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Theologica Xaveriana

Print version ISSN 0120-3649

Theol. Xave. vol.67 no.183 Bogotá Jan./June 2017

https://doi.org/10.11144/javeriana.tx67-183.htdiap 

Artigos

Hacer teología desde la investigación acción participativa Experiencia con un grupo de mujeres que vive con VIH*

Working in Theology with the Perspective of the Participatory Action Research

José Luis Meza-Rueda** 

Gabriel Alfonso Suárez-Medina*** 

Víctor Martínez-Morales**** 

**José Luis Meza: Doctor y Magíster en Teología, Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá; Magíster en Docencia, Universidad de La Salle, Bogotá. Profesor asociado de la Facultad de Teología, Universidad Javeriana. ORCID: 0000-0002-6520-2653. Correo electrónico: joseluismeza@javeriana.edu.co.

***Gabriel Alfonso Suárez: Doctor en Filosofía, Universidad Gregoriana, Roma; Licenciado en Educación, Filosofía y Letras, Universidad Santo Tomás, Bogotá; Licenciado en Teología, Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá; Teólogo, Pontificia Universidad Salesiana, Roma. Profesor titular e investigador en la Facultad de Teología, Universidad Javeriana. Orcid: 000-00002-8109-1738. Correo electrónico: gs000123@javeriana.edu.co.

****Víctor Martínez, S. J.: Doctor en Teología, Pontificia Universidad Gregoriana, Roma; Magister y Licenciado en Teología, Pontificia Universidad Javeriana. Profesor ordinario, titular e investigador de la Facultad de Teología, Universidad Javeriana. Orcid: 0000-0003-0253-7234. Correo electrónico: vicmar@javeriana.edu.co.


Resumen

Un amplio sector de la teología considera que su finalidad es la interpretación de la historia desde el horizonte de lo revelado. De igual manera, las ciencias sociales se preguntan por la posibilidad de una perspectiva crítica capaz de dar reconocimiento y participación a los sujetos implicados en los problemas y fenómenos sociales de su interés. En esta perspectiva se inscribe la investigación acción participativa porque trata de promover la concienciación de los sujetos y el empoderamiento de las comunidades para el cambio. La coincidencia con el propósito de nuestra teología, en su deseo de procurar formas sociales más justas y humanas, en el camino hacia una escatología que busque la liberación plena del ser humano, nos ha llevado a explorar si la investigación acción participativa podría ser un método válido para hacer teología.

Palabras clave: Teología de la liberación; investigación acción participación; lectura contextual de la Biblia; concienciación; praxis sociopolítica

Abstract

A large sector o theologians consider that the purpose of Theology is the interpretation of history from the revelation’s horizon. Similarly, people working in Social Sciences are wondering about the possibility of a critical perspective capable of giving recognition and participation to the subjects involved in social problems and phenomena of their interest. In this perspective, the Participatory Action Research (PAR) seeks to promote awareness in participants and empowerment of communities in order to promote change. The coincidence with the purpose of our Theology in its desire to reach just and human social designs towards an Eschatology that seeks for the complete liberation of human beings, has led us to explore whether PAR could be a valid method for working in Theology.

Key Words: Liberation Theology; Participatory Action Research; Contextual Bible Reading; Awareness; Socio-Political Praxis

Introducción

En el inicio de 2014, la Iglesia Luterana Sueca envió una invitación para presentar proyectos de investigación, convocatoria denominada “Teología, salud sexual y derechos”, bajo dos condiciones básicas: que su objeto material se enmarcara en las categorías teología, sexualidad, salud sexual y derechos humanos, y que su objeto formal fuese la investigación acción participativa (IAP).

La primera condición no ofrecía mayor dificultad, ya que la Facultad de Teología de la Pontificia Universidad Javeriana había participado en la fase anterior con la Iglesia sueca, al trabajar la relación teología-VIH; además, gracias a algunas de sus líneas de investigación, había llevado a cabo pesquisas de índole interdisciplinaria en las cuales fue necesario un diálogo estrecho con otras ciencias o saberes para comprender el complejo mundo del VIH. La segunda condición llamaba poderosamente la atención: que la investigación teológica se hiciese teniendo en cuenta los principios y el método propio de la investigación acción participativa por cuanto este es propio de las ciencias sociales, no de las ciencias humanas.

Ser latinoamericanos -y específicamente colombianos- nos ha dado la posibilidad de conocer de cerca la investigación acción participativa, método participativo de investigación social que tuvo en nuestro país a su padre y principal propulsor. De hecho, aunque su acogida parece mayor en otras latitudes (Estados Unidos, Australia, Holanda, Alemania, Argentina, entre otros), en Colombia ha sido aceptada, defendida, promovida y “validada” tanto por la academia como por diversas organizaciones sociales.

Sin duda, el nombre de Orlando Fals-Borda inspira, seduce y provoca. La seriedad de sus planteamientos, la radicalidad de sus apuestas, el compromiso de su trabajo y la transformación de los contextos han ayudado a convencernos, cada vez más, de que estamos frente a algo grande y tal vez inexplotado1.

Lo anterior nos animó a presentar un proyecto de investigación bajo el título “Aproximación teológica a la sexualidad, la salud reproductiva y los derechos humanos desde la investigación acción participativa. Lectura contextual de 2S 13,1-22”. Este proyecto, tal como exige la investigación acción participativa, fue pensado desde sus orígenes con el grupo Huellas de Arte, fundación conformada por unas veinte personas que viven y conviven con el VIH, con diversa identidad y orientación sexual, la mayoría, mujeres. En 2002, su fundadora Mayerline Vera tomó la iniciativa de acompañar a unas mujeres de diferente condición (en su estrato social, labor económica, estado civil y orientación sexual) que vivían la crisis de haber contraído el VIH y tenían la necesidad de “salir adelante en sus propias vidas”.

El grupo debe su nombre a la elaboración de velas y artesanías, actividad con la cual sus miembros se propusieron generar un ingreso económico que les permitiera ganar independencia. Actualmente, tiene cuatro campos de acción: (1) Acompañamiento de pares; (2) formación en derechos humanos, sexuales y reproductivos; (3) formación de lideresas y activistas sociales; y (4) generación de actividades que posibiliten su ingreso económico y sostenimiento.

