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Desarrollo y Sociedad

Print version ISSN 0120-3584

Desarro. soc.  no.62 Bogotá July/Dec. 2008

 

Los eslabonamientos y la historia económica de Colombia

Hirschman´s linkages and Colombian economic history

Miguel Urrutia*

* Correo electrónico: murrutia@uniandes.edu.co


Resumen

El ensayo analiza la teoría de los eslabonamientos de Albert Hirschman en sus escritos, y la posible influencia de su experiencia en Colombia en el desarrollo de esa teoría. Posteriormente se aplica esta idea para analizar la historia del desarrollo económico colombiano en los siglos XIX y XX.

Palabras clave: historia económica de Colombia, eslabonamientos, Albert Hirschman.

Clasificación JEL: N36; O54.


Abstract

The paper analyzes Albert Hirschman´s theory of linkages in economic development in his writings, and the possible influence of his Colombia experience in the development of this idea. The theory is then applied to explain Colombia's economic history in the nineteenth and twentieth century.

Key words: Colombian economic history; A. Hirschman, linkages.

JEL Classification: N36; O54.


Introducción

En su libro Strategy of economic development, Albert Hirschman (1958, cap. 6) plantea su teoría de los efectos sobre el desarrollo económico de los eslabonamientos hacia adelante y hacia atrás de los diferentes tipos de actividades económicas. La teoría es que el desarrollo se acelera por la inversión en proyectos e industrias con fuertes efectos de enlace (eslabonamiento) hacia adelante o hacia atrás. En un artículo posterior (Hirschman, 1977), el autor menciona que el primer bosquejo general de la idea lo planteó en un ensayo de 1954, en la época en que vivió en Colombia (1952-56).

En su discurso de agradecimiento cuando recibió la Orden de San Carlos1, el profesor Hirschman relató que su trabajo en Colombia lo llevó a elaborar varias ideas sobre el desarrollo, las cuales fueron el origen del Strategy of economic development.

En particular, la idea de los enlaces probablemente está muy relacionada con la historia económica colombiana. Al discutir la teoría de los enlaces, Hirschman (1977, p. 207) dice: "Viene a la mente aquí la situación de los países productores de café como Brasil y Colombia. En ambos países el café ha sido fundamental para la creación de patrones de asentamiento, redes de transporte, enlaces de consumo". En su Strategy (1958, p. 112) también hace referencia explícita a la historia económica colombiana para ilustrar su tesis de los eslabonamientos hacia atrás.

De hecho, gran parte de la historia económica reciente de algunos de los países subdesarrollados con una tasa mayor de desarrollo puede escribirse en términos de una industrialización que camina hacia atrás: de la etapa de los "últimos toques" a la de la producción nacional de bienes intermedios, y finalmente a la de materiales básicos industriales. De esta forma, la industrialización también ha demostrado ser un estímulo poderoso para el desarrollo de la agricultura. Al proporcionar un mercado seguro, las industrias transformadoras colombianas que originalmente se basaban en materiales agrícolas importados como los textiles de algodón y la cerveza, han estimulado la producción nacional de algodón y de cebada.

I. La teoría de los eslabonamientos2

El desarrollo se acelera por la inversión en proyectos e industrias con fuertes efectos de enlace hacia adelante y hacia atrás. Los enlaces hacia atrás conducen a nueva inversión en instalaciones proveedoras de insumos y los enlaces hacia adelante conducen a la inversión en instalaciones empleadoras de productos.

Hirschman (1977, p. 205) adiciona unas categorías a las planteadas en Strategy. Habla de enlaces de consumo y fiscales. Los nuevos ingresos obtenidos en el proceso de la producción y la exportación de bienes básicos pueden gastarse al principio en importaciones, pero en cuanto alcancen un volumen suficiente, estas importaciones podrían sustituirse por industrias nacionales. Estos se han llamado enlaces de consumo.

