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Ensayos sobre POLÍTICA ECONÓMICA

Print version ISSN 0120-4483

Ens. polit. econ. vol.28 no.63 Bogotá July/Dec. 2010

 

Ciento Setenta Años de Salarios Reales en Colombia

 

One Hundred And Seventy Years of Real Wages in Colombia

 

Cento e Setenta Anos de Salários Reais na Colômbia

 

Miguel Urrutia Mauricio Ruiz*

* Universidad de los Andes

Trabajo presentado en el Congreso Latinoamericano de Historia Económica (CLADHE-II), México D.F. Agradecemos los comentarios de jurados anónimos del Banco de la República de Colombia asignados por ESPE, así como también los comentarios de Hernán Vallejo y de los participantes del CLADHE-II: Marco Palacios, Adolfo Meisel, Fabio Sánchez y Luis Bértola. Agradecemos la colaboración de Camila Henao y los datos suministrados por María del Pilar López-Uribe.

Correos electrónicos: murrutia@uniandes.edu.co; mau.ruiz54@gmail.com

Documento recibido el día 5 de abril de 2010; versión final aceptada el día 31 de agosto de 2010.


En el transcurso de la historia económica moderna, los salarios reales han sido un buen indicador del nivel de vida material de la clase trabajadora. Este documento presenta series de salarios reales para diferentes sectores y épocas en Colombia. Apoyándonos en datos compilados por varios autores, nuestra principal conclusión es que a lo largo de los últimos 170 años los salarios reales en Colombia aumentaron menos que el crecimiento del PIB per cápita en la mayoría de los períodos estudiados, a excepción de los últimos 50 años. Esta caída significativa en la participación de los asalariados puede ser interpretada como un deterioro en la distribución de los ingresos y, por tanto, puede ser una causa parcial de la mala distribución de los ingresos hoy en día en Colombia.

Clasificación JEL: J30, N3.

Palabras clave: siglo XIX, siglo XX, Colombia, índices de precios, salarios reales.


In the course of modern economic history, real wages have been a good indicator of the material living standards of the working class. This document presents real wage series for different sectors and periods of time in Colombia. Relying on data compiled by several authors, our main conclusion is that in the last 170 years Colombian real wages have increased less than the GDP per capita in most of the studied periods, except for the last 50 years. This significant drop in the participation of employees can be interpreted as deterioration in income distribution and, therefore, may be a partial cause of unequal distribution of income in Colombia today.

JEL Classification: J30, N3.

Keywords: 19th Century, 20th Century, Colombia, price indices, real wages.


No decorrer da história econômica moderna, os salários reais têm sido um bom indicativo do nível de vida material da classe trabalhadora. Este documento apresenta séries de salários reais para diversos setores e épocas na Colômbia. Nossa principal conclusão, apoiada em dados compilados por vários autores, é que ao longo dos últimos 170 anos, os salários reais na Colômbia aumentaram menos que o crescimento do PIB per capita na maior parte dos períodos estudados, com exceção dos últimos 50 anos. Esta queda significativa na participação dos assalariados pode ser interpretada como uma deterioração na distribuição de renda e, portanto, pode ser uma causa parcial da má distribuição de renda atual na Colômbia.

Classificação JEL: J30, N3.

Palavras chave: século XIX, século XX, Colômbia, índices de preços, salários reais.


I. Introducción

El objetivo de esta investigación es examinar las tendencias de los salarios reales en tres épocas diferentes de la historia económica de Colombia para analizar el nivel de vida material de la clase trabajadora en el largo plazo. Para esto se recopilaron series de salarios y series de precios de consumo básico con el fin de calcular salarios reales para varios grupos de trabajadores.

El artículo se divide en tres partes: salarios reales en el siglo XIX, en la primera mitad del siglo XX y en la segunda parte del siglo XX. La disponibilidad de datos para cada uno de estos períodos coincide con tres épocas importantes en términos del desarrollo y la historia laboral y social en Colombia. El primero (1820-1900) estuvo caracterizado por la creación de las instituciones republicanas, guerras civiles y poco crecimiento económico. En el segundo (1900-1956) la sociedad comenzó a salir del período maltusiano (Mejía, Ramírez y Tamayo, 2008) e inicia la industrialización. Durante el último período (1956-2006) se consolida la modernización de la economía. Para los salarios reales en el siglo XIX se usan los datos obtenidos de fuentes primarias y secundarias por Urrutia (2007); para los salarios reales en la primera mitad del siglo XX se emplean datos de López-Uribe (2008) y para los salarios reales en la segunda mitad del siglo XX los datos del DANE y del DNP son las principales fuentes. Estos últimos permiten explorar algunos determinantes de las fluctuaciones en el salario y hacer comparaciones metodológicas interesantes entre cifras de salarios reportados por los individuos y cifras de salarios y compensaciones reportadas por empresas del sector manufacturero.