Ahora bien, la segunda condición pedida por la Iglesia Sueca nos llevó a preguntarnos: ¿Cómo hacer una investigación teológica usando un método de las ciencias sociales? Al lado de esta pregunta, nos formulamos otra de índole práctica: ¿Qué se debe tener en cuenta para que no resulte un estudio sociológico con visos teológicos? En síntesis, ¿cómo hacer teología desde la investigación acción participativa con un grupo de personas que vive y convive con el VIH?

La pregunta central ha acompañado la investigación desde entonces, pero el tiempo transcurrido, las fases vividas, el trabajo realizado con el grupo Huellas de Arte, el diálogo con sus lideresas y la reflexión al interior del grupo de investigación, han proporcionado diversos elementos que se han convertido, poco a poco, en clave de respuesta. Estos elementos son los que se muestran en este escrito.

En un primer momento, el artículo abordará el presupuesto epistemológico que servirá de encuadre: “No existe una ciencia social así como no existe una teología”. El segundo apartado permitirá una aproximación a algunas apuestas en las cuales convergen la investigación acción participativa y la teología. Acto seguido, se dará cuenta del proceso vivido, hasta el momento, en la investigación. Finalmente, se expondrán algunos elementos para intentar una respuesta a la pregunta nuclear ya enunciada.

Presupuesto epistemológico: no existe una ciencia social, así como no existe una teología

La epistemología, en su significado tradicional, se refiere al estudio crítico de las condiciones de posibilidad del conocimiento, y se ocupa de responder a preguntas como las siguientes: ¿Qué se puede conocer? O ¿cómo se sabe que lo que se cree acerca del mundo es verdadero? Sin embargo, la epistemología contemporánea da un paso más y se comprende como el estudio del conocimiento en forma proposicional y, por tanto, responde a preguntas como estas: de entre todas las creencias, ¿cuáles se pueden considerar conocimiento? O ¿qué creencias son genuinamente ciertas? De ahí que un sector de la epistemología actual se ocupe de las creencias verdaderamente justificadas2.

En este propósito, la epistemología también se cuestiona por el modo como accede, procura o construye el conocimiento. En otras palabras, se pregunta por el método que le permite constituir, bajo la pretensión de verdad o validez, el conocimiento de las cosas. Por supuesto, la sociología y la teología no escapan a esta pretensión ni a esta condición. En ellas coexisten diversos modos legítimos de constituirse y, en consecuencia, es más acertado hablar de “sociologías” y “teologías” en plural que en singular.

Para el caso de la sociología bastaría recordar que existen teorías paradigmáticas desde las cuales trata de comprender los fenómenos sociales. Una sociología funcionalista (Parsons) no tiene el mismo propósito ni procede de la misma manera que una sociología basada en la teoría del conflicto (Marx) o en la teoría del interaccionismo simbólico (Weber). Más aún, la sociología clásica tratará de comprender los problemas sociales “desde afuera” evitando al máximo la “intrusión” del investigador y viendo las sociedades como su objeto de estudio; en cambio, otras sociologías más críticas verán posible y necesario que el investigador sea acogido por el contexto y que la comunidad juegue un papel activo en la transformación de su realidad. A este propósito, Stavenhagen afirma:

Precisamente uno de los aspectos más criticables y más criticados de la ciencia social -por lo menos en lo que al tercer mundo se refiere- es que está preocupada principalmente por estudiar al oprimido desde afuera. En años recientes debería haber quedado bastante claro que las causas de la opresión, o de la explotación, o de la carencia (relativa o absoluta), o simplemente del retroceso y del tradicionalismo, están en el funcionamiento de los sistemas totales, en la naturaleza de las relaciones que vinculan a los oprimidos con sus opresores, dentro de un sistema total. Por lo tanto, debemos tratar de canalizar hacia los primeros no solamente el conocimiento científico sobre ellos mismos, sino también sobre cómo funciona el sistema. Y esto requiere dar atención al otro polo de la relación, tal vez el más importante: el de los grupos dominantes3.

Por otra parte, la teología es la reflexión profunda sobre la revelación divina desde una perspectiva de fe. La plenitud y riqueza de esa revelación son demasiado grandes para ser abarcadas por teología alguna, y de hecho, dan lugar a teologías múltiples. La Iglesia es consciente de ello cuando afirma:

En su diversidad, no obstante, la teología está unida en su servicio a la sola verdad de Dios. La unidad de la teología, por tanto, no requiere uniformidad, sino más bien un enfoque único en la Palabra de Dios y una explicación de sus riquezas innumerables por medio de teologías capaces de dialogar y comunicarse unas con otras. Así mismo, la pluralidad de las teologías no debería suponer fragmentación o discordia, sino más bien la exploración de la verdad salvadora única de Dios por medio de innumerables caminos.4

Este pronunciamiento no resulta extraño, dado que el mismo Rahner, en su libro Curso fundamental sobre la fe, ya había señalado el pluralismo presente tanto en la filosofía como en la teología:

Ya no existe la filosofía neoescolástica, tal como los teólogos de edad la aprendimos mejor o peor hace cuarenta años. La filosofía está hoy disgregada en un pluralismo de filosofías. Y precisamente este pluralismo en la filosofía también, este pluralismo que no es posible suprimir ni elaborar intelectualmente, es hoy un hecho que no podemos dejar de lado. Ahora bien, toda teología es siempre una teología de las antropologías profanas [...] y desde ahí vuelve a originarse por fuerza un enorme pluralismo de teologías.5

Lo anterior permite comprender la razón de la pluralidad epistemológica del trabajo teológico desarrollado en los últimos tiempos y, tal vez, de manera especial en la segunda parte del siglo XX: la teología dialéctica de Barth; el giro antropológico de la teología representado por Fusch, Ebeling, Rahner, Daniélou, entre otros; la teología de la historia expresada en la teología de la esperanza, la teología política y la teología de la liberación; y la teología ecuménica y de las religiones, en estas últimas décadas.

En palabras de Gibellini6, estos movimientos obligaron al “ensanchamiento de la teología” y al “estrangulamiento de la teología escolástica” para la cual todas estas preocupaciones, tareas y categorías le son ajenas.

En conclusión, si existe la posibilidad de que la investigación acción participativa pueda ser útil a la teología, no es a toda teología, sino a una determinada teología. A nuestro modo de ver, se trataría de las teologías contextuales y, de manera particular, de la teología de la liberación7. Así las cosas, ¿qué sería lo propio de esta teología que puede inspirarse y hacerse desde la investigación acción participativa? Este es el asunto del siguiente apartado.