Si el Estado grava los ingresos generados por la producción y exportación de bienes básicos y canaliza los impuestos hacia la inversión productiva, se puede hablar de los enlaces fiscales de los bienes básicos por oposición a los enlaces físicos (o de producción). Hirschman dice que la constelación más favorable de producción es aquella en que un bien básico esté dotado de fuertes enlaces por todos lados, es decir, con la producción, el consumo y el fisco. Desafortunadamente esta situación se da con poca frecuencia.

Los enlaces fiscales han funcionado bien en la producción minera y petrolera, pero han tenido pocos eslabonamientos con otros sectores productivos y con el consumo. Al contrario, actividades con muchos enlaces de consumo y productivos, y Hirschman da como ejemplo el café en Brasil y Colombia, han tenido pocos enlaces fiscales, entre otras por razones de economía política. Es más fácil gravar compañías extranjeras que un grupo grande de productores cafeteros o industriales.

II. Historia económica colombiana

A. La minería

La minería tiene pocos eslabonamientos hacia adelante o hacia atrás. En el caso colombiano, las minas han estado localizadas lejos de los centros urbanos y ni siquiera han promovido desarrollo agrícola local. Hasta el siglo XX, eran típicos enclaves. Como dice Hirschman (1977), "el enclave se define por la ausencia de relaciones con el resto de la economía" (pp. 206-207).

La minería de oro tiene menos enlaces hacia atrás que otro tipo de minería. Dado el alto valor del producto por kilo, la actividad no promueve el desarrollo del transporte. Un viajero solitario puede transportar altos valores de oro por las trochas más primitivas. Un producto como el carbón requiere inversiones mayores en transporte y en ciertos países ayuda a hacer rentables algunos ferrocarriles.

Antes de 1850, en Colombia la minería de oro se llevaba a cabo con técnicas poco sofisticadas y con mano de obra no calificada. Esto determinó que no existiera demanda por educación, explicándose así la baja inversión en capital humano. Frank Safford (1989) sostiene que sólo a finales del siglo XIX la minería demandaba ingenieros, pero en una proporción pequeña de los graduandos de la Escuela de Minas de Medellín. Era mayor la demanda creada por los ferrocarriles. La tecnología primitiva en la minería de oro no creó una demanda significativa para maquinaria de producción y tampoco generaba enlaces hacia adelante. El oro se exportaba con muy poca transformación. El primer laboratorio privado para el ensaye y la fundición del oro fue abierto en 1858 (Botero, 2007)3.

El sector, sin embargo, tenía posibilidad de enlaces fiscales. No obstante, los bajos costos de transporte favorecían el contrabando y dificultaban el establecimiento de un alto gravamen a la producción o exportación. Esto le creó un límite a la tasa impositiva. Adicionalmente, los ingresos fiscales en época colonial se utilizaban en gastos corrientes y transferencias a la metrópoli y, por lo tanto, no tenían la característica de gasto productivo estatal, lo cual es la condición para que el enlace fiscal acelere el desarrollo.

La teoría de los eslabonamientos, entonces, sugiere que la concentración en la exportación de oro en Colombia hasta la mitad del siglo XIX no favoreció el desarrollo económico, y en efecto hubo muy poco crecimiento en el ingreso per cápita antes de 1850 (Kalmanovitz y López, 2008; y Urrutia, 2007).

A finales del siglo, precisamente cuando se acelera el desarrollo colombiano, cuatro factores aumentaron los enlaces de la minería. Primero, se introdujeron innovaciones técnicas (Melo, 1979, pp. 194-196), las cuales crearon una demanda incipiente de talleres de mantenimiento y construcción de piezas para maquinaria en Antioquia, el centro de producción de oro y plata de la época. Segundo, en la minería de veta surgieron algunas grandes empresas capitalistas que empleaban mano de obra asalariada, creando experiencia en técnicas administrativas modernas. Tercero, la inversión más tecnificada también creó demanda de ingenieros, lo cual se tradujo en el fortalecimiento de la educación técnica (Poveda Ramos, 1979?, pp. 116-117), fenómeno bien ilustrado por la creación y auge de la Escuela de Minas en Medellín. Cuarto, la minería antioqueña hizo posible la capitalización de un grupo de empresarios que posteriormente participarían en el establecimiento de empresas modernas. Jorge Orlando Melo (1979) escribe al respecto:

Algunos mineros medios y sobre todo algunos grandes empresarios lograron amasar fortunas muy notables en las actividades mineras; muchos de ellos, por lo demás, eran comerciantes que añadían a las ganancias obtenidas en la minería los beneficios de un comercio […] que abastecía a los mineros independientes y a otros sectores de la población [p. 198].