Como aclaración preliminar cabe mencionar que la información recolectada corresponde a los salarios reales y no a los ingresos de la clase trabajadora. Tanto en el siglo XIX como en la primera mitad del siglo XX la mayoría de la fuerza de trabajo no era asalariada y la mayor parte de la población vivía en el sector rural. Sin embargo, en el documento se intenta mostrar que el mercado laboral en los diferentes sectores tuvo cierto grado de integración. En este sentido, los datos de salarios reales gubernamentales, para los cuales existen las series mas largas, tenían niveles y tendencias parecidas a los salarios urbanos del sector privado. Los datos de jornales agrícolas, que claramente son insuficientes, también tienen tendencias similares a los salarios reales urbanos. No sobra reiterar que todas las cifras macroeconómicas anteriores a 1950 son estimaciones heroicas hechas con base en datos muy precarios. Es probable que los datos de salarios sean una mejor aproximación a la medición de calidad de vida de la clase trabajadora. Citando a Williamson (1998), las series de salarios reales pueden ser mucho más adecuadas para medir los ingresos de las personas que la construcción estadística del PIB per cápita para períodos anteriores a la producción oficial de cuentas nacionales.

II. Salarios Nominales y Reales en el Siglo XIX

En una publicación anterior de Urrutia (2007) se resume la historia de los salarios para el siglo XIX. Las fuentes de salarios para el período 1826-1899 fueron el presupuesto nacional, los archivos de la Casa de Moneda, el presupuesto de la Alcaldía de Bogota, los presupuestos de las administraciones de correos y aduanas, el Diario Oficial, los archivos de Colseguros y del Banco de Bogota. También se encontraron datos de jornales agrícolas en la segunda mitad del siglo XIX y datos dispersos para diferentes ocupaciones. Estos datos de salarios nominales de fuentes primarias fueron deflactados con un índice de precios de alimentos, elaborado por el autor, para calcular los salarios reales1.

La serie de salarios reales más completa es para trabajadores del gobierno nacional, pero datos del sector privado por ocupaciones para la segunda mitad del siglo XIX (1880-1890) muestran salarios similares a los de trabajadores oficiales con niveles parecidos de capacitación, lo cual sugiere que los salarios y jornales ofi ciales son un indicador de los salarios del mercado. Una evidencia adicional de que los salarios oficiales estaban relacionados con los salarios de mercado durante el siglo XIX es el estudio de Laura Correa (2009), el cual utilizo datos de los archivos de Antioquia. Se encontró que los salarios en Antioquia eran inferiores a los de Cundinamarca, pero fueron convergiendo durante el siglo. El trabajo concluye que los mercados laborales de las dos regiones estaban más integrados de lo que la historiografía ha considerado.

Lo que muestran las cifras para el siglo XIX es que antes de 1870 los salarios nominales prácticamente no cambiaron y los precios tampoco. En los años setenta se inicia un proceso infl acionario que se acelera a fi nales de siglo. Al parecer los salarios no se ajustan al mismo ritmo que la infl ación y los trabajadores con jornales o salarios pierden poder de compra. En las últimas décadas del siglo hay series de salarios para peones de la alcaldía de Bogotá y para recogedores de café en Cundinamarca y ninguno de los datos, al igual que las series de empleados públicos, muestra crecimiento en los salarios reales (Gráfico 1 y Cuadro 1).

El estudio más reciente sobre el crecimiento del PIB per cápita en Colombia durante el siglo XIX coincide al postular una tasa baja de crecimiento económico para este período, pero una aceleración débil en la época de crecimiento de las exportaciones después de 18602. Esta aceleración en el crecimiento durante la segunda parte del siglo XIX no es congruente con los datos de salarios reales decrecientes. Dos explicaciones son posibles: 1) puede haber problemas con los datos y, en particular, con los estimativos de PIB, tal vez por sobreponderar los datos de exportaciones, la serie estadística más completa y sólida para este lapso. 2) puede ser que la serie de PIB refleje la realidad y el PIB per cápita haya crecido mientras que los salarios reales no lo hicieron, lo cual sugeriría una concentración de los ingresos en los empresarios del sector agrícola y comercial que aprovecharon las diferentes bonanzas de exportaciones de productos primarios. Esto apoyaría la tesis de Coatsworth (2008) de que a medida que el crecimiento liderado por las exportaciones despegó en toda Latinoamérica en el siglo XIX, la desigualdad económica aumentó.

Hay evidencia entonces de salarios reales decrecientes desde la independencia, en especial desde la segunda mitad del siglo XIX, época en la que se dio un incremento importante de las exportaciones en Colombia y en la que, al mismo tiempo, las altas inflaciones y los problemas monetarios disminuyeron la capacidad adquisitiva de los salarios reales. Por tanto, es posible plantear la hipótesis de una concentración de los ingresos en los grupos que participaron en la integración al mercado mundial que Colombia vivió después de la década de 1860.