Apuestas comunes de la investigación acción participativa y la teología de la liberación

Antes de señalar algunas apuestas de la investigación acción participativa resulta conveniente remarcar que, hoy más que nunca, es necesario el encuentro de la teología con las ciencias sociales. Tal vez no solo como mediación, como fuera señalado tiempo atrás por C. Boff cuando afirmó: “Las ciencias sociales interesan hoy sobremanera a la teología como mediación cultural. Es particularmente urgente el uso de las ciencias sociales, porque la teología tiene que enfrentarse con el drama de la miseria de las grandes mayorías. En función de esto, tal vez se pueda decir que las ciencias sociales constituyen hoy el interlocutor privilegiado, aunque no exclusivo de la teología”8, sino como diálogo de saberes9 para responder a las situaciones dramáticas de nuestro tiempo10. Además, ese mismo diálogo podría salvarle de caer en el cinismo del cual profetizó Assman:

Si la situación histórica de dependencia y dominación de dos tercios de la humanidad, con sus treinta millones de muertos de hambre y desnutrición no se convierten en el punto de partida de cualquier teología cristiana hoy, aun en los países ricos y dominadores, la teología no podrá situar y concretizar históricamente sus temas fundamentales. Sus preguntas no serán preguntas reales. Pasarán al lado del hombre real. Por eso es necesario salvar a la teología de su cinismo. Porque, realmente, frente a los problemas del mundo de hoy, muchos escritos de teología se reducen a un cinismo.11

El diálogo fecundo con las ciencias sociales hace que la teología no sea ahistórica ni esencialista. Antes bien, le permite asumir el riesgo de confrontarse con los retos del presente, de cada cultura y de los individuos concretos, con sus temores y esperanzas. Para ello, habrá que tener presente con qué tipo de ciencias sociales celebraría dicho encuentro porque -como hemos señalado atrás- no le serían convenientes aquellas ciencias sociales que, so pretexto de no irrupción, prefieren “observar desde afuera”. Por el contrario, tal encuentro debería llevarse a cabo con las ciencias sociales que se hacen desde adentro porque están comprometidas con rostros y comunidades concretas, porque se la juegan en el desenmascaramiento de ideologías y fuerzas de poder, y porque creen que otro mundo es posible.

El ser humano, sujeto histórico

El pensamiento de Freire12 ha inspirado la investigación acción participativa para que crea férreamente en la recuperación del ser humano y lo sitúe nuevamente en el centro de sus preocupaciones. Esto supone algo mucho más exigente: considerarlo como sujeto histórico.

Los procesos a que da lugar la investigación acción participativa son procesos emancipatorios; al devolver o fortalecer en los distintos sectores sociales su carácter de sujetos históricos, lleva a exigencias relacionadas con las necesidades de quienes participan en los procesos de investigación y acción colectivos en busca de alternativas benéficas de cambio radical.13

De esta manera, como sujetos históricos, los seres humanos tienen la posibilidad de reinventar el mundo en una perspectiva ética y estética que va más allá de esos modos y patrones que los grupos ideológicos han naturalizado porque, entre otras cosas, les interesa que la sociedad crea que el mundo es así.

De igual manera, la teología de la liberación reconoce el carácter adulto que ha comenzado a asumir la praxis social del hombre contemporáneo. Su comportamiento es reflejo de la conciencia ganada como sujeto activo de la historia. El ser humano es “cada vez más lúcido frente a la injusticia social y a todo elemento represivo que le impida realizarse, cada vez más decidido a participar en la transformación de las actuales estructuras sociales y en la efectiva gestión política”14.

Más aún, la teología de la liberación participa del giro antropológico y hace de él su propia preocupación. Esta manera de hacer teología tiene como base el principio patrístico “gloria Dei, vivens homo" (“la gloria de Dios es que el hombre viva”). En consecuencia, la teología trata de una antropología profundamente integral que considera los signos y símbolos, situaciones sociales e históricas, y grandezas y miserias del devenir humano.

La transformación social, fin político y escatológico

La investigación acción participativa es una manera intencional de otorgar poder a las personas para que puedan asumir acciones eficaces hacia el mejoramiento de sus condiciones de vida15. En otras palabras, la investigación acción participativa tiene una significación social y política que no descansa en la producción de un conocimiento técnico estrecho para el control de las realidades físicas y sociales. Por el contrario, quiere dar poder, generar conciencia crítica, promover transformación y condensación16 en las personas, mediante el diálogo como modo privilegiado para reflexionar sobre lo que realmente interesa y tomar decisiones bajo las claves de participación y acción social. Todos estos términos, muy propios del discurso de la investigación acción participativa, señalan claramente sus dimensiones social y política que desbordan el contexto de producción de conocimiento orientado al control17.

Además, si la persona es sujeto histórico, también es un sujeto político. Por tanto, la investigación acción participativa no sustituye a los actores sino los acompaña y apoya para que alcancen sus objetivos.

Se trata de servir a los grupos, y no de venir a dinamizar sus luchas al estilo paternalista. Al asumir actitudes de liderazgo, el sociólogo se sale del esquema de la investigación activa e hipoteca el potencial de su contribución científica a las contingencias de las relaciones de poder entre la gente.18

Lo anterior permite comprender el fin explícito de la investigación acción participativa:

Lograr una sociedad más justa donde no haya personas que sufran por no tener el modo de satisfacer las necesidades esenciales de la vida, como alimento, vestido, vivienda y salud; una sociedad en la que todos gocen de las libertades básicas y de la dignidad humana.19

Este logro es posible gracias a la participación y la acción de las personas. El conocimiento crítico acompañado por la acción es parte integral de la investigación acción participativa. Como bien afirma Park20, la gente se reúne en un proyecto investigación acción participativa no solo para encontrar académicamente lo que causa los problemas que sufren sino para actuar frente a ellos, urgente y eficazmente. La participación se da tanto en la acción social como en la investigación.

