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Theologica Xaveriana

Print version ISSN 0120-3649

Theol. Xave. vol.66 no.182 Bogotá Dec. 2016

https://doi.org/10.11l44/javeriana.tx66-182.eedhht 

Encuentro entre dos hijos, el "hijo de Timeo" y el "hijo de David" Aproximación exegética al relato de la curación de Bar Timeo (Mc 10,46-52)*

The Encounter of Two Sons, the "Son of Timaeus" and the "Son of David": Exegetical Approach of the Healing of Bartimaeus (Mk 10:46-52)

Juan Alberto Casas Ramírez**

*Artículo de investigación: plasma varios hallazgos del proyecto de investigación doctoral "Ciegos y sordos: clave hermenéutica del discipulado pospascual en el Evangelio según Marcos".
**Doctor en Teología, Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá. Profesor e investigador en el área de Teología Bíblica, Facultad de Teología, de la misma universidad; miembro de la Society of Biblical Literature y del grupo de investigación Didaskalia, orcid.org/0000-0002-4650-5456. Correo electrónico: jcasas.smsj@javeriana.edu.co

RECIBIDO: 20-01-16. APROBADO: 06-05-16


Para citar este artículo

Casas Ramírez, Juan Alberto. "Encuentro entre dos hijos, el 'hijo de Timeo' y el 'hijo de David': aproximación exegética al relato de la curación de Bar Timeo (Mc 10, 46-52)". Theologica Xaveriana 182 (2016): 313-344. http://dx.doi.org/10.11 l44/javeriana.tx66-182.eedhht


Resumen

La perícopa de la curación/vocación del ciego "hijo de Timeo" por aquel a quién él llama "Hijo de David" constituye un punto climático de la trama narrativa del Evangelio según Marcos. Es un relato de carácter eminentemente discipular que desarrolla la forma literaria de milagro y de vocación. Como relato de milagro propone un contraste entre la ceguera y la incomprensión discipular que se ha incrementado a lo largo de la "sección del camino" (Mc 8,27-10,45) y no ha podido ser sanada. Como relato de vocación expresa el paradigma discipular del seguimiento incondicional del Señor a lo largo del camino hacia la cruz, que contrasta con la resistencia de los discípulos a asumir lo que implica dicho camino.

Palabras clave: Exégesis del Nuevo Testamento, Evangelio según Marcos, discipulado, milagro, vocación, Bartimeo.


Abstract

The pericope of the healing/ vocation of the blind "son of Timaeus" by the one he calls "son of David" becomes a climatic point of the narrative plot of Mark's Golpel. It is clearly a discipular account which develops the literary form of miracle and vocation. As an account of miracle, the text proposes a contrast between the blindness and the discipular misunderstanding that has been growing along the "section of the path" (Mk 8:27- 10,45) and which has not been healed. As an account of vocation, the text reveals the discipular paradigm of the unconditional following of the Lord along the way toward the cross, in contrast with the disciples's resistance to accept the implications of following the way.

Key words: Exegesis of the New Testament, Gospel according to Mark, Discipleship, Miracle, Vocation, Bartimaeus.


Introducción

Al retomar los diversos comentarios en torno del relato de la curación del ciego Bar Timeo (Mc 10,46-52), el presente artículo propone un estudio exegético del texto a partir de tres aproximaciones sucesivas, interdependientes y acumulativas:

  • En primer lugar, se aborda el texto mismo de la perícopa mediante la explicitación de la crítica textual de la versión griega asumida, su estructura narrativa interna y su traducción, de corte literal.
  • En segundo lugar, se abordan los contextos narrativos del texto desde el punto de vista de su marco literario (en busca de conexiones y tensiones semánticas entre la perícopa y los relatos precedentes y subsecuentes) y desde el punto de vista de su marco narrativo (teniendo en cuenta el conjunto general de la trama del macrorrelato evangélico).
  • Finalmente, teniendo en cuenta el trayecto realizado, se analiza cada una de las escenas del relato para dilucidar su sentido teológico que —como se constatará— pone en estrecha unión la cuestión cristológica del Evangelio (relacionada con la pregunta ¿quién es Jesús?) con la cuestión discipular (relacionada con la pregunta ¿qué significa ser discípulo de Jesús?).

El texto: crítica textual, estructura narrativa y traducción1,2,3,4,5

Contextos: marco literario del texto y marco narrativo del relato

Los relatos de curación de ciegos y sordos en Marcos tienen su clímax narrativo en la perícopa de la curación/vocación de Bar Timeo. Como señala Robbins6, la sanación no ha sido la parte central de la actividad de Jesús después de 8,26, ya que con el episodio de Cesarea de Filipo, en 8,27-33, comienza una enseñanza especial centrada en la muerte y resurrección del Mesías y sus implicaciones para la comprensión del discipulado.

Sin embargo, es notable que dos relatos de curación ocurren después de tal versículo, fuera de los primeros ocho capítulos. El primero sucede inmediatamente después de la "metamorfosis" de Jesús (el exorcismo/curación del muchacho poseído por un demonio sordomudo en Mc 9,14-29). El segundo relato de curación es la sanación del ciego Bar Timeo, que ocurre justo antes de la entrada de Jesús en Jerusalén, sede de la antigua realeza de Israel establecida por la dinastía davídica.

Esta es también la única secuencia narrativa en la cual el destinatario de la curación, además de seguir a Jesús después de la misma, es nombrado (al menos, por la referencia a su relación paterno-filial) "el hijo de Timeo, Bar Timeo, un mendigo ciego (10,46)"7, aspecto omitido por los paralelos sinópticos de Mateo y Lucas8.

Este relato —de acuerdo con Guijarro— es una de las narraciones milagrosas más elaboradas de todo el Nuevo Testamento, pues la presencia de algunos acentos teológicos característicos del Evangelio según Marcos y su ubicación al final de una sección centrada en la enseñanza sobre el discipulado revelan su marcado carácter catequético9.

En efecto, es posible identificar un "arco narrativo" entre el inicio del ministerio sanador de Jesús, con la perícopa del exorcismo en la sinagoga de Cafarnaún (Mc 1, 21-28), y el último relato de sanación del Evangelio acontecido en las afueras de Jericó (10,46-52). Como constata Bouyer, existen relaciones lingüísticas entre el vocabulario utilizado en ambos relatos:

Primeramente, la expresión "Jesús Nazareno" (1,24; 10,47), que no se encuentra en ningún otro pasaje entre ambas perícopas; después el verbo "amenazar" (1,25 y 10,48; nueve veces en Marcos); el verbo griego , traducido por "dar una voz" (1,26) y "llamar" (10,49); por último, el adverbio temporal "inmediatamente" es de uso frecuente en Marcos en el episodio del poseído aparece en tres ocasiones (1,21.23.28), marcando el efecto inmediato del poder de curación de Jesús (1,28; 10,51) [...]. En la sinagoga de Cafarnaún, igual que en el camino de Jericó, se trata siempre de la identidad de Jesús, el Nazareno, "Santo de Dios" (1,24) o "Hijo de David" (10,47) [...]. Así, la comparación entre el primer relato y el último permite afirmar que Bartimeo, último sufriente curado, se destaca entre todos los personajes secundarios del Evangelio y, quizás, es la razón de que no sea anónimo.10

Además, como indica Grilli, en este último relato de curación se registra el léxico ya encontrado a lo largo de la sección de 8,27 a 10,52, sobre todo algunos términos concernientes al tema del camino y del discipulado: ("saliendo"), en 10,46 y 10,17; ("en/por el camino"), en 10,52; 8,3.27; 9,33.34; 10,32; y ("seguir"), en 8,34; 9,38; 10,21.28.3211.

De igual modo, en palabras de Marcus, "no es sorprendente que en un relato sobre un hombre que depende de su sentido del oído predominen verbos de 'hablar'; formas de 'decir' se usan seis veces; 'llamar', tres; 'gritar', dos; y 'reprender' y 'contestar', una vez cada una"12; dichos verbos resultan familiares al lector/oyente que ha seguido la secuencia dramática pues la aparición de estos ha sido más frecuente a lo largo de la "sección del camino".

Por otra parte, según Robbins13, la ubicación del relato de Bar Timeo en el conjunto de la secuencia marcana busca integrar la cristología del sufrimiento y la resurrección con la imagen autoritativa de Jesús en Jerusalén, aclamado como Hijo de David, y las relaciona con el discipulado. Esto se logra al subrayar dos temas de la narrativa precedente y encauzarlos hacia el material de la parte restante de la narrativa.

El primer tema, relacionado con el verbo "querer" o "desear" , emerge al contrastar las peticiones hechas a Jesús por parte de diversos personajes con la petición del ciego en este relato. Dichas peticiones comenzaron con el tercer relato de una curación hecha por Jesús: la del leproso (1,40-45). En tal caso, el leproso acertó al afirmar que Jesús era capaz de limpiarlo, si así lo quería , y Jesús "lo limpió".

A partir de 8,34-35, las afirmaciones concernientes a lo que se puede querer o desear vienen de parte de Jesús cuando enseña acerca del discipulado. Estas son introducidas por la expresión sí Ti? ("si alguno quiere venir detrás de mí", esto es, "ser mi discípulo"), y la locución paralela en el siguiente versículo, ("quien quiera salvar su vida").

En la segunda sección de enseñanza (9,30-10,31) la incomprensión que prevalece entre los discípulos aporta el contexto en el cual Jesús les enseña usando las palabras ("si alguno quiere ser el primero").

Después, en la tercera sección del camino (10,32-45), los hijos de Zebedeo —Santiago y Juan— hacen una petición a Jesús para que les conceda lo que desean (10,35). Jesús les responde con una pregunta, ("¿qué quieren que yo haga por ustedes?") (10,36). El desenlace de la escena pone en evidencia que la petición de los dos discípulos manifiesta una total incomprensión de lo que Jesús puede conceder. Por ello, Jesús les enseña acerca de quien quiera ser grande (10,43) y quien quiera ser el primero entre ellos, y finaliza con el bien conocido dicho climático acerca de ser servidor, en 10,45.

