SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.53 número138Personal data processing and compliance in ColombiaStrategic management thinking and its impact on the sustainability of SMEs in Chiclayo, Peru 2020-2022 índice de autoresíndice de assuntospesquisa de artigos
Home Pagelista alfabética de periódicos  

Serviços Personalizados

Journal

Artigo

Indicadores

Links relacionados

  • Em processo de indexaçãoCitado por Google
  • Não possue artigos similaresSimilares em SciELO
  • Em processo de indexaçãoSimilares em Google

Compartilhar


Revista de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas

versão impressa ISSN 0120-3886

Rev. Fac. Derecho Cienc. Polit. - Univ. Pontif. Bolivar. vol.53 no.138 Medellín jan./jun. 2023  Epub 20-Maio-2023

https://doi.org/10.18566/rfdcp.v53n138.a3 

Artículos

Un análisis entre la agenda geopolítica colombiana y sus impactos en la configuración interna

An analysis between the Colombian geopolitical agenda its and impacts related to internal organization

Daniel Leonardo Gómez Morales* 
http://orcid.org/0000-0002-2172-5946

* Geógrafo Universidad Nacional de Colombia dalgomezmo@unal.edu.co ORCID: https://orcid.org/0000-0002-2172-5946


Resumen

En el presente artículo se compila parte de la agenda geopolítica colombiana y la repercusión territorial que han tenido las visiones políticas "tradicionales" con una baja o nula visión geoestratégica. Las repercusiones territoriales han sido tanto físico-geográficas como socio-poblacionales, y se reflejan en la situación actual de Colombia, marcada por la informalidad, la ilegalidad y la violencia. Así la posición que tiene Colombia en el mundo se enmarca por una subordinación hacia las grandes potencias y la política exterior se da en función de dicha subordinación.

El artículo se estructura en dos partes principales. En un primer momento se muestran de manera general cuales fueron las posiciones geopolíticas de los dos siglos que constituyen la mayor parte de la historia del país y como han repercutido dentro del territorio nacional. En un segundo momento se expone el contexto actual y la hoja de ruta o agenda que sigue Colombia para el último periodo presidencial (2018-2022), y se entrama el análisis de los posibles efectos y repercusiones de dicha agenda para el futuro inmediato. Y finalmente se recapitula todo lo desarrollado de manera clara y sintética dentro de las conclusiones.

Palabras Clave: subordinación geopolítica; política tradicional; dependencia económica; Amazonía; proyección marítima

Abstract

This article compiles part of the Colombian geopolitical agenda and the territorial impact that the "traditional" political approach has had with a low, or null, geostrategic vision. The territorial impacts have been both physical-geographical and socio-population and are reflected in the current situation in Colombia marked by informality, illegality, and violence. Thus, the position that Colombia has in the world is framed by a subordination to the great powers and foreign policy is based on this subordination.

The article is structured in two main parts. The first one shows the geopolitical positions of the two centuries that constitute most of the history of Colombia and how it has had repercussions within the territory. The second shows the current context and beacon that Colombia follows for the last presidential term (2018-2022), and the analysis of the possible effects of this agenda for the immediate future is framed. Finally, everything developed is recapped in a clear and synthetic way within the conclusions.

Keywords: Geopolitical subordination; traditional politics; economic dependence; amazon region; maritime projection

Introducción

Colombia es uno de los países sudamericanos que ha tomado gran importancia y relevancia a nivel regional a finales del siglo XX desde la apertura económica que reformó la economía colombiana por las transformaciones institucionales, donde consiguió un crecimiento constante en el ámbito económico y, a pesar de algunas contracciones (Sánchez, F., Fernández, A. y Armenta, A., 2005), se redujeron los niveles de pobreza, se amplió el acceso a los servicios básicos de educación, salud, vivienda, mejorando así la calidad de vida en el país aunque este crecimiento se dio de manera desigual favoreciendo ciertos sectores económicos (Ramírez, C., & Rodríguez, H., 2002).

Lo anterior se evidencia en la figura 1 con el aumento del PIB per cápita (Según datos del Banco Mundial, 2018), siendo un aumento sostenido a pesar de que la población también ha estado en crecimiento constante.

Fuente: elaboración propia a partir de datos del banco mundial, 2018.

Figura 1 PIB per cápita en pesos actuales. 

Bajo el contexto anterior el territorio colombiano se ubica al noroccidente de Sudamérica de manera estratégica, conectando los hemisferios Sur y Norte del continente americano, además de contar con costas en los océanos más importantes del mundo, el océano Pacifico y el Atlántico. Junto a la ubicación estratégica se suma la diversidad, cantidad y calidad de recursos naturales (Martha et al., 2015), incluyendo recursos minerales, energéticos y biológicos, además de la riqueza social y cultural representada en los diferentes grupos étnicos y las 70 lenguas que son usadas en el territorio colombiano (ONIC, 2015).

A pesar del potencial de crecimiento debido a los recursos naturales en Colombia y la proyección geopolítica al ubicarse en el extremo norte de Sudamérica, por la falta de proyección internacional y posicionamiento político, no es un país líder a nivel regional ni local (Gutiérrez, 2015), por lo que la agenda geopolítica actual colombiana se limita al ejercicio de soberanía territorial, manteniendo el control sobre sus recursos estratégicos y buscando la estabilidad política y territorial interna debido al permanente conflicto (Aragón Saavedra, 2010).

Así, los políticos colombianos incluyen otros objetivos en la agenda con mayor relevancia para la geopolítica nacional como combatir grupos armados ilegales y definir las divisiones municipales de los 32 departamentos que constituyen al país. Un primer paso que dio el gobierno nacional para alcanzar la estabilidad interna fue la firma del Acuerdo de Paz con las FARC en el 2016, sin embargo, los acuerdos se han incumplido por parte de algunos de los firmantes, puesto que varios exmiembros de las FARC rearmaron el grupo guerrillero bajo el nombre de "La Segunda Marquetalia", oficializándolo en el año 2019 a través de un comunicado en su página web (FARC-EP 2019).

Ya la inestabilidad por el conflicto armado interno se suman los movimientos migratorios provenientes de Venezuela tanto regulares como irregulares que afectan el tejido social interno por las condiciones bajo las cuales llegan los migrantes a Colombia (Fernández-Niño, J., & Luna, K., 2018). Esto se demuestra con el creciente sentimiento de xenofobia, aumento del desempleo y la pobreza, además de la fragmentación social con repercusiones tanto económicas como sociales.

Por la falta de estabilidad política y social interna, que son un obstáculo de la proyección geopolítica y geoestratégica internacional, se posibilitó que otros países limítrofes tomarán ventaja de la inestabilidad y Colombia cedió parte de su territorio. La última pérdida territorial se dio en el año 2012 cuando Nicaragua ganó en un juicio a Colombia cerca de 75.000 km2 de mar territorial en el Caribe (Galindo & Cortes, 2017), además aún existe tensión política con Venezuela por la definición de los límites marítimos al norte de la península de la Guajira. Esto pone en duda el accionar institucional y la clase política colombiana, además de generar incertidumbre sobre los habitantes de los territorios implicados en las disputas territoriales como el caso de los isleños de San Andrés y Providencia que usaban continuamente aguas que pasaron a ser parte de Nicaragua con el fallo de la corte internacional de La Haya.