Por su parte, en palabras de Horkheimer21, si la teología es la esperanza de que la injusticia que caracteriza al mundo no prevalezca para siempre, de que la injusticia no tenga la última palabra, entonces no queda otra posibilidad que recordar su carácter transformador, si se quiere, escatológico. Si la teología contribuye a descubrir la significación de los acontecimientos históricos es para hacer que el compromiso liberador de los cristianos sea más radical y más lúcido22.

En efecto, la interpretación del sentido desvelado por la teología se da en la praxis histórica. La hermenéutica del Reino de Dios consiste sobre todo en hacer que el mundo sea mejor23. En este orden de ideas, Gutiérrez enfatiza:

El único futuro de la teología -ha escrito H. Cox- es convertirse en la teología del futuro. Pero esta lectura del futuro deberá ser necesariamente una lectura crítica de la praxis histórica, del quehacer histórico [...]. Reflexionar a partir de la praxis histórica liberadora es reflexionar a la luz del futuro en que se cree y espera, es reflexionar con vistas a una acción transformadora del presente. Pero es hacerlo no a partir de un gabinete sino echando raíces, allí donde late, en este momento, el pulso de la historia, e iluminándolo con la palabra del Señor de la historia que se comprometió irreversiblemente con el hoy del devenir de la humanidad, para llevarlo a su pleno cumplimiento.24

Entonces, ¿qué otra cosa significaría procurar el Reinado de Dios sino es la instauración de otro mundo posible donde brille la justicia y la paz, la armonía y la pluralidad, la esperanza y el cuidado? Por eso, si bien se ha entendido el giro dado por la escatología, no puede haber una escisión entre el más allá y el más acá. Lo esperado en el futuro ha de hacerse en el presente. Así, la historia se teje en clave de progreso, la humanidad evoluciona en forma ascendente hacia un futuro mejor para todos.

Al dar una mirada sobre lo que se está haciendo se toma conciencia de lo que está por hacerse para comprender la praxis histórica, siempre compleja, en el proceso de transformación de la realidad. De esta manera, a la política no le resulta ajena la escatología, más todavía, esta no sería posible sin aquella:

Si la historia no está predeterminada y puede tomar el rumbo que Dios y los seres humanos quieran darle, la política se reviste de una responsabilidad escatológica trascendente. El cristiano aspira a que su acción política contribuya al advenimiento histórico del Reino de Dios.25

Los empobrecidos, opción y compromiso del investigador

Park26 defiende que la investigación acción participativa opta por trabajar entre los pobres que por definición sufren la opresión y carecen de poder; pero el fin no es solo aliviar o eliminar su pobreza mientras se mantienen dependientes y sin poder. La solución que se busca no es la del paternalismo, una clase de despotismo benevolente que provee el sustento mientras roba la mayoría de edad a sus beneficiarios. Su finalidad consiste en apoyar al oprimido para que sea autónomo, confíe en sí mismo, crea en su propia capacidad y llegue a la autodeterminación.

Desde esta perspectiva lo que el sociólogo debe hacer es precisamente parcial izarse: responder a los intereses de las clases explotadas produciendo conocimientos que, en última instancia, sean útiles para que ellas actúen como agentes del cambio social. Es aquí donde se plantea la cuestión del compromiso del investigador. [...]. El compromiso de los intelectuales reside en la toma de conciencia de que la neutralidad es imposible, de que es necesario definir para quién se está trabajando, y de que esa definición determina la perspectiva desde la cual se producirán las revelaciones.27

Por lo anterior, el investigador social comparte el sentido del problema con la gente con la cual trabaja y está comprometido en su solución; en este sentido es un compañero en el proceso. El investigador participa en la lucha de la gente28. Esto hace imposible la neutralidad. De suyo existe una parcialidad del investigador que se identifica con quienes no tienen el poder, han sido excluidos y estigmatizados, y son víctimas del sistema ideológico.

Cuando la teología se aleja de los lugares de sufrimiento acaba deontologizando la esperanza, convirtiendo en código de conducta faraónica lo que se anunció como itinerario de liberación. Y cuando la política se aleja de los contextos de exclusión elabora escatologías elitistas preocupadas por mantener el estado de bienestar de las minorías. Se equivoca la posmodernidad cuando busca resolver sus angustias existenciales en la religión cristiana. La preocupación cristiana no es la finitud, o el nihilismo, sino la injusticia y el sufrimiento del inocente.29

Esta opción también lo es de la teología de la liberación aunque haya habido ocasiones en las que fue atenuada o manipulada por parte de algunos que se llamaron “teólogos de la liberación” para ganar reconocimiento o enriquecerse a costa de los pobres o de un discurso acerca de ellos. Empero, no es posible pensar una teología de liberación sin una opción por los empobrecidos.

También la teología está llamada a cumplir el imperativo evangélico de la “opción preferencial por los pobres”. Eso implica un determinado compromiso del teólogo con el mundo de los pobres. Solo enraizada en la vida del pueblo, su teología será efectivamente liberadora.30

El padre de la teología de la liberación hace memoria de esta opción y de la necesidad de establecer un vínculo de mayor simetría para que sea posible la liberación:

En este camino hemos aprendido mucho en los últimos años; las diversas experiencias de inserción en el mundo de los pobres han añadido a un conocimiento teórico una percepción mayor de dimensiones sencillas, pero profundamente humanas, sin las cuales no hay verdadero compromiso liberador. Los combates de quienes rechazan el racismo y el machismo, así como los de aquellos que se oponen a la marginación de los ancianos y los niños, y otros “insignificantes” de la sociedad. Nos han hecho ver por ejemplo la importancia de gestos y acompañamientos que podrían parecer a algunos de escasa eficacia política. [...]. Sin amistad con ellos, sin un compartir la vida con los pobres, no existe una verdadera práctica liberadora, porque no hay amor sino entre iguales.31

Camino recorrido con un grupo de personas que vive con VIH

El lema acuñado por Fals Borda para la investigación acción participativa, “praxis como frónesis”, ha resultado significativo en nuestra investigación. El sociólogo colombiano entiende la frónesis como el desarrollo de una actitud de empatía con el otro: “La frónesis debe suministrar la serenidad en procesos políticos participativos, debe encontrar el justo medio y la proporción adecuada para las aspiraciones y sopesar las relaciones hermenéuticas entre corazón y certeza”32.

Esta actitud que combina serenidad, prudencia, empatía y sabiduría ha sido de gran ayuda para establecer un vínculo con el grupo Huellas de Arte, dejando de lado cualquier asimetría o intento de imposición.

