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Cuadernos de Administración (Universidad del Valle)

Print version ISSN 0120-4645

cuad.adm. vol.29 no.50 Cali july/Dec. 2013

 

La inteligencia emocional como una herramienta de la gestión educativa para el liderazgo estudiantil

Emotional Intelligence as an Educational Management Tool to Enhance Student Leadership from Economic-Administrative and Technical Areas

L'intelligence émotionnelle comme un outil de la gestion éducative pour la potentialisation du leadership des étudiants dans les domaines économique-administratif et technique

Rebeca Del Pino Peña
Universidad Pedagógica Nacional (UPN), México DF. - México
E-mail: rebecadelpino@yahoo.com.mx

María de los Angeles Aguilar Fernández
Universidad Nacional Autónoma de México, México DF. - México
E-mail: selegna_23@yahoo.com.mx

Artículo tipo: de investigación científica y tecnológica según clasificación COLCIENCIAS
Recepción: 01/06/2013
Corrección: 29/09/2013
Aprobación: 03/12/2013


Resumen

La gestión educativa se centra en mejorar todos los procesos pedagógicos y administrativos de las instituciones de educación, mediante una propuesta de formación integral que proporcione a los estudiantes herramientas para afrontar los desafíos de la dinámica organizacional del siglo XXI. Es así como en la actualidad existen diversos programas de educación emocional que pretenden potenciar el liderazgo de los estudiantes, con la finalidad de que éstos puedan tener un sólido rendimiento académico en las aulas escolares y un exitoso desarrollo profesional en el escenario ocupacional actual. Ante tal panorama, el objetivo de este estudio ex-posfacto de tipo transversal y descriptivo, enmarcó la identificación de las diferencias existentes entre la percepción de las emociones, el manejo de las emociones de uno mismo, el manejo de las emociones de los otros y la utilización de las emociones de los estudiantes de programas educativos de las áreas económico-administrativas y técnicas de licenciatura y de bachillerato de instituciones de educación del sector público en México, con la finalidad de sentar bases para orientar una serie de acciones de gestión educativa basadas en la formación emocional de los alumnos para la potencialización de su liderazgo escolar y profesional. Entre los principales resultados obtenidos en esta investigación, se detectaron diferencias estadísticamente significativas en las variables de estudio, lo cual denota la necesidad de que los gestores educativos emprendan la planeación y puesta en marcha de un proceso de formación emocional con la inserción curricular de la inteligencia emocional en la formación de los estudiantes, principalmente en los de las áreas económico-administrativas, quienes fueron los que presentan mayores áreas de oportunidad al respecto, para que ellos puedan proyectar un sólido liderazgo en sus estudios y en su futuro quehacer laboral, lo que podría coadyuvar a que las organizaciones puedan estar a la altura de las demandas del mercado y de la globalización de la economía actual.

Palabras clave: estudiantes de áreas económico-administrativas y técnicas, gestión educativa, inteligencia emocional, liderazgo.


Abstract

Educational management focuses on improving all educational and administrative processes of education institutions through a comprehensive training proposal that provides students with tools to meet the challenges of the organizational dynamics of the 21st century. Thus, is how currently various emotional education programs seek to strengthen student leadership so they can have solid academic performance in the classroom and successful professional development in current occupational settings. Given this background, this ex-post-facto cross-sectional descriptive type study was frameworked on identifying differences among the perception of emotions, managing one's emotions, managing emotions of others, and on using emotions of students from educational programs of economic-administrative and technical baccalaureate degree and education institutions of the public sector in Mexico, to lay the foundation to guide a series of educational management actions based on the emotional training of students to enhance their school and professional leadership. Among the main results obtained in this study, statistically significant differences were detected in the study variables, which shows the need for educational managers to undertake the planning and implementation of emotional training processes with the insertion emotional intelligence curriculum in student training; mainly, in the economic and administrative areas, who have the greatest areas of opportunity in this regard, so that they can project sound leadership in their studies and in their future professional work, which could contribute to organizations keeping up with market demands and the globalization of the current economy.

Keywords: economic disciplines, students, administrative and technical leadership, educational management, emotional intelligence.


