tenemos la impresión de que la nominación gay, al menos en términos de lenguaje, normaliza y da un estatus diferente a los nombrados. Sin embargo, la nominación gay no es aceptada al 100 %. Algunos rechazan el hecho de que sea un anglicismo y otros rechazan el hecho de que siga siendo “una etiqueta pegada a un hombre que tiene una aventura amorosa con otro hombre”.

La sexualización de los imaginarios sobre el sujeto masculino no heteronormativo

Hemos notado una tendencia, a nivel de los componentes semánticos de las nominaciones, principalmente en lo concerniente a los elementos sexuales. Llamamos a este fenómeno la sexualización exacerbada de una forma de sexualidad en relación con otra. En este caso, “sexualidades no heteronormativas” en relación con la norma: la heterosexualidad. En el imaginario heterosexual (que no es parte de nuestro objeto de estudio), también hay una tendencia a sexualizar mucho más a las mujeres y a nombrarlas como objetos sexuales. Es el caso de todas las nominaciones que nombran a las mujeres como prostitutas, es el caso de pétasse. Por otro lado, sin haber hecho ninguna investigación sobre el tema, tenemos el sentimiento lingüístico de que no existen tantas nominaciones para sexualizar a los hombres heterosexuales (o al menos a los hombres blancos occidentales privilegiados)1.

Podemos ver esta tendencia a la sexualización en la nominación del sujeto masculino no heteronormativo en el francés común contemporáneo, especialmente en las tres nominaciones siguientes: tapette, suceur, lécheur y pétasse. La nominación tapette se refiere a la palabra tape, que “se utiliza para nombrar un golpe dado con la palma de la mano”. Un primer significado de tapette tiene un valor diminutivo: “pequeño golpe” (Rey, 2006). Sin embargo, por extensión, el verbo taper adquiere una connotación sexual y comienza a referirse al hecho de tener una relación sexual con alguien (tener sexo con alguien / culear). Se convierte entonces en una palabra vulgar y familiar que significa “homosexual afeminado u homosexual pasivo” (Le Robert, 2017). Los participantes de nuestra encuesta también consideran que tapette significa “homosexual afeminado”. Este fenómeno, que la semántica podría llamar “transformación de significado”, lo llamamos aquí la sexualización del sujeto masculino no heteronormativo. ¿Por qué una palabra que se usaba para nombrar “un golpe dado con la palma de la mano” o “culear” se convierte en una nominación del sujeto masculino no heteronormativo en el francés común contemporáneo? Esta nominación tiene dos funciones: patologizar al nombrado con base en su relación con lo femenino (efféminé) y resaltar su sexualidad dentro de una comunidad de hablantes. En otras palabras, el propósito de esta nominación es burlarse de la sexualidad del nombrado y exacerbar su comportamiento sexual de manera pública.

En cuanto a la nominación lécheur, la sexualización del sujeto masculino no heteronormativo también está muy presente. El significado primario de la palabra es “el que lame” y por analogía “el que le gusta besar” (Analyse et traitement informatique de la langue française, s.f.). Según Le Robert (2017), es un término peyorativo que se refiere a la acción de chupar y lamer: “lamer el culo”. Hasta donde sabemos, ningún diccionario de francés histórico, contemporáneo o de jerga menciona que esta palabra pueda nombrar a un sujeto masculino no heterosexual. Sin embargo, durante nuestra primera aproximación al tema (primera encuesta), algunos hablantes afirmaron que esta palabra se utiliza para referirse a quien experimenta atracción sexual y afecto hacia una persona del mismo sexo o género. Nos parece que este cambio de significado se debe a la exacerbación de la sexualización del sujeto masculino no heteronormativo y a la trivialización de la nominación de dicho sujeto.

Según el Analyse et traitement informatique de la langue française (s.f.), una nominación como suceur define “una persona que chupa algo, o que ejerce la acción de chupar algo” y por extensión, “una persona que realiza una felación” (Analyse et traitement informatique de la langue française, s.f.). En el Dictionnaire de l'Argot et du Français populaire, no hay una entrada suceur, pero la forma femenina de suceuse está presente. Uno de los significados es: “mujer que realiza una felación” (Colin et al., 2010). Parece que el significado de esta palabra como homosexual no está convencionalizado aún, al menos por las fuentes bibliográficas y digitales que hemos abordado para este estudio. Esta palabra proviene de nuestra primera encuesta realizada en París en 2018, en la que pedimos a los informantes que nos dijeran todas las palabras que conocieran para nombrar a las personas que se sienten sexualmente atraídas por personas de su propio sexo. Varios informantes respondieron: “suceur”. Esto nos hace pensar que este cambio de significado se debe a la sexualización en el imaginario social de los sujetos masculinos no heteronormativos.

La nominación pétasse es otra nominación que tiene que ver con la sexualización de sujetos masculinos no heteronormativos en el francés común contemporáneo (de péter y sufijo -asse). Es una palabra vulgar que significa "prostituta" (Le Robert, 2017). Tenemos la impresión de que el significado de esta palabra como “homosexual” no está convencionalizado, al menos por las fuentes bibliográficas y numéricas que hemos abordado para este estudio. Esta palabra también proviene de nuestra primera encuesta, realizada en París en 2018, en la que pedimos a los informantes que nos dijeran todas las palabras que conocen para nombrar a las personas que se sienten sexualmente atraídas por personas de su propio sexo. Uno de los informantes respondió: “pétasse”. Pensamos que este cambio de significado se debe a la sexualización en el imaginario social de los sujetos masculinos no heteronormativos y también al paralelismo de las mujeres y los hombres no heteronormativos a la hora de nombrarlos. Esta nominación manifiesta un control del derecho a nombrar al otro no heteronormativo.