Bajo el contexto colombiano, de acuerdo con lo anterior, se debe dar una diferenciación teórica entre intereses públicos o nacionales y los estratégicos o militares, ya que estos definen diferentes hojas de ruta para la geopolítica nacional de cada país (Escrigas Rodríguez, 2010).

Por un lado, los intereses estratégicos se refieren a los recursos, espacios y situaciones que benefician los puntos de ofensiva y defensa militar, además de garantizar la seguridad nacional. Estos intereses han permeado la política colombiana desde los inicios de la república con la posición ideológica adoptada por los héroes independentistas encabezados por Simón Bolívar, privilegiando las políticas centralistas, concentrando el liderazgo geopolítico en el presidente y la rama del poder ejecutivo. Por otro lado, los intereses públicos se refieren a la repartición equitativa de los recursos incluyendo al territorio, priorizando el desarrollo socioeconómico y garantizando la calidad de vida de las personas (Soberón, 2002). La geopolítica basada en los intereses públicos y nacionales fue encabezada por Francisco de Paula Santander, quien buscaba una política interna focalizada en educar a sus ciudadanos, fortaleciendo las ramas del poder legislativo y judicial, además de descentralizar el poder hacia un modelo de gobernanza regional.

De esta manera el legado de Simón Bolívar es el que ha enmarcado mayoritariamente la geopolítica colombiana en el ámbito nacional e internacional. Bajo este contexto con el presente artículo se busca dar una idea del camino geopolítico que ha recorrido Colombia y las repercusiones que ha tenido,

La agenda geopolítica colombiana

La configuración territorial de Colombia se dio por la herencia colonial española, lo que configuro los polos de desarrollo, los corredores viales y la conexión internacional. Esta herencia toma como líneas principales la ruta norte-sur sobre los valles del río Magdalena y el río Cauca dando mayor importancia social y económica a la región Andina y la conexión internacional por el Mar Caribe, a pesar de existir cerca de 1.300 kilómetros de costa sobre el océano pacífico, Colombia la ha subutilizado dejando a un lado la proyección geopolítica hacia el Pacífico y el hemisferio Oriental (Aragón Saavedra, 2010).

La república de Colombia se consolida en 1821 con la Constitución de Cúcuta, tras las batallas independentistas de 1810, definiendo el periodo de lo que en términos coloquiales se conoce como "La Patria Boba" (Robayo, 2010), desde este periodo Colombia ha mantenido conflictos internos debido a las diferencias políticas y sociales que han sido marcadas por el choque entre los partidos Conservador y Liberal (Lozano, 2015). Este conflicto interno ha debilitado la proyección geopolítica de Colombia y desarrollado la hoja de ruta que se ha seguido desde la formación del Estado colombiano.

Al revisar la geopolítica durante los siglos XIX y XX, no difiere de lo que se tiene en la geopolítica del siglo XXI, ya que no hay unidad nacional sino una fragmentación regional, existe un conflicto interno, hay diferentes tensiones políticas y la diplomacia se limita a seguir los intereses de otros países con mayor poder, esto se ejemplifica con la tensión que se tiene con los países fronterizos como Venezuela y la reciente pérdida de territorio marítimo caribeño en el 2012, donde un fallo de la Corte Internacional de La Haya favoreció las exigencias de Nicaragua, pero dicha pasividad geopolítica y diplomática han cedido territorio en múltiples ocasiones lo que ha reducido el espacio geográfico y las riquezas de las que dispone Colombia (Galindo & Cortes, 2017).

Así, los ejes estratégicos definidos en la época colonial por los españoles se mantienen y no se han transformado para responder al contexto y los nuevos desafíos que ha traído el siglo XXI. Lo que ha mantenido los retos para alcanzar la estabilidad interna desde la época independentista, además al beneficiar algunas regiones como las regiones Andina y Caribe ha favorecido las tensiones internas por el desarrollo desigual y la ausencia de las instituciones gubernamentales en las regiones periféricas.

Siglo XIX

Estructuración territorial

En el periodo del siglo XIX se deben remitir varios hechos históricos con impactos geopolíticos directos que han marcado física y organizacionalmente el territorio colombiano. Como ya se mencionó, en sus inicios, el estado colombiano se definió como la República de la Nueva Granada tras las guerras de independencia iniciadas en 1810 que derivaron en la consolidación de la Nueva Granada con la anexión de los actuales países de Ecuador, Panamá y Venezuela mediante el Congreso de Cúcuta en 1921 (De Mosquera, 1866), esto dio el primer marco territorial para Colombia. Y desde la definición de dicho marco las tensiones y conflictos internos como república, iniciaron por la ausencia de Simón Bolívar y el sistema centralista instaurado por él, ya que al alejarse de su rol presidencial durante sus campañas independistas en Perú y Bolivia permitió que de los territorios anexados surgieran contrapoderes al centralismo de Santa Fe de Bogotá. De esta manera, los dirigentes regionales iniciaron nuevos movimientos independentistas internos que terminaron con la creación de las repúblicas de Ecuador y Venezuela.

Tras el regreso de Bolívar a su puesto presidencial, este exigió al nuevo estado peruano que pagase los costos de su independencia, pero ante la negativa de Perú y las exigencias impagables de Bolívar el recién creado estado colombiano declaró la guerra contra Perú, esta disputa definió las fronteras del sur de Colombia y originó nuevos conflictos territoriales con Ecuador como país independiente, lo que terminó en el tratado de Guayaquil (Rodríguez de Alvear, 2003). Durante las primeras décadas siguientes, Colombia como país independiente solo buscó resolver sus conflictos fronterizos con los países vecinos, dichos conflictos siguen en discusión hasta la actualidad.

La geopolítica colombiana del siglo XIX priorizó los intereses estratégicos en el Caribe para prevenir nuevos procesos de reconquista provenientes de Europa ya que la amenaza no se limitaba al Imperio Español sino que habían otras potencias imperialistas como Francia interesadas en las riquezas de Colombia (Fernández Palacios, 2011), esto llevó a que los territorios del sur, oriente y occidente fueran "olvidados", lo que evidencia la configuración territorial actual de Colombia donde los territorios del Pacifico y sur colombiano se caracterizan por la ausencia estatal y los poderes locales que se reflejan la presencia de grupos irregulares en la actualidad que han favorecido la ilegalidad y tensiones en zonas estratégicas como la frontera con Ecuador y Panamá. Por lo anterior, el corredor estratégico del pacifico que conecta terrestremente el Norte y Centroamérica con Sudamérica es controlado por actores ilegales como grupos paramilitares, como el Clan del Golfo, y grupos guerrilleros como el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las disidencias del de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

Estancamiento

La tensión e inestabilidad interna de Colombia derivada del enfrentamiento entre las ideologías centralistas y federalistas durante el siglo XIX fueron un obstáculo para conservar la paz en el país y mantener una forma organizativa y de "desarrollo" constante (Paredes, 2014), lo que terminó por estancar al país tanto social como económicamente.

