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Desarrollo y Sociedad

Print version ISSN 0120-3584

Desarro. soc.  no.89 Bogotá Sep./Dec. 2021  Epub Dec 01, 2021

 

Editorial

Nota de la editora invitada

Ana María Ibáñez1 

1Editora invitada Revista Desarrollo y Sociedad


La migración internacional se ha intensificado en las últimas décadas. Durante el periodo 1990-2020, el número de migrantes creció de 153 a 281 millones de personas1. Si bien América Latina y el Caribe (ALC) ha sido una región tra-dicionalmente expulsora de migrantes, durante la última década, se ha con- vertido en una región receptora, debido a los flujos entre sus países. El retorno de migrantes mexicanos a su país, así como el deterioro económico y social en algunos países de la región han generado nuevos corredores migratorios2. Esto duplicó la cifra de migrantes en este periodo, pues pasó de 7,1 a 14,8 millones de personas3.

La migración reciente de población venezolana, debida al casi colapso socio- económico de su país, ha provocado, además, una migración sin precedentes para ALC, por su magnitud y el corto periodo en que ha ocurrido. En la última década, en especial en el último quinquenio, han migrado 5,9 millones de vene- zolanos; de los cuales 4,9 millones (83,1 %) se han asentado en ALC. Los tres principales países receptores son Colombia (1,7 millones), Perú (1,3 millones) y Ecuador (483 mil)4. Países casi sin historia como receptores de migrantes ahora reciben grandes flujos de población. El principal ejemplo es Colombia, un país tradicionalmente expulsor de población durante sus peores años de violencia y conflicto.

La intensificación de los flujos de población dentro de la región abre nuevas preguntas de investigación, y pone la luz sobre otras de vieja data, cuya evidencia se concentra primordialmente en los países desarrollados. Aún falta conocimiento sobre las razones de la migración y el retorno, las consecuencias de la migración sobre los países expulsores y receptores; y cómo es posible apoyar a los países para potenciar los beneficios de la migración en los países en desarrollo. Es importante, además, contribuir al debate sobre las bonda- des y los riesgos de la migración. Estos debates suelen estar atravesados por intereses políticos, miedos infundados sobre lo nuevo y un desconocimiento profundo sobre los migrantes. Aportar evidencia para enriquecer los debates actuales e ilustrar la verdad sobre los migrantes es una labor inaplazable, en la cual la academia puede contribuir de manera significativa.

Con el objetivo de aportar en la construcción de un conocimiento sobre las diferentes aristas de la migración en ALC, la revista Desarrollo y Sociedad publica este número especial, con cinco artículos que analizan los efectos de la migración en la región. Los artículos dan cuenta de la complejidad de tener un relato homogéneo que busque etiquetar la migración como un fenómeno positivo o negativo, sin matices.

Dos artículos encuentran que la migración y el retorno contribuyen a dinamizar la economía de los países receptores. En “Crisis u oportunidad: impacto de la migración venezolana en la productividad colombiana”, Mutis et al. encuentran que la migración venezolana a Colombia aumentó la productividad laboral del país. Pese a ubicarse en sectores de baja productividad e intensivos en mano de obra, la llegada de mano de obra calificada, que según datos de la Gran Encuesta Integrada de Hogares es el 5 % de la población ocupada, redundó en un incremento de la productividad laboral en el país. Este incremento tuvo lugar por la composición de la población migrante más educada que la local; y aún no tienen en cuenta efectos de mediano y largo plazo como la innovación, transferencia de tecnología y la creación de nuevos negocios más productivos.

En México, el retorno de población migrantes impulsó el emprendimiento. Lara et al. usan datos de panel de migrantes mexicanos para estimar la correlación entre retorno y emprendimiento en el artículo “Return migration, entrepre- neurship, and assets”. Sus resultados son sugestivos de una relación causal positiva entre el retorno y las actividades de emprendimiento; y sugieren que un canal potencial para explicar esto puede ser la mayor acumulación de acti- vos por parte de los retornados. Los resultados de estos estudios contribuyen a una creciente literatura sobre los beneficios de la migración para el desa- rrollo económico.