El relato de Bar Timeo tiene lugar inmediatamente después de dicha escena (10,46-52). Así, lo primero que Jesús dice al ciego es ("¿qué quieres que yo te haga?"). Y cuando la respuesta del ciego expresa su entendimiento de lo que Jesús puede concederle, Jesús le otorga su deseo, y el ciego, además de recuperar su vista, comienza a ser un discípulo que sigue a Jesús hasta Jerusalén.

En segundo lugar, de acuerdo con Estévez, en el relato anterior al de Bar Timeo (10,41-45), Jesús se expresa sobre las relaciones al interior de la comunidad:

...no han de ser ni como las de los que son tenidos como jefes de las naciones ni la de los grandes , que dominan tiránicamente . El señorío y el poder de Jesús son de otra naturaleza. No van contra los colectivos ni los usan en su favor, sino que se disponen a servir y a donar la vida a favor de ellos [...]. El servicio que ha de delimitar las nuevas fronteras de la comunidad jesuánica se visibiliza y se encarna en la misericordia, la única manera de ejercer la exousía de Jesús, es decir, el único modo de derrocar a los poderes del mal y esto es lo que han de aprender los discípulos/as de Jesús.14

Desde tal perspectiva, la acción sanadora de Jesús en favor de Bar Timeo sería tenida como la realización práxica de su enseñanza precedente: Jesús estaría mostrando la auténtica naturaleza de su señorío y poder, sirviendo al ciego al concederle su petición.

Por otro lado, aunque ha sido costumbre interpretar el relato de Bar Timeo solo como narración milagrosa vinculada al discipulado —como señala Robbins15—, la recepción de la visión del hombre ciego contiene el más profundo significado de la verdadera percepción que un discípulo debe tener sobre la acción de Jesús. En tal sentido, resulta importante no perder de vista el relato paralelo de curación de un ciego, en 8,22-26. Aquella ocurre justo antes del episodio de Cesarea de Filipo, en el que Pedro advierte que Jesús es el Mesías pero no puede "ver" que él es también el "Hijo del ser humano" que debe sufrir, ser asesinado y resucitar16. Además, como señala Aguirre:

[Mientras que en la curación del ciego de Betsaida] Jesús es el protagonista de toda la acción, de modo que el número de palabras de las acciones que tienen como sujeto a Jesús es de 47, contra 19 palabras para acciones cuyo sujeto es el ciego (solo en 8,24 y 25b). En el segundo relato los datos se invierten: 75 palabras para las acciones cuyo sujeto es el ciego (vv. 46b-48.49b.50.51b.52b) y 28 para las de Jesús.17

Así, el análisis sintáctico del segundo relato permite identificar que el protagonista del mismo es el hijo de Timeo (¡y no Jesús!)18. De este modo, si la curación del ciego de Betsaida en dos etapas funciona como reflexión simbólica sobre la dificultad de alcanzar la perspectiva apropiada sobre la actividad de Jesús, en la curación de Bar Timeo, la revelación de una comprensión apropiada de Jesús, cuando este se acerca a las puertas de Jerusalén, produce un discipulado verdadero y protagónico que implica la voluntad de seguirlo hacia la ciudad en la que este conocerá el rechazo y la muerte.

Lo anterior indica que la perícopa no puede ser catalogada solo como relato de curación. Como señala Menken19, en ella se desarrollan rasgos de otro subgénero literario, generalmente definido como "relato de llamada o de vocación", cuya secuencia narrativa desarrolla los siguientes elementos (el patrón original de los mismos puede encontrarse en 1R 19,19-21): (a) Jesús pasa; (b) ve; (c) el objeto de su visión es una persona (o personas) mencionada(s) por su nombre y algunas veces caracterizadas como "el hijo de..."; (d) esta(s) persona(s) está(n) realizando su labor o trabajo (que es mencionado con miras al posterior abandono de su ocupación y posesiones); (e) Jesús lo(s) llama; (f) la(s) persona(s) deja(n) su oficio, posesiones o familia atrás; (g) y sigue(n) a Jesús.

En el caso de Bar Timeo, Jesús está pasando por Jericó (a); y, aunque no se indique que ve al ciego (b), este es mencionado por su nombre por parte del narrador (c). Bar Timeo estaría "ejerciendo su ocupación" como mendigo al lado del camino (d) cuando Jesús lo llama a través de la multitud (que anteriormente lo había reprendido) (e). Finalmente, Bar Timeo abandona su ocupación y sus posesiones (el manto) (f), y sigue a Jesús (g). El siguiente esquema, propuesto por Menken20, ilustraría estas relaciones:

Esta coincidencia de patrones permite reconocer, en Mc 10,46-52, una combinación narrativa entre un "relato de curación" y un "relato de llamada". De hecho, la trama de la escena de Bar Timeo muestra que Marcos ha conseguido el efecto de enmarcar el ministerio de Jesús, desde su inicio en Galilea hasta su llegada a Jerusalén, por historias de vocación. En el mar de Galilea, los "tres" (Pedro, Santiago y Juan, más Andrés) son los primeros en ser llamados (1,16-20); en Jericó, justo antes de la entrada a Jerusalén, Bar Timeo es el último en ser llamado.

El contraste entre Pedro, Santiago y Juan (protagonistas de la incomprensión en la "sección del camino"), por una parte, y Bar Timeo, por otra, consiste en que quienes han sido llamados primero no entienden que tienen que seguir a Jesús en su camino de sufrimiento y muerte, mientras que el que es llamado de último le sigue por el camino21. Como bien señala Aguirre, "a partir de 8,34 se abre un nuevo modelo de discipulado, no basado en la selección personal de Jesús, sino en la aceptación voluntaria de ciertas demandas por aquellos que confían su salvación al Evangelio de Jesús (ver 8,35-40)"22.

De este modo, el evangelista ha extendido el ministerio autoritativo de curación de Jesús a través de la sección de la enseñanza concerniente al sufrimiento que implica el discipulado, y con ello ha sentado las bases para el rechazo autoritativo del culto del Templo y sus líderes que ocurrirá en la siguiente sección23.

Al tomar en cuenta dicho trasfondo es necesario reconocer que el relato de Bar Timeo también entraña una aguda afirmación cristológica pertinente a la comprensión de la identidad y la misión de Jesús. Por ello, en la narración convergen la imagen cristológica de Jesús y la respuesta a dicha imagen mediante el discipulado. Se muestra, en últimas, que cristología y discipulado llegan a ser dos caras de la misma moneda en el Evangelio según Marcos.

Desde el punto de vista del carácter proléptico de la narración, si bien la curación de Bar Timeo concluye la sección del camino (8,27-10,45), para establecer un puente-marco con el relato de la curación del ciego de Betsaida (8,22-26) y simbolizar la condición de ceguera discipular, dicho relato, de acuerdo con Collins, jugaría un papel de bisagra (o relato transicional) con la siguiente sección del Evangelio que tiene lugar en Jerusalén (10,46-13,37), por dos razones: el cambio topográfico en 10,46, en el que Jesús y los discípulos llegan a Judea (Jericó), y la introducción del epíteto "Hijo de David", que relaciona el relato con 11,10 y 12,3524. Por su parte, Aguirre precisa:

El camino de Jesús, por el que Bartimeo le sigue, se describe con especial detalle cuando se acerca y entra a Jerusalén, al comienzo del Capítulo 11. Hay una serie de contactos verbales con 10,46-52 realmente notables. El manto del ciego (10,50) y los mantos que se ponen sobre el asno y sobre el camino (11,7-8). El ciego estaba sentado (10,46) y Jesús se sentó (11,7). El ciego primero estaba a la vera del camino (10,46) y después le sigue por el camino (10,52). Muchos extienden sus mantos por el camino (11,8). Los que precedían y seguían a Jesús gritaban (11,9) como había hecho el ciego (10,47-48). El grito de la multitud está compuesto por dos versos (11,9-10): el primero es una cita del Salmo 118,26 y el segundo dice: "Bendito el reino que viene de nuestro padre David", que no repite el grito del ciego ("Hijo de David"), pero lo recuerda y cuyo sentido en este contexto resulta ambiguo.25

Por tales motivos, como la curación del ciego de Betsaida, en 8,22-26, la curación del ciego Bar Timeo es una narración transicional. Esta concluye la sección central en la cual Jesús instruye a sus seguidores acerca de su propio destino de sufrimiento, la necesidad del sufrimiento para aquellos, y el ideal de un liderazgo desde el servicio. También introduce la siguiente sección, en la que la referencia a Jesús como "Hijo de David" prepara para la aclamación de la multitud, en 11,10, que asocia la entrada de Jesús a Jerusalén con la restauración del reino de David26.

Como consecuencia, pareciera que la función de la narración es la de recoger y llevar a cumplimiento los diversos hilos narrativos y temáticas del Evangelio. Al respecto, la ubicación del relato en la secuencia narrativa sugiere que —a diferencia de Bar Timeo— los discípulos no han sido curados de su ceguera. Ellos continúan fallando en la captación de los modos por los cuales la entrega sufriente de Jesús puede ser modelo para su propio camino de vida27. Además, el uso del tiempo presente histórico en el relato pone al texto en sincronía con el presente del lector/oyente28, quien se verá abocado a confrontar su comprensión del mesianismo encarnado por Jesús y su propia disposición como seguidor de un crucificado.

El relato: desarrollo de la secuencia narrativa

A. Exordio: presentación de Bar Timeo y sus condiciones (v. 46)

La expresión inicial del relato contiene un verbo en presente histórico, ("llegan hasta Jericó"), que pretende involucrar al lector en el tiempo narrado y le señala el escenario de los acontecimientos29.