III. Los salarios reales en la primera parte del siglo XX

María del Pilar López-Uribe analizó las tendencias de los salarios reales en la primera mitad del siglo XX. Recopiló salarios de empresas privadas y del sector público. Estos últimos hicieron posible hacer series continuas mucho más completas. Comparó los salarios públicos y los privados y concluyó, al igual que en el estudio sobre el siglo XIX, que los niveles de salarios para ocupaciones similares eran bastante similares. El Cuadro 2 muestra una comparación de jornales en dos períodos en los dos sectores. El Cuadro 3 contiene las tasas de crecimiento de los salarios reales promedio por quinquenios y muestra fluctuaciones marcadas para la época. Lo más notable es un aumento fuerte de salarios reales durante la gran depresión internacional.

Esto se explica porque los salarios cayeron menos que los precios, en especial en el caso de los salarios públicos, pues estos eran más rígidos que los del sector privado. En los años treinta el acceso al poder del partido liberal produjo un cambio en la política laboral que se tradujo en apoyo abierto del gobierno a la acción sindical y la mayoría de los sindicatos que firmaron convenciones colectivas eran del sector público. Al utilizar salarios como indicador de bienestar material es importante recordar que el desempleo aumentó en los primeros años de los treinta y, por lo tanto, la mejora salarial sólo benefició a quienes lograron mantener su empleo.

El otro dato interesante es que aparentemente en este período pudo haber disminuido el diferencial de salarios entre trabajadores calificados y no calificados. Por ejemplo, el diferencial de salarios entre un ingeniero y un peón en las obras públicas disminuyó significativamente y de manera constante entre 1912 y 1950. La caída en los diferenciales entre personal calificado y medianamente calificado en general disminuyo después de 1930.

La disminución de diferenciales salariales en la primera parte del siglo puede deberse a que la tecnología en esa época no era intensiva en capital humano, lo cual sí ocurre en los años ochenta del siglo XX. En efecto, la ecuación de Mincer muestra bajas rentabilidades para la inversión en educación universitaria a finales de los años sesenta en comparación con las rentabilidades de primaria y secundaria (Selowsky, 1969). Como se observa en datos de los años noventa, los mayores retornos a la educación son para hombres y mujeres con dieciséis años y más de escolaridad (Cárdenas 2009).

El Cuadro 3 muestra las tasas de crecimiento en los salarios reales entre 1915 y 1950 para varios cargos. El mayor aumento es para el jornal del peón de la alcaldía (2,96 % anual). Éste parece ser un valor atípico (outlier) en términos del promedio de crecimiento de las ocupaciones de calificación baja (0,94 % anual). En el mismo período, el PIB per cápita real creció 2,56 %3.

Las tesis de María del Pilar López-Uribe sostienen que los salarios reales en el período 1905-1947 no aumentaron. Según Greco, el PIB per cápita aumento 3,40 % anual entre1905 y 1924 y 2,16% entre 1925-50. En el Cuadro 3 todos los cargos aumentaron menos que el PIB. Por lo tanto, la participación de los trabajadores en el PIB disminuyó.

En Urrutia y Berry (1976) se observa que los salarios agrícolas reales tampoco aumentaron y la participación del trabajo cae significativamente entre 1935 y 19504. Obtener conclusiones sobre la dispersión salarial sería delicado en la medida en que el Cuadro 3 muestra evidencia muy limitada. Adicionalmente, los trabajadores calificados del sector urbano tenían poco peso en esa época.

Todo lo anterior implica que el sector trabajo perdió participación y que empeoró la distribución urbano/rural, pero pudo haber alguna mejora en la distribución de los ingresos de los trabajadores urbanos. El efecto final neto empeoró la distribución de los ingresos total.

IV. Salarios reales en la industria manufacturera : 1956-1997

En esta sección se analizan los salarios industriales en la segunda parte del siglo XX. En Colombia las prestaciones sociales se convirtieron una parte importante de los ingresos de los trabajadores y, por lo tanto, la serie de ingresos debe incluir tanto salarios como prestaciones sociales. La fuente aquí utilizada son los informes que las empresas presentan cada año al Departamento Nacional de Estadísticas, y cubren todos los gastos salariales. En esta sección se pretende hacer una caracterización de la dinámica de los salarios y prestaciones reales, por trabajador remunerado, de la industria manufacturera durante el período comprendido entre 1953 y 1997. El análisis para este período tiene tres propósitos generales. En primera instancia, examinar la dinámica del nivel de vida material de la clase trabajadora en la industria con el transcurso del tiempo. En segundo lugar, comparar los salarios reales con el PIB per cápita para tener una idea de cómo han participado los trabajadores industriales en el progreso económico. Finalmente, se intenta comparar el crecimiento de los salarios y las prestaciones en industrias caracterizadas por demandar mano de obra con diferentes niveles de capacitación. Las series de sueldos, salarios y prestaciones de una industria determinada se deflactaron con el índice de precios según estrato dependiendo del grado de calificación. Sin embargo, dado que los datos para el estrato "alto" no están disponibles sino a partir de 1998, éstos no se tuvieron en cuenta. Así, los salarios de los trabajadores de calificación baja se deflactaron con la serie de salarios de estrato bajo y los salarios de los trabajadores cuya industria se considera de calificación media y alta se deflactaron con el índice de estrato medio.

