Editorial

Cumplimos 40 años

Nuestra revista se acerca a la conmemoración de sus 40 años sirviendo a la comunidad académica nacional e internacional como un escenario abierto y plural, en el cual se han registrados los desarrollos científicos, debates, opiniones y reseñas que en su conjunto conforman un rico acopio de pensamiento en salud pública de Iberoamérica.

Esta efeméride nos lleva a evocar el escenario de sus inicios en 1974, en donde el pensamiento de la salud pública se encontraba en un nicho académico de alto reconocimiento en el medio gubernamental; América Latina consolidaba sus modelos de intervención estatal a la salud pública y en esa medida se venían conformando sistemas nacionales de salud como resultado de los acuerdos entre la dirigencia política y lo especialistas en salud pública; estos últimos formados en escuelas como la de la Universidad de Antioquia, las cuales en varios países se constituyeron como las depositarias del conocimiento en salud pública desde sus diversas vertientes. La llegada de una revista científica en ese momento era una necesidad inaplazable para acopiar, difundir, conservar y potencializar el conocimiento acumulado por décadas de gestión docente, investigativa y de extensión. La entonces denominada Revista de la Escuela Nacional de Salud Pública ha sido desde entonces un referente obligado del desarrollo científico y los movimientos políticos filosóficos que acompañan el devenir de la salud pública.

Los cambios de los escenarios en los que se gestionan los asuntos de la salud pública con posterioridad al Consenso de Washington han sido de una gran trascendencia, pues el centro de gravedad de los debates en la salud pública se trasladó desde los perfiles epidemiológicos hacia la sostenibilidad financiera, mediada por intereses privados, no siempre consultando la verificación científica. La academia cuando no se pone al servicio de los intereses económicos y se esfuerza por mantener un lugar de sólida construcción investigativa, en mantener una crítica fundada en la defensa de principios éticos sobre el derecho a la salud, se convierte en un espacio al cual los dirigentes de turno no le conceden importancia estratégica y si bien desde las esferas de poder se sostiene de manera precaria, dejan de ser instituciones con la debida valoración política.

En condiciones como estas, la idea de sobrevivir en un entorno hostil debe se impulsada con más bríos que en otros momentos. Debemos asumir con vigor los compromisos con la ética de la salud pública y con la validez de la ciencia, pues es la única manera de garantizar que perduren los valores supremos de la humanidad frente a las demandas cortoplacistas de la dirigencia económica. En esa línea de acción a las revistas que servimos de custodios de un sector de la ciencia con poca capacidad de generar plusvalía financiera, pero con un alto potencial de beneficios sociales nos corresponde mantener abiertas las páginas a todos aquellos académicos comprometidos con la ampliación de las fronteras del conocimiento, para que gradualmente se vaya permeando la convicción de que la salud al igual que otros derechos sociales económicos y culturales constituyen en los fundamentos de la humanidad y que deben ser preservados como patrimonio supremo ante los embate de corrientes neoliberales, que ocasionan efectos adversos en la estructura social de las naciones.

El futuro de las revistas científicas, aunque incierto hay que cimentarlo en aquellas acciones que han demostrado validez científica y aceptación social: la investigación rigurosa con incorporación de nueva técnicas que integren los modelos empírico analíticos con las teorías de tanto arraigo en la comprensión de las ciencias exactas y naturales crítica derivadas de las ciencias sociales y humanas. Estos esfuerzos logran impactar a la sociedad en al medida en que se ganen espacios de divulgación, en donde se puedan superar las limitaciones materiales de los ejemplares impresos y se logre acceder a todos los posibles escenarios bibliográficos que gracias al acelerado desarrollo de las TICs se ponen a disposición de la comunidad académica y la sociedad en general.

En este año de la conmemoración nos dedicaremos a ampliar los caminos hacia la máxima visibilidad acompañados del compromiso académico de la máxima credibilidad la cual solo se logra con idoneidad y compromiso ético con la salud de los pueblos.

Álvaro Olaya Peláez

Director

Profesor Facultad Nacional de Salud Pública

Universidad de Antioquia