La producción de oro hizo posible el auge del comercio en Medellín. Mercedes Botero (2007, p. 13) cita a Vicente Restrepo: "¿Qué sería sin producto de cambio para pagar las mercancías que consumimos? Con el oro tenemos comercio, ese poderoso auxiliar de la civilización que con los productos de los demás pueblos nos trae también sus ideas". Posteriormente encontramos que parte de esas fortunas se invirtieron en las primeras empresas manufactureras establecidas en Medellín. Botero (2007) también plantea enlaces entre el capital comercial, el oro y el desarrollo financiero.

Hacia 1883 se habían establecido siete bancos y tres casas bancarias en la capital del Estado de Antioquia, así como bancos regionales en Ríonegro y Sopretán [sic]. El capital de estos bancos provino básicamente del capital comercial y entre los mayores accionistas se encontraban las principales casas de comercio de Medellín, estrechamente vinculadas al comercio de importación y exportación de metales [p. 162].

B. Las exportaciones de tabaco

Algunos historiadores identifican mayores enlaces para la industria del tabaco. En particular, la localización del área productora aumentó la demanda para la navegación a vapor por el río Magdalena e hizo económicamente viable esa actividad, lo cual bajó los costos de transporte de ese estratégico corredor fluvial.

Pero los eslabonamientos eran pocos. La mano de obra utilizada era no capacitada, no se generó demanda para otros insumos y tampoco había eslabonamiento hacia adelante, pues la hoja se exportaba sin ningún proceso de transformación. En la época colonial, el tabaco era una fuente importante de ingreso fiscal, pero nuevamente el Estado no dedicaba los recursos a inversión productiva. Después de la eliminación del monopolio de tabaco, que generaba la más importante renta para el fisco hacia 1848 (Melo, 1979, p. 181), el producto dejó de tener los enlaces fiscales que postula Hirschman.

C. La quina, el caucho y otros productos tropicales4

Las exportaciones de quina en 1853-1883 son un caso clásico de un aumento en producción que no generó eslabonamientos de ningún tipo y, por lo tanto, tuvo un impacto limitado sobre el PIB. La explotación quinera fue una típica industria extractiva. Cuadrillas de cascarilleros, los recolectores de la corteza silvestre de árboles del género botánico Cinchonae, obtenían el producto en los bosques naturales y el proceso agotaba el recurso en el área explotada. Por lo tanto, el área de explotación se alejaba de los puertos y las áreas pobladas de manera sistemática, aumentaban los costos y se perdía competitividad.

La producción no generó urbanización, ni vías de comunicación. Los hermanos Reyes introdujeron la navegación a vapor por el río Putumayo cuando se explotaba la quina en esa región, pero la empresa fracasó y entró en liquidación en 1884. Los ingresos estatales aumentaron sólo en la medida en que el cambio exterior inducido por la producción se tradujo en importaciones que pagaban aranceles. El producto se exportaba en bruto y no hubo eslabonamientos hacia adelante. Y tampoco hacia atrás. No se hizo investigación para determinar la composición de las cortezas y no se clasificaba en el país, con el resultado de que se exportó sin saber su calidad y los compradores extranjeros ponían los precios una vez hacían los análisis en el exterior. Tampoco se hicieron plantaciones en Colombia, ni hubo investigación botánica, y la producción en plantaciones asiáticas hizo no rentable la cosecha del bosque natural colombiano. La producción nacional había desaparecido en la década de los ochenta.