Se toma la industria de fabricación de prendas de vestir y calzado como de mano de obra de calificación baja; la construcción de maquinaria (exceptuando eléctrica) como de calificación media y a refinerías de petróleo y productos del carbón como de calificación alta. El Gráfico 2 presenta el nivel de los sueldos, salarios y prestaciones reales durante el período 1956-1997 para agrupaciones industriales con trabajadores de calificación baja, media y alta y para el promedio de la industria manufacturera. Para todos los niveles de calificación y para el total de la industria manufacturera, el valor de los sueldos, salarios y prestaciones por trabajador remunerado real presenta un patrón ascendente que tiende a estabilizarse o a descender a partir de la década de los ochenta. En cuanto al diferencial salarial, la remuneración (anual) media para los trabajadores de calificación baja durante el período fue 3,6 millones de pesos constantes de 1997. Además, ésta fue 5,4 y 18 para trabajadores con calificación media y alta, respectivamente. El promedio (anual) no ponderado de la industria manufacturera fue 7,3 millones de pesos constantes de 1997. En adición al análisis del nivel de los salarios reales y su dinámica a través del tiempo, también se consideraron las tasas de crecimiento de los sueldos, salarios y prestaciones, según el grado de calificación. Se encontró que no sólo el nivel de los salarios de los trabajadores más calificados es más alto, sino que además la tasa de crecimiento de los salarios de estos trabajadores también es mayor. Así, mientras que los salarios y prestaciones de los trabajadores no calificados crecen al 1,3 por ciento anual, la tasa de crecimiento experimentada por los salarios y prestaciones de los trabajadores medianamente calificados y calificados es 1,6 por ciento y 2,4 por ciento anual, respectivamente. Esto indica que para el período considerado la brecha salarial entre los trabajadores más y menos calificados se hizo más grande.

Estos resultados se presentan en el Cuadro 4 y muestran, de nuevo, una posible concentración de los ingresos laborales. Sin embargo, y a diferencia de los períodos anteriores, la participación de los asalariados en el PIB aumenta (salarios crecen más que el PIB per cápita), al igual que su capacidad de compra, pero aumenta el diferencial de ingresos entre no calificados y calificados. Esto ocurre incluso en las épocas con tendencia creciente a largo plazo (1956-1997) en los salarios reales para todos los niveles de calificación con relación al PIB per cápita.

El Cuadro 4 muestra también que para las industrias clasificadas según diferentes niveles promedio de calificación los salarios reales aumentaron más que el PIB por trabajador. Este último aumentó a una tasa de 0,58 % anual, un ritmo inferior al de los salarios reales.

Este hecho estilizado de mayor concentración de los ingresos, incluso ante un crecimiento en los salarios reales a largo plazo para todas las calificaciones, puede ser explicada de varias formas. Sin embargo, la más común es que la creciente tecnificación de los procesos económicos aumenta la demanda de mano de obra calificada más rápido de lo que aumenta su oferta. Esto se reflejó en la promoción de sistemas de entrenamiento como el SENA por parte de los empresarios industriales.

En conclusión, para el período 1955-1997 aumenta la tendencia de concentración de los ingresos laborales debido al creciente diferencial entre salarios de trabajadores calificados y no calificados, pero es una época en la que aumenta más rápidamente el salario real de los trabajadores industriales que el PIB per cápita y, en consecuencia, incrementa su participación en el ingreso nacional.

Hacia 1984 ocurrieron muchas cosas que pudieron llevar a una desaceleración del aumento en los salarios reales. Por el lado de la demanda, la crisis latinoamericana generó un aumento en el desempleo. Por el lado de la oferta, hubo un aumento permanente en la relación población económica activa/población en edad de trabajar y cayó la tasa de crecimiento del capital humano. La disminución en el crecimiento del capital humano, combinada con un cambio tecnológico intensivo en dicho capital, explicaría el creciente diferencial de salarios entre personal calificado y no calificado.

