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Revista Facultad Nacional de Salud Pública

versión impresa ISSN 0120-386X

Rev. Fac. Nac. Salud Pública vol.33 no.1 Medellín ene./abr. 2015

 

Revisión de tema

Cuerpo masculino: un análisis para la salud pública

Male Body: A public health analysis

 

 

Giovane Mendieta-Izquierdo1

1Terapeuta Respiratorio, Especialista en Auditoria y Gerencia en Servicios de Salud. Magister en Educación Universidad Javeriana, Doctor en Ciencias de la salud pública Universidad de Guadalajara, Jalisco. México. Dirección electrónica: giovanemendietai@yahoo.es

 

 

Recibido: 21 de junio de 2013. Aprobado: 31 de julio de 2014. Publicado: 01 de febrero de 2015.


Mendieta-Izquierdo. Cuerpo masculino: un análisis para la salud pública. Rev. Fac. Nac. Salud Pública. 2015; 33(1):


 

RESUMEN

OBJETIVO:describir algunas reflexiones teóricas y empíricas sobre el cuerpo masculino como categoría de análisis para su estudio desde la salud pública.

METODOLOGÍA:revisión que incluyó 57 documentos entre libros, artículos y capítulos de libros sobre el cuerpo y cuerpo masculino. La búsqueda no se limitó por fecha, se hizo en idioma español e inglés, se desarrolló un procedimiento en cuatro etapas: búsqueda bibliográfica, sistematización de datos, elección de documentos, análisis y evaluación final. No se excluyeron estudios por la calidad de su metodología.

RESULTADOS:57 documentos. 20 libros de teoría, método y aplicación de cuerpo, 16 capítulos de libro resultado de trabajos empíricos, dos libros manual de masculinidad y 19 artículos empíricos y de reflexión. Encontrando aspectos sobre teorías, métodos y la comprensión de la categoría cuerpo y cuerpo masculino analizado desde la salud.

DISCUSIÓN:se reconocen teorías sobre el cuerpo desde la sociología, antropología y filosofía en particular la fenomenología, como teoría y método. El cuerpo masculino se ha estudiado desde la salud, enfermedad, género y masculinidad. Es un tema de interés de estudio desde la salud, se sugiere un enfoque holístico para su análisis desde la salud pública.

Palabras clave: cuerpo, cuerpo masculino, salud pública.


ABSTRACT

OBJECTIVE:To describe some theoretical and empirical research on the male body as a category of analysis for study from public health.

METHODOLOGY:A review that included 44 documents including books, articles and book chapters on the body and the male body. The search was not limited by date, it was in Spanish and English, a procedure was developed in four stages: literature search, data systematization, choice of documents, analysis and final assessment. No studies were excluded for the quality of its methodology.

RESULTS:57 documents. 20 books of theory, method and application of body, 16 book chapters empirical result, manual 2 book and 19 empirical articles masculinity and reflection. Finding aspects theories, methods and understanding the body and the male body category analyzed from health.

DISCUSSION:are recognized body theories from sociology, anthropology and philosophy including phenomenology, as theory and method. The male body has been studied for health, disease, gender and masculinity. The body is a topic of interest from health study; we suggest a holistic approach to their analysis from public health.

Key words: body, male body, public health.


 

 

Introducción

El cuerpo ha sido objeto de análisis y reflexión a través del tiempo. En la antigüedad se concebía el cuerpo desde la descripción y funcionalidad de sus órganos, desde una postura mágica-religiosa y mítica.

En la tradición del idealismo platónico y neoplatónico el cuerpo ha sido considerado como una categoría irrelevante en la adquisición del conocimiento, puesto que nos impide la contemplación de las formas puras. Esta concepción filosófica del cuerpo produjo un dualismo en el hombre que tendió a definirlo como la unión entre el cuerpo y el alma, separando estas dos categorías y reconociendo al cuerpo como instrumento del alma, dando absoluta importancia a esta última y relevando al cuerpo a un segundo plano sin valor epistemológico, aspecto que se evidencia desde el Fedón de Platón [1]. En la Edad Media y el Renacimiento el cuerpo se estudiaba a través de analogías y metáforas con la supremacía de la dualidad cuerpo alma, además como sinónimo de pecado. Ha sido objeto de reflexión de diversos pensadores.

Con el advenimiento del pensamiento cartesiano la modernidad asume una postura del cuerpo desde una perspectiva cientificista y mecanicista, reconociéndolo como elemento de análisis desde un aspecto biologicista, en donde se avanzó en el entendimiento y funcionamiento del mismo, generando avances en la fisiología y la medicina. Aspecto que no es de interés en esta revisión.

