EDITORIAL

La divulgación científica del saber en salud pública

La evolución de los elementos conceptuales que acompañan los debates alrededor de la salud pública, cada día requiere de mayor respaldo académico en razón a que en las condiciones actuales no son suficientes los conocimientos médicos, no obstante su importante desarrollo en la historia reciente. Las grandes decisiones sobre políticas públicas de impacto considerable en la sociedad actual, cada día se alejan más de los consultorios y se acercan a los despachos de los decisores políticos de alto nivel.

Un ejemplo cercano a nuestra experiencia colombiana se refiere al debate público que se suscitó cuando el gobierno anterior declaró la Emergencia Social como una medida de excepción para legislar en temas medulares del sistema de salud sin necesidad de acudir al debate parlamentario. La respuesta de la academia y los gremios profesionales del sector de la salud no se hizo esperar y de inmediato salieron a relucir estudios epidemiológicos, económicos, históricos, sociales y de gestión, los cuales se entregaron a las altas cortes como argumentos que apuntalaron la demanda de inconstitucionalidad de la medida. En escenarios de esta dimensión política adquiere validez probatoria casi irrefutable aquello que tenga respaldo en la evidencia científica y podemos afirmar que el resultado fue exitoso desde la perspectiva de los académicos que propendemos por un sistema de salud orientado hacia metas de bienestar colectivo basado en criterios de justicia y equidad social. Quizás en épocas anteriores lo normal era escuchar el discurso biomédico procedente de la academia o de los gremios como portadores de la suficiente vocería para estimular la atención del poder político hacia asuntos particulares de la salud, en especial cuando se referían a eventos de alta sensibilidad social y que a la vez convocaban a los medios de comunicación. De esa manera el interés en asuntos públicos relacionados con la salud no pasaban de ser episódicos, muchas veces sensacionalistas y distanciados de los ejes conductores del estado.

Es realidad actual la inclusión en la agenda pública el tema de los sistemas de salud con sus metas de universalidad, equidad, solidaridad y eficiencia; al igual que el renovado interés por los determinantes sociales, lo cual implica que el núcleo del asunto se desplace desde unos Ministerios de Salud con bajo perfil político y casi siempre enfrascados en los asuntos propios de la supervivencia del sistema, hacia debates de amplia participación ciudadana y académica, con las correspondientes demandas a otros sectores del estado y la sociedad civil diferentes a lo que comúnmente se ha denominado el sector salud. Hoy bajo la influencia del Consenso de Washington, los debates sobre los sistemas de salud fluctúan entre las críticas a los modelos de mercado y el esfuerzo por incorporar a los estudios situacionales la explicación desde los determinantes sociales con la finalidad de comprometer a sectores tradicionalmente por fuera del sector salud para la formulación de proyectos integrados.

La respuesta social, en particular desde el ámbito de los decisores políticos tiene una estrecha relación con las construcciones que desde las formulaciones teóricas y del mundo de la ciencia circulan en cada contexto histórico. De ahí el compromiso de la academia y más en concreto de las publicaciones científicas en salud pública, las cuales las entendemos como la entrega a la sociedad del trabajo que desde múltiples frentes muestran los esfuerzos en comprender la complejidad del fenómeno salud-enfermedad.

La misma complejidad del ámbito de la salud pública propicia la confluencia de investigaciones con enfoques metodológicos diversos y desde perspectivas temáticas variadas. En este campo disciplinar tienen cabida las ciencias sociales y humanas conjugadas con aportes de las ciencias naturales. El reto actual es mantener la presencia activa del valioso equipo de científicos que desde muchos lugares de Hispanoamérica estamos aportando nuevas explicaciones a la problemática de la salud con una amplia base política y científica. Y en la medida en que se generen nuevos saberes fortalecemos nuestra influencia en la sociedad para que en el futuro inmediato el devenir de los sistemas de salud no sea únicamente el resultado de consensos políticos y económicos más orientados por intereses parciales de sectores que detentan el poder, que a las necesidades que la comprensión epidemiológica y de los determinantes sociales sugieren.

Álvaro Olaya Peláez
Director