La bonanza cauchera también era el resultado de una actividad extractiva en el bosque tropical. Igualmente, no se generó urbanización debido a su localización en áreas apartadas de los centros urbanos y no creó demanda efectiva para el desarrollo de infraestructura de transporte. No hubo eslabonamiento hacia adelante, pues el producto se exportaba sin elaboración. Se establecieron pocas plantaciones tecnificadas y nuevamente las plantaciones de Asia disminuyeron los precios internacionales por debajo de los costos de producción en nuestro territorio.

Otros productos como la tagua, el palo brasil, el palo mora, el dividivi y el añil tampoco tenían eslabonamientos significativos y no generaron ni urbanización, ni desarrollo en infraestructura. Pero todas estas exportaciones aumentaron los ingresos de cambio exterior y la capacidad de importar, lo cual mejoró la situación del fisco en la década de los sesenta. El fisco siempre fue muy pobre en el siglo XIX, pero estas exportaciones diversas hicieron menos dramática la crisis fiscal permanente en esa década. En este sentido tuvieron un pequeño "enlace fiscal", en los términos de Hirschman, pero el efecto fue limitado debido a que los ingresos tributarios sólo cubrían los costos de mantenimiento del aparato estatal y quedaba muy poco para inversión productiva, incluyendo en esta el capital humano.

D. El café

La economía colombiana se transforma con el auge del café. Como lo menciona el mismo Hirschman (1977, p. 207), esto ha ocurrido por la riqueza de enlaces de la producción cafetera en Colombia. Hay eslabonamientos hacia atrás al encontrarse una relación positiva entre kilómetros de vía férrea y exportaciones de café. Utilizando dos metodologías estadísticas, María Teresa Ramírez ha encontrado que las exportaciones del grano ayudan a explicar la ampliación de las vías férreas y éstas a explicar la expansión de dichas exportaciones (Pachón y Ramírez, 2006, pp. 158-160).

El café en el siglo XX también generó demanda de transporte por carretera y la red vial después de 1930 por fin logró la integración de un mercado nacional. Ramírez (2007, pp. 425-435) halló que los coeficientes de variación de los precios de algunos productos entre diversas regiones eran tres veces menores en 1938 que en 1928. Es la existencia de este mercado nacional lo que hace posible el desarrollo industrial acelerado a partir de los años treinta.

Otra característica del café es que se produce en la mayoría de las zonas del país y en una alta proporción entre agricultores pequeños y medianos. Esto crea una demanda de bienes manufacturados estandarizados lo cual es una condición necesaria para la industria moderna. A eso se refiere Hirschman al hablar de los "enlaces de consumo" del café. Esta idea la plantea Luis Eduardo Nieto Arteta en su libro El café en la sociedad colombiana (1969).

En Hirschman (1977) se menciona que William P. McGreevey compara el impacto sobre el desarrollo del tabaco y el café en Colombia. En efecto, McGreevey (1971) enfatiza la diferencia que tiene cada tipo de producción sobre la distribución del ingreso y demanda de bienes industriales de consumo masivo, y concluye que el café tiene muchos más eslabonamientos.

Otro enlace hacia atrás del café fue el efecto sobre la producción metalmecánica. Para 1925 existían en el país 27.000 despulpadoras y 500 trilladoras que según Bejarano (1988), además de implicar una gran difusión de conocimientos mecánicos, no era poco en una agricultura que apenas en la segunda década del siglo XX comienza a incorporar maquinaria en forma limitada. Bell (1921) menciona que La Ferrería de Joaquín Restrepo Isaza, en Sonsón, importaba hierro y también utilizaba el producto nacional, y que su principal producción era la maquinaria para la minería y el café. Este último también creó la demanda para la producción de fique y de los sacos de fique.

E. La urbanización

Las exportaciones de productos primarios después de 1870 tuvieron importantes eslabonamientos a través de la urbanización. La actividad comercial que se desarrolló a raíz de las exportaciones, las importaciones y el comercio interno llevó a la aceleración de la urbanización. La tabla 1 muestra que la población en las principales ciudades cayó como proporción de la población total entre 1843 y 1870. Las excepciones son Medellín y Barranquilla que crecen más rápidamente, pero en 1870 todas las ciudades son muy pequeñas.