El cuerpo humano se ha convertido en objeto de análisis de las ciencias sociales, destacando una dimensión social y cultural distinta de lo que es la dimensión cientificista propia del campo anatomo-fisiológico de la medicina, aspecto que ha ejercido una supremacía sobre su conocimiento, ostentando la positiva verdad sobre el tema [2]. En la actualidad se ha demostrado el valor de la categoría cuerpo para las construcciones sociales. Como lo expresa Bourdieu, el cuerpo cobra importancia fundamental [3]. El cuerpo ya no es más un dato biológico, elemental, inmutable, se constituye en arena política donde se imprimen las expectativas sociales, normas, valores, creencias, encontrando en él un receptáculo para su objetivización [4], es el primer vehículo de simbolización a nuestro alcance para comunicar sentimientos, emociones, acatamientos y rebeldías, se convierte en el medio a través del cual logramos nuestros fines [5], constituyéndose como problema central de la teoría social contemporánea.

Se atribuye su desarrollo a la teoría feminista, al mercado que toma al cuerpo como su objetivo, a la modificación de la medicina moderna que eleva a un significado particular el cuerpo y la corporeidad y a los cambios políticos contemporáneos, en donde la ecología y el medio ambiente involucran al cuerpo en relación a la sociedad y naturaleza [6].

El objetivo de esta revisión de tema es describir algunas reflexiones teóricas y empíricas sobre el cuerpo masculino como categoría de análisis para su estudio desde la salud pública. Algunos apartados de este texto forman parte de la tesis doctoral “Significado de la experiencia vivida de cuerpo en hombres que ejercen la prostitución viril en la Plaza Tapatía de Guadalajara, Jalisco. México”. Adscrita al Doctorado en Ciencias de la salud pública de la Universidad de Guadalajara.

 

Metodología

La revisión de la bibliografía se desarrolló a partir de referencias empíricas, ensayos teóricos y de reflexión, con la finalidad de determinar el estado de estudio en torno al tema. Para ello se estableció un procedimiento con etapas definidas así: 1) búsqueda bibliográfica, 2) sistematización de datos, 3) selección de bibliografía y análisis primario, 4) evaluación y análisis final.

En la primera etapa, se llevó a cabo una búsqueda en los índices internacionales para obtener una lista de bibliografía candidata para la revisión en medline e isi Web of Knowledge. Con ayuda de MeSH Database, se establecieron para la búsqueda las siguientes palabras clave, en inglés: body, men perception, male body (cuerpo, percepción masculina, cuerpo masculino). Se consultó en bases de datos electrónicas ebsco, scielo y redalyc. Además de la consulta bibliográfica de publicaciones en libros y capítulos de libros. Material consultado para el desarrollo de la tesis.

Para la búsqueda se utilizaron los siguientes límites:

Temporales: publicaciones hasta 2012

Idiomas:español, inglés.

Tipo de diseño: estudios empíricos cualitativos sin límite de diseño y publicaciones en libros. Ambos relacionados con el tema cuerpo y salud.

Tipo de personas a quien va dirigido:hombres adultos jóvenes.

Esta primera búsqueda arrojó un listado de (n = 164) documentos. La selección inicial se realizó con la lectura de los títulos de las publicaciones, se seleccionaron aquéllos que hicieron explícito el tema del cuerpo y cuerpo masculino. En los documentos que se presentaba duda respecto al tema, se dio lectura a los resúmenes y contenido, buscando los que abordaran el tema de interés. Posteriormente la lista de documentos potencialmente relevantes se identificaron y seleccionaron para su recuperación, quedó conformada por n = 135.

Se incluyeron documentos donde se trata el tema de cuerpo y cuerpo masculino. Se excluyeron los documentos cuyo objetivo fuera valorar la percepción espacial y biológica del cuerpo, y de manera específica para los trabajos y discusiones sobre cuerpo aplicados a mujeres, se eliminaron aquéllos que se relacionaban con la percepción del peso y nutrición (n = 36), descartando también n = 20 por no contemplar el tema en el desarrollo del trabajo y n = 16 por no presentar los resultados de forma independiente con las mujeres.

Las estrategias utilizadas para la recuperación de los textos completos fueron directamente de las bases de datos (n = 23), a través de la revista n = 19 artículos sin ninguna solicitud de sobretiro al autor (n = 2), en la web libro manual de masculinidad (icrw) y el capítulo de fnuap, y (n = 2) capítulos de libros. Búsqueda directa en libros (n = 20) que analizan el cuerpo desde la teoría, metodología y aplicación del tema y (n = 14) capítulos de libros como resultado de trabajos empíricos o avances de trabajos de investigación. Se recuperaron un total de n = 57 documentos. Los libros y capítulos de libros fueron consultados directamente. El proceso de selección se presenta en la figura 1, diagrama de flujo diseñado de acuerdo a lo sugerido por Van de Voorde [7]. El resto de la bibliografía consultada fue capítulos de libros sobre metodología de revisiones (n = 2) y textos sobre salud pública (n = 5).

