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Lenguaje

versão impressa ISSN 0120-3479versão On-line ISSN 2539-3804

Leng. vol.50 no.1 Cali jan./jun. 2022  Epub 18-Jan-2022

https://doi.org/10.25100/lenguaje.v50i1.11470 

Artículo

Las teleseries como corpus para el estudio sociopragmático del diminutivo en español

The television series as a corpus for the sociopragmatic study of the diminutive in Spanish

La télésérie comme corpus pour l’étude sociopragmatique du diminutif en espagnol

1 Universidad Sun Yat-sen. Guangzhou, China. Correo electrónico: hujy73@mail.sysu.edu.cn


Resumen

El diminutivo, cuyo contenido conceptual y valor pragmático se encuentra mucho más allá de la mera referencia al concepto de ‘pequeño’, es un complejo fenómeno gramatical y pragmático muy utilizado en la lengua española. A través de un corpus oral formado por las teleseries en el último lustro (2014-2019) en España, México, Colombia, Argentina y Chile, se ha analizado este fenómeno desde un punto de vista morfológico, pragmático y sociolingüístico. En la confección del corpus, se ha tenido en cuenta la factibilidad de utilizar los medios audiovisuales como corpus de referencia en cuanto a la inmediatez, la distancia comunicativa y la oralidad simuladora; también se han tomado en consideración el criterio de delimitación de las zonas de habla hispana y la teoría sobre el estudio de interacción comunicativa. El resultado, fruto del análisis de este corpus, refleja la característica multifuncional y la variedad sociolectal y generacional del diminutivo, además de constatar su capacidad de adjuntarse a diferentes categorías léxicas. Por lo que respecta a los aspectos socioculturales del diminutivo, en cuanto a las variables de sexo, y se ha observado respectivamente una ligera predominancia en favor del sexo femenino y de un estrato socioeconómico inferior. Con respecto a la edad, se ha mostrado un equilibrio entre diferentes generaciones.

Palabras clave: diminutivo; español; corpus; sociopragmático; teleseries

Abstract

The diminutive is a complex grammatical phenomenon widely used in Spanish. The concepts and the expressions that make up the diminutive and guide its use go far beyond mere references to “small” size. Through an oral corpus composed of television series produced and aired in the last five years (2014-2019) in Spain, Mexico, Colombia, Argentina and Chile, the use of the diminutive has been analyzed from a morphological, pragmatic and sociolinguistic point of view. In the preparation of the corpus, the feasibility of using audiovisual media as a reference corpus has been taken into account in terms of immediacy, communicative distance and simulative orality. In turn, the delimitation criterion of Spanish-speaking areas and the theory on the study of communicative interaction are also part of the methodological and theoretical frameworks. The result of the analysis of the aforementioned corpus reflects the multifunctional characteristics of the diminutive as well as the sociolect and generational variation seen in its use. We have confirmed the viability of diminutive attachment to different lexical categories. Regarding the sociocultural aspects of the diminutive as it relates to variables of sex and social class, a slight predominance of use has been observed in female speakers and in those from lower socioeconomic classes respectively. Regarding the generational variable, a balance in use among different age groups has been identified.

Key words: diminutive; Spanish; corpus; sociopragmatic; television series

Résumé

Le diminutif, dont le contenu conceptuel et la valeur pragmatique dépassent de loin la simple référence au concept de « petit », est un phénomène grammatical et pragmatique complexe largement utilisé dans la langue espagnole. À travers un corpus oral constitué par des feuilletons au cours des cinq dernières années (2014-2019) en Espagne, au Mexique, en Colombie, en Argentine et au Chili, ce phénomène est analysé d’un point de vue morphologique, pragmatique et sociolinguistique. En ce qui concerne la préparation du corpus, la faisabilité d’utiliser les médias audiovisuels comme corpus de référence a été prise en compte en termes d’immédiateté, de distance communicative et de simulation d’oralité. Le critère de délimitation des espaces hispanophones et la théorie sur l’étude de l’interaction communicative ont également été pris en considération. Le résultat, fruit de l’analyse de ce corpus, reflète le caractère multifonctionnel et la variété sociolectale et générationnelle du diminutif, en plus de vérifier sa capacité à s’attacher à différentes catégories lexicales. En ce qui concerne les aspects socioculturels du diminutif, au niveau des variables sexe et stratification sociale, l’on observe respectivement une légère prédominance d’usage en faveur du sexe féminin et d’une couche socio-économique inférieure. En ce qui concerne l’âge, un équilibre entre les différentes générations est mis en évidence.

Mots-clés: diminutif; espagnol; corpus; sociopragmatique; séries télévisées

INTRODUCCIÓN

En español, el uso del diminutivo es amplísimo y desempeña un papel muy relevante en las conversaciones cotidianas tanto en España como en Hispanoamérica. Los diminutivos pertenecen a la categoría de sufijos apreciativos (otros son aumentativos y despectivos), su empleo transmite -generalmente- la idea de que el tamaño es más reducido que el promedio. Sin embargo, además de este valor nocional, presentan otras funciones semánticas o pragmáticas relacionadas con la emoción que otorguemos al objeto o a la persona referidos, tales como afectividad, cortesía, ironía y menosprecio. Desde la óptica sociopragmática, la función afectiva se realiza a través de las estrategias de atenuación e intensificación (Malaver y Paredes, 2020, p. 318). En realidad, el diminutivo en español posee una gran versatilidad y analizar sus valores semánticos y pragmáticos se ha convertido en un amplio tema de estudio para numerosos investigadores.

En esta línea, los sufijos diminutivos en español muestran un amplio repertorio (Aguirre, 2013; Real Academia Española [RAE] y Asociación de Academias de La Lengua Española [ASALE], 2009): -ito/-ita (librito, malita), -illo/-illa (dinerillo, chiquilla), -ico/-ica (bolsico, ratica), -ín (ino)/-ina (pequeñín, tontina), -ete/-eta (guapete, amigueta) y menos popular y dialectal como -iño/-iña (besiño, pobriña) en Galicia, -uco/-uca (papeluco, tierruca) en Cantabria y otro con propensión a mostrar un sentido despectivo como -ejo/-eja (animalejo, calleja) y -uelo/-uela (mozuelo, mujerzuela). En la historia del español, la importancia de estas variantes sufijales ha ido modificándose y sus valores han sido tratados desde diferentes enfoques en diversos estudios (Malaver y Paredes, 2020, p. 318).

Según el estudio de Dressler y Barbaresi (1994), se ha puesto en evidencia una tendencia elevada del diminutivo en los actos de habla en peticiones, mandatos, consejos y valoraciones. Además, la aplicación del diminutivo corresponde a la cortesía lingüística, que está sujeta a regular el buen funcionamiento en comunicación social. En opinión de Briz (1998), la cortesía es un fenómeno sociológico y no estrictamente lingüístico (p. 158). A pesar de que la cortesía puede ser una explicación de la función atenuadora del diminutivo, no es el único motivo para interpretar esta estrategia, ya que la cortesía depende de muchos factores externos en la sociedad.

