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Revista Facultad Nacional de Salud Pública

Print version ISSN 0120-386X

Rev. Fac. Nac. Salud Pública vol.34 no.1 Medellín Jan./Apr. 2016

https://doi.org/10.17533/udea.rfnsp.v34n1a13 

INVESTIGACIONES

DOI:10.17533/udea.rfnsp.v34n1a13

 

Ciudades sostenibles y saludables: estrategias en busca de la calidad de vida

Healthy and sustainable cities: strategies in the search for quality of life

Cidades sustentáveis e saudáveis: estratégias visando qualidade de vida

 

 

Leonardo Salas-Zapata1; Jennifer M. López-Ríos2; Sergio Gómez-Molina3; Diego Franco-Moreno4; Eliana Martínez-Herrera5

1 Estudiante maestría en Ciencias en Epidemiología, Administrador en Salud con énfasis en Gestión de Servicios de Salud. Universidad de Antioquia, Medellín, Colombia. Correo electrónico:talasleo@gmail.com

2 Administradora en Salud con énfasis en Gestión de Servicios de Salud. Estudiante maestría en Salud Publica Universidad de Antioquia, Medellín, Colombia. Correo electrónico:j.marce89@hotmail.com

3 Estudiante Maestría en Desarrollo, Administrador en Salud con énfasis en Gestión Sanitaria y Ambiental. Universidad de Antioquia, Medellín, Colombia. Correo electrónico:sergiogm64@gmail.com

4 Estudiante doctorado Ciencias Sociales, Economista y sociólogo. Universidad de Antioquia, Medellín, Colombia. Correo electrónico:cooperacioninter@udea.edu.co

5 Doctora en Epidemiología, Odontóloga-salubrista. Universidad de Antioquia, Medellín Colombia. Correo electrónico:eliana.martinez@udea.edu.co

 

 

Recibido: 04 de febrero de 2015. Aprobado: 09 de diciembre de 2015. Publicado: 12 de febrero de 2016.


Salas-Zapata L, López-Ríos JM, Gómez M. S, Franco-Moreno D, Martínez-Herrera E. Ciudades sostenibles y saludables: Estrategias en busca de la calidad de vida. Rev. Fac. Nac. Salud Pública 2016; 34(1): 105-110. DOI: 10.17533/udea.rfnsp.v34n1a13


 

RESUMEN

Este artículo discute la relación que hay en los planteamientos del desarrollo sostenible y de las ciudades saludables como estrategias que surgen de la promoción de la salud. Para ello, la participación social e intersectorial hace de la gobernanza un requisito indispensable en la construcción de ciudades sostenibles y saludables que permitan lograr una mayor equidad en salud y a su vez una mejor calidad de vida de la población.

Palabras clave: ciudad saludable; desarrollo sostenible; gobernanza; equidad en salud; calidad de vida; promoción de la salud.


ABSTRACT

This paper discusses the relationship between the proposals of sustainable development and healthy cities as strategies arising from health promotion. To achieve this, social and inter-sect oral participation makes governance an essential requirement for the construction of sustainable and healthy cities that lead to more health equity and improve the quality of life of their populations.

Key words: healthy city, sustainable development, governance, equity in health, quality of life, health promotion.


RESUMO

Este artigo discute a relação entre as teorias de desenvolvimento sustentável e as de cidades saudáveis como estratégias originadas da promoção da saúde. A participação social e entre vários setores faz com que a governança seja um requisito necessário na construção de cidades sustentáveis e saudáveis, onde mais equidade na saúde e melhor qualidade de vida para a população sejam possíveis.

Palavras-chave: cidade saudável; desenvolvimento sustentável; governança; equidade na saúde; qualidade de vida; promoção da saúde.


 

 

Introducción

Proporcionar a los pueblos los medios necesarios para mejorar su salud y ejercer un mayor control sobre la misma es lo que se ha llamado promoción de la salud [1].

Durante décadas la mitigación de los problemas de salud se han venido interviniendo mediante el conjunto de acciones de la promoción de la salud, que desde la Carta de Ottawa, fomenta la elaboración de una política pública sana, la creación de ambientes favorables, el reforzamiento de la acción comunitaria, el desarrollo de aptitudes personales, y la reorientación de los servicios sanitarios [1]; estos lineamientos fueron planteados para lograr un mejor estado de salud en la población y aún se mantienen vigentes. Los postulados de la Carta de Ottawa como punto de partida de las variadas multiétnicas, pluriculturales estrategias políticas para la salud advierten opciones de cambio en y entre los pueblos.