 

Una vez finalizada la búsqueda, se realizó la etapa de sistematización de la información capturada, como lo propone Popay [8]. Se agruparon los documentos en libros, capítulos de libros y artículos de revistas. Se diseñaron matrices con diferentes propósitos, donde una vez examinados los documentos se capturaron los datos de las intervenciones para su posterior análisis, esto para el caso de artículos y capítulos de libros. La primera estuvo destinada con la finalidad de conocer los temas abordados en los trabajos y de acuerdo al objetivo, población a la que va dirigido, duración, contexto en que se aplica, temática del mismo, quién lo expide, criterios de inclusión y exclusión en la selección de sus participantes y varias matrices se diseñaron para conocer los diferentes temas y subtemas analizados en los trabajos de acuerdo a los objetivos.

La fase de análisis de datos permitió identificar el estado de las investigaciones sobre el cuerpo y cuerpo masculino, hallazgos que reconocen aspectos trabajados en torno al tema en particular y los diferentes aportes teóricos sobre el tema desde diferentes áreas. Agrupando los resultados en dos características centrales: 1) consideraciones en torno a la teoría y método y 2) cuerpo y cuerpo masculino, su comprensión desde la salud. De acuerdo a los puntos relevantes encontrados en la revisión.

 

Resultados

Algunas consideraciones en torno a la teoría y método

En la década de los treinta se gesta la necesidad de un análisis socio antropológico del cuerpo tomando la etnografía como orientación metodológica. Marcel Mauss acuña el concepto técnicas corporales, dentro de los rituales; es decir, las formas en que los hombres de una manera tradicional saben cómo usar su cuerpo, según la edad y el sexo. El cuerpo es el instrumento primario y más natural del hombre, o más exactamente, por no hablar de instrumento, el objeto técnico en lo más natural, el hombre es su cuerpo, que toma la serie de movimientos para actuar, llevado ante él o con él por otros, como producto del acondicionamiento y de la imitación social. Todos estos modos es lo que se denomina las técnicas del cuerpo [9]. También se asume como objeto en el cual se trabaja comiendo, durmiendo, limpiando, haciendo dietas o ejercicio, a través de prácticas corporales, individuales y colectivas, formas en las cuales el trabajo social se relaciona con el cuerpo [6], estas prácticas se pueden elaborar institucionalmente, a gran escala, para producir y moldear cuerpos ligados al género [10].

Desde fines de los setenta y con un interés cada vez mayor, se da inicio un nuevo imaginario de cuerpo, el cual conquista prácticas y elementos discursivos hasta ese momento inéditos [11]. En la década de los ochenta, se consolida el tema de la corporeidad como objeto de estudio relevante en la sociología anglosajona, debido a los efectos de la estética del cuerpo dentro de una cultura consumista y como efecto de las consecuencias de los movimientos feministas [12]. Objeto de estudio que suele denominarse teoría social del cuerpo, siendo éste un enfoque teórico nuevo para su tiempo. Reconocido por investigadores de especialidades y temáticas diversas, como la sociología, la antropología de la salud y el feminismo; convirtiéndose de este modo, en un nudo de estructura, acción y centro de reflexión desde la sociología y la antropología [13].

Otros autores afirman que el momento en que se gesta la preocupación social por el cuerpo, procede de las críticas y manifestaciones sociales como el feminismo, la revolución sexual y la expresión corporal, buscando las condiciones políticas y sociales que legitimaban la condición corporal [2], surgiendo corrientes como la antropología feminista, siendo éste un enfoque teórico novedoso [14].