Tras pasar Jericó, en su subida a Jerusalén, "Jesús, el nuevo Josué (Jos 2; 5,13-6,26), comienza su 'conquista' de Judea, el cenit de su vida pública"30. Asimismo, en clara referencia a la trayectoria de regreso del destierro descrita en Jr 31,8-9, en que se reúne, entre otros, al ciego y al cojo, y se les conduce "por camino llano para que no tropiecen", dirigiéndose al corazón del judaísmo institucional, Jesús mostrará la llegada definitiva del Reinado de Dios (anunciado ya en Galilea y sus alrededores), y con ella, el establecimiento de un nuevo Israel: este ha sido alcanzado no por las armas o las catástrofes vaticinadas en los escritos apocalípticos (como signos característicos tradicionales de la llegada del Mesías) sino por la entrega de la propia vida y la conformación de una comunidad capacitada para asumir su misión y su ideal de autoridad expresada en el abajamiento y el servicio31. En tal sentido, la creciente ceguera ontológica manifestada por la comunidad discipular se verá confrontada por la ceguera física de Bar Timeo, quien se establecerá como figura prototípica de discipulado.

Sin enunciar la actividad realizada en Jericó (de hecho, resulta extraña la mención de la salida de Jericó inmediatamente después de la entrada), al salir de la ciudad emerge en primer plano la figura estática de "el hijo de Timeo, Bar Timeo".

Tanto Bultmann como Dibelius señalan el carácter inusual de nombrar a la persona que busca curación32. Excepto por Jairo (en 5,22) y, si acaso, el nombre de Legión (en 5,9), este es el único nombre enunciado por Marcos diferente de Jesús, sus discípulos, Juan el Bautista y Herodes Antipas, antes de que inicie la narración de la pasiónsup>33. El nombre mismo es problemático: no es claro si es semítico original o de proveniencia griega. Si fuese un nombre griego, la inclusión del arameísmo para ; ("Bar Timeo" o "hijo de Timeo") sería extraña; de hecho, el nombre griego común "Timeo" es acentuado en la primera sílaba . Dice Marcus:

"El hijo de Timeo, Bartimeo" es un patronímico arameo precedido por su traducción griega. Timeo= Timaios, es un nombre griego común derivado de la palabra que significa "valioso", "honrado" (time), en el sentido de quien es "muy estimado" y recibe honor.34

El uso del patronímico es una forma implícita de reconocer el honor de una persona como heredera del honor familiar35. En tal sentido, "resulta irónico que el mendigo sea hijo de uno cuyo nombre en griego es 'honrado'"36. Al respecto, De Mingo afirma:

Los mendigos y otros pobres, que son designados en griego por el término ptojoi, eran carentes no solo de dinero, sino sobre todo de honor. El ptojos carecía de medios propios para ganarse la vida con dignidad, que es como decir que era socialmente considerado como indigno. Afirmar que el nombre de un mendigo es "hijo del honorable" es como un guiño que sin decirlo a las claras afirma la dignidad del ciego, introduciendo en la narración un elemento de ironía. [Además] este uso del patronímico "hijo de" resuena con el patronímico usado en el pasaje anterior de los hijos de Zebedeo (10,36-40), y con el patronímico con el que el propio Bartimeo llama a Jesús más adelante "Hijo de David" (10,47).37

Según Hilgert38, habría tres explicaciones sobre por qué el ciego es nombrado en este relato:

  • La primera supone que él era conocido para el autor de Marcos y, al menos, para algunos de sus destinatarios. En tal sentido, Collins considera que la mención del nombre sería comprensible si el hombre hubiese llegado a ser seguidor de Jesús y, por consiguiente, un miembro de la comunidad local pospascual. De hecho, la expresión ("y le seguía por el camino") podría conducir a tal inferencia, ya que el verbo ("seguir"), además de aparecer en 10,52, solo se registra en los relatos de llamado discipular en Marcos (ver 1,18 y 2,14)39.
  • La segunda explicación presume que ese nombre es dado simplemente para proveer al relato de vivacidad y verosimilitud.
  • La tercera consiste en que Marcos usó el nombre para aludir al famoso elogio de la visión en el Timeo de Platón, por lo que el relato del hijo de Timeo sería una historia sobre el don de la visión (y, con esta, el don de la intuición), un tema que es prominente en el elogio platónico, ampliamente conocido por aquel entonces40.

Por otra parte —como señala Guijarro en su aproximación al relato desde la antropología médica41—, la mención del padre del ciego, más que del ciego mismo (Timaios=honorab\e), puede aportar una sutil alusión a que el deshonor (atimos=deshonroso), expresado por la situación de enfermedad y mendicidad, afectaba a toda la familia42. Esta referencia es implícita en el nombre del ciego y quizás era explicada más tarde a quienes no entendían el significado del nombre.

En efecto, aclara Guijarro, la referencia a la familia puede ser un elemento indicativo del tratamiento de las afecciones en los sectores populares. Debido a que la familia era la institución social más importante en el mundo antiguo, era el primer espacio donde se habría buscado la curación. No obstante, es evidente que la familia de Bar Timeo no fue exitosa en brindarle remedio a su ceguera. Además, si la buena salud era un atributo de la persona honorable, la enfermedad era tenida como un elemento vergonzoso.

En efecto, la condición deshonrosa de Bar Timeo es señalada en varios detalles del relato: es un mendigo, está a las afueras de la ciudad, y no le es permitido dirigirse a Jesús. Como indica Moloney, su ceguera y su posición, al lado del camino, revelan su pequeñez ante los ojos del mundo en general43. En tal sentido, no se puede perder de vista que el campo semántico del camino —además de marcar los capítulos 8 a 10— ha sido mencionado en la "parábola de la siembra", así como su explicación alegórica (ver 4,4.15), que hace referencia a "aquellos que, en cuanto oyen la Palabra, viene el satanás y se lleva la Palabra sembrada en ellos" (4,15). Al respecto, Marcus expresa:

El peligro de que Bartimeo pierda su oportunidad queda subrayado por el hecho de que la frase "junto al camino" y el tema de oír ("y tras oír que era Jesús de Nazaret") han aparecido anteriormente en una descripción parabólica de la semilla arrojada donde no puede dar fruto, ya que es devorada inmediatamente por los súbditos de Satanás (4,4.15).44

En últimas, el relato muestra que la mención a un padre (Timeo) propiciará el encuentro entre dos hijos: el hijo de Timeo y el Hijo de David45.

B. Desarrollo: Jesús y Bar Timeo (vv. 47-52a)

El segundo acto (vv.47-52a) es central y está articulado en tres escenas. La primera (vv. 47-52a), a nivel narrativo, tiene una función doble: poner de relieve la tenacidad de Bar Timeo —que insiste en gritar, sin importar las intervenciones externas— y crea un suspenso dramático. La segunda escena (vv. 49-50) presenta la iniciativa de Jesús en la preocupación por el ciego. En el caso del ciego de Betsaida, de manera más plausible, Jesús lo tomó de la mano y lo condujo personalmente fuera de la ciudad. En el presente caso, al encontrarse ya fuera de la ciudad, la pasividad inicial de Bar Timeo contrasta con su reacción entusiasta ante el llamado de Jesús. La tercera escena (vv. 51-52a) presenta una segunda iniciativa de Jesús que estimula la petición de Bar Timeo. Llaman la atención la asimetría entre la petición de Bar Timeo, que quiere ver, la respuesta de Jesús que le dice "vete" 46, y la reacción del ciego recién curado quien, en lugar de irse, decide seguir a Jesús .

Asimismo, no puede perderse de vista el modo como intervienen los personajes en esta secuencia de escenas de la parte central del relato:

  • Primera escena: el "Hijo de Timeo"-"muchos"-el "Hijo de David" (vv. 47-48)
  • Segunda escena: Jesús-"muchos"-Bar Timeo (vv.49-50)
  • Tercera escena: Jesús-Bar Timeo-Jesús (vv. 51-52a)

Después de presentar a los intermediarios ("muchos"), obstaculizando (primera escena) y posibilitando el encuentro entre Jesús y Bar Timeo (segunda escena), la secuencia apunta a una situación climática en la que aquellos desaparecen del todo para permitir un diálogo directo entre el ciego y Jesús, en el cual el nombre del ciego ya no es pronunciado y el título que este dirigió a Jesús en la primera escena ("Hijo de David") cede paso al de Rabbuní.

(a) Primera escena: el "Hijo de Timeo"-"muchos"-el "Hijo de David" (vv.47-48)

Mc 10,47 contiene el único verbo de percepción en el episodio: Bar Timeo ha escuchado que quien pasa es Jesús "el Nazareno". Escuchar tiene fuerza especial, ya que la audición es su principal modo de entrar en contacto con el mundo exterior. En este caso, el narrador simplemente menciona la percepción de Bar Timeo. Esta es una perspectiva interna, breve y profunda, pero real. Bar Timeo grita porque no puede ver si Jesús está cerca o lejos, y el lector-oyente comparte su ignorancia al no saber tampoco dónde está Jesús47. Contrario al hombre ciego innominado de 8,22, quien es llevado por otros que le piden a Jesús que lo toque, el hijo de Timeo toma la iniciativa y en sus gritos se dirige a Jesús como el "Hijo de David". Se configura así el único episodio de curación en Marcos en el que se menciona dicho título48.