Por otra parte, Curcó y de Fina (2002) llevan a cabo un estudio exploratorio del modo imperativo, de la negación y de diminutivos en las fórmulas de cortesía basándose en el modelo de Brown y Levinson, y complementan que el resultado del uso de la sufijación diminutiva varía dependiendo de la posición en que aparece el elemento y del contenido del enunciado.

Gracias a las nuevas tecnologías, los abundantes recursos audiovisuales permiten acceder a teleseries, películas, cortometrajes, noticias, vídeos en diversas plataformas como YouTube, Netflix, HBO, entre otras. Entre ellos, las teleseries producen un gran impacto económico, social y cultural por su popularidad, entretenimiento, motivación y fácil acceso, además de que la oralidad reflejada en ellas se acerca a la espontaneidad, la inmediatez, la familiaridad y la implicación emocional de la lengua coloquial. Debido a que el empleo del diminutivo corresponde en mayor medida a la lengua oral, se ha decidido seleccionar un determinado número de teleseries españolas e hispanoamericanas para construir el corpus de usos del diminutivo.

El término teleserie es un acrónimo formado con ‘televisión’ y ‘serie’. Se trata de un producto audiovisual que se difunde en emisiones televisivas, cuyo argumento y temática poseen continuidad entre los diferentes capítulos. También se denomina ‘telenovelas’ al resultado de la fusión de acronimia1 entre ‘tele’(televisión) y ‘novela’ (el género literario romántico), que hace referencia al formato de series de ficción típicamente producidas en América Latina y desarrolladas rápidamente desde finales de la década de 1970.2

Fiallo (como se cita en Covarrubias, 2010) sostiene que la telenovela es un género multitudinario con gran poder de influencia. Destinadas a hablantes nativos, constituye para nosotros una fuente inagotable de materiales auténticos en forma de muestras de lengua y cultura. Según la opinión de Oesterreicher (1996), se puede afirmar que el lenguaje televisivo imita de manera bastante verosímil la lengua oral, que se ‘contenta’ con un estilo orientado hacia la expresión de lo ‘natural’ y lo ‘simple’, la mímesis o la cita de lo hablado y utiliza construcciones y elementos extraídos directamente de la lengua oral (p.332).

Del mismo modo, López Serena (2014) propone que lo guionizado en la televisión construye la oralidad simuladora de la realidad auténtica y se parece a la mímesis de la inmediatez comunicativa en la vida real, cuyo objetivo primordial es acercarse a los espectadores por naturalidad y autenticidad. Además, López Serena (2009), partiendo de los parámetros situacionales acuñados por Koch y Oesterreicher (1990/2007) sobre la inmediatez y la distancia comunicativa, argumenta la factibilidad y disponibilidad de confeccionar un corpus propio basado en las conversaciones televisivas con fines lingüísticos. En síntesis, las razones por las que hemos escogido las teleseries para nuestro corpus consisten en:

1) Las teleseries presentan una gran variedad de modelos lingüísticos e imitan situaciones comunicativas bastante verosímiles a las conversaciones reales entre hispanohablantes. Además, existen escasos trabajos dedicados a establecer corpus de teleseries especializados en la presencia y empleo de diminutivos.

2) En relación con otros tipos de emisiones audiovisuales, resulta novedoso y práctico emplear las series de televisión en el análisis de diminutivos, porque contienen argumentos más largos y completos. Debido a su duración se registran abundantes conversaciones en diversos contextos entre distintos personajes, poseen más escenas, conflictos, relaciones interpersonales, y las personalidades de los protagonistas son más plenas y vivas, por lo que estos factores nos proporcionan más tiempo y oportunidades para observar la presencia de diminutivos y permiten analizar este elemento de forma global, desde una perspectiva diafásica, diastrática y diatópica.

3) Ya que superan la limitación tiempo-espacio, las teleseries crean universos narrativos, abarcan temas inspirados en la vida real, e imitan situaciones cotidianas tanto formales como informales. Además, hacen mímesis de la oralidad de conversaciones auténticas. El esfuerzo de los guionistas y los actores por aportar credibilidad y vivacidad a través de cada escena y cada personaje nos ayuda a adentrarnos en la observación de diálogos casi imposibles de ser detectados en circunstancias íntimas, como la conversación entre parejas o entre padres e hijos, conflictos familiares, relaciones sociales, etc.

Objetivos

Los objetivos que pretendemos alcanzar en este artículo son los siguientes:

1) Construir el primer corpus de diminutivos extraídos de teleseries españolas e hispanoamericanas.

2) Discutir o verificar el estado de la cuestión de los estudios de diminutivos desde una óptica gramatical, sociopragmática y dialectológica.

3)Analizar los datos recopilados y describir el empleo actual de diminutivos, tales como la frecuencia en diferentes ámbitos o distintas situaciones, los usuarios (sexo, clase social, edad) y las funciones, teniendo en cuenta la variación diatópica.

Criterios

Antes de empezar a recabar datos, es necesario explicar los criterios de la elaboración del corpus imprescindible para la investigación posterior.

Criterios de selección de teleseries

Dado que este corpus tiene la finalidad de mostrar el empleo actual del diminutivo, las teleseries seleccionadas tienen que haber sido producidas en este último lustro (2014-2019), y nos decantamos por elegir las más modernas, puesto que las series en boga producen un gran impacto e interés entre los consumidores y se aproximan con más fidelidad a la situación real del uso de la lengua actual. Además de la popularidad, tenemos en consideración los comentarios de los televidentes, así como los premios conseguidos por estas obras para garantizar tanto la calidad de imágenes y sonido como las actuaciones de los actores. Según estos parámetros, se decidió seleccionar teleseries tanto de origen español como latinoamericano por recoger la diversidad dialectal e intercultural del mundo hispánico. Por supuesto, la accesibilidad de los medios disponibles también resulta indispensable para llevar a cabo el proyecto.

Además, con el fin de observar y recolectar la producción de diminutivos, es preferible elegir teleseries asociadas a la vida cotidiana, que abarcan numerosos personajes, abundantes escenas, particularmente ricos diálogos con una dicción clara, en contextos variados del ámbito laboral, familiar y social. Asimismo, hay que subrayar un cierto reparto equilibrado de personajes con respecto al sexo (hombre y mujer), distintas edades (hay personajes que corresponden a cada tramo de edad: menos de 20 años, de 20 a 34 años, de 35 a 54 años, más de 55 años), así como rangos de clases sociales (baja, media y alta).

Por otra parte, hemos considerado importante que el corpus lingüístico esté constituido solamente por los originales del propio país hispanohablante. Por esta razón, descartamos las teleseries dobladas a la lengua local u obras originales provenientes de otros países no hispanos con subtítulos en español. Esto es, nos inclinamos por escoger las teleseries que conservan los hábitos lingüísticos propios de ese país y presentan las características de las culturas locales en donde son producidas.

Criterios de delimitación de las zonas de habla hispana

El siguiente paso sería definir con la mayor claridad posible los límites geográficos de esta investigación, lo que consideramos un aspecto imprescindible a tenor de la complejidad inherente al estudio de la formación de palabras, en que encontramos bastantes variantes.