Se habla de la existencia social del cuerpo, la cual se relaciona con el espacio social en el que el individuo se ha desarrollado, las vivencias de los grupos, las tradiciones y por las experiencias del propio sujeto, reconociendo la existencia social con aspectos de la política y lo corporal [15]. Es decir, se destaca un cuerpo social y un cuerpo físico, en donde el primero es condicionante del segundo [16]. La teoría social del cuerpo desarrolla el concepto de embodiment, entendiendo este término como lo corporal desde un campo dado por la cultura, este vocablo es acuñado en la antropología por Csordas [17,18]. Para la expresión embodiment no existe consenso sobre cómo traducir al castellano, se ha utilizado el término encarnación [19]. Esteban retoma estos términos pero prefiere usar el adjetivo encarnado/a, reservando la palabra corporización/corporeidad para el sustantivo, haciendo hincapié en que se ha inclinado por utilizar el término encarnación [20]. Este concepto es central en el estudio actual del cuerpo, aunque sea de uso general sobre todo en el medio anglosajón, y aunque no sea utilizado exactamente en el mismo sentido por todos los autores. Incluso hay quienes prefieren el término bodilyness, corporalidad [17,18]. Con la noción de embodiment, se quiere superar la idea de que lo social se inscribe en el cuerpo, para hablar de lo corporal como auténtico campo de la cultura, Ground of culture [20]. De este modo, el cuerpo ejerce una intersección entre aspectos psicológicos, sociales, biológicos, de orden individual y social, constituyéndose como una entidad consciente de interpretación y acción social [13]. Una categoría que incluye aspectos más amplios para la comprensión del cuerpo.

La visión del cuerpo ha tenido cambios de sus representaciones a través de los siglos, atribuyendo al cuerpo condiciones materiales y culturales que han cambiado a través de la historia [21]. Los conceptos de género y las diferencias sociales y culturales atribuidas a las personas en función de su sexo, son entendidos como el proceso de construcción del cuerpo. Es así, como las diferencias naturales y biológicas propias del sexo se construyen históricamente y se articulan entre sí [22]. La importancia del cuerpo como medio de afirmación en los espacios de poder y de construcción discursiva en su práctica social y en el marco de un discurso de género, establece una relación desigual y dicotómica entre lo masculino y lo femenino, elementos que se generan como producto de la cultura [23,24,25]. Situación que hace interesante el análisis de esta categoría, desde lo que es el cuerpo masculino y las relaciones de poder.

Foucault, M., analiza el cuerpo como objeto y blanco de poder asumiendo que el cuerpo se manipula, da forma, educa, obedece, responde, se vuelve hábil o cuyas fuerzas se multiplican. Su análisis gira a partir del biopoder, de las relaciones entre poder y conocimiento, y de los cambios sociales en cuanto a las políticas sobre los cuerpos [26,27], situación que involucra la salud. Cada individuo presenta su propia percepción y vivencia personal de lo que es salud, desde lo que considera normal dentro de los conceptos de los grupos sociales y sus vivencias personales, siendo modelado por elementos propios de la cultura [28]. Se reconoce un cuerpo social y un cuerpo físico, el primero condiciona el modo en que se percibe el segundo. De este modo, la experiencia física del cuerpo es modificada por las categorías sociales a través de las cuales se conoce, manteniendo una determinada visión de la sociedad y estableciendo una relación directa del cuerpo físico con los comportamientos asociados al cuidado de la salud, como el que se le otorga al aseo, alimentación, sueño, ejercicio, etapas vitales, dolor, esperanza de vida. Todas las categorías culturales que se perciben, deben estar de acuerdo con las que se perciben de la sociedad, éstas son derivadas de la idea particular que el cuerpo ha elaborado de la cultura [16].

Existe la idea en los hombres, que hay un cuidado del sujeto y hacia el sujeto mismo, situación que no es ajena a la cultura, demostrando que existe un esmero por el cuerpo propio, aspecto relacionado con la fuerza y con generar una apariencia saludable, elementos que surgen de la socialización a la que son sometidos los hombres desde su infancia; la cual va dirigida a desarrollar al máximo el cuerpo, como herramienta para mostrar el poder, bien sea con la fuerza o con la apariencia [29]. Es así, como la medicina ha construido una representación del cuerpo que pone al sujeto en una especie de posición dual respecto de sí mismo [11], circunstancia que se relaciona de manera directa con el poder ejercido en el cuerpo y los mandatos ostentados como de buena salud.

Trabajos como el de Peixoto Junior [30], abonan esta línea de análisis, el autor hace un trabajo interesante de reflexión filosófica con el intento de resaltar la importancia de algunas consideraciones nietzscheanas para el entendimiento que se puede tener del cuerpo y de la salud; Peixoto “parte de la crítica formulada por Nietzsche a la metafísica y al platonismo, para discutir su punto de vista a propósito de las relaciones entre cuerpo y conciencia, teniendo como principal referencia el concepto de voluntad de poder” [30]. Este autor trata de mostrar cómo el cuerpo podría concebirse como una metáfora, elemento al que recurre Nietzsche en su interpretación crítica de la subjetividad y de la cultura, destacando que el cuerpo es el que define la relación entre las fuerzas dominantes y dominadas. La relación de esas fuerzas es la que constituyen el cuerpo; es decir, “en sentido nietzscheano el cuerpo es el resultado de la casualidad y se presenta como lo más sorprendente” [30]. Por voluntad de poder se entiende “una transmutación de todos los valores” el principio básico de la realidad a partir del cual se desarrollan todos los seres. Es la fuerza primordial que busca mantenerse en el ser, y ser aún más. [31]. Es decir, “un contra movimiento en relación tanto con el principio como con la tarea; un movimiento que, en cualquier clase de futuro, destruirá ese nihilismo perfecto, pero que lo presupone lógica y psicológicamente y que no puede venir absolutamente sino de él y por él” [31].