Por un lado, la ideología centralista con intereses geopolíticos estratégicos o militares, que fue la adoptada, proclamada y liderada por el libertador Simón Bolívar con su proyecto de una sola nación para la actual Latinoamérica. De la ideología centralista en Colombia nació el actual partido Conservador que mantuvo el poder político hasta la década de 1860 cuando se instaura la constitución de 1863, y se da inicio al periodo federalista colombiano (Banco de la República de Colombia, s.f.). Y en oposición a las ideas Bolivarianas, está el partido Liberal que tomó las bases ideológicas de Francisco de Paula Santander quien pensaba en la delegación de poderes y descentralización del poder con un modelo federalista, además de privilegiar a los ciudadanos civiles sobre los militares, con una geopolítica de intereses nacionalistas y de desarrollo humano. Así desde esa época no ha cesado la violencia política, social, armada e incluso, religiosa como se dio con la guerra de los supremos donde la búsqueda de alfabetización y educación llevo a pleitos con la iglesia católica y ésta llamo a sus fieles a las armas (Mendoza, 1989).

En 1863 se instauró la nueva constitución como una salida al escalamiento de la violencia y como una imposición del fervor federalista liberal a los conservadores que habían perdido la influencia y poder político que habían ejercido, dicha constitución funda los Estados Unidos de Colombia, delegando el poder a las autoridades locales y dotando de autonomía a los estados internos. Dicho modelo federalista no dio fin al estancamiento sino aumento las tensiones y pugnas internas que llevaron a conflictos entre los estados internos, lo que desdibujó la identidad nacional llevando a múltiples guerras civiles que avanzaron hasta poco después de la promulgación de la constitución de 1886. Durante la época federal de Colombia solamente se vivió mayor fragmentación, llegando hasta otras esferas de poder por la desvinculación estatal de los asuntos religiosos por lo que los conflictos fueron más allá de lo político. Cabe resaltar que durante este periodo el interés por la construcción del canal de Panamá llego a consolidarse y concesionarse la obra a la empresa francesa Compagnie Universelle du Canal Interocéanique de Panama, pero debido a la falta de planificación, financiación y los escándalos de corrupción en Francia llevó a que la obra no concluyera (Cerezo de Diego, 2011).

Por lo anterior la geopolítica colombiana durante el siglo XIX buscó estabilizar el país de manera interna por los conflictos sociales y políticos entre centralistas y federalistas. Diplomáticamente Colombia durante esas décadas no fue más allá de la legitimación como estado independiente mediante visitas a diplomáticos, firma de acuerdos bilaterales o el establecimiento de tratados de cooperación y desarrollo. Además de disputar los límites fronterizos con los nuevos estados vecinos. Así la geopolítica oficial se desdibuja con los múltiples poderes, formas de gobierno y constituciones que fueron adoptadas por el estado colombiano durante el siglo XIX.

Siglo XX

Pérdida territorial

Durante el siglo XIX los constantes cambios políticos y sociales solamente originaron conflictos que han permanecido a lo largo del tiempo a pesar de los intentos de cambio para resolver algunas de las disputas internas. Entre dichos intentos está el cambio constitucional de 1886 con el que la geopolítica colombiana se termina perdiendo debido a la inestabilidad entre poderes internos, ejemplificado con guerras civiles como "La Guerra de los Mil Días". Dichas guerras no llevaron a ninguna solución y por el contrario lograron que todos los colombianos perdiesen. En el caso de La Guerra de los Mil Días, se le vincula la independencia de Panamá y con ello el proyecto del canal. Se debe señalar que la geopolítica estadounidense durante esos años se enmarcaba con la política diplomática e intervencionista del Gran Garrote de Theodore Roosevelt siguiendo la Doctrina Monroe, por lo que se buscaba el dominio y control directo de los países latinoamericanos.

Estados Unidos (EE. UU.) inicialmente planteó ceder los derechos del canal de Panamá debido a la liquidación de la compañía francesa que los mantenía por medio del tratado Herrán-Hay, pero este fue rechazado en su ratificación aprovechando el caos en el que estaba sumergido Colombia con "La Guerra de los Mil días". De esta manera EE. UU. buscando satisfacer sus intereses geopolíticos y económicos, intervino militarmente sobre Panamá para apoyar los movimientos independentistas y así lograr obtener la cesión del canal por parte del nuevo país. Esta situación antecede la rogativa por parte de los franceses de que EE. UU. siguiera con su proyecto y no construyera uno nuevo en Nicaragua donde ya tenía los derechos (Fredrick, 1913).

La Figura 2 muestra de manera satírica lo ocurrido en Panamá donde la falta de interés en el istmo, desde el punto geopolítico y estratégico por parte de Colombia, llevó a que no hubiera un ejercicio propio de soberanía nacional en Panamá para hacer frente a la intervención de EE. UU., y la falta del ejercicio de soberanía persiste hasta el siglo XXI lo que ha favorecido a los grupos al margen de la ley. Después de la independencia de Panamá el territorio colombiano se reestructura internamente para evitar que ocurran situaciones similares que por el sistema centralista y división interna territorial se aislaron a las regiones, por lo que se optó por una división con departamentos más pequeños que descentralizara de alguna manera el poder, sin embargo, esto no eximió de que en las décadas posteriores se perdiera territorio por falta de soberanía y presencia institucional en los territorios. Colombia continuó perdiendo territorio en sus áreas limítrofes, al norte perdió la costa de Mosquitos ante Nicaragua, al sur se cedieron territorios Amazónicos a Perú tras la Guerra Colombo-Peruana (Galindo & Cortes, 2017). También se legalizaron ocupaciones, en un principio ilegales, por parte de Brasil y Venezuela, Brasil al suroriente colombiano donde se apoderó de vastas zonas del amazonas y Venezuela al nororiente donde cerró la salida a Colombia hacia el Golfo de Venezuela. Hoy en día se siguen disputando las zonas limítrofes con Nicaragua tras la sentencia de la Corte Internacional de la Haya que cedió aguas territoriales de Colombia a Nicaragua y la frontera con Venezuela sobre el mar Caribe, pues no se ha definido a quien pertenecen "Los monjes" (Cayos ubicados al norte del lago Maracaibo justo enfrente de la península de La Guajira) para trazar la línea limítrofe obre el mar caribe.(Mendoza, 1989).

Fuente: The New York Times, 1903. Tomado de Granger Historical Picture Archive / Alamy. Foto de stock.

Figura 2 La caricatura refleja la situación que derivó en la separación de Panamá de Colombia mostrando a Phillipe Bunau-Varilla como el verdadero hombre tras la emancipación de Panamá. 

En un principio para definir el territorio de las colonias españolas independientes se dio la delimitación bajo la figura legal uti possidetis juris, así el espacio correspondiente a cada país se daba según la división hecha por la corona española en época colonial. Aunque al no contemplarse la delimitación en las zonas marítimas se debió recurrir a un tercero para que arbitrara, generalmente España ocupó dicho lugar. Durante el periodo colonial del Virreinato de la Nueva Granada, el país ocupó gran parte del territorio de lo que hoy se considera Brasil, pero el Imperio de Brasil impuso uti possidetis de facto al colonizar con sus nacionales el territorio colombiano. Así Colombia durante el siglo XX se limitó a legalizar la ocupación arbitraria de Brasil. Debe destacarse que esta estrategia de ocupación y posterior exigencia no solo fue aplicada a Colombia, Brasil también la usó para ocupar territorio de Perú, Venezuela, Uruguay y Paraguay.