Por lo que atañe al español europeo, como indica Criado de Diego (2016), si bien presenta una división interna en la Península Ibérica por la preferencia de sufijos diminutivos, sea fonética o léxica, a grandes rasgos, no muestra una diferenciación absoluta en los aspectos de la morfología, la sintaxis y la pragmática (p. 57). Como también resultaría complejo comprobar si una serie pertenece a una zona determinada de España, nos decantamos por considerar España como un conjunto geográfico unitario en la selección del corpus.

Por otra parte, a lo largo de la historia de la lingüística dialectológica, muchos investigadores han intentado proporcionar propuestas para establecer zonas dialectales relativamente homogéneas del español de América con variedad de criterios. Principalmente se han realizado desde el nivel fonético-fonológico (Alba, 1990, 1992; Rona, 1964; Rosenblat, 1962), el nivel léxico (Cahuzac, 1980; Henríquez Ureña, 1921) o el nivel sintáctico (Morales, 1986). A grandes rasgos, el intento de zonificación acuñado por Henríquez Ureña (1921) es llamativo, ya que, por un lado, su clasificación proporciona una visión de conjunto de las zonas dialectales sin entrar en los estudios detallados sobre las lenguas indígenas, que resultan irrelevantes en relación con nuestro tema. Por otro lado, tenemos en cuenta que el diminutivo se aproxima más a la óptica léxica. La clasificación de Henríquez Ureña, que retrata cinco zonas principales, nos facilita un número reducido de áreas dialectales3:

(1) México, América central y el sur-suroeste de los Estados Unidos.

(2) El Caribe hispánico: Cuba, República Dominicana y Puerto Rico, gran parte de Venezuela y la costa atlántica de Colombia.

(3) La zona andina: la mayor parte de Colombia, parte de Venezuela, Bolivia Perú y Ecuador (el centro de Sudamérica).

(4) La de Río de la Plata: Argentina, Uruguay, Paraguay.

(5) La de Chile.

Asimismo, Oesterreicher (2002) pone de relieve que el español es una lengua pluricéntrica que posee varios estándares regionales o supranacionales (pp. 286, 292). Según dicha conciencia de una cultura lingüística pluricéntrica 4, se han conformado los estándares de México, de Buenos Aires y de los países andinos. Otras zonas que menciona son el Caribe, el norte de Sudamérica y Chile.

Por otro lado, cabe señalar que no todos los países latinoamericanos tienen éxito en la industria televisiva. Llorente Pinto (2000) destaca y analiza las telenovelas hispanas con representantes de México, Perú y Venezuela (p. 236). Para profundizar, resulta conveniente citar el resumen de Medina y Barrón (2010):

Sinclair (2000, 14) señala que, en 1999, el 94 % de las exportaciones de televisión en español eran producidas por cinco compañías: Televisa, Globo, Venevisión, RCTV y RTVE. Este mismo autor (2005) toma como referencia el trabajo de Roncagliolo (1995) y nombra a México y Brasil como exportadores netos y los más antiguos en el mercado, seguidos de nuevos exportadores como Venezuela y Argentina, y los más recientes, Colombia, Perú y Chile. (p. 81)

Waisbord (2000) pone de manifiesto que, entre las telenovelas exportadas por Latinoamérica, aquellos países con producciones más importantes son Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México y Venezuela, mientras agrega que otros países con menor producción local mayoritariamente divulgan las de los países de mayor producción. Es preciso e interesante indicar que esta representación geográfica coincide precisamente con la zonificación de Oesterreicher (2002), en concreto: que pertenecen a zonas de Río de la Plata (Argentina), Chile, norte de Sudamérica (Colombia), Mesoamérica (México) y el Caribe (Venezuela).

Es lógico que los países más productores de telenovelas sean los que menos compren. A través de la investigación basada en las estadísticas del año 2009, Medina y Barrón (2010) afirman que las grandes compañías productoras, a su vez exportadoras, son, por orden de importancia: Televisa en México, TV Globo en Brasil, Telefé en Argentina, RCN en Colombia, TV Azteca en México, Telemundo en Estados Unidos5 y Venevisión en Venezuela. Esta última sufre de un desplome acentuado debido a la crisis política y económica que vive el país en esta última década y a pesar de que fue líder mundial en la exportación de telenovelas hasta la primera mitad de los años noventa. Apenas podemos localizar teleseries completas producidas en Venezuela en el último lustro.

A pesar de que no encontramos los datos exhaustivos sobre la producción de teleseries en los países hispanohablantes, el Instituto Cervantes (2019) ha proporcionado los principales quince países productores de películas en 2015, en los que se sitúan España, Argentina y México, reflejando una industria potente y la amplia producción de estos tres países en el campo audiovisual. Adicionalmente, según datos disponibles en dicho informe, en 2015 los países hispanohablantes contribuyeron el 9,3 % a la producción cinematográfica mundial, siendo los cinco primeros países España (3 %), Argentina (2,2 %), México (1,7 %), Colombia (0,7 %) y Chile (0,4 %).

Ahora bien, teniendo en cuenta el grado de desarrollo de la industria y el impacto actual en la difusión y la expansión de teleseries, nuestro corpus se centra en las teleseries provenientes de los siguientes países representativos de España, México, Argentina, Colombia y Chile.

METODOLOGÍA DE CONSTITUCIÓN DEL CORPUS

Durante toda la proyección de teleseries, apuntamos los diminutivos presentados en distintos contextos en una hoja Excel, mientras anotamos los emisores, los ambientes, los diálogos para la investigación sociolingüística más adelante.

En nuestro corpus se pretende extraer todos los diminutivos con el apoyo de subtítulos y guiones, mientras escuchábamos los audios para comparar y confirmar la producción auténtica, centrándonos así en los sufijos: -ito, -ita, -illo, -illa, -ete, -eta, -ín, -ína, -ico, -ica, -uelo, -uela, -ejo, -eja y también anotando los diminutivos lexicalizados para un análisis posterior. Sin embargo, eliminamos dos tipos de palabras:

  1. Las que tienen carga semántica o matiz de disminución sin cumplir la formación de diminutivos, tales como las palabras llovizna, islote.

  2. El diminutivo analítico o léxico como casa pequeña, pequeño secreto, un poco cansado, entre otros.

En esencia, nuestros informantes son los protagonistas o los personajes con producción de diminutivos en teleseries. A pesar de que prácticamente todos ellos son personajes ficticios, que nos pueden resultar algo forzados por necesidades del guion, cabe destacar que las conversaciones o la mímesis de oralidad se aproximan en grado superlativo a la vida real.

Consideramos razonable crear las muestras a partir de tres variables sociales: el sexo, la edad y el nivel social. En cuanto a la edad, la dividimos en cuatro generaciones para abarcar todos los hablantes: Generación 0 (de menos de 20 años); Generación 1 (de 20 a 34 años); Generación 2 (de 35 a 54 años); Generación 3 (de más de 55 años). Se deduce este dato del hablante mediante la información obtenida sobre las edades de los actores y la ofrecida en las propias teleseries.

En lo concerniente al nivel social, resulta fácil observar las profesiones analizando las muestras del antecedente personal en los argumentos, las formas de hablar y de vestir, así como los ambientes donde se encuentran6. A grandes rasgos, los clasificamos en tres niveles socioeconómicos: la clase inferior, la clase media y la clase alta, lo que permite adentrarse en factores sociolingüísticos.