Cuadro 1. Población de las principales ciudades en el siglo XIX.

A partir de 1870, la urbanización es más rápida y las doce principales ciudades pasan de tener 5,9% de la población total a 13,6% en 1905. En este último año Bogotá ya cuenta con 100.000 habitantes y Medellín con 55.000 (Flórez y Romero, 2008).

La urbanización creó la demanda para el desarrollo de algunas de las primeras empresas modernas en los sectores de alimentos y bebidas, de generación y distribución de electricidad, de acueductos y otros servicios y de la industria de la construcción. En 1921, según Bell (1921), pueblos y ciudades de más de 20.000 habitantes tenían plantas eléctricas y acueductos. Estas empresas e industrias a la vez generaban eslabonamientos hacia atrás y hacia adelante.

F. El banano

Bucheli (2005) describe la historia del banano. El producto en la zona bananera de Santa Marta es típico de una industria- enclave. Llevó a la construcción del ferrocarril del Magdalena, aunque estaba dedicado al transporte de la fruta. Bell (1921) sostiene que el 85% de los ingresos del ferrocarril de Santa Marta se derivaban del tráfico en bananos. Los barcos de la United Fruit llevaban el producto al extranjero e importaban comida y manufacturas para los ejecutivos y trabajadores de la empresa. No había enlaces hacia otros sectores.

En sus inicios, el gobierno promovió la inversión extranjera en banano y le otorgó beneficios fiscales. Tampoco existió entonces el enlace fiscal y el sector contribuyó muy poco a los ingresos estatales.

En el desarrollo de la industria en Urabá en los años sesenta sí hubo un eslabonamiento hacia adelante. La variedad Valery que se sembró allí, y después en el Magdalena, tenía que exportarse en cajas de cartón y esto originó una producción nacional especializada en este bien. La producción bananera en Urabá también llevó a la terminación de la carretera de Medellín a esa región.

El estudio de Bucheli relata cómo el banano logró crear empresarios locales que se encargaron de la producción y comercialización del banano una vez la United Fruit abandonó el negocio en el Magdalena. En Urabá también hombres de negocios locales crearon comercializadores internacionales y lograron exitosamente producir con altas productividades (Bucheli, 2005, pp. 174-185).

Sin embargo, en el caso del Magdalena, parece que estos empresarios no se diversificaron y no crearon empresas en otros sectores. No hubo encadenamientos de ningún tipo. El censo industrial de 1945 muestra que el departamento de Magdalena era el que menos establecimientos industriales tenía después del Huila y también era el penúltimo en cuanto a personal ocupado (cuadro 2). Con razón Bell (1921, p. 191) explica que en 1921 no había industrias locales de importancia en el distrito de Santa Marta. El mismo autor comenta que en la época no existía ningún banco en el distrito, aunque sí dos agencias de bancos de Barranquilla.

Cuadro 2. Censo Industrial 1945.

Igualmente fueron mínimos los eslabonamientos hacia la educación, dado el tipo de mano de obra requerida en la industria del banano. El cuadro 3 muestra la comparación de analfabetismo entre los departamentos cafeteros y el Magdalena, en los censos de población de 1918 y 1938. Este es mucho menor en Antioquia y Caldas, en donde la disminución fue más rápida.

Cuadro 3. Analfabetismo por departamento (Censos 1918 y 1938).

G. Petróleo

El otro caso de industria enclave ha sido el petróleo. El sector ha tenido muy pocos enlaces hacia atrás o hacia adelante. Los insumos de los oleoductos han sido importados en su mayoría, al igual que los componentes de las refinerías y su ingeniería. Los taladros de exploración también son importados y las empresas de servicios petroleros nacionales son pocas. La industria sí ha estimulado la producción de ingenieros y ha entrenado en las empresas técnicos que han contribuido al desarrollo de este y otros sectores. El censo industrial de 1945 de la Contraloría General de la República sólo muestra dos empresas industriales en el sector de derivados de combustibles minerales (cuadro 4).

Cuadro 4. Censo Industrial 1945.