CONCLUSIÓN

Explorar la relación que los nombradores tienen con las nominaciones y los nombrados, al igual que la relación de los nombrados con las nominaciones y los nombradores, resultó ser una elección metodológica muy pertinente, ya que nos permitió describir este fenómeno lingüístico de una manera no estructuralista. Los resultados que hemos presentado en este artículo son una respuesta praxemática y pragmática al cuestionamiento inicial de esta investigación. Según los comentarios epilingüísticos y que apelan al sentimiento lingüístico de los hablantes encuestados aquí, se pudo evidenciar que en el francés contemporáneo existe: una práctica sistemática de categorización de todas las conductas sexuales y de género de los sujetos no heteronormativos; el deseo de reapropiarse de las palabras y de nombrarse a sí mismo desde la segunda mitad del siglo XX; el rechazo de ser nombrado por otro, porque las nominaciones se consideran etiquetas innecesarias; la sexualización de los sujetos masculinos no heteronormativos y, por último, la banalización y lexicalización de las nominaciones como insultos cotidianos. Esto nos lleva a preguntarnos: ¿Existe una categorización representativa de la nominación del sujeto masculino no heteronormativo en el francés común contemporáneo?

Una forma de continuar esta investigación es abordar también la nominación de sujetos femeninos no heteronormativos. Nos parece que las nominaciones como gouine, lesbienne, saph, o tribade son el resultado de una práctica específica que merece ser analizada. Por último, los estudios lingüísticos sobre las prácticas de nominación son un campo científico que puede contribuir, entre otras cosas, a la lucha contra la opresión social de las minorías. Las reflexiones sobre el acceso al derecho a nombrar, el hecho de ser nombrado por otros, la relación nombre-realidad o la forma de nombrarse a sí mismo pueden mejorar la vida cotidiana de los hablantes de una lengua.

En una sociedad heteronormativa, cuyos nombradores son predominantemente hombres heterosexuales privilegiados, puede ser que los hombres no heteronormativos sean nombrados por cualquiera en cualquier momento. Esto asegura una frecuencia de aparición de la nominación, tanto que las posibilidades de lexicalizarse fácilmente con otro significado son muy probables. Este es el caso del insulto enculé como sinónimo de connard (hijo de puta). Mientras las personas nombradas no tengan acceso al derecho de nombrarse a sí mismas o de reaccionar ante los nombradores, las trivializaciones y los tránsitos de significado hacia los insultos, estas prácticas continuarán existiendo en el idioma francés.

Hemos identificado que el significado de algunas nominaciones como “homosexuel” no es fijo. Su significado transita a otros dominios semánticos, muy a menudo peyorativos, y que forman insultos muy comunes en la lengua francesa actual. Es el caso de la nominación enculé, que se ha convertido en un insulto muy común, “una palabra sucia sinónimo de connard (hijo de puta) o bâtard (bastardo)”. Parece que este tipo de cambios de significado tiene algo que ver con la banalización de algunos nombrados de la sociedad y el acceso al derecho a posicionarse como nombrador en una comunidad de hablantes.

Otro ámbito en el que los resultados de esta investigación podrían ser aplicados sería en el campo de la enseñanza-aprendizaje del francés. La manera como hemos abordado estas nominaciones ha dado lugar a un conocimiento que puede ayudar a los estudiantes de francés (como segunda lengua) a desarrollar no solamente una competencia lingüística, sino también una competencia sociolingüística y pragmática, muchas veces relegada en los procesos de aprendizaje de una segunda lengua. Igualmente, los resultados de esta investigación pueden ayudar a los estudiantes hispanohablantes a reconocer en el francés aspectos sociales e históricos muy importantes. De igual manera, un estudiante de francés podrá establecer comparaciones interculturales entre el francés y el español, en cuanto al uso del lenguaje, cuando quien está en juego es una minoría social.

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Notas:

1Aunque no es nuestro tema de estudio, creemos que es importante señalar que, entre los hombres heterosexuales, también hay ciertos tipos de sexualización. Pensamos que, en términos de lenguaje, es más común encontrar nominaciones para nombrar y sexualizar a hombres de otras etnias (no europeas). Por ejemplo, este es el caso de la sexualización exacerbada del hombre afrodescendiente.

ANEXOS

Anexo A. ENCUESTA 1

Encuesta realizada como parte de una investigación de M2 en lengua francesa, sobre las nominaciones que configuran la idea de la homosexualidad masculina en el francés contemporáneo. El propósito de esta encuesta es recoger sus comentarios sobre la siguiente pregunta:

1. ¿Qué palabras se utilizan actualmente en francés para referirse a una persona que siente atracción sexual y/o afecto por una persona del mismo sexo o género?

Por favor, escriba todas las palabras que conozca aquí:

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¡Muchas gracias por su participación!

Christian Patino Alzate

Estudiante de M2 en Lengua Francesa

Universidad Sorbona

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Anexo B

Cuestionario de investigación

Pregunta 1

Pregunta 2

Pregunta 3

Pregunta 4

Pregunta 5

Pregunta 6

Recibido: 26 de Junio de 2020; Aprobado: 09 de Marzo de 2021

2

Profesor de francés de la Alianza Francesa de Bogotá, Colombia. Master en lengua francesa de la Universidad Sorbona de Paris. Sus intereses académicos incluyen los estudios del sexo, la sexualidad, el género y los procesos coloniales desde una perspectiva lingüística.

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