Descripción del corpus

La búsqueda y la recopilación de los diminutivos se llevó a cabo entre el 1 de abril y el 30 de junio del año 2019. Se han analizado aproximadamente un total de 100 horas de teleseries provenientes de cinco regiones representativas, con 20 horas de promedio de cada zona. Con el objetivo de que el tiempo sea equilibrado en cada área, en la zona mexicana y la zona rioplatense se han recopilado dos obras distintas. Esto nos parece apropiado porque las dos regiones poseen una industria televisiva consolidada y consiguen considerable impacto internacional. Así pues, en la Tabla 1 se encuentra el corpus manejado:

Tabla 1 Información de las series en las cinco zonas 

Zonas Nombres de Teleseries Años Tiempo Capítulos Casos de diminutivos
España Las chicas del cable 2017-2018 1158 min 24 149
México La casa de las flores 2018 401 min 13 209
Ingobernable 2017-2018 812 min 21 89
Colombia Sin senos sí hay paraíso 2016 1209 min 28 566
Argentina Edha 2018 388 min 10 43
Mileniales 2019 808 min 24 321
Chile Wenaprofe 2017 1191 min 39 469

A lo largo del proceso de extracción de diminutivos, según el orden alfabético7, elaboramos las Tablas 2, 3, 4, 5, 6, 7y 8con el fin de mostrar las informaciones concretas de la identidad de los personajes que desempeñan una función de emisor de diminutivos.

Tabla 2 Producción de diminutivos por personajes en Las chicas del cable 

Nombre de personaje Sexo8 Clase social9 Edad aproximada10 Casos de producción de diminutivos
Abuela de Marga M B 3 3
Ángeles M M 1 3
Carlos H A 1 2
Carlota M A 1 6
Carmen M A 3 3
Carolina M M 1 5
Detective H M 2 1
Cura H ?11 2 2
Curro H B 2 2
Doña Lola M M 3 10
Dos compañeros de Pablo H M 2 3
Elisa M A 1 2
Francisco H A-B-M12 1 1
Julio H B 1 16
Lidia M B 1 2
Lucía M B 1 2
Marga M B 1 28
Mario H M 1 9
Marisol M B 1 10
Miguel H M 1 4
Monja M ? 3 1
Pablo M B 1 23
Perla M B 1 2
Sara M M 1 1
Uribe H A 2 6
Vecina de Ángeles M M 3 1
Totalidad de personajes 27 Totalidad de casos de diminutivos 14813

Tabla 3 Producción de diminutivos por personajes de La casa de las flores 

Nombre del personaje Sexo Clase social Edad aproximada Casos de producción de diminutivos
Amiga de Virginia M A 3 3
Ana Paula M A 1 1
Bruno H A 0 1
Carmela M A 3 8
Chica hotel M M 2 1
Claudio H M 1 1
Cliente de florería M ? 1 2
Delia M B 2 6
Diego H M 2 4
Dominic H M 1 1
Elena M A 1 25
Ernesto H A 3 3
Federico H B 1 4
José Raúl H A 2 2
Julián H A 1 14
Lucía M A 1 4
Maestro Rafa M M 2 1
María José H→M14 M 2 4
Paulina M A 2 43
Poncho Cruz H B 1 3
Prisionero M B 2 3
Salomón H A 3 1
Virginia M A 3 66
Yuri H B 2 4
Total de personajes 24 Total de casos de diminutivos 20515

Tabla 4 Producción de diminutivos por personajes en Ingobernable 

Nombre de personaje Sexo Clase social Edad aproximada Casos de producción de diminutivos
Agustín H A 3 1
Ana M M 2 1
Canek H B 2 15
Chela M B 2 8
Cristofer H B 1 1
Diego Nava H A 2 1
Dolores M M 3 1
Emilia M A→B16 2 6
Emiliano H A 0 2
Freddie H A 0 1
María M A 0 3
Narcotraficante H B ? 4
Ovni H B 1 6
Patricia M M 2 2
Pete H M 2 2
Policía H M 2 8
Santiago H A 2 11
Tomás H A 3 3
Zyan M B 2 8
Total de personajes 19 Total de casos de diminutivos 8417

Tabla 5 Producción de diminutivos según los personajes en Sin senos sí hay paraíso. 

Nombre de personaje Sexo Clase social Edad aproximada Casos de producción de diminutivos
Abogado H M 2 4
Adriana M M 0 16
Albeiro H B 2 60
Alcalde H M 2 5
Aníbal H M 2 8
Carcelera M M 2 10
Catalina Marín M B 0 54
Catalina Santana M B-A 1 2
Daniel H M 2 13
Daniela M A 0 29
Gato gordo H A 2 44
Guardia de Yésica M B 2 4
Hernán Darío H B 0 15
Hilda M B 2 58
Jimena M M 2 17
Jota H B 2 45
Lucía M M 1 8
Madre de Hernán M B 2 12
Madre de Yésica M A 3 15
Marcial H A 3 3
Martín H M 2 10
Martina M B 0 26
Octavio H M 2 10
Otros - - - 35
Prisioneras M B 0/1 12
Valentina M M 0 6
Yésica M A 2 45
Total de personajes 26 Total de casos de diminutivos 566

Tabla 6 Información básica de personajes y su producción de diminutivos en Edha 

Nombre de personaje Sexo Clase social Edad aproximada Casos de producción de diminutivos
Antonio H M 1 2
Bárbara M M 2 2
Celia M B 1 3
Edha M A 1 2
Elena M A 0 4
Lorenzo H A 3 3
Luciano H A 2 5
Manito H B 1 4
Paloma M A 1 2
Teo H B 1 2
Yastin H M 2 13
Total de personajes 11 Total de casos de diminutivos 4218

Tabla 7 Información básica de los personajes y su producción de diminutivos en Mileniales 

Nombre del personaje Sexo Clase social Edad aproximada Casos de producción de diminutivos
Alberto H M 2 5
Alma M M 1 36
Ariana M A 1 40
Belén M B 1 12
Benjamín H A 1 35
Brian H B 1 8
Carcelera M M 2 2
Doctor H M 1 4
Facu H M 1 8
Fisura H B 2 5
Flor M M 1 35
Gaby M M 1 6
Juan H M 1 4
Juanma H M 1 41
Julia M M 1 8
Mauricio H A 2 7
Octavio H A 2 33
Otros - - - 7
Paula M M 1 2
Rodrigo H M 1 21
Total 19 Total de casos de diminutivos 31919

Tabla 8 Información de personajes en Wenaprofe 

Nombre de personaje Sexo Clase social Edad aproximada Casos de producción de diminutivos
Alfonso H B 2 25
Ana María M A 2 70
Bárbara M M 2 36
Belén M M 0 12
Benjamín H M 1 15
Constanza M M 1 22
Diego H M 0 21
Felipe H M 0 15
Florencia M A 0 19
Javier H B 2 57
Jimena M M 1 12
Macarena M B 2 25
Madre de Nacho M B 1 28
Pamela M B 1 39
Patricio H B 1 25
Pedro H A 3 10
Rodrigo H M 2 17
Samuel H B 2 13
Otros - - - 8
Total de personajes 18 Total de casos de diminutivos 469

Es preciso resaltar que, a lo largo de la investigación en torno a las cinco zonas elegidas, se ha acudido al Corpus de Referencia del Español Actual (CREA; Real Academia Española [RAE], s.f.) para verificar si nuestros datos coinciden con el corpus. Igualmente, se ha llevado a cabo la búsqueda de raíces de diminutivos en el Diccionario de uso del español de América y España (Battaner, 2002).