Résumée

La gestion éducative se centre sur l'amélioration de tous les processus pédagogiques et administratifs des institutions d'éducation, à partir d'une proposition de formation intégrale qui puisse offrir aux étudiants des outils pour faire face aux défis de la dynamique organisationnelle du XXI siècle. C'est ainsi qu'actuellement il existe de différents programmes d'éducation émotionnelle qui cherchent à intensifier le leadership des étudiants, dans le but de pouvoir avoir une performance académique solide dans les salles de classe et un développement professionnel de réussite dans le scénario occupationnel actuel. Face à ce panorama, l'objectif de cette étude ex-post-facto du type transversale et descriptive, a encadré l'identification des différences existantes entre la perception des émotions, la gestion des émotions de soi-même, la gestion des émotions des autres et la gestion des émotions des étudiants de programmes d'éducation dans le domaine économique-administratif et les programmes techniques de licence et de baccalauréat des institutions d'éducation du secteur publique au Mexique. Ceci ayant pour but de lancer les bases pour orienter une série d'actions de gestion éducative focalisées sur la formation émotionnelle des élèves pour potentialiser leur leadership scolaire et professionnel. Parmi les principaux résultats obtenus dans cette recherche, on a pu identifier des différences statistiquement significatives entre les variables de l'étude. Cela indique qu'il faut que les gestionnaires éducatifs développent la planification et la mise en marche d'un processus de formation émotionnelle qui inclue l'enseignement de l'intelligence émotionnelle au curriculum. Principalement pour les étudiants faisant partie du domaine économique-administratif, qui présentent de plus grandes probabilités, pour qu'ils puissent projeter un leadership solide dans leurs études et dans leurs futures tâches au travail. Ceci pourrait contribuer aux organisations pour qu'elles se placent en fonction des conditions imposées par le marché et par la globalisation de l'économie de nos jours.

Mots clef: étudiants de domaines économiques-administratifs et techniques, gestion éducative, intelligence émotionnelle, leadership.


1. Introducción

A lo largo de este trabajo se pretende llevar a cabo una aproximación al análisis y reflexión de la inteligencia emocional en estudiantes que se están formando en diversos programas educativos de las áreas económico-administrativas y técnicas, tanto del nivel bachillerato como en las aulas universitarias, los cuales al finalizar sus estudios deberán de enfrentarse a un escenario ocupacional, en donde hoy en día este constructo ha tomado un papel protagónico para alcanzar el éxito profesional, ante los constantes cambios y situaciones que se les presenta a las organizaciones en este mundo globalizado.

Por ello, estos alumnos tendrán que estar mejor preparados para ser capaces de enfrentar cualquier reto que se les presente en la praxis empresarial, pues como señala Taylor (citado en Moon y Hur, 2011) el personal emocionalmente inteligente podrá afrontar mejor los desafíos laborales de hoy en día.

Así, el hilo conductor de esta propuesta, se estructura a partir de un marco teórico sobre la inteligencia emocional, su relación con el liderazgo, los beneficios que genera y los inconvenientes que se presentan por la carencia de la misma. Además de abordar brevemente el panorama al que se enfrentan los estudiantes cuando desean ingresar al sector productivo en un mundo con cambios acelerados, así como los programas que se han llevado a cabo en diversos países y los resultados que han obtenido para la mejora de la inteligencia emocional en la población estudiantil.

De tal forma que con este preámbulo de análisis se instaura el soporte conceptual que sustenta el planteamiento de la metodología de la investigación del estudio con un abordaje cuantitativo, fundamentado en un trabajo de campo en el que se aplicó el SSRI (Schutte Self-Report Inventory), el que evalúa los componentes integrantes de la inteligencia emocional, de acuerdo con Schutte, Malouff, Hall, Haggerty, Cooper, Golden y Dornheim (1998), los cuales son la percepción de las emociones, el manejo de las emociones de uno mismo, el manejo de las emociones de los otros y la utilización de las emociones en estudiantes de las áreas económico-administrativas y técnicas de bachillerato y de licenciatura. Estas evidencias empíricas recibieron un tratamiento estadístico descriptivo e inferencial, además de que se obtuvo la confiabilidad del instrumento de medición empleado.

Todo esto para presentar los resultados obtenidos en este trabajo, los cuales evidenciaron que los estudiantes de las áreas económico-administrativas fueron los que obtuvieron los puntajes menores en las dimensiones de estudio.

Por ello, los hallazgos encontrados en esta investigación denotan la importancia de incluir a la inteligencia emocional como una herramienta de la gestión educativa para la potencialización del liderazgo escolar y profesional de los estudiantes evaluados, con énfasis especial en los de la Licenciatura en Administración y en los Técnicos en Contabilidad, quienes son los que presentan más áreas de mejora al respecto, los cuales se convertirán en los futuros actores sociales del mundo del trabajo que deberán desarrollar un liderazgo de excelencia sustentado en una visión estratégica ética de compromiso social, para el logro de los objetivos organizacionales mediante la construcción de ventajas competitivas en las compañías, para que éstas puedan estar a la altura de las demandas del mercado y la globalización de la economía del mundo de los negocios del siglo XXI.

2. Marco teórico

La inteligencia emocional, a partir de la década de 1990, se erige como una variable de estudio que se encuentra integrada por diversas aristas para su análisis, explicación y puesta en marcha, tanto en el plano de la ciencia como en la praxis del devenir humano integral, la cual ha cobrado una importancia significativa en los últimos años para la búsqueda de la excelencia en la esfera educativa y organizacional, pilares fundamentales de la formación y productividad de las sociedades.