Se comprende así el cuerpo como “la base o matriz biológica sobre la cual actúan los diversos discursos” [13], aspecto que hace necesario la comprensión de la forma en que se realiza su enculturación en un momento histórico determinado y así “mostrar el poder que se ejerce sobre el cuerpo modificándolo y transformándolo” [13]. En palabras de Foucault “el grado de civilización alcanzado en las sociedades modernas, así como la adquisición en la conciencia del cuerpo, se da únicamente por efecto de la ocupación del cuerpo por el poder” [1], momento que retoma Muñiz para afirmar que la gimnasia, educación física, el desarrollo muscular y la exaltación de la belleza, son elementos que en algún momento el cuerpo adquiere para el poder [13]. En términos de relaciones de poder desde Foucault, la salud no se aleja de esta relación, el cuerpo requiere de un equilibrio de la salud para adquirirlo. El cuerpo se ha analizado desde el orden, control social y estratificación de las sociedades, es decir, el funcionamiento social desde un orden corporal y gobierno del cuerpo [6]. La salud pública no se es ajena a estos planteamientos, puesto que ejerce acciones de orden y control social que permiten mantener el equilibrio social.

La antropología médica ha dado especial énfasis al significado del cuerpo y destaca esta categoría como futuro de reflexiones en esta área [14], tema reconocido por investigadores de especialidades diversas, principalmente la sociología y la antropología, categoría que no es ajena para ser analizada desde la salud pública.

Desde una perspectiva teórica y metodológica fenomenológica, Husserl plantea la fenomenología como ciencia y método, se ha comprendido como la investigación de la experiencia en el mundo, la experiencia vivida. La fenomenología tiene una conexión inseparable con el mundo y con la intencionalidad del ser en el mundo; analiza los significados de la experiencia vivida en el mundo, llegando a la esencia del fenómeno [32]. En esta corriente, Merleau Ponty, concibe el cuerpo como una construcción epistemológica, como punto de vista acerca del mundo, un objeto dentro de este mundo, constitutivo de la subjetividad conciencia encarnada o mente corporizada. Desliga la reflexión fenomenológica del enfoque mecanicista del cuerpo y del dualismo permeado por la herencia cartesiana del pensamiento moderno [33]. Ponty, ha establecido una distinción entre las cualidades fisiológicas y biológicas que estructuran la existencia corporal y, por otra, los significados que la existencia corpórea asume en el contexto de la experiencia vivida [34]. Los elementos que plantea son: 1) la percepción y conciencia perceptiva, 2) la corporalidad y su supremacía, y 3) la idea de mundo y la otredad.

1) En la percepción. “No se puede comprender la función del cuerpo viviente más que llevándola yo mismo a cabo y en la medida en que yo sea un cuerpo que se eleva hacia el mundo” [33]. Es completar la información que nos llega puramente a través de nuestros sentidos, esto gracias a los recuerdos, reconociendo también que es prestar atención a aquello que emerge ante nuestros ojos. Ponty, se refiere el cuerpo como una experiencia actual que cada individuo posee. Refiriéndose así a la Exteroreceptividad, siendo ésta la puesta en forma de los estímulos, la conciencia del cuerpo invade al propio cuerpo y el alma se difunde por todas sus partes siendo uno solo, cuerpo-alma. Aspecto que nos permite llegar a la experiencia en-si. Se entiende el término en sentido fenomenológico estricto desde lo que plantea Merleau Ponty. “Es preciso que encontremos el origen del objeto (en este caso el cuerpo) en el corazón mismo de nuestra experiencia, que describamos la aparición del ser y comprendamos cómo, de forma paradójica, hay para nosotros un en-si” [33].

2) Respecto a la corporalidad, surgen varias preguntas: ¿Qué es nuestro cuerpo? ¿Cómo nos relacionamos con él? ¿Qué puentes se entretejen entre nosotros mismos y nuestro mundo? Ponty, propone un cuerpo con acciones comprometidas con la corporalidad, reconociéndolo como un medio de comunicación entre nosotros y el mundo. Asume que estamos instalados en el cuerpo, percibiendo de este modo los objetos, siendo así mismo nuestro horizonte de percepción. Es decir, la experiencia de cuerpo está dada en doble sentido, desde nuestra propia percepción de cuerpo y la percepción del cuerpo en el mundo.