La referencia a Jesús como "Hijo de David", en conexión con una súplica por la curación de la ceguera, extraña a algunos exégetas, quienes argumentan que no se esperaba que el Mesías de Israel obrara milagros. Ciertamente, algunos de los milagros atribuidos a Jesús en Marcos son reminiscencia de los obrados por Elias y Eliseo, de modo que se ajustarían mejor a la categoría del profetismo que a la del mesianismo. En efecto, Salomón es el único rey en ser llamado "Hijo de David" (ver 1Cro 29,22; 2Cro 1,1; 13,6) y tal designación tiene connotaciones mesiánicas (ver Is 11,1; Jr 23,5-6; Ez 34,23-24); pero en la tradición veterotestamentaria no se le asocian obras milagrosas a pesar de que, como sostiene Aguirre,

...lo que dio origen a la tradición de Salomón como sanador y exorcista pudo haber sido Sb 7,20: la sabiduría divina otorga a Salomón ciencia para conocer, entre otras cosas, "la naturaleza de los animales, los instintos de las fieras, el poder de los espíritus, las variedades de las plantas y las virtudes de las raíces".49

No obstante, para la época de composición de 4Esd (100 d. C.), se conoce la creencia que asocia la figura de Salomón, el "Hijo de David", con alguien que realiza prodigios50 a la manera de un exorcista, un sanador o un mago51. Por su parte, Moloney asegura que "Hijo de David" es un título que ocupaba un puesto importante en la tradición hebraica (ver 4QBendPatr 2-4; 4QFlor 1,11-13; 4QpIsa 7-10,22; 2Esd 6, 25-26; 7,26-29; 13,49-50; 4Esd12,32; Josefo, Ant 8, 46-49; Test. Sal. 20,1), y era utilizado como título mesiánico en el siglo I a. C. por el autor de los Salmos de Salomón (17,21)52.

El título expresaba la esperanza de un Mesías liberador, como cumplimiento de las promesas hechas en 2S 7; 1Cro 17,11-14; Is 9,6-7; 11,1; Jr 23,5; 30,9; Ez 34, 23-24; 37,24-25; Sal 89,29-38; 132,11-1253. De ser así, el relato de Bar Timeo pondría en relación la tradición del Hijo de Dios con la actividad de Jesús en Jerusalén como Hijo de David. La discusión sobre la autoridad de Jesús, en 11,27-33, confirmaría que dicha autoridad no viene solo de los hombres (es decir, con la autoridad davídica), sino que viene del cielo (como el señalado Hijo de Dios a través de la voz celestial)54.

Asimismo, varios exégetas han interpretado la exclamación de Bar Timeo como signo de intuición profética debido a que, tanto en las tradiciones judías como griegas, se constata que la ceguera podía ser compensada por el don de la visión espiritual55. De hecho, en los mitos griegos era común la asociación de la ceguera con dones naturales compensatorios. De este modo, el grito de Bar Timeo sería una revelación parcial de la identidad de Jesús comparable con la confesión de Pedro, en 8,2956. Bar Timeo podría "ver" —incluso antes de su curación— que Jesús es el "Hijo de David"57. Al respecto, Marcus asevera:

Como el adivino griego Tiresias, este ciego, irónicamente, ve con más claridad que el pueblo vidente alrededor de él, quien trata de apagar su perspicacia [...]. Si anteriormente en el Evangelio un discípulo cercano a Jesús se hace de repente portavoz de Satanás (8,32-33), y si más tarde una comprensiva muchedumbre de Jerusalén (11,1-10) se transmuta bruscamente en hostil (15,11-15), este pasaje muestra que lo contrario puede ocurrir también. En Marcos la línea de batalla entre los bandos apocalípticos en guerra es más porosa que, por ejemplo, en Qumrán (cfr. 1QS 3,15-4,26).58

Como contraste, otros autores han sugerido que Bar Timeo usa los títulos "Hijo de David" y Rabbouni mientras está aún ciego y, por ello, de forma incorrecta. En tal caso, "el término nacionalista 'Hijo de David' que el ciego aplica a Jesús revelaría una ceguera espiritual análoga a la física"59. El título marcano más correcto en el pasaje sería "Nazareno", y así, el uso de rabbí e "Hijo de David" por parte del ciego ubica su fe en el mismo nivel que la de los discípulos que fallan al no captar la identidad de Jesús ni la naturaleza de su reinado60. Al respecto, Guijarro afirma:

Los discípulos, lo mismo que Bar Timeo, ven en Jesús un mesías dinástico, un descendiente del rey David cuya misión consistirá en instaurar un reino glorioso; y aunque Jesús ha tratado de explicarles que él es mesías de otra forma, ellos se han empecinado en su ceguera [...]. Él no es un mesías Hijo de David, sino un mesías Hijo de Dios que, aceptando la voluntad de su Padre, tendrá que pasar por el desprecio, el rechazo y la muerte.61

Por su parte, Best sostiene que el título "Hijo de David" es puesto en labios de una persona ciega porque remite a la comprensión imprecisa sobre la identidad de Jesús. De acuerdo con este autor, Marcos incluyó tal expresión como símbolo del proceso de la curación de la ceguera: ver es ir con Jesús hacia la cruz (ver v. 52), mientras que identificar a Jesús como "Hijo de David" es muestra de ceguera pues, como en el caso de Pedro (ver 8,29-34), remitiría a la comprensión política o militar del mesianismo encarnado por Jesús62.

En esta perspectiva interpretativa, la ceguera de Bar Timeo simboliza la falta de comprensión de los discípulos referida a la verdadera identidad de Jesús63. Solo cuando Bar Timeo recibe su visión alcanza la verdadera comprensión. Por tales motivos, Malbon considera que, aun cuando Bar Timeo es ciertamente un modelo positivo de persistencia en su búsqueda de Jesús, esto solo ocurre después de haber sido abordado por Jesús, esto es, después de que él abandona el título de "Hijo de David" y se dirige a Jesús como Rabbouní (literalmente: "mi rabbí, mi maestro)64.

En la misma línea, la postura según la cual la aclamación de Jesús como "Hijo de David" es un error por parte de Bar Timeo, se basa en Mc 12,35-37, en que Jesús parece negar que el Mesías sea Hijo de David. Allí, Jesús usa el término "Hijo de David" en medio de una controversia con los escribas y en forma de pregunta: "¿Cómo los escribas pueden decir que el Cristo es el Hijo de David?" (12,35). Según 12,35-37a, en que Jesús cita el Salmo 110,1, el rechazo de la designación "Hijo de David" al Cristo es la conclusión obvia de la lógica del Salmo (a pesar de su uso en la tradición cristiana como prueba de que sería una exaltación a Jesús)65.

La estructura del argumento del Jesús marcano, en 12,37a, es como sigue: si David, el autor inspirado del salmo, afirma que "el Señor" (que es el Señor Dios) dice al "Señor de David" (que es el Cristo) "siéntate a mi derecha", entonces David está llamando a Cristo "mi Señor", lo cual no haría si el Cristo fuese su hijo y, por tanto, inferior en dignidad, de lo que denota el alto estatus de la aclamación "mi señor". "Y lo mismo pasa con el reino del que habla Jesús, que es más grande que el de David, diferente del de David"66. Así, el Cristo no puede ser el hijo de David67. Además, como observa Aguirre:

La Epístola de Bernabé (XII, 10.11) combate la idea de que Cristo sea Hijo de David, afirmación que procede del extravío de los pecadores [...]. Precisamente en los capítulos siguientes Marcos subraya la forma paradójica y escandalosa que tiene la realeza de Jesús (14,61; 15,2.9.12.17-19.26.32). Su exposición culmina afirmando que es el Mesías (14,62), pero como Hijo del Hombre trascendente y, sobre todo, como Hijo de Dios manifestado a través de la cruz (15,39).68

Una postura más desapasionada es ofrecida por el mismo Aguirre, quien afirma:

La invocación "Hijo de David" pudo ser un grito de un ciego que recurría a Jesús, cuya fama de sanador se había extendido y atraía a la gente (Mc 3,7; 6,55-56) en busca de curación y no conllevaba necesariamente resonancias mesiánicas estrictas. "Hijo de David" no tiene por qué haber sido reducido necesariamente por la tradición cristiana que, sin duda, reivindicó con fuerza el origen davídico de Jesús (Mt 1,1; Rm 1,3-4) e incluso le aclamó mesiánicamente como Hijo de David (Mt 21,9) [...]. Así, "Hijo de David" en boca de Bartimeo no tiene sentido mesiánico, sino que es la forma, perfectamente posible en el judaísmo del siglo I, de dirigirse a un taumaturgo y hombre de Dios que sanaba y cuya fama ha llegado a este pobre ciego que recurre a él pese a todas las dificultades y lleno de confianza.69

En todo caso, independientemente del carácter apropiado o no del título con el que Bar Timeo se dirige a Jesús, el narrador sugiere con cierta ironía que este hombre ciego puede ver más que la multitud70. En palabras de Léonard, "el ciego es más clarividente que la muchedumbre con respecto a la identidad de Jesús: le hablan de 'Jesús de Nazaret' y él interpreta 'Jesús, Hijo de David'"71.

En tal sentido, no se puede negar el trasfondo del motivo de la filiación en el relato, al mostrar al "hijo de Timeo" que pretende encontrarse con el "Hijo de David". De hecho, Jesús (aunque parece ignorarlo al inicio) no rechaza a Bar Timeo por usar el título; más bien se detiene y pide a sus acompañantes llamar al hombre, quien —a pesar de su ceguera— no tiene dificultad para localizar al Mesías72.

Por otra parte, la expresión "compadécete de mí" pertenece al género de la súplica y, aunque no es común en Marcos (ya que además de las dos veces en que se menciona en este relato, en los vv. 47-48, solo aparece otra vez en 5,19, puesta en boca de Jesús como conclusión del exorcismo del geraseno), es muy corriente en los salmos como invocación de ayuda en una situación de necesidad (Sal 6,2; 9,13; 16,25; 24,16). De acuerdo con Aguirre, "el AT pone en boca del justo que se dirige a Dios la petición (Sal 4,1; 6,2; 9,14; 40,11; Is 33,2) y en el judaismo posterior adquirió posteriormente un sentido escatológico (2M 2,7)"73.

De igual modo, como reiteración del carácter intuitivo del ciego, McDonald plantea que las aclamaciones de Bar Timeo, al implorar misericordia, y más adelante, el restablecimiento de la visión, muestran que él reconoció en Jesús el poder de Dios. En otras palabras, aparentemente él sabia algo sobre Jesús que aquellos que trataban de silenciarle no. Mientras ellos tenían ojos pero no podían ver, el ciego vio con su fe y asi recibió la visión. En tal sentido, Bar Timeo representaría un "oxímoron narrativo", ya que sería un , un ciego vidente74.