Ahora bien, ciudades saludables fundamenta su razón de ser a partir de elementos propuestos en la promoción de la salud [2] y en los asuntos referidos al desarrollo sostenible; primero, por la evolución y posicionamiento histórico de los conceptos; segundo, por los aspectos económicos, sociales y ambientales inherentes al desarrollo. Cabe anotar que, el movimiento de ciudades saludables comenzó en Canadá en 1984 en la ciudad de Toronto, siguiendo en Europa, y posteriormente en América Latina [3]. Colombia fue pionera en lanzar la estrategia de Municipios Saludables durante el año 1992 en aquel entonces, Antioquia formuló la estrategia de Municipios Saludables como política pública en su plan de desarrollo para las nueve subregiones y área metropolitana incluyendo a la ciudad de Medellín.

Por otro lado, los cambios ambientales globales son tan profundos como los cambios sociales en sus efectos sobre la salud de las ciudades [4]. La ciudad como lugar de convivencia y de vida tiene un papel determinante en la salud de los que viven en ella, y debe ser vinculante con el desarrollo sostenible y por ende con el bienestar de la población en una ciudad, esto significa que debe ser considerada en estrecha relación con un medio ambiente natural, un medio construido y un medio social [5].

La construcción de ciudades sostenibles y saludables requiere de una participación activa y continua, no solo de la comunidad y del sector salud sino también de los diferentes sectores que hacen parte de las ciudades. Este tipo de participación en particular, hace referencia al término gobernanza, definida como una estrategia fundamental para las ciudades y que representa un reto complejo debido a los variados intereses que se manejan en cada uno de los sectores que las componen.

Debido a la influencia que tienen los principios planteados de las ciudades sostenibles y saludables en la calidad de vida de la población, resulta importante analizar los orígenes, los lineamientos y los objetivos en que se asemejan ambas estrategias a fin de, evidenciar elementos comunes que permitan fortalecer el desarrollo de políticas públicas, orientadas principalmente a disminuir las inequidades en salud y aumentar la calidad de vida, y por qué no, ejemplificar a la ciudad de Medellín como caso latinoamericano que viene avanzando en estas estrategias para lograrlo.

 

Desarrollo sostenible, ciudades saludables y calidad de vida

Por más de 20 años el término de ciudades saludables viene tomando fuerza en el ámbito académico y político, haciendo referencia, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) a aquellas ciudades que están continuamente desarrollando políticas públicas y creando entornos físicos y sociales, permitiendo a sus habitantes apoyarse mutuamente en la realización de todas las funciones de la vida y alcanzar su potencial completo [6]. Sin embargo, el reto mundial por lograr hacer saludable las ciudades, está muy enfocado al concepto de desarrollo sostenible definido como un desarrollo que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades [7], el cual ha sido planteado en diferentes declaraciones internacionales y ha sido objeto de diversos desarrollos teóricos-científicos y propuestas metodológicas de aplicación multisectorial.

La literatura señala enfoques y discursos, en donde existen similitudes en los objetivos y las estrategias para lograr las cualidades de sostenibilidad y salubridad de una ciudad. En primera instancia ambas buscan mejorar la calidad de vida, definida como la percepción que un individuo tiene de su lugar en la existencia, en el contexto de la cultura y del sistema de valores en los que vive y en relación con sus objetivos, sus expectativas, sus normas, sus inquietudes, el cual es un concepto muy amplio que está influido de un modo complejo por la salud física del sujeto, su estado psicológico, su nivel de independencia, sus relaciones sociales, así como su relación con los elementos esenciales de su entorno [8]. Es decir, el entorno es un factor directo de la calidad de vida de una ciudad, y la estrategia de desarrollo sostenible y ciudades saludables al buscar mejorar esos entornos se convierten en condicionantes para disminuir las inequidades en salud.

Existe una relación directa entre los desarrollos a nivel social y ambiental con la equidad en salud, bien lo dice Hancock, cuando plantea que para alcanzarla se requiere del abordaje de las dimensiones equitativas de las condiciones sociales y ambientales en relación con el entorno construido para lograr una ciudad saludable, pero además porque el desarrollo sostenible también contribuye a la equidad en salud mediante la planificación y la búsqueda de buenos entornos físicos [4].