Al respecto, cabe mencionar que la primera aportación científica acerca de la inteligencia emocional fue realizada por Salovey y Mayer (1990). Luego Goleman (1995) hizo popular este término, el cual define a este constructo como "la capacidad de reconocer nuestros propios sentimientos y los ajenos, de motivarnos y manejar bien las emociones, en nosotros mismos y en nuestras relaciones" (1999, p. 385).

Tomando como referencia esta definición, se pueden observar factores que son relevantes en el quehacer del personal clave de las organizaciones, por lo cual en la actualidad se reporta en diversos estudios científicos la asociación del liderazgo con la inteligencia emocional (Padrón y Sánchez, 2010; Catret, 2002; Salovey y Mayer citados en Bisquerra, 2009; Goleman, 1999; Goleman, 1995).

Al respecto, para Goleman (1999, p. 47) el liderazgo es "como inspirar y guiar a grupos e individuos". De hecho, el liderazgo no se limita a quienes ocupan la cúspide de una organización, sino que afecta a todas las personas que, independientemente del nivel en que se hallen (como serían los encargados de almacenes o jefes de equipo), de un modo u otro actúan como líderes para un grupo de seguidores (Goleman, Boyatzis y Mckee, 2002).

El líder es la persona que mejor sabe cómo influir en las emociones de los demás, cuando encamina las emociones en una dirección positiva, como el entusiasmo en un grupo, este puede llegar a lograr cosas muy importantes, sin embargo, cuando las orienta en una dirección negativa, como el resentimiento o la ansiedad, el grupo caminará hacia una desintegración dando pocos resultados a los que se esperan del mismo (Goleman et al., 2002).

Por su parte, Rincón (2010) explica que una persona que ocupa un puesto gerencial, debe estar consciente de la importancia de manejar inteligentemente las emociones, esto le permitirá ser más productivo y exitoso, de igual forma, logrará alta motivación y constancia para la ejecución de sus funciones de planificar, organizar, administrar, dirigir y controlar todo el proceso a través de sus habilidades técnicas, comunicacionales y conceptuales demostradas en su práctica diaria y al relacionarse con los demás.

Los gerentes se caracterizan en muchas de las ocasiones por carecer de conductas asertivas; es decir, la manera en como expresan sus pensamientos, solicitan favores, dan y reciben halagos, así como la impotencia ante el incumplimiento de sus funciones. De tal forma que todo ello repercute en el desarrollo personal, además del establecimiento de relaciones empáticas y agradables con todos los miembros de la organización (Rincón, 2010).

Padrón y Sánchez (2010) llevaron a cabo un estudio con investigadores que creaban conocimiento e innovaciones a los problemas gerenciales en su ámbito de acción, en el que se evaluaron a doctorantes de gerencia y ciencias gerenciales de diversas instituciones, organizaciones y regiones de Venezuela. Estos autores detectaron que los participantes se caracterizan por tener un buen dominio y confianza de sí mismos, conocimiento de sus emociones, establecen adecuadas relaciones con los demás en forma empática, gestionan sus relaciones con base en el liderazgo y muestran interés por el desarrollo de otros.

Para Goleman (1999) en América Latina se han tenido cambios en los últimos años como la hiperinflación, caos político, etc., por lo que en los países pertenecientes a esta región las cosas pueden cambiar de un día para otro. Lo que aunado a que en el nuevo clima de las empresas del siglo XXI, los grandes cambios son una constante, como las innovaciones técnicas, la competencia global y las presiones de los inversores. Por ello, la experiencia en el personal de una empresa no es tan crucial como la adaptabilidad debido a que en las organizaciones de estos países hay fusiones y coaliciones, tecnologías nuevas, reglas nuevas, y se ha visto que una falta de inteligencia emocional en un medio tan inestable representa el fracaso seguro.

De hecho, Goleman (1999) expone que dentro de 40 años, dos tercios de las 500 empresas principales ya no existirán, también menciona que hay numerosas circunstancias que pueden resultar fatales para una empresa, como absorciones hostiles, tecnologías competitivas no previstas, entre otras cosas. Para este autor, esto hace necesario que las empresas cuenten con personal con aptitudes como el conocimiento de uno mismo y la autorregulación, motivación y empatía, habilidad de liderazgo y comunicación abierta, para que sea más probable que estas puedan adaptarse al futuro, por lo que los trabajadores dotados de inteligencia emocional se hacen más importantes y valiosos en las organizaciones.

Por esto, a medida que las empresas se encogen en sucesivas oleadas de reducción de personal, las personas que quedan cargan con más responsabilidad y son más visibles. Si antes un empleado de nivel medio podía disimular fácilmente un temperamento irritable o tímido, ahora se notan más que nunca aptitudes tales como el control de las emociones, el manejar bien los enfrentamientos y el trabajo de equipo y liderazgo (Goleman, 1999).