El petróleo sí ha tenido el enlace fiscal. La producción petrolera ha contribuido de manera importante al fisco nacional y algunos fiscos locales mediante los impuestos de renta, de gasolina y las regalías. Durante largos periodos también ha subsidiado el transporte a través de precios de derivados del petróleo inferiores a los internacionales y de esta manera ha contribuido al desarrollo del mercado nacional y el comercio exterior. Finalmente, a través de las exportaciones y la inversión extranjera ha provisto recursos de cambio exterior para la inversión en maquinaria y equipo para otros sectores. Pero esos mismos recursos de cambio exterior han generado "enfermedad holandesa" en las épocas de bonanza petrolera, lo que ha desalentado la producción en otros sectores con mayores enlaces hacia adelante y hacia atrás.

III. Enlace de consumo

En su artículo de 1977 Hirschman sostiene que "los nuevos ingresos obtenidos en el proceso de producción y la exportación de bienes básicos pueden gastarse al principio en importaciones, pero en cuanto alcancen un volumen suficiente, estas importaciones podrían ser sustituidas por industrias nacionales. Con razón se ha llamado enlace de consumo al mecanismo un tanto indirecto mediante el cual surgen en esta forma ciertas industrias sustitutivas de importaciones a causa del bien básico"5.

Esto fue lo que pasó en Colombia con la industria textil. Durante todo el siglo XIX los textiles fueron la principal importación y los comerciantes nacionales, y en particular los antioqueños, crearon una red de distribución en todo el país. Aprovecharon esta experiencia para iniciar el proceso de sustitución de importaciones. El cuadro 4 muestra que hacia 1905 ya había dos fábricas de textiles y en 1915, trece. El proceso continuó y en 1945 había 337 establecimientos en el sector y el patrimonio de estos constituía el 23% del patrimonio industrial. A principios de los años veinte Bell ya planteaba este ejemplo de sustitución de importaciones:

"Estampados de algodón constituyen el principal articulo de importación en Colombia, siendo en promedio el 60% del valor total de todos los productos importados al país.Es entonces en esta línea de producción en la que ha habido el mayor desarrollo en manufactura a nivel local y nacional.[1921, P. 232]."

Esa industria generó enlaces hacia atrás y hacia adelante. Con un desarrollo paralelo a los textiles, el cuadro 4 muestra el crecimiento de la industria del vestido. Esta requiere menos capital por unidad productora, pero en 1945 fue uno de los sectores que más empleo creó. La industria textil también tuvo eslabonamientos hacia atrás. Promovió la producción de algodón, la metalurgia y la fabricación de maquinaria. Esta última a la vez tiene muchos enlaces y es clave para la adopción y adaptación de cambio tecnológico.

Al igual que en la historia industrial en otros países, en las primeras etapas del crecimiento también se establecen tempranamente la industria de alimentos y la de bebidas. La primera de ellas promovió la producción agrícola y la segunda, la producción de azúcar y las primeras fábricas de vidrio.

A partir de los años treinta la sustitución de importaciones llevó al aumento generalizado de bienes industriales de consumo final e intermedio. Cada una de las nuevas producciones tenía eslabonamientos hacia atrás y hacia adelante. A partir de los años sesenta, el alza en salarios industriales tuvo los llamados eslabonamientos de consumo. El sector industrial adicionalmente ha hecho una contribución más que proporcional a los ingresos tributarios.

IV. Consideraciones finales

La historia económica de Colombia tuvo influencia en las ideas sobre desarrollo de Albert Hirschman y su teoría de los enlaces es un instrumento muy útil para entender nuestro proceso de crecimiento económico. El análisis de nuestra historia sugiere que el grado de enlaces de diferente tipo de una industria afecta la estructura y ritmo del crecimiento de la economía como un todo.

Una de las conclusiones es que la minería y las industrias enclave tienen pocos enlaces y no producen una estructura económica diversificada, aunque sí pueden generar las divisas para hacer posible la inversión en nuevos sectores que aumentan la productividad general. Pero la política económica debe diseñarse para que estos otros sectores sean rentables.