Vale la pena recordar que la finalidad de la investigación acción participativa es cambiar la realidad y afrontar los problemas de una población o grupo humano a partir de sus recursos y participación33. De esta manera, la investigación acción participativa genera un conocimiento liberador a partir de los saberes de la población, que se va explicitando y estructurando con la ayuda de los investigadores; da lugar a un incremento del poder político en un sentido amplio y al inicio o consolidación de una estrategia de acción para el cambio; y conecta todo este proceso de conocimiento, empoderamiento y acción a nivel local con otros similares en otros lugares, de forma que se genera un entramado que lleva a la transformación de la realidad social.

Los participantes en la investigación acción participativa aprenden a entender su papel en el proceso de transformación de su realidad social, no como víctimas o espectadores pasivos, sino como actores centrales en el proceso de cambio34.

Así las cosas, al inscribir la investigación en el gran propósito de la investigación acción participativa de lograr una sociedad más justa35 se ha querido que el grupo Huellas de Arte tome parte en la determinación de las situaciones que afectan su propia vida. Así, hemos sido testigos de que las personas que lo conforman se han hecho más autónomas, confían más en sí mismas, creen en su capacidad y se autodeterminan a través de actividades organizadas por y para ellas. Las personas se reúnen en un proyecto investigación acción participativa, no solo para encontrar la causa “científica” de sus problemas sino para actuar frente a ellos, urgente y eficazmente, razón por la cual el grupo ha tenido el derecho primario de participar en cada fase y conocer los informes parciales que se han venido elaborando.

No obstante, antes de llevar a cabo la primera fase, se realizaron algunos encuentros con las lideresas del grupo para acordar el proceso que se seguiría en la investigación. Estos primeros contactos facilitaron el conocimiento mutuo y el compromiso frente a lo que se perseguía. Por otra parte, también fue necesario que el grupo de investigadores tuviera un curso de capacitación con expertos en investigación acción participativa.

Las fases de la investigación son las siguientes36: (1) Creación de confianza y sensibilización. (2) Identificación del problema. (3) Recopilación de datos y resultados: lectura contextual de 2S 13,1-22. (4) Análisis de datos. (5) Propuesta de transformación.

Fase 1: Creación de confianza y sensibilización

Esta fase pretendió que entre los dos grupos surgiera una relación empática mediante espacios y técnicas favorecedoras de un conocimiento recíproco. Se acudió a técnicas de presentación que le permitieron al grupo investigador, por una parte, ingresar a la dinámica que había venido constituyendo el grupo Huellas de Arte y, por otra, que este reconociera la actitud transparente del grupo investigador. En todo caso, el indicador de logro fue haber construido un sentimiento de confianza entre los participantes.

Además, al tomar en serio las palabras de Fals-Borda cuando dice que “toda idea importante requiere un proceso de gestación”37, esta fase quiso ofrecer el tiempo necesario para exponer la idea que se buscaba desarrollar, sin más pretensión que la de ir construyendo un camino en el que las partes sintieran que el objetivo señalado era el indicado y ofrecería resultados para los dos grupos que deseaban construir el proyecto.

Fase 2: Identificación del problema

En la segunda fase se buscó que las personas implicadas en el proceso identificaran ese problema que tenía un alto nivel de importancia e interés para el grupo. En palabras de Fals-Borda, “el siguiente paso es el planteamiento formal de los problemas encontrados”38. El problema debía ser ratificado por las personas afectadas; los investigadores asumieron la condición de “compañeros de camino” para motivar y dar ayuda donde fuera necesario. Además, como el diseño metodológico vio la pertinencia de recurrir a la lectura contextual de la Biblia39, esta fase coincide con el primer paso de este método, “Partir de la realidad”, en el cual se espera “escuchar la realidad” para “ver” los problemas que tiene una determinada comunidad.

Para lograr lo anterior se llevaron a cabo entrevistas focalizadas y técnicas narrativas para identificar el problema y recolectar información relevante. Las entrevistas focalizadas funcionaron bien porque -en el contexto de una conversación relativamente libre- se introdujeron preguntas para obtener la información necesaria para conocer algún aspecto de la realidad en la que se va a trabajar o para saber lo que la gente piensa acerca de una situación o actividad. Para esto se elaboró una “guía de conversación” con el fin de abordar con cierto orden la manera para la obtención de información importante, el conocimiento de la situación que se está estudiando y la programación de las actividades.

Fase 3: Recopilación de datos y resultados: lectura contextual de 2S 13,1-22

En esta fase se privilegió el modo operativo de la lectura contextual de la Biblia y se eligió el relato de la violación de Tamar (2Sm 13,1-22) como texto inspirador. La dinámica propia de la lectura contextual llevó a la recopilación de los datos que tenían relación con el problema identificado.

Para profundizar en el relato de la historia de Tamar, se dieron tres momentos. En el primero, una vez leído el relato y usada la técnica del bibliodrama, se hicieron las siguientes preguntas respectode los personajes: ¿Qué quiere el hijo del rey? ¿Qué le gusta de Tamar? ¿Cómo se siente ser Amnón? ¿Qué tiene él en mente? ¿Qué quiere hacerle a Tamar? ¿Cómo es la relación de Amnón con Absalón? ¿Qué se siente ser hija del rey? ¿Qué se siente ser virgen? ¿Por qué seguir la instrucción del rey? ¿No hay riesgo al dejar su casa para ir a la casa del príncipe? ¿Cómo se siente Tamar? ¿Por qué Tamar piensa que el rey no se rehusará? ¿Por qué Amnón no habló abiertamente con el rey? ¿Está Tamar dispuesta entonces a abandonar su condición de virgen? ¿Hay algo peor que una violación? ¿Por qué es peor esta segunda humillación? ¿Por qué la ceniza? ¿Por qué rasgar las mangas de la túnica? ¿Por qué pone Tamar las manos en su cabeza? ¿Por qué Tamar grita mientras camina? ¿Cómo sabe Absalón lo que pasó entre ellos? Si sabe, ¿para qué le pregunta a Tamar? ¿Cómo se siente Tamar? ¿Por qué no dice “mi hermano Amnón”? Si estaba David tan irritado, ¿por qué no hizo nada?