V. Evolución de los salarios reales entre 1982-2006

Esta sección tiene como objetivo hacer un análisis comparativo de los salarios reales en las distintas actividades económicas. La posibilidad de obtener series relativamente continuas desde principios de los años ochenta a partir de las encuestas de hogares y los datos de trabajadores empleados en cada industria provenientes del DANE y de las estadísticas históricas del DNP permite construir variables adicionales de interés tales como la producción por trabajador y la serie de salarios por nivel de educación y por rama de actividades. Con el fin de tener en cuenta no sólo las distintas calificaciones de la fuerza laboral sino también su rama de actividad económica, las series de salarios se han desagregado por rama de actividad económica a partir del modulo de ocupados de las encuestas de hogares. Para esto se escogieron siete ramas de actividad económica para el sector urbano, con las cuales se pueden reconstruir series completas para comparar con la producción por trabajador (PIB/ PEA) en cada rama a lo largo del período 1980-2006. Estas actividades son industria manufacturera, comercio, suministro de servicios públicos (electricidad, gas y agua), construcción, transporte (con almacenamiento y comunicaciones), servicios (comunales, sociales y educativos) y establecimientos financieros. Esta desagregación es importante en la medida en que los sectores económicos tienen su propia dinámica, tanto en términos de producción y demanda, como en términos salariales y choques idiosincráticos a las actividades económicas. La posibilidad de desagregar en sectores permite tener mayor claridad acerca de las dinámicas salariales y laborales. A partir de estas actividades económicas se calcularon los promedios de los salarios en cada de una de las actividades a lo largo de los trimestres comprendidos entre 1980 y 2006. Estos datos nominales se deflactaron con el índice de precios al consumidor del DANE, el cual tiene como trimestre base 2008Q4.

El estudio de la evolución de los salarios reales en Colombia para este período se ha enfocado en la distribución de la remuneración entre trabajadores con distintos niveles de calificación, en la diferencia entre trabajadores públicos y privados y en el diferencial de ingresos entre trabajadores formales e informales. Éste es el caso de Arango, Posada y Uribe (2005), quienes hacen separaciones por género y diferencian entre la remuneración al sector público y privado. Ellos concluyen que los cambios tecnológicos han generado un aumento en la demanda de trabajo calificado, con una concentración de los ingresos a favor de este tipo de trabajadores. Por su parte, Posso (2008) estudia el diferencial salarial para distintos niveles de educación y concluye que la desigualdad en la distribución de los ingresos depende principalmente de cambios en la distribución de características de los asalariados. El Gráfico 3 muestra que sólo dos de las siete actividades analizadas (suministro de servicios públicos y establecimientos financieros) tienen crecimientos salariales reales a lo largo del período 1980-2006. Sin embargo, estas actividades cubrían menos del 9 % del empleo total (Gráfico 4). Las otras cinco actividades tienen muy poca dinámica salarial en términos reales, a excepción de la serie relacionada con el transporte, almacenamiento y comunicaciones, la cual cayó en términos reales desde la segunda mitad de los noventas. El principal hecho estilizado para este período (1980-2006) es que los salarios reales aumentaron poco. Una excepción a esto es el período 1980- 1994, en el que los salarios reales tuvieron una tendencia creciente para todas las actividades económicas. Este período fue de buen crecimiento del PIB, aún con la recesión de la deuda latinoamericana de 1983-84 y la recesión internacional de 1992. Los salarios reales crecen también con la caída en el desempleo y la disminución de la inflación para el período 1992-97. Por su parte, el período 1997-2004 muestra un continuo deterioro en el poder adquisitivo de los salarios reales5. La explicación está en la clara desaceleración de la economía a finales de los años noventa. Ésta inicia con una crisis hipotecaria que afecta los salarios de la construcción, seguida por una reversión en los flujos de capitales externos y altas tasas de interés que afectan la demanda agregada general. Ambos fenómenos tienen un gran impacto en una sociedad altamente endeudada6.

Adicionalmente, la evolución de los salarios reales muestra que para 2005, siete años después de la crisis de 1999-2001, la capacidad de compra de los salarios en términos reales no se había podido recuperar.

En Colombia el salario mínimo se ajusta con base en la inflación del año anterior más unos puntos porcentuales adicionales, los cuales dependen de la negociación política entre gobierno, sindicatos y representantes de gremios empresariales. Desde los años noventa el gobierno ha intentado incluir los cambios de productividad como elemento de juicio en la negociación. Con el tiempo el salario mínimo real ha aumentado, cubre una proporción mayor de la fuerza de trabajo (en términos de su aceptación como institución laboral) que en otros países e incide en las decisiones de salarios de una parte de las empresas. Al mismo tiempo, la proporción de la fuerza de trabajo con ingresos menores al salario mínimo ha crecido (Gráfico 5).

Sin embargo, y a pesar de la existencia de salario mínimo como institución laboral, los gráficos muestran que los salarios reales han disminuido en las recesiones aún si el salario mínimo real no cae. Lo que sí ha ocurrido es un aumento, en el largo plazo, de la proporción de trabajadores con menos de un salario mínimo. Adicionalmente, la vigilancia del cumplimiento de las normas laborales es débil excepto en las grandes empresas y esto permite salarios inferiores al mínimo. Hay varios trabajos económicos que sostienen que el alto salario mínimo tiene efectos negativos sobre la demanda de trabajo (entre ellos Arango, Gómez y Posada, 2009; Arango, Herrera y Posada, 2007; Arango y Posada, 2001; Posada y González, 1997).