En un estudio sistemático sobre la revisión de las aptitudes necesarias para el desempeño de todos los empleos en el gobierno de EE.UU., Goleman y Buchele (citados en Goleman, 1999), descubrieron que cuanto más alto era el puesto que desempeñaba una persona, menos importantes resultaban las habilidades técnicas y las facultades cognitivas de ella, y más importante la aptitud en inteligencia emocional que esta tuviese.

De hecho, cada vez son más empresas que buscan una mayor inteligencia emocional, aunque no utilicen ese término. Desde esa perspectiva, cada vez son más empleadores los que se quejan por la falta de habilidades sociales en los nuevos contratados. Los jóvenes no pueden aceptar una crítica, cuando se les hace un comentario constructivo sobre lo que están haciendo, se ponen a la defensiva, reaccionan a una retroalimentación como si fuera un ataque personal (Goleman, 1999).

En un estudio sobre la importancia de la aptitud emocional para puestos ejecutivos y de liderazgo, realizado con cientos de altos ejecutivos de quince empresas internacionales, obtuvieron que la superioridad intelectual o técnica no desempeñaba papel alguno para triunfar como líder, era la aptitud emocional lo que marcaba la diferencia crucial entre los líderes mediocres y los mejores. De tal forma que los líderes estrellas se destacaban significativamente en una variedad de aptitudes emocionales, entre ellas, la influencia, el liderazgo de equipo, la conciencia política, la confianza en uno mismo y el afán de triunfo. En promedio, concluyó que cerca del 90% de su liderazgo triunfal se podría atribuir a la inteligencia emocional (Goleman, 1999).

Goleman et al. (2002) explican que es responsabilidad de los líderes la creación de organizaciones emocionalmente inteligentes, es su tarea identificar la realidad de la organización, emprender las acciones necesarias para lograr el cambio y contribuir para que los diferentes integrantes descubran el papel que les corresponde en la organización, por lo que como afirma Romero (citado en Padrón y Sánchez, 2010) el desarrollo de las empresas se genera a partir de recursos humanos de excelencia en un plano integral.

Ante este escenario que se vive en la actualidad, surge la pregunta ¿cuál es la mejor manera de educar a los jóvenes para el nuevo mundo laboral? Al respecto Goleman (1999) responde que se debe incluir una educación en los conocimientos emocionales, mientras que para los egresados que ya están trabajando, es indispensable cultivar la aptitud emocional, por lo que la formación en inteligencia emocional es necesaria como la preparación académica.

Desde esta perspectiva, Zins, Elias y Greenberg (2007) comentan que para tener éxito en la escuela y en la vida, los estudiantes no sólo tienen que dominar lo académico, sino también aprender a entender y manejar sus emociones, ser responsables y cuidadosos, practicar el buen juicio y tomar decisiones sanas, ser capaces de tomar opciones saludables y resolver conflictos, y estar dispuestos a contribuir a su comunidad como ciudadanos constructivos, comprometidos y eficaces.

Por su parte, Del Pino (2012) destaca que en los estudiantes, quienes se convertirán en los futuros líderes de las organizaciones, se requiere sembrar una semilla de inteligencia emocional que florezca en su desarrollo profesional estudiantil en aras de coadyuvar a la potencialización de sus capacidades para un óptimo desempeño laboral en el escenario ocupacional.

Para Goleman et al. (2002) los profesores innovadores en el ámbito empresarial están empezando a reconocer la importancia de la inteligencia emocional en la educación superior, esperan que los graduados dejen de ser menos gestores y se conviertan en auténticos líderes, pues con programas en educación emocional, los alumnos serán los más beneficiados, por lo que en los últimos años ha habido un incremento progresivo en los centros educativos de que la adquisición de conocimientos meramente académicos no es suficiente para conseguir el éxito escolar.

En EE. UU., The Collaborative for Academic, Social, and EmotionalLearning (CASEL), con sede en Chicago, es una organización sin fines de lucro, que desde su creación ha estado dedicada al avance de la ciencia y la práctica de una escuela basada en un Aprendizaje Social y Emocional (Social and Emotional Learning) denominado SEL (Collaborative for Academic, Social, and Emotional Learning, 2012, p. 1).

Dentro de los diferentes programas con los que cuenta SEL, destacan el Life Skills Training (LST), Second Step: A Violence Prevention Curriculum, Social Decision Making-Social Problem Solving (SDM-SPS), Promoting Alternative Thinking Strategies (PATHS), Seattle Social Development Project (SSDP), Child Development Project (CDP).