Asimismo, ante el grito de Bar Timeo, la multitud es presentada ejerciendo el rol inicial de obstaculizar el encuentro entre Jesús y el ciego, con la finalidad narrativa de resaltar la fe persistente de aquel75. La multitud, aquí identificada como "muchos" (irónicamente, aquellos para quienes Jesús entregará su vida, según 10,45), ordena a Bar Timeo silenciarse, del mismo modo como Jesús había ordenado a los demonios mantenerse en silencio (ver 1,25; 4,39; 9,25)76.

En efecto, el verbo "reprender" , que normalmente tiene como sujeto a Jesús, no solo es usado en contextos que conciernen al secreto mesiánico en Marcos (por lo general, dirigido a los demonios); también aparece en escenas en que los que están alrededor de Jesús reprenden a alguien de forma errónea o desean impedir a otros el acceso a Jesús77. Y en cada ocasión, aquellos que reprenden han tenido que ser corregidos por Jesús (ver Mc 8,32-33; 10,13). Por tal motivo, Marcus afirma:

...la reprobación por parte de la muchedumbre, ante el grito de Bar Timeo, puede representar en el contexto marcano un intento satánicamente instigado de robar la palabra de esperanza sembrada en este mendigo sentado "junto al camino" (cfr. Mc 4,4-15).78

Así, esta parte del relato (vv. 47-49) depende de la presencia y la intervención de la multitud, mientras que el resto de la historia se centra en Jesús y el ciego79.

(b) Segunda escena: Jesús-"muchos"-Bar Timeo (vv.49-50)

Después de su primer grito, el narrador hace visible la fe de Bar Timeo con sus acciones más que con sus palabras. Su perseverancia, a pesar de la oposición (ver 10,48), puede ser vista a la luz de la afirmación de Jesús en 10,52, como consecuencia de una fe sólida y audaz que no flaquea ante los obstáculos80. En palabras de Estévez:

...al ciego de Jericó no le basta con pedir. Grita para ser escuchado. Frente a los que quieren hacerle callar, grita más fuerte aún y atrae la atención de Jesús. Si sus ojos no pueden ayudarle, la potencia de su voz expresará su voluntad firme de curarse y su tenacidad en la búsqueda de la salud.81

De este modo, la fe de Bar Timeo es demostrada no tanto por su confesión davídica de Jesús sino por su persistencia al enfrentar los esfuerzos por silenciarlo y detenerle en su búsqueda de Jesús82.

Ante la insistencia del ciego, Jesús detiene su caminata y ordena llamarle (10,49). Al respecto, De Mingo observa que "el grupo formado por Jesús y sus seguidores, en movimiento hasta entonces, se detiene, y el único elemento inmóvil de la escena, 'el ciego sentado al borde del camino', se levanta de un salto, arrojando su única posesión, su manto"83. Quienes rodean a Jesús llaman a Bar Timeo con la expresión "ánimo, levántate, te está llamando" .

Es de notar que la triple repetición del verbo "llamar" , en el v. 49 (puesta, en primer lugar, en labios de Jesús en modo imperativo dirigida a la muchedumbre; luego, indicada por el narrador para describir la acción de la muchedumbre al obedecer la orden; finalmente, puesta en labios de la muchedumbre que, en forma coral, se dirige al ciego indicándole que Jesús le llama), sugiere que —del mismo modo que la llamada a los primeros discípulos (1,16-20; 2,14)— este episodio de curación funciona también como un relato de vocación, incluso a pesar de que el verbo llamar no aparezca en los relatos iniciales84. Asimismo, como las expresiones asociadas con la vocación y la resurrección están combinadas, el oyente y lector cristiano se hace consciente de que Bar Timeo está siendo llamado a la posibilidad de la vida85.

Ciertamente Marcos usa el verbo correspondiente a "dar ánimo" y el imperativo de "levantar" , empleados cuando Jesús habla a los discípulos aterrorizados en 6,50. Además, Jesús continuamente está "levantando" a la gente: levanta a la suegra de Pedro (1,31), al paralítico (2,9.11.12), al hombre con la mano seca (3,3), a la hija de Jairo (5,41), al muchacho epiléptico (9,27) y ahora a Bar Timeo.

Como reacción al llamado, el gesto de Bar Timeo de tirar su manto puede ser simplemente un modo de mostrar en forma narrativa el entusiasmo de su respuesta a Jesús. También puede ser interpretado como un motivo literario cuya connotación simbólica muestra la necesidad de dejar algo tras de sí cuando se es llamado por Jesús. En el caso de Bar Timeo, el manto es una de las pocas posesiones que un mendigo podría tener86. Sin embargo —como señala Ossandón—, este debe ser abandonado si se convierte en obstáculo para encontrarse con Jesús.

Por ello, además de la persistencia, la fe de Bar Timeo incluye la obediencia a la llamada de Jesús87. Así, el gesto de arrojar el manto (10,52) podría ser considerado como la expresión de una disposición interior. Al respecto, Meynet afirma:

El "manto" era una prenda de vestir, exterior, amplia, sin mangas, sin costuras, con una abertura para la cabeza. Protegía del frío, y de noche servía de frazada o de lecho. El manto era la casa del pobre, su único techo para pasar la noche (ver Ex 22,25-26; Dt 24,10-23). El mendigo sentado podía así recibir las limosnas en la parte delantera del manto acomodado en su regazo. El verbo apoballo, traducido como "abandonar" es un hápax en el texto de Marcos; en el Nuevo Testamento, solo aparece una vez, en Hb 10,34-35. [Desde el v. 34 se puede] interpretar que, al "abandonar su manto", Bartimeo "se despoja de sus bienes" para "poseer una riqueza mejor y estable". En este sentido, puede resultar pertinente la imagen utilizada por Pablo para hablar de la conversión: "despojarse del hombre viejo" (Col 3,9-10; Ef 4,20-24), para "revestirse de Cristo" (Rm 13,14).88

Por su parte, Marcus señala:

...algunos pasajes del Antiguo Testamento pudieron contribuir también al simbolismo de la ropa que se arroja lejos. En Zc 3,1-10 el despojo de la ropa sucia simboliza la regeneración del sumo sacerdote; ello va unido en este pasaje a la venida del "retoño" de David, vocablo cercano al de "Hijo de David".89

Además, desde el punto de vista de los estudios de antropología cultural del siglo I, Estévez afirma:

El vestido es un símbolo clarísimo de la posición social de una persona que determinaba sin lugar a dudas el lugar que debía ocupar, los lugares donde podía entrar y las personas con las que debía tratar. Es muy ilustrativo al respecto St 2,2-3: "Porque si en vuestra asamblea entra un hombre con anillo de oro y vestido de ropa lujosa , y también entra un pobre con ropa sucia , y dais atención especial al que lleva la ropa lujosa, y decís: tú siéntate aquí, en un buen lugar; y al pobre decís: tú estate allí de pie, o siéntate a mis pies...". En este texto se ilustra, además, la distribución espacial en la sociedad de las personas según el vestido: "aquí" y "allí", es decir, entre el rico que participa de la asamblea, situándose en el centro y en un buen lugar, y el pobre que se sitúa fuera, al margen, reforzando la imagen en este caso por "el estar de pie", y "a sus pies", lo que indica claramente la posición subordinada que ostentan los pobres . Es decir, en la asamblea o en la vida social es estar de pie y alejados; mientras que su ámbito en la vida ciudadana es el camino y ahí sí pueden estar sentados.90

Con base en lo dicho, es claro que el gesto de Bar Timeo estaría relacionado con la descripción de Pedro y Andrés al dejar sus redes (ver 1,18), los hijos de Zebedeo al dejar a su padre (ver 1,20), y de Pedro y los demás al dejar todo para seguir a Jesús (10,28)91. Aquellos discípulos abandonaron sus ocupaciones, sus posesiones y a sus padres. De igual modo, el mendigo ciego deja su único vestigio de dignidad al lado del camino, al tirar su manto92. Ello contrasta con el hombre rico que, "cuando Jesús sale , se puso en camino, pero no pudo dejar tras de sí sus muchas posesiones (ver 10,21-22) y no le siguió (10,22)"93. Así, Bar Timeo tiene éxito allí donde el hombre rico falla94.

(c) Tercera escena: Jesús-Bar Timeo-Jesús (vv. 51-52a)

Una vez frente a Jesús, en lugar de permitir que otros hablen por él, como hizo con Santiago y Juan (ver 10,36), Jesús pregunta al ciego qué quiere que haga por él95. Sin embargo, a diferencia de Santiago y Juan, Bar Timeo quiere solo una cosa: recuperar la visión 96. En otras palabras, Bar Timeo, el "mendigo", no pide dinero, sino su curación ("que vea"), y obtiene mucho más de lo que pide ("tu fe te ha salvado").

En contraste con los hijos de Zebedeo, quienes se dirigieron a Jesús como (10,35), y le pidieron una posición de honor y poder cuando Jesús entrara a la de su reino mesiánico en Jerusalén (10,37), Bar Timeo, quien busca su curación, no se dirige a Jesús como taumaturgo sino como rabbouní, es decir, alguien que tiene autoridad para enseñar97.

Tal palabra y la petición de la visión es una clara evocación de Is 61,1 LXX98. De hecho, la transliteración griega rabbouní es una intensificación o énfasis de la forma rabbí. Se deriva del arameo rabboni, una combinación entre rabbon ("maestro") y la primera persona singular ("mi maestro"). En el Nuevo Testamento, el título solo es usado en referencia a Jesús aquí y en Jn 20,16 (cuando María Magdalena reconoce que quien ella pensaba que era el jardinero, en realidad era Jesús resucitado)99.