3) La relación del cuerpo con el mundo de vida es compartida con otros cuerpos, permitiendo entender el cuerpo-objeto y conmigo mismo como estructura empírica cuerpo-sujeto. De este modo, fenoménicamente el cuerpo es un todo que envuelve lo corporal, sus miembros, sus partes [33]. En el problema de la otredad, el cuerpo en su espacio natural, simbólico, en su mundo cultural y social, es decir, como veo el otro. En el mundo cultural el otro está presente en forma impersonal, en anonimato, representando una figura colectiva; el otro, se da en mí a través de su cuerpo, gracias a que nosotros vivimos en nuestro propio cuerpo, siendo éste el verdadero portador del comportamiento [33].

Desde el feminismo se han retomado elementos teóricos del cuerpo en estricto sentido fenomenológico para comprender el género y la identidad, en particular para explicar conceptos de masculinidad como lo hace Janice Buttler. Esta autora analiza el cuerpo, la percepción del cuerpo y las posibilidades del mismo como extensión corporal, aspectos que se corporeizan; es decir, es un conjunto de posibilidades que llegan a la corporeización, en palabras de Buttler es la “dramatización, reproducción de estructuras elementales lo que permite denominar la corporeización de los sujetos” [34] elementos que permiten explicar la masculinidad como un acto performativo [34]. La fenomenología del cuerpo brinda elementos que invitan al análisis desde la perspectiva de la salud, con la percepción del cuerpo vivido.

Cuerpo masculino. Su comprensión desde la salud

En los últimos años, el interés por estudiar el cuerpo se ha motivado por la comprensión de cómo, “el cuerpo expresa la identidad, representa al individuo y constituye la experiencia” [35], destacando que el resultado de moldearlo es un elemento de índole social, traducido en la configuración de órdenes que facilitan determinadas posibilidades de acción a la sociedad [35].

Desde esta perspectiva metodológica y teórica, el interés fenomenológico que ha tenido la antropología médica en torno al cuerpo se hace evidente desde finales de los ochenta con trabajos como los de Nancy Scheper- Hughes & Lock. M. [14], reconociendo al cuerpo consciente como el trabajo futuro de la antropología médica y su aplicación para la comprensión de problemas de salud. Por esta misma ruta metodológica DiGiacomo, analizó la enfermedad como un dilema posmoderno en la representación del cuerpo en sujetos con cáncer [36].

Se ha considerado de gran interés a la fenomenología en la comprensión del cuerpo, su relación con la salud y en particular con la medicina, así como también el describir la experiencia de la enfermedad. El enfoque fenomenológico le da al cuerpo un papel central y reconoce la primacía de la percepción, por encima de otras perspectivas teóricas. Aspecto que analizan autores como Byron Good y Hevi Carel, entre otros; desde una mirada antropológica. El primero considera la experiencia de la enfermedad y el dolor crónico, describiendo las relaciones entre el sufrimiento humano, las representaciones culturales, el lenguaje médico y el poder [37] y el segundo reflexiona desde afirmaciones filosóficas acerca de la relación entre la enfermedad y el bienestar a partir del trabajo empírico, comprendiendo la noción de bienestar en sujetos con cáncer [38]. Este último autor ha brindado elementos de comprensión y reflexión a la medicina desde una perspectiva teórica y metodológica fenomenológica.

Contrario al análisis del cuerpo desde la enfermedad, se destacan autores como Harrison, quien analiza los grandes problemas a los cuales se enfrentan los cuerpos de los hombres, con una visión medicalizada desde la trascendencia y el impacto para la salud en los diferentes grupos sociales, destacando la impotencia del envejecimiento hasta los peligros a la salud, relacionados con el trabajo que se realice, lesiones violentas, pérdida de orgullo deportivo y la muerte prematura [40]. Se asume como peligroso el rol sexual masculino el cual puede resultar lesivo para mantener la salud [10]. El cuerpo masculino es asociado a la masculinidad, siendo de gran interés para el análisis de la salud de los hombres, desde una perspectiva de género.