El segundo momento dio prioridad a los grupos de diálogo o discusión. Se constituyeron pequeños grupos de trabajo (dos grupos de mujeres y uno de hombres) asistidos por un coordinador que intervino de manera no directiva con el fin de obtener información, intercambiarla y contrastarla en relación con el problema de investigación. Algunas de las preguntas40 trabajadas en los grupos de mujeres fueron las siguientes: ¿De qué trata el texto? De acuerdo con Tamar, ¿qué tipo de hombre es Amnón? ¿Cuáles son las respuestas de Tamar a las palabras y las acciones de Amnón? De acuerdo con Tamar, ¿cómo debería ser un hombre? ¿Cuáles son las acciones de Tamar después de su violación? ¿Conocen historias parecidas? ¿Pueden compartirlas con el grupo? ¿Qué relación tiene la figura de Tamar al final de la narración con la estigmatización que suele acompañar a quienes viven con VIH? ¿Cómo se sintieron durante este trabajo grupal?

Para el grupo de hombres las preguntas fueron: ¿De qué trata el texto? ¿Qué detiene a Amnón para actuar de acuerdo con lo que siente por Tamar? ¿Qué le permite a Amnón actuar de acuerdo con su amor enfermo? ¿Cuáles son las reacciones de Amnón ante las respuestas de Tamar? ¿Cuál es la conducta de Amnón después de haber violado a Tamar? ¿Conocen historias parecidas? ¿Pueden compartirlas con el grupo? ¿Qué relación tiene la figura de Tamar al final de la narración con la estigmatización que suele acompañar a quienes viven con VIH? ¿Cómo se sintieron durante este trabajo grupal?

En el tercer momento se realizaron algunas plenarias, para que los tres grupos compartieran sus impresiones y sacaran algunas conclusiones del trabajo realizado en los pequeños grupos. Este momento permitió evidenciar la diferencia de género. La visión de las mujeres fue distinta a la de los varones en diferentes aspectos, por ejemplo, la condición de vulnerabilidad de Tamar, los juegos de poder por parte de Amnón, el silencio de los que conocen el problema, entre otros.

En esta fase se recurrió a técnicas dramatúrgicas para provocar que las personas se identificaran con lo que veían o hacían en el escenario. Estas técnicas suscitaron un sentimiento de solidaridad comunal y un conocimiento crítico. Durante todo este ejercicio se tuvo en cuenta el principio de saturación. La información sistematizada dentro de una estructura lógica permitió configurar pequeños relatos de vida entrelazados por la misma conversación.

Fase 4: Análisis de datos

De acuerdo con Park41, en este momento debería ocurrir un conocimiento interactivo y crítico como criterio de validez. La producción de conocimiento interactivo habla de un tejido de relacionales comunales caracterizadas por un amplio sentido de empatía y vinculación; y si existe conocimiento crítico es porque su contenido será el vehículo de transformación y emancipación.

En esta fase se está teniendo en cuenta la técnica de análisis de la teoría fundamentada propuesta por Glaser y Strauss42, en la cual ocurre un análisis comparativo constante en la medida en que se da la codificación y categorización que pretende constituir una interpretación del problema. La lógica del análisis que plantea la teoría fundamentada, se puede decir, es un complemento de la investigación acción participativa, pues ella argumenta que en la presente fase:

La prioridad se colocó sobre el conocimiento que, yendo más allá de los hechos y más allá del problema presente, ponía énfasis en el descubrimiento colectivo de los mejores cursos de acción. Esta fue la dimensión que contribuyó más a la habilidad de la gente para aprender, como comunidad, a caracterizarse a sí misma colectivamente y a descubrir las posibilidades que se verían abiertas por la continuación de la lucha a través de esfuerzos organizados.43

La codificación y categorización de los datos recabados, abundantes por demás, tuvieron una primera tematización en la ponencia “Reading the Bible to Overcome the Violence: Contextual Bible Reading of 2Sm 13, 1-22 by a Group of People Living with HIV”, texto en el cual E. López44 elabora una reflexión teológica sobre las experiencias e ideas aportadas por el grupo Huellas de Arte acerca del poder y el miedo, el cuerpo y la sexualidad, el abuso sexual, el silencio y la violencia, y la estigmatización, todas estas categorías emergentes del discurso y narrativas reportadas por Huellas de Arte.

De igual manera, con la ayuda del mapa categorial constituido, estamos elaborando otros escritos para dar cuenta de la pregunta de investigación: ¿Qué aporte hace la lectura contextual de 2S 13,1-22 en un proceso de investigación acción- participativa adelantado por un grupo de personas que vive con el VIH a una teología de la sexualidad, la salud reproductiva y los derechos humanos?

Fase 5: Propuesta de transformación

La interpretación resultante de la fase anterior servirá para avanzar en un trabajo colaborativo y para sacar adelante una propuesta en la cual todos aporten y se sientan comprometidos para ponerla en marcha. Según lo esperado en esta fase, se notará con mayor fuerza el autoagenciamiento del grupo Huellas de Arte, el compromiso de los integrantes para la transformación de sí mismos y de su entorno. Será el momento en el cual se mostrará cómo el acompañamiento y el caminar juntos a través de la investigación acción participativa y la lectura contextual de la Biblia sirven para crecer como personas y como grupo social, tal como lo evidenció el mismo Fals-Borda con una de sus comunidades de trabajo:

En primer lugar, no hay duda de que la concepción del mundo, o Weltansschauung de los saucitas, se ha ampliado y quizás corregido [...]. Los cambios más impresionantes son los secundarios o terciarios en la cadena de modificaciones, que han afectado la personalidad y la conducta de los saucitas. Ya no son aquellos campesinos sumisos e ignorantes que al paso del patrón se quitaban el sombrero y saludaban con reverencia o temor. Son ahora hombres en el sentido total y constructivo de la palabra, que saben actuar con dignidad y también exigir y comandar. Porque han llegado a convencerse de que pueden moldear su propio destino, de que son capaces de hacer cosas, de que no tienen por qué depender más de gamonales, patrones y autoridades muchas veces arbitrarias.45

Igual que en las etapas anteriores, el grupo Huellas de Arte y el grupo investigador se reunirán las veces que sean necesarias para trabajar sobre una propuesta que pueda suscitar un cambio en los sujetos implicados y su contexto. El resultado y las transformaciones se podrán evidenciar más concretamente cuando la investigación culmine.