En las figuras 3 y 4 se muestra cómo se reconfiguró el territorio colombiano en cerca de cien años, la figura 3 muestra cual era la ocupación y configuración territorial dada por la constitución de 1886 y en la figura 4 se muestra el país bajo los límites definidos por la constitución de 1991 incorporando el fallo de la Haya -Línea punteada sobre el mar Caribe- (Galindo & Cortes, 2017).

Fuente: tomado de Wikimedia, 2019

Figura 3 Organización territorial de la República de Colombia en 1886. 

Fuente: tomado de Wikimedia, 2019.

Figura 4 Organización territorial de la República de Colombia desde 2012 en base a la constitución de 1991 y el fallo de la Haya de 2012. 

Las disputas limítrofes terminaron en tratados que no fueron convenientes para Colombia y, aun así, fueron ratificados por el presidente o el Congreso de la República en su momento debido a la falta de visión y proyección geopolítica de los dirigentes colombianos. Se puede especular que Colombia al conservar su territorio con el sistema federalista de Santander en un inicio se habrían evitado diferentes conflictos internos producto del centralismo, la regionalización y los movimientos independentistas, además de las reiteradas ocupaciones arbitrarias de EE. UU. en Panamá a lo largo del siglo XX (Galindo & Cortes, 2017). Sumado en una república se tendrían el canal de Panamá, las riquezas minerales de Colombia, el Petróleo y gas de Venezuela, y las zonas de pesca ecuatorianas (BBC Mundo, 2017).

La población como determinante territorial

Otro aspecto importante que se debe definir para entender la geopolítica colombiana actual es la forma de ocupación territorial. La población colombiana no se ubica sobre zonas marítimas y costeras de los océanos o los grandes ríos, sino que se asienta sobre las montañas alejada de los mayores accesos internacionales como son los puertos de Cartagena, Barranquilla y Buena Aventura.

La concentración de la población sobre la región andina, llevo a una especie de aislamiento con las naciones extranjeras, dicho aislamiento se vio potenciado con las políticas internas al no descentralizar los poderes de manera temprana y nunca hubo un interés real por la conectividad de las regiones periféricas. Por ejemplo, las conexiones regionales no se dieron sino hasta el siglo XX con los ferrocarriles de manera tardía, y las mismas políticas estatales llevaron a reemplazar el sistema férreo por el de autopistas desfavoreciendo a los trenes. Lo anterior también se expresa en la concentración del poder institucional y económico sobre la zona conocida como "El triángulo de Oro", el área con mayor desarrollo de infraestructura y comunicación confirmado por las ciudades de Bogotá, Cali y Medellín. Como ya se mencionó la ausencia estatal en las demás regiones han sido ocupadas por grupos ilegales quienes cumplen los roles de autoridad, regulando las formas de ocupación del territorio, las actividades que se desarrollan y el control de los flujos económico y sociales tanto legales como ilegales.

Un hecho destacable del siglo XX que definió la geopolítica contemporánea en Colombia fue el magnicidio del liberal Jorge Eliecer Gaitán en 1948, este hecho cambió los intereses políticos y reestructuró socialmente del país, generando grupos ilegales armados. En un principio el conflicto se limitó a la lucha entre liberales y conservadores, pero con los movimientos comunistas dieron origen a las guerrillas y como oposición a estas surgieron los movimientos paramilitares. Actualmente se han perdido los objetivos iniciales de las luchas, lo que comenzó como movimientos de inconformismo social y político derivó en los grupos narcotraficantes y terroristas que hoy en día actúan.

Un último punto se da durante los años noventa con la apertura económica y la re-primarización de la economía colombiana, esto causó cambios en la estructura política y económica del país dado por la constitución de 1991, pero la lucha interna entre las fuerzas gubernamentales y los grupos armados ilegales hizo que la visión geopolítica siguiera estancada al no poder tener una visión más allá de buscar estabilizar internamente el país. Así durante el siglo XX continuaron la inestabilidad política y las tensiones sociales que perpetuaron el estancamiento geopolítico que se tenía desde el siglo XIX.

La agenda contemporánea

La agenda geopolítica del siglo XXI sigue enfocada en buscar la estabilización interna del país porque a pesar de firmarse un acuerdo de paz con las FARC, la ausencia estatal llevo a que los territorios fueran ocupados por otros grupos ilegales como aparece en la figura 5, mapa elaborado por la fundación Paz y Reconciliación (Valencia et al., 2019). Por lo anterior, en esta sección se expone la posición actual del gobierno frente a la proyección internacional para seguidamente remitir los elementos que tradicionalmente son considerados como geopolíticamente estratégicos en Colombia y finalmente abordar los impactos que se pueden esperar con la agenda adoptada.

¿Cuál es la posición actual del gobierno nacional?

Actualmente Colombia busca fortalecer los lazos económicos y diplomáticos con EE. UU., contrario a la mayoría de los países latinoamericanos que han buscado la integración al bloque regional independiente como el MERCOSUR (Mercado Común del Sur). Por eso Colombia en 2018 inició el proceso para retirarse de la UNASUR (Unión de Naciones Suramericanas) y formalizar su ingreso a la OCDE (Organización para la cooperación y Desarrollo Económico) y la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte), además sus lazos con otras naciones latinoamericanas se han dado bajo otros marcos diferentes como han sido primero la Alianza del Pacífico, y luego el Grupo de Lima (Bartesaghi, 2014). Por lo que, desde esta perspectiva, la geopolítica colombiana se da en función de los intereses de estados más poderosos como los Estados Unidos.

Tomando un caso más específico está el Plan Colombia (renombrado durante la administración Obama como Plan Paz Colombia), algunos análisis sugieren que "los objetivos reales eran destruir las organizaciones político-militares de izquierda y profundizar los mecanismos de acumulación vía la extracción de recursos minero-energéticos" (Estrada Álvarez, 2010, p.143), por lo que incluso el ejercicio de soberanía ha pasado a un segundo plano para ceder los recursos a potencias extranjeras.

Según el plan de gobierno actual la misión del Ministerio de Relaciones Exteriores es "desarrollar una política exterior responsable, innovadora y constructiva, orientada a participar de manera proactiva en la escena internacional, para proyectar los intereses de Colombia en el mundo"

(Ministerio de Relaciones Exteriores, 2019), por lo que se implanta la idea de intereses colombianos que son definidos bajo siete objetivos:

  1. Participar responsable y sosteniblemente en los escenarios internacionales, especialmente de carácter multilateral, en defensa de la seguridad y la estabilidad internacionales, privilegiando el compromiso con la democracia representativa y el Estado de Derecho.

  2. Fortalecer y promover los intereses nacionales a través de relaciones bilaterales diversificadas, tanto en términos geográficos como temáticos, y la creación de una nueva política de diplomacia pública que permita difundir el poder blando de Colombia frente a actores tradicionales y no tradicionales.

  3. Promover los intereses de Colombia en los Mecanismos de Concertación e Integración Regionales, y renovar el compromiso y liderazgo del país en los mismos.

  4. Desarrollar una nueva política migratoria integral que considere las nuevas dinámicas migratorias a las que se enfrenta Colombia como país emisor, receptor y de tránsito de migrantes.

  5. Liderar una nueva política de fronteras que fomente el desarrollo integral y diferenciado de las regiones, los departamentos, municipios y corregimientos fronterizos colombianos.