En los últimos veinte años la investigación sobre la masculinidad y la conducta dependiente del género de los hombres ha tenido un gran auge, de este modo, las cuestiones sociales incluyen la naturaleza de la masculinidad, las identidades y las prácticas de los hombres, como por ejemplo muchos aspectos relacionados con la salud, con prevención, cuestiones de población y fertilidad [10]; aspectos relacionados de manera directa con el cuerpo. Connell, destaca la importancia de conocer los costos emocionales y físicos del patriarcado que se asocia al estrés y a la violencia, los cuales describe como necesarios para mantener las jerarquías masculinas. Desde una perspectiva de género, la masculinidad se ha reconocido como el elemento dominante en la sociedad, análisis que desde la relación de poder descrita por Foucault, crea una distribución desigual, generando consigo un efecto sobre la salud, aspecto de gran interés para ser analizado [41] desde la salud pública.

Se ha abonado a la categoría cuerpo la interpretación de los discursos corporales y a la experiencia en las relaciones del cuerpo e identidad en la historia de América Latina, estableciendo los vínculos de la representación social del cuerpo y la construcción de la identidad como una experiencia que se vive y se expone somáticamente [42].

Se acreditan a la construcción de la categoría salud y cuerpo masculino en los últimos años, los estudios sobre salud sexual y reproductiva, entre otros, los trabajos Matthew Gutmann [43], Huerta Rojas [44] y Figueroa Perea [45]. El primero, con un trabajo etnográfico, enfocado en la salud reproductiva y sexualidad masculina, en relación con la vasectomía como elemento de dominio del cuerpo varonil. El segundo analiza el cuerpo masculino como escenario de la vasectomía y el último establece sus reflexiones sobre la sexualidad y la salud de los varones en el contexto de las fuerzas armadas. Contrario a la relación con la salud, Juan Luis Ramírez, considera el cuerpo desde el dolor; estudia el dolor como construcción culturalizada, reconociendo el cuerpo como elemento de análisis para comprenderlo [46].

El aporte de Zapata, con el análisis de las condiciones de higiene y salubridad de las clases trabajadoras, considera el cuerpo como una entidad determinada por factores y características biológicas, dentro de un modelo político y económico [47]. Por otra parte, Corbin, analiza el cuerpo desde una perspectiva histórica mecanicista en correspondencia con los olores que éste emana, relacionándolos con la higiene individual [48]. En esta línea se encuentra el aporte de Pedraza la cual rescata en su análisis el uso específico del cuerpo respecto a la higiene y las prácticas que se entienden como el principio para formar a la persona en su expresión de ciudadano, criticando el estudio mecanicista y determinista del cuerpo propios de la anatomía y la fisiología. Pedraza, discute el concepto de higiene y la forma como se ha considerado el cuerpo en el contexto social y cultural, ajeno de cualquier determinación de la experiencia, reduciéndolo tan solo a materia de estudio de la anatomía y la fisiología, como se hizo en la ilustración. La crítica del autor se centra en que el cuerpo se ha estudiado como ajeno del entorno social. La higiene y la medicina han responsabilizado al individuo de su salud y de llegar a reconocerse como ciudadano civilizado [35].

Nayelhi Saavedra, muestra cómo es comprendido el cuerpo en las personas que utilizan la pluralidad de prácticas dirigidas al cuidado, control, prevención y definición de salud en el contexto de la medicina tradicional mexicana; rescatándola a partir de un estudio de corte cualitativo [49]. La violencia contra las mujeres también se ha intentado comprender desde los cuerpos de los hombres en el marco de las relaciones de poder, producto de la socialización y la biología del cuerpo.

Amuchástegui, hace un análisis a partir de narraciones de algunos hombres que participan en un grupo reeducativo con el fin de eliminar la violencia, para comprender por qué la violencia de los hombres hacia las mujeres [50]. Siguiendo por este trazo, se hace evidente que los cuerpos de los hombres están permeados por la masculinidad hegemónica, perpetuando y consolidando el machismo y las relaciones desiguales de poder, situación que describe Leonardo Olivos a través del análisis de las narrativas de un hombre a partir de su experiencia vital [51].

El uso de drogas es una situación de salud pública. En particular, el uso de drogas en hombres, desde la experiencia subjetiva del cuerpo, es analizada por Flórez, en este estudio se describen las experiencias vividas por un usuario de drogas manifestadas a través de su cuerpo, trabajo realizado en un marco metodológico cualitativo [52].

La identidad de género también ha sido de interés para ser comprendida desde el cuerpo. Las distintas trasformaciones del cuerpo por las que pasan los sujetos que biológicamente son etiquetados como hombres o como mujeres y la forma como construyen su identidad genérica, son descritos en los estudios de Iglesias Gayol [53] y Sandoval Rebollo [54]. Desde otra perspectiva las investigaciones de List en torno al cuerpo de los hombres y la masculinidad en las subculturas gay han aportado de manera significativa a la comprensión de esta categoría en este colectivo [55,56].