Un peligro actual en Colombia es que ha crecido la proporción de las exportaciones de minerales, sin que la producción haya generado muchos enlaces hacia adelante o hacia atrás. Esto se discutió al tratar el caso del petróleo y del oro y es aplicable para el carbón y el níquel. En 2007, estos productos sumaron el 42% de las exportaciones.

Es importante que la política económica se diseñe para estimular los sectores con mayores eslabonamientos. Recientemente Hausmann y Klinger (2007) han desarrollado las ideas de los enlaces con énfasis en lo tecnológico. Las implicaciones de política son que con los recursos fiscales generados por los productos básicos el Estado invierta en los bienes públicos que requiere la exportación de productos con mayores eslabonamientos tecnológicos y de producción, en los términos de Hirschman. A la vez, la política fiscal debe aumentar los incentivos en este tipo de productos y las políticas cambiarias y fiscales deben evitar la enfermedad holandesa.

En la historia económica de Colombia es claro que el Fondo Nacional del Café contribuyó a estabilizar los ingresos de cambio exterior, lo cual, en conjunto con otros instrumentos, logró disminuir la volatilidad de la tasa de cambio colombiana. Los precios de los productos primarios son volátiles y los mecanismos de ahorro y gasto durante las bonanzas y crisis de precios estabilizan la demanda agregada. En el caso del petróleo, y del carbón, los fondos de estabilización pueden evitar volatilidad en la tasa de cambio real que perjudica otros sectores.

La experiencia colombiana también muestra que los aranceles pueden apoyar las primeras etapas de crecimiento de un sector, como en el caso de los textiles, pero la protección no puede concentrarse en las industrias del pasado.

Las compras oficiales también pueden desempeñar un papel. Es notable que el gasto público en infraestructuras en Colombia no haya desarrollado empresas de construcción grandes y competitivas en comparación con este tipo de empresas en Brasil o México. Por último, el Estado puede hacer mucho más para subsidiar la ciencia y la tecnología con el fin de promover la producción con enlaces hacia bienes con mayor capacidad de crecimiento futuro.


NOTAS AL PIE

1. Copia en mimeógrafo enviada por Hirschman al autor en 1996.

2. En las traducciones del concepto de "linkages" se han utilizado los términos "eslabonamientos" y "enlaces".

3. Botero (2007) describe los avances técnicos incipientes en la minería y en el tratamiento de los metales en la segunda parte del siglo XIX.

4. La historia de estos cultivos se encuentra en Ocampo (1984).

5. Hirschman (1977, p. 205). La idea también esta en Hirschman (1958, cap. 7).


Bibliografía

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Comentarios a "Los eslabonamientos y la historia económica de Colombia"

Por Fabio Sánchez Torres

De acuerdo con Albert Hirschman, la capacidad que tiene una actividad económica para generar desarrollo económico está relacionada con sus eslabonamientos hacia adelante y hacia atrás. Si el tamaño de sus eslabonamientos es reducido, la producción es de enclave y, aunque puede generar valor agregado, sus efectos multiplicadores son pequeños, como en el caso del petróleo y del carbón. No obstante, si la economía de enclave logra generar recursos fiscales, su efecto multiplicador ocurrirá a través de la provisión de bienes públicos. Otros productos, por ejemplo aquellos que involucran un número importante de productores, logran crear "enlaces de consumo" a través de la demanda de bienes y servicios del resto de la economía.

El profesor Urrutia hace un balance, en el marco de Hirschman, de las características de los productos de exportación en la historia económica colombiana desde el siglo XIX. Urrutia argumenta que los productos agrícolas como el tabaco, la quina y el caucho tuvieron pocos o nulos eslabonamientos, además de que su existencia fue efímera. Respecto al oro, aunque no tenía eslabonamientos productivos, contribuyó a consolidar el capital financiero y comercial que facilitó el nacimiento y desarrollo de otras actividades, incluso de la manufactura. La consolidación del café como producto de exportación generó eslabonamientos hacia la producción de maquinaria utilizada en su procesamiento y hacia el transporte, además de incrementar fuertemente la demanda de bienes y servicios, dado el gran número de productores ligados a esa actividad. Adicionalmente, el gremio cafetero a través de contribuciones parafiscales coadyuvó en forma decidida a la provisión de bienes públicos en la zona cafetera.

