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Revista Colombiana de Educación

Print version ISSN 0120-3916

Rev. colomb. educ.  no.77 Bogotá July/Dec. 2019

 

Presentación

Presentación

Jose Reinaldo Martínez-Fernández

Christian Hederich Martínez


Patrones de aprendizaje

La portada de este nuevo número de la Revista Colombiana de Educación nos remite a navegación, coordenadas, ruta, destino, aventura, viaje. Desde nuestra visión del aprendizaje, esto debería describir los procesos que se activan antes, durante y después de las diversas experiencias de aprendizaje desde una posición de control ejecutivo central; es decir, una revisión del plan, ajustes y pensamiento crítico antes, durante y después del trazado, de la ruta.

En este párrafo inicial estamos haciendo referencia a los procesos de aprendizaje en clara analogía con la navegación. El capitán se pone delante del timón con su plan de navegación del puerto de partida al puerto de llegada e inicia ruta. Sin embargo, no se trata de hacer la ruta marcada de manera ciega y automática, sino de dibujar un trazado propio en función de las circunstancias de la navegación, el estado del mar, el viento de popa o de través, los obstáculos diversos e imprevistos y las características de la embarcación. Así, la ruta no es solo una, ni tan exacta como se ha trazado en el plan de navegación, pero sí que es clave tener un plan. Ahora bien, la ruta puede variar, de modo que el patrón que se dibuje, en últimas estará determinado por los procesos de control y revisión que ha realizado -o no- el capitán, mientras avanzaba hacia el objetivo.

Esto es aprendizaje, vida, movimiento; desde nuestro punto de vista (y siguiendo a Vermunt, 1998) se trata de diseñar un plan con objetivo determinado (orientación motivacional), seguirlo con la activación de una serie de acciones cognitivas (estrategias de procesamiento) y revisar cómo van las cosas (estrategias de regulación). En ello también prevalece, de manera explícita o implícita, una razón para hacer las cosas, o visión del aprendizaje, del conocimiento (concepciones de aprendizaje). Así, a partir de estos cuatro componentes se define un patrón de aprendizaje.

Ahora bien, volviendo a la metáfora de la navegación, el patrón no lo entendemos como el plan, trazado con antelación, sino como aquellas líneas que dejaríamos detrás de nuestra acción. Es decir, una serie de creencias y motivos, deseos hacia un objetivo determinado y las acciones de ejecución y revisión que realizamos hasta llegar, o no, al punto deseado, las cuales son verbalizadas, explicitadas o pensadas en diferido, después. Lo relevante está en que una vez terminada la travesía, llegados o no al punto de destino, se dibuja el proceso seguido desde las expectativas iniciales hasta la llegada. Esto es el patrón de aprendizaje.

Algunas personas se proponen objetivos basados en su pasión, su interés y deseo personal; avanzan para alcanzarlos con pensamiento crítico, profundo, creativo; y autorregulan el alcance de todo ello; por lo general, desde una visión del mundo como proceso de crecimiento, de cambio y desarrollo personal. Se trata de un patrón dirigido a los significados (MD, por sus siglas en inglés).

Otras, siguen objetivos marcados por otros, lo que toca, por motivación más bien extrínseca, avanzan copiando movimientos, repitiendo, cerrados en su ruta; por ello el mecanismo regulador es externo. Por lo general, las mueve el reproducir, copiar y acumular experiencias sin una clara revisión crítica de ellas. Se trata de un patrón dirigido a la reproducción (RD).

Un tercer patrón hace referencia a creer en el conocimiento como algo útil para aplicar, para resolver problemas en situaciones concretas, una acción que puede estar auto- o externamente regulada. Por lo general, una forma de ser y proceder que está conectada con las vocaciones profesionales. Se trata de un patrón dirigido a la aplicación (AD).