Entre los resultados que han obtenido estos programas en los estudiantes, sobresale el aumento en la solución de problemas y el manejo de los factores del estrés, así como la disminución de la agresividad, la conducta autodestructiva, el vandalismo y el uso del alcohol y tabaco; incremento en el apego y unión a la escuela, logros académicos, índice menor de problemas de conducta en la escuela, tasa de actos de violencia y a las relaciones sexuales; mejora de las actitudes hacia la escuela; mayor participación en actividades positivas; mayor auto-eficacia; mejores habilidades para la solución de conflictos; disminución de la delincuencia (Zins et al., 2007).

En otros países también se han generado movimientos para introducir programas de entrenamiento de inteligencia emocional en las escuelas; en Gran Bretaña a través del "Social and Emotional Aspects of Learning" (SEAL), y en España con el "Educación Emocional" o "Educación SocioEmocional" (Fernández-Berrocal y Ruiz, 2008). Los hallazgos obtenidos en estas instituciones han sido positivos, y en el caso de España, han demostrado la eficacia de la educación emocional en la prevención de la violencia escolar y la adaptación psicosocial de los estudiantes (Jiménez y López-Zafra (2009).

En México, Mendoza y Román (2000), realizaron un proyecto de aplicación de la inteligencia emocional para mejorar el desarrollo laboral en organizaciones mexicanas, dentro de las catorce sesiones que lo conformaron, se influyó en diferentes aspectos de la inteligencia emocional, como autoconocimiento, autorregulación, empatía y habilidades sociales. Al final del proyecto obtuvieron comentarios muy positivos por parte de los participantes. Este es un antecedente claro de que los empleados en empresas mexicanas aprecian los resultados que producen estos cursos, tanto en el ámbito personal como en el laboral.

De igual forma, la importancia de la inteligencia emocional en población estudiantil ha generado la realización de diversos estudios científicos que han enriquecido esta línea de investigación en aras de una posible trascendencia social en beneficio de los alumnos (Fernández-Berrocal y Ruiz, 2008; Padrón y Sánchez, 2010).

Al respecto, sobresale las diferencias individuales en la inteligencia emocional en cuanto al programa educativo de estudio. Al respecto, Pineda (2008) detectó variaciones en las puntuaciones de inteligencia emocional en estudiantes de las licenciaturas en psicología y administración, siendo los futuros profesionales de la salud mental quienes obtuvieron mayores puntajes al respecto. Esta situación podría ser ocasionada por los requerimientos formativos de cada carrera en función de la labor que desempeñaran los alumnos posteriormente en el sector productivo

De manera similar, Sánchez-Ruiz, Pérez González y Petrides (citados en Austin y Saklofske, 2010) reportan que las variaciones existentes en la inteligencia emocional entre los estudiantes de diferentes carreras, podrían informar acerca de la orientación profesional, así como para la adaptación académica y el diseño de cursos para grupos particulares de estudiantes que así lo requieran.

Ante tal panorama, para enfrentar con éxito los desafíos del siglo XXI, en busca de la excelencia en la educación en concordancia con las exigencias actuales de las organizaciones con un espíritu empresarial de vanguardia, sería pertinente que los gestores educativos pudieran emprender la aventura que les conduce al camino de la planeación y puesta en marcha de programas de educación emocional como parte del enriquecimiento de la formación profesional de los alumnos para la adquisición, desarrollo y potencialización del liderazgo de los estudiantes.

3. Metodología

Desde esta perspectiva, con la finalidad de poder coadyuvar al enriquecimiento de esta línea de investigación científica en México, se llevó a cabo un estudio ex posfacto de tipo transversal y descriptivo, cuyo objetivo fue identificar las diferencias existentes entre la percepción de las emociones, el manejo de las emociones de uno mismo, el manejo de las emociones de los otros y la utilización de las emociones de los estudiantes de programas educativos de las áreas económico-administrativas y técnicas de licenciatura y de bachillerato de instituciones de educación del sector público en México, a fin de sentar bases para orientar una serie de acciones de gestión educativa basadas en la formación emocional de los alumnos para la potencialización de su liderazgo escolar y profesional.

Para tal efecto, las variables independientes en las que se fundamentó este trabajo fueron los programas educativos cursados por los estudiantes evaluados, siendo estos el de Técnico en Telecomunicaciones, el Técnico en Contabilidad, el Licenciado en Administración, el Técnico en Electrónica y el Ingeniero en Comunicaciones y Electrónica; mientras que en el caso de las dependientes, éstas enmarcaron a la percepción de las emociones, el manejo de las emociones de uno mismo, el manejo de las emociones de los otros y la utilización de las emociones, las cuales son las dimensiones integrantes de la inteligencia emocional, según Schutte et al. (1998).

Los participantes de esta investigación estuvieron constituidos por una muestra no probabilística por conveniencia de 613 estudiantes de disciplinas administrativas y técnicas de licenciatura y de bachillerato en México, de los cuales destaca que 55.3% (339) eran hombres, con edades entre 16 y 18 años (57.26%, 351), además de que 586 (95.59%) eran solteros.