  6. Liderar una estrategia nacional que permita consolidar la oferta y la demanda de cooperación internacional en función de los objetivos de política exterior y los pila- res del "Plan Nacional de Desarrollo: Pacto por Colombia, Pacto por la Equidad"

  7. Fortalecer profesional e institucionalmente al Ministerio de Relaciones Exteriores y su Fondo Rotatorio para el desarrollo de una gestión transparente, así como mejorar la eficiencia, eficacia y efectividad del Sistema Integrado de Gestión.

Los objetivos anteriores muestran el vacío de la proyección geopolítica de Colombia, ya que dentro de los aspectos de integración regional y cooperación internacional solo se especifica "el restablecimiento de la democracia y estado derecho en Venezuela" (Ministerio de Relaciones Exteriores, 2019, p.14), y liderar las acciones del grupo de Lima. Además, no se incluyen nuevas candidaturas de Colombia ante escenarios internacionales, solo se toman las prexistentes. Así, las políticas actuales no buscan el engrandecimiento internacional de Colombia para mejorar el bienestar y la calidad de vida de los todos los colombianos.

Además, no se replantea el combatir la violencia con otro método diferente a la misma violencia, que como lo demuestran más de 50 años de guerra interna esa no ha sido una la solución siguiendo así con el estancamiento geopolítico que se ha tenido en las décadas pasadas. Por lo anterior la agenda geopolítica actual solo es un reflejo de la inestabilidad de un país que cambia constantemente bajo dos escenarios: el primero en donde Colombia es un actor periférico, pasivo y receptor de ayuda, con una agenda política, económica y social subordinada por la política exterior e intereses nacionales de otros países como EE. UU. Y el segundo, en donde Colombia tiene una agenda más diversificada con relaciones multilaterales y bilaterales a nivel regional que cobran relevancia en su integración al bloque del Caribe, la Amazonía y el Pacifico (Bertola & Ocampo, 2010).

Elementos de interés geopolítico

Los mapas constituyen una herramienta de análisis fundamental en la geografía ya que a partir de estos se pueden definir patrones, puntos de interés y la configuración territorial. Al ubicar puntos de interés, tanto económicos como sociales, otras variables complementarias y las redes de comunicación, es posible identificar patrones y realizar correlaciones. De esta manera la geopolítica es un mapa que clasifica y asigna valor estratégico a los lugares (Bahamon, 2006) debido a su importancia.

Bajo el marco anterior, el territorio colombiano tiene gran diversidad y cantidad de recursos que se destacan por su calidad. En la figura 5 aparecen los depósitos minerales de mayor importancia, los yacimientos de gas y petróleo explotados actualmente, los principales ríos y embalses que surten a los acueductos sumado a la generación eléctrica de las hidroeléctricas; también se puede expresar que la región Orinoquía y Pacífica contienen recursos de importancia energética claves para Colombia como el gas, petróleo y flujo hídrico, además de depósitos minerales de gran valor como el oro, pero si se mira la realidad económica de dichas regiones no se ven representadas dentro del PIB nacional, ya que los departamentos con mayor PIB son Bogotá D. C. con 273.941 (miles de millones de pesos) y Antioquia 153.379 (miles de millones de pesos), y los departamentos con menor PIB son Vaupés con 303 y Guainía 410 (DANE, 2019). Por lo que el centralismo se mantiene lo que aumenta la desigualdad entre las regiones y ocasionan que no haya un desarrollo homogéneo del país.

Fuente: elaboración propia a partir de datos del Sistema de Información Ambiental Colombiano.

Figura 5 Recursos minero-energéticos colombianos. 

En la figura 6 se muestran las vías tipo 1 que son las avenidas pavimentadas que conectan los cascos urbanos, los puertos y aeropuertos registrados en la base cartográfica del IGAC, las vías férreas (no usadas en su totalidad, pero con proyectos de rehabilitación) y las áreas "Bosque" con las que se busca representar el alto grado de transformación antrópica entorno a los corredores viales, puertos y aeropuertos.

Fuente: elaboración propia a partir de datos del Instituto Geográfico Agustín Codazzi (IGAC).

Figura 6 Vías de importancia departamental, puertos y aeropuertos públicos en Colombia. 

Al examinar las redes de transporte se tiene que las regiones periféricas carecen de la infraestructura necesaria para conectar a las comunidades de manera local y regional como se aprecia en la figura 6, lo que reduce la competitividad de dichas regiones, alzando los costos para explotar los recursos naturales, producir bienes y servicios, desfavoreciendo la mayoría de las actividades económicas. La falta de inversión estatal desincentiva la ocupación de dichos territorios de manera indirecta lo que lleva al aumento de la desigualdad, la pobreza y la falta de oportunidades para las personas que siguen en dichas regiones. Esto último ocasiona el surgimiento de economías ilegales ya sea por la ocupación ilegal de narcotraficantes, grupos armados o civiles que bajo su condición de pobreza y la precaria infraestructura optan por sembrar cultivos ilícitos para sostener a sus familias.

Aunque existen proyectos para la descentralización y creación de polos desarrollo en las regiones como son las Zonas de Interés de Desarrollo Rural, Económico y Social (ZIDRES), los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET), y los planes del Consejo Nacional de Política Económica y Social (CONPES), y a pesar que ellos reflejen un interés por desarrollar social y económicamente, e implícitamente proyectar el país hacia el exterior, deja ver que no hay una voluntad política al no haber una materialización de los proyectos, por ejemplo, el metro de Bogotá acumula más de 50 años de diagnósticos y estudios técnicos sin iniciar obras.

Al analizar las figuras 7 y 8 en conjunto se puede hacer una relación clara entre los cultivos de coca y la presencia de grupos armados, ya que existe una coincidencia geográfica. Si se compara la información de los grupos armados y los cultivos de coca se identifica un corredor transnacional que conecta Centroamérica con Sudamérica, como aparecen en la figura 7. Los corredores que atraviesan por Colombia pueden verse como vías de doble flujo hacia Panamá, Ecuador, Brasil y Venezuela, pero con base en esta información no se puede crear una relación directa con flujos hacia Perú.

Fuente: tomado de Valencia, Ávila, & Restrepo (2019).

Figura 7 Espacios ocupados por grupos armados ilegales tras el acuerdo de paz con las FARC. 

Fuente: elaboración propia a partir de datos oficiales disponibles en https://bit.ly/32GDmRI.

Figura 8 Cultivos de coca para el año 2018 y los corredores que forman al sobreponer la presencia de grupos armados post-FARC. 

Estos corredores posiblemente funcionan para transportar no solo sustancias ilegales y mercancías de contrabando por parte de los actores ilegales, sino que también se movilizan personas puesto que Colombia es un punto de fácil acceso para movilizarse hacia Centro y Norteamérica debido a la falta de control fronterizo y marítimo colombiano (Foros Semana, 2015), por lo que traficantes de personas usan a Colombia como su corredor transnacional.

Al tenerse en cuenta que las hectáreas de los cultivos de coca han aumentado últimos años, la presencia de grupos armados y economías ilegales (CNN Español, 2018) en las regiones periféricas, a pesar del proceso de paz con las FARC, se reafirma la falta de compromiso del estado con las regiones y demuestran los resultados del centralismo político-económico.