En cuanto al estudio sobre contextos en los que se aplica el diminutivo, se recurre a la teoría propuesta por Fishman (1972a, 1972b) sobre "domain of language use" (dominio del uso del lenguaje) y Halliday (1978/1982) acerca de la estructura semiótica de la situación.

Por un lado, Fishman (1972a, 1972b) afirma que los factores que influyen en el concepto del dominio sociolingüístico son los temas, la relación entre los participantes y los lugares. Las comunidades de habla están formadas por una serie de dominios típicos que organizan y definen la vida social, incluyendo familia, amistad, religión, empleo, educación y gobierno. Nuestra investigación se enmarca en tres dominios: entorno familiar (abarca amistad), lugar de trabajo y trasfondo social.

Por otro lado, según Halliday (1978/1982), el entorno está configurado por tres componentes: campo (tipo de acción social), tenor (relaciones interpersonales entre interlocutores) y modo (organización simbólica: hablado o escrito). En nuestro corpus, hablando del término “campo”, los contextos se dividen en tres partes: ámbito laboral, ámbito familiar y ámbito social. Con respecto al “tenor”, bajo el ámbito laboral se agrupan dos tipos de relaciones: 1) jefe y empleados, 2) colegas; en el ámbito familiar están divididos en tres relaciones: 1) amigos; 2) parejas o novios; 3) relaciones de parentesco; en lo concerniente al ámbito social, se considera que las relaciones son entre desconocidos en general, pero intentamos delimitar el diálogo en un “campo específico”, es decir, lugar de producción, de tal manera el diminutivo aparece en el restaurante (camarero y comensal), en la tienda (dependienta y cliente), en las fiestas (amigos de amigos), en el barrio (vecinos), en la cárcel (prisioneros), por teléfono (telefonista e interlocutor), en el hotel (huésped y recepcionista), etc. Por supuesto, en el último término, “modo”, hacemos referencia a la imitación del registro coloquial en las teleseries.

ANÁLISIS Y RESULTADOS

A la vista de lo expuesto, en primer lugar, llegamos a la conclusión de que a lo largo de las cien horas (veinte horas por cada zona geográfica) de grabación oral se han detectado 1.846 diminutivos, lo que implica que la frecuencia de aparición de dicho elemento, en total, es de uno cada tres minutos (3,25) en las series. Para concretar, se pueden consultar los datos analizados de cada región en la Tabla 9:

Tabla 9 Datos de series analizadas 

País España México Colombia Argentina Chile
Género de serie Drama histórico Comedia dramática Drama policial Drama familiar Drama de suspense Drama, comedia romántica Drama, comedia musical
Casos de diminutivos 149 209 89 566 43 321 469
Frecuencia de diminutivos 1/7.77 min 1/1.92 min 1/9.12 min 1/2.14 min 1/9.02 min 1/2.52 min 1/2.54 min
Porcentaje de diminutivos con minutos analizados 8 % 11 % 5 % 31 % 2 % 18 % 25 %

Si sintetizamos nuestro corpus, la división regional de la producción total del diminutivo es como se muestra en la Figura 1:

Figura 1 Porcentaje de diminutivos según regiones 

Se percibe que, en el mismo lapso, la aparición del diminutivo en el español de España es minoritaria en contraposición con las zonas colombiana, chilena y argentina, habiendo menos diferencia con el español de México, que, aun así, dobla a España en el uso del diminutivo. Por otro lado, tal y como se presenta en la Tabla 9, la frecuencia del diminutivo depende en gran medida del género de serie que se ha escogido. Se ha observado que normalmente la presencia es mayor en los dramas y comedias familiares, mientras que en sus homólogos del género policial y suspense decae considerablemente. Asimismo, en la Tabla 10 se ha constatado que el trasfondo primordial de la producción del diminutivo estriba en el ámbito familiar conformándose el porcentaje mayor en los países hispanoamericanos. Sin embargo, el empleo de dicho elemento en España supera a las variedades americanas cuando se trata del ámbito social, ya que en este último apuntamos diversas situaciones en las que se emplean los diminutivos. Entre las zonas investigadas, las ocasiones más comunes se encuentran en la calle (preguntar el camino, pedir ayuda, en un taxi, etc.), en restaurante o discoteca (interacción entre camarero y clientes), en el hospital (conversación entre doctor o enfermeros con pacientes), en la cárcel o comisaría (conflictos entre prisioneros, interacción con la policía), en la tienda (los dependientes hablan con los clientes), en los diálogos con los vecinos (saludos o pedir ayuda, etc.). Desde la óptica de las profesiones, las personas procedentes de la industria de servicios tienden a producir más diminutivos hacia los clientes, como es el caso de los camareros, dependientes, taxistas, hoteleros, etc.

Tabla 10 Datos de ámbitos producidos en las series analizadas 

País España México Colombia Argentina Chile
Ámbito familiar 56 % 67 % 68 % 77 % 47 % 84 % 61 %
Ámbito social 24 % 16.8 % 12 % 19 % 16 % 5 % 2 %
Ámbito laboral 20 % 16.2 % 20 % 4 % 37 % 11 % 37 %

Aspecto sociopragmático

En primer lugar, cabe mencionar que en un entorno familiar los diminutivos se producen entre amigos, parejas o novios y relaciones de parentesco, incluyendo padres e hijos, abuelos y nietos, hermanos, primos, suegros, compadres y sus ahijados, entre otros. A través de la Tabla 11, se aprecia que en nuestro corpus las relaciones de parentesco encabezan la producción del diminutivo, seguidas de las de amigos y entre parejas o novios. Esto supone que el empleo del diminutivo suele asociarse al entorno íntimo donde los hablantes tienen relación de confianza, seguridad y cariño.

Tabla 11 Datos de ámbitos familiares en las series 

País España México Colombia Argentina Chile Total
Amigos 8 % 7.7 % 46.4 % 17 % 23.3 % 50.8 % 10.2 % 163.4
Parejas o novios 30 % 6.7 % 6 % 14.1 % 14 % 28.7 % 15.8 % 115.3
Relaciones de parentesco 18 % 52.6 % 15.5 % 45.4 % 9.3 % 4.7 % 34.8 % 180.3

En cuanto al ámbito laboral, en la Tabla 12 se ha corroborado que las conversaciones entre colegas proyectan por promedio más diminutivos que las realizadas entre los jefes y los empleados, debido a que la distancia jerárquica limita su uso en dicho entorno formal, mientras que los colegas suelen tener el mismo nivel social, haciendo que el diálogo resulte más próximo. Sin embargo, en una de las series mexicanas y en las colombianas no aparece la producción de diminutivos entre los colegas.