A manera de conclusión: ¿podría la investigación acción participativaser un método teológico sin más?

Algún lector desprevenido podría pensar, sin más, que si las apuestas nombradas son un lugar común para la investigación acción participativa y la teología, entonces aquella puede ser un método legítimo para hacer teología. De hecho, al inicio de este escrito hemos dicho que la investigación acción participativa fue el método propuesto por la Iglesia Sueca y acogido por la investigación teológica que estamos adelantando. No obstante, podemos preguntarnos una vez más: ¿Se puede hacer teología desde la investigación acción participativa?46

La respuesta es sí, siempre y cuando se respeten los principios fundantes de toda teología: la revelación y la fe. Estos mueven la teología para hacer una reflexión creyente de la comunicación de Dios en la historia, de esa historia que no solo se ubica en el ayer sino también en el aquí y ahora:

Entonces la teología, a partir siempre de las praxis históricas, nunca sin ellas ni con prescindencia de ellas, instaura la reflexión creyente sobre esas mismas praxis y sobre el acopio de sus manifestaciones: signos, símbolos, monumentos históricos y de tradición, situaciones sociales, coyunturas históricas, grandezas y miserias.47

La teología trabaja con la historia real: esa que es vivida por hombres y mujeres víctimas de las dinámicas socioeconómicas y sociopolíticas que las han llevado al empobrecimiento, la exclusión, la negación y la estigmatización; esa que debe ser cambiada al darse un proceso cierto de discernimiento acerca de lo que Dios quiere para sus criaturas.

Lo anterior significa que la relación adual revelación-fe acontece en la realidad que trata de ser comprendida y quiere ser transformada en el proceso propio de la investigación acción participativa. Así, Dios que se revela “a través de acciones y palabras”48, y lo hace por medio de la vida de las personas y de las comunidades; en otras palabras, cada comunidad es un locus theologicus, un lugar de la manifestación de Dios. La voz de Dios se deja escuchar -si queremos percibirla- en las voces de los miembros de las comunidades, incluso de los más pequeños. Por eso, cobra mayor sentido lo señalado por la Gaudium et spes cuando dice:

Es propio de todo el pueblo de Dios, pero principalmente de los pastores y de los teólogos, auscultar, discernir e interpretar, con la ayuda del Espíritu Santo, las múltiples voces de nuestro tiempo y valorarlas a la luz de la palabra divina, a fin de que la verdad revelada pueda ser mejor percibida, mejor entendida y expresada en forma más adecuada.49

Y si este intento de interpretación se hace a la luz de la fe, virtud que reconoce la presencia de Dios en la historia, en la creación, en cada comunidad y en cada persona, entonces hay teología. Más aún, si la fe se convierte en ese dinamismo que lleva al sujeto a creer profundamente que otro mundo es posible y hace cuánto está a su alcance para que ese mundo se haga realidad, estamos frente a una teología que actualiza la Buena Nueva y jalona el advenimiento del Reino de Dios. ¿Acaso no es esto lo esencial?

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*Este artículo es producto de la investigación en curso “Aproximación teológica a la sexualidad, la salud reproductiva y los derechos humanos desde la investigación acción participativa. Lectura contextual de 2S 13,1-22”, aprobada y financiada por la Iglesia Luterana Sueca y la Pontificia Universidad Javeriana, ID 00006554. Fechas de desarrollo: 01-07-2014 a 31-12-2016.

Para citar este artículo: Meza Rueda, José Luis, Gabriel Alfonso Suárez y Víctor Martínez Morales. “Hacer teología desde la investigación participativa. Experiencia con un grupo de mujeres que vive con VIH ”. Theologica Xaveriana 183 (2017): 141-161. https://doi.org/10.11144/javeriana.tx67-183.htdiap

1[fngrp id="fn1" fntype="other" label="1"]Ver a Fals-Borda, Acción y conocimiento. Como romper el mono-polio con investigación-acción participativa.[/fngrp]

2[fngrp id="fn2" fntype="other" label="2"]García-Valdecasas, “Epistemología contemporánea”, 358.[/fngrp]

3[fngrp id="fn3" fntype="other" label="3"]Stavenhagen, “Cómo descolonizar las ciencias sociales”, 47.[/fngrp]

4[fngrp id="fn4" fntype="other" label="4"]Comisión Teológica Internacional, La teología hoy: perspectivas, principios y criterios, 18.[/fngrp]

5[fngrp id="fn5" fntype="other" label="5"]Ibíd., 14.[/fngrp]

6[fngrp id="fn6" fntype="other" label="6"]Gibellini, Antología teológica del siglo XX, 415-411.[/fngrp]

7[fngrp id="fn7" fntype="other" label="7"]Debemos aclarar que la teología de la liberación, en particular, y las teologías contextuales, en general, no son las únicas. De hecho, también las teologías críticas tienen denominadores comunes que confluirían con algunos de los principios de la investigación acción participativa (ver a Bevans, Models of Contextual Theology).[/fngrp]

8[fngrp id="fn8" fntype="other" label="8"]Boff, Teoría del método teológico, 72.[/fngrp]

9[fngrp id="fn9" fntype="other" label="9"]Meza, “Formas dialógicas de la teología: sobre la necesidad del encuentro con los otros saberes para el quehacer teológico”.[/fngrp]

10[fngrp id="fn10" fntype="other" label="10"]Ver a Fals-Borda, La transformación de América Latina y sus implicaciones sociales y económicas.[/fngrp]

11[fngrp id="fn11" fntype="other" label="11"]Assmann, Teología desde la praxis de liberación, 40.[/fngrp]

12[fngrp id="fn12" fntype="other" label="12"]Freire, Política y educación, 17.[/fngrp]

13[fngrp id="fn13" fntype="other" label="13"]Salazar (ed.), La investigación-acción participativa, 11.[/fngrp]

14[fngrp id="fn14" fntype="other" label="14"]Gutiérrez, Teología de la liberación. Perspectivas, 97.[/fngrp]

15[fngrp id="fn15" fntype="other" label="15"]Park, “Qué es la investigación-acción participativa. Perspectivas teóricas y metodológicas”, 137.[/fngrp]