Al retomar la figura 5, se encuentra que la centralidad del "triángulo de oro" se conecta a otra centralidad menor ubicada en la región caribe y conformada por Santa Marta, Barranquilla y Cartagena; ésta se da por la definición colonial española, ya que desde allí se fundaron las primeras ciudades que fueron la puerta de entrada y de avance para la colonización de todo Sudamérica. La relevancia del punto fue dada por la desembocadura el río Magdalena que facilitó la navegación hacia el interior del país, pero como se evidencia con la red vial en el mismo mapa, la importancia de la centralidad del caribe se ha reducido. Además, el río Magdalena ha perdido el valor geoestratégico que tuvo en época colonial e inicio republicano debido a la pérdida de navegabilidad y el reemplazo del transporte fluvial por el terrestre y aéreo (Martha et al., 2015).

Esto hace que la ubicación privilegiada de Colombia sea desaprovechada, y no se haga una proyección del país hacía los mares, dando mayor importancia al eje andino que al costero. Sobre el Caribe colombiano se unen tres flujos de importancia geopolítica: el comercio general por la conexión portuaria con Panamá, el flujo petrolero proveniente de Venezuela, y el narcotráfico con destino EE. UU. (Esquivel, 2015).

Tomando este último ítem se podría decir que la iniciativa de proyección geopolítica, control territorial y creación de vías de flujo se da por parte de actores armados para favorecer economías ilegales, siendo principalmente el ELN (Ejército de Liberación Nacional), el Clan del Golfo, las AUC (Autodefensas Unidas de Colombia) y las disidencias de las FARC (Valencia et al., 2019) y no el estado colombiano, del cual se esperaría la iniciativa para fortalecer dichas regiones y favorecer el desarrollo de actividades económicas legales. La región caribe a su vez da una condición de compuerta, la cual genera un atractivo económico y turístico permanente, haciendo que Colombia sea un estado bisagra entre el sur y el resto de América, dando relevancia e interés sobre los demás países andinos (Aragón Saavedra, 2010) como Ecuador, Perú y Venezuela pero que con el favorecimiento de la centralidad andina se ha desaprovechado.

Otro punto que se debe señalar es que Colombia dejó de ser un territorio geoestratégico para EE. UU. en la región tras vencer con su modelo económico a la URSS en el siglo XX y con el debilitamiento progresivo de Venezuela y Cuba en el siglo XXI, lo que ha llevado a que las potencias occidentales hayan perdido parte del interés inicial que tenían sobre Colombia.

Aunque se da un nuevo impulso de relevancia regional debido al surgimiento de nuevas potencias como los países del BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) que se disputan el poder con las potencias tradicionales, bajo esta multipolaridad el nuevo rol de Colombia se da como foco de tensión al contar con áreas semivacías y vacías de poder, además de contar con reservas de diferentes recursos naturales indispensables para el crecimiento las potencias emergentes como los minerales, los hidrocarburos y el agua (Koutoudjian, 2016).

Con base a lo desarrollado en los apartados anteriores se tiene la idea general que la geopolítica colombiana no se ha desarrollado de manera efectiva debido al conflicto interno y las tensiones regionales que han permanecido durante los más de 200 años de historia que tiene el país como república independiente.

El vacío académico

En términos académicos, la geopolítica colombiana es escasa y la mayor parte se desarrolla desde un enfoque militar y no económico-social, lo que lleva a que los políticos la ignoren. Esto se refleja en el escaso aprovechamiento de los recursos con los que cuenta el territorio colombiano y las políticas actuales que guían al país. Así los políticos en Colombia no conocen sobre la importancia de la geopolítica como ciencia orientadora y como conductora política para darle un verdadero sentir (Martha et al., 2015). Además, la ausencia de la geopolítica dentro la agenda política disminuye la posibilidad del engrandecimiento estatal que lleva al bienestar y felicidad de sus habitantes, por lo que un país como Colombia no ha alcanzado a garantizar derechos fundamentales como salud, educación y trabajo a sus ciudadanos a pesar de las riquezas existentes dentro del territorio. Si se remite al desarrollo geopolítico colombiano se tiene que el General Julio Londoño, quien se dedica a escribir y enseñar geopolítica colombiana, pone sobre la mesa la importancia de la geopolítica y sus escritos componen una herencia de conocimiento en la materia ante la falta de este. Esta herencia es recogida por otros militares, de manera que hoy puede hablarse limitadamente de la geopolítica porque "la esfera militar no se impone en este pensamiento sobre la esfera de la dirigencia política" (Bahamon, 2006, p.4), y si llegará a imponerse la visión geopolítica sería mayoritariamente militar o de interés estratégico reflejando el legado de la visón militar bolivariana.

Colombia: Una agenda geopolítica sin intereses

La revisión a la agenda geopolítica colombiana desarrollada hasta este punto demuestra la falta de estabilidad interna del país, el vacío en la planificación diplomática, la falta de autonomía y proyección geopolítica. Incluso desde el Ministerio de Relaciones Exteriores y dentro del plan de gobierno nacional para los años 2018-2022, no expresa objetivos geopolíticos claros, omitiéndose los intereses tanto públicos o nacionales como los estratégicos o militares. Y las recientes vinculaciones a organismos internacionales liderados por EE. UU. como la OTAN y la OCDE muestran la falta de autonomía política de la nación colombiana al no liderar o cooperar iniciativas de integración regional como el MERCOSUR o la UNASUR.

De esta manera quienes se benefician de la pasividad geopolítica de Colombia son las potencias occidentales encabezadas por EE. UU. a través de la subordinación mediante Tratados de Libre Comercio o acuerdos bilaterales como el Plan Colombia. Asimismo, la falta de integración regional y la creación de vínculos con países con economías emergentes como Brasil y Panamá, hace que no existan oportunidades de desarrollo económicos de los sectores de la tecnología, industria e información, al conservar una economía basada en el sector primario que no distribuye la riqueza de manera equitativa y se limita a un producto sin valor agregado, esto respondiendo a la demanda de materias primas y los acuerdos comerciales que benefician a las grandes potencias y no a los intereses nacionales de Colombia.

Aunque los lazos con EE. UU. hayan contribuido en el aumento del PIB en la última década, la economía colombiana ha creado una dependencia con dicho país, así ante un eventual bloqueo económico por parte de EE. UU. Como lo ha hecho con otros países de la región como Cuba o Venezuela, Colombia se estancaría económicamente al no poder importar combustible refinado o alimentos básicos como el maíz y el trigo, y no habrían ingresos por exportaciones de las materias primas que en su mayoría tienen como destino EE. UU. (Martha et al., 2015). Otro problema relacionado al crecimiento económico que tiene Colombia es que la riqueza generada no se ha redistribuido, lo que ha causado que pocas personas concentren el poder económico y por ende político del país. De esta manera el país se caracteriza por tener los más altos índices de pobreza y desigualdad de manera regional y global (Bertola & Ocampo, 2010).

Así dos zonas claves para la independización económica de Colombia con relación a EE. UU. son el Pacífico que conecta vía marítima con los puertos de Asia y La Amazonía que conecta con la potencia regional y economía emergente de Brasil. Pero se deben replantear las relaciones con los demás estados vecinos, ya que se han degradado a tal punto de existir enemistades explicitas como es el caso de las relaciones con Venezuela lo que obstruye todo tipo de flujos y hace que permanezca el estancamiento de la proyección geopolítica.