En lo que respecta al instrumento de medición empleado en este estudio, se aplicó el SSRI de Schutte et al. (1998), el cual es uno de los instrumentos de autoinforme para la medición de la inteligencia emocional más utilizados y reconocidos en el plano internacional (García-León y López-Zafra, 2009).

Este cuestionario se compone de 33 reactivos que evalúan la percepción de las emociones, el manejo de las emociones de uno mismo, el manejo de las emociones de otros y la utilización de las emociones (Schutte, Manes y Malouff, 2009).

Cabe mencionar que en cuanto a las propiedades psicométricas del SSRI, sus autores reportaron que las pruebas de fiabilidad dieron puntuaciones altas en la confiabilidad de este autorreporte de inteligencia emocional, debido a que cuenta con un Alfa de Cronbach (α) de 0.90 en adultos de edad media (Dooba, 2009), así como de 0.87 en estudiantes, además de que en diferentes estudios se ha demostrado también que es fiable para la medición de los adolescentes y adultos (Murphy y Janeke, 2009).

En relación con el procedimiento que se llevó a cabo en esta investigación, éste consistió en la aplicación del instrumento de medición seleccionado en sesiones colectivas en escenarios con óptimas condiciones de iluminación, temperatura, humedad y ventilación, pertenecientes a instituciones educativas públicas de nivel de bachillerato y de licenciatura de la Ciudad de México, lo cual se llevó a cabo en seis meses. Luego se efectúo la tabulación de las evidencias empíricas obtenidas en el trabajo de campo, mediante la elaboración de una base de datos en la versión de Excel 2010, la cual se transformó después al programa SPSS versión 20 para etiquetar las variables de estudio, con el fin de poder hacer el análisis estadístico correspondiente.

Por ello, para el tratamiento estadístico de los datos detectados en el trabajo de campo, se empleó estadística descriptiva con el fin de conocer la distribución de la muestra de estudio y los niveles de clasificación generales de la inteligencia emocional de los estudiantes evaluados, además de que se aplicó la prueba de Alfa de Cronbach para obtener la confiabilidad del instrumento de medición. Mientras que para la comprobación de las hipótesis planteadas, se efectuó el Análisis de Varianza de una Sola Vía (ANOVA) con el objetivo de identificar las diferencias existentes entre las variables dependientes de estudio en relación con el programa educativo cursado por los estudiantes de disciplinas administrativas y técnicas de licenciatura y de bachillerato en México.

4. Resultados y Discusión

4.1. Distribución general de la muestra de estudio

De una muestra de estudio de 613 estudiantes de áreas económico-administrativas y técnicas de licenciatura y de bachillerato en México, se destaca que 27.57% (169) de los alumnos evaluados, cursan la licenciatura en administración.

De igual forma, se destaca que 50.41% (309) de los estudiantes que participaron en este estudio, se encuentran inscritos en el nivel educativo de bachillerato, mientras que 49.59% (304) cursan la licenciatura.

4.2. Confiabilidad del instrumento de medición

Se obtuvo un puntaje de Alpha de Crombach de 0.91, lo cual denota una adecuada consistencia interna del instrumento de medición aplicado a los estudiantes de disciplinas económico-administrativas y técnicas de estudio.

4.3. Comprobación de hipótesis

Se detectaron diferencias estadísticamente significativas en todas las variables de estudio por tipo de programa educativo de estudio.

Hipótesis 1

Ho: "No existen diferencias estadísticamente significativas en los puntajes medios de la percepción de las emociones de los estudiantes por tipo de programa educativo de estudio".

Se encontraron diferencias estadísticamente significativas al 0.04 con respecto a la interpretación que tienen los estudiantes de sus emociones personales como de las que presentan otros individuos, en la cual se observa que la puntuación más alta es la que presentan los ingenieros en telecomunicaciones en contraposición con la más baja que fue obtenida por los licenciados en administración. Por lo tanto se rechaza la Ho.

Hipótesis 2

Ho: "No existen diferencias estadísticamente significativas en los puntajes medios del manejo de las emociones de uno mismo de los estudiantes por tipo de programa educativo de estudio".

Se identificaron diferencias estadísticamente significativas (p<0.017) en relación con el abordaje individual emocional de los alumnos evaluados, el que difiere a partir del programa educativo de estudio, siendo mayor el puntaje de los ingenieros en telecomunicaciones en contraste con el de los técnicos en contabilidad, quienes presentaron las cifras más bajas al respecto. Motivo por el cual se rechaza la Ho.

Hipótesis 3

Ho: "No existen diferencias estadísticamente significativas en los puntajes medios en el manejo de las emociones de los otros de los estudiantes por tipo de programas educativos de estudio".