Sin embargo, hay una preocupación a nivel mundial porque la gravedad de las enfermedades y las inequidades en salud se debe a que el mismo ser humano es quien está afectando la capacidad ambiental del planeta para sostener generaciones futuras [9], es decir a una falta de compromiso social en la búsqueda de un desarrollo sostenible.

Es aquí donde se puede hacer una primera aproximación a la relación que hay entre el concepto de ciudad saludable con el desarrollo sostenible, en cuanto a la importancia que se le da a la creación de entornos que permitan un adecuado desarrollo de las personas, pero que en el proceso de creación de los mismos no se perjudique al medio ambiente ni se comprometa la calidad de vida en el futuro de la sociedad.

 

De la sostenibilidad a la salubridad en el marco de la promoción de la salud

La filosofía de ciudad saludable, como es llamada por la OMS, tiene por objeto mejorar el bienestar integral de las personas que viven y trabajan en las ciudades, basados en cuatro criterios fundamentales: el compromiso político explícito, el establecimiento de nuevas estructuras organizativas para la gestión del cambio, el compromiso con el desarrollo de una visión compartida de la ciudad, y la inversión en redes y la cooperación formal e informal [6]. De estos criterios se puede resaltar por ejemplo el compromiso político explícito, el cual se alude en la Carta de Ottawa para la promoción de la salud.

Antonovsky plantea que la salud es diferente al sistema sanitario según la concepción fundamental de la promoción de la salud y de la estrategia de ciudad saludable [10]. A pesar de que esta afirmación ya se ha hecho durante varias décadas, es importante analizar la similitud del concepto de salud tanto en la promoción de la salud como en las ciudades saludables, en donde la salud debe ser de interés y responsabilidad de diferentes sectores, y no solo de aquellos que hacen parte del sistema de salud. Lo mismo incita la Declaración de Adelaida sobre la Salud en Todas las Políticas, donde se busca promover en todos los sectores la inclusión de la salud y el bienestar como componente esencial de la formulación en todas las políticas [11].

La Organización Panamericana de la Salud (OPS), ha liderado la estrategia de Municipios Saludables por toda la región de las Américas, la cual representa una implementación local de las estrategias de promoción de la salud [3]. La OPS afirma que la estrategia de comunidades saludables es una estrategia práctica de aplicar los principios de promoción de la salud a nivel local, ya que el movimiento de ciudades saludables ha incidido en la acción y el desarrollo de las políticas públicas para abordar los factores determinantes de la salud [12]. Por tal motivo, es posible decir que la búsqueda de ciudades y municipios saludables es una respuesta a las directrices planteadas por la promoción de la salud.

La promoción de la salud al surgir internacionalmente como una estrategia importante para el logro de equidad, de democracia y de justicia social [12], no solo va de la mano con la estrategia de ciudades saludables si no que contribuye al desarrollo sostenible con los mismos lineamientos que tiene planteados.

Autores como Daly y Gayo consideran a la sostenibilidad ecológica, económica y social como tres aspectos combinados de la sustentabilidad, y Atkinson afirma que la sustentabilidad se alcanzaría combinando estos tres aspectos. Ambos coinciden que ella pudiera transmitir a las generaciones futuras un bienestar igual al menos al actual. Estos aspectos buscan mantener las características esenciales de los ecosistemas para su supervivencia a largo plazo, una gestión adecuada de los recursos que justifique la continuidad del sistema económico vigente, y que los costes y beneficios del desarrollo sean distribuidos de manera equitativa entre la población actual teniendo en cuenta el bienestar de las generaciones futuras [12]. Estos aspectos son factores que determinan la salud de la población y es por esta razón que se ha presentado a las ciudades saludables como un proyecto dinámico con capacidad de ir incorporando principios tales como los relacionados con el desarrollo sostenible [13].

Lo anterior motiva nuevos análisis sobre el significado de la salud ante el discurso del desarrollo sostenible, en donde el abordaje que se le da en los principales documentos de sostenibilidad refleja una tendencia biologista y reduccionista de la salud, esto debido al énfasis en la higienización ambiental para luchar contra las enfermedades, dejando a un lado el enfoque integral que propone La Carta de Ottawa [14]. Es decir, el concepto de la salud en la estrategia de ciudad saludable es más amplio que en el de desarrollo sostenible y esto se convierte en una razón por la cual se puede decir que la sostenibilidad es un requisito para lograr una ciudad saludable, pues una ciudad saludable necesita de la creación de entornos físicos y sociales, requiere de un medio ambiente idóneo, y es ahí donde surge la necesidad de un desarrollo sostenible para lograr hacer saludable una ciudad.