Profundizando lo anterior se tiene que el océano Pacífico es un mercado mayor al Estadounidense que posibilita no solamente aumentar las exportaciones sino también da la oportunidad de innovar y diversificar la economía colombiana, porque actualmente "Colombia exporta a Asía y Oceanía el equivalente al 10% de las exportaciones de Chile esta es una cifra que nos muestra lo atrasados que estamos en materia del comercio con esa zona" (Gutiérrez, 2015, p.20) y evidencia la subordinación a los acuerdos con EE.UU.

Y por el lado de la Amazonía se tiene que es la puerta comercial con la región sudamericana (Norte Andino y el Cono Sur), y otras economías sudamericanas más importantes como Argentina, Brasil y Chile. Así que incluir los ejes fluviales que conectan la cuenca del Amazonas con la red fluvial Sudamericana es un aspecto clave para desarrollar la geopolítica colombiana, pero se debe tener presente que la imposición de patrimonio de la humanidad dada con el Guiana Shield Facility (Esquivel, 2015) imposibilita construir la infraestructura clave como puertos para el desarrollo económico y proyección geopónica en dicha región.

Además se debe dejar la visión de los intereses estratégicos, militarización, desconfianza y temor (Soberón, 2002) para abrir los flujos de mercancías y personas que dinamicen la economía y permitan una proyección de poder, ya que al fijarse en la posición de Colombia sobre sus fronteras se conserva esa visión militar y centralista caracterizada por la centralización burocrática que impide el desarrollo regional y favorece economías ilegales como narcotráfico, contrabando, tráfico de personas y especies.

Siguiendo el tema se debe dar estabilidad política, social y económica con los países vecinos para evitar problemas migratorios, sanitarios, violencia, desempleo y pobreza, ya que facilitar los flujos de manera local permite el crecimiento económico y bienestar social de las regiones periféricas. Otro tema fronterizo es la pérdida de mar territorial ante Nicaragua, el accionar del estado refleja la falta de aspiraciones territoriales y ejercer soberanía sobre el territorio actual, y otro ejemplo es la aún abierta disputa con Venezuela sobre los territorios al norte de la península de la Guajira.

Siguiendo las ideas de Cohen (como se cita en Esquivel, 2015) y las definiciones clásicas de Mackinder, la ubicación de Colombia da las condiciones y recursos para una potencia marítima que se proyectará a todo el mundo mediante los Océanos Pacífico y Atlántico conectando con los demás continentes, por esto el potencial actual de Colombia es grande. Y teniendo en cuenta la agenda descrita anteriormente debido a la falta de políticas eficaces para la estabilización interna, el desarrollo de las regiones periféricas y el modelo económico basado en la extracción de materias primas llevará a que Colombia siga debilitándose y subordinando sus intereses a potencias como EE. UU.

Las potencias emergentes como China e India, han demostrado interés en Sudamérica para asegurar su aprovisionamiento de alimentos, energía, materias primas, recursos biológicos y químicos, además como un mercado potencial para sus industrias (Aragón Saavedra, 2010), lo que constituye una oportunidad para Colombia al facilitar la proyección a través del Océano, aumentar los flujos socioeconómicos y desarrollar los departamentos abandonados estatalmente debido a la centralización. Se tiene que Colombia está atrasada con dicha proyección debido a que hay países que están consolidado sus roles geopolíticos y tienen claros sus intereses nacionales como es el caso de Panamá, Venezuela, Brasil y Nicaragua, quienes han entablado relaciones más estrechas con las potencias emergentes de China e India.

Conclusiones

Así con lo expuesto anteriormente se tiene que Colombia carece de una proyección geopolítica con intereses públicos y estratégicos, derivando en el debilitamiento social, político, institucional y económico de manera progresiva que se ha mantenido desde el siglo XIX, pero pueden contrarrestarse en el siglo XXI con el potencial geográfico dado por las riquezas socio-naturales y la ubicación al norte de Sudamérica, lo que permite marcar un nuevo camino geopolítico donde la agenda sea replanteada de manera autónoma, bajo intereses propios y con miras a la proyección marítima y Amazónica (Martha et al., 2015), dejando la subordinación económica y la centralización de poder, pero para esto se necesita iniciativa política que aún no se ha demostrado dese los partidos políticos tradicionalistas como son el conservador y liberal.

Además, el panorama geopolítico actual donde nuevas potencias emergen, las potencias tradicionales adoptan el neoproteccionismo y los demás países subdesarrollados entran en crisis sociales y económicas, dan un buen momento para que Colombia adopte una posición geopolítica para liderar la región y proyectarse efectivamente a través de sus corredores marítimos y continentales.

Y sumando a los problemas ocasionados por la falta de visión geopolítica, está la estabilización interna del país, si se definiera una visión geoestratégica para desarrollar el potencial geoestratégico colombiano se contribuiría al bienestar social de las regiones periféricas mediante los nuevos flujos, se distribuiría la riqueza al descentralizar la economía y el cambio económico generaría un cambio social al disminuir la violencia generada por las economías ilegales. De la misma forma los flujos permitirían la cooperación entre las regiones internas de Colombia lo que disminuiría las tensiones políticas internas y se daría un ideal más claro de identidad nacional.

Si no se redirecciona el enfoque geopolítico colombiano o al menos se vincula el pensamiento sobre objetivos e intereses públicos y estratégicos en el presente siglo, el país se condenará a la subordinación y la inestabilidad interna que ha mantenido durante los siglos XIX y XX, y en consecuencia también se conservarán los altos índices de pobreza, violencia, desempleo y debilidad institucional. Dicha situación a su vez crea una retroalimentación negativa ya que favorece la fuga de cerebros y capital hacía otros países que se fortalecerían con el aporte de esas personas y capital, lo que no solo supone la imposibilidad de desarrollar las regiones socioeconómicamente sino que se entra en la espiral del continuo empobrecimiento desaprovechándose el potencial colombiano.

Referencias

Aragón Saavedra, F. E. (2010). Colombia y su poder geopolitico. Pontificia Universidad Javeriana , 2010, 69. https://repository.javeriana.edu.co/bitstream/handle/10554/7704/tesis369.pdf;jsessionid=D29559583A77FE6C3BCF6415077F18FB?sequence=1. [ Links ]

Bahamon, A. (2006). Pensamiento geopolítico colombiano. Sociedad Geográfica de Colombia Academia de Ciencias Geográficas, 1-13. http://www.sogeocol.edu.co/documentos/pe_geopol_co.pdf. [ Links ]

Banco Mundial, 2018. Banco de datos del Banco Mundial | Explorar. Crear. Compartir. [online] Databank.bancomundial.org . Disponible en: <Disponible en: https://databank.bancomundial.org/home.aspx > [Consultado 2019]. [ Links ]

Banco de la República de Colombia. (s.f.). Presidentes colombianos (1810 - actualidad). https://enciclopedia.banrepcultural.org/index.php/Presidentes_colombianos_(1810_-_actualidad). [ Links ]