Sin embargo, el argumento de Hirschman es tautológico y estático, si no se tiene en cuenta el contexto institucional que está en la base de los eslabonamientos. Un producto o actividad tiene eslabonamientos, según Hirschman, porque su efecto multiplicador es relativamente grande –medido por ejemplo a través de la matriz insumo-producto. Es decir, el efecto multiplicador depende de las características de la producción, de los insumos demandados como proporción del valor de la producción. Por su parte, el "enlace de consumo" depende de las características técnicas, por ejemplo, de la relación capital/trabajo, mientras que el "enlace fiscal" depende de las instituciones fiscales, en la medida en que efectivamente se cobren impuestos y estos sean realmente aprovechados para la dotación de bienes públicos. No obstante, Hirschman no tiene una respuesta sobre el origen y la magnitud de los eslabonamientos.

El país o región no escoge el tipo de producto que le da el eslabonamiento más alto, pues aquel depende de su dotación factorial, de la geografía y, en muchas ocasiones, de la suerte. Los eslabonamientos dependen menos del producto y de las características de la producción y más del tipo de incentivos que los productores y consumidores enfrentan. Por ejemplo, con respecto al eslabonamiento de "consumo" del café, sus efectos posteriores en la demanda agregada fueron el resultado de la transformación de la estructura de los derechos de propiedad ocurrida a finales del siglo XIX y comienzos del XX, período durante el cual campesinos y colonos se beneficiaron de la repartición de tierras públicas. En los lugares donde el número de nuevos propietarios fue más grande, también lo fue la demanda de bienes y servicios y, por consiguiente, surgieron con más fuerza la manufactura y las industrias de bienes de consumo. Así, el eslabonamiento de consumo depende de la concentración de la propiedad. Si el café se hubiese consolidado bajo el régimen de la hacienda, bajo relaciones laborales no capitalistas y una alta concentración de la tierra, sus efectos sobre la manufactura y la demanda de bienes de consumo hubieran sido menores. Si la producción de banano del departamento del Magdalena de comienzos de siglo XX hubiese tenido, por ejemplo, la estructura de distribución de la propiedad de la zona cafetera, existe una gran probabilidad de que el desarrollo industrial de esta región hubiera estado muy por encima del observado (ver cuadro 2 del artículo).

Algo similar ocurre con los efectos de la actividad aurífera sobre la actividad comercial y financiera. Fue la estructura de banca libre (Echeverri, 1993) lo que permitió canalizar en forma más eficiente los excedentes de esta explotación, lo cual a su vez fue el resultado de las ideas de librecambio introducidas por los gobiernos liberales desde mediados del siglo XIX. En este sentido, fueron los cambios institucionales de la competencia bancaria los que hicieron posible los eslabonamientos de la minería. En relación con los eslabonamientos fiscales del petróleo y del carbón, el pasado reciente colombiano nos indica que estos dependen fundamentalmente de la calidad de las instituciones fiscales. Por ejemplo, aunque Casanare y Arauca han gozado de rentas de regalías petroleras por muchos años, la provisión de bienes públicos de estas regiones no se compadece con el monto de los recursos recibidos. La corrupción, el despilfarro y la mala calidad de la inversión han limitado severamente el efecto potencial de los "eslabonamientos fiscales".

Se concluye que para un mejor entendimiento del efecto de los eslabonamientos sobre el desarrollo, es necesario determinar el tipo de instituciones de derechos de propiedad, de comercio y competencia, fiscales, etc. que limitan o multiplican su impacto. El actual análisis del desarrollo de países y regiones ha tomado muy en serio esta perspectiva.

Referencias

ECHEVERRI, L. (1993). "La banca libre en Colombia", en Fabio Sánchez (comp.), Ensayos de historia monetaria y bancaria de Colombia. Bogotá: Tercer Mundo Editores.

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