 

Gobernanza en la construcción de ciudades sostenibles y saludables

Al igual que los aportes de Daly y Gayo en cuanto a las consideraciones de sostenibilidad, para Artaraz el desarrollo sostenible también es concebido como un proceso multidimensional constituido por lo económico, ecológico y social, sin embargo incluye lo cultural, energético y científico, en donde para estos últimos lo importante es no afectar la cultura de los grupos sociales, la no agresión al medio ambiente y la investigación [15].

Es de resaltar la relevancia que le da el desarrollo sostenible no solo a los asuntos sociales como la cultura, sino al medio ambiente, el cual puede ser definido como el conjunto de todas las condiciones externas que afectan la vida y/o el desarrollo de un organismo [16]. Es por esto que lo relacionado con el medio ambiente ha tenido relevancia en la estrategia de ciudad saludable, debido a su influencia en la calidad de vida de las personas.

En la Agenda 21, los conceptos de pobreza y los elevados niveles de consumo se pueden asociar a la enfermedad puesto que ponen en riesgo la disponibilidad de recursos para la satisfacción de necesidades [14], señalando cómo el desarrollo tiene consecuencias en la salud de la población, y si éste es deficiente no es posible lograr un bienestar óptimo; esto también evidencia una relación estrecha entre la sostenibilidad y las ciudades saludables.

Ahora bien, para la evaluación de municipios y comunidades saludables, la participación, las políticas públicas, la acción intersectorial, el proceso e impacto del movimiento de municipios y ciudades saludables y la sostenibilidad de las mismas, son áreas claves en términos del fortalecimiento de las capacidades tanto a nivel local, desde la participación de la población en la planificación y la formulación de las políticas, como en los cambios de las instituciones y organizaciones que propiciaron decisiones democráticas y una buena gobernabilidad en la salud [12]. Aquí se evidencia cómo la participación y el compromiso de toda una sociedad están implícitos en los objetivos de ciudad saludable y sostenible, los cuales hacen parte de la promoción de la salud.

A pesar de que se ha hablado de participación de las personas en la creación de políticas públicas, es necesario ir más allá y comenzar a hablar de gobernanza, la cual es definida como la suma de las muchas maneras como los individuos y las instituciones, públicas y privadas, planean y administran los asuntos comunes de la ciudad, lo que implica que haya tanto un compromiso como un liderazgo político acompañado de la participación de la comunidad y de la acción intersectorial [17]. Esto permite señalar a la gobernanza como un elemento que hace parte de la promoción de la salud, y que es necesario para el desarrollo de ciudades sostenibles y saludables, además porque ciudades saludables es una estrategia que integra los diversos actores y factores que inciden en la salud de la población, como la educación, infraestructura de servicios, recursos económicos, cultura, historia, instituciones, entre otros [18], es decir que requiere de un trabajo intersectorial.

Bien lo dice Hancock al proponer que la equidad, la sostenibilidad y la gobernanza son los tres desafíos claves que enfrentan las ciudades en este siglo [4]. Sin embargo, según lo que se ha planteado hasta el momento no es posible lograr la equidad sin gobernanza , pues la participación y el compromiso intersectorial son fundamentales tanto en la toma de decisiones como en la implementación y el desarrollo continuo de las políticas públicas, esto permite que el desarrollo de una ciudad no se vea afectado por los cambios de poder durante el tiempo, y que las necesidades de sus habitantes sean de interés para los tomadores de decisiones, permitiendo así un desarrollo equitativo que a su vez mejore la calidad de vida de las personas (figura 1).

 

La calidad de vida , un indicador para la sostenibilidad y salubridad: El caso de Medellín

La OPS define a un municipio saludable como "aquel que habiendo logrado un pacto social entre las organizaciones representativas de la sociedad civil, las instituciones de varios sectores y las autoridades políticas locales, se compromete y ejecuta acciones de la salud con miras a mejorar la calidad de vida de la población" [19]. Por tal motivo, la calidad de vida se convierte en un indicador fundamental para saber qué tan saludable puede ser considerada una ciudad. Lo mismo ocurre en cuanto a la sostenibilidad, ya que ésta implica que el desarrollo e implementación de nuevas tecnologías sea posible sin afectar el medio ambiente y la calidad de vida [15]. Es decir que, si hay una percepción desfavorable de la calidad de vida por parte de los habitantes de una ciudad, ésta necesitará mejorar en sus condiciones para ser considerada como una ciudad sostenible y saludable.