Finalmente, encontramos un grupo de personas (más de las deseadas) cuyos objetivos de aprendizaje están en lo que otros proponen (los jefes, el capitán, los colegas), con una orientación motivacional ambivalente, escasa acción y ausencia de regulación. De alguna manera, son esos veleros que se dejan llevar por el viento; en ocasiones llegan a buen puerto, en otras naufragan, fracasan, revientan. Se trata del patrón no dirigido (UD).

Patrones de aprendizaje que identifican formas de aprender, de navegar, de vivir. Un modelo que Jan D. Vermunt formuló en 1998 y que en el territorio de Iberoamérica sigue siendo poco conocido y explorado. Sin embargo, desde el 2009 y bajo la coordinación del Grupo de Investigación Patrones de Aprendizaje y Formación Investigadora en la Universidad (Pafiu) de la Universitat Autónoma de Barcelona, liderado por J. Reinaldo Martínez-Fernández, diversos investigadores, en su mayoría mujeres, han llevado a término una serie de estudios que son parte relevante de este dosier. Además, desde Pafiu se han inspirado otros estudios que emplean la traducción y adaptación del instrumento que Vermunt diseñó para la identificación de los patrones de aprendizaje (el Inventory of Learning Style, ILS), que ha pasado a denominarse Inventory of Learning Patterns (ILP) (Martínez-Fernández et al., 2009).

Así, el dosier se abre con un artículo editorial de J. Reinaldo Martínez-Fernández en el cual nos resume el estado actual y nos presenta algunas reflexiones y perspectivas desde el territorio de Iberoamérica en cuanto al modelo de patrones de aprendizaje. Esta revisión nos parece necesaria para la comprensión del resto de artículos y de la historia reciente, breve y prometedora de este modelo de aprendizaje, así como de los patrones: dirigido a los significados (MD), a la aplicación (AD), a la reproducción (RD), o no dirigido (UD), y de otros más recientemente reportados como flexibles, pasivos motivacionales o idealistas, y otras combinaciones interesantes que se deben revisar, repensar, discutir en contextos y dominios específicos.

Seguidamente, María Laura de la Barrera, Daiana Rigo y Ana Riccetti, de la Universidad Nacional de Río Cuarto nos presentan una revisión metaanalítica de una serie de estudios desarrollados en Argentina. En general muestran cómo los patrones RD y UD son más característicos de sujetos de menor edad y de aquellos con peor rendimiento. El patrón MD predomina en sujetos probablemente más resilientes, que viven en las afueras de la ciudad; y de aquellos con mejor rendimiento. Un dato similar al reportado por otros estudios del grupo de investigación Pafiu en Barcelona, España. Por otro lado, las autoras discuten ciertas diferencias en la dominancia de los patrones según el dominio específico y el nivel de estudio en la carrera.

Luego, también desde Argentina, y con datos de la Universidad Nacional de Cuyo, Mariela Lourdes González e Hilda Difabio de Anglat nos presentan un estudio que relaciona los patrones de aprendizaje con la orientación temporal. Describen un marco teórico donde definen a un sujeto proactivo y orientado al futuro que parece relacionarse con el patrón MD; y otro patrón temporal interrumpido con dependencia externa que parece más propio de los patrones RD y UD. En sus conclusiones muestran cómo los patrones RD y UD son los más frecuentes entre los universitarios analizados, asunto que nos preocupa desde hace un tiempo. Se cumplen las hipótesis previas: los estudiantes MD están más orientados al futuro, mientras que los UD siguen un patrón temporal interrumpido. Una muestra más de lo que parece caracterizar a los UD definidos por Vermunt, según las autoras, es que se trata de estudiantes que necesitan estímulos y apoyos por parte de los compañeros y docentes, evidencian una orientación anclada en el presente con una tendencia hedonista y una interrupción en la construcción de representaciones mentales futuras. Desde luego, este es un asunto por revisar y cambiar, para mejorar.