Como observa Guijarro, la curación ocurre por medio de un dialogo, en el que tanto Jesús como Bar Timeo interpretan su afección y su curación en términos religiosos. Así, la compasión que pide Bar Timeo es un atributo de Dios, y su petición presupone que solo Dios puede conferirle la sanación. Jesús le responde atribuyéndole la curación a su actitud de fe100. En palabras de Estévez,

...es un diálogo de tú a tú sin intermediarios, que le ofrece la posibilidad de decirse ante alguien, de expresar los deseos más hondos de su corazón. Porque sus gritos de ayuda fueron escuchados y su clamor tuvo respuesta, se abrió para este hombre la posibilidad de una historia con futuro.101

Comparado con 8,22-26, aquí no hay una palabra de sanación o un tocamiento por parte de Jesús. Simplemente, como en el relato de la mujer con flujo de sangre (ver 5,34; ver también el episodio con la mujer sirofenicia en 7,29), Jesús declara que la fe de Bar Timeo es la que lo ha "salvado" , y sus palabras son el culmen de la acción dramática102. De este modo,

...Jesús atribuye la curación a la fe del ciego, reconociendo de este modo el protagonismo del sanado en su propia curación. Solo en otras dos ocasiones en Marcos se habla de esta fe que cura: en el caso de la hemorroísa (Mc 5,34) y en el caso del paralítico traído en camilla y descolgado a través del tejado (Mc 2,5).103

La misma forma de despido, "vete" , que no es un rechazo, aparece en la curación del leproso (1,44), la curación del paralítico (2,11), y el exorcismo del endemoniado geraseno (5,19)104. Esta designaría "un envío que testifica la curación y la reintegración social del curado"105. De este modo, Bar Timeo se une a la mujer con flujo de sangre (5,34), a la mujer sirofenicia (7,24-30) y al padre del muchacho epiléptico (9,14-29), quienes se presentan ante Jesús sin traer nada más que la fe; y así alcanza la visión plena106.

En últimas, la declaración de Jesús permite inferir que el milagro está vinculado con la negativa obstinada de Bar Timeo a ser intimidado por la multitud. No obstante, a diferencia del relato del muchacho con un espíritu sordo y mudo en que al final Jesús se dirige a sus discípulos en tono de enseñanza y reproche (ver Mc 9,14-29), aquí no se ofrece una solución a la actitud hostil de la multitud. El desenlace se focaliza en el despido del ciego sanado y en un comentario por parte de Jesús en que señala su obstinación como muestra de fe107.

C. Epílogo: Bar Timeo salvado-sanado siguiendo a Jesús por el camino (v. 52b)

En relación con el exordio, el epílogo del relato forma un paralelismo semántico antinómico: la ceguera y la inmovilidad de Bar Timeo en la primera escena contrastan con la recuperación de la vista y el seguimiento de Jesús108. Aquí la curación es instantánea y completa (curiosamente se mencionan los mismos términos que describen la recuperación de la visión de Saulo, en Hch 9,17-18; 22,13 — —, lo que subraya el carácter simbólico de la curación), en contraste con la curación gradual en 8,22-26.

Además, a diferencia del relato del ciego de Betsaida, en que el hombre recién curado es enviado a su casa y se le indica que no entre a la aldea, aquí, Bar Timeo sigue a Jesús por el camino. De este modo, si el relato de la curación del ciego en Betsaida ilustra la condición de los discípulos, quienes ven pero no con claridad, el relato de la llamada a Bar Timeo sirve como un paradigma del poder de Jesús para sanar, restaurar, y devolver la vista a quienes responden a su llamada para seguirle por el camino hacia la cruz109.

Y aunque Bar Timeo no ha escuchado la enseñanza como los demás discípulos, el lector/oyente sabe que "seguir a Jesús por el camino" significa seguirle por el sufrimiento y la muerte110, ya que "el camino" es un término intencional que Marcos ha usado como metáfora para indicar el camino del discipulado o el camino hacia la cruz (4,4.15; 6,8; 8,3.27; 9,33-34; 10,17.32.46)111. En otras palabras —como opina Grilli—, Bar Timeo pone delante de los lectores/oyentes el único modelo de seguimiento posible: el que es por el camino. Por ello, en este momento el lector/oyente no puede no saber que el seguimiento del Mesías es el seguimiento del Mesías crucificado112.

De hecho, es un verbo que connota discipulado, pues —como se ha enunciado— Marcos lo usa en los relatos de llamada (ver 1,18; 2,14-15; 3,7; 6,1; 8,34; 9,38; 10,21.28.32)113. Y aunque Jesús no ha llamado a Bar Timeo, como hizo con los discípulos, sino le ordena irse, la aparente desobediencia de Bar Timeo resulta consistente con la invitación de Jesús en 8,34: si alguno quiere seguir a Jesús debe tomar su cruz y seguirle por el camino.

En efecto, no se dice que Jesús rechace a este nuevo seguidor, aun cuando no pertenezca al grupo de sus discípulos114. Así, como indica Léonard:

...al señalar que Bartimeo sigue a Jesús por el camino, Marcos describe la actitud correcta del discípulo, más que por ser la respuesta a una vocación, por apropiar la adhesión a la perspectiva de la cruz (que causa tanto temor a los Doce, cfr. 10,32).115

Por consiguiente, en palabras de Aguirre:

...el hilo cristológico central del relato tiene una consecuencia eclesiológica inseparable: el camino de los discípulos no puede ser diferente al del Maestro. El ciego de Jericó, al que se le abren los ojos y sigue a Jesús por el camino (10,52) justo cuando va a entrar a Jerusalén, es el representante del verdadero discípulo que comprende y se identifica con Jesús.116

Conclusión

Como expresa Ossandón, Bar Timeo es el único personaje en el Evangelio según Marcos que sigue a Jesús hacia Jerusalén de forma incondicional. Jesús no estará más solo porque su propuesta ha sido aceptada finalmente por un personaje. Por tanto, los discípulos (y los lectores/oyentes) pueden constatar que las exigencias de Jesús no son una utopía. Si Mc 8,22-26 señala que la ceguera de los discípulos puede ser curada, entonces la actitud de Bar Timeo muestra cómo ellos deberían actuar si no estuvieran ciegos117. Como expresa De Mingo, "la luz de Bar Timeo puede curar de su ceguera a los discípulos de Jesús, llamados a ser grandes sirviendo"118.

Marcos usa este relato para demostrar a su comunidad lo que es la fe y los elementos que ellos necesitan para permanecer como discípulos fieles: suplicar de manera persistente, a pesar de los obstáculos y la oposición; tener coraje; dejar las seguridades, por más insignificantes que parezcan; ir hacia Jesús; ser cuestionados por Jesús; permitirle abrir los propios ojos y seguirle por el camino119.

Por ello es razonable concluir que el tema principal del episodio es la revelación de la fe de Bar Timeo, más que la curación de su ceguera. O mejor, en el relato de Bar Timeo convergen la fe que conduce a la curación y la fe que exige el discipulado. De esta manera, ser curado y ser salvado llegan a integrarse mutuamente para la audiencia marcana120.

Esto ha conducido a autores como Ossandon a indicar que Mc 10,46-52 contiene una "trama de revelación" (en torno de la identidad de Jesús y sus implicaciones soteriológicas), de la cual la "trama de resolución" (en torno de la curación milagrosa del ciego) sería solo secundaria. De hecho, las palabras y obras de Bar Timeo se refieren siempre a Jesús. Él es el objeto de su fe121. Al respecto, Pikaza indica:

Marcos no vuelve a hablar más de este ciego, como tampoco habla más del endemoniado de Gerasa (5,18-20). Estos dos, con la mujer del vaso de alabastro (14,3-9), son ya portadores privilegiados de la obra mesiánica de Jesús. De esa forma indican la fecundidad de su mensaje. No hace falta que volvamos a encontrarlos en la pascua (16,1-8), pues forman ya una especie de pascua anticipada. Aunque los Doce discípulos hubieren fracasado, como se verá a lo largo de Mc 14-15, el Evangelio sabe que hay otros que han seguido a Jesús de verdad, como Bartimeo, ciego sanado que lo acompaña hacia Jerusalén.121