Las tasas de crecimiento del Cuadro 5 muestran la evolución de los salarios reales en comparación con las cifras de PIB por trabajador. Si el salario crece menos que el PIB per cápita, disminuye la proporción de los ingresos de asalariados en el PIB. El cuadro muestra que los salarios reales aumentaron poco durante el período 1980- 2006, con una tasa de crecimiento anual de 0,67 %. Esto contrasta con el PIB por trabajador, el cual ha crecido a una tasa de 0,08 % anual a lo largo del mismo período. En este cuadro se destacan las bajas tasas de crecimiento en el PIB por trabajador para sectores como el comercio y los transportes, el almacenamiento y las comunicaciones. A excepción de la construcción y los servicios, el salario real creció más que el PIB por trabajador en todos los sectores. Esto es un indicio del aumento de la participación de los asalariados en el producto total. Los datos de el Cuadro 5 también muestran lo negativas que son las crisis económicas en términos de salarios y su evolución a largo plazo, principalmente porque los salarios reales no lograron para 2005 recuperar sus niveles previos a la crisis de 1999. Adicionalmente, los datos parecen mostrar una mejora en el largo plazo para los asalariados, en parte porque el salario real ha crecido a mayor ritmo (0,67 % anual) que el ingreso por trabajador (0,08 % anual).

El Gráfico 6 muestra, por otra parte, el comportamiento del ciclo del PIB y la dinámica de los salarios reales para cada actividad. Aquí se muestra la actividad que precede los cambios en los salarios reales. Se resalta, por ejemplo, que los cambios negativos en el PIB (1998-2000) son seguidos por descensos en los salarios reales con una mayor duración a partir del período 1998-2001. Esto podría reflejar un hecho poco estudiado y asociado a una mayor persistencia de los choques a los salarios en relación con la duración de los choques a la producción. En la crisis de la deuda latinoamericana de 1983-85 también cayó el salario real en la mayoría de los sectores.

En el continente, y también en Colombia, se ha discutido mucho el tema de las ocupaciones de baja calidad, las cuales con frecuencia se identifican con el sector informal. El Gráfico 7 muestra que los pagos a los asalariados (con respecto a la remuneración media) han aumentado a un ritmo mayor, aunque bajo. Estas series muestran que en el largo plazo (en este caso 1980-2006) el ingreso para los asalariados ha pasado a ser más alto que el ingreso de los no asalariados. Esto es un reflejo de la mayor oferta de ocupados bajo el esquema de cuenta propia e informal, con una consecuente reducción en la remuneración relativa y el menor cumplimiento de las leyes laborales en este sector.

Al tener en cuenta los pagos y salarios a trabajadores formales e informales y el salario mínimo, se evidencia una reducción en términos reales de los ingresos y salarios ante aumentos en el salario mínimo, lo cual es muy particular del caso colombiano. En el Gráfico 8 se observan esas tendencias de ingresos y salarios para trabajadores formales e informales7.

A. Calidad de los datos de ingreso de las encuestas de hogar

La calidad de los datos sobre ingresos de las encuestas de hogares es cuestionada con frecuencia. Resulta útil comparar los ingresos y prestaciones de los asalariados en el sector industrial según las encuestas hechas a las empresas con los datos sobre ingresos de las encuestas de hogar. En el Cuadro 6 se hace la comparación de los sueldos y salarios de sectores industriales con personal preponderantemente no calificado, medianamente calificado y con alta calificación según datos de las empresas y de las personas en estos sectores consignados en la Encuesta de Hogares. En general, los ingresos de las encuestas de hogares son alrededor del 50 % de los datos de costos salariales declarados por las empresas del sector industrial. Es posible que esto se deba a que en las encuestas no se declaran como ingresos las prestaciones sociales, pero también es posible que la diferencia se deba en parte a que haya más trabajadores en pequeñas empresas industriales en las encuestas de hogares que industrias pequeñas en la muestra manufacturera.

La subestimación es menor en las compañías que utilizan preponderantemente personal calificado. Desde el punto de vista del cálculo de las tendencias de los salarios reales, es interesante verificar que la subestimación de las encuestas de hogares no cambia sistemáticamente a través del tiempo. Las cifras que se presentan corresponden exclusivamente a los años en que existen datos simultáneos para los gastos reportados por las empresas y datos de las encuestas de hogares.