Según la Encuesta de Percepción de la Red de Ciudades Cómo Vamos 2014, realizada en once ciudades de Colombia, Medellín presenta los indicadores más altos de calidad de vida [20], en donde el 85% de sus habitantes estuvieron satisfechos con su ciudad como un lugar para vivir, el 84% satisfechos con la oferta recreativa, el 88% satisfechos con los servicios públicos esenciales, el 83% satisfechos con la educación de los niños y jóvenes del hogar entre 5 y 17 años, los cuales son porcentajes alentadores, sin embargo, a pesar de que Medellín ha sacado los mejores resultados en varios indicadores no quiere decir que la ciudad esté en condiciones de llamarse ciudad sostenible o saludable, pues hace falta compromiso político, el cual se evidencia en que el 44% de los habitantes percibieron seguridad en la ciudad, el 57% estuvieron satisfechos con el transporte público, el 46% percibieron que la alcaldía municipal estaba haciendo algo para mejorar la calidad de vida, y el 57% estuvo satisfecho con el servicio de salud recibido. Estos porcentajes a pesar de estar por encima de otras ciudades en Colombia, están muy cercanos al 50%, lo cual pudiera indicar que se requiere de un mayor compromiso en la creación de políticas públicas eficientes para mejorar los indicadores en salud.

Fernández y Gutiérrez afirman que los sistemas sostenibles, son sistemas ideales no alcanzables en países subdesarrollados o en vías de desarrollo [21], sin embargo otros contradicen dichas afirmaciones y dicen que cualquier ciudad puede ser saludable si se compromete con la salud, si tiene una estructura para trabajar por la salud y si comienza un proceso para conseguirlo, promoviendo la adopción de estilos de vida saludables y creando entornos que los favorezcan [22]. El desarrollo sostenible puede favorecer esos compromisos, no obstante cada ciudad es diferente y Medellín no es la excepción, la ciudad debe buscar las mejores estrategias según su contexto para lograr ser sostenible y saludable.

Aun cuando Medellín con el indicador de calidad de vida está en procura de alcanzar los ideales de las ciudades saludables y sostenibles, debe afrontar los retos del desarrollo sostenible en el ámbito social, económico y ecológico, sin olvidar los principios de la promoción de la salud, de modo que se fomente la participación de la población y de los diferentes sectores en la creación y puesta en marcha de acciones colectivas equitativas, democráticas y con justicia social.

 

Conclusiones

El fin último de las ciudades saludables y del desarrollo sostenible es mejorar la calidad de vida de la población. Sus planteamientos están relacionados ya que ambas estrategias surgen como respuesta a los lineamientos de la promoción de la salud.

La gobernanza es una herramienta fundamental para el progreso de las ciudades, donde el compromiso político y la acción intersectorial son indispensables en la transición de lo discursivo (intención) a la práctica (implementación). Lo anterior implica que tanto los habitantes de una ciudad como los tomadores de decisiones se apropien de su territorio y de los procesos que favorecen el adecuado desarrollo del mismo, logrando de esta manera disminuir las inequidades en salud y aumentar los niveles de calidad de vida en las ciudades.

Finalmente, las ciudades en su origen reconocen las fuerzas de los procesos industriales y de nuevos órdenes sanitarios para un mejor vivir, en estos conceptos, saludable y sostenible, se han de recrear asuntos asimétricos de transformaciones en cuya esencia interesa el control sobre la vida y la consideración de nuevas maneras de administración de políticas sanitarias que no necesariamente provienen del sector de la salud y que en suma, poder y vida se relacionan y van orientando los nuevos órdenes de relacionamiento sociales en el territorio. Dicho esto, los ajustes a los nuevos modelos de ciudades bajo estas denominaciones se ha de comprender la cotidianidad, las acciones del entorno y la preocupación del ser humano por las perspectivas de desarrollo del lugar donde se vive, con lo cual, la regularización del territorios bajo los planteamientos de saludable y sostenible para la vida genera obviamente relaciones de poder que bien pudieran intervenir sobre la calidad de vida de la población.

 

Referencias

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