Pie de página

1Tomado de Nestle y Aland, Novum Testamentum Graece, 346-347; Metzger (ed.), The Greek New Testament, 287.
2Estructura tomada de Grilli, Limpotenza che salva. Il mistero della croce in Mc 8,27-10,52: Lettura in chiave communicativa, 140.
3B* sams omiten esta frase. Si la omisión fue deliberada, la razón pudo haber sido de estilo, pues se dice que Jesús fue a Jericó y después salió de ella sin ninguna descripción de cualquier actividad realizada allí. Al respecto, ver a Collins, Mark: A Commentary, 504; ver también a Metzger, Un comentario textual al Nuevo Testamento griego, 157.
4La palabra ("mendigo") es una palabra tardía e inusual. Ello pudo dar origen a las variantes. Así, A, C, W y otros atestiguan el participio ("mendigando"), como aparece en el texto paralelo de Lc 18,35. Por su parte, C* y 579 atestiguan la lectura en la cual la palabra ("mendigo") ha sido omitida. Al respecto, ver a Collins, Mark, 504.
5De acuerdo con Gundiy (Mark: A Commentary on His Apology for the Cross), De Mingo opina que "el imperfecto utilizado aquí es inceptivo, es decir, indica el inicio de una acción". Por eso traduce por "empezó a seguirle" (De Mingo, "Evangelizados por los pobres: Lectura narrativa de Mc 10,46-52", 394). Sin perder de vista las implicaciones semánticas de tal precisión, aquí se ha optado por conservar la traducción literal del verbo en su forma de imperfecto.
6Robbins, "The Healing of Blind Bartimaeus (10:46-52) in the Marcan Theology", 225.
7Beavis, Mark, 172.
8En el texto paralelo de Mateo (20,29-34), en lugar de aparecer un solo ciego, se mencionan dos. El relato mismo "ha abreviado intencionalmente su fuente, concentrándose en la inmediatez del encuentro entre Jesús y los ciegos, donde reside lo esencial de su interpretación teológica: la interacción entre Jesús, Señor e Hijo de David, sanador y benefactor, y los ciegos, clientes que se ponen al servicio de quien ha obrado el bien por ellos y proclaman con su gesto de seguimiento la praxis excelente y virtuosa de Jesús [...]. La sustitución de Mateo del nombre del ciego (Bar Timeo, Mc 10,46) por la expresión más genérica de dos ciegos tiene como función el hecho de que es el número mínimo para dar testimonio de la mesianidad de Jesús". Ver a Estévez López, "Jesucristo, Hijo de David y benefactor que otorga la salud: la curación de los ciegos de Jericó (Mt 20,29-34)", 188 y 204.
9Guijarro Oporto, "Healing Stories and Medical Anthropology: A Reading of Mark 10:46-52", 107. Aguirre propone como hipótesis que el trasfondo vital del relato responde a la catequesis bautismal tanto por su carácter de iluminación (pasar de la oscuridad a la luz) como por el gesto de Bar Timeo de arrojar el manto que aludiría al rito de desnudar al neófito y vestirle con un vestido nuevo. Al respecto, ver a Aguirre Monasterio, "La curación del ciego Bartimeo (Mc 10,46-52): estudio histórico-crítico", 223. Desde el punto de vista de la crítica de la redacción, a partir del testimonio ofrecido por el Códice Beza y basado en la convicción de que ese tipo de texto podría deparar un texto más cercano al original que el texto alejandrino avalado por el Códice Vaticano y por la mayoría de manuscritos unciales y minúsculos conservados, Ruis-Camps asegura que en la primera de las tres redacciones del Evangelio, "Baritimías, hijo de Timeo, había sido discípulo de Jesús pero cuando este salía de Jericó para afrontar la subida a Jerusalén y las instituciones del Templo, se sentó como un maestro, en el margen del camino de Jesús y se quedó ciego, necesitado de todo. Al oír algunos que decían: "¡Es Jesús, el Nazareno!", se envalentonó, pues ese era su modo de pensar, y empezó a gritar: "¡Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí". Su ideología es claramente la de los que propugnaban un Mesías davídico fuerte y victorioso sobre sus enemigos, los romanos. Muchos se pusieron a conjurarlo para que callase, pues consideraban que estaba poseído por una ideología diabólica. Jesús hizo un alto en el camino y lo mandó llamar. Él dejó a un lado su manto de maestro y de un salto vino hacia Jesús. Del diálogo se deduce que había sido un discípulo muy apreciado ("el Precioso", nombre derivado de ), pero que había cerrado los ojos al proyecto emprendido por Jesús y se había quedado ciego. Jesús le pregunta: "¿Qué deseas que haga por ti?". La respuesta del ciego es la típica de un discípulo que había visto con anterioridad: 'Señor, Rabbí, que vuelva a ver'" (Ruis-Camps, El Evangelio de Marcos: Etapas de su redacción. Redacción jerosolimitana, refundición a partir de Chipre, redacción final en Roma o Alejandría, 201).
10Bouyer, Personajes anónimos del Evangelio: encuentros de Jesús en los evangelios sinóptico, 23-25.
11Grilli, L'Impotenza che salva, 140.
12Marcus, El Evangelio según Marcos (Mc 8-16), 876.
13Robbins, "The Healing of Blind Bartimaeus (10:46-52) in the Marcan Theology", 239.
14Estévez López, "Jesucristo, Hijo de David y benefactor que otorga la salud", 202-203. A la luz de 15,41, Dewy encuentra que los Doce están llamados a hacer el trabajo de las mujeres. En Mc 10,43-44, Jesús dice: "Cualquiera de ustedes que desee llegar a ser grande, será servidor de ustedes, y cualquiera de ustedes que desee ser el primero, será siervo de todos". Sería de esperar que Marcos contrastara el ser grande o el primero con ser pequeño, débil o sufriente. Sin embargo, Marcos no contrasta el poder con el sufrimiento sino con el servicio. El signo del verdadero discípulo no es sufrir mucho sino servir mucho. Esta instrucción de servir está dirigida a los Doce, no a las mujeres, niños o esclavos, aquellos cuyo rol social es, de hecho, servir. Ver a Dewy, "Women in the Gospel of Mark", 25-26.
15Robbins, "The Healing of Blind Bartimaeus (10:46-52) in the Marcan Theology", 226.
16Por lo anterior, Robbins llega a afirmar que el verdadero paralelo del relato de Bar Timeo en Marcos es la perícopa de Cesarea de Filipo en 8,27-33 (ver ibíd., 227).
17Aguirre Monasterio, "La curación del ciego Bartimeo (Mc 10,46-52)", 214.
18Ossandon, "Bartimaeus' Faith: Plot and Point of View in Mark 10,46-52", 394.
19Menken, "The Call of Blind Bartimaeus (Mark 10:46-52)".
20Ibid., 276.
21Ibíd., 287.
22Aguirre Monasterio, "La curación del ciego Bartimeo (Mc 10,46-52)", 226.
23Robbins, "The Healing of Blind Bartimaeus (10:46-52) in the Marcan Theology", 227.
24Collins, Mark, 397.
25Aguirre Monasterio, "La curación del ciego Bartimeo (Mc 10,46-52)", 227.
26Ibíd., 506.
27Ibíd.
28Robbins, "The Healing of Blind Bartimaeus (10:46-52) in the Marcan Theology", 224.
29Según Donahue y Harrington (The Gospel of Mark, 317), localizada a 24 kilómetros al nororiente de Jerusalén, 8 kilómetros al occidente del río Jordán y 9 kilómetros al norte del Mar Muerto, Jericó es una especie de oasis en medio de un terreno áspero. Asimismo, de acuerdo con Culpepper, por un breve periodo (35-30 a. C.), esta ciudad fue tomada por Herodes el Grande y dada a Cleopatra. En el área, Herodes construyó un palacio de invierno, un hipódromo y un teatro para la ciudad. Además, la ciudad era conocida por sus frutos y sus rosas, pero también era el sitio de varios crímenes y muertes que marcaron la historia del periodo: el asesinato de Simón y sus hijos (en el 134 a. C.; ver 1M 16,11-17), el ahogamiento del sumo sacerdote Aristóbulo III en la piscina del palacio, ordenado por Herodes (en el 35 a. C.), el asesinato de Antipatro, también ordenado por su padre Herodes (en el 4 a.C .), y cinco días después, la muerte de Herodes mismo (ver a Culpepper, Mark, 351).
30Marcus, El Evangelio según Marcos, 871; Ver también a Watts, Isaiah' New Exodus and Mark, 127.
31Al respecto ver a Barrios Tao, "El servicio del Hijo del Hombre: entregar la vida. Una contribución a la traducción de Mc 10,45".
32Bultmann, Historia de la tradición sinóptica, 345; Dibelius, From Tradition to Gospel, 51-53.
33Donahue y Harrington, The Gospel of Mark, 317.
34Marcus, El Evangelio según Marcos, 872.
35De Mingo, "Evangelizados por los pobres", 389
36Marcus, El Evangelio según Marcos, 872.
37De Mingo, "Evangelizados por los pobres", 389.
38Hilgert, "The Son of Timaeus: Blindness, Sight, Ascent, Vision in Mark".
39Collins, Mark, 507.
40Hilgert, "The Son of Timaeus", 189.
41Guijarro Oporto, "Healing Stories and Medical Anthropology", 107.
42Ibíd.
43Moloney, The GospelofMark: A Commentary, 208. Estévez, por su parte, afirma que el ciego parece estar "fuera de la ciudad, al margen de la vida pública y social de la misma y está sentado, una posición que indica ausencia de actividad. Están en los márgenes pero no aislados, como sucede con otros personajes de las ciudades pre-industriales que viven fuera de los muros de la ciudad: algunas prostitutas y curtidores (ocupación indeseable por el mal olor), comerciantes, agricultores sin tierras. Todos ellos personas que durante el día podían entrar en la ciudad pero que al cerrarse las puertas en la noche salían" (Estévez López, "Jesucristo, Hijo de David y benefactor que otorga la salud", 209).
44Marcus, El Evangelio según Marcos, 876.
45Grilli, Limpotenza che salva, 140-141.
46Ibíd., 140-141.
47Ossandón, "Bartimaeus' Faith", 384.
48Robbins, "The Healing of Blind Bartimaeus (10:46-52) in the Marcan Theology", 226.
49Aguirre Monasterio, "La curación del ciego Bartimeo (Mc 10,46-52)", 219.
50Al respecto ver Collins, Mark, 510.
51Culpepper, Mark, 353; Meier, Un judío marginal II-2, 689-690; Marcus, The Way of the Lord: Christological Exegesis of the old Testament in the Gospel of Mark, 151; Duling, "Solomon, Exorcism, and the Son of David".