B. ¿Qu é explica el bajo crecimiento de los ingresos reales ?

El tema de las causas de los cambios en la distribución de los ingresos es complejo y no es el objetivo del ensayo. La hipótesis planteada aquí es que si hay crecimiento en el PIB por trabajador pero no en los salarios, se deteriora la distribución entre el capital y el trabajo y la distribución de ingresos en general. Esto probablemente fue lo que ocurrió en el siglo XIX y en la primera parte del siglo XX. Después de 1950 la dispersión entre los ingresos laborales se vuelve un determinante importante de los cambios en el Gini y en las últimas décadas el incremento en la rentabilidad de la educación superior ha implicado un sesgo hacia el deterioro de los ingresos laborales para aquellos trabajadores que no acceden a educación de calidad. A esto se debe sumar una mejora para los asalariados durante el último período (1976-2006).

El bajo crecimiento de los salarios reales está determinado por una productividad laboral estancada. El Gráfico 9 muestra la evolución de estas dos medidas, una de las cuales (PIB/ocupados) puede servir como una aproximación a la productividad laboral. Estos gráficos muestran una alta correlación entre salarios y productividad laboral, así como también una ligera tendencia al crecimiento en el largo plazo de la productividad en sectores como la construcción, el comercio y el transporte.

C. ¿Ha sido el bajo crecimiento de salarios un fen ómenoexclusivo PARA EL caso colombiano ?

El Gráfico 10 muestra un índice de salarios reales para varios países de América Latina. Éstos muestran que al igual que en Colombia, los salarios reales aumentan poco para el período 1980-2007, excepto en el caso chileno. El Panel A del Gráfico 10 muestra una estabilidad a largo plazo para México, Argentina, Uruguay y Paraguay. El Panel B muestra una tendencia muy decreciente para el caso de Venezuela, así como también una leve tendencia creciente para el caso de la industria en Colombia.

Estas gráficas contextualizan el caso colombiano y muestran que el poco aumento salarial también ha sido una característica en países de la región, los cuales, a excepción de Chile, han tenido poca dinámica en los salarios reales. Uno de los árbitros de este ensayo sugirió que también seria ilustrativo comparar los salarios colombianos con los de otros países de América Latina.

En los años sesenta, el CEDE y un grupo de centros de investigación de Latinoamérica hizo unas encuestas muy detalladas de salarios en el sector formal de estas economías. Los resultados, resumidos en el Cuadro 7, muestran salarios sorprendentemente altos para Colombia. Williamson (1999) calculó salarios reales (en PPP) de trabajadores no calificados en varias ciudades en la década de los setenta del siglo XIX y concluyó que en el sudeste de Brasil eran el 18 % de los de Londres, en Bogotá el 17,3 % y en México el 63,7 %. Estas comparaciones son interesantes y tienen mucho que ver con los estudios de costos de trabajo por unidad de producto utilizados en investigaciones sobre competitividad y diferencias en tasas de crecimiento y productividad. Comparar salarios y productividades por grupos industriales en Estados Unidos y Colombia es posible y Rafael Puyana (2010) lo hizo para 1982-1994. Las series se pueden armar desde 1947 y éste sería un buen proyecto para el futuro.

Comparamos también salarios colombianos con los de Estados Unidos. El Cuadro 8 muestra esta comparación utilizando salarios por hora del sector manufacturero para la misma época del Cuadro 7. El salario colombiano en dólares de 1968 es menor que el de 1965 por la devaluación del peso de ese año. El salario colombiano parece haber sido el 10 % del de Estados Unidos contra un PIB per cápita de 16% a 17 % del de Estados Unidos8.

VI. CONCLUSIÓN SOBRE SALARIOS REALES EN LOS SIGLOS XIX Y XX EN COLOMBIA

Este documento compila los principales hechos acerca de precios y salarios desde mediados del siglo XIX. Con base en fuentes primarias y secundarias se realizó un análisis para entender la dinámica a largo plazo de los salarios reales y, por tanto, la calidad de la vida material de la clase obrera y asalariada.

Es muy sorprendente que los datos de salarios reales para este largo período muestren que en varios sectores de la economía éstos crecieron poco. Durante el siglo XIX observamos una tendencia decreciente en los salarios reales, que continua hasta la década de 1950. Esto sugiere una concentración de los ingresos, en especial cuando se compara el crecimiento de los salarios reales con el crecimiento del PIB per cápita. Desde 1950, y ante el proceso de industrialización, se observa una tendencia creciente y marcada en los salarios reales industriales y mayor al PIB per cápita.

A diferencia de lo ocurrido entre 1820 y 1950, en el período comprendido entre 1980 y 2006 los salarios crecieron un poco más que el PIB real por trabajador. Los datos de ingresos reales por trabajador disponibles (que aproximan la productividad) para el mismo período muestran un menor crecimiento que los salarios reales, lo cual puede indicar una mejora en el largo plazo de la participación de los asalariados en el ingreso nacional durante esas últimas décadas del siglo XX.