 

Discusión

La contribución de estos estudios hace visible el gran interés por la comprensión del cuerpo masculino y su relación con la salud en los hombres, elementos que permiten la fundamentación, implementación y evaluación de programas de acción, así como el esfuerzo de organismos de cooperación multilateral para el desarrollo de políticas, para involucrar desde una perspectiva de igualdad de género a los hombres en la salud. Varios de los casos evidentes son: el trabajo que ha desarrollado el Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA) en el área de salud sexual y reproductiva [57] y el informe del Instituto Promundo and the International Center for Research on Women (ICRW) de 2011 [58]. Reconociendo de este modo que el camino por recorrer es bastante extenso. Surge la necesidad de diseñar más programas a partir de la comprensión del estilo de vida de los hombres, como elemento prioritario en las acciones de salud pública, siendo estos aspectos reconocidos como elementos modificables [59].

De esta manera, se hace cierto el gran interés por el tema del cuerpo masculino y su consecuente relación con la masculinidad. Hammarström, reconoce que el futuro de la investigación en salud pública debe contemplar aún más las diferencias de las mujeres y hombres y lo que significan éstos para la salud y el bienestar. Planteando de este modo el desarrollo de la nueva salud pública, trazando un cambio lejos del modelo médico tradicional a un enfoque holístico y multidisciplinario, basado en la vida social y económica de los sujetos [60], así como los fundamentos ambientales de la salud [61], esenciales para la comprensión de esta revisión y del cual surge el análisis en relación con el cuerpo, destacando el uso de las ciencias sociales como elemento constitutivo de la investigación en salud pública, elemento que también es destacado por Frenk [62].

Se hace evidente que dentro de la discusión sobre los hombres se muestra la necesidad de desarrollar un análisis crítico de las masculinidades y su relación con la salud, en la investigación sobre la enfermedad y la salud del hombre, dentro del marco de un discurso de género [63], en donde el cuerpo es el componente principal de análisis. Las prácticas en salud y las políticas en salud pública deben estar atentas a manifestarse en estas cuestiones, que en ocasiones conciben al ser humano desde el utilitarismo, invitando a una concepción mucho más holística del proceso salud-enfermedad y asumir al ser humano en su dimensión existencial [64].

En el estudio del cuerpo masculino y su relación con la salud es necesario introducir el tema de la masculinidad, elemento indiscutible a la hora de abordar los estudios de los hombres, en la relación de las conductas y las prácticas sociales. Aspectos que influyen en la naturaleza misma de la propia masculinidad e identidad de género en el marco del estilo de vida. Dichos elementos y en general el cuerpo en todos sus contextos, se han discutido dentro del marco de las relaciones de poder, reconociendo que el poder es ejercido sobre los cuerpos de los hombres llevando a su posible transformación, reflejado en estilos de vida, conductas y actitudes sociales, por el mismo efecto de la ocupación de ese cuerpo por el poder, adquiriendo así un equilibrio que involucra, sin lugar a dudas, la masculinidad, dentro de momentos históricos y socioculturales determinados, que son reconocidos como constitutivos a la hora de analizar su relación con la salud, elementos que no deben ser ajenos para el análisis desde la salud pública.

Consideraciones finales

Aquí se ha intentado demostrar el cuerpo masculino como objeto de estudio y de interés para la salud pública, tomando como elemento de reflexión las ciencias sociales desde la sociología, antropología y filosofía en particular la fenomenología como método.

Desde la perspectiva de salud, se ha reconocido la importancia y valor sobre el culto al cuerpo en nuestra sociedad, asociada a una noción de salud más sólida, aspecto que es necesario profundizar. Así como trabajos de salud sexual y reproductiva en hombres, prevención, control y violencia que comprenden aspectos propios de la masculinidad. Además de mostrar rutas de comprensión de la enfermedad y el dolor en particular desde sujetos con cáncer y el uso de drogas.

Se hace necesario el planteamiento de un análisis diferente de la salud pública, proponiendo un enfoque holístico que se fundamente en la vida social, económica, en aspectos ambientales y en las percepciones de salud de los propios sujetos y su relación con el cuerpo, elementos que deben ser abordados, reconocidos e involucrados desde una nueva perspectiva de la salud pública, ampliando su acción desde la comprensión e interpretación de los sujetos. Dentro de este marco se propone una mejor comprensión de las diferencias de género, el cuerpo y la masculinidad para impactar en la salud y al bienestar de la población en general. Elementos que servirán para la comprensión y el direccionamiento prioritario de las acciones en salud pública.

El cuerpo masculino se plantea como objeto de estudio, invitando a ser considerado como una nueva corriente de gran interés para la reflexión teórica y metodológica y un elemento constitutivo importante para el análisis en salud pública.

 

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