Sin embargo, la migración puede tener efectos negativos de corto plazo sobre las comunidades expulsoras y receptoras. Estos efectos deben mitigarse con políticas públicas y evitar presiones de sectores de la sociedad para cerrar las fronteras. Pardo y Dávila documentan la existencia de una correlación positiva entre la recepción de remesas y la desigualdad en “Relación entre remesas y desigualdad: una mirada al caso de México”. Esto podría darse por dos razones. Es posible que las regiones más desiguales generen incentivos para migrar, los cuales se traducen luego en mayores flujos de remesas. Esta relación positiva podría ser una simple correlación. No obstante, las remesas pueden profun- dizar la desigualdad, al beneficiar solo a ciertos grupos. De hecho, el artículo encuentra que, en algunos municipios mexicanos, más del 20 por ciento de la población recibe remesas. Esta es una relación que se debe explorarse más, para identificar impactos causales y los mecanismos potenciales de transmisión.

El impacto de la migración sobre el crimen es otro punto de controversia. Franco identifica el impacto causal de la migración irregular sobre el crimen en Colombia en el artículo “¿Los sospechosos de siempre? Efectos de la migra- ción irregular en la criminalidad”. Encuentra que el impacto de la migración es nulo para homicidios y lesiones personales, pero estadísticamente significa- tivo, aunque en pequeña magnitud, sobre el hurto a comercio y personas. Los efectos están jalonados por las ciudades con mayores índices de formalidad laboral. Integrar a los migrantes a los mercados laborales formales podría ser una opción para mitigar estos efectos sobre crimen.

El proceso de integración de los migrantes en las comunidades receptoras suele ser difícil. Llegar a un lugar nuevo, con una cultural diferente, y enfren- tar la potencial discriminación son algunos de los retos que enfrentan. Poco se sabe de las experiencias de discriminación de los migrantes. Las encuestas suelen concentrarse en indagar sobre las percepciones de los locales frente a los migrantes. Taborda et al. hacen una primera exploración con la aplica- ción de entrevistas semiestructuradas a doce migrantes en “Discriminación en silencio: percepciones de migrantes venezolanos sobre la discriminación en Colombia”. Si bien el estudio es exploratorio, da luces de algunos temas que deberían analizarse a mayor profundidad.

Los migrantes entrevistados no reportaron ser víctimas de la discriminación directa durante los primeros meses después de su llegada. Sin embargo, con el paso del tiempo percibieron un incremento en la discriminación, en especial a través de los medios de comunicación, y una mayor dificultad para llevar a cabo actividades cotidianas, por el mero hecho de ser migrantes. Por ejemplo, los trámites burocráticos, que deberían ser similares para locales y migrantes, son bastante más engorrosos para migrantes, lo cual, con frecuencia, redunda en la pérdida de oportunidades laborales. Entender los obstáculos, la discrimi- nación y la xenofobia que enfrentan los migrantes es importante. Esto puede impedir que los países capitalicen los beneficios de la migración y profundi- cen la segregación de ciertos grupos de la población.

Los cinco artículos evidencian la dificultad para estudiar el fenómeno de la migración en la región. Los datos son escasos y, cuando existen, suelen tener deficiencias importantes que dificultan estudiar la migración, caracterizar a la población migrante y estimar relaciones causales adecuadas. El número deja abiertas muchas preguntas de investigación que ojalá continúen explorán- dose, a fin de mejorar las condiciones de vida de los migrantes, potenciar los efectos positivos y mitigar los negativos. En el largo plazo, una mayor diversi- dad traerá para nuestros países más innovación, crecimiento y muchos beneficios adicionales.

1UN Migration (IOM), “World migration report. 2020” (IOM, https://worldmigrationreport.iom.int/wmr-2020-interactive/, consultado el 19 de octubre de 2021).

2Algunos ejemplos son las migraciones de Nicaragua a Costa Rica; Haití a República Dominicana, Chile y Brasil; Venezuela a varios países andinos y del Caribe y los países centroamericanos a México.

3UN Migration (IOM), “World migration report. 2020”.

4Plataforma de Coordinación Interagencial para Refugiados y Migrantes de Venezuela (R4V), “Refugia- dos y migrantes de Venezuela” (R4V, https://www.r4v.info/es/refugiadosymigrantes, consultado el 19 de octubre de 2021).

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