Al tener períodos tan heterogéneos, el análisis histórico-económico deja de ser meramente descriptivo pues la mayor disponibilidad de datos para el período 1982-2006 permite incomprender mejor las dinámicas del mercado laboral y buscar variables de control para el policy-maker. Esto se refleja en el documento de varias formas. En primer lugar, en el análisis de lo ocurrido entre 1826 y 1950 las conclusiones dependen fuertemente de la disponibilidad de datos y es poco lo que se quiere o se puede concluir en términos de política pública. Cuando se llega al período 1980-2006, y en general cuando se dispone de datos económicos recientes, la preocupación del investigador tiende a centrarse en los factores que pueden ser controlados por la política pública para generar mayor bienestar. Dado esto, hemos decidido mantener a lo largo del documento la perspectiva descriptiva sin adentrarnos de manera directa en las conclusiones para el policy-maker.

Postulamos que las épocas en que los salarios reales aumentan menos que el PIB, específicamente en los períodos de 1830-1950 y 1999-2006, empeora la distribución de los ingresos (Cuadro 8). Sin embargo, esta hipótesis debe ser cuidadosamente interpretada por cuanto no estamos diciendo que la variable de salarios pueda o deba ser manipulada para mejorar la distribución de los ingresos. De hecho, si se observa la evolución de la productividad laboral (PIB por trabajador en cada rama de actividad) en las últimas décadas, se encuentra una correlación con los salarios reales, lo cual sugiere que en décadas recientes la explicación de la poca dinámica salarial puede estar en la productividad laboral.

COMENTARIOS

1 Se usó la canasta de alimentos del Colegio del Rosario. Es posible que el consumo de proteínas de los estudiantes fuera mayor al común de la dieta popular. Pero en Urrutia (2007) hay Gráficos que muestran que la tendencia de los precios, con excepción de la sal, fue similar para los principales alimentos.

2 Kalmanovitz y López (2008).

3 Las tendencias aquí descritas pueden incurrir en el error de sólo incluir los salarios de trabajadores específicos encontrados en los archivos.

4 Berry y Urrutia (1976), pp. 85-86.

5 De nuevo cabe mencionar que las series de salarios antes y después de 2000 no son plenamente comparables. Sin embargo, si se tiene en cuenta el período posterior a 2001, los salarios reales no tienen una tendencia positiva.

6 Como se muestra mas adelante, este ligero aumento en el ingreso laboral también está relacionado con una productividad laboral estancada.

7La definición de informalidad empleada está relacionada con el aseguramiento contributivo en salud. De esta forma, quienes reportan contribuciones al sistema de seguridad social por concepto de salud son considerados como trabajadores formales.

8 Greco.

Referencias

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Apéndice 1

Fuentes y metodología para el análisis del período 1956 2000

Para obtener los datos de los salarios y prestaciones se consultaron tres fuentes, según el año del cual se requiriera la información. Para 1953 la información se obtuvo del Primer Censo Industrial; para 1954 ni el Boletín Mensual de Estadísticas del DANE ni el Anuario General de Estadística del DANE reportaron datos; y para 1955 los datos se tomaron del Boletín Mensual de Estadísticas. No obstante, los datos para estos años, además de no estar disponibles para 1954, no resultaron comparables con los datos presentados para años posteriores. Por lo tanto, estos tres años se excluyeron de las estimaciones.

Para el período comprendido entre 1956 y 1969 los datos se tomaron tanto del Anuario General de Estadística del DANE, como del Boletín Mensual de Estadísticas de la misma institución. De 1969 en adelante la información se obtuvo de la Encuesta Anual Manufacturera realizada por el DANE. Los datos para los años comprendidos entre 1963-1965 se presentan de manera agregada (a diferencia de los anteriores) y por esta razón no son comparables. Éstos se excluyeron de las estimaciones.

La serie está desagregada según categorías industriales a tres dígitos para la industria manufacturera. Entre 1956 y 1970 las categorías industriales correspondían con una nomenclatura de códigos CIIU, la cual cambió a partir de 1970. Así, para el primer período las desagregaciones industriales estaban entre el código 20 y el 39 y para el período a partir de 1970 los códigos estuvieron entre el 311-312 y el 390. Sin bien los códigos son diferentes, las categorías industriales corresponden a los mismos rubros en las dos nomenclaturas y, por lo tanto, las series se hicieron compatibles.

En las fuentes previamente mencionadas se reporta el "valor total de sueldos, salarios y prestaciones" y también el total de trabajadores remunerados. De esta manera, al hacer el cociente entre éstos, se construyó el valor de los sueldos, salarios y prestaciones por trabajador remunerado. Para construir la serie en términos reales se obtuvo el índice de precios al consumidor construido por el DANE entre 1954 y 2007. Allí se reporta la serie según estrato (bajo, medio, alto).

Apéndice 2

Datos de salarios reales por actividad econ ómica : 1980-2006

Apéndice 3

Productividad laboral estimada (PIB real /ocupados ) por actividad

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