Tabla 12 Datos de ámbitos laborales en las series 

País España México Colombia Argentina Chile Total
Jefes y empleados 4 % 6.2 % 20.2 % 4 % 16.3 % 3.4 % - 54.1
Colegas 16 % 10 % - - 20.9 % 7.5 % 17.7 % 72.1

En lo relativo a las funciones semánticas del diminutivo, a pesar de que es normal que contenga una sola función, es necesario advertir la característica superpuesta. Esto quiere decir que en un contexto concreto un diminutivo puede proyectar varias funciones a la vez, en las que es posible que predomine una sobre otra, mientras que en otras ocasiones resulta dificultoso comprobar cuál es el valor principal y cuál el secundario, esto se observa especialmente en la simultaneidad de la dimensión y la apreciación. En suma, esta heterogeneidad puede establecer las probabilidades del solapamiento de las diferentes funciones, como se muestra en la Figura 2:

Figura 2 Superposición de funciones de diminutivo (Elaboración propia) 

Por ejemplo:

  • Disminución + afectividad: El padre le dice a Carolina: “Toma, mi hijita.” (Sin senos sí hay paraíso, Capítulo 1)

  • Menosprecio + ironía: Un policía violento le dice al prisionero: “No te preocupes, princesita. Aquí te lo vamos a quitar.” (Ingobernable, Capítulo 8)

  • Menosprecio + intensificación: Miguel (enfadado) les dice a Sara y Carlota: “¿Desde cuándo forma parte de esos miles de secretitos que escondéis?” (Las Chicas del Cable, Capítulo 15)

  • Atenuación + Cortesía: Elena habla con una clienta en la florería: “Justo ahorita está fuera de temporada. Lo siento”. (La casa de las flores, Capítulo 5)

Entre las siete funciones que se analizan, podemos observar las relaciones entrelazadas entre ellas, y en nuestro corpus la proporción de cada una de esas funciones es la que se muestra en la Figura 3:

Figura 3 Distribución de funciones 

Estadísticamente, podemos percibir que en todas las zonas lingüísticas analizadas el uso predominante del diminutivo es el de la afectividad; en cambio, la función disminuidora no representa un porcentaje muy llamativo. Por otro lado, la función mitigadora y de cortesía está repartida, siendo la proporción de atenuación mayor que la de cortesía, puesto que el dominio del entorno familiar facilita la presentación de atenuación excluyendo la cortesía, que la incluimos en el ámbito social por la consideración de la distancia interpersonal en las situaciones no muy cercanas.

Adicionalmente, por lo que respecta a la variación pragmática regional20 (Placencia, 2016, p. 801), cabe destacar que el valor irónico prevalece en el español de España en comparación con su homólogo en el mundo latinoamericano, siendo inexistente en las zonas colombiana y chilena. En otras palabras, el uso irónico del diminutivo es menos común entre los hispanoamericanos. Esto alude a que los hispanohablantes comparten diferentes patrones en torno al empleo del diminutivo por la variedad geográfica. Por último, es muy interesante mencionar dos valores de producción escasa, pero no menos importante: menosprecio e intensificación, a pesar de que su porcentaje es inferior que al de la afectividad y la atenuación, esto nos advierte de la necesidad de distinguir y verificar las funciones del diminutivo según las circunstancias y las intenciones del hablante, ya que el resultado semántico y funcional puede ser totalmente opuesto.

Por otro lado, desde una perspectiva sociolingüística, puede resultar parcial llegar a la conclusión por regiones de acuerdo con el género, el nivel socioeconómico y la edad de los informantes, ya que el corpus ha sido heterogéneo y cada zona solo se centra en uno o dos géneros de series. Por eso, pretendemos resumir en la Figura 4 todos los datos recogidos sin tener en cuenta la delimitación geográfica, siendo el resultado el siguiente:

Figura 4 Porcentaje por género 

Tal y como se muestra la Figura 4, según nuestro corpus, existe una ligera mayoría en la presencia del diminutivo en las mujeres, con un 56 % frente a un 44 % del emitido por los hombres.

Con respecto a la proporción según el nivel socioeconómico, a grandes rasgos, en la Figura 5 se mantiene un equilibrio entre los diferentes estratos. Entrando en los detalles, el uso del diminutivo se aproxima entre la clase alta (35 %) y la clase inferior (40 %), mientras que la clase media presenta un uso relativamente menor (25 %). Estos datos, por sí mismos, no son suficientemente determinantes como para afirmar qué clase social lo usa mayoritariamente. Sin embargo, podemos deducir que el diminutivo es un recurso lingüístico necesario, particularmente en los niveles sociales inferiores.

Figura 5 Porcentaje según clase social 

Como podemos observar en la Figura 6, la cantidad de intervenciones por parte de las distintas generaciones se reparte de manera equitativa, resaltando la Generación 2, de los 35 a los 54 años, con un 38 %, seguida por la Generación 1 (20-34 años), con un 25 %, con lo que estos dos datos superan la mitad del uso del diminutivo por edad. Por su parte, los relativos a la Generación 3, de más de 55 años (21 %) y la Generación 0, de menos de 20 años (16 %), no representan porcentajes llamativos. Con todo, es cierto que el número de hablantes y de intervenciones de la Generación 0 y de la Generación 3 no es muy apreciable en este corpus al centrarse particularmente en los consumidores adultos-jóvenes. De todas maneras, la suma de nuestro corpus parece sugerir que, efectivamente, el empleo de diminutivos aparece de manera más general entre la Generación 1 y la Generación 2.

Figura 6 Porcentaje por edad 

Aspecto gramatical

Desde el punto de vista morfológico, se ha comprobado que cuando el vocablo es bisílabo y la sílaba tónica incluye diptongos en -ue o -ie, el español europeo se decanta por construirse con -ecito/-ecita. Así, en nuestra serie española se encuentran pueblecito, vueltecita, jueguecito y huequecito, de este último hallamos la alternancia con huequito; de la misma manera, en el corpus americano, se registran en mayor parte los casos sin interfijos: muertica, jueguito, puertica, vueltita, pueblito, cieguita, piernita, mierditas, pero también algunos derivados en -ecito/-ecita: suavecito, cuerpecito, viejecito.