Bartesaghi, I. (2014). El Mercosur y la Alianza del Pacífico, ¿Más diferencias que coincidencias? Revista Digital Mundo Asia Pacífico, 3(4), 43-56. https://doi.org/10.17230/map.v3.i4.03. [ Links ]

BBC Mundo. (2017). 96 millones de habitantes, 2,5 millones de km2... así sería la Gran Colombia si existiera hoy. https://www.bbc.com/mundo/noticias-38667434. [ Links ]

Bertola, L., & Ocampo, J. A. (2010). UNA HISTORIA ECONÓMICA DE AMÉRICA LATINA DESDE LA INDEPENDENCIA: Desarrollo, Vaivenes Y Desigualdad. In Secretaría General Iberoamericana (Ed.), Segib.Org (1st ed.). https://www.segib.org/wp-content/uploads/Historia-Economica-AL-ESP.pdf. [ Links ]

Cerezo de Diego, P. (2011). El Canal de Panamá y su régimen jurídico. Anuario Jurídico y Económico Escurialense, (43), 41-58. https://pdf;jsessionid=D29559583A77FE6C3BCF6415077F18FB?sequence=1. [ Links ]

CNN Español. (2018, June 25). Colombia llega a niveles de récord en cultivos de coca y producción de cocaína, según informe de EE.UU. CNN. https://cnnespanol.cnn.com/2018/06/25/colombia-coca-cocaina-record-niveles-altos-estados-unidos-ondcp/. [ Links ]

DANE. (2019). CUENTAS NACIONALES DEPARTAMENTALES: PIB por Departamento. https://www.dane.gov.co/index.php/estadisticas-por-tema/cuentas-nacionales/cuentas-nacionales-departamentales. [ Links ]

De Mosquera, T. C. (1866). Compendio de geografía general, política, física y especial de los Estados Unidos de Colombia. https://catalog.hathitrust.org/Record/102472560. [ Links ]

Escrigas Rodríguez, J. (2010). Análisis comparativo del concepto de interés Nacional. Evolución Del Concepto de Interés Nacional, 1, 39-74. https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/4547892.pdf. [ Links ]

Esquivel, R. (2015). Intereses geopolíticos de Colombia. Estudios En Seguridad y Defensa, 10(19), 71-86. [ Links ]

FARC-EP. (2019). Manifiesto las FARC-EP segunda Marquetalia. http://farc-ep.net/?p=598Links ]

Fernández-Niño, Julián Alfredo, & Luna Orozco, Karen. (2018). Migración venezolana en Colombia: retos en Salud Pública. Revista de la Universidad Industrial de Santander. Salud, 50(1), 5-6. http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0121-08072018000100005&lng=en&tlng=es. [ Links ]

Fernández Palacios, J. M. (2011). Antecedentes de la doctrina Monroe: posibilidades reales y percepciones acerca de una intervención de la Santa Alianza en hispanoamérica. Ab Initio: Revista Digital Para Estudiantes de Historia, 2(3), 73-96. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=3681962. [ Links ]

Foros Semana. (2015). Desafíos en las fronteras, oportunidades de desarrollo. Revista Semana, Banco Interamericano de Desarrollo. https://www.forossemana.com/evento/id/13038/ipiales_-_desafios_en_las_fronteras_oportunidades_de_desarrollo. [ Links ]

Galindo, A. B. F., & Cortes, J. C. G. (2017). Geopolitica y perdida del territorio colombiano. Revista Transfronteiriça, 1(1), 99-119. http://periodicos.uea.edu.br/index.php/revistageotransfronteirica/article/view/626. [ Links ]

Gutiérrez, J. (2015). Geopolítica, Recursos Naturales Y Zonas Estratégicas En Colombia. Universidad Militar Nueva Granada. [ Links ]

Koutoudjian, A. (2016). Grandes Acontecimientos Geopolíticos De La Historia. [ Links ]

Lozano Villegas, G. (2015). Historia de los partidos políticos en Colombia. Via Inveniendi Et Iudicandi, 10(1), 11-42. https://doi.org/10.15332/s1909-0528.2015.0001.01. [ Links ]

Martha, A. A., Arroyave, M., Barrero, F., Bocchi, D., Carvajal, L., Hernández, C., Víctor, D. G. V. D. C. L. H. de F. M. D. D., & Daniel, J. D. G. J. J. F. (2015). Colombia: ¿una potencia en desarrollo? (S. Jhost (ed.); 1st ed.). Fundación Konrad Adenauer - Colombia. [ Links ]

Mendoza, A. (1989). Evolución histórica de las divisiones político administrativas de Colombia desde 1509 hasta hoy. Boletín de La Sociedad Geográfica de Colombia, 39(122-123), 1-23. [ Links ]

Ministerio de Relaciones Exteriores. (2019). Plan Estratégico Institucional 2019-2022. [ Links ]

ONIC. (2015). 65 Lenguas Nativas de las 69 en Colombia son Indígenas. 65 Lenguas Nativas de Las 69 En Colombia Son Indígenas. https://www.onic.org.co/noticias/636-65-lenguas-nativas-de-las-69-en-colombia-son-indigenas. [ Links ]

Paredes, C., 2014. Federalismo y centralismo en los orígenes de la Colombia contemporánea. História (São Paulo), 33(2), pp.330-345. [ Links ]

Ramírez, C. E., & Rodríguez Bravo, H. J. (2002). POBREZA EN COLOMBIA: TIPOS DE MEDICIÓN Y EVOLUCIÓN DE POLÍTICAS ENTRE LOS AÑOS 1950 Y 2000. Estudios Gerenciales, (85), 81-110. https://www.icesi.edu.co/revistas/index.php/estudios_gerenciales/article/view/96. [ Links ]

Robayo, J. M. (2010). Reflexiones en torno al impacto de la Patria Boba. La independencia de Tunja y su provincia 1810 - 1815. Historia Y Memoria, (1), 11-33. https://revistas.uptc.edu.co/index.php/historia_memoria/article/view/775. [ Links ]

Rodríguez de Alvear, M. de L. (2003). El tratado de Guayaquil, Septiembre 22 de 1829. Revista Afese, 40(40). http://www.revistaafese.org/ojsAfese/index.php/afese/article/view/853. [ Links ]

Sánchez Torres, F, Fernández Martín, A y Armenta, A. (2005). Historia monetaria de Colombia en el siglo XX: grandes tendencias y episodios relevantes. Universidad de los Andes, Facultad de Economía, CEDE. [ Links ]

Soberón, R. (2002). El conflicto colombiano: entre lo geopolítico y lo humanitario. Agenda Internacional, VIII(17), 89-101. https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/6302525.pdf. [ Links ]

Valencia, L., Ávila, A., & Restrepo, D. A. (2019). Más sombras que luces: La seguridad en Colombia a un año del gobierno de Iván Duque (Pares (ed.); 1st ed.). Fundación Paz & Reconciliación. [ Links ]

Cómo citar este artículo: Gómez Morales, D. L. (2023). Un análisis entre la agenda geopolítica colombiana y sus impactos en la configuración interna. Revista de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas, 53(138), pp. 1-28. doi: https://doi.org/10.18566/rfdcp.v53n138.a3

Recibido: 12 de Abril de 2021; Aprobado: 24 de Febrero de 2022

Creative Commons License Este es un artículo publicado en acceso abierto bajo una licencia Creative Commons