52Moloney, The Gospel of Mark, 209. Sin embargo, para autores como Ossandón ello parece altamente improbable debido a la tardía datación de Test. Sal. A su juicio, para entender el grito de Bar Timeo es suficiente con suponer una referencia a la versión Septuaginta del libro de Isaías: Is 29,18; 35,5; 42,6; 7,16; 61,1. Al respecto, ver a Ossandón, "Bartimaeus' Faith", 392.
53Grilli, Limpotenza che salva, 144.
54Robbins, "The Healing of Blind Bartimaeus (10:46-52) in the Marcan Theology", 242.
55Beavis, Mark's Audience: The Literary and Social Setting of Mark 4,11-12, 27; Donahue y Harrington, The Gospel of Mark, 318; Collins, Mark, 510.
56Ibid., 510.
57Culpepper, Mark, 353.
58Marcus, El Evangelio según Marcos, 878. Sobre Tiresias, el adivino ciego más importante de la mitología griega ver a Homero, Iliada - Odisea, Canto XI de Odisea, 23.92.139.150. Ver también a Beavis, "From the Margin to the Way: A Feminist Reading of the Story of Bartimaeus". En efecto, el modo como Bar Timeo se dirige a Jesús, "Hijo de David, Jesús", evoca las palabras del vidente ciego Tiresias dirigidas a Odiseo: "Hijo de Laertes, nacido de Zeus, Odiseo" (Homero, Odisea, XI, 92-96). No obstante, mientras Jesús curó a Bar Timeo y le permitió caminar tras de sí, Odiseo fue incapaz de curar al ciego sabio quien, después de pronunciar su profecía, regresó para estar en medio de las multitudes del Hades. Al retomar estas tradiciones mitológicas, Clemente de Alejandría describe al hombre cristiano que, igual que el ciego Tiresias, debe abandonar Tebas, la ciudad idólatra y, apoyado en su bastón, que es la cruz, ponerse en camino hacia el cielo. Al respecto, ver a Daniélou, Mensaje evangélico y cultura helenística: siglos II y III, 99. Por ello presenta a Cristo llamando a Tiresias para recuperar su visión: "Ven a mí, anciano. Deja atrás la profecía y el culto báquico, y déjate llevar de la mano hacia la verdad. Mira , te doy el madero de la cruz para que te apoyes con fuerza. ¡Ánimo, Tiresias, ten fe. Alza la vista ! Cristo brilla más luminoso que el sol; por medio de él los ojos de los ciegos vuelven a ver . La noche huirá de ti; el fuego se espantará; la muerte perecerá. Aunque ahora no veas a Tebas, anciano, tú verás los cielos" (Clemente de Alejandría, El protréptico, XII, 119.3,329. Nótese que el uso griego de los verbos de visión guarda una estrecha semejanza semántica con la diferenciación que se ha establecido en el presente estudio sobre el uso de dichos verbos en Marcos). Así, Tiresias no sólo recobrará la visión sino que será salvado del Hades: noche, fuego y muerte (ver a MacDonald, The Homeric Epics and the Gospel of Mark, 101).
59Marcus, El Evangelio según Marcos, 873.
60Moloney, The Gospel of Mark, 209.
61Guijarro Oporto, El camino del discípulo: seguir a Jesús según el Evangelio de Marcos, 70 y 73.
62Best, "Following Jesus: Discipleship in the Gospel of Mark", 285-286.
63En tal sentido, Watts considera que Bar Timeo no es un verdadero discípulo más que Pedro: ambos, ciegos, han hecho confesiones imperfectas, y aunque ambos siguieron por el camino no hay nada en el Evangelio que sugiera que hayan captado la verdad de que el Mesías debía morir o su significado. La clave, por consiguiente, no parece estar relacionada con el rol de Bar Timeo como un discípulo modelo sino, en cambio, en el propósito redaccional de Marcos al relacionar la restauración de la visión con el motivo del camino del nuevo éxodo como el camino del mesías sufriente. Al respecto ver a Watts, Lsaiah's New Exodus andMark, 251. Por su parte, Tyson cree que Marcos promueve un cristianismo desde una perspectiva gentil y así subvierte la imagen que los discípulos tenían en torno de la figura del Hijo de David cuya cristología pudo haber caracterizado a la Iglesia de Jerusalén. Se detectaría, de este modo, una tensión entre las tradiciones cristianas del norte (galilea) y del sur (Jerusalén).Al respecto, ver Tyson, "The Blindness of the Disciples in Mark".
64Malbon, "The Jesus of Mark and The 'Son of David'", 163.
65Como lo muestran Mt 1,1-17, Lc 3,23-38, Rm 1,3 y 2Tm 2,8. Al respecto, Hahn, The Titles of Jesus in Christology: Their History in Early Christianity, 242.
66Borg y Crossan, La última semana de Jesús: el relato día a día de la semana final de Jesús en Jerusalén, 99.
67En últimas, lo que hace el Jesús marcano es desacreditar lo que los escribas dicen acerca del Cristo como Hijo de David, desviando la atención desde sí mismo hacia Dios, como frecuentemente hace. Al respecto, ver a Malbon, "The Jesus of Mark and The 'Son of David'", 170-174. Por su parte, Robbins opina que la aclamación de la muchedumbre en la entrada a Jerusalén ("bendito el reino que viene de nuestro padre David") no es una presentación explícitamente clara de Jesús como Hijo de David. Es más una declaración del carácter davídico de esta acción en el contexto de la expectación cristiana de la venida del Reino de Dios. Ver a Robbins, "The Healing of Blind Bartimaeus (10:46-52) in the Marcan Theology", 240.
68Aguirre Monasterio, "La curación del ciego Bartimeo (Mc 10,46-52)", 228-229.
69Ibíd., 219 y 228-229.
70Ossandón, "Bartimaeus' Faith", 392.
71Léonard, Evangelio de Jesucristo según San Marcos, 52.
72Achtemeier, "'And He Followed Him': Miracles and Discipleship in Mark 10:46-52".
73Aguirre Monasterio, "La curación del ciego Bartimeo (Mc 10,46-52)", 223.
74MacDonald, The Homeric Epics and the Gospel of Mark, 98.
75Menken, The Call of BlindBartimaeus, 281; Collins, Mark, 510.
76Culpepper, Mark, 354.
77Aguirre Monasterio, "La curación del ciego Bartimeo (Mc 10,46-52)", 221.
78Marcus, El Evangelio según Marcos, 877.
79Robbins, "The Healing of Blind Bartimaeus (10:46-52) in the Marcan Theology", 232.
80Ossandón, "Bartimaeus' Faith", 396.
81Estévez López, '"Y todos los que lo tocaban quedaban sanados': el cuerpo como espacio de gracia", 329.
82Culpepper, Mark, 354.
83De Mingo, "Evangelizados por los pobres", 390.
84Ibíd.
85Moloney, The Gospel of Mark, 209.
86Al respecto, ver a Culpepper, "Mark 10:50: Why Mention the Garment?"; ídem, Mark, 354. En relación con el motivo del manto, es de notar que —en la siguiente escena— los discípulos de Jesús tirarán sus mantos en el camino en frente de él (11,7-8) (ver a Culpepper, Mark, 354). Por su parte, Marcus añade que "la acción del ciego de tirar su ropa será análoga también a la de la gente que deja los atavíos característicos de su antigua enfermedad o dependencia, como las muletas expuestas al lado de las aguas sanadoras de Lourdes" (Marcus, El Evangelio según Marcos, 873).
87Ossandón, "Bartiameus' Faith", 392-393.
88Meynet, Una nueva introducción a los evangelios sinópticos, 77.
89Marcus, El Evangelio según Marcos, 874.
90Estévez López, "Jesucristo, Hijo de David y benefactor que otorga la salud", 210-211.
91Collins, Mark, 511.
92Moloney, The Gospel of Mark, 210.
93Aguirre Monasterio, "La curación del ciego Bartimeo (Mc 10,46-52)".
94Menken, "The Call of Blind Bartimaeus", 286.
95Beavis, Mark, 170.
96Aparentemente él no ha nacido ciego, como el hombre de Jn 9.
97Ossandón, "Bartimaeus' Faith", 400.
98Como señala Estévez: "En Marcos el personaje que llama a Jesús rabbouni es elogiado por su fe (10, 51-52), mientras que los que lo llaman rabbí son ignorantes (9,5-6) o bien traidores (14,45)" (Estévez López, '"Y todos los que lo tocaban quedaban sanados'", 335).
99Donahue y Harrington, The Gospel of Mark, 318.
100Guijarro Oporto, "Healing Stories and Medical Anthropology", 108.
101Estévez López, '"Y todos los que lo tocaban quedaban sanados'", 335.
102Ossandón, "Bartimaeus' Faith", 394 y 400.
103De Mingo, "Evangelizados por los pobres", 391-392.
104Collins, Mark, 511.
105Aguirre Monasterio, "La curación del ciego Bartimeo (Mc 10,46-52)", 226.
106Moloney, The Gospel of Mark, 211.
107Achtemeier, "And He Followed Him: Miracles and Discipleship in Mark 10:46-52", 120.
108Grilli, Limpotenza che salva, 140-141.
109Culpepper, Mark, 355.
110Collins, Mark, 511.
111Culpepper, Mark, 355.
112Grilli, Eimpotenza che salva, 147.
113Ibíd. Por el contrario, de acuerdo con Marcus, "Kingsbury argumenta que 'seguía' se usa aquí no en el sentido metafórico de hacerse discípulo, como en 1,18; 2,14; 8,34; 10,21.28, sino en el literal de 'ir detrás de', como en 3,7; 5,24; 11,9; 14,13.54. Bar Timeo, pues, no se haría discípulo, sino miembro de la entusiasmada muchedumbre que acompaña a Jesús de Jericó a Jerusalén. Pero la colocación de las dos historias de sanación de la ceguera al principio y al final de una sección dedicada principalmente a la instrucción de uno de los discípulos que no acaban de entender (8,22—10,52) sugiere que esas historias están más estrechamente relacionadas con el discipulado de lo que concede Kingsbury. Bartimeo, además, no solo sigue a Jesús, sino que lo sigue en el camino, y esa combinación de términos ha sido utilizada recientemente para los Doce en 10,32" (Marcus, El Evangelio según Marcos, 875).
114Ossandón, "Bartimaeus' Faith", 393.
115Léonard, Evangelio de Jesucristo según San Marcos, 53.
116Aguirre Monasterio, "La segunda generación y la conservación de la memoria de Jesús", 210.
117Ossandón, "Bartimaeus' Faith", 401-402.
118De Mingo, "Evangelizados por los pobres", 396.
119Keller, "Opening Blind Eyes: A Revisioning of Mark 8:22—10:52", 156.
120Robbins, "The Healing of Blind Bartimaeus (10:46-52) in the Marcan Theology", 241.
121Ossandon, "Bartimaeus' Faith", 390-393.
122Pikaza, Evangelio de Marcos. La Buena Noticia de Jesús, 768.


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