Por otra parte, normalmente en el caso de los monosílabos terminados en consonantes o los bisílabos terminados en -e, en español de España hay una tendencia de adjuntarse a -ecito/-ecita, como florecita, panecito, hombrecito, mientras que en el corpus americano se ubican florcita, pancito, hombrito, este último se escucha también hombrecito en nuestro corpus chileno. De manera contraria, cuando las voces terminan en -io/-ia, en el registro español se ha apuntado rubita, en cambio, en corpus argentino se ha localizado rubiecita. Es interesante mencionar que en el propio territorio latinoamericano también existen distintos grados de predilección a la hora de decidir los sufijos, por ejemplo, en el corpus mexicano se encuentra varias veces viejito, viejita, al mismo tiempo que en la serie colombiana se tiende a escoger viejecito, viejecita. En este último corpus se usa whiskicito, mientras que en Argentina se oye whiskito; el resultado del CREA (RAE, s.f.) difiere asimismo en las zonas: en Chile y Perú se aplica whiskicito y en República Dominicana se emplea whiskito. Con respecto al diminutivo de novio/a, parece que a ambos lados del Atlántico solo se escucha noviecito/noviecita. De todos modos, esta característica de alternancia es común tanto en España como en América Latina. En relación con la distribución de la aparición de sufijos, elaboramos la Figura 7 y 8:

Figura 7 Distribución de sufijos diminutivos 

Figura 8 Sufijo -ito en cinco zonas 

De acuerdo con nuestro corpus, conviene señalar que en las cinco regiones estudiadas predomina el sufijo -ito y sus variantes alomórficas. Concretamente, Colombia encabeza la producción de voces terminadas en -ito. A pesar de que España no muestra tantas terminaciones con -ito, es interesante indicar que dicho país cuenta con más variantes de sufijos diminutivos que Colombia, Argentina y Chile. Asimismo, Colombia es el único país donde se emplea con frecuencia el sufijo -ico cuando la base léxica de la palabra termina en -t, como por ejemplo muertico, puertica. Otro ejemplo sucede con -illo, especialmente en el uso de chiquillo/a(s), que resalta en Chile. Sin embargo, según Battaner (2002), la mayor aplicación de chiquillo se encuentra en el español europeo. En relación con el sufijo -ete, se observa su aparición esporádica en España, México, Argentina y Chile; el diminutivo acabado en -ín se registra en España, México y Argentina; -ejo, con una frecuencia muy baja, únicamente tiene presencia en México. No obstante, echamos en falta los sufijos dialectales de la Península: -iño/a(s), -uco/a(s) y algunos con matiz despectivo -uelo/a(s). A nuestro juicio, la aparición nula de estos sufijos apreciativos en nuestro corpus demuestra su empleo restringido y la frecuencia desconocida insinúa su escasa productividad en la vida cotidiana. Por un lado, las series que se han elegido se dirigen a un amplio público, evitando la índole dialectal; por otra parte, se deduce el uso muy reducido de -uelo/a(s) en comparación con otros sufijos analizados en las circunstancias conversacionales. Con la finalidad de investigar el uso de -uelo, a través del CREA (RAE, s.f.), proponemos los siguientes ejemplos en la Tabla 13, aunque la mayoría de ellos apenas cuentan con registro oral.

Tabla 13 Diminutivos terminados en -uelo según el CREA 

Diminutivos terminados en -uelo Países donde se registran y casos en el CREA Registro oral
dictadorzuelo España (3), Cuba (1), México (1), Perú (1) NO
jovenzuelo España (46), Argentina (8), Chile (4), México (4), Bolivia (3), Colombia (3), Costa Rica (2), Perú (2), Cuba (1)
ladronzuelo Cuba (25), España (11), Chile (2), Costa Rica (2), Guatemala (1), México (1), Venezuela (1) NO
mujerzuela España (11), México (9), Chile (5), Bolivia (3), Argentina (2), El Salvador (2), Perú (2), Ecuador (1), República Dominicana (1), Uruguay (1) NO
ojuelos España (2), México (1), Uruguay (1) NO
picaruelo España (3) NO
polluelo España (25), México (5), Cuba (4), Ecuador (1), Perú (1), Puerto Rico (1) NO
tiranuelo España (5), Argentina (2), Chile (2), Venezuela (2), Colombia (1), Ecuador (1), Guatemala (1), México (1), Uruguay (1) NO
tontuelo España (3), Perú (2), Argentina (1), Colombia (1) NO

Cabe señalar que los diminutivos en nuestro corpus cumplen la regla del mantenimiento de género, excepto en los casos de manito(s) y motito que se registran en Hispanoamérica. Además, nos gustaría dar énfasis al hecho de que, entre los 1.846 diminutivos de nuestro corpus, se calcula que existen 403 lexemas diferentes, de los que resumimos las cien palabras más utilizadas a la hora de construirse con diminutivos en la Tabla 14, entre las que hay algunas que ya están lexicalizadas en varias modalidades americanas, tales como chiquito y pobrecito.

Tabla 14 Palabras más utilizadas con diminutivos 

poco momento segundo rato cosa casa chico joven gordo beso
pobre pequeño problema paseo vuelta amigo ángel abuelo agua botella
bolsa cerca callado hijo sol pregunta juego regalo solo papel
flor tranquilo llamada vaso rápido trabajo ojo perro gato punto
mujer mayor príncipe loco raro sorpresa café tarjeta pan paso
pájaro pedazo pueblo plato pelo blanco negro broma corto pollo
mesa silla muchacho mano minuto niño risa viejo favor foto
año ahora cuidado caja carro detalle mismo igual lugar listo
caro caliente criatura raya fiesta mensaje junto mamá papá suave
bebé negocio compañero malo dedo ensalada consejo hotel consulta pie

Igualmente se han estudiado las categorías gramaticales a las que se asocian los diminutivos. Como se puede apreciar en la Figura 9, los sustantivos desempeñan un papel primordial en la presencia de este sufijo apreciativo, en todas las regiones estudiadas se registran las aplicaciones a nombres propios, adjetivos y adverbios, pero de manera desproporcional. Se verifica nuevamente que su aplicación en adverbios es más usual en Hispanoamérica que en España, a lo que hay que añadir que, en el ámbito latinoamericano aparecen incluso en interjecciones y pronombres, lo que apenas se ha visto en el español europeo. Se aprecia que los sustantivos siempre son categorías mayoritarias a las que se incorporan los diminutivos. Cabe mencionar que en nuestro corpus poquito es la voz más utilizada y sirve en más ocasiones como locución adverbial (“un poquito más rápido”) que sustantivo (“un poquito de sal”) y adjetivo (“aquí tiene poquita luz”).

Figura 9 Distribución de categorías gramaticales 

Por último, los diminutivos lexicalizados en nuestro corpus presentan un número variable en función del sufijo que contienen, siendo más numerosos los del grupo del sufijo -illo (43 %) y menos abundantes los del sufijo -ico (1 %). Veamos las lexicalizaciones en la Tabla 15 y las proporciones correspondientes en la Figura 10:

Tabla 15 Lexicalización del diminutivo 

Lexicalización con terminación Palabras lexicalizadas en la teleserie
-ito/-ita centralita, gallito, señorito, señorita, tortolitos, garita, cachito, mocito
-illo/-illa alcantarilla, bocadillo, bolsillo, cabecilla, campanilla, capilla, carajillo, cerilla, cigarrillo, colilla, manzanilla, monaguillo, pastillas, pesadilla, trampilla, de tal palo tal astilla, guerrilla, pandilla, pasillo, pesadilla, vajilla, frutilla, gatillo, planilla, zapatilla,Barranquilla, platillo, mantequilla, mascarilla, tornillo
-ete/-eta bufete, juanete, juguete, peseta, camioneta, gabinete, machete, pandereta,chaveta, piquete, avioneta, palacete, plancheta, vejete, caleta, copete
-ico/-ica Perico
-ejo/-eja tipejo
-uelo/-uela locuelo, mozuelo,lentejuela
-ín/-ina botín, querubín, calcetín, cautín, volantín, figurín,maletín, patín

Figura 10 Palabras lexicalizadas con formas diminutivas 

Debemos señalar que -illo es la forma más recurrente a la hora de unirse con voces lexicalizadas. No obstante, debido a la limitación de nuestro corpus audiovisual, no podemos afirmar de manera contundente que otros sufijos diminutivos no cuenten con la capacidad lexicalizadora en mayor o menor medida. Sin embargo, se observa una menor presencia de lexicalizaciones constituidas por sufijo -ejo e -ico.