El cuarto estudio lo firman Laura B. García-Ravidá y Lilia González Velázquez. Se trata de una revisión de estudios sobre patrones de aprendizaje o alguno de sus componentes en el territorio de México. Un artículo conjunto entre la Universitat Autònoma de Barcelona (España) y la Universidad Autónoma de Chiapas (México). Además, las autoras discuten la cantidad y calidad de tales estudios. En su conjunto, las autoras también hayan mayores proporciones de sujetos RD y UD entre el colectivo de universitarios. Demuestran la relación entre el patrón RD y las bajas calificaciones, así como un claro patrón preferente en los primeros cursos universitarios. Sin embargo, a medida que se obtienen datos de estudiantes en niveles de estudio más avanzados se observa la mayor presencia del patrón MD. Se plantea la necesidad de incrementar la cantidad, pero sobre todo la calidad de las producciones científicas que analizan los patrones de aprendizaje, o algunos de sus componentes, en muestras de estudiantes iberoamericanos, en este caso mexicanos. Así, proponen la creación de redes más sólidas y productivas con impacto internacional. Estamos absolutamente de acuerdo.

La contribución número cinco la firman Carmen Ruiz-Bueno y Jordi García-Orriols de la Universitat Autònoma de Barcelona y miembros de Pafiu. Una mirada hacia el diseño de acciones formativas. Los autores retoman algunos estudios que se han realizado en educación primaria y secundaria en los cuales se identifican los patrones de aprendizaje, y definen una serie de lineamientos para el diseño de acciones formativas. Al parecer, las bases de esas acciones y la optimización de los patrones de aprendizaje pasan por una enseñanza más inclusiva, el trabajo cooperativo, la diversificación metodológica, el fomento de la autorregulación, y una necesaria revisión profunda de los procesos de evaluación. Los autores cierran con un guiño a los factores emocionales, pero de seguro que son un elemento clave por profundizar en la discusión de los patrones de aprendizaje. En suma, estas cuestiones abren un interesante debate, y sobre todo inspiran para estudios futuros que se orienten a la optimización de los patrones de aprendizaje y al empoderamiento de las personas en sus rutas de navegación.

Finalmente, Christian Hederich y Ángela Camargo, de la Universidad Pedagógica Nacional (Colombia), firman una revisión crítica al modelo de patrones de aprendizaje. Un artículo clave y necesario en cuanto a lo que significa la construcción de conocimiento científico; es decir, una y lo necesario. Así, los autores destacan lo realizado en cuanto a la integración de componentes, lo logrado con relación al impacto positivo de los patrones MD, AD y RD; y la connotación más negativa o menos adecuada del patrón UD. Pero, aquí mismo destacan lo pendiente, lo que no está claro y lo necesario, al menos desde la mirada de Iberoamérica, y es que el patrón UD parece tener una diversificación. En particular, ese trabajo cooperativo con los otros, el valor del otro, lo prosocial, parece un aspecto que requiere una revisión y redefinición contextualizada.

Los editores de este dosier estamos completamente seguros de que se trata de una interesante revisión y contribución a los avances en el estudio de los procesos de aprendizaje en el territorio de Iberoamérica, en este caso con base en el modelo de los patrones de aprendizaje.

En suma, se trata de navegar por los procesos de aprendizaje y vida con plan, revisión y evaluación reflexiva. Entendiendo que son muchos puertos y se pueden dibujar rutas diversas, lo importante es trazar el rumbo, corregir, sortear las vicisitudes del viento, del mar y de la misma embarcación. No cabe duda de que puedes navegar con otros, escucharlos, mirarlos (en tu barca o fuera de ella), pero tu embarcación la conduces tú. Por ello, te corresponde asumir el mando del velero que es tu vida: agarra ese timón, y que las llegadas a puerto activen el reconocimiento crítico-reflexivo de lo logrado, el tiempo empleado, la ruta, las formas. No es más importante llegar a la hora, sino llegar; y si has disfrutado, cuánto mejor. Esto resume motivación intrínseca, autorregulación y pasión; seguro que claves para navegar en cualquiera de sus maneras. Procesos clave del éxito en el aprendizaje, el desarrollo, la vida.

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