Se detectaron diferencias estadísticamente significativas al 0.012 en cuanto al manejo emocional que muestran los estudiantes hacia los demás, el cual presenta variaciones por el tipo de área del programa educativo de los estudiantes, siendo nuevamente el puntaje mayor obtenido el de los ingenieros en telecomunicaciones y el más bajo el de los licenciados en administración. Por lo tanto se rechaza la Ho.

Hipótesis 4

Ho: "No existen diferencias estadísticamente significativas en los puntajes medios en la utilización de las emociones de los estudiantes por tipo de disciplina de estudio".

Se identificaron diferencias estadísticamente significativas (p<0.020) en el empleo propositivo y motivacional de las emociones personales de los participantes en esta investigación, en el que se presenta resultados similares a los reportados en la hipótesis anterior. Por tal razón se rechaza la Ho planteada.

4.4. Niveles de clasificación general de la inteligencia emocional de los estudiantes

De manera complementaria, se presenta la Gráfica 3, que muestra los niveles de clasificación general en los que se ubican los estudiantes avaluados respecto a la percepción de las emociones, el manejo de las emociones de uno mismo, el manejo de las emociones de los otros y la utilización de las emociones, las cuales muestran las áreas de mejora en estas dimensiones de medición de la inteligencia emocional de los participantes en esta investigación.

En la Gráfica 3 resalta que 64.6 % (396) de los estudiantes se encuentra ubicado en un rango medio en cuanto a la percepción que tienen los estudiantes, tanto de sus propias emociones como de la de los demás, por lo que desde esta primera etapa del manejo de la inteligencia emocional, se observa una manifestación promedio en los alumnos evaluados que determinará su comportamiento emocional posterior.

De igual forma, sobresale que 51.7% (317) de los estudiantes evaluados, se encuentra ubicados en un rango bajo en cuanto al automanejo y autocontrol emocional, lo cual sienta las bases de una manifestación individual deficiente de su estructura, reacciones y comportamientos emocionales.

De manera similar, la Gráfica 3 muestra que 51.5% (316) de los estudiantes, se encuentran ubicados en un rango promedio en relación con su accionar emocional proyectado en sus interrelaciones personales, mediante la expresión de su empatía, comprensión y apoyo a los demás.

Finalmente, se observa que 77% (472) de los estudiantes se encuentra ubicado en un rango bajo en relación con el empleo propositivo de sus emociones personales, lo cual les genera a estos un deficiente manejo de su inteligencia emocional.

4.5. Grupos susceptibles de mejora

Los hallazgos obtenidos en esta investigación manifiestan la existencia de grupos de estudiantes por tipo de programa educativo que presentan mayores áreas de oportunidad en las dimensiones de medición de la inteligencia emocional que fueron evaluadas.

Siendo los estudiantes de la licenciatura en administración quienes presentan los niveles más bajos en la percepción de las emociones, el manejo de las emociones de los otros y en la utilización de las emociones, mientras que en el manejo de las emociones de uno mismo, son los técnicos en contabilidad.

Por ello, ante la presencia de puntajes menores en las dimensiones de medición de la inteligencia emocional en los estudiantes de los programas educativos económico-administrativos, quienes se están formando como las futuras generaciones que desempeñaran las funciones medulares de administración y contabilidad en las organizaciones mexicanas.

Esta situación plantea la necesidad de que las instituciones de educación pública emprendan una serie de acciones encaminadas a la adquisición, desarrollo y potencialización de un liderazgo escolar y profesional en los estudiantes, principalmente en lo que respecta a la percepción de las emociones y la utilización de las emociones que fueron las dimensiones en las que obtuvieron puntajes más bajos, para que estos puedan estar a la altura de las exigencias de la dinámica organizacional del siglo XXI.

5. Conclusiones

A lo largo de la realización de este estudio, en el cual se cumplió con el objetivo planteado y se comprobaron las hipótesis de estudio, se detectó que los estudiantes evaluados presentan niveles bajos en el manejo de las emociones de uno mismo y en la utilización de las emociones, mientras que en la percepción de las emociones y en el manejo de las emociones de los otros, estos cuentan con un nivel medio.

Esta situación destaca la importancia que podría tener la inteligencia emocional como una herramienta de la gestión educativa en los estudiantes de programas educativos económico-administrativos y técnicos de las instituciones de educación públicas, debido a que estos presentan áreas de oportunidad al respecto que requieren ser desarrolladas para lograr un mayor potencial emocional en los estudiantes, lo cual podría redundar en la obtención de un mejor rendimiento académico, relaciones interpersonales y bienestar psicológico integral, que podría redundar en un futuro laboral más óptimo para las nuevas generaciones.

De igual forma en esta investigación se detectaron diferencias individuales en todas las variables de estudio, lo cual denota que al parecer la manifestación de la inteligencia emocional se encuentra relacionada con el tipo de programa educativo que cursan los estudiantes, siendo los puntajes más bajos en todos los casos los obtenidos por los alumnos de las áreas económica-administrativas y técnicas evaluadas, lo cual podría deberse a la carencia de una educación emocional en los niveles de estudios previos, así como a la ausencia de una materia en los planes de estudios respectivos que esté enfocada a desarrollar en los estudiantes su nivel de inteligencia emocional.