16[fngrp id="fn16" fntype="other" label="16"]Preferimos el uso de la palabra “concienciación” en vez de “concientización” ya que —como bien señala Freire— aquella es el resultado de un proceso que ha ocurrido al interior del sujeto, es la persona quien ha ganado “conciencia de su sí mismo, de su realidad y de su capacidad transformadora” gracias a una experiencia endógena (Freire, Pedagogía del oprimido, 27, 31, 136, 151, 207).[/fngrp]

17[fngrp id="fn17" fntype="other" label="17"]Ibíd., 142.[/fngrp]

18[fngrp id="fn18" fntype="other" label="18"]Zamosc, “Campesinos y sociólogos: reflexiones sobre dos experiencias de investigación activa en Colombia”, 127.[/fngrp]

19[fngrp id="fn19" fntype="other" label="19"]Park, “Qué es la investigación-acción participativa”, 139.[/fngrp]

20[fngrp id="fn20" fntype="other" label="20"]Ibíd., 149.[/fngrp]

21[fngrp id="fn21" fntype="other" label="21"]Horkheimer, “Nostalgia del totalmente altro”, 135.[/fngrp]

22[fngrp id="fn22" fntype="other" label="22"]“Si la historia no está predeterminada y puede tomar el rumbo que Dios y los seres humanos quieran darle, la política se reviste de una responsabilidad escatológica trascendente. El cristiano aspira a que su acción política contribuya al advenimiento histórico del Reino de Dios” (Laguna, Pisar la luna. Escatología y política, 21).[/fngrp]

23[fngrp id="fn23" fntype="other" label="23"]Gutiérrez, Teología de la liberación, 70.[/fngrp]

24[fngrp id="fn24" fntype="other" label="24"]Ibíd., 72.[/fngrp]

25[fngrp id="fn25" fntype="other" label="25"]Laguna, Pisar la luna, 21.[/fngrp]

26[fngrp id="fn26" fntype="other" label="26"]Park, “Qué es la investigación-acción participativa”, 139.[/fngrp]

27[fngrp id="fn27" fntype="other" label="27"]Zamosc, “Campesinos y sociólogos”, 93.[/fngrp]

28[fngrp id="fn28" fntype="other" label="28"]Park, “Qué es la investigación-acción participativa”, 150.[/fngrp]

29[fngrp id="fn29" fntype="other" label="29"]Laguna, Pisar la luna, 17.[/fngrp]

30[fngrp id="fn30" fntype="other" label="30"]Boff, Teoría del método teológico, 39.[/fngrp]

31[fngrp id="fn31" fntype="other" label="31"]Gutiérrez, Teología de la liberación, 33.[/fngrp]

32[fngrp id="fn32" fntype="other" label="32"]Fals-Borda, “Orígenes universales y retos actuales de la IAP”, 83.[/fngrp]

33[fngrp id="fn33" fntype="other" label="33"]Ver a Ander-Egg, Repensando la investigación-acción participativa. Comentarios, críticas y sugerencias; Guzmán, Alonso, Pouliquen y Sevilla, “Las metodologías participativas de investigación: el aporte al desarrollo local endógeno”; Le Boterf, Investigación participativa: una aproximación al desarrollo local; Lewin, “La investigación-acción y los problemas de las minorías”.[/fngrp]

34[fngrp id="fn34" fntype="other" label="34"]Balcazar, “Investigación Acción Participativa: aspectos conceptuales y dificultades de implementación”.[/fngrp]

35[fngrp id="fn35" fntype="other" label="35"]Park, “¿Qué es la investigación-acción participativa?”.[/fngrp]

36[fngrp id="fn36" fntype="other" label="36"]Recuérdese que la investigación está en curso. A la fecha se está llevando a cabo la Fase 4.[/fngrp]

37[fngrp id="fn37" fntype="other" label="37"]Fals-Borda, Ciencia propia y colonialismo intelectual, 77.[/fngrp]

38[fngrp id="fn38" fntype="other" label="38"]Idem, Acción comunal en una vereda colombiana, 5.[/fngrp]

39[fngrp id="fn39" fntype="other" label="39"]West, “Contextual Bible Reading: A South African Case Study”.[/fngrp]

40[fngrp id="fn40" fntype="other" label="40"]Aunque estas preguntas tienen su propio carácter contextual, se inspiraron en el cuestionario elaborado por la Campaña Tamar que aparece en Khabure, “The Tamar Campaign Seminar: Breaking The Chain of Silence”; también en West y Zondi-Mazibela, “The Bible Story that Became a Campaign: The Tamar Campaign in South Africa (and beyond)”, 6-7.[/fngrp]

41[fngrp id="fn41" fntype="other" label="41"]Park, “¿Qué es la investigación-acción participativa?”[/fngrp]

42[fngrp id="fn42" fntype="other" label="42"]Glaser y Strauss, The Discovery of Grounded Theory[/fngrp]

43[fngrp id="fn43" fntype="other" label="43"]Fals-Borda, Acción y conocimiento, 69.[/fngrp]

44[fngrp id="fn44" fntype="other" label="44"]López, “Reading the Bible to Overcome the Violence: Contextual Bible Reading of 2S 13,1-22 by a Group of People Living with HIV”.[/fngrp]

45[fngrp id="fn45" fntype="other" label="45"]Fals-Borda, Acción comunal en una vereda colombiana, 60.[/fngrp]

46[fngrp id="fn46" fntype="other" label="46"]A este propósito ver otras investigaciones que llevan implícita la pregunta: Bhatti, Duce, Sweeney y Watkins, Talking about God in Practice: Theological Action Research and Practical Theology; Graham, “Is Practical Theology a Form of ‘Action Research’?”; y la investigación doctoral en curso de Bacher, “Tesoros escondidos. Aportes de la investigación-acción participativa (IAP) al método de la teología pastoral. Estudio teológico pastoral de siete casos de interacción entre teología y comunidades cristianas en América Latina”.[/fngrp]

47[fngrp id="fn47" fntype="other" label="47"]Parra, “¿Qué es investigar en teología?”, 13.[/fngrp]

48[fngrp id="fn48" fntype="other" label="48"]Concilio Vaticano II, Constitución dogmática Dei Verbum sobre la divina revelación 2.[/fngrp]

49[fngrp id="fn49" fntype="other" label="49"]Ídem, Gaudium et spes 44.[/fngrp]

Recibido: 12 de Diciembre de 2015; Aprobado: 30 de Agosto de 2016

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