CONCLUSIONES

Con el fin de llevar a cabo un estudio exhaustivo se han recopilado suficientes diminutivos producidos en diferentes ámbitos y situaciones, al mismo tiempo que se han analizado sus rasgos gramaticales y pragmáticos, así como su producción de acuerdo con la edad, el sexo y el estrato socioeconómico de cada hablante. Adicionalmente, se ha realizado la investigación en torno a la presencia de dicho sufijo apreciativo en cinco regiones geográficas para mostrar sus variantes lingüísticas. Todo ello nos permite llegar a una serie de conclusiones pertinentes desde una perspectiva holística y global.

Teniendo en cuenta el hecho de que el diminutivo tiene prioridad en el registro oral, en nuestro trabajo hemos decidido apoyarnos en medios audiovisuales para verificar el uso actual del diminutivo. A lo largo de la investigación, se ha logrado construir un corpus compuesto por 1.846 diminutivos y 403 lexemas diferentes en distintos contextos, revelando el uso actual de dicho sufijo apreciativo en el último lustro. En conjunto, el sufijo diminutivo más recurrente es -ito/-ita y sus alomorfos. La palabra más utilizada es poquito en la locución adverbial un poquito. En México sobresale el uso rutinario de ahorita, siendo casi un elemento (semi)lexicalizado, puesto que a lo largo de las 20 horas de grabación de serie mexicana no se registra la palabra ahora. En Colombia aparte de ahorita, llama la atención el sufijo -ico/-ica que se figura cuando la base léxica de la palabra termina en -t. En Chile, un diminutivo aplicado a un nombre propio puede convertirse en un hipocorístico fijo que se emplea sin distinción por todos aquellos que se encuentren a su alrededor, como Anita, Paquito, etc.

Desde el punto de vista dialectológico, la frecuencia del diminutivo en América Latina es más alta que España, incluso puede presentarse un tanto abusiva a ojos (u oídos) españoles. Por otro lado, a través de los datos representativos de Argentina y de Chile se afirma que el español hispanoamericano tiene un repertorio de variantes más reducido que el peninsular. Desde la perspectiva pragmática, se observa el solapamiento de las funciones del diminutivo. En cuanto a las variables de género y nivel socioeconómico se ha observado una ligera predominancia de su uso en favor del sexo femenino y del estrato socioeconómico inferior, respectivamente. Con respecto a la edad, se muestra un equilibrio entre diferentes generaciones. Todos estos datos nos aportan una visión global de la concurrencia del diminutivo junto con variables de índole social, lo que nos informa de la frecuencia de uso en situaciones cotidianas.

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Notas:

1 Según Lang (1990), se trata de “blending word”, que elide (clip) sílabas finales o iniciales y se fusiona con otra palabra, cuyo significado normalmente es una combinación de palabras originales (p. 36).

2La primera telenovela en Latinoamérica se llamó El derecho de nacer y se remontaba al año 1950. Se trataba de una radionovela cubana escrita por el guionista y escritor cubano Félix Benjamín Caignet (1892-1976). Fue famosa su frase: “La gente quiere llorar y yo únicamente les doy el pretexto”.

3Como se cita en Saralegui (2004)

4De acuerdo con la explicación de Oesterreicher (2002), esta conciencia aborda “los efectos de centros culturales, de la alfabetización, el nivel educativo, las ciencias y la literatura, los editoriales y los medios de comunicación, sobre todo, la televisión” (p. 292).

5Según Oesterreicher (2002), el español en Estados Unidos presenta otras características (p. 292).

6Hay que advertir que en ocasiones resulta complejo clasificar a un hablante, porque siempre aparecen personajes que aspiran a superar u ocultar su escala social e intentan utilizar el lenguaje propio del estrato al que aspiran.

7Igual en otras tablas en este capítulo.

8M: Mujer; H: Hombre

9A: clase alta; M: clase media; B: clase baja.

10El número 0 representa la franja correspondiente a la Generación 0, de menos de 20 años; el número 1 corresponde a la Generación 1, de 20 a 34 años. De la misma manera, el número 2 responde a la Generación 2, de 35 a 54 años; el número 3 implica la Generación 3, de más de 55 años.

11El signo de interrogación implica que desconocemos esta información.

12Según los argumentos de las tres temporadas, la clase social a la que pertenece Francisco ha sufrido un cambio drástico, en la primera temporada era el yerno de la familia Cifuentes, en la segunda se vio obligado a trabajar en una fábrica miserable, así que descendió a la clase baja perdiendo su estatus social, posteriormente volvió a trabajar como director en una discoteca y entró a formar parte de la clase media.

13El número de diminutivos es realmente de 148 porque descontamos risita, que aparece en la anotación de subtítulos.

14María José se llamaba José María, ya que se hizo una operación de cambio de sexo. Por la consideración del equilibrio del reparto de sexo de los personajes, atribuimos sus datos en el sexo masculino.

15El número de diminutivos es realmente de 209 porque descontamos risita, que aparece cuatro veces en subtítulos como indicación de lenguaje no verbal.

16En esta serie mexicana, Emilia, antigua primera dama sufre un cambio drástico pasando de la clase alta a la clase baja al darse a la fuga por las acusaciones que pesan sobre ella por el asesinato de su marido, lo que la obliga a refugiarse en casa de unos amigos de medio social inferior. Por eso, resulta dificultoso y ambiguo identificar sus actos de habla, lo que nos lleva a decantarnos por la eliminación de su poca producción de diminutivos.

17El número de diminutivos es realmente de 89 porque descontamos 4 veces risita y una vez mariachi tocando cielito lindo.

18El número de diminutivos es realmente de 43 porque descontamos risita, que aparece en la anotación de subtítulos.

19El número de diminutivos es realmente de 321 porque descontamos puesto que aparecen dos diminutivos escritos ratito y putito en los mensajes enviados entre personajes.

20Esta área incluye principalmente cinco factores macrosociales: edad, género, estrato socioeconómico, región y etnicidad (Schneider y Barron 2008, como se cita en Placencia, 2016, p. 797). En nuestro corpus de teleseries, se han tenido en cuenta primordialmente los primeros cuatro elementos. El factor “etnicidad” no se ha trabajado en este estudio.

Recibido: 18 de Julio de 2021; Aprobado: 08 de Noviembre de 2021

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Doctora en Lengua Española y sus Literaturas (Universidad Complutense de Madrid). Máster en Enseñanza del Español como Segunda Lengua (Universidad Complutense de Madrid). Profesora en el Departamento de Lenguas Extranjeras (Universidad Sun Yat-sen, Cantón, China). Áreas de investigación: derivación apreciativa, morfología y la enseñanza del español

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