Estos hallazgos diferenciales detectados en esta investigación por programa educativo de estudio, coinciden con lo reportado por Pineda (2008) y Sánchez-Ruiz et al. (citados en Austin y Saklofske, 2010).

De tal manera que los resultados obtenidos en este trabajo, así como la ausencia de programas educativos en los niveles técnico y superior estudiados, en los que se incluya a la inteligencia emocional dentro de sus actividades curriculares y extracurriculares, como señala Del Pino (2012) denotan la necesidad de plantear la inclusión de la inteligencia emocional como parte de las acciones de la gestión educativa pública en estos programas de estudio, ya sea como una asignatura obligatoria u optativa, o de tipo extracurricular como talleres, conferencias, cursos, entre otras.

Por ello, los gestores educativos deberán llevar a cabo la planeación y puesta en marcha de una serie de actividades y/o programas de educación emocional específicas para la potencialización de su liderazgo estudiantil en las aulas y luego en el mercado laboral, con un mayor empuje en los estudiantes que presentan las mayores áreas de mejora al respecto, para que estos alumnos cuenten con elementos formativos emocionales que requerirán para poder tener un mejor desempeño escolar y en el sector productivo en donde se incorporarán en el futuro.

Esta situación cobra mayor importancia en el caso específico de los estudiantes de la licenciatura en administración y los técnicos en contabilidad, porque ellos se están formando para ser los futuros líderes de las empresas en las áreas administrativas y contables que fungen como columnas vertebrales de la excelencia laboral, la productividad y la competitividad, por lo que estos requieren de una mejor inteligencia emocional para hacer frente a los retos que se les presenten en su vida ocupacional, para que estos puedan alcanzar un desarrollo profesional individual de éxito que pueda coadyuvar a la mejora de las organizaciones del nuevo siglo.

Por lo tanto, es necesario llevar a cabo futuros estudios sobre la inteligencia emocional en los estudiantes, para un mayor enriquecimiento de esta línea de investigación, hallazgos que podrían trascender socialmente para la adquisición, desarrollo y potencial del liderazgo de los estudiantes.

De tal forma, que como destaca Del Pino (2009) es importante que en Latinoamérica se realicen más investigaciones científicas al respecto para que las diferentes instituciones educativas de este continente, analicen e incluyan en los programas educativos la inteligencia emocional como parte de las asignaturas de sus programas curriculares, como lo llevó a cabo la Case Western University a través de la Weatherhead School of Management, la cual incluyó el desarrollo de la inteligencia emocional en el plan de estudios de los licenciados en gestión empresarial (Goleman, 1999a).

Al mismo tiempo de que en el plano empresarial, como lo expone Goleman (1999, p. 384),

...es necesario analizar la jerarquía de valores para dar prioridad a la inteligencia emocional, en los términos concretos de contratación, capacitación y desarrollo, evaluación de desempeño y ascensos en el desarrollo profesional de los estudiantes en su rol de trabajadores.

De tal forma que los hallazgos científicos que se obtengan de estas investigaciones puedan trascender socialmente en beneficio de los estudiantes, en los cuales se ha demostrado que las destrezas y competencias en inteligencia emocional tienen repercusiones reales y positivas en la vida escolar y personal de los alumnos, pues como señala Catret (2002) sin importar el área del conocimiento, los estudiantes deben desarrollar un coeficiente emocional que los ayude a triunfar.

Por ello, ante la brecha que existe entre la formación de los futuros actores sociales del mundo del trabajo, cada vez cobra más importancia el poder establecer un puente entre el sector productivo y las instituciones educativas, con la finalidad de poder sentar bases sólidas en inteligencia emocional desde las aulas escolares, lo cual hace relevante la aplicación de la gestión educativa en este terreno (Del Pino, 2012), pues como señalan Núñez, Salón, Romero y Rosales (2009) en la vida de una persona en la parte individual, organizacional y social son muy importantes la inteligencia emocional, la intuición y la inteligencia racional.

Finalmente, cabe destacar que Goleman (1995) subraya que debido a los desafíos actuales de las empresas, se requiere de un personal que cuente con un control óptimo de sus emociones, el manejo de enfrentamientos de manera positiva, la dirección del trabajo en equipo y un buen liderazgo. Ante tal panorama el adquirir conocimientos emocionales, en la preparación escolar, está en primer lugar, para que los estudiantes puedan tener un desempeño laboral sobresaliente como trabajadores en el futuro para la construcción de una mejor dinámica organizacional en el siglo XXI (Goleman, 1999